Diógenes Fajardo Universidad Nacional de Colombia, Bogotá LA GEOMETRÍA DEL DESEO EN TRES HISTORIAS DE AMOR "Eran meditaciones sobre la vida, el amor, la vejez y la muerte: ideas que habían pasado muchas veces aleteando como pájaros nocturnos sobre su cabeza, pero que se le desbarataban en un reguero de plumas cuando trataba de atraparlas". (Gabriel García Márquz, El amor en los tiempos del cólera) Algunos criticos consideran que sin amor, con todas sus complicaciones, la novela, como género, no habria alcanzado en tan pocas centurias el desarrollo que hoy exhibe. Por ello quizá sea una perogrullada decir que este es uno de los temas más recurrentes en toda la narrativa de García Márquez. Por supuesto que se ha intensificado mucho más en sus últimas novelas por esta intencionalidad del autor que se percibe explícitamente desde el mismo título 1. Pero ha sido una preocupación constante desde sus primeras narraciones. El objetivo del presente ensayo es el de analizar tres momentos de esa preocupación a partir de tres relatos diferentes. El primer texto seleccionado es el cuento "Muerte constante más allá del amor"2• Su pro- tagonista ejemplifica una historia de amor en donde eros y thanatos están intensamente pre- sentes y en donde el amor se revela incapaz de superar a la soledad definitiva que es la muerte. El segundo texto es el considerado erróneamente por algunos criticos como el clási- co y único de García Márquez para el tratamiento del tema: El amor en los tiempos del cólera 3• El objetivo buscado es el de analizar el amor -en términos de Girard- como un deseo triangular. Finalmente, Del amor y otros demonios representa un nuevo acercamiento a la pasión amorosa en un contexto en donde religión, eros, y muerte se encuentran determi- nando no sólo la acción narrativa sino el destino mismo de los personajes. A. Amor y soledad en "Muerte constante más allá del amor" Lo primero que llama la atención al lector de este cuento de García Márquez es la relación de intertextualidad que se establece a partir del titulo con el famosísimo soneto de Francisco Quevedo, ''Amor constante más allá de la muerte", considerado por Octavio Paz como el poe- ma de amor más sublime jamás escrito en castellano. Podria pensarse que ese juego retórico 1 Ese es el testimonio del mismo autor sobre su intencionalidad narrativa: "En algún momento, hace algunos años, me di cuenta de que quería ser sincero. He sacrificado toda mi vida para pensar en términos más ideológicos o intelec- tuales dejando un poco de lado los sentimientos y sensaciones. Quería romper con todo esto y escribir un libro que fuera totalmente romántico. Sin tener temor alguno de usar los elementos del romanticismo: melodrama y senti- mentalismo", Gabriel García Márquez en la entrevista con Pete Hamill, "Love and solitude", fünity Fair, 131 (March 1988): 131. (La traducción es mía) 2 Gabriel García Márquez, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada: Siete cuentos. Méxi- co: Hermes, 1972. "( ... ) en el librero de García Márquez, la palabra amor es de Florentino Ariza y Fermina Daza, de nadie más" (Sta- vans Illans, "Gabo en caricatura", en Revista Época, 163 (México, 1994): 75. 61 con las palabras amor/muerte constituye la respuesta de García Márquez a la propuesta queve- diana de un amor que traspasa las puertas de la temporalidad y alcanza los espacios de la eterni- dad. La gran limitación y causa de desasosiego del amante es la temporalidad. Así como un día ese sentimiento ha nacido, también algún día, tal vez el menos deseado, también morirá. Queve- do propone a su amada un amor constante, es decir un amor que pueda burlar el estrecho mar- gen impuesto por el tiempo. "El alma, llama enamorada, viola 'la ley severa' que separa el mundo de los muertos del de los vivos [ ... ) Aunque el cuerpo se deshace en materia informe, esa materia está animada. El poder que la anima y le infunde una terrible eternidad es el amor, el deseo"4. Desde el título, García Márquez quisiera expresar lo contrario: llegada la muerte no hay posibilidad alguna para el amor. La constante humana no es el amor cuanto la muerte. Por ello en este relato, desde la primera oración aparecen unidos la muerte y el encuentro inicial con el objeto del amor: "Al senador Onésimo Sánchez le faltaban seis meses y once días para morirse cuando conoció a la mujer de su vida". Thanatos y Eros entrelazados. El destino de muerte trazado por los dioses y señalado por los médicos tres meses antes parece no alte- rar las actividades rutinarias del senador; en cambio, una mujer, Laura Farina, tiene el poder que nadie hubiera sospechado: "que allí viviera alguien capaz de torcer el destino de nadie". En realidad, no es su poder sino el del amor en ese enfrentamiento a la soledad de la muerte. Y es que el senador, rodeado siempre de gente, experimenta la más atroz acechanza de la soledad. Él mismo así lo ha querido "pues había decidido padecer a solas su secreto, sin ningún cambio de vida". Pero aparece Laura, quien con su "belleza inverosímil era más impe- riosa que su dolor". Es hija de un prófugo francés y de una negra de Paramaribo. El padre "tenía razones para suponer que estaba criando a la mujer más bella del mundo". Cuando el senador la ve y descubre su belleza no le queda más remedio que exclamar: "Carajo, las cosas que se le ocurren a Dios". Se inicia el proceso: la forma sensible apela al senador. Pronto se hace evidente que sus almas comparten el sentimiento de soledad 5. Ella es la única rosa en ese pueblecito con nombre de burla: "El rosal del Virrey". Ambos son aries y según el sena- dor ese es "el signo de la soledad". Precisamente, ese rasgo común es el que permite a Laura pasar de objeto erótico al servi- cio de los intereses del padre, a sujeto del deseo en la interrelación con el senador Onésimo Sánchez. La hija, en su papel de objeto erótico, es enviada como una carnada a ese político promesero que una vez pasadas las elecciones olvida los compromisos adquiridos con sus electores. Pero esta vez se pasa de la oralidad a la escritura para que el compromiso adquiera el sentido de ineludible. Para que pueda gozar ese objeto erótico tiene que mandarle a Nel- son Farina "un compromiso escrito de que le va a arreglar su situación". Sólo así le enviará la llave del cinturón de castidad que le ha colocado a su hija. 4 Octavio Paz, La llama doble: amor y erotismo, Bogotá: Seix Barral, 1994: 65 y 67. 5 "Tocante al hecho de que nazca el amor, en la mayoría de los casos, por la forma bella, es evidente que, siendo el alma bella, suspira por todo lo hermoso y siente inclinación por las perfectas imágenes. En cuanto ve una de ellas, allí se queda fija. Si luego distingue tras esa imagen alguna cosa que le sea afin, se une con ella y nace el verdadero amor; pero si no se distingue tras la ímagen nada afin a sí, su afección o pasa de la forma y se queda en apetito car· na!" (Ibn Hazm de Córdoba, El collar de la paloma, Madrid: Alianza Editorial, 1997:139). 62 Sin embargo, el problema mayor del Senador no es de tipo sexual sino de soledad y de muerte. Por ello, y porque Laura comparte ese sentimiento de aislamiento y soledad experi- mentados en ese pueblecito ilusorio de donde no pueden salir por falta de una cédula de ciu- dadanía, al final el senador la retiene: "Olvídate de la llave -dijo- y duérmete un rato con- migo. Es bueno estar con alguien cuando uno está solo". Ante esta situación, Laura como sujeto amoroso "lo acostó en su hombro con los ojos fijos en la rosa". Al final del relato se cierra el círculo: "Seis meses y once días después había de morir en esa misma posición, pervertido y repudiado por el escándalo público de Laura Farina". Los dos como sujetos amorosos han tomado la decisión de vivir su amor íntimo sin importar las implicaciones públicas de sus actos. Sin embargo, pasado el tiempo pronosticado tan pun- tualmente por los médicos no hay la esperanza quevediana de un "amor constante más allá de la muerte", sino la convicción muy garciamarquiana de que ante la absoluta soledad que impone la muerte ni siquiera el amor logra ser un paliativo. Este enamorado se encuentra muy lejos de aquél que consideraba que la brevedad del gozo del amor le causaría la muerte, si bien no le importaría con tal de que le llegara en los brazos de su amiga6. Al contrario de este amante medieval, Onésimo Sánchez termína sus días "llorando de la rabia de morirse sin ella". Soledad constante más allá del amor. García Márquez, por medio de este cuento, ejemplifica certeramente "que el amor no vence a la muerte: es una apuesta contra el tiem- po y sus accidentes"7. Y es preciso recordar que para el poeta lbn Hazm de Córdoba, "el amor es, en sí mismo, un accidente"8. B. El deseo triangular en El amor en los tiempos del cólera9 El amor en los tiempos del cólera ha sido catalogada como una novela romántica, repre- sentativa, precisamente, de un romanticismo tardío en el caribe colombiano; según la inten- cionalidad autorial, tiene como objetivo mostrar el amor como herramienta básica e indis- pensable para lograr todas las metas. García Márquez confiesa que lo verdaderamente va- lioso en la novela es el análisis del amor en cualquier momento de la vida: " [ ... ] el amor deter- mina un comportamiento y un tipo de relación que es igual en todas las edades, lo que hace falta siempre es el amor que, si lo hay, a cualquier edad se manifiesta de igual forma" 10. Si se toma la opinión del propio autor como una más de un lector común, se entiende que otros analistas se inclín en más por pensar en ATC no como un análisis del amor en todas las edades, sino más bien como una "parodia al amor romántico, a esa historia de amor con un final feliz" 11 • Pero, más allá de todo aquello que se ha dicho sobre el sentimiento amoroso 6 Guillaume de Lorris y Jean de Meun, El libro de la rosa, Madrid. Siruela:l986: 44. 7 Paz: 220. 8 lbn Hazm de Córdoba: 128. 9 Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera, Bogotá, Editorial La Oveja Negra, 1985. Todas las citas y alusiones a esta novela han sido tomadas de esta edición, precedidas de la abreviatura ATC. Los subrayados en las citas son míos. 10 García Márquez en entrevista con Francese Arroyo en El País_de Madrid, reproducida en El Mundo, 25 de enero de 1986. 11 Isabel'Rodríguez Vergara, El mundo satírico de Gabriel García Márquez, Madrid, Editorial Pliegos, 1999: 128-129. 63 en la novela, se ha olvidado un poco ese tipo de amor que trasciende las fronteras de lo neta- mente romántico e idílico para convertirse en una muestra de la degradación humana: el de- seo mediatizado según el Otro 12. En esta novela de García Márquez se pueden distinguir dos etapas: Una primera etapa del amor idílico adolescente de ambos jóvenes y la deificación de Fer- mina (la Diosa Coronada) por parte de Florentino, que como bien lo expresa Octavio Paz, representa la etapa del reconocimiento de la mujer como persona única capaz de satisfacer- le y asegurarle la felicidad 13. La segunda etapa de estos amores prohibidos comienza con el rechazo de Fermina Daza hacia Florentino. Es el momento en donde "el objeto del deseo se vuelve sujeto que me desea o que me rechaza" 14• Ante el repudio el protagonista se obsesiona por alcanzar su objeto del deseo con más fervor. Es aquí cuando el amor pierde su autenticidad y es mediatizado por un rival. En esta segunda etapa, la teoría del deseo triangular según el Otro entra en vigencia. En Mentira romántica y verdad novelesca, René Girard presenta al hombre moderno como un ser sin originalidad, imitador permanente de modelos hasta para la consecución de sus metas más íntimas, como el amor. Ese mediador del deseo es generalmente un rival que tam- bién desea o ya posee el objeto del deseo. En la segunda etapa de ATC, Florentino represen- ta ese ser degradado que desea a Fermina a través de Juvenal. Así, el doctor Urbino se trans- forma en el obstáculo dentro del universo de Florentino: "El día que Florentino Ariza vio a Fermina Daza en el atrio de la catedral, encinta de seis meses y con pleno dominio de su condición de mujer de mundo, tomó la determinación feroz de ganar nombre y fortuna para merecerla. Ni siquiera se puso a pensar en el inconveniente de que fuera casada, porque al mismo tiempo decidió, como si dependiera de él, que el doctor Juvenal Urbino tenía que morir" (Are: 163). Cada vez que Florentino desea acercarse más a su objeto (Fermina), inevitablemente se acerca más al obstáculo, imitándolo. Esta imitación secreta y disimulada causan en Florentino sentimientos encontrados que Girard llama sentimientos modernos, como son: una honda veneración y mucho rencor que se traducen en odio, al mismo tiempo que en celos y en envidias: "Los celos, hasta entonces ahogados en llanto, se hicieron dueños de su alma. Rogaba a Dios que la centella de la justicia divina fulminara a Fermina Daza cuando se dispusiera a jurar amor y obediencia a un hombre que sólo la quería para esposa como un adorno social, y se extasiaba en la visión de la novia suya o de nadie" (ATC: 144). Al odiar a Juvenal, Florentino se odia secretamente por admirarlo15: "Florentino Ariza no pudo resistir la punzada de dolor de que aquel hombre admirable tuviera que morirse para 12 René Girard, en su obra Mentira Romántica y verdad novelesca, afirma que el hombre moderno es un ser inauténtico, incapaz de desear por sí mismo y por esta razón "mediatiza" sus deseos, razón por la cual imita modelos que Jo con·