Florentino Paredes García Universidad de Alcalá de Henares, España ¿LA MÉDICA O LA MÉDICO? UNA APROXIMACIÓN SOCIOLINGÜÍSTICA A LA ELECCIÓN DEL GÉNERO A Francisco Moreno, maestro y amigo Introducción 1 Como es bien sabido, en español la alternancia básica de género queda establecida por la presencia del morfema -o para el masculino y de -a para el femenino. No obstante, esta co- rrespondencia no siempre se mantiene, lo que ocasiona algunos de los problemas que plantea el tratamiento del género.2 Este artículo forma parte de la investigación que ha constituido nuestra tesis doctoral Estudio sociolingüístico del habla de La Jara (Universidad de Alcalá, 1995), para la realización de la cual hemos contado con una ayuda económica de la Fundación Caja de Madrid. 2 Sin ser muy numerosa la nómina de problemas en torno al género de las palabras en español, abarca desde las consideraciones teóricas más generales hasta la discusión acerca de sus valores significativos. No es este el lugar de tratar por extenso estas cuestiones, pero señalaremos algunas de las posturas que se han mantenido. La gra- mática tradicional considera el género como un accidente gramatical que sirve para indicar el sexo al que per- tenecen (etimológicamente génos servía para designar tanto el género como el sexo de los seres vivos) y esta opinión es la que ha venido sosteniendo la Academia al menos desde su Gramática de la Lengua Castellana de 1771 (edición facsímil, Madrid, Editora nacional, 1984, pp. 127-129) hasta Ja Gramática de la lengua española de 1932. A propósito de esto hay que mencionar Ja polémica acerca de la consideración o no de la lengua como sexista; véanse, entre otros, Álvaro GARciA MESEGUER, Lenguaje y discriminación sexual, Barcelona, Monte- sinos, 1988 y ¿Es sexista la lengua española?, Barcelona, Paidós, 1994; Iris Grace GoNzALEZ, "Algunos aspec- tos de sexismo en español", en H. LóPEZ MORALES y M. VAQUERO (eds.), Actas del I Congreso Internacional sobre el español de América, San Juan, Acadenúa Puertorriqueña de Ja Lengua Española, 1987, pp. 699-713; Violeta DEMONTE, "Naturaleza y estereotipo: la polémica sobre un lenguaje femenino", en Nuevas perspectivas sobre la mujer: actas de las Primeras Jornadas de Investigación Interdisciplinaria organizadas por el Semi- nario de Estudios de la Mujer de la Universidad Autónoma de Madrid, 1982, pp. 215-221; Salvador CRESPO MATELLÁN, Lenguaje y sexo, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1982; Mª Antonia MARI"iN ZORRAQUINO, "Observaciones sobre las propiedades atribuidas al habla femenina en el donúnio hispánico", en Ralph PENNY (ed.), Actas del I congreso anglo-hispano. Tomo I: Lingüística, Madrid, Castalia, 1993, pp. 115-126; Pilar GARCÍA MoUTON, "El Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía. Hombres y mujeres. Campo y ciudad", en Actas del Congreso Internacional de Dialectología, Iker, pp. 667-685; Francisco MORENO y Hiroto UEDA, "El género en los sustantivos del español", BAPLE, XIV-2, 1986. Otros autores abordan el problema desde una perspectiva diferente. Bello considera que el género es la clase a la que pertenece el sustantivo según la ternúnación del adjetivo con el que concuerda (Gramática de la lengua castellana, Madrid, EDAF, 1984, p. 45), opinión a la que se adhiere la Acadenúa en su Esbozo de una nueva gramática de la Lengua Española, (Madrid, Gredos, 1973, p. 173). A partir del estructuralismo el género se con- sidera un morfema arbitrario que marca la concordancia y que es inherente al sustantivo (véanse F. MARcos MARiN, Aproximación a la gramática española, Madrid, Cincel, 1972, p. 114; M. ALVAR y B. POITIER, Morfo- logía histórica del español, Madrid, Gredos, 1987, p. 39; Juan ALCINA y José Manuel BLECUA, Gramática espa- ñola, 4ª edic., Barcelona, Ariel, 1983, p. 513; Enúlio ALARcos LLoRACH, Gramática de la lengua española, Madrid, Espasa Calpe, 1994, p. 60). 79 La elección de la marca genérica de algunas palabras está estrechamente ligada a deter- minados aspectos sociales, como ocurre, por ejemplo, con ciertos términos que sitven para nombrar una profesión desempeñada por una mujer. La incorporación de mujeres a algunas profesiones y oficios tradicionalmente ocupados por hombres ha creado la necesidad de de- signar estas nuevas realidades. En la mayor parte de estos casos no se ha planteado ningún tipo de conflicto, pues la alternancia de género se ha ajustado al procedimiento general de formación de palabras: el abogado/la abogada, el bombero/la bombera. Hay otros casos, sin embargo, en los que esta alternancia no se ha visto libre de dificulta- des. La nueva oposición que se establece entre médicolmédica,juezljueza para los signifi- cados 'hombre /mujer cuya profesión es la medicina' u 'hombre /mujer que profesa las leyes' ha venido a superponerse a la oposición que funcionaba tradicionalmente, según la cual el masculino designaba al 'hombre que profesa la medicina (o las leyes)' y el femenino a la 'mujer del médico (o deljuez)'.3 Este significado tradicional ha hecho que sobre las formas médica o jueza pese cierta estigmatización y que, en consecuencia, los hablantes busquen alternativas lingüísticas para evitarlas. Las soluciones que se adoptan son muy variadas: algunos hablantes prefieren mantener la terminación -o para la profesión y marcar el género mediante otros procedimientos grama- ticales, como el artículo, oponiendo así la médico 'mujer que se dedica a la medicina' a la médica 'mujer del médico'; otros hablantes, que sienten médica como vulgar, recurren a le- xemas diferentes para marcar la oposición y enfrentan médico a doctora o incluso a enfer- mera; una solución más consiste en conservar la distinción de morfema para la profesión, y emplear un procedimiento analítico para designar a la mujer del médico: la mujer del médi- co u otras fórmulas consideradas más respetuosas, como la señora del médico, la esposa del médico.4 Metodología de la investigación Planteado en estos términos el problema, hemos querido conocer el funcionamiento social de esta elección o, lo que es lo mismo, comprobar si hay algún factor que influya en la elec- ción de una forma u otra. Para ello, hemos analizado los datos de un trabajo de campo en una zona rural española, la comarca de La Jara.5 Los distintos significados que se atribuyen al género pueden verse en REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Esbozo de una nueva gramática de la Lengua Española, ob. cit., pp. 173-179; J. ALCINA y J. M. BLECUA, ob. cil, pp. 513-529. 3 En la edición de 1992 del Diccionario de la Real Academia Española, la primera acepción de jueza es 'mujer del juez' y la quinta de médica es 'mujer del médico'. 4 Véase J. ALCINA y J. M. BLECUA, ob. cit., pp. 520-521. 5 La comarca de La Jara está situada en la zona centro-occidental de la Península Ibérica. Comprende 52 pueblos y ocupa una extensión aproximada de 2.500 km2, de los que unos 2.000 pertenecen a Toledo y el resto se reparte entre Cáceres, Ciudad Real y Badajoz. Históricamente dependió de la villa de Talavera de la Reina hasta la di- visión provincial de 1831, momento en el que se repartió entre las provincias citadas. Geográficamente está ais- lada de las vías importantes de comunicación y su economía está poco desarrollada. Desde el punto de vista lin- güístico, el habla del territorio está marcada por influencias que han ejercido otras variedades españolas meri- dionales y occidentales, especialmente las extremeñas. 80 La recogida de datos se ha realizado en 28 pueblos, en los que, siguiendo criterios habi- tuales en la geografía lingüística española, hemos buscado sujetos naturales de la localidad que no hayan viajado mucho. Las encuestas fueron realizadas entre el 1 O de junio de 1992 y el 20 de junio de 1993. Durante cada entrevista, grabada en parte, se rellenó el cuestionario correspondiente empleando siempre transcripción fonética.6 En cada punto hemos buscado ocho sujetos, cantidad que permite obtener muestras de habla sociolingüísticamente representativas en todas las localidades. En total hemos conta- do con 210 informantes -lo que supone el 1,1 % del total de la poblaciónjareña-, selec- cionados mediante una de las técnicas habituales de la sociolingüística, la del muestreo por cuotas. Para ello se estratificó la población de cada una de las localidades encuestadas en función de tres factores (el sexo, la edad y el nivel de instrucción): - por "sexo", 2 grupos: Hombres y Mujeres. - por "edad'', 4 grupos: (15-24), (25-39), (40-59) y (60 o más). - por "nivel cultural", 2 grupos: Alto y Bajo.7 La agrupación por estratos de los individuos seleccionados como muestra ofrece las si- guientes características: a) Cuotas por "sexo": HOMBRES MUJERES 106 104 Cuadro I: Muestra por sexo b) Cuotas por "edad": 15-24 25-39 40-59 60- 50 53 52 55 Cuadro n: 11uestra por edad c) Cuota por "nivel de instrucción": EGB INCOMPLETA GRADUADO ESCOLAR 114 96 Cuadro rn: Muestra por nivel de instrucción 6 En el trabajo de recogida de datos, que, como es lógico abarcó más aspectos que los que aquí tratarnos, a todos los informantes se les aplicó un cuestionario fonético, morfológico y sintáctico (526 preguntas); con 18 de ellos, todos mayores de 60 años, se empleó también un cuestionario léxico (2572 preguntas). 7 En el grupo Alto se incluyen los informantes que tienen el Graduado Escolar o títulos superiores; en el Bajo se sitúa el resto. 81 Si agrupamos por cuotas a los 210 informantes, según los grupos descritos, tenemos la siguiente muestra: HOMBRES MUJERES B A B A TOTAL 15-24 6 20 3 22 51 25-39 12 14 11 15 52 40-59 22 4 17 9 52 60- 23 5 21 6 55 TOTAL 63 43 52 52 210 Cuadro IV: Número de informantes por cuotas Para el análisis cuantitativo de los datos nos hemos ayudado del programa informático GOLDVARB 2.0 para Macintosh, 8 programa que permite establecer matemáticamente las co- rrelaciones entre los datos lingüísticos y los factores sociales. Un paso previo en el trata- miento de estos datos es el del recuento y la codificación con objeto de que sean suscep- tibles de ser tratados informática.mente. El resultado de los análisis se ofrece en forma de fre- cuencias absoluta y relativa y de índices de probabilidad. Este último dato resulta el más interesante, pues permite conocer de una forma más precisa la incidencia de cada uno de los factores en la aparición de la variable lingüística estudiada.9 El programa determina, ade- más, cuál de las combinaciones de factores es la más significativa y descarta los factores que no inciden. Presentamos los resultados en forma de cuadros gráficos elaborados tomando en cuenta la información probabilística, lo que permite observar de forma inmediata la importancia rela- tiva de cada factor significativo en la aparición de la variable estudiada. Hemos analizado con esta técnica sociolingüística las preguntas del apartado morfológico que hacen referencia a los morfemas de femenino para designar la profesión 10 8 Agradecemos al Departamento de Filología de la Universidad de Alcalá de Henares las facilidades que nos ha dado para usar este programa. 9 La explicación del funcionamiento de este programa informático puede verse en Francisco MORENO, "Sociolin- güística, estadística e informática'', Lingüística (en prensa). 10 Corresponden a las siguientes preguntas del cuestionario: 326: juez, -a, 327: la mujer del juez, 328: médico, -a y 329: la mujer del médico. En nuestro recuento hemos prescindido de las respuestas en las los hablantes recu- rren al cambio de lexema, del tipo médico/doctora. 82 Las variantes que hemos considerado son las siguientes:ll procedimiento analógico: caracterización mediante el morfema -a para 'profesión de la mujer': la médica, la jueza <2> procedimiento gramatical: caracterización mediante el artículo femenino para 'profesión de la mujer': la médico, la juez <3> tratamiento tradicional: morfema -a para 'mujer de ... ': la médica, la jueza <4> tratamiento analítico para 'mujer de ... ': mujer del médico, deljuez12 El recuento de los datos nos ha permitido obtener una muestra de 850 ocurrencias. El cuadro siguiente ofrece, resumidos, los valores de la frecuencia absoluta (N°), frecuencia re- lativa(%) e índice de probabilidad (P)B de las interrelaciones que se producen entre los fac- tores sociales y las variables lingüísticas: La médica La médico La médica La mujer del m oo•oooooooooorooOOoooOo .. 000000000••00 HoooOooooooo~ooo••••oooooooooooooooo OOOOoOOoooooorooooooo0 ... 0000000000000 HOo•oooooooo .... oooOOOoooo'Y'ºººº""º""ººº•OO . . . . . . . . Nºl%lP Nºl%lP Nºl%lP Nºl%l P H 157 i 73 l 59 i 27 ¡ 88 ! 43 ! 117 57 M 143 \ 69 l 65 l 31 l 79 l 36 l 142 . 64 . 15-24 ····54····r5º···· ·:2~···· ····55······ ·5º···· ··.·;54··· ····2~··-·-· ·2;·r:;·25··· ·····;;····r;;··r··_-6;;···- 25-39 68 i 65 .386 36 35 .614 36 36 \ .449 64 ¡ 64 ¡ .551 40-59 83 ¡ 75 .506 27 25 .494 46 42 j .559 63 j 58 j .441 60- 95 i 94 .840 6 6 .160 57 50 ¡ .649 57 ¡ 50 ¡ .351 11------1~-------·····+········ .............. ·············.·········.············· ...................... .,. .......................... .,. ........... , ............... . B 123 l 61 l 78 J 39 l 75 l 42 l .432 103 l 58 J .568 A 177 J 79 J 46 J 21 J 92 J 37 J .594 156 J 63 ¡ .416 Cuadro v: Probabilidades e índices de las variantes de género para marcar la profesión Primer análisis: frente a En el primero de los análisis hemos contrapuesto las variantes analógica y gramati- cal <2>, lo que nos permitirá ver si la elección del morfema-a o la caracterización mediante 11 Desde el punto de vista sociolingüístico, una variante o clase es un conjunto de unidades agrupadas por lo gene- ral en función de su semejanza. Puede resultar aclarador un ejemplo de fonética: las realizaciones del fonema Is/. Las realizaciones de este fonema en español van desde las distintas articulaciones sibilantes (coronal, pre- dorsal, apical, etc.) a la aspiración sorda o sonora, pasando por diversos grados de asimilación a la consonante siguiente y llegando incluso hasta la pérdida del sonido. Tal multiplicidad de realizaciones sólo es susceptible de un análisis cuantitativo tras un proceso previo de agrupamiento. Para ello normalmente se recurre a unir aque- llos sonidos que posean rasgos semejantes. En el caso que nos ocupa, una división aceptable podría ser la que agrupase las pronunciaciones del fonema en cuatro variantes o clases: , , y . 12 En esta variante se agrupan también expresiones como la señora del médico, la esposa del médico (o del juez). 13 El índice de probabilidad se presenta en forma de un valor numérico comprendido entre O y 1, donde O repre- senta la probabilidad mínima de que ocurra la variante analizada y 1 la máxima; los valores superiores al . 5 indi- can que la variante resulta favorecida por el factor y los inferiores al .5 indican la tendencia desfavorecedora. 83 el artículo para significar la profesión de una mujer depende de algún factor social. Los datos son los siguientes: H M 15-24 25-39 40-59 60- B A La médica . La médico ................... , ................................................................................. . . . . . : : : : Nº ¡o/o¡ P Nº ¡%¡ P 157 73 59 : 27 : 143 69 65 \ 31 \ :rr:~1~: Irt~:rf~ : : : : 95 j 94 ¡ .840 6 j 6 j .160 ······-~;;····T····-~-~---··r············· ·······;~·-·····r~;·T················ 177 ¡ 79 ¡ 46 ¡ 21 ¡ Cuadro vr: Frecuencias y probabilidades de las variantes que designan la profesión. Como se observa en los valores de las frecuencias, la variante más empleada para el femenino es la que contiene el morfema -a (71 % para la médica, 29 % para la médico), es decir, en analogía con otros adjetivos y sustantivos, se prefiere marcar la diferen- cia de sexo mediante la opo-sición -o/-a. Descarta- da la incidencia del sexo y el nivel cultural, el análisis nos indica que en la Jara el único factor que predeter- mina el uso de una u otra variante es la edad. Como refleja la Ilustración 1, se La médica/ la médico 0.8 0.6 0.4 0.2 15·25 60· Ilustración 1 Probabilidad de la variable , la médica, frente a la <2>, la médico, según los factores que han resultado significativos produce una relación directa entre el uso de los grupos generacionales, de forma que a menor edad se favorece menos la forma la médica. El morfema -a para marcar la profesión es preferido por los hablantes de mayor edad, sobre todo por los más viejos, mientras que entre los jóvenes se prefiere caracterizar la profesión por medio del artículo u otros procedi- mientos gramaticales. 84 Segundo análisis: frente a En el segundo análisis hemos contrastado las variantes <3> y <4>, las que recogen las for- mas para denominar a la mujer del médico o del juez. Pretendemos ahora determinar si algún factor social favorece o repele la denominación tradicional de médica como referente de la esposa del médico. Los valores son los siguientes: La médica La mujer del médico ···········-··-.r···············.r············· ··············••t••••···········r······················ . . . . . . . . Nº1%1P N°i%i P H 88 ¡ 43 ¡ ll 7 l 57 l M 79 ¡ 36 ¡ l 42 i 64 i :~ ~rrr~r rrr ~r 1---B-...... ·····75···r···42·····r:4;;·· ---··¡-~3·····¡··-··5·8·---- --------_-56~------- A 92 ¡ 37 ¡ .594 156 i 63 .416 Cuadro VII: Frecuencias y probabilidades de las variantes que indican modos de designar a la esposa La médica I la mujer del médico Edad Nivel de instrucción 0.8 0.8 0.6 0.6 OA 0.4 02 02 Ilustración 2 Probabilidad de aparición de las variantes <3>, la médica frente a <4> la mujer del médico, según los factores significativos. Nuestros hablantes emplean mayoritariamente el procedimiento analítico: la mujer de ... (3 9 % para la médica y 61 % para la mujer del médico). En esta ocasión los factores signifi- cativos han sido la edad y el nivel de instrucción (Ilustración 2). Por generaciones, volve- mos a encontrar una correlación rectilínea directa que muestra cómo a medida que es mayor 85 la edad del hablante es más probable que aparezca la variante <3>, la médica, la que hemos llamado tradicional. En la gráfica del nivel de instrucción nos encontramos con que los hab- lantes menos instruidos son los que adoptan en mayor medida la solución médica para 'mujer del médico' mientras los más cultos se inclinan por el uso de la mujer de ... Tercer análisis: Valores del término mémca En el tercero de los análisis pretendemos encontrar las correlaciones en el empleo de médica para 'profesión' y 'mujer del médico'. Los datos son los que siguen: 'Profesión' 'Mujer de' 11 157 : 73 : 88 : 43 M 143 j 69 j 79 j 36 . 1-------+••00•000HO•OOO:•OOOOOOOOOOOOO:OOOOOOOOoooOOO OOOOOOOOOOOOO:OOOOOOOOOOOOOoo:OOOOOoOOoOoOoooooo 15-24 54 : 50 : 28 : 27 ¡ 25-39 68 . 65 . 36 . 36 . 40-59 83 . 75 : 46 1 42 1 60- 95 i 94 i 57 i 50 ¡ 1------+·····----------!---------------=--------------- ............. : ............... .:.. ................. . B 123 ¡ 61 ¡ 75 ¡ 42 ¡ A 177 j 79 j 92 j 37 j Cuadro VIII: Frecuencias de las variantes que recogen los valores semánticos de médica La comparación entre las frecuencias de una y otra variante nos señala el predominio de médica para designar la profesión que la relación matrimonial. El análisis probabilístico para determinar si alguno de los factores analizados establece correlaciones con una u otra va- riante ha resultado infructuoso, es decir, la elección de una u otra variante no está determi- nada por ninguno de los factores previstos. Conclusiones Los análisis que hemos llevado a cabo han permitido mostrar que la elección del moife- ma de género de las palabras que designan la profesión de la mujer está determinada en cier- ta medida por algunos factores sociales. Nuestros hablantes prefieren mayoritariamente el procedimiento sintético (marcar con el moifema-a) para nombrar a la profesional y emplear las formas analíticas del tipo mujer de... para referirse a la esposa. La incidencia de los factores sociales es distinta según las variantes analizadas. Hemos podido comprobar que el sexo del hablante no predetermina ninguna de las variantes, frente a lo que cabría esperar. El hecho de que el hablante sea hombre o mujer no favorece una u otra formas. El nivel de instrucción de los informantes no influye en la alternancia entre la médica y la médico para la profesión pero sí en la elección de la designación de la esposa. Como hemos señalado, el nivel de instrucción más elevado rechaza el empleo de la médica 86 para 'mujer del médico'. Esto confirma que hay una cierta estigmatización de este término, que no es percibida como extrema, a juzgar por la cercanía de los índices de probabilidad de los dos grupos. El factor más decisivo a la hora de elegir una variante ha sido la edad. Hemos podido observar cómo se establecen correlaciones directas entre la edad y las diferentes va- riantes: entre los jóvenes se prefiere emplear la médico y la mujer del médico mientras que entre los mayores, sobre todo los menos cultos, optan por la forma médica tanto para la pro- fesión como para la esposa. Povzetek ¿LA l\.1ÉDICA O LA MÉDICO? SOCIOLINGVISTICNI PRISTOP K IZBIRI IZRAZA ZA SPOL V pretresje vzeto eno od zanimivih sociolingvisticnih vprasanj: poimenovanje poklica, ce ga opravlja fenska. Vpra8anje poimenovanja v zenskem spoluje v vecji ali manjsi meri pri- sotno v vseh jezikih, in sicer za tiste poklice, ki so postali zenskam dostopni sele v nasem stoletju. Avtor je vzel za predmet svojega razmisljanja par zdravnik / zdravnica; v sloven8ci- ni ta par ne predstavlja nobenih te:lav, ce Ze, je hilo v preteklosti, in jih je se sedaj, nekaj zapletov z gospa doktor. Spanska la médica/ la médico pa se zmeraj pozna oklevanje v rabi. Avtor je opravil dokaj natancno analizo rabe v okraju La Jara v osredaji zahodni Spa- niji, na meji med Kastiljo in Extremaduro; pri anketiranju je uposteval razliko v spolu (moski/:lenske), starosti (4 skupine: 15-24, 25-39, 40-60, nad 60 let), izobrazbi (tisti s kon- cano osnovno solo /tisti brez osnovnosolske izobrazbe ). Rezultati ankete ka:lejo, da V tem delu spanskega podefelja raba izraza médica V pomenu 'zdravnikova fena' nara8ea s starostjo anketirancev in pada s stopnjo njihove izobrazbe. Mladi, in za te je gotovo, da so dosegli visjo stopnjo izobrazbe, poznajo in priznavajo samo opozicijo la médica : la mujer del médico, zatekajo se torej k opisnemu izrazu, starejsa in zlasti stara generacija pa rabi izraz médica tako za zensko, ki zdravniski poklic opravlja, kot za tisto, ki je z zdravnikom porocena. 87