Felipe Oliver Fuentes Kraffczyk Universidad de Guanajuato Historia, memoria y biografía en El jinete polaco de Anotnio Muñoz Molina Palabras clave: novela española contemporánea, historia, memoria y posmemoria, biografía Sin que se dieran cuenta se les hizo de noche en la habitación de dónde no habían salido en muchas horas, en donde habían estado abrazándose y conversando en una voz cada vez más baja, como si la penumbra y luego la oscuridad que no notaban hubieran ido apaciguando el tono de sus voces pero no la avidez mutua de palabras. (Muñoz Molina, 2002: 11) Con esta descripción inicia la conocida y elogiada novela de Antonio Muñoz Molina, El jinete polaco (1991). Inmersos en una atmosfera erótica dos nuevos amantes, poco menos que desconocidos, comparten sus biografías a fin de conocerse plena y verdaderamente, más allá de lo físico en donde ya han tenido oportunidad de apropiarse del otro desde la posesión sexual. La avidez de las palabras a la que alude el narrador describe de manera efectiva el modo en que la evocación de la experiencia se convierte en un discurso más bien caótico. Personajes, anécdotas y eventos históricos desfilan a una velocidad vertiginosa construyendo así un relato mucho más introspectivo que expositivo. Lejos de otorgar una imagen ordenada y lineal de la experiencia, incluso diríamos plana y acabada, los amantes revistan lugares, tiempos, personajes y vivencias fundiendo así la memoria individual en un marco social bastante más amplio; la esfera de lo individual queda ligada de forma indisoluble con la colectividad. Así, desde la subjetividad de un individuo que analiza en retrospectiva su experiencia personal, irrumpe en paralelo un mosaico fragmentario del pasado y presente de España. En las próximas páginas quisiera explorar desde El jinete polaco los cruces y divergencias entre la historia, la memoria y la biografía. Afirmar a estas alturas del partido la imposibilidad de reconstruir la biografía sin desplegar en paralelo un relato sobre el espacio social en el cual se inscribe la misma es poco relevante. Ya Mijail Bajtin en su conocido ensayo sobre el cronotopo advirtió que el binomio tiempo-espacio, «ofrece el campo principal para la representación en imágenes de los acontecimientos» (Bajtin, 1989: 400-401). Por su parte, Antonio Gramsci en un textito presente en el cuaderno sobre el Pasado y el presente advirtió el valor de los relatos biográficos como exposición o incluso como una puesta en práctica a nivel molecular sobre el modo en que los grandes relatos (políticos, históricos, etc.) influyen o moldean al individuo. En ese sentido la biografía «sustituye al ensayo político o filosófico [...] en cuanto muestra la vida en la práctica y no solamente como tendría que ser según las leyes escritas o los principios morales dominantes» (Gramsci, 1977: 217-218). Es entonces posible afirmar, y pido disculpas por la reiteración, que el «yo» que cada uno de los amantes pretende desplegar frente y para el otro, es sólo potencialmente factible entretejiendo el tiempo evocado al espacio en el que transcurre la evocación; en este caso Mágina, mítica población cuya memoria sintetiza y representa el pasado y presente de España. Sin embargo, y he aquí el valor que Muñoz Molina añade al ejercicio de la memoria, el protagonista de la obra, Manuel, en la primera parte del relato recuerda los recuerdos de sus antecesores. Es decir, la memoria de los padres y los abuelos, las experiencias no vívidas empíricamente pero conocidas desde y gracias al relato de los acontecimientos. Este fenómeno es lo que en algunos círculos académicos ha sido definido como Posmemoria, y que no debe ser confundido con la historia. En palabras de Beatriz Sarlo, No se trata de recordar como la actividad que prolonga a la Nación o a una cultura específica del pasado en el presente a través de sus textos, sus mitos, sus héroes fundadores y sus monumentos; tampoco es el recuerdo conmemorativo y cívico de los «lugares de memorias»; se trata de una dimensión más específica en términos de tiempo; más intima y subjetiva en términos de textura. (Sarlo, 2007: 126) No estamos aquí en el terreno de la historia pues las fuentes con las que se reconstruye el pasado no son las «oficiales». De ahí que el narrador, por ejemplo, mencione una y otra vez al personaje de Ramiro Retratista, fotógrafo de Mágina y que en la novela es caracterizado como un verdadero archivo memorial. Y no sólo por haber dejado en su estudio un registro visual de los habitantes de la comunidad, cubriendo con su lente los nacimientos, crímenes, acontecimientos políticos más relevantes y personajes célebres anteriores al narrador, sino además por su debilidad por los chismes. En efecto, gracias a las historias escuchadas aquí y allá y mil veces repetidas, el fotógrafo es algo así como una enciclopedia popular cuyos relatos sobreviven al paso del tiempo. Así, a través de múltiples fuentes populares, como las fotografías y habladurías de Ramiro Retratista, las anécdotas familiares, los relatos orales, las leyendas urbanas, y recortes de viejos pasquines, el tiempo avanza para mostrar, siempre a nivel molecular gracias las «pequeñas biografías ficticias», los grandes hitos históricos del siglo veinte español; por dar algunos casos, las peripecias del bisabuelo del protagonista curando la malaria en Cuba y Filipinas permiten revisitar la pérdida del imperio, personajes como el comandante Galaz llevan la narración hasta la guerra civil, mientras que los padres de Manuel recuerdan las tristes estampas del paupérrimo campesinado español durante el franquismo. La dimensión histórica existe en la novela, pero siempre a distancia pues el foco de atención en la primera parte de la novela recae en la posmemoria de Mágina. Es el prisma ficticio desde el cual se escucha como un eco desfigurado los tambores de la historia. La evocación molecular de la posmemoria más que ofrecer un recinto poético para reflexionar desde la ficción sobre el fracaso nacional de España, tal como en su momento las narraciones del boom latinoamericano escenificaron la derrota desde aldeas alegóricas como Macondo, Cómala o Santa María, dotan al narrador de una justificación atávica para entender su desarraigo y frustración personal. En palabras de Manuel: Desconocidos, cruzándose en las calles de Mágina y tan extraños como si hubieran vivido a una distancia de siglos, habitados hasta la médula de su conciencia por las voces de los mayores, herederos de un valor fracasado mucho antes de que ellos nacieran y moldeados sin saberlo por hechos memorables o atroces de los que nada sabían, herederos involuntarios de la soledad, del sufrimiento y del amor de quienes los habían engendrado. (Muñoz Molina, 2002: 14) La memoria colectiva es percibida como una pesada carga impuesta a priori. Este fenómeno es sobre todo visible en la segunda parte de la novela titulada «Jinete en la tormenta», en donde el narrador refiere su educación sentimental desde el extrañamiento. Fiel a las narraciones sobre la adolescencia, en este capítulo el cronotopo es percibido como ajeno, distante y conflictivo. La memoria individual de Manuel despliega un yo fragmentario y lleno de incertidumbres cuyo único sueño y propósito consiste en escapar, en abrazar un exilio voluntario. En todo caso Muñoz Molina subvierte el modelo tradicional sobre las narrativas de la adolescencia en un punto; aquí el pasado no inspira nostalgia sino desasosiego. No se trata del utópico anhelo de huir a un tiempo que ya fue sino de insertarse en una contemporaneidad histórica de la que España en general y Mágina en particular han sido marginadas. De ahí que el personaje fantasee con la posibilidad de convertirse en guerrillero en Bolivia, dejarse el pelo largo y «fumar» LSD en Estados Unidos, o ser corresponsal de guerra en cualquier parte del mundo en donde se verifiquen conflictos armados. Mientras allá afuera, en el mundo, la historia avanza a gran velocidad, el famoso tiempo lineal de la modernidad, en Mágina todos permanecen emplazados en el estatismo del tiempo primitivo, del tiempo cíclico cuya percepción se adhiere a las estaciones del año, el tiempo de la tierra. Y al hablar de emplazamiento hago mío un juego de palabras de Manuel Vázquez Medel a partir de la síntesis de los términos «plaza» (de lugar), y «plazo» (de tiempo). El resultado de esta tensión entre un emplazamiento paralizado y una memoria colectiva que no quiere ser reclamada como un punto de partida para tratar de moldear la identidad individual desde el sentimiento de pertenencia que ofrece el pasado, en oposición a un mundo revolucionado avanzando siempre hacia el futuro deviene magistralmente en la metáfora del traductor. En palabras de Íñigo Barbancho Galdós: Manuel niega su pasado y niega su lugar de origen (Mágina), es decir, niega la memoria y niega el espacio con respecto a los cuales se define y, como consecuencia de ello, su identidad pierde consistencia. La metáfora empleada para ilustrar esta situación es la del traductor: una voz que da cuerpo a las palabras de los otros, pero nunca a las de uno mismo, una voz que vehicula pensamientos ajenos. (Barbancho Galdós, 2007) A pesar de todas las trabas, Manuel logra escapar para convertirse en un exitoso traductor internacional. En lo sucesivo, tiempos, espacios y contextos socioculturales diversos se suceden en el relato con especial celeridad. La metáfora del traductor acaso puede complementarse con la del pasajero en tránsito. Si Mágina representa el lugar antropológico, el espacio orgánico con identidad de grupo, memoria, gestos y relatos atávicos, los aeropuertos, hoteles y departamentos ocupados fugazmente definen los no-lugares en los que se especializa la biografía adulta del narrador. Lo que de ningún modo reconcilia a Manuel con el mundo. Después de todo, la excesiva acumulación de movimiento no expresa otra cosa que la volatilidad y por consiguiente el vacío. Vacío ideológico, de identidad, de tiempo. Más que un ciudadano del mundo, el personaje se convierte no en el nómada que periódicamente revisita los mismos espacios para confirmar su identidad y pertenecía, sino en el errante que espera, sin éxito, encontrarse y acaso definirse en el movimiento. «Hay años y ciudades de mi vida de los que no me queda ni un recuerdo, nada, aunque te parezca imposible, un espacio en blanco» (Muñoz Molina, 2002: 414). He aquí la descripción de un tiempo vacuo que ni siquiera sirve como un recurso técnico para separar, ordenar y clasificar los episodios biográficos pues en ocasiones no deja una huella en la memoria. Fenómeno nada descabellado desde una postura bachelardiana. Si aceptamos como válida la premisa de Gaston Bachelard de que el hogar ofrece a la memoria un archivo nítido de imágenes para organizar la biografía, que el individuo reconstruye su pasado apoyándose en el recuerdo de las residencias sucesivamente habitadas, estamos obligados aceptar también que el pasajero en tránsito carece de una memoria. O en las palabras del propio Manuel, «carece de puntos firmes de referencia y sólo tiene puntos de fuga» (Muñoz, Molina 2002: 414). No es sino en el tercer capítulo de la novela titulado «El jinete polaco», que Manuel se reconcilia con Mágina. Después de la larga errancia el protagonista regresa al pueblo natal en donde incluso planea reunirse con su amante, Alison, a quien previamente conocimos bajo el nombre de Nadia. Saciada su curiosidad por recorrer el mundo y vivir experiencias límites, que terminaron siendo experiencias limitadas al menos desde un punto de vista afectivo, en esta ocasión al salir a la calle y recontarse con sus padres y amigos el protagonista afirma experimentar un sentimiento indefinible que oscila entre la felicidad y el dolor. En todo caso esta visita produce un descubrimiento acaso asombroso; la contemporaneidad parece haber alcanzado a Mágina: Entramos en la ciudad, que siempre tarda en parecerse a mis recuerdos. Hay demasiados edificios altos y escaparates iluminados de tiendas de ropa, de cuartos de baño, de automóviles. Los tractores y los Land Rovers cargados de aceituna interrumpen el tráfico. En las aceras del hospital de Santiago y de la Calle Nueva se ven grupos de muchachas con medias oscuras y chaquetones invernales. Me llega una música idéntica a la que se oía en las emisoras de Nueva York desde un bar con letrero de neón que no existía la última vez que estuve aquí. (Muñoz Molina, 2002: 550) La misma canción escuchada horas antes en Nueva York inunda ahora las calles de la ciudad. Los rascacielos, las tiendas y los automóviles son las señales unívocas que evidencian la simultaneidad temporal de Mágina en relación al resto del mundo, esa inmensa porción espacial que ayer lucía tan única y seductora y hoy tan uniforme y monótona. Pero el pasado no ha desaparecido; si bien es cierto que ciudad adentro las huertas lucen abandonadas, la población sigue siendo esencialmente rural. Ahí están los tractores cargados de oliva obstruyendo el tráfico en las calles. Tradición y modernidad se dan finalmente la mano pues el tiempo de Mágina corre ahora paralelo al tiempo de la historia. Para redondear todo lo dicho hasta ahora quisiera volver a la imagen primera con las que inicia la novela: Sin que se dieran cuenta se les hizo de noche en la habitación de dónde no habían salido en muchas horas, en donde habían estado abrazándose y conversando en una voz cada vez más baja, como si la penumbra y luego la oscuridad que no notaban hubieran ido apaciguando el tono de sus voces pero no la avidez mutua de palabras. (Muñoz Molina, 2002: 11) La entrada propone una clave de lectura que condensa y define la percepción del tiempo en la novela. La habitación cerrada y oscura, la voz apenas como un susurro, la evocación de un tiempo anterior, y la proximidad de los interlocutores crean, además de un escenario propicio al erotismo, una atmosfera que de algún modo tiñe el discurso de un carácter confesional. En primer término, la confesión es por naturaleza un relato retrospectivo cuyo objetivo expreso no es el de descifrar objetivamente la biografía con mayúsculas, sino descubrir desde la subjetividad las «causas primeras» que finalmente condujeron a un individuo históricamente emplazado a una crisis personal. En el caso específico que ahora nos convoca, ya fue señalado con anterioridad que el narrador del Jinete polaco no despliega una imagen lineal, completa y más o menos plana de sí mismo. El relato no responde al modelo tradicional occidental de la biografía. Al contrario, por intermediación del recuerdo vuelto discurso el confesado remueve lugares escondidos con celo al interior del yo. En el proceso, y he aquí la gran riqueza del texto, en un segundo y tercer plano respectivamente la memoria colectiva de Mágina y la historia de España son también sometidas a un examen. Al pensar el texto como una larga confesión, por otra parte, la función que cumpliría Nadia-Alison en la novela rebasaría con creces al simple interlocutor. Es la responsable de liberar a Manuel, de reconciliarlo con la memoria colectiva de Mágina y en última instancia con la historia de España. No hay que olvidar que, a decir de Michel de Foucault, el sacramento de la confesión es imposible «sin la presencia al menos virtual de otro que no es simplemente el interlocutor sino la instancia que requiere la confesión, la impone, la aprecia e interviene para juzgar, castigar, perdonar, consolar, reconcilia» (Foucault, 2000: 78). El propósito expreso de la confesión es el de exorcizar un pasado, en este caso personal, colectivo y en última instancia histórico, que es percibido como conflictivo. Lo que en la novela de Muñoz Molina efectivamente ocurre; al confesarse ante Nadia-Alison tanto el protagonista como Mágina en particular y España en general reciben un indulto. En ese sentido no es un azar que Nadia-Alison posea las nacionalidades española y norteamericana; dentro de la dicotomía tradición vs modernidad que plantea la novela, está claro que España representa lo primero y los Estados Unidos lo segundo. Este hecho tiene desde luego sus implicaciones colonialistas. Para reconciliarse con su pasado a fin de afianzar un presente Manuel necesita del indulto del otro. Y no cualquier otro, sino el otro moderno, occidental, norteamericano. Pero no es este el momento para profundizar al respecto. Bibliografía Bachelard, G. (2002): La poética del espacio. México: Fondo de la Cultura Ecónomica. Bajtin, M. (1989): «Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela; ensayos de poética histórica». En: Teoría y estética de la novela. Madrid: Taurus, 237-409. Barbancho Galdós, Í. (2007): «Los memoriógrafos de la ficción. Análisis de El jinete polaco, de Antonio Muñoz Molina, y El hijo del acordeonista, de Bernardo Atxaga». En: Revista de Estudios Literarios Espéculo, 35: http:// www.ucm.es/info/especulo/numero35/memoriog.html (13-12-2011). Foucault, M. (1998): Historia de la sexualidad 1. Voluntad de saber. México: Siglo XXI. Gramsci, A. (1977: «Justificaciones de la autobiografía». En: Cuadernos de la Cárcel. Pasado y presente, 5. Trad. Gabriel Ojeda Padilla. México: Juan Pablos Editor, 217-218. Muñoz Molina, A. (2002). El jinete polaco. Barcelona: Seix Barral. Sarlo, B. (2007): «Posmemoria, reconstrucciones». En: Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión. Buenos Aires: Siglo XXI, 125159. Vázquez Medel, M. Á. (2001): «Del escenario espacial al emplazamiento». En: Concepción Perez, María de Gracia Caballos, Ana Raventós (eds.), Creación espacial y narración literaria. Sevilla: Grupo de Investigación Temático Estructural, 36-50. Felipe Oliver Fuentes Kraffczyk University of Guanajuato Memorial and biographical history of Spain: El jinete polaco by Antonio Muñoz Molina Keywords: Spanish contemporary novel, memorial and biographical discourse, history and literature The novel El jinete polaco by Antonio Muñoz Molina is a highly complex work in which the narrator mixes multiple plotlines in an effort to recreate or remember part of his family past. In the process, the collective memory of the town and people of Mágina (an allegoric space that represents the peasant life of the olive growers of southern Spain) appears as a rich and contradictory montage of dreams and failures. And in a third level of discourse, the recent past of Spain also emerges through the main historical events: the civil war, the protracted military government, and the economic development and current consolidation of democracy. In order to achieve this complex and ambitious narrative project, in El jinete polaco time is not represented as uninterrupted historical timeline but as the rich mixture of the simultaneous experiences of different life courses in terms of both values and cultural patterns in order to understand how the rapid social change affects relations between the various age groups. In other words, time is constructed as a synthesis of the biographical dimension within collective memory and major historical events. This paper seeks to point out the similarities and differences between biographical discourse, collective memory and history. Felipe Oliver Fuentes Kraffczyk Univerza v Guantajuatu Zgodovina, spomin in biografija v romanu El jinetepolaco Antonia Munoza Moline Ključne besede: sodobni španski roman, zgodovina, spomin in postspomin, biografija Roman El jinete polaco (Poljski jezdec, 1991) je zelo kompleksno delo, v katerem se križata ter stapljata zgodovinski in osebni čas. Pripovedovalec prepleta številne zgodbe in poskuša tako poustvariti ali priklicati v spomin del družinske preteklosti, ta pa se v tem procesu združi s kolektivnim spominom andaluzijske skupnosti Magina - mitičnega kraja na jugu države, ki sintetizira in kondenzira krizo Španije, ujete na stičišču med tradicijo in moderno dobo, med sanjami in porazi. Tako čas ne napreduje kakor v običajni zgodovinski pripovedi, torej kot skupek dovolj dokumentiranih in povezanih informacij, razgrnjenih v linearnem zaporedju, ki bi pripovedovanemu vlivalo obj ektivnost, temveč kot kaotično pričevanje, ki aktivira vselej nove skrite prostore jaza. Povedano drugače, skozi subjektivnost posameznika, ki retrospektivno analizira svojo osebno izkušnjo, vdre hkrati kolektivni in fragmentirani mozaik zgodovinskega spomina Španije, vezan na glavne družbeno-politične dogodke preteklega stoletja: špansko državljansko vojno in obdobje po njej, vojaško diktaturo, utrditev demokracije in nedavni gospodarski razcvet ter z njim povezane družbene spremembe. Avtor v prispevku na osnovi romana Antonia Munoza Moline pregleda stičišča in razhajanja med zgodovinskim časom, spominom in biografijo.