Pavao Tekavcié Zagreb, Croacia LOS IDIOMAS IBERORROMÁNICOS EN LOS ELEMENTOS DE LINGÜÍSTICA ROMÁNICA DE PETARSKOK l. La cultura hispánica, una de las más prestigiosas del mundo, está presente también, desde hace mucho tiempo, entre las naciones eslavas meridionales. Además de evidentes influencias literarias (véase el recientemente aparecido primer tomo de nuestra revista), un elemento de esta presencia es el conocimiento de las lenguas románicas de la Península Ibérica, en primer lugar naturalmente del castellano. En las páginas que siguen entendemos el estudio de las lenguas iberorrománicas a nivel universitario, lo que abarca además la evolución de los tres idiomas desde el latín hasta su estado actual: es decir, su gramática histórica (el término es, desde hace algún tiempo, un tanto odioso, pero claro y cómodo). Más aun, el estudio histórico de las lenguas iberorrománicas incluye también la comparación con otros idiomas emparentados (gramática románica comparativa) y la determinación del lugar de los idiomas románicos de Iberia en la Romania. Estas disciplinas, que a primera vista pueden parecer reservadas a especialistas de lingüística histórica románica, son en realidad importantes partes de la cultura de una nación, y son una de las no mínimas piedrezuelas del gran mosaico llamado Romanía. 2. En estas páginas querríamos presentar a los lectores de Verba Hispanica la descripción de los tres idiomas (castellano, portugués, catalán) en una de las principales obras del mayor romanista croata, profesor de lingüística románica de la Universidad de Zagreb, Petar Skok (1881-1956). Una tal presentación puede ser interesante desde varios puntos de vista. Uno es inmanente a la cultura ibérica, como ya hemos dicho; otro, es la recepción de esta materia entre los eslavos meridionales; el tercer punto de vista es el lugar de la lingüística iberorrománica en toda la obra de Skok; en fin, la investigación del citado manual de Skok permitirá evaluar el progreso de nuestra ciencia en los cincuenta años que nos separan de la publicación de la obra (Zagreb, 1940). Esperamos poder ilustrar todos estos aspectos. 3. El nombre de Petar Skok, aún a 36 años de su muerte, sigue gozando de renombre en el ámbito de la lingüística románica, y no solamente románica, sino también de los países eslavos meridionales y de extranjero. Efectivamente, además de ser romanista, P. Skok fue también balcanólogo (él mismo fue uno de los creadores de esta disciplina), eslavista, profundo conocedor de los idiomas balcánicos, autor del primer diccionario etimológico de la lengua croata o servia (Zagreb, 1971-1974) pero, sobre todo, durante toda su vida, fue investigador infatigable de la romanidad balcánica en sus dos modalidades: el rumano y el dalmático (son muchos y aún hoy fundamentales los estudios de Skok sobre el latín 79 balcánico y sus residuos en Jos idiomas eslavos de estas áreas). Aunque en primer lugar especialista de latín balcánico y de rumano, Skok fue un romanista completo y grácias a esto pudo darnos el primer y hasta hoy día único manual de lingüística románica, Osnovi romanske lingvistike (Elementos de lingüística románica), publicado en tres tomos en el año mencionado. Como ilustración del Jugar que en el magnum opus romanístico de Skok ocupan los idiomas iberorrománicos, están destinadas las páginas de esta contribución. 4. El manual de Skok es un tanto asimétrico: el primer tomo se divide en dos partes (A: Problemas histórico-culturales y problemas de lingüística general; pp. 1-148; en adelante citamos las páginas sin p(p ); B: La fonética histórica de los idiomas románicos (vocales acentuadas; 149-279); el segundo tomo (1-192) trata de Ja fonética histórica de las vocales átonas y de las consonantes, con dos apéndices (Vocales latinas en las sílabas átonas del francés, 32-43; Evolución de las consonantes latinas en el francés, 113-182); el tercer tomo es dedicado a la morfología histórica de las lenguas románicas (1-212). En el prefacio al tomo III el autor declara que con este tomo Jos Elementos no se terminan, ya que es preciso también ~xponer con método comparativo Ja formación de palabras, Ja semántica, Ja estilística y Ja sintaxis de Jos idiomas neolatinos. Skok admite no haber enseñado aún estas materias y por lo tanto no querer aventurarse en ellas, expresando al mismo tiempo Ja duda de si podrá hacerlo en el futuro. Como sabemos, su duda, desgraciadamente, se mostró justificada, pues Skok no llegó nunca a escribir estas partes de su manual. 5. Los principios teórico-metodológicos en Jos cuales se basa la obra de Skok son el método neogramático (con todos sus lados positivos y negativos) y Ja constante comparación de los resultados románicos con sus respectivas fuentes latinas. De neogramático que fue durante toda su vida, Skok opera con el latín vulgar opuesto al latín clásico como dos lenguas. Cada capítulo, dedicado a un tema románico, es precedido de un análisis del estado latino (esto se ve con mayor claridad en el vocalismo tónico y en el verbo). La presentación, como ya ha sido dicho, no es estructural (con todo que en Ja época de la publicación existían ya varias corrientes estructuralistas ), sino completamente neogramática, atomista. De vez en cuando aparecen los términos fonema y morfema, pero no en la acepción estructural sino con significados bastante imprecisos, equivalentes más o menos a sonido y forma respectivamente. En un pasaje (1, · 203-204) Skok menciona explícitamente la escuela de Praga, declarando que esta escuela puede tener importancia para la lingüística histórica, pero no necesariamente, y que este método, proveniente del estudio sincrónico o estático de F. de Saussure, no puede de ninguna manera ser tan útil a la gramática histórica como Ja dialectología, Ja fonética experimental y la geografía lingüística. En todo el manual, es ésta la sola mención explícita a las teorías modernas y, como vemos, muy escéptica, aún más francamente negativa. 6. La primera parte (A) del primer tomo trata de Jo que se define a menudo como historia externa de las lenguas y su extensión geográfica. En Ja introducción se menciona (15) la importancia del español en el Mediterráneo y especialmente para nuestros emigrantes en América Latina. Los capítulos que siguen llevan estos títulos: 1) Factores históricos en la evolución de las lenguas románicas; 2) Dialectos románicos, lenguas literarias y sistemas gráficos; 3) Criterios de unidad y de diferenciación de las lenguas románicas; 4) Literaturas románicas, lenguas litera1ias y sus vocabularws; 5) Contactos lingüísticos 80 interrománicos; 6) Lenguas románicas y lenguas periféricas (y su relación con la civilización mundial); 7) La difusión de las lenguas románicas en el mundo. 7. En el primer capítulo poco se dice de los idiomas que aquí nos interesan. Los vascongados son el resto de la población indígena en los Pireneos orientales (26); ha~ elementos ibéricos en español y en portugués y muchos latinismos en el vascuence (29); para los dos idiomas iberorrománicos principales es importante el descubrimiento de América (38; párrafo muy breve). -Más abundante es la materia del segundo capítulo. Para el español ( 42), el autor cita los dialectos de León, Galicia (gallego), Aragón, Castilla y Andalucía, sin dar otras características. Cuanto al catalán (54- 56), se precisa dónde se habla, su posición (según Skok el catalán es en verdad un dialecto provenzal), la Renaixensa en el siglo XIX y sus autores antiguos B. Metge y Auzias March [sorprende la ausencia de R. Llull]. Mejor está representado el castellano (56-58): iniciando con la invasión de los árabes y la Reconquista, se pasa después a la difusión del castellano, al Cantar de Mio Cid (año 1140), con el cual comienza la literatura española (anteriormente hay solamente Glosas), la fijación de la lengua en el Siglo de Oro (Cervantes, Lope de Vega, Calderón). También aquí el autor habla de dialectos españoles, pero esta vez enumera sólo tres: el asturiano (llamado bable), el leonés y el aragonés; como dialecto especial se añade el andaluz, suave y eufónico [ caracterizacíon impresionista propia de la vieja lingüística], cuna del español de América Latina. En este capítulo se describen brevemente los tipos acentuales de las palabras castellanas y la distinción entre las e y o abiertas y cerradas, que no es tan clara como la del italiano Da lingüística moderna hablaría aquí de fonemas en italiano y de alófonos en castellano]. A propósito del portugués (58-60), incluído el gallego, se da una división dialectal sumaria (con la observación de que es más articulada que la del español), se menciona la importancia de lisboa, centro desde 114 7, los primeros cancioneros, la obra de Camóes. Al final, se habla de la pronunciación y de la ortografía, subrayando las semejanzas en la pronunciación de las vocales átonas entre el p01tugués y el catalán. - Mientras no hallamos prácticamente nada de relevante en el tercer capítulo, el cuarto es mucho más rico en datos interesantes para nuestro tema. El primero por orden es el catalán (102-104 ). Este idioma nace en la Marca Hispánica (fundada en el 778) con la introducción en ella del provenzal [no sabemos si para la segunda mitad del siglo VIII se puede hablar ya de provenzal o mejor de proto-provenzal]; esta lengua ha eliminado la diptongación de /Q/ y /fJ¡2 anteriores y sustituido el artículo proveniente de IPSE (en el romance anterior) con lo ( < Il.LU). Restos del artículo proveniente de IPSE se conse1van en aldeas alrededor de Gerona [esta indicación contradice lo dicho en el tomo III, donde (15) se constatan restos de IPSE en las Baleares]. Adoptando la división del catalán propuesta por A. Griera, Skok distingue el catalán oriental (en Roussillon, en las Islas Baleares y Pityusas y en Alghero) del occidental (en el área catalana restante). En el área oriental, según el autor, dominaron los árabes y por eso allí Ja Reconquista también es importante [les un error por: dominio occidental?]. El período preclásico del catalán abarca los siglos XIII y XIV, el siglo clásico es el XV, y del XVI hasta el XIX hay decadencia. El vocabulario del catalán muestra 1 A Griera llega aún hasta a definir el vascuence como una lengua románica: véase Griera 1965. 2 Aquí y en todos los ejemplos siguientes la transcripción fonológica usada es la actual. 81 significantes correspondencias con el galorrománico (para lugar: cat. endret, prov. endrech, franc. endroiJ); hay diferencias entre el catalán y el español en los arabismos y los germanismos, así como también algunas formaciones propias del catalán (tardar para otoño). Al castellano le son dedicadas las páginas 104-109. Como ya se ha dicho, su historia inicia con la poesía épica nacional (Cid); después, es importante la influencia de la Corte (Alfonso el Sabio), que provoca numerosos cultismos (tal vez en número superior a los de otros idiomas románicos). Sigue el renacimiento; el inicio del siglo XVI es el apogeo, período culminante, marcado por Ja convergencia de la unificación de Aragón con Castilla, Ja expulsión de los últimos árabes y el descubrimiento de América. Después de la posición dominante de España en el siglo XVII comienza la decadencia en el siglo XVIII. Amplio es el cuadro del vocabulario, en el cual hallamos voces latinas, ibéricas, creaciones específicas (verbo despertar), significantes paralelos con el rumano (conservación de FORMOSUS [pero sin mención alguna de las áreas laterales de M. Bartoli!], voces grecas, célticas, germánicas, francas (o más exactamente ya francesas), vascas (cachoJTo) etc.; sobre todo, naturalmente, voces árabes. Los árabes influyeron sobre el romance hispánico en varios sectores de la vida: matemáticas, botánica, astronomía, medicina, química. La fuerza de la influencia árabe se refleja en el préstamo incluso de algunas preposiciones (hasta) y en el hecho de que los topónimos prelatinos hayan entrado en el español por intermedio del árabe (PACE > Beja, TAGUS > Tajo, Tejo; 139-140). Hay también palabras latinas prestadas por los árabes y luego restituidas al español: albérchigo ( < PERSICU). Añádase Alcázar (según Skok < kas.r < CASTRUM),3 no mencionado aquí sino en el párrafo sobre el vocabulario portugués (112). A este último idioma Je son reservadas las páginas 109-112. Aquí se dice que el portugués se basa en Jos dialectos del norte de Portugal [mientras que en la p. 58 la base del portugués literario es el dialecto extremeño, hablado en Lisboa]. El período arcaíco del español dura desde el siglo XII hasta el siglo XVI; después de este último siglo comienza el período clásico. [No se nos dice de modo explícito por qué Ja periodización de la lengua literaria portuguesa es mucho menos detallada que la del castellano.] Evidentemente, Ja influencia árabe y la reconquista tienen su importancia también en la historia del portugués, en Ja cual se ha efectuado la fusión del gallego-portugués con el romance anterior, el romanqo moqarábico (del cual J. Leite de Vasconcellos ha tentado la reconstrucción; 109). A diferencia del castellano, la literatura portuguesa inicia con la lírica trovadoresca; Ja simple constatación de que el período clásico culmine con Os Lusiadas de Camóes sería superflua. Los componentes del vocabulario portugués son más o menos iguales a los del castellano: voces panrománicas, iberrorománicas, conservaciones específicas (abegiio o abugiio < ABIGONE), tres estratos de germanismos, voces árabes (aproximadamente en Jos mismos sectores de la vida, pero en complejidad menos numerosas que en castellano). - El quinto capítulo analiza los contactos y las influencias entre las lenguas románicas. El idioma que más ha influido sobre los otros es naturalmente el francés (con el provenzal). Los primeros contactos se deben al reino de Carlomagno y su lucha contra los musulmanes, así como al prestigio de la cultura caballeresca. Según el autor, a esta influencia se debe la leyenda de Los Siete Infantes de 3 En la lingüística alemana tales préstamos restituidos se llaman Riickwandere1~ en italiano C. Tagliavini (1972, p.270, nota 8) propone la denominación cava/Ji diritorno. 82 Lara, el tema de la cual es el de Ogier de Dcmemarche en Francia. También la lírica trovadoresca tiene eco en Europa (Cataluña, Portugal, Italia). Los galicismos (provenzalismos) se hallan ante todo en la esfera de la vida caballeresca (ligero, linaje); en siglos posteriores se añaden la moda, la diplomacia, la política. Uno de los factores de difusión de galicismos son los monasterios, ya que los monjes eran en mayoría franceses (son provenzalismos las palabras mismas monje, fraile, preste [en el tomo III, 45,preste es citado como uno de los casos de conservación del nominativo, cas-sujet, sin mención de su origen provenzal]). A Ja influencia galorrománica el español debe también el sufijo -aje (port. -agem ). Los contactos entre Portugal y Francia son de cáracter familiar y matrimonial, pero los sectores lexicales en Jos cuales hay influencias francesas son sustancialmente idénticos a Jos castellanos. Como consecuencia de estas influencias, los primeros monumentos literarios del portugués (Cancioneiro de Ajuda, C. d'el-Rei D. Diniz, Cantigas de Santa María etc.) contienen numerosos provenzalismos (freire, cobra ( < cohla ), trabar, -ador y otros más . La influencia del italiano tiene Jugar en la época del Renacimiento y se concentra en los conocidos sectores (música, artes figurativas, técnica de construcción, vida de Ja Corte), pero también en un sector diametralmente opuesto, el bancario. A la influencia italiana se deben voces como alteza, artesano (port. arteséio ), cmTOza, fachada, medalla etc: La influencia española es particularmente fuerte en la Italia de los siglos XVI y XVII gracias a Ja dominación española sobre una buena pai1e de Italia. Son de origen española aio, aia, azienda, baia, fanfarone etc. Por un evidente error del autor entre los hispanismos italianos se halla también el verbo francés Mbler. Es natural y previsible que haya penetración de hispanismos en los dos o tres idiomas iberorrománicos ( 124). Además de las tres lenguas principales, hay también influencias románicas de los idiomas secundarios o dialectos: Skok cita en español los dialectismos gallegos arisco y chubasco, y, como término que ha llegado a ser internacional, el portugués feitifo ( < FACTICIUS). En el sexto capítulo se estudian los elementos latinos/románicos en las lenguas no románicas. Para nuestro tema son importantes estos elementos en el vascuence y en el árabe. El significado lingüístico de los vascos en los Pireneos es análogo al de los albaneses en la Península Balcánica, siendo ambas poblaciones residuos del substrato en regiones montañosas dificilmente accesibles. Por eso a veces conse1van importantes arcaismos latinos. Los Vasc6nes no romanizados son los vascos, los romanizados son los gascones de hoy día. La raíz de todos estos nombres (emparentada a Euskara, -era) es el nombre AUSCI(I) (conservado en el nombre de la ciudad Auch ). La conservación latina más importante es la de las velares delante de /e/, /i/: pake o bake < PACE, keriza o gerezi < CERESEA, kima, gima, latma - cumbre < CIMA < greco KYMA, ge/a - cámara < CELLA, kipula - cebolla < CAEPULLA etc. Los hispanismos están ilustrados con un sólo ejemplo: vasco progotchu < provecho. - Los elementos latinos/románicos son particularmente numerosos en el árabe de Maghreb (introducidos a través de los mozárabes). Los árabes aparecen en la hist01ia de lberorromania entre el período del latín vulgar y el de las lenguas románicas individuales, por tanto no son tan importantes para el problema de la conservación de arcaismos como son los sustratos céltico, vásco, bereber y los antiguos germanismos. 83 La conquista árabe ha impedido el nacimiento de una lengua románica en el África del noroeste.4 No obstante, hay algunos interesantes restos latinos también en el árabe (fac;quia < F ASCIA, con el grupo /skj/ conservado). - El séptimo y último capítulo trata de Ja difusión de los idiomas romances por todo el mundo. Los que cuentan aquí son el castellano, el portugués y el francés. El primero (hablado por 19 millones de personas en España y 65 millones en América Latina) se expande en Jos siglos XVI y XVII, igual que el portugués en la época de los descubrimientos. Las naciones de la Romania occidental no están fragmentadas (como las entre las dos Romanías), salvo Jos Retorromanos que tienen carácter de nación pequeña. Al contrario, los catalanes y los portugueses no quieren ser considerados como naciones pequeñas (143). Skok subraya también la diferencia entre los tres idiomas citados, que habían sido importados en las colonias desde hacía tiempo y por eso han dado origen a lenguas criollas (hay un criollo español especial en las Filipinas y en Cura<;áo ), y el italiano, introducido en los territorios de ultramar sólo recientemente [no olvidemos que estamos en el año 1940!]. Es obvio que el autor - neogramático por completo - no hace (ni siquiera conoce, probablemente) ninguna distinción entre pidgins y lenguas criollas, distinción importante y conocida en Ja lingüística de nuestros días. - Los catalanes cuentan con algo más de 5 millones de hablantes (144), los portugueses de Portugal (con las Azores, las Islas Canarias [sic; lerror para: Islas de Cabo Verde?]) son 7 millones, mientras que en el Brasil hay 40 millones (se citan también otros dominios portugueses de ultramar, algunos de ellos hoy estados independientes). Para los dos grandes idiomas iberorrománicos se plantea naturalmente el problema de las diferencias entre las variedades habladas en ultramar y las de las respectivas metrópolis, el problema de las influencias de los idiomas indígenas y, sobretodo, Ja cuestión del eventual paralelismo entre la difusión del castellano (o del portugués) en el Nuevo Mundo y la del latín en el Imperio romano. Skok se muestra escéptico en cuanto a Ja contribución del estudio de la primera a la segunda (es decir, en cuanto al paralelismo entre la creación de los idiomas criollos y, aproximadamente mil años antes, Ja de Jos idiomas románicos).5 A nivel de lengua literaria el español y el portugués del Nuevo Mundo no se distinguen de las lenguas de sus respectivas metrópolis; las variantes habladas, cotidianas, al contrario, se diferencian de una región a otra, de manera que a este nivel hacer un paralelismo entre la difusión en el Nuevo Mundo y en el Imperio romano se hace posible (145, 147). El rasgo más importante del español de América, el seseo, es naturalmente mencionado pero interpretado erróneamente como prommciación de 's', 'c' delante de 'e: 'i: y 'z' como 4 Sin embargo, T. Lewicki habla de una lengua románica olvidada (Lewicki 1951-52) en el siglo XII El Idrisi afirma que en Túnez (Gafsa) se habla aún al latini alAftiki. Véase Lewicki, op.cit., y la reseña de J. Piel en Romanische Forschungen 70 (1958), pp. 137-141. 5 Aunque admitiendo la posibilidad de existencia de pidgins en los contactos del latín con los substratos, también R. A Hall, jr. se muestra en el fondo escéptico frente a esta posibilidad (Hall 1974, pp. 74-76). A nosotros, al contrario, la posible formación de pidgins en el Imperio romano nos parece muy aceptable, teniendo en cuenta todo el complejo de problemas (socio)lingüísticos en el estado romano. Cuanto a las condiciones para lospidgins, véase la obra recientemente aparecida de W. Bal, De la dialectologie wallonne aux prob/emes linguistiques du Tiers-monde, en: Wege in der Sprachwisseenschaft, Festschrift für Mario Wandruszka, Tübingen 1991, pp. 22-28, especialmente p. 25. 84 fricativa 'th~ 'kavetha' (145). Se citan también Ja pronunciación de la -s como h (Chile, Nuevo Méjico), el grupo kt transformado enjt (aspeito), la evolución del! enj ot, el voseo (ej.: vos tenés [sic] tu libro) y, naturalmente, el vocabulaiio, que está lleno de elementos autóctonos, no pocos de los cuales llegaron a ser internacionales. En fin, Skok no olvida el judea-español, idioma de los judíos expulsados de España en 1492. Este dialecto conserva algunos rasgos arcaicos (f-; oposición entres y z; fricativas palatales S, i; participio cocho para el actual cocido). El ju deo-español es el espaíiol en diáspora, que no tiene ningan contacto más con su centro ( 146). El autor no nos da el número de hablantes, lo que seria interesante para la comparación con el estado actual (sobre la drástica reducción de los parlantes de judea-español, como consecuencia de la exterminación de los hebreos por el nacismo, véase Vinja 1980, p. l.) 8. La segunda parte (B) del primer tomo trata del núcleo de toda fonética histórica tradicional: las vocales tónicas. La diptongación de Q, r; en ambos tipos de sílaba (abierta/cerrada), es española y friulana ( 183 ), mientras que la conservación de las vocales e, o caracteriza al portugues (184) [sin embargo, que, según algunos romanistas, principalmente F. Schürr, se sabe que la diptongación de Q, r;, de origen metafónico, era prehistórica y pamománica, por tanto también portuguesa].6 La diptongación española en ambos tipos de sílabas (lieve; miembro, diente; León y Aragón: viengo, -a; meda; puente, cuesta, etc.) se explica, según Skok, por la pronunciación de las r;, Q como largas también en sílabas cerradas [constatación que no es una verdadera explicación; de todos modos, la lingüística posterior ha propuesto algunas otras hipótesis]. - En el portugués, es de gran importancia la metafonía: las vocales e, o son abiertas si sigue una -a o una -e, cerradas, si sigue una -o [en el tomo II, 13, estas condiciones están presentadas de una manera un tanto diversa]. El autor cita muchos ejemplos, pero todos son sustantivos deverbales [lpor qué sólo estos?]. 9. Por lo que se refiere a las vocales átonas (tomo II, 7 y sig.). el español (con el italiano y el portugués) funde la -ii. y la -o en -o (hoy-u en portugués); la-/, se abre en -e, mientras que la -e latina cae o se conserva detrás de grupos (noche, verde, valle); la-i provoca metafonía (FECI >hice). El catalán es muy semejante al provenzal (11): conserva la - a y pierde las otras vocales. La '-a'sealivia o abaja antesde-'s' (casa -cases [la formulación es claramente impresionística!] y las otras vocales se conservan detrás de grupos (lleure ). El portugués concuerda en grandes líneas con el castellano (caída: dez; conservación: conde) [pero seria necesario subrayar un mayor conservatismo del portugués en casos como -TATE> esp. -tad/-dad, port. -dade, PISCE > esp. pez, port. pefre, LITE > esp. lid, port. Ucle, etc.]. En principio, la vocal es abierta delante de la -a o la -o proveniente de la -o latina (parcos con la [g] final), mientras que es cerrada delante de la -o proveniente de la -u (parco, con la [9])(13). Este fenómeno, según nuestro autor, prueba que la fusión de - i"t y-o no se efectuó en condiciones iguales en toda la Romanía. - Las vocales en la sílaba que Skok llama penúltima [nosotros preferimos hablar de intertónica postónica] son en el catalán paralelas a 6 Para el carácter panrománico de la diptongación (metafónica) dc/~/y /9/, según F. Schürr, véase Schürr 1970. 85 las provenzales, con la caracteristica caída en los verbos como concebre. Esta caída se extiende por analogía a otros verbos (DEBERE > deure, PLACERE plaure etc. [pero cabe añadir que la síncopa exige el previo desplazamiento del acento]). En el español, la vocal de la penúltima cae en casos comunes (OCULU > OCLU >ojo, [a decir verdad, esto es un caso ya de síncopa latina, no española], pero se conse1va bastante tiempo para permitir la sonorización, la cual por tanto tiene que ser anterior a la síncopa: COMITE > conde. La síncopa transforma los proparoxítonos en paroxítonos (DOMINICU > domingo, DUODECIM >doce etc.), a menos que la vocal de la penúltima sea a u o (ORPHANU > huéifano, ARBORE > árbol).1 El portugués es de acuerdo con el castellano, pero hay también diferencias en las cuales nuestro autor declara no poder entrar. [A nuestro parecer, se podría mencionar por lo menos la diferencia entre las formas como esp. duda, deuda, lindo y las correspondientes formas portuguesas dúvida, dívida, lfdimo.] - Lo que Skok denomina intertónica se refiere únicamente a la intertónica protónica en nuestra terminología (24). Los fenómenos en los idiomas iberorrománicos son tratados de modo muy sumario (27): se constata la síncopa (general p.ej. en MEDIETATE), pero con determinadas diferencias (LONGIT ANU - prov. lonhdan frente al cat. llunyedá). - En fin, de la protónica (28-31, espec. 31) se dice también muy poco: prácticamente se menciona sólo la conservación del diptongo au en el provenzal y Ja reducción a ou en el portugués [pero no se mencionan Jos casos como ore/ha, que no presenta ou!]. 10. Se ha dicho antes que la mayor parte del tomo II trata del consonantismo románico. Cuanto a las consonantes iniciales, toda _la Iberia, de acuerdo con el provenzal meridional, mantiene intactas las velares delante de a ( 61 ). L1 innovación más importante en el dominio ibérico es evidentemente la sustitución de Ja.f- por la h- (que luego se pierde) salvo delante de ue (fuego) y de r (frente < fiitente). Otra particularidad del español es la convergencia de cuatro fuentes: 1) g delante de e, i; 2) j latina; 3) dj; 4) z ( < griego). Los resultados de esta convergencia son tres: 1) y- (ya, yemo, yugo); 2) pérdida (hennano, enero); 3) h (jamás, joven, juego). Según Skok no es fácil explicar esta triple evolución [evidentemente, se trata de varios estratos, cultos y semicultos, y de otros factores sociolingüísticos ]. Como en toda Romania occidental (a diferencia de la oriental), Jos resultados de k y de g delante de vocales anteriores no son paralelos. 7 Es interesante constatar la posición mediana, cuanto a la radicalidad ele la síncopa, del español entre el italiano (y el rumano, en ciertas palabras) de un lado y el francés del otro. P.ej.: Rumano: mfnecií pieptene Italiano: manica pettine dodici mescolo etc. Español: manga peine doce mezclo Frances: manche peigne douze lje) méle [mM] [peñ] [duz] [m~I] Esta posición concuerda perfectamente con lo que hace más de veinte años constató P A Gaeng (1968), estudiando las oscilaciones en las graffas de las vocales intertónicas en las inscripciones latinas e interpretándolas como signo de debilitación precursora de la síncopa. La Hispania se halla de un cierto modo entre la Galia y la Italia, y particularmente entre estas dos últimas partes del Imperio se perfila an importan! phonological rift (p.157). Es uno de los más claros casos de cómo en los materiales latinos se pueden constatar las futuras diferenciaciones románicas. 86 Es de suma importancia la cuestión de las consonantes intervocálicas, por evidentes razones. El autor distingue cuatro grados de evolución: conservación de las oclusivas sordas (Romanía oriental), sonorización ( romanidad alpina e ibérica), abertura de las sonoras y de las sordas [?] (provenzal) y, como evolución más radical, eliminación total de las consonantes (Galorromania septentrional) (63). A los cuatro idiomas que nos interesan (provenzal + idiomas iberorrománicos) les son dedicadas las páginas 71-75, en las cuales las evoluciones de todas las consonantes intervocálicas son ilustradas con abundancia de ejemplos. Típica del portugués es la caída de Ja l y n intervocálicas [el ejemplo FENUCULU > funclw no es de los mejores, pues hay unan)]. Uno de los fenómenos principales es la sonorización p > b (mientras que la b latina se abre en v ya en latín), fase preliteraria del francés. Ejemplos de sonorización son las formas románicas de CA TENA, NAT ALE, ROTUNDU, AMI CU, CAECU, VINDICARE etc. Las sonoras sond, que cae (VIDERE < ver) y g, que se mantiene (ROGARE, NEGARE) excepto delante de e, donde se transforma enj (esp. ley, rey, port. cat. rei, lei). - Lo que sorprende es Ja ausencia completa de un estudio de las consonantes finales, tan impórtantes en Ja morfología románica. De consonantes finales se habla sólo en el apéndice dedicado al francés. 11. De la página 76 a al página 97 del tomo II se extiende el capítulo sobre los grupos consonánticos, seguido por el capítulo dedicado a las consonantes palatalizadas (en Ja terminología de Skok: iotacizadas) (98-112). Cuanto al español, se pone de relieve Ja palatalización de los grupos de consonante+ l (llamar, llave, lleno etc.) (83). Skok supone que el proceso de palatalización empieza en Jos grupos Id y gl y que Juego se extiende a otros grupos, porque la l palatal nace con más facilidad detrás de velares, más difícilmente detrás de labiales (83) [constatación sin ninguna tentativa de explicación o prueba]. A Ja fase inicial (pl' etc.) puede suceder Ja asimilación ( > ll, como en castellano) o Ja africatización de Ja l palatal, a través de j, hasta e, de donde nace el grupo pe (cfr. en el prov. sapcha) y fmalmente e: esp. chwnazo. En español las palabras con esta evolución son dialectalismos, mientras que el resultado e(> S) es regular en portugués: chumaqo (antíg.), cheio, chorar, chfio etc. Son cultismos las voces españolas con l conservada (placer) y las portuguesas, con Ja sustitución l > r (prazer, branca etc.). Los grupos de l + consonante permiten otra vez una constatación de cronología relativa: mientras que en Galorromania Ja síncopa precede Ja vocalización l > u (SOLIDARE > souder), en Iberorromania Ja relación cronológica es inversa: esp., cat., port. soldar (la vocalización del es anterior a Ja síncopa). Es más que curioso, verdaderamente inexplicable, que hablando de Jos grupos de nasal + consonante no se diga una sola palabra sobre la importante cuestion de la posible influencia del substrato en Ja sonorización de nt en nd, mp > mb etc. [Es sabido que el problema incluye Ja influencia del substrato osco-umbro y los eventuales contactos entre Italia meridional e Iberia (tema sobre el cual existía ya en los tiempos de Skok una rica bibliografia!)]. Entre Jos grupos de oclusivas + fricativas (91 y sig.) el autor escoge solamente el grupo et [kt], con los resultados e en castellano (hecho ),jt en portugués (jeito) y en catalán, donde, sin embargo, Ja semivocal se funde con Ja vocal precedente (jet). 87 12. La iotización (108-110), proceso que nosotros denominamos primera palatalización, es decir la palatalización por j (yod), panrománica y presente én toda la Romania, se halla también en la Iberorromania. Las consonantes menos palataliza bles son las labiales, con las cuales en portugués, a veces también en español, tiene lugar la metátesis (formas románicas de CA VEA, PLUVIA, RABIA, SEPIA). En las consonantes dentales y velares no hay paralelismo en los resultados de sonoras y de sordas [pero sí hay paralelismo entre los de djygj de un lado, if ykj de otro]. L0sgruposkjy if dan como resultadosts (> s), mientras que gj y dj se identifican, como queda dicho más arriba (§ 10). Como ejemplos sirven las formas románicas procedentes de PRETill, PUTEU, MODIU, RADill, F ACIE, GLACIE, LAQUEU etc. Es característica del castellano la evolucióm del palatal (l + yod) a través de d1 y t hasta h: hijo, hoja etc. La inconsecuencia de Skok se ve también en el hecho de que entre los ejemplos para el grupo dj se halla también MAJU (que no abarca ningún grupo) y CORRIGIA, que pertenece al grupo gj (109). En fin, se citan brevemente los grupos des + yod y r + yod: en ambos tipos hay metátesis de yod, que en catalán y español se funde con la vocal precedente ( cat. bes,-ar; esp. beso,-ar), mientras que en portugués se conserva el diptongo (beijo,-ar). 13. La materia del tercer y último tomo es la mofología, en el centro de la cual, otra vez más, se halla el francés; en segundo plano están el italiano y el rumano, mientras que los idiomas iberorrománicos están en posición aún más periférica que en los dos tomos precedentes. Como es normal en la morfología románica, la mayor parte la ocupa la morfología del verbo. La tercera característica general es una amplia introducción sobre la estructura mmfológica del substantivo (5-20) y del verbo (90-114) latinos frente a los románicos (el término esf/Uctura es naturalmente nuestro, no de Skok). 14. Cuanto a la presentación general de la mmfología del substantivo latino, tenemos que hacer algunas observaciones críticas. 1) El autor dice (5) que el substantivo románico, gracias al empleo del artículo, expresa el número de manera mucho más clara que el substantivo latino. Sin embargo, somos de la opinión de que la oposición entre [l;:i livr;:i] y [lelivr;:i] está mucho m en os claramente expresada que la oposición entre LIBER y LIBRI en latín (sin tomar en cuenta el hecho de que el artículo románico no se emplea siempre, mientras que las desinencias latinas son partes integrantes de las respectivas formas). 2) A diferencia del substantivo románico, en el substantivo latino, dice Skok, tiene que distinguirse exáctamente la raíz de las desinencias ( 5, 8); contrariamente a esto, es claro que en la gran mayoría de casos la misma distinción es necesaria también en la morfología nominal románica. 3) Las lenguas románicas han creado su propio artículo determinativo desde Jos pronombres latinos ILLE e IPSE: el primero se conserva en casi todos Jos idiomas, el segundo sobrevive esporádicamente en Cerdeña, en el catalán de las Baleares (localmente) y en el gascón antiguo. Aquí hay que precisar que el artículo sardo proveniente de IPSE ( >su, sa; sos, sas) no es esporádico sino sistemático; además, lo que se dice aquí de los restos de IPSE en el catalán no concuerda con cuanto ha sido dicho antes (v.§ 7). En Ja presentación general de Ja morfología, los problemas de Ja evolución histórica de la declinación románica son sintetizados así: l. la relación fonética con Ja declinación latina, 2. los elementos conservados, 3. los tipos nuevos creados en Jos idiomas románicos (21). 88 15. La declinación española es tratada en las pagmas 45-46. La característica morfológica principal, común a toda la lberorromania, es la conservación de la -s. A diferencia de Galorromania, desde los monumentos más antiguos del español no hay ninguna huella de declinación bicasual. Además, es conocido el paralelo con el rumano en la introducción de substantivos afectados del rasgo [+vivo] por una preposición (a en el Occidente, pe en rumano [es preciso añadir que el mismo fenómeno se da en numerosos dialectos italianos]). En la declinación española [hablando en sentido histórico, naturalmente] hay fósiles: p.ej. los nombres de los días de la semana. Son nominativos conservados Carlos; pechos(> PECTUS) interpretado como plural del cual se extrae el nuevo singular pecho; sastre; preste [más arriba, esta palabra ha sido definida como provenzalismo:§ 7]. Según Skok el español conoce cinco tipos de declinación [en realidad, se trata de expresión del plural]: 1 mio - mios; 11 corona - coronas; III corte - co11es; IV flor - flores; V razon [sic] - razónes. Admitimos no ver en qué consiste la diferencia entre los tipos IV y V; desde el punto de vista histórico pertenecen ambos, junto al tipo III, a la llamada tercera "declinacion" latina.8 Una cuestión especial son los restos del neutro, que el autor ejemplifica con el substantivo alambre. Skok no acepta el étimo de Ascoli (ablativo AERAMINE) sino postula el nominativo AERAMEN + una E paragógica, argumentando que la conservación del ablativo sería en los idiomas románicos completamente aislada. Esto sin embargo no es exacto: casos de ablativo en función de nominativo se hallan documentados ya en las inscripciones latinas (INCISUM NOMINE ERIT9) y más tarde en textos (CARNE PEPONIS ... DIURETICA EST en Dioscórides, PUMICE ELIGENDA EST LEVIS en Oribasio etc.). Los substantivos románicos presuponen propio el ablativo (-TORE, -ANTE/-ENTE, INDICE, IUDICE, LARICE y millares de otros más). Nos parece, pues, más aceptable la hipótesis de Ascoli; o mejor aún el llamado caso oblicuo general románico. 16. Poco de interesante para nuestro tema se lee en los capítulos dedicados a los determinantes y los substitutos del substantivo ( = adjetivos y pronombres). La comparación se hace en los idiomas iberorrománicos con MAG IS ( cat. mes, esp. mas [sic: más], port. mais (en parte; más raramente con chus [hoy antiguo]). Nada se dice sobre los adjetivos españoles (capítulo sobre los adjetivos: 47-59), nada sobre los pronombres personales (62-65) ni los posesivos (65-67)! La Iberorromania reaparece solamente en los párrafos sobre los demostrativos (84-85), donde se dice que HIC se conserva en fósiles (ahora hogmio, pero), ILLE se ha transformado en pronombre personal, ILLORUM no existe.10 Son demostrativos verdaderos este, ese, aquel [no se mencionan aqueste ni aquese]. Al final, 8 Para nosotros el término declinación designa únicamente el modo ele expresar las funciones sintácticas del substantivo por medio de desinencias, de modo que o hay una (y una sola) declinación como fenómeno general, si las funciones se expresan así, o no hay declinación si las funciones sintácticas se expresan con otros medios. En consecuencia, en vez de hablar de dec/inacione~ en el plural (en latín o en cualquier otra lengua), preferimos denominarlas clases morfológicas (o f/exi1m). Cfr. la nota 11. 9 Véase Bourciez 1946, p.235. 10 Sin embargo, residuos de ILLORUM existieron en el cspaliol amiguo: /ure, lur, plur. lures (Menéndez Pida! 1968, p. 258), lur en la gran zona 01iental de España (García ele Diego 1970, p.220). 89 en las páginas sobre los relativos, interrogativos e indefinidos (85-89) se cita sólo la forma quien como resultado diptongado del latín vulgar QUEM (88). 17. Aunque la morfología verbal ocupa el mayor espacio, a los idiomas iberorrománicos, junto con el provenzal, le son reservadas menos de veinte páginas (158-204), bajo el título Cuadro sinóptico de la moifologfa del verbo provenza~ catalán, español y portugués y con la.advertencia de que los cuatro idiomas se examinan juntos, en cuanto se alejan de las bases latinas vulgares y de las leyes fonéticas (185). En general, la presentación de los verbos se divide en cuatro capítulos principales: Desinencias del infectum (185-189), Desinencias del peifectum (189-197), Rafz (197-203) y Conjugación aislada [verbos ser e ir] (203-204). En el capítulo sobre elpeifectum el autor trata también el pluscuamperfecto (indicativo y subjuntivo), el perfecto subjuntivo, el participio, el futuro y el condicional (llamado futuro del pretérito). 18. Por lo que se refiere al infectum, la -s en la 4ª persona [según nuestra numeración: Skok distingue tradicionalmente tres personas del singular y tres del plural] se mantiene en castellano y en el portugués, no en el catalán. En la presentación de nuestro autor hay algunos errores un tanto graves: las formas dormamos, dormais [en vez de durmamos, durmais] (187), dorman (en vez de duerman) (ib. ), formas portuguesas cantávais, temfais (en vez de las en -eis (ib.). De la caída de la den la 5ª persona se constata que es contra la regla (185), lo que es exacto pero no es una explicación (la caída se debe sin duda a la frecuencia¿. Do~ cuestiones fundamentales son los tipos de conjugación11 y el infijo incoativo -ISC, -ISC. Cuanto al primer problema, se habla de hechos bien conocidos: la generalización de -ERE en español y en el portugués, el favorecimiento contrario de -ERE en el catalán (residuos de -ERE: poder, saber, valer, pero témer, por el resto: creure, deure, jaure, veure etc.),12 a veces el paso de -ERE a -IRE (esp. escribir, vivir [añádase morir y el paso a -ERE en el portugués: escrever, viver, morer]. El infijo incoativo sigue en catalán la misma distribución que el provenzal, francés e italiano (además de su penetración en las formas arizotónicas igualmente), mientras que en español y en portugués ha sido extendido a todos los paradigmas (rizo-y arizotónicos) (188-189). [Esta generalización determina la desaparición de los verbos con infijo incoativo como categoría especial, ya que un verbo incoativo como florecer no se distingue en nada de un verbo no-incoativo como p.ej. vender.] 19. Ya hemos dicho que las páginas sobre el pe1fectum son más numerosas de las que tratan del infectum. Aquí se habla de la desinencia en la 1 ª persona del perfecto (esp. - é, port. -ei, cat. -(). De nuevo hallamos errores en los paradigmas españoles: el perfecto de dormir se cita con la raíz durm- en todas las seis formas (mientras que son correctas sólo la 3ª y la 6ª persona). Los perfectos en -UI son frecuentes en el catalán (begui, estigui, sapiguz); en español están representados por formas como anduve, estuve, tuve. [Cabe observar que 11 Por razones análogas a las expuestas en la nota 8 no hablamos de conjugaciones en el plural sino de clases moifo"lógicas (ofl.exims) también en la morfología verbal. 12 La preferencia por la clase -ERE es un interesante paralelo entre el catalán y el sardo (cfr. en sardo bénnere - venir, nárrere - decir etc.; REW, resp. 5829 y 9200). 90 todas estas formas son secundarias, analógicas, mientras que no se dan formas primarias, p.ej. como HABUI, citado después.] En el paradigma de HABUI en los cuatro idiomas hay dos errores: hube (hubo) y hubiemos (hubimos) (192). El peli'ecto sigmático, inexistente en catalán, es raro también en los otros dos idiomas: POSUI, DIXI (> dije/disse, conduje, traje) (port. trouxe) etc. El tipo de perfecto apofónico sobrevive en cuatro verbos solamente: FECI, VIDI, VENI, TENUI. Son sus residuos los perfectos catalanes tinguf, vinguf, en español vine, en port. tivi [correcto: tive]). Se citan asimismo los paradigmas de FECiy VIDI en todos los tres idiomas. El último tipo es el reduplicado, sobrevivido solamente en los verbos DARE (DEDI) y ST ARE (STETI). El segundo verbo se ha adecuado en todo al perfecto de HABER (pero en portugués estivi [correcto: estive]); del primero se citan las formas españolas, portuguesas y provenzales. Bajo el título de perfecto con rafz distinta se dan las formas del perfecto FUI, FUISTI etc. en los tres idiomas (para el español se citan también las formas antiguas). 20. El pluscuamperfecto indicativo proviene de Ja 3" persona (abreviada) del perfecto latino: CANTAVERUNT > CANTÁRUN(T) (194).Sic! Esunodelosmásgraveserrores de nuestro autor: evidentemente, el pluscuampe1fecto no puede p r o v e n i r del perfecto, sino que ambos paradigmas (históricamente emparentados) presentan la misma a b re vi a c i ó n (eliminación de la sílaba -VE-, -VI-) y el desplazamiento del acento. El pluscuamperfecto latino es de toda evidencia CANTA VERAT > CANT ÁRA(T). Skok cita sólo los verbos en -ar, ilustrados por cantar (esp., port. cantara [pero con diferencia funcional, sobre la cual no se dice nada, pues el autor afirma solamente que la función de la forma es modal /optativo/]). El catalán no conserva este paradigma. Para el subjuntivo correspondiente se constata el paso de la función de subjuntivo pluscuamperfecto a la de subjuntivo imperfecto, determinado por la pérdida del subjuntivo imperfecto latino (salvo en el sardo) (194). [En realidad, el proceso es mucho más complejo, pero aquí no podemos detenernos sobre ello.] Se citan los paradigmas de los tres idiomas iberorrománicos. 21. El subjuntivo perfecto se ha conservado en dos áreas recíprocamente distantes: el rumano y el dalmático en el oriente13, el español y el portugués en el occidente. El acento está generalizado. Ya que las desinencias del subjuntivo perfecto son en parte homófonas con el infinitivo, se creó en portugués la distinción entre el infinitivo impessoal y el pessoal (el cual puede tener un sujeto autónomo: para eu comprar; 195).[Ya que Skok no logró escribir la sintaxis histórica, es éste el único lugar donde se habla de la génesis del famoso paradigma portugués. Pero el proceso es, otra vez más, mucho más complejo de cuanto resulta de la breve constatación de nuestro autor, y la base no es, o por lo menos no es solamente, el subjuntivo perfecto, sino (también) el subjuntivo impe1fecto, mientras otros explican el infinitivo pessoal por Ja simple extensión de moifemas personales al infinitivo.14 Es preciso añadir dos cosas: l. el mismo fenómeno eJdstió en los textos napolitanos del siglo 13 El dalmático tiene que ser un error de Skok, ya que el futuro veglioto (kantzíro cte.), según la opinión casi común, proviene del futuro anterior latino y no del subjuntivo perfecto (cfr. Lausberg 1972, §§ 827 y &'38), 14 Para el état de la q11es1ion sobre la génesis del infinitivo pessoal, por lo menos hasta hace veinte años, véase Baldinger 1972, pp. 17, 21, 111, 186, 314, 315, 317, 318, 322, 323. 91 XV; 15 2. en los verbos irregulares hay diferencia fonnal entre infmitivo pessoal y subjuntivo futuro (ter, teres, ter etc. - tiver, tiveres, tiver etc.)]. 22. Poquísimo se dice sobre el participio perfecto: se conservan -ATU e -ITU ( cat.-at, -it; esp., port. -ado, -ido), en el .catalán es frecuente también -UTU ( begut, hagut, vingut etc.), del cual las otras dos lenguas conservan solamente.residuos antiguos. Los partieipios rizotónicos son los de verbos usuales (FACTU, DICTU, SCRIPTU, POSTU, APERTU; para el catalán OPERTU). Está también el tipo en -s + -t: cat. vist, esp., port. visto. [Sin explicar de otra manera la génesis del tipo en -st-, Skok se limita a hablar de desinencia compuesta -s + -t; citando como ejemplo vis- + -t, donde -s no es desinencia sino parte del morfema lexical.] 23. Es algo sorprendente encontrar la presentación del futuro y del condicional románicos en el capítulo dedicado al peifectum: ni la génesis de los dos paradigmas ni sus desinencias (salvo para el condicional del italiano literario) están ligados alpeifectum. Es claro que no se puede tratar del futuro (y del condicional) iberorrománico sin mencionar la separabilidad de sus dos partes constitutivas en las fases antiguas (en el portugués incluso hoy). En los verbos de las clases II y III la síncopa de Ja e crea grupos consonánticos, que se eliminan de tres modos: por inserción de consonantes ( cat. valdré, pondré, tindré, esp. valdré, pondré, tendré), por metátesis ( ant. esp. vemé) o por asimilación ( ant. port. ven-ai, hoy virei). Se dan también los paradigmas (correctos) de cantar. Como en las personas 4ª y 5ª del futuro, así también en todo el condicional se elimina el segmento inicial de HABERE (cantar-emos, cantar-fa etc.). Igual que para el futuro, al ilustrar el condicional se citan las fonnas de cantar. 24. El capítulo intitulado Raíz está centrado en las alternancias vocálicas. A inicio se explica la diferencia entre las formas rizo-y arizotónicas, las terminaciones que provocan la palatalización (llamada por Skok iotización), es decir -EO, -10; -EAM, -IAM, y la terminación -go, idéntica a la italiana (valgo, vengo) y presente también en algunos antiguos dialectos franceses (197). En la página siguiente, al contra1io, -go es definido como sufijo verbal[!]. Eso no es latino, sino que apareció más tarde, independientemente en cada idioma [einzelromanisch]. Es muy fecundo en el catalán. La explicacióm de las formas en -go está en la evolución de n + yod en ii, reflejo que es idéntico al de ng + e, i. Este es el punto de contacto de la identificación analógica de TENEO, -EAM y FRANGO, -AM (198). Observamos que la explicación es correcta, pero un tanto simplificada: para una mejor comprensión es preciso añadir que en los verbos de tipo FRANGERE el número prevalente de formas con ng palatalizado detennina la aparición también de fraiio, -a al lado de /rango, -a y esta coexistencia se extiende a los verbos de tipo VENIRE (con 1i < n + yod) en base a una simple ecuación: fraiio: fmngo = ve1io: vengo.16 15 Cfr. Rohlfs 1969, § 709; Bruni (1992), passim, para las formas verbales no-personales (infinitivo, gerundio, participio) conjugadas. 16 Cfr. para esto Tekavcié 1980, vol. 11, §§ 667-669 (la presentación a propósito del italiano puede ser válida también para el español). 92 El resto del párrafo presenta brevemente las alternancias vocálicas catalanas (5 tipos, según Huber), castellanas (e/ie, o/ue son los tipos hoy productivos) y portuguesas (alternancias de pronunciación, no visibles en Ja grafía). Está también Ja apofonía e > i y o > u ante un diptongo ié o ió [el autor da todos Jos paradigmas de pedir, pero no las formas aquí pertinentes: pidió y pidieron; además de la apofonía o > u + ié, ió habla solamente del verbo podrir, hoy pudrir, donde la / o/ proviene de la /ü/ latina, mientras que no menciona en el pasaje sobre dormir (con fo/ < /o/), aunque éste (y otros verbos símiles) presente la misma apofonía]. 25. La iotización ( = primera palatalización) es responsable de algunos tipos de alternancias de la raíz (200-203). El catalán ofrece también aquí paralelos con el provenzal; para el español se citan los gerundios en -iendo, las formas he, quepa, sepa, la y de huyo (y otras formas de este verbo), el subjuntivo sirva ( SERVIA T). Grande es Ja inclinación a la iotización en el portugués, donde hay numerosos ejemplos en la lengua antigua y modema: faqo, -a; sei, saiba; tenho; venho; vejo; ponho; per,¡o, -a; our,¡o, -a etc. De las formas en -go se habla también aquí, ya que se basan en la iotización. Ésas son frecuentes en el catalán (dale, puc, soc -soy, vale, escric etc.) y existen también en castellano (vengo, valgo etc., ya citadas), mientras que no las conoce el portugués (v. los ejemplos citados aniba ). La conjugación aislada abarca el verbum existentiae [ser] y el velintm movendi [ir] (203-204). En Ja exposición de las formas del primero ha sido incluida también la forma posso (y el subjuntivo possa) del portugués [no se ve bien porqué: l porque POSSE _es un compuesto de ESSE?]. Luego se citan los paradigmas del presente de ir en las tres lenguas, pero [sin ninguna explicación] faltan las formas castellanas vas y va. 26. En conclusión, podemos repetir lo que hemos constatado en Ja pai1e introductora. El manual, del cual hemos presentado aquí las partes que se refieren a Ja Iberorromania, es importante como: 1) parte del eco iberorrománico en el mundo de los eslavos meridionales, 2) como uno de Jos magna opera de su autor, Petar Skok, 3) como el único compendio de lingüística románica hasta hoy día en Jos países eslavos meridionales, 4) como obra escrita hace cincuenta años, que nos permite la comparación con el estado actual de nuestra ciencia. Las bases teóricas y metodológicas no reflejan el pensamiento lingüístico de su época ya que quedan en Ja etapa neogramática, sin influencias, p.ej., del estructuralismo (ni europeo ni americano). Además, hay algunos serios errores, tanto en la interpretación de hechos lingüísticos como en los ejemplos citados. A pesar de todo esto, el manual de Petar Skok Elementos de lingüística románica mantiene su lugar en la ciencia del lenguaje, y los idiomas de Ja Iberorromania no ocupan en esto el último lugar. 93 Bibliografía. Baldinger, K., La f01maCión de los dominios lingüfsticos en la Península lbé,rica, Madrid, 1972. Bourciez, E., Eléments de linguistique romane, Paris, 1946. Bruni, F. (a cura di), L 'italiano nelle regioni, Torino, 1992. Gaeng, P.A.,An Jnquiry into Local Vmiation in Vulgar Latinas Reflected in the Vocalism of Christian Jnscriptions, Chapel Hill, 1968. García de Diego, V., Gramática histórica espmiola, Madrid, 1970. 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Obravnava iberoromanskih jezikov v Skokovih Osnovah je zanimiva kot delcek hispanistike v svetu, hkrati pa omogoea primerjavo med metodologijo Skokovega obdobja in danasnjo lingvistiko. Metodolosko je namrec Skok v bistvu mladogramatik, tako da v svojem prirocniku, poleg t.i. zunanje jezikovne zgodovine, daje - na znani mladogramatieni "atomisticni" naCin - sama historieno fonetiko (ne pa fonologije, ceprav je ta V njegovem easu ze obstajala) in morfologijo. Drugih nacrtdvanih delov (besedotvorja, sintakse, semantike in stilistike) ni uspel uresnicniti. Opis fonetike in morfologije iberoromanskih jezikov je v celoti tocen in razmeroma izcrpen; nekatere pomanjkljivosti, predvsem metodoloske, pa tudi pomote in napake niso take, da bi bistveno zmanjsevale splosno vrednost obravnavane lberoromanije pa tudi ne celega priroCnika. 95