Stanislav Zimic University ofTexas, Estados Unidos DEL TÁLAMO AL TÚMULO: CLARA JERÓNIMA, VICENTE TORELLAS Y ROQUE GUINART (Don Quijote, 11ª Parte, Caps. 60, 61) Haciéndole ir a D. Quijote por tierras catalanas, Cervantes, ya por su característica pre- ocupación con la autenticidad histórica, debió de considerar oportuno ingeniar un encuentro entre aquél y el bandolero Roque Guinart, protector o amenaza -según el punto de vista- de la gente de esa región por aquella época.1 En efecto, en algunos estudios se destaca esta preocupación de Cervantes como justificativa del notorio episodio, aunque sustentada por un deseo simultáneo de contrastar al dinámico, activo, pragmático "caballero" Roque Guinart con D. Quijote, quimérico "caballero andante", anacrónico, inútil frente a los problemas que surgen durante su encuentro.2 Descartada como ridícula, absurda, la oferta de D. Quijote de socorrer a Claudia Jerónima, "doncella agraviada"3, la impotencia, es decir, la superflua existencia de aquél se haría por completo patente, anunciando así el inminente fin de sus empresas caballerescas.4 Esta sugerencia resulta plausible, pero no abarca la implicación más significativa de la "inutilidad" de D. Quijote en ésta y algunas otras situaciones seme- jantes. La introducción de Clara Jerónima se considera a veces superflua: "está de más" en la novela, 5 o, cuando más, como mero pretexto para relatarse otro cuento, el cual, además, es un desacierto: "A girl disguised as a young man in green arrives ata gallop with the usual stoty: Man promised to marry her, now he is about to marry another. She shoots him, but it transpires that the rumors were wrong and she falls fainting on his body as he breathes his last. Idiotic!"6 "Idiótica" concepción novelística, sin reconocible relevancia para la novela. En éste, como en todos los estudios que conocemos, queda desapercibida la importancia de l Ver las notas a los capítulos 60-61, !!ªParte del Quijote, ed. de M. de Riquer, Barcelona, Juventud, 1965. 2 S. Lorente-Murphy y R.M. Frank, "Roque Guinard y la justicia distributiva", <<Á. C.», 1982, p. 109; A. Weber, "Don Quixote with Roque Guinart: The Case for an Ironic Reading", Cervantes, 1986, p. 135; R. L. Hathaway, "Claudia Jerónima", «N.R.F.H.», 1988, p. 320; L. A. Murillo, A Critica[ Introduction to Don Quixote, New York, Lang, 1988, pp. 236-237. 3 En este episodio trágico Sancho proporciona un instante de alivio cómico, con un zeugma: "mi señor tiene muy buena mano para casamentero ... ; y si no fuera porque los encantadores lo persiguen ... esta fuera la hora en que ya la tal doncella no lo fuera" (1480), reminiscente del de Dorotea, con implicación muy seria: "al salir mi don- cella del cuarto, yo dejé de serlo" (1152). Para todas las citas de las obras cervantinas utilizamos la edición de la Obras completas de Cervantes, de A. Valbuena Prat, Madrid, Aguilar, 1965. 4 R. L. Hathaway, "Claudia Jerónima", p. 320 y sig.; L. A. Murillo, A Critica[ lntroduction to Don Quixote, 236-7. 5 Clemencín, citado por V. Gaos, en su edición de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Madrid, Gredos, 1987, IIª Parte, p. 852. 6 V. Nahokov, Lectures on Don Quixote, London, 1983, p. 203; citado por Hathaway. 11 las tan incisivas referencias a la alianza política del padre de la joven con Roque Guinan en los sangrientos conflictos de los bandos catalanes. Esta trágica circunstancia política se con- templa como detalle histórico, ambiental, novelísticamente conveniente y bien utilizado, pero, al fin de cuentas, fácilmente sustituible por otro cualquiera que funcionase como obstá- culo formidable para la libre comunicación entre los dos enamo-rados. La perplejidad todavía patente de muchos lectores frente a este famoso episodio se debe, esencialmente, al hecho de que no se ha percibido la íntima relación poética, novelística, "histórica" entre la actuación de Don Quijote y las de Roque Guinart y Claudia Jerónima.7 Creemos que sólo comprendiendo bien esta relación es posible apreciar la gran sutileza de la concepción novelística, la transcendencia de la visión política, social y, sobre todo, moral de Cervantes en este episodio y, en definitiva, su relevancia en el Quijote. Cabe mostrar, pues, la función de cada elemento particular en el conjunto, en su mutua dependencia con los otros elementos con que, únicamente, todos cobran su pleno sentido. Dejando aparte a sus enemigos del bando de los Cadells, "los lladres que su perdición procuran" (1483), todos los que encuentran a Roque Guinart quedan "admirados" de su extraordinaria personalidad. "¡Oh gran Roque!", "¡Oh valeroso Roque!", "¡Alejandro Magno!", etc. (1479, 1480, 1483), lo aclaman con sincero fervor, al evocar su ya mitica fama de valentía, gallardía, nobleza de espíritu, magnanimidad, discreción, pericia y astucia mili- tar ... , y, al ver comprobadas todas estas virtudes legendarias en su conducta, en particular, en su "extraño proceder" (1483), que es su honrado, compasivo, humanitario trato con todos, sin excluir a los enemigos, 8 y especialmente con los desvalidos en cualquier adversidad: "Infinitas y bien dichas fueron las razones con que los capitanes agradecieron a Roque Guinart su cortesía y libertad ... ; la señora doña Guiomar de Quiñones se quiso arrojar del coche para besar los pies y las manos del gran Roque ... " (1483). Por su caballerosidad hacia las mujeres y por su consideración de la siempre precaria condición económica del soldado -y quizás también de la supuesta honradez de la profesión soldadesca-, Roque Guinart les ha quitado a estos viandantes sólo una partecilla del dinero que traían, lo mínimo "para con- tentar esta escuadra que me acompaña" (1483), sus revoltosos "escuderos". A los peregri- nos, por pobres -con lo que se nos sugiere que eran religiosos genuinos- hasta les da diez escudos del botín. Incluso "pide perdón del agravio que ... hacía, forzado de cumplir con las obligaciones precisas de su mal oficio" (1483). Significativamente, del botín que reparte entre sus "escuderos" Roque Guinart no guarda nada para sí y en una ocasión dice que no es 7 Esto se revela a menudo en la tendencia de tratar alguno de sus elementos separada o preferentemente, como si fuese más bien independiente de los otros, según lo sugieren ya los títulos de los estudios: Azorin: "El misterio de Claudia", Con permiso de los cervantistas, Madrid, 1948, pp. 115-116; Unamuno sólo habla de Roque Guinart y ni menciona a Claudia Jerónima (La vida de D. Quijote y Sancho, Obras completas, Madrid, A. Aguado, 1958, vol. IV, pp. 319-329); K. L. Selig, "Sorne Observations on Roque Guinart", en Medieval, Renaissance and Folklore Studies in Honor of J. Esten Keller, Newark. J. de la Cuesta, 1980, pp. 237-279; S. Lorente-Murphy y R. M. Frank. "Roque Guinart y la justicia distributiva en el Quijote", pp. 103-111; A. Weber, "D. Quixote with Roque Guinart"; R. L. Hathaway, "Claudia Jerónima", etc. 8 "Roque Guinart ordenó a los criados de don Vicente que llevasen su cuerpo al lugar de su padre, que estaba allí cerca para que le diesen sepultura" (1481). Tan galante actitud frente a los enemigos no era de ningún modo cor- riente entre los miembros de los bandos. La Galatea: "Ruego a los altos cielos ... que permitan que tu cuerpo carezca de sepultura ... " (615), aunque en este caso interviene una fuerte razón personal. 12 "buen contador" (1483), detalle revelador de su despreocupación por asuntos monetarios, gananciales. Los viandantes que caían en poder de bandoleros consideraban como hecho providencial si éstos eran capitaneados por Roque Guinart, según lo comprueba también el "encuentro" que refiere el estudiante pícaro de La cueva de Salamanca, aludiendo evidente- mente a una creencia popular divulgada por toda España: "robáronme los lacayos o com- pañeros de Roque Guinart en Cataluña, porque él estaba ausente; a estar allí, no consintiera que se me hiciera agravio, porque es muy cortés y comedido, y, además, limosnero" (588).9 En suma, Roque Guinart era la única esperanza en tal adversidad para muchos viandantes, en particular, para los pobres, las mujeres y los niños, de todos los cuales aquél solía com- padecerse: "no quiso que pasase adelante su tristeza" (1483), y de quienes fue, por ello, muy admirado. La opinión de que el autor ironiza "la cortesía y liberalidad" de Roque Guinart con la observación de "que por tal la tuvieron [los capitanes] en dejarles [aquél] su mismo dinero",10 se desentiende, entre otras cosas, de la calificación anterior, asimismo del autor, de que las "razones" de gratitud fueron "bien dichas" (1483). Se destaca la situación iróni- ca en que los capitanes se encuentran, y su plena conciencia de que sin la intervención de Roque Guinart se quedarían en cuero y, posiblemente, sin vida. En un mundo en que todas las autoridades, incluso las oficiales, regían a menudo con cínico, total descuido de la legal- idad y lajusticia,11 el bandolero Roque Guinart, paradójicamente, parecía una excepción a muchos, cuya admiración por él no se nos sugeriría así como "misplaced".12 El propósito del autor de destacar la "cortesía" y la "liberalidad" de Roque Guinart se evidencia ya por el hecho de que introduce sólo a viandantes con quienes el bandolero tiene ocasión de demostrarlas. Formidable amenaza para sus enemigos, Roque Guinart es, por otra parte, benévolo, generoso, providencial amparo para los desvalidos e inocentes. Sin embargo, respecto a la "cortesia y liberalidad" de Roque Guinart con los viandantes (a base de sus relativas posesiones) y a la repartición de lo robado "por toda su compañía, con tanta legalidad y prudencia, que no pasó un punto ni defraudó nada de la justicia distri- butiva" (1482), es preciso disentir de aquellos lectores que equiparan esto con cierta visión utópica respecto a la redistribución de la riqueza en la sociedad: "Roque está tratando de enmendar entuertos que realmente existen ... ; altera el significado práctico de justicia del entonces vigente proceso socioeconómico: recauda bienes de entre los que más tienen y los reparte entre los más necesitados";l3 proclamando a Roque Guinart como un "enlightened ruler of a mini-state".14 Al distribuir todo entre sus "escuderos", Roque Guinart explica a D. Quijote que "si no se guardase esta puntualidad con éstos, no se podría vivir con ellos" (1482). Practica esta "justicia distributiva", porque es el único modo de convivir con 9 Ver nuestro estudio sobre este entremés en El teatro de Cervantes, Madrid, Castalia, 1992. 10 A. Weber, "Don Quixote with Roque Guinart ... ", pp. 133-134. 11 H. Kamen: "In general ali banditry, both aristocratic and popular, was criminal; but it was a form of crime that rose out of political and social crisis and out of economic disorder. Banditry did not cause crisis; it was itselfthe result ofa crisis" (The !ron Century: Social Change in Europe, 1550-1660, London, 1971, p. 341). 12 A. Weber, "Don Quixote with Roque Guinart ... ", p. 134. 13 S. Lorente-Murphy, y R.M. Frank, "Roque Guinard y !ajusticia distributiva", p. 109-110. 14 K. L. Selig, "'The Ricote Episode in D. Quixote: Observations on Literary Refractions", <