MITJA SKUBIC Ljubljana, Eslovenia SANCHO, PREVARICADOR DEL BUEN LENGUAJE El título no tiene nada de original: Angel Rosenblat intituló así una breve y sugestiva contribución a nuestro conocimiento del lenguaje cervantino, 1 refiriéndose a las palabras del mismo don Quijote cuando éste (11, 19) reprende a su escudero, que se queja: sino que vuesa merced, señor mío, siempre es friscal de mis dichos. Cervantes escribe en un tiempo en el que estaba a punto de terminar la gran época del latín. El ideal para Don Quijote son los caballeros de la Edad Media y no, quizás, los héroes de la Antigüedad; sin embargo, la cultura clásica aún está presente en la novela: no hay más que evocar su sumirse en los sueños sobre la naturaleza y el hombre, puros e incorruptos, reminiscencia de los versos de Ovidio sobre el período aureo de la humanidad. Aparecen en la novela personajes que se sirven del latín correcto, como Sansón Carrasco,2 como Pedro Recio de Agero, el médico de Sancho gobernador, al hablar de las perdices, o el mismo don Quijote, el cual, además, alardea de sus sólidos conocimientos del latín. En otras ocasiones, Cervantes comprueba el decreciente saber del latín en su tiempo: se sirve de las palabras de Sancho o de los cabreros no para poner de relieve su carácter, sino, ampliando el radio de acción de sus saetas, para burlarse de otros, necios y presumidos de su tiempo. Para carac- terizar el personaje, Cervantes recurre a otros medios lingüísticos, a dichos y refranes pro- pios del habla de la gente humilde o a términos de germanía de los galeotes. Claro está, tales prevaricaciones no son propiedad sólo del español.3 Además, no todas las "estropeaduras" necesariamente sirven para burlarse. Tomemos como ejemplo una ex- presión, evidentemente latina por su aspecto escrito, que puede ser una vieja prevaricación; además no es familiar sólo al español: el busilis 'punto en que estriba la dificultad del asun- to de que se trata' .4 La encontramos en un paso de la novela (11, 62) en la escena de la cabeza encantada: Ninguna otra persona sabía el busilis del encanto.5 La expresión es conocida 1 Angel Rosenblat: Sancho, prevaricador del buen lenguaje en La lengua del "Quijote", Madrid, 1971, págs. 33-35. 2 Helmut Hatzfeld: "Don Quijote" als Kunstwerk. Die einzelnen Stilmittel und ihr Sinn, Berlin, 1927; v. sobre todo págs. 80-83. 3 Mitja Skubic: Krivencenje latinskih besed v nekaterih romanskih knjiievnih delih 'Prevaricación de palabras lati- nas en algunas obras literarias romances' en Ziva antika, a.45, Skopje, 1995, págs. 343-349. 4 Real Academia Española: Diccionario de lengua española, Madrid, 1984, s. v. Busilis; cf. Maria Moliner: Diccionario de uso del español, Gredos, Madrid, 1970. s. v. Busilis: 'Detalle. Intrígulis. Quid. Toque. Detalle en que consiste la dificultad o el interés de algo'. 5 Julio Cejador y Frauca: La lengua de Cervantes. Gramática y diccionario de la lengua castellana en "El inge- nioso hidalgo don Quijote de la Mancha", Madrid, 1905. 113 también en la literatura italiana. Por curiosidad, vamos a citar un paso de la célebre novela de Alessandro Manzoni I promessi sposi6 donde un personaje, el gran canciller Antonio Ferrer, gobernador de la ciudad de Milán en el tiempo de la dominación española en Italia, habla en español, o más exactamente mezcla el italiano con su lengua materna, en la escena en que busca salvar a su sustituto, el vicario, de la hostilidad de la gente en la sublevación: Pedro, adelante con juicio [ ... ] Venga usted con migo, e si faccia coraggio; aqui está el busilis; ¡Dios nos valga!, cap. XIII. Esta prevaricación tiene que ser de una fecha antigua. Es más que probable que naciese en la escuela; no hay duda que representa la modificación del sintagma latino IN DIEBUS ILLIS que aparece varias veces en los evangelios (san Marcos, 1, 9; san Lucas, 1, 39; 2, 1). Es convincente tal aventura de la expresión latina en una escuela medieval: el escolar vio al encabezamiento de la página escrito BUS ILLIS y no pensó que la última linea de la página anterior pudiese solucionar el enigmático sintagma. O le sugirieron unos complacientes compañeros de clase que el paso iba resuelto en INDI- AE BUSILLIS 'problemas, dificultades de India'. Cervantes recurrió a la prevaricación de los vocablos latinos y cultos, siempre difíciles y por eso poco populares, también en las Novelas Ejemplares. En Rinconete y Cortadillo, la cofradía, incluso el patrón, Monipodio, modifica disparatándolos no solo vocablos latinos, sino también nombres propios. Así, alabando la música en el patio de la casa de Monipodio (¡refiriéndose a la producida por la escoba!) se dice que no la iguala Ni el Negrofeo, que sacó a la Arauz del infierno. Y el patrón Monipodio, "que no sabe leer", como dice él mismo, suscita la risa de Rinconete cuando éste le oye decir estupendo por estipendio, misas de naufragio por misas en sufragio y que hace nuestra hermandad cada año su adversario con mayor popa y soledad por, respectivamente, aniversario, pompa y solemnidad. Hay que observar que todas estas modificaciones, sean invenciones de gente de poca instrucción (o destruición, para servirnos de la forma usada de Chiquiznaque en la misma novela), sean in- venciones del mismo Cervantes, obedecen a una regla: cada palabra tiene que estar motiva- da y tal hecho condicionará tan extravagante etimología popular o asociativa. El procedi- miento, por consiguiente, es psíquicamente justificado por el autor. En El Quijote no es sólo Sancho el que se complace en modificar los vocablos. Y sobre todo, a estas modificaciones no son expuestas sólo las palabras latinas, sino en general las palabras cultas, no populares o demasiado difíciles, pero, entre estas, las latinas ocupan un puesto importante. Entran en este juego también los cabreros y don Quijote, no pudiendo sufrir el trocar de los vocablos del cabrero, como dice Cervantes (1, 12) enmienda al cabrero Pedro, mientras éste cuenta la triste historia del amor del pastor estudiante Grisóstomo, los vocablos como el cris del sol y de la luna, el año estil, y vivir más años que sarna, cuando tendra que decir, como corrige don Quijote, eclipse, estéril, Sarra. Pero, el trocar la forma fónica y, claro está, escrita de los vocablos latinos y cultos encuentra la mayor aplicación y 6 Alessandro Manzoni: Promessi sposi, UTET, Torino, 1958, cap. XIII. 114 función estilística en las palabras de Sancho y condiciona sabrosas pláticas entre el caballero andante y su escudero. Y es aquí cuando mejor se constata la tendencia, en unos casos clara y evidente, hacia la motivación semántica: Y ¿dónde has visto tú, o leído, jamás, que caballero andante haya sido puesto ante la justicia, por más homicidios que hubiese cometido? Yo no sé nada de omecillos, respondió Sancho. (1, 10) Por lo visto, Sancho desanudó el demasiado obscuro homicidio como diminutivo de HOMO. Quien ha in.fiemo -respondió Sancho- nula es retencio, según he oído decir. No entiendo qué quiere decir retencio - dijo don Quijote. Retencio es -respondió Sancho- que quien está en el in.fiemo nunca sale dél, ni puede. (1, 25) Evidentemente, la REDEMPTIO latina fue, según Cervantes, palabra demasiado compli- cada para el habla popular. Es curioso que el pensamiento de Sancho sobre la imposibilidad de salir del infierno no sea alcanzado inmediatamente de don Quijote, el cual de regla corri- ge a su escudero: Señor, ya yo tengo relucida a mi mujer a que me deje ir con vuesa merced adonde quiera levarme. Reducida has de decir, Sancho -dijo don Quijote- que no relucida. (11, 7) En el mismo capítulo, el caballero andante non entiende a su escudero cuando éste usa el adjetivo tanfócil, sino sólo cuando Sancho explica el adjetivo con soy tan así. Sancho trueca a veces también apellidos de persona. En 1, 20 se presenta a Catón Censo- rius como símbolo de justicia y equidad; para Sancho es Zonwrino: Que fue una sentencia de Catón Zonwrino, romano. La imagen fónica del vocablo hace pensar en el adjetivo caste- llano wnw 'tonto'; conque, la "estropeadura" estaría condicionada por la busqueda de una motivación. Irónica, claro. Las prevaricaciones presuponen siempre dos personas; la que comete el error es por lo común de extracción social más baja: en El Quijote éstos son el escudero o los cabreros, y el que enmienda es don Quijote, en Rinconete y Cortadillo un caballero, ajeno a la cofradía de Monipodio. Sin embargo, cuando Sancho habla con su mujer, Teresa, sobre cómo y con quién casar a la hija Sanchica, es ésta, Teresa, la que cae en el error y es Sancho quien la corrige: Y si estáis revuelto en hacer lo que decís ... Resuelto has de decir, mujer -dijo Sancho- y no revuelto. (11, 5) Sancho, futuro gobernador, tomó sobre sí también el papel de corrector. 115 SANCO, PREKROJEVALEC DO BREGA JEZIKA Latinscina je bila za veliko evropskih jezikov skozi dolga stoletja edino sredstvo za vsakrs- no kulturno in duhovno udejstvovanje. Tefa latinscine je obstala zlasti v romanskih deielah, tudi potem, ko so si te ie ustvarile svojo knjiievnost v ljudskem jeziku. Gotovo paje, da je bilo dobro znanje latinskega jezika cedalje bolj omejeno na solane ljudi. In se pri teh je popusca- lo. Cervantes se v svojih literarnih delih, tako v Don Kihotu kot v Zglednih novelah norcuje iz neznanja, ki se kaie v krivencenju latinskih in, sirse, manj znanih, manj rabljenih, neljudskih besed; in take in podobne skrivencene oblike so se v Cervantesovem easu gotovo pojavljale, zato jih izrablja kot stilisticna sredstva. Ena erta je vsem tem besedam skupna: zdi se, da je osnovno vodilo vsakega takega spreminjanja ielja govorecega, da bi bila beseda motivirana. Gre torej za torej ljudsko etimologijo. 116