Maria Luisa Perez Bernardo Universidad de Dallas INFANCIAS DESGRACIADAS EN PRIMERA MEMORIA DE ANA MARIA MATUTE Palabras clave: Ana Maria Matute, infancia, adultos, hipocresia 1. Introduccion La decada de 1950 vio por fin el resurgir brillante de las letras espanolas, despues de unos anos intentando asumir las consecuencias de la guerra y superar la ruptura en la evolucion literaria que esta habia provocado. Durante esta epoca se asiste a unos inten-tos de renovacion, gracias a unas serie de determinadas circunstancias historicas que la favorecen o condicionan: la progresiva incorporacion de Espana a la orbita internacional tras el anterior aislamiento; una timida liberalizacion intelectual; la entrada del turismo extranjero y la posibilidad de viajar fuera del pais y de conocer una literatura diferente. Surge una nueva generacion, la de los «ninos de la guerra» o del «medio siglo», con lo que a partir de entonces jovenes y menos jovenes trabajarian juntos, enriqueciendo, diversificando nuestra novelistica. Se trata ahora de quienes eran ninos al comienzo de la guerra civil, cuyos sucesos padecieron, y que, mediando el siglo, hacen acto de presencia con su especifico talante, nunca unanime (Martinez Cachero, 1981: 310). Para todos ellos, la contienda y la posguerra, mas los acontecimientos mundiales coincidentes con esta ultima fueron algo asi como el hecho generacional que actuaba de forma revulsiva. Debido a esto, eligieron una actitud y cargaron deliberadamente de intencion social sus narraciones. Aunque ya en la decada de los cuarenta habian aparecido algunas obras que podian incluirse genericamente en el realismo historico, solo a partir de 1954 se perfila como una corriente dinamica y coherente. Este es el ano de publicacion de cuatro novelas de Juan Goytisolo, Jesus Fernandez Santos, Ignacio Aldecoa y Ana Maria Matute, res-pectivamente, que, al coincidir en lineas generales, en torno a ciertos postulados eticos y esteticos, daran a esta generacion un caracter de movimiento colectivo de que hasta entonces habia carecido (Curutchet, 1964: 59). La novela que siguio este grupo supuso un renacimiento caracterizado por la tenden-cia a devolver el contenido humano y realista, psicologico y social que habia perdido en los anos deshumanizadores, no como vuelta al realismo del siglo pasado, sino incorpo-rando en el estilo algunas de las conquistas hechas por la sensibilidad contemporanea. A partir de entonces, el realismo social fue la fuerza dominante, siendo igualmente notable en ellos una oscilacion entre el lirismo subjetivo y la objetividad despersonalizada. Este contenido etico de solidaridad humana impone unas exigencias tematicas y esteticas de-terminadas: atencion prioritaria a los problemas del hombre dentro del contexto social y politico de la epoca, busqueda de un lenguaje sencillo, sin ornamentos, un tono predomi-nantemente narrativo, que en ocasiones, deriva hacia el prosaismo, en definitiva, una es- tetica de la sobriedad. Ademas, surge una literatura de oposicion al regimen, bien porque los autores buscaron la cr^tica, bien porque, al actuar con mayor libertad y en sinton^a con los aires del momento, presenta una realidad que entra en conflicto con la propaganda oficial franquista. Ana Mar^a Matute es una de las protagonistas de esta generacion de medio siglo. La escritora nacio en Barcelona en 1926, y se dio a conocer en el mundo de la literatura con Los Abel (1948), obra inspirada en la historia b^blica de los hijos de Adan y Eva, en la cual reflejo la atmosfera social posterior a la guerra civil espanola desde el punto de vista de la percepcion infantil. Con Los Abel se revelo como prometedora novelista, con tan solo veintiun anos, al quedar finalista del premio Nadal en 1947, precisamente el mismo ano que triunfo Miguel Delibes con La sombra del cipres es alargada. Al adentrarnos al mundo novelesco de Matute, se observa como los temas fundamentales de sus obras son los ninos, la muerte, la huida, el amor-odio y la guerra, toman-do esta como fondo o como asunto principal, reflejando el sufrimiento humano debido al abocamiento de pasiones como la envidia, el aislamiento y la venganza. Las novelas de la escritora catalana no estan exentas de compromiso social, si bien es cierto que no se adscriben expl^citamente a ninguna ideolog^a pol^tica. Partiendo de la vision realista imperante en la literatura de su tiempo, logro desarrollar un estilo personal que se aden-tro en lo imaginativo y configuro un mundo l^rico y sensorial, emocional y delicado. El nucleo de la inmensa galer^a de personajes de la obra de Ana Mar^a Matute lo componen personas huranas, mutiladas por los vicios de la epoca, caracterizados por su mediocridad y tambien por su crueldad. Los caracteres pueden ser triviales y caricaturescos, pero a la escritora le duele profundamente el destino de los desheredados, en particular cuando se trata de los ninos. Y es justamente el estudio de las infancias desgraciadas de Matute el tema del presente ensayo. En concreto, voy a mostrar como Primera memoria se centra en el mundo de los ninos, en un universo donde al final los mas pequenos seran conta-minados por lo cruel, absurdo y grotesco de los adultos. Matia, la protagonista se refugia en el aislamiento emocional, tiene conciencia de las injusticias sociales y suena con la libertad, debatiendose en un ambiente represivo. De hecho, todo en la novela reflejara la frustracion de la joven, al no poder cambiar el ambiente de hipocres^a y falsedad que viv^a en su propia familia, teniendo que sucumbir a el. 2. Infancias desgraciadas en la obra de Matute El tema de la infancia y la adolescencia reaparece constantemente en las novelas de posguerra, y llegara a convertirse en algunos casos en rasgo distintivo de uno o de varios autores de esta generacion: Juan Goytisolo, Miguel Delibes y Rafael Sanchez Ferlosio entre otros. En las obras se describe el drama de los ninos a quienes la guerra despojo de su candor y su inocencia llevandoles a imitar los juegos de los mayores. Tambien la narra-tiva de Matute trata a menudo del mundo de la infancia, sus novelas reflejan muchachos desde un punto de vista abierto a la complejidad multiple de la realidad. Mas de una vez ha dado muestras de fascinacion por una epoca que, a su juicio, nos marca para siempre: «El nino no es un proyecto de hombre, sino que el hombre es lo que queda del nino que fue»1. En etra ocasion escribio que: «La infancia es una edad total, una vida cerrada y enteral y que: «El nino esta siempre solo, es quizas el ser mas solo de la creacion» (Matute, 1961: 133). Incluso en una entrevista concedida al diario madrileno Ya, la propia autora resume sus ideas acerca del papel de la ninez en la vida adulta: «Es un gran error decir que el nino es un proyecto del hombre; yo pienso que es al reves: que el hombre es un trocito de nino que fue, porque a lo largo de la vida si cambiamos, siempre es para empeorar»2. Efectivamente, la escritora barcelonesa tras el nacimiento de su hijo Juan Pablo en 1954, se puso en estrecho contacto con los problemas de la infancia, que tanto le interesa-ban como mujer y que tanto le han ocupado como escritora. Cuando Juan Pablo tenia dos anos, publico el primero de sus cuentos infantiles, genero que no ha abandonado desde entonces y que le ha proporcionado varios reconocimientos por su dedicacion a la Literatura Juvenil: el Premio Nacional de Literatura Infantil en 1964 con la novela Elpolizon de Ulises y en 1984 volvio a recibir otro galardon de gran envergadura con la obra Solo un pie descalzo. Ademas, tiene una amplia obra dedicada a los mas pequenos: El pais de la pizarra (1956), El saltamontes verde (1961), El aprendiz (1961) y El carnavalito (1961). A este respecto, se ha dicho repetidas veces que su obra representa «un mundo no-velesco fabricado de jovenes determinados a quedarse ninos y adultos tozudamente ce-rrados a la vida de su ser original» (Valis, 1982: 409). Unas veces estas novelas para los mas pequenos se enmarcan en un ambiente de magia y fantasia, en un bosque recondito donde existen gnomos y hadas, otras se abandona el espacio de la Edad Media para si-tuarse en uno real, volviendo a la novela de corte realista, sobre todo cuando se ubica en la posguerra. Efectivamente, uno de los aspectos que mas destaca es el hecho de que los persona-jes son ninos precozmente crecidos para el sufrimiento, o adolescentes que ostentan una anoranza imposible de una ninez perdida. Nannete Pascal en el estudio que hace sobre la novelistica de Ana Maria Matute, reconoce que la perspectiva tradicional de la infancia, de la edad ingenua, feliz y despreocupada, esta ausente en su obra, mas bien predomina la ninez precoz, egoista, cruel, esencialmente triste y solitaria: Matute no idealiza a sus ninos. Muy al contrario, expone, con resultados, en ocasiones, inesperados y grotescos (como en sus cuentos), la maldad inconsciente, la inocencia perversa del nino. Los personajes ninos de Matute son idealistas y sonadores pero, tambien crueles y propensos a la violencia. (Pascal, 1980: 7) Tambien Jose Mas ha indicado que en la novelistica de la escritora catalana aparece el tema del desgarramiento interno de los personajes adultos que han crecido fisicamente, pero que conservan en el interior el alma del nino que fueron o que les hubiera gustado ser: «Asi pues, nino y adulto coexisten en un mismo individuo como siameses que, fa-talmente unidos, tiraran cada uno de su lado hasta que se descoyuntaran o aniquilasen» (Mas, 1988: 31). 1 Ana Maria Matute. El Mundo. 25 de mayo de 1990, 1. 2 Ana Maria Matute. Ya. 6 de agosto de 1972, 3. En este sentido, la vision que tiene Matute de los mas jovenes no esta cargada de nostalgia, como ocurre en la obra de Miguel Delibes Elcamino (1950), ya que para la escritora, la infancia no es una edad de oro, feliz y sin complicaciones, mas bien, es una etapa conflic-tiva, que refleja la entrada inevitable al ambiente cruel de los adultos. Muchos de los peque-nos padecen la perdida de uno de los miembros de la familia, son normalmente huerfanos, viven en un mundo de miedo e incertidumbre, y en la mayor parte de los casos, sufren la hi-pocresia de los mas mayores. Ademas de la orfandad, los ninos experimentan las carencias afectivas, la anoranza del padre o la madre siempre ausente, incluso el silencio de los que los rodean. En otros casos, el mundo de la infancia esta despoblado de juegos y de ensuenos, es la ventana a la amargura de la vida. En el complejo mundo de los jovenes encontraremos tanto dramatismo como poesia, tanto tristeza como generosidad; hallaremos, sobre todo, la ingenua sinceridad de los inocentes, siempre amenazados por una realidad que les es ajena y que los atenaza con su garra implacable: los adultos, habitantes de esa realidad tienen he-cho un universo a la medida del egoismo y de su insolidaridad y han levantado un muro de incomprension que genera desdichas, perdiendo definitivamente su autenticidad. Efectivamente, en Historias de Artamila (1961) y otras obras publicadas exclusiva-mente para adultos, aparecen personajes infantiles cuyos suenos y fantasias desaparecen tras el paso del tiempo y las circunstancias, perfilandose asi un entorno tragico de los seres desilusionados y solitarios. Los criticos han comentado que este tipo de personajes lo saco de sus vivencias personales, cuando Ana Maria Matute a los ocho anos, con motivo de una enfermedad, fue enviada a la casa de sus abuelos en Mansilla de la Sierra (La Rio-ja). En este pueblo se situa la accion de la mayoria de sus novelas: Fiesta al Noroeste, Los hijos muertos, El rio, Historias de Artamila y El tiempo. En Mansilla, Ana Maria acudio a la escuela con otros ninos, muchachos sin infancia, nacidos para morir. Tambien conocio el mundo corrupto de los adultos, de hombres resignados con su soledad y miseria, y por supuesto, a aquellos que sustentaban el poder: los ricos y avariciosos, responsables de ese lamentable estado de las cosas. 3. Primera memoria Primera memoria (1959) es la entrega inicial de una trilogia Los mercaderes com-pletada con Los soldados lloran de noche (1964) y La trampa (1969). Primera memoria esta narrada en primera persona, desde el punto de vista de Matia, interviniendo en los acontecimientos y asumiendo una funcion de protagonista, y sobre todo, explorando la progresiva revelacion del mundo de los adultos, con todas sus contradicciones, sus enga-nos y su falsedad. Esta forma de narrar da la impresion de reproducir los pensamientos como llegan a la mente de la joven de forma desorganizada y confusa, mezclandose en ella, las imagenes, sensaciones, sentimientos e ideas expuestas sin logica y con distorsio-nes temporales.3 Margaret Jones ha comentado sobre el estilo: «These random thoughts are superimposed on the narration, with the cinematographic effect of a montage of memory-images. Thus, by juxtaposition of past and present, the author effectively recreates her character's shifting point of view: an "objective" narration of adolescence in the form of the memoria; random comments and evocations, set off by parentheses, expressed by the adolescent Matia; and finally, the present tense comments of the older Matia, who is writing the story» (Jones, 1993: 23). 3 Como bien comenta Jose Mas, Primera memoria (1959) se centra en la indagacion apasionada del mundo de la adolescencia, donde se entrecruzan anoranzas, suenos y te-mores (Mas, 1988: 19). En cualquier caso, lo importante es el hecho de que la joven se halla en un momento crucial de su vida, esto es, en la frontera entre ser nina y comenzar a ser considerada mujer. La novela se construye como un Bildungsroman de Matia, ya que a lo largo del relato, la protagonista va desarrollando su personalidad, que va desde la ninez, como una etapa de inocencia e ingenuidad, hasta la adolescencia, cuando poco a poco se va contaminando del ambiente hostil que la rodea.4 En este periodo se va mode-lando su caracter, su concepcion del mundo y del destino, en contacto con la sociedad de la epoca, que le sirve de aprendizaje a traves de las mas variadas experiencias.5 Se trata de un medio de iniciacion a la vida, de ruptura con el mundo anterior de la adolescencia para liberar y desarrollar las potencialidades de la personalidad y crear su propio esquema de valores y proyecto de la vida. La accion se situa en la isla de Mallorca en los dias de guerra. Aunque no exista la contienda belica en este territorio, si que aparecen ecos de crueldad, se muestra de forma fidedigna la vida de aquellos sectores de la sociedad espanola que sufrian la ofensiva. La isla es un reducto de paz sonado en la tempestad de la guerra, no obstante, la paz no es total, hallandose tensada por odios reprimidos. Efectivamente, se aprecia aqui la reela-boracion del mito de Cain y Abel, aspecto este tan recurrente en la mayoria de las obras de la escritora barcelonesa, a traves de los sucesos cruentos que ocurren en este lugar. De hecho, ya en el primer capitulo se presenta a Jose Taronji, padre de Manuel, que fue victima de la contienda, asesinado por las autoridades por sus ideas de izquierda. En este caso, este escenario no resulta en absoluto idilico; hay un paisaje grato, pero el entorno social esta dominado siempre por la brutalidad de sus habitantes, describiendosenos con todo detallismo las ejecuciones y muertes que se llevaron a cabo durante la contienda; incluso como algunos de ellos eran asesinados y despenados por los acantilados de la pla-ya. Tambien, el conflicto de la lucha peninsular se repite a la escala infantil en la guerra de pandillas entre los ninos de la isla, imitando al mundo de los mayores. A traves de la conciencia de Matia, se nos muestra lo cruel de la situacion y su oposicion a estas peleas, diciendo: Entre los arboles daban comienzo sus atroces peleas, persiguiendose con sana mi primo, con el revolver o con la carabina, la mantenia lejos. Era una guerra sorda y ensonada, cuyo sentido no estaba a mi alcance, pero que me desazonaba, no por el dano que pudieran hacerse, sino porque presentia en ella algo oscuro, que me estremecia. (Matute, 1959: 111-112) Margaret Jones nos dice al respecto: «The main theme of the loss of childhood is framed by a plot designed to heighten this tragic sense of privation. Matute has chosen the fictional autobiography as an apt form for conveying Matia's bitterness and the sharp sense of nostalgia for the lost childhood» (Jones, 1993: 22). Janet W. Diaz afirma que: «The transition from childhood to adulthood is a major theme, but by no means the only one, despite the fact that numerous critics (including Spanish, French and American commentators) have given it exclusive mention. This becomes more apparent when the novel is considered in relation to other parts of the trilogy» (Diaz, 1971: 134). Ademas de esta esfera de violencia, la muchacha enfatiza el ambiente de asfixia que se respiraba en su propia casa, reiterandose continuamente la sensacion de aburrimiento y opresion, en contraste con la libertad que vivia antes de la guerra. Tambien se revela la falta de comunicacion, las trabas sociales a la que debian enfrentarse sus personajes y como las relaciones de los protagonistas se caracterizaban por su superficialidad y por la monotonia. De hecho, todo en la narracion alude a una casa como una fortaleza, con grandes muros y vallas, para asi impedir el contacto con el exterior, con la emancipacion que los ninos desean: La calma, el silencio y una espera larga y exasperante en la que, de pronto, nos veiamos todos sumergidos, operaba tambien sobre nosotros. Nos aburriamos e inquietabamos alternativa-mente, como llenos de una lenta y acechante zozobra, presta a saltar en cualquier momento. Y empece a conocer aquella casa, grande y extrana, con los muros de ocre y el tejado de alfar, su larga logia con balaustrada de piedra y el techo de madera, donde Borja y yo, de bruces en el suelo, mantenlamos conversaciones siseantes. (Matute, 1959: 18) Frente a estas tapias de piedra, que simbolizan la falta de libertad y la coaccion, se muestran los paseos y escapadas de Matia a hurtadillas y sin previo consentimiento de la abuela, buscando asi la independencia a traves de esos pequenos viajes en la barca «Leontina». Tambien la chica se dirige siempre hacia la huerta, la playa, incluso se asoma continuamente por la ventana, para asi poder respirar el aire fresco del que carece la casa, diciendo: Asi, los dos, en la logia, que la abuela no le gustaba pisar, y que solo vela a traves de las ventanas abiertas, hallabamos el unico refugio en la desesperante casa, siempre hollada por las pisadas macizas de la abuela, que olfateaba como un lebrel nuestras huidas al pueblo, al declive, a la ensenada de Santa Catalina, al Port. (Matute, 1959: 19) Desde el principio, la escritora representa a traves de la isla, un mundo que reproduce, en pequeno, las caracteristicas de la realidad social de la epoca: ricos y pobres sepa-rados por las odiosas diferencias y en pugna unos contra otros. Por un lado estan los que sustentan el poder y representan un falso orden, frente a los otros que tienen que acatarse a la ley, obedeciendo sumisamente a esta, incluso cuando no estan de acuerdo con esos principios. A traves de la abuela Praxedes y la tia Emilia, se nos muestra la frivolidad y la insensibilidad de los representantes de la sociedad establecida y la desmitificacion de los principios y valores que les servia de fundamento. De hecho, a traves de la narracion se reitera que la tia era el modelo femenino de la epoca; ya que lo unico que hacia era tocar malamente el piano, y aunque su marido se encontraba luchando en la contienda, no se in-teresaba lo mas absoluto por la situacion, mostrandose el estado de apatia en que vivia: Ni siquiera leia los periodicos y revistas de que se rodeaba amontonadamente: los ojeaba, distraida, y bien se notaba, si permanecia rato y rato con los ojos sobre una fotografia, que su pensamiento estaba lejos. Tenia los ojillos azules, con la cornea rosada, y no cesaba de espiar por las ventanas o de mirar hacia el patio por el hueco de las escaleras. (Matute, 1959: 64) Parece como si Ana Mar^a Matute quisiera que el lector advierta que lo que esta contando es la demostracion de la conducta social propia de la posguerra; para probar esta tesis, el relato incurre en reiteraciones y subrayados, que sin duda, resultan excesi-vos. As^ en el primo de Matia, Borja, se concentran todos los males atribuidos a la clase burguesa a la que pertenece, presentandonos las flaquezas, debilidades y mentiras del nino que se apropia del dinero de los otros, que usa la violencia para atemorizar a los mas debiles, o que mantiene sus prejuicios sociales en contra de los muchachos mas pobres del pueblo. Nanette Pascal ha senalado como Borja, aun siendo de la misma edad que su prima, muestra ser un personaje que: «Es el s^mbolo de la decadencia moral, aun mas agudiza, es el s^mbolo de esa inocencia perversa de la ninez, del nino hipocrita que sigue las normas del mundo adulto» (Pascal, 1981: 73). De hecho, desde el inicio de la narracion, Matia confiesa que el muchacho es un hipocrita, que disimula delante de su abuela, pero que en realidad, el es el unico culpable de los robos, aunque nunca llegue a admitirlo. Pero el texto, tal como lo ha advertido Rosa Isabel Galdona, insiste en recordarnos la lucha de Matia contra la realidad hostil que la rodea, concretada frecuentemente, en aisla-miento, en busqueda de paz interior que la aparta del mundo y de las maldades (Galdona, 2001: 207). La propia interioridad se vuelve, as^, refugio y reconfortante. De hecho, la joven vive en un mundo de fantas^a, de imaginacion, frente al ambiente de caos, tenido de sangre y venganzas que se respira en el pueblo. La adolescente, infeliz, marioneta de la soledad, del desamor y la injusticia, huye del absurdo circundante sumergiendose en un espacio fantastico. De esta manera, la muchacha quiere aferrarse a su muneco Gorogo y a la figura de Peter Pan, el nino eterno, acudiendo siempre a ellos, cuando quiere olvidar el mundo de los adultos: (Dentro del armario, estaba mi pequeno bagaje de memorias: el negro y retorcido hilo del telefono, con su voz, como una sorprendente sangre sonora. Las manzanas del sobrado, la Isla de Nuna Jamas, con sus limpiezas de primavera)^ Pero viv^amos en otra isla. Se ve^a, s^, que en la isla estabamos como perdidos, rodeados del pavor azul del mar y sobre todo, de silencio. Y no pasaban barcos por nuestras costas, nada se o^a ni se ve^a: nada mas que el respirar del mar. (Matute, 1959: 116) En este sentido, la protagonista es una «chica rara» que se refugia en las lecturas de los cuentos de Andersen, tratando de volver a aquel para^so feliz, donde todo era posible por fantastico e irreal que pareciese. Este aspecto ha sido observado por los cr^ticos, en especial por Marisa Sotelo, que afirma que estos cuentos actuan en la novela como un punto de salida ante el mundo corrupto de los mayores: «Frente al discurso narrativo en-treverado de la fantas^a de las historias de hadas, la realidad evocada, acaba siendo tenida de amargo desencanto, desmiente o burla la fantas^a de los mismos» (Sotelo, 1999: 176). En otros momentos, la lectura de Andersen se trasluce n^tidamente en la comparacion que establece Matia entre su sensacion de soledad, tristeza, indefension, falta de afecto y sus deseos de sentirse verdaderamente amada por alguien. Ademas de alejarse del resto por medio de este mundo de ensonacion, la joven con-tinuamente parece rebelarse contra la ideologia de la tla y de la abuela.6 Se nos dice que quiere romper con el modelo de feminidad que se queria imponer en la epoca: el hecho de que al ser ya una adolescente, tenia que estar preocupada por su aspecto fisico, pues segun la tia: «La belleza, pues, era el unico bien con que podia contar en la vida para un buen matrimonio» (Matute, 1959: 119). La abuela de Matia, lleva muchos anos en obser-vancia y en la ensenanza de este deber femenino. Como mujer experimentada, entiende que cultivar el fisico de su nieta constituye el primer paso para hacer de ella «una senora respetable» y «una esposa admirable», insistiendo en ello de forma continua. Tambien se la obligaba a estudiar ciertas materias consideradas apropiadas para el genero femenino; como el saber unas nociones de frances, aprender bordado y ganchillo y un solido cono-cimiento de protocolo social. Frente a este modelo, Matia se resiste, su propia descripcion denota la imagen de una adolescente despreocupada por su belleza, con el pelo suelto y fumando, simbolizando de nuevo, el ansia de autonomia al que aspira, frente a la opresion de la epoca. Ahora bien, la joven ira reconociendo a lo largo de la obra, una leccion de desen-gano, que le servira de experiencia moral, de auto-conocimiento y de desarrollo espi-ritual.7 Se trata por tanto, de una ruptura con el mundo de la infancia, de la inocencia, cuando su primo Borja delate a su intimo amigo, Manuel, el unico espiritu noble que habia conocido. De hecho, el ultimo capitulo «El gallo blanco», simboliza asi la trai-cion, cuando Manuel es acusado injustamente por Borja de apropiarse del dinero de su abuela, logrando que el primero sea recluido en un reformatorio. Como bien indica su nombre, Manuel simboliza la figura de Cristo, que termina falsamente sacrificado por Borja8. Matia que habia colaborado con su primo, se da cuenta de que todo ha cambiado en su vida, que ha abandonado la infancia para entrar de forma tragica en el ambiente corrupto de los adultos, cuando en vez de defender a Manuel, escapo y le dejo solo ante la falsa acusacion. Al final, Matia, que habia luchado denodadamente contra la hipocresia que se res-piraba en la casa, termina cediendo a la presion externa, dandose cuenta de que llevaba todas las de perder en ese ambiente tan perverso, sin quedarle mas remedio que some- Guadalupe Cabedo afirma que: «Las autoras de posguerra desarrollaron un mecanismo de escape y al mismo tiem-po de enfrentamiento, pues al no existir estas madres naturales, las protagonistas manifiestan su inconformismo contra sus madres sustitutas (tias, abuelas o hermanas mayores), con quienes no es forzoso que exista ese lazo de amor y admiracion» (Cabedo, 2005: 58). Marisa Sotelo Vazquez sostiene que: «El apego a la ninez y a la conciencia de que su huella condiciona la tra-yectoria posterior de los adultos explican algunos de los trazos de la personalidad literaria de Ana Maria Matute. Los ninos no mueren nunca del todo, pero para la novelista, ir viviendo supone ir perdiendo inexorablemente la felicidad, al descubrir la falsedad, la mezquindad de la doblez que poco a poco agrietan la perfeccion del mundo infantil» (Sotelo Vazquez, 1999: 172). Janet Diaz ha dicho al respecto: «Manuel, another important adolescent is in many ways Borja's opposite, and in others, a Christ-like figure, wrongly accused and sacrificed. Betrayed by Borja and denied by Matia, Manuel is not martyred physically, but psychologically, his childhood irrevocably truncated» (Diaz, 1971: 134). 6 terse a los dictamenes de la familia. La narracion finaliza de forma desesperanzada, con la sensacion de haber perdido la franqueza e inocencia de sus primeros anos en la isla, desapareciendo las palomas, s^mbolo de la libertad, y sobre todo, teniendo que admitir su impotencia para luchar contra esa sociedad corrupta:9 Solo se que al alba, me desperte. Que como el primer d^a de mi llegada a la isla, la luz gris perlada del amanecer acuchillaba las persianas verdes de mi ventana. Ten^a los ojos abiertos. Por primera vez, no hab^a sonado nada. Algo hab^a en la habitacion como un eleteante huir de palomas. Entonces, supe que en algun momento de la tarde, con la luz muriendo, hab^a vuelto all^, que quede presa en aquel viento, junto a la verja pintada de verde, cerrada con llave, de San Major. (Matute, 1959: 242-243) 4. Conclusion El tema de la infancia atormentada y solitaria, aprisionada en un mundo adulto in-comprensible, es un tema recurrente en la narrativa de Ana Mar^a Matute. Los personajes infantiles de estas obras se debaten sin gran fortuna contra la mentira, la coaccion moral, el farise^smo y el sistema establecido. En Primera memoria, Ana Mar^a Matute presenta a Matia como protagonista, relatando los hechos desde su punto de vista y confiriendo a la historia un cierto valor testimonial, de cosa vivida. Se trata de una joven desde su infan-cia hasta la adolescencia, y como a traves de esta etapa, va descubriendo los disimulos, hipocres^as y formalidades de los mayores. En Primera memoria toda esa vida de ensueno desaparecera al ceder a la presion del tiempo y de las circunstancias ambientales en las que vive la chica. En esta ultima narracion, nos aproximamos de nuevo al contorno tragico de los seres desilusionados de la escritora catalana, de los ninos que se transforman de seres rebeldes a seres pasivos, vac^os, incapaces de rebelarse contra la injusticia del ambiente. Matia se encuentra que tiene que luchar entre dos mundos, el de sus parientes, colmado de restricciones y de hipocres^a, y su propio universo, abierto a nuevos caminos y anclado en la infancia, y por consiguiente, en la inocencia. La novela refleja as^ la rebelion frustrada de la adolescente, el descubrimiento gradual de la falsedad del mundo adulto y, finalmente, la incorporacion a este ambiente de opresion y restricciones. De esta manera, la joven se convierte en v^ctima, pues la sociedad caotica de la posguerra le trunca la posibilidad de una infancia normal, convirtiendose en imitadora de la crueldad que advierte en los adultos. Segun Nanette Pascal: «Matia se ha transformado de nina rebelde a ser pasivo, vacio, incapaz de rebelarse contra la injusticia. Del desencanto ha pasado a la conforme aceptacion» (Pascal, 1980: 73). BIBLIOGRAFIA Alvar, C. (1997): Breve historia de la Literatura espanola. Madrid: Alianza Editorial. Cabedo, G. (2005): «La madre ausente. 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Roman Primera memoria [Prvi spomin] deluje kot Bildungsroman ali vzgojnostni roman, v katerem glavna junakinja razvija svojo osebnost v ključnem obdobju, ki sega od mladostništva do zrelosti. Matia v zgodbi pokaže svoj nekonformizem, ko v iskanju drugačnega sveta beži od zlaganosti odraslih v svet domišljije. Ana Maria Matute prikaže, kako junakinja postane žrtev kaotične povojne družbe in kako ne bo mogla premagati zatiralskega ozračja, temveč mu bo morala resignirano podleči. Prav takrat, ko se deklica zave nemožnosti situacije, dejansko izgubi nedolžnost otroštva in postane del sveta odraslih. Zadnje strani romana potrjujejo brezupen poraz junakinje, ko sprejme konvencionalnosti odraslih, vse laži in hinavščino, ki jih je na začetku sovražila.