Revija za umetnost in humanistiko / Journal of Arts and Humanities XV/2 Stiki in izmenjave med književnostmi Srednje in Jugovzhodne Evrope in Latinske Amerike v casu hladne vojne Contactos e intercambios entre las literaturas de Europa Central y del Sureste y de América Latina durante la Guerra Fría 2021 ARS & HUMANITAS Revija za umetnost in humanistiko / Journal of Arts and Humanities Založila / Published by Znanstvena založba Filozofske fakultete Univerze v Ljubljani / Ljubljana University Press, Faculty of Arts Za založbo / For the Publisher Mojca Schlamberger Brezar, dekanja Filozofske fakultete / the Dean of the Faculty of Arts Glavni urednici / Editors-in-Chief Branka Kalenic Ramšak, Florence Gacoin-Marks Uredniki tematskega sklopa / Thematic section was edited by Bojana Kovacevic Petrovic, Emilio J. Gallardo-Saborido, Maja Šabec Uredniški odbor / Editorial Board Milica Antic Gaber, Florence Gacoin-Marks, Tine Germ, Branka Kalenic Ramšak, Marko Marincic, Jasmina Markic, Tatjana Marvin, Vanesa Matajc, Janez Mlinar, Borut Ošlaj, Blaž Podlesnik, Boštjan Rogelj, Irena Samide, Peter Simonic, Maja Šabec, Matej Šekli, Nataša Vampelj Suhadolnik, Rebeka Vidrih, Špela Virant, Alojzija Zupan Sosic Mednarodni svetovalni odbor / International Advisory Board Tomás Albaladejo (Universidad Autónoma de Madrid), Jochen Bonz (Bremen), Danielle Buschinger (Université de Picardie), Parul Dave-Mukherji (New Delhi), Thomas Fillitz (Dunaj), Karl Galinsky (University of Texas), Johannes Grabmayer (Celovec),Douglas Lewis (Washington), Helmut Loos (Leipzig), Bozena Tokarz (Katowice), Mike Verloo (Nijmegen) Oblikovna zasnova / Graphic design Jana Kuharic Prelom / Typesetting Nana Martincic Jezikovni pregled / Language Editing Oliver Currie, Aljoša Dobovišek, Eva Vrbnjak, Paul Steed Tisk / Printed by Birografika Bori d. o. o. Naklada / Number of copies printed Tisk na zahtevo / Print on demand Cena / Price 12 EUR Naslov uredništva / Address Filozofska fakulteta Univerze v Ljubljani Aškerceva 2 SI–1000 Ljubljana Tel. / Phone: + 386 1 241 1406 Fax: + 386 1 241 1211 E-mail: ars.humanitas@ff.uni-lj.si http://revije.ff.uni-lj.si/arshumanitas Revija izhaja s financno podporo Javne agencije za raziskovalno dejavnost RS. / The journal is published with support from Slovenian Research Agency. To delo je ponujeno pod licenco Creative Commons Priznanje avtorstva-Deljenje pod enakimi pogoji 4.0 Mednarodna licenca. / This work is licensed under a Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0 International License. Kazalo Bojana Kovacevic Petrovic, Emilio J. Gallardo-Saborido, Maja Šabec Contactos e intercambios entre las literaturas de Europa Central y del Sureste y de América Latina durante la Guerra Fría . . . . . . . . . . 5 Bojana Kovacevic Petrovic, Emilio J. Gallardo-Saborido, Maja Šabec Stiki in izmenjave med književnostmi Srednje in Jugovzhodne Evrope in Latinske Amerike v casu hladne vojne . . . . . . . . . . . . . . 8 Študije / Studies Michal Zourek La visión de Checoslovaquia en los testimonios latinoamericanos (1948–1968): desde los elogios al estalinismo a la crítica de las condiciones capitalistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Anna Szczepan-Wojnarska The meaning of freedom during the Cold War in the light of Andrzej Bobkowski’s Guatemalan prose . . . . . . . . . . 31 Maja Šabec, Marija Uršula Geršak Eslovenia y la Guerra Fría cultural: Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda en el Congreso PEN Internacional de 1965 en Bled . . . . 49 Zsuzsanna Csikós «Hungría, doble es tu rostro como una medalla». Visitas, amigos y escritos húngaros de Pablo Neruda . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 Ilinca Ilian La(s) figura(s) de Pablo Neruda construida(s) en la cultura rumana de la segunda etapa del régimen comunista rumano (1965-1989) . . . . 89 Barbara Pregelj, Francisco Tomsich La recepción de la literatura latinoamericana en Eslovenia en los años 1960-1970: hacia una lista exhaustiva de entradas bibliográficas . . . 109 Víctor Manuel Sanchis Amat Difusión y traducción de la literatura mexicana en Checoslovaquia durante la Guerra Fría . . . . . . . . . . . . . . . 139 Damaris Puñales-Alpízar Translation Practices during the Cold War: The Battle for Cultural Control in the Caribbean . . . . . . . . . . . . .159 Jesús Gómez-de-Tejada, Emilio J. Gallardo-Saborido Guerra Fría cultural y literatura criminal socialista: los casos de Bogomil Rainov y Arnoldo Tauler López . . . . . . . . . . .179 Juan Pablo Bertazza Construcción y funcionalidad del inmigrante en los relatos «El candelabro de plata» de Abelardo Castillo y «El checoslovaco» de Alberto Laiseca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 Varia / Varia Ángel Esteban, Dora Poláková Whitman transatlántico: su huella en los modernistas José Martí y Jir.í Karásek y en las vanguardias de entreguerras (Huidobro y Nezval) . . .223 Dana Božic Per la competenza di scrittori e critici: Massimo Bontempelli recensore sul Marzocco . . . . . . . . . . . . . .235 Milena Tsvetkova, Yuri Kolin, Yuliya Bakhnova, Svetlana Salimova The importance of separating the author from the narrative in modern and classical literature . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .249 Tinkara Starcek Alkoholizem v delih slovenskih in ceških pisateljic dolgega 19. stoletja . . 263 Bojana Kovacevic Petrovic, Emilio J. Gallardo-Saborido, Maja Šabec Contactos e intercambios entre las literaturas de Europa Central y del Sureste y de América Latina durante la Guerra Fría La Guerra Fría ha sido leída tradicionalmente a partir de las confrontaciones (bélicas, ideológicas, económicas, etc.) que implicó, dividiendo gran parte del orbe en bloques antagónicos. No obstante, este conflicto global también debe ser entendido como un factor clave para propiciar el acercamiento entre naciones que históricamente no ha­bían mantenido contactos particularmente estrechos. En este sentido, resulta paradig­mática la plétora de intercambios de diversa índole que la Cuba revolucionaria tejió, desde bien temprano, con los distintos países europeos. Pero, además, las tensiones geopolíticas espolearon la visión del intelectual o del artista como un agente cultural comprometido, hermanado con luchas que adquirieron proyección mundial o, cuan­do menos, internacional. Determinados por este marco ideológico-cultural, durante estas décadas se suce­dió una amplia circulación de escritores latinoamericanos que visitaron el socialismo europeo al calor de toda una red de eventos, premios, intercambios… que actuaron como fermento de un nuevo campo cultural transnacional, de raíz socialista. Estos afanes coadyuvaron a la expansión de la literatura latinoamericana por otras latitudes y, por ende, al crecimiento del hispanismo en ellas. De este modo, se fortaleció paula­tinamente la situación de la traducción del español a un conjunto de lenguas dispares; y mejoró, igualmente, el estudio de las letras hispánicas en los centros de enseñanza superior de estos países. Desde esta óptica, la redefinición de las afinidades políticas mundiales erigió, qué duda cabe, telones y muros en el mundo de la cultura, exacerbando las tensiones ideo­lógicas en la esfera de la creación literaria, pero también sustentó una república mun­dial de las letras socialista. Esta se afanó, a través de organismos culturales de índole di­versa, en actuar como una suerte de consejo de ayuda mutua literaria que posibilitó la expansión de las literaturas nacionales (o, al menos, una selección de las mismas) en el campo socialista a través de los nuevos sistemas de producción y distribución del libro. Este monográfico persigue contar estas y otras historias que han sido aún poco transitadas por la crítica y que necesitan, por tanto, de empeños colectivos que nos permitan entender a cabalidad un fenómeno complejo, donde el campo cultural colude permanentemente con las esferas políticas e ideológicas, y donde el enfoque transnacional supone, más que una virtud, una necesidad. Por ello, se han agavillado diez textos preparados por autores de ocho nacionalidades distintas, bajo la dirección de los profesores Bojana Kovacevic Petrovic (Universidad de Novi Sad, Serbia), Emilio J. Gallardo-Saborido (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, España) y Maja Šabec (Universidad de Liubliana, Eslovenia). Arranca el monográfico con el texto de Michal Zourek, que a través del análisis del discurso de los testimonios escritos desde Checoslovaquia trata los vínculos entre los intelectuales latinoamericanos y el bloque soviético durante los años 1948-1968. El investigador checo explora las obras escritas por miembros de los partidos comunis­tas, los reportajes de finales de los años cincuenta y la primera mitad de los sesenta -focalizando los de Gabriel García Márquez- y la obra de Roque Dalton, en el contexto del tema. Por su parte, Anna Szczepan-Wojnarska investiga la prosa del escritor An­drzej Bobkowski –«Querido Bob»-, buscando el sentido de la libertad a través de las comparaciones entre Europa y América en su obra y en su vida. El autor polaco con­sideraba la libertad y la independencia como los valores europeos más importantes, pero, al no poder encontrarlos en las Europa nazi y comunista, se vio impelido a elegir Guatemala como su segundo hogar. Los tres siguientes estudios aportan una interesante yuxtaposición de perspectivas histórico-políticas y literarias sobre el «estatus» de determinados autores hispanoame­ricanos en tres distintos países: Yugoslavia, Hungría y Rumania. Los planteamientos son convergentes en cuanto a uno de los autores que se encuentra en el centro del aná­lisis, Pablo Neruda, y al año, 1965 (sea como momento clave sea como punto de par­tida), y complementarios en la puesta en evidencia de los mecanismos que regían la acogida de los autores de notoria orientación comunista en cada uno de estos países, modulados asimismo por los presupuestos ideológicos prevalecientes en cada período de la evolución política del socialismo en estas naciones. Así pues, Maja Šabec y Ma­rija Uršula Geršak ofrecen una visión amplia de los acontecimientos que marcaron tanto la organización como el alcance político y simbólico del Congreso PEN Interna­cional de 1965 en Bled. Emerge claramente la posición de los intelectuales latinoame­ricanos y el rol que ocuparon en aquel encuentro las dos figuras principales presentes, Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda, por un lado, y el interés de los organismos del servicio secreto estadounidense por impedir su protagonismo, por el otro. El artículo de Zsuzsanna Csikós se enfoca en los estrechos lazos que unían a Pablo Neruda con Hungría y que se reflejan en sus numerosas visitas al país, en las amistades en los cír­culos intelectuales, en las traducciones de su poesía y, en fin, en una serie de escritos y poemas suyos relacionados con Hungría. La autora presenta un panorama de las ediciones húngaras del poeta chileno orientando a la vez la mirada no solo hacia el análisis estético, sino también al perfil político de Neruda. Por su parte, Ilinca Ilian, partiendo de un análisis cuantitativo de las traducciones de Pablo Neruda y de las lec­turas críticas de su obra en Rumania, examina el proceso en el que las sucesivas polí­ticas culturales rumanas se disputaron la figura del poeta. La autora demuestra que, si en las primeras décadas del totalitarismo los agentes culturales se valieron princi­palmente de su posicionamiento como militante comunista, en la etapa del deshielo la atención se reorientó sobre los valores estéticos de su poesía, que resistieron también a su instrumentalización en el período del dogmatismo nacionalista ceausista. El mayor resultado de trabajo de Barbara Pregelj y Francisco Tomsich es una lista retrospectiva de traducciones, reseñas y artículos sobre autores latinoamericanos y/o sus obras literarias publicados entre 1960 y 1970 en la lengua eslovena, apoyada en datos y estadísticas más recientes. El artículo de Víctor Manuel Sanchis Amat ofrece una visión panorámica de la recepción de la literatura mexicana en Checoslovaquia durante la Guerra Fría. Partiendo de las relaciones institucionales y culturales entre ambos países, el autor investiga las principales obras mexicanas publicadas en Checo­slovaquia, dentro de una cronología de publicaciones de los diferentes géneros. La Revolución cubana no solo cambió el mapa geopolítico del Caribe, sino tam­bién permitió a los soviéticos tener una puerta de entrada a la región y a la vez repre­sentó un riesgo para los intereses estadounidenses. Partiendo de este hecho, Damaris Puñales-Alpízar investiga la producción, la distribución y la traducción de publica­ciones periódicas del bloque oriental que influyeron en la población cubana a la hora de crear una subjetividad social específica y remodelar el imaginario ideológico en el área. Investigando las relaciones culturales cubano-búlgaras, Jesús Gómez-de-Tejada y Emilio J. Gallardo-Saborido se centran en la literatura criminal socialista de Bo­gomil Rainov y Arnoldo Tauler López, concretamente en libros publicados en Cuba durante la década de 1970, decenio clave en la irrupción y desarrollo de este género en la isla caribeña. A través de un análisis comparativo, Juan Pablo Bertazza investiga las obras argentinas vinculadas con la temática checoslovaca con enfoque en la figura del inmigrante checoslovaco en los relatos de los autores argentinos Abelardo Castillo y Alberto Laiseca, señalando tanto las diferencias como algunas semejanzas entre los contextos literarios de esos dos autores. En suma, el curioso lector tiene ante sí un conjunto de textos críticos que apues­tan decididamente por ahondar en una lectura transatlántica de la literatura europea y latinoamericana, prestando especial atención a las relaciones culturales mantenidas en el seno de la comunidad letrada socialista internacional. Bojana Kovacevic Petrovic, Emilio J. Gallardo-Saborido, Maja Šabec Stiki in izmenjave med književnostmi Srednje in Jugovzhodne Evrope in Latinske Amerike v casu hladne vojne Uveljavljeno pojmovanje hladne vojne temelji na vojnih, ideoloških in gospodar­skih spopadih, ki jih je implicirala in ki so razdelili velik del sveta na dva nasprotna bloka. A ta globalni konflikt je treba razumeti tudi kot kljucni dejavnik zbliževa­nja med narodi, ki zgodovinsko niso imeli posebno tesnih stikov. V tem pogledu je paradigmaticna množica najrazlicnejših izmenjav, ki jih je že zelo kmalu po re­voluciji spletla Kuba z nekaterimi evropskimi državami. Geopoliticne napetosti so tudi spodbudile pogled na intelektualca ali umetnika kot angažiranega kulturnega posrednika, mocno predanega boju, ki je prerasel v svetovni ali vsaj mednarodni pojav. V takšnem ideološko-kulturnem okviru so ta desetletja pomembno zaznamova­li latinskoameriški pisatelji, ki so obiskovali evropske socialisticne države prek cele mreže dogodkov, nagrad in izmenjav, s katerimi so države spodbujale nastanek no­vega transnacionalnega kulturnega polja s socialisticnim predznakom. Ta kolektivna vnema je pripomogla k širjenju latinskoameriške književnosti v druge regije in s tem k tamkajšnjemu razmahu hispanizma. Pocasi se je povecalo in okrepilo zanimanje za prevajanje iz španšcine v najrazlicnejše jezike in univerze so vpeljevale študij španske­ga jezika in književnosti. Gledano iz te perspektive je novo definiranje svetovnih politicnih povezav nedvo­mno postavilo zavese in zidove na kulturnem podrocju in zaostrilo ideološke nape­tosti na podrocju literarnega ustvarjanja, a obenem je tudi ustanovilo in vzdrževalo socialisticno svetovno literarno republiko. Ta si je prizadevala, da bi na socialisticnem polju prek razlicnih kulturnih organizmov delovala kot nekakšen svèt za vzajemno po­moc pri širjenju nacionalnih literatur (ali vsaj njihovega izbora) prek novih sistemov knjižne produkcije in distribucije. Pricujoca tematska številka revije želi spregovoriti o teh in drugih vidikih, ki se jim je dosedanja kritika malo posvecala in ki terjajo skupinsko obravnavo, da bi lah­ko bolje razumeli kompleksni pojav, pri katerem kulturno podrocje nenehno zadeva ob politicne in ideološke sfere in pri katerem transnacionalni pristop ni le kvaliteta, temvec nuja. S tem namenom smo se povezali uredniki Bojana Kovacevic Petrovic (Univerza v Novem Sadu), Emilio J. Gallardo-Saborido (CSIC – Španski nacionalni znanstvenoraziskovalni svèt) in Maja Šabec (Univerza v Ljubljani) in zbrali deset pri­spevkov, ki so jih napisali avtorji osmih narodnosti. Monografski sklop se zacne s clankom Michala Zoureka, ki prek analize diskurza pricevanj iz Ceškoslovaške republike proucuje vezi med latinskoameriškimi intelek­tualci in sovjetskim blokom med letoma 1948 in 1968. Ceški raziskovalec se v tej luci posveti delom, ki so jih napisali clani komunisticnih partij, reportažam Gabriela Gar­cíe Márqueza, reportažam s konca 50. in iz prve polovice 60. let in delu Roqueja Dal­tona. Anna Szczepan-Wojnarska v proznih delih Andrzeja Bobkowskega razclenjuje pomen svobode v njegovih primerjavah med Evropo in Ameriko. Za poljskega avtorja sta svoboda in neodvisnost najpomembnejši evropski vrednoti, a ker ju v nacisticni in komunisticni Evropi ni našel, je za svoj drugi dom izbral Gvatemalo. Naslednje tri študije prinašajo zanimivo jukstapozicijo zgodovinsko-politicnih in li­terarnih pogledov na status nekaterih hispanoameriških avtorjev v treh državah: Jugosla­viji, Madžarski in Romuniji. Prispevke povezujeta eden od obravnavanih avtorjev, Pablo Neruda, in leto 1965 (bodisi kot prelomni moment bodisi kot izhodišce), dopolnjujejo pa se v razkrivanju mehanizmov, ki so v vsaki od teh držav urejali in spremljali pristop do deklarativno komunisticno usmerjenih avtorjev. Maja Šabec in Marija Uršula Ger­šak razgrneta širok pogled na dogodke, ki so zaznamovali organizacijo ter politicno in simbolno razsežnost Kongresa Mednarodnega PEN leta 1965 na Bledu. Pri tem se na eni strani jasno izrišeta položaj latinskoameriških intelektualcev in vloga, ki sta jo na tem sre­canju odigrala glavna navzoca predstavnika celine, Miguel Ángel Asturias in Pablo Neru­da, in na drugi prizadevanja organov tajne službe Združenih držav, da bi preprecili njun protagonizem. Prispevek Zsuzsanne Csikós pa se osredotoci na tesne vezi Pabla Neruda z Madžarsko, ki se zrcalijo v njegovih številnih obiskih te države, prijateljstvih v intelektual­nih krogih, prevodih njegove poezije in nizu njegovih zapisov in pesmi, povezanih z Ma­džarsko. Avtorica predstavi pregled madžarskih izdaj Nerudove poezije in hkrati usmeri pozornost ne le na estetsko analizo, temvec tudi na pesnikov politicni profil. Ilinca Ilian izhajajoc iz kvantitativne analize prevodov Pabla Nerude in kriticnega branja njego­vega dela v Romuniji prouci proces, v katerem so si zapovrstne romunske kulturne politike lastile lik cilskega pesnika. Avtorica prikaže, kako so se odlocevalci v kulturni politiki v prvih desetletjih totalitarizma oprli predvsem na njegovo vlogo komunistic­nega aktivista, nato se je v casu otoplitve pozornost preusmerila na estetske znacilnosti njegove poezije in te so kljubovale tudi instrumentalizaciji pesnika in njegove poezije v obdobju nacionalisticnega dogmatizma Ceausescujevega režima. Clanek Barbare Pregelj in Francisca Tomsicha prinaša retrospektivni seznam prevodov latinskoameriških avtorjev, recenzij in clankov o njihovih delih, ki so iz­šla med letoma 1960 in 1970 v slovenskem jeziku, in iztocnice za nadaljnje raziskave tega vprašanja. Prispevek Víctorja Manuela Sanchisa Amata je panoramski pregled recepcije mehiške književnosti na Ceškoslovaškem med hladno vojno. Avtor izhaja iz institucionalnih in kulturnih odnosov med državama in se nato osredotoci na izdaje glavnih mehiških del razlicnih zvrsti v cešcini. Kubanska revolucija ni le spremenila geopoliticnega zemljevida Karibov, temvec je tudi omogocila Sovjetom vstop v regijo in s tem ogrozila interese Združenih držav. Damaris Puñales-Alpízar razišce produkcijo, distribucijo in prevajanje periodicnih publikacij vzhodnega bloka, ki so vplivale na kubansko prebivalstvo pri ustvarjanju specificne družbene subjektivnosti in pri preoblikovanju njegovega ideološkega ima­ginarija. Jesús Gómez-de-Tejada in Emilio J. Gallardo-Saborido pa se posvetita so­cialisticnemu kriminalno-vohunskemu pripovedništvu Bogomila Rainova in Arnolda Taulerja Lópeza, konkretno njunim delom, ki so izšla na Kubi v 70. letih, kljucnem desetletju za pojav in razvoj te zvrsti na karibskem otoku. Juan Pablo Bertazza s kom­parativno analizo proucuje argentinska dela, povezana s ceško tematiko. Posebno po­zornost nameni liku ceškoslovaškega priseljenca v zgodbah argentinskih pisateljev Abelarda Castilla in Alberta Laisece in opozori tako na razlike kot na nekatere podob­nosti med njunima literarnima kontekstoma. Bralec ima torej pred sabo zbirko kriticnih besedil, katerih avtorji stavijo na po­globljeno transatlantsko branje evropske in latinskoameriške književnosti in se pri tem posebej posvecajo kulturnim odnosom, ki so jih imeli izobraženci v mednarodni so­cialisticni skupnosti. Michal Zourek La visión de Checoslovaquia en los testimonios latinoamericanos (1948–1968): desde los elogios al estalinismo a la crítica de las condiciones capitalistas 1 Introducción Después de la Segunda Guerra Mundial podemos observar un aumento significativo del número de intelectuales latinoamericanos que visitaron el «misterioso» mundo tras de la Cortina del Hierro.11 Al referirse al conjunto de los países europeos ubicados tras la simbólica Cortina del Hierro, que es­taban bajo la influencia soviética, usamos los términos «Bloque del Este», «Bloque Soviético», eventu­almente «campo socialista». Al mismo tiempo, calificamos estos países de «comunistas». Aunque este atributo es simplista por varios motivos, es una denominación familiar para los regímenes que gober­naron antes de 1989 en la URSS, Checoslovaquia, la RDA, Polonia, Hungría, Rumania y Bulgaria. Algunos realizaron visitas de un par de días, mientras que otros se quedaron por más tiempo, ya fuera por trabajo o por la obtención de asi­lo político. Las motivaciones eran diferentes. Esto dio lugar a decenas de testimonios, en muchos casos olvidados, entre cuyos autores encontramos también algunas de las voces más destacadas de la literatura mundial (Rupprecht, 2015; Alburquerque, 2011). El estudio se centra en los textos dedicados a Checoslovaquia, país que, dentro del Bloque del Este, tenía una posición especial en varios aspectos (Zourek, 2014, 26–27). Debido a razones geográficas y logísticas, la capital checoslovaca no solo contaba con una gran cantidad de organizaciones internacionales, sino que también fue sede de muchos congresos. Por lo tanto, la mayoría de los visitantes que se dirigían a Moscú como destino principal, lo hacían desde el aeropuerto de Praga. Este es otro de los mo­tivos por los que disponemos de más testimonios latinoamericanos sobre Checoslova­quia que sobre otros satélites (Zourek, 2019). El período analizado lo representan los primeros veinte años del gobierno comu­nista en Checoslovaquia, es decir, el período entre 1948 y 1968. Durante la primera década de posguerra la simpatía de los intelectuales de izquierda por la Unión Soviéti­ca alcanzó su máximo esplendor (Sirinelli, Ory, 2007; Judt, 2011). El XX Congreso del Partido Comunista de la URSS celebrado en febrero de 1956, en el que Nikita Khrus­hchev habló abiertamente sobre los crímenes del estalinismo y la sangrienta invasión en Hungría, que tuvo lugar en otoño del mismo año, simbolizan el fin de una etapa. La creencia en aquella utopía fue reemplazada por la desilusión, muchos personajes de la época rompieron con las ideas del movimiento comunista y empezaron a aparecer nuevos destinos del «turismo revolucionario» en el mapa del mundo (Amado, 1994, 544; Neruda, 1974, 435; Teitelboim, 1999, 488). Por un tiempo fue China que se convirtió en el nuevo símbolo de la justicia social y la creencia en la existencia de un mundo mejor (Rupar, 2020; Saitta, 2007). La Revo­lución Cubana tuvo un impacto enorme que generó una gran ola del entusiasmo entre los intelectuales de izquierda (Franco, 2002; Gilman, 2003). La posterior proclamación de Fidel Castro sobre la dirección marxista-leninista del régimen significó un cambio en la percepción de la Unión Soviética por parte de la izquierda no comunista. Si has­ta entonces este país había sido criticado por su política imperialista, la formación de la alianza con Cuba demostró que la Unión Soviética podría ser un aliado en la lucha conta la influencia de los EE. UU. en la región (Trías, 1989, 91–99). Al mismo tiempo, la Revolución Cubana despertó el interés por la hasta entonces omitida región de América Latina en Europa Oriental, que a su vez estaba acompañado de reflexiones sobre el fortalecimiento de la relación con el continente o al menos con algunas áreas (Bortlová, 2011). El desarrollo político también requirió un cambio en las estrategias dirigidas hacia los intelectuales latinoamericanos. A partir del fin de los cincuenta éstas ya no se enfocaron casi exclusivamente en los miembros de los partidos comunistas, sino tenían un alcance cada vez más amplio. Este proceso se reflejó, entre otros, en el cambio de perfil de las figuras que recibían invitaciones al mundo comunista. El período analizado culmina en el año 1968, que representa un hito esencial. El proceso de liberalización de la Primavera de Praga fue violentamente reprimido por parte de las tropas del Pacto de Varsovia. El siguiente apoyo de Fidel Castro a la inva­sión provocó la ruptura definitiva de muchos intelectuales con Cuba (Castro, 1968). Al mismo tiempo, en Checoslovaquia fue iniciado el proceso de la tan llamada «norma­lización», que significó el fin de cierta autonomía que este país gozaba en el marco del Bloque Soviético (Opatrný, Zourek, Majlátová, Pelant, 2015, 42–52). El desarrollo político turbulento que experimentaba el Bloque Soviético en el pe­ríodo 1948–1968, sin duda influenció significativamente el vínculo con los intelectua­les latinoamericanos. Al analizar los cambios en esta relación a través de los discursos de testimonios sobre Checoslovaquia, este estudio pretende dos objetivos principales. El primero es identificar los rasgos comunes en las etapas particulares, lo que nos per­mitiría dividir los textos en ciertos grupos. El segundo es revelar si, para los intelectua­les latinoamericanos, Checoslovaquia contaba con ciertas características específicas dentro de los países comunistas y, eventualmente, en qué consistían. Debido a que el período a analizar es bastante amplio y complejo, el alcance del texto es más bien una visión general. Teniendo en cuenta que varios aspectos merecerían un análisis más detallado, el texto al mismo tiempo destaca ciertas líneas para futura investigación. 2 La época del estalinismo: el paraíso terrenal Desde el comienzo de la Guerra Fría hasta mediados de la década de 1950, el «turis­mo político» de los intelectuales latinoamericanos hacia el mundo que se encontraba tras de la Cortina del Hierro alcanzó una intensidad notable. Por tanto, disponemos de una gran cantidad de testimonios escritos durante este período.22 Los testimonios sobre la Checoslovaquia de este período nos los dejaron los siguientes autores: Jorge Amado (en el libro El mundo de la paz, publicado por primera vez en 1951), Nicolás Guillén (en un par de artículos para el diario Hoy, 1949), Jesualdo Sosa (en el libro Mi viaje a la URSS, 1952), Pablo Neruda (en el poemario Las uvas y el viento, 1954), Graciliano Ramos (en el libro Viaje, 1954), Efraín Huerta (en la colección Los poemas de viaje (1949–1953), 1956), Luis Suárez (en el libro Otro mundo, 1954), Alfredo Gravina (en el libro Crónica de un viaje a la URSS y Checoslovaquia, 1955), Raúl Gon­zález Tuñón (en el libro Todos los hombres del mundo son hermanos, 1954). Lo que sus au­tores tenían en común, era su compromiso con el movimiento comunista. Varios de ellos estuvieron activos en el movimiento por la paz, el portavoz mundial del discur­so soviético, a través cuál recibieron la invitación para realizar el viaje (Iber, 2015, 49–83). El objetivo de los testimonios escritos durante el estalinismo no era facilitar la imagen real de la vida en Europa Oriental. Al contrario, sus autores los concebían como un compromiso en la lucha contra el capitalismo. Esto se acentúa aún más si tomamos en cuenta que los mismos países comunistas prestaban mucha atención a la imagen que se daba a conocer. El itinerario de los viajes estaba cuidadosamente plani­ficado respecto del perfil de los visitantes que generalmente se alojaban en hoteles de lujo acompañados por sus guías (Zourek, 2019, 45–54). Al analizar el discurso de estas obras, es evidente que la creencia en el comunismo, el apego a la Unión Soviética y el esfuerzo por influir en la opinión pública a su favor están omnipresentes. Como proclamó el escritor brasileño Jorge Amado en su libro El mundo de la paz: En un mundo donde se traba tan agudo combate entre las fuerzas del progre­so y las de la guerra, el escritor y el artista no pueden permanecer indiferen­tes. Su lugar está en medio del combate, formando a la frente de sus pueblos, dando la causa de la paz lo mejor de sí mismo y lo mejor de su obra literaria o artística (Amado, 1951, 48). Una de las características del discurso de los testimonios de aquella época era que no había lugar para una perspectiva crítica. Todo lo negativo estaba suprimido. Se elo­giaba la justicia social, la libertad, la función protectora del Estado, el bienestar de las familias, las condiciones de trabajadores, los derechos de las mujeres, la posición ex­cepcional de la juventud, el fuerte desarrollo de la cultura, la ciencia y la tecnología logrados en un tiempo extremamente corto. Los visitantes acentuaban la responsabilidad, disciplina y especialmente el conoci­miento de la gente local. Los testimonios manifiestan que la gente era capaz de conver­sar sobre temas como cine, ballet, biología e inmediatamente pasar al tema de qué es necesario hacer para que el esfuerzo laboral sirviera a los intereses de la colectividad. Además, un rasgo importante de los textos de la época es la visión de la Unión Sovié­tica y de los países del campo socialista como defensores de la paz, libertad y justicia. La idea de difundir la paz era vista como el resultado de la armonía social interna y la comprensión entre varias repúblicas y naciones (Zourek, 2019, 55–65). Los mayores méritos en los logros del socialismo estaban asociados a Stalin a quién Jorge Amado describió como «el sabio dirigente de los pueblos del mundo en la lucha por la felicidad del hombre sobre la tierra» (Amado, 1951, 7). Según su compa­triota, Graciliano Ramos, un hombre Occidental o de América Latina no era capaz de comprender esta admiración incondicional por un político. Sin embargo, Ramos afir­mó que Stalin era diferente, un estadista que consagró la vida al trabajo para el pueblo y nunca lo traicionó (Ramos, 1954, 51). En cuanto a Checoslovaquia, tal como en otros países, el programa fue bien pla­nificado. Además del centro de Praga, se presentó a los visitantes el destruido pueblo Lidice y el campo de concentración Terezín, víctimas de los crímenes nazis. Otro des­tino popular fue el castillo de Dobríš, donde el estado checoslovaco quería presentar las condiciones excepcionales de las que gozaban los escritores que lo ocupaban. Fue este castillo donde Jorge Amado vivió con su familia durante su exilio (1949–1952) y donde también pasó cierto tiempo Pablo Neruda, entre otros (Zourek, 2019b). En los testimonios sobre Checoslovaquia encontramos ciertos aspectos que diferen­ciaban a este país de otras democracias populares. No sorprende que todos los textos hi­cieran énfasis sobre las bellezas arquitectónicas de Praga, así como en la calidad del arte checo. La mayoría de los visitantes tuvo la oportunidad de ir a ver una obra de teatro o un concierto. Al igual que en el caso de otros estados socialistas, fue destacada la erudición y el interés por la cultura de los habitantes locales. Sin embargo, en el caso checoslovaco existía un fenómeno especial: las librerías praguenses. Los visitantes como Jorge Ama­do, Alfredo Gravina, Luis Suárez, Raúl González Tuñón y Nicolás Guillén se mostraban fascinados por su gran cantidad. Este último autor menciona en uno de sus testimonios: Nunca, en ninguna de las ciudades que hemos visitado – y son muchas, a lo lar­go de un peregrinar de año – viéramos tanta tienda de libros como en la capital checa. Son establecimientos sin solución, pegados los unos a los otros, en una teoría interminable. Autores clásicos nacionales y extranjeros, tanto como los autores contemporáneos de los más diversos países, asombran por su cantidad al viajero, que se pregunta dónde habrá lectores para ellos. Y los hay, porque esas librerías son visitadas por un público ansioso e inagotable (Guillén, 1962, 268). Algunos autores pretendían desmentir la opinión occidental que Checoslovaquia era un estado policial. Jorge Amado, Alfredo Gravina y Luis Suárez destacaban que, durante su estancia casi no encontraron oficiales de seguridad en la calle. El último mencionado describió al respecto: En ese tiempo sólo tropecé con dos personas uniformadas, que pudieran ca­talogarse como policías... y eran mujeres. Los soldados, sin armas, estaban mezclados con el común de las gentes, comiendo salchichas en la plaza de San Wenceslao (Suárez, 1954, 31). Tal como la Unión Soviética, Checoslovaquia fue descrita por varios autores como un verdadero paraíso para los niños. El autor mexicano de origen español, Luis Suárez, por ejemplo, dedicó a este fenómeno en su libro todo el capítulo donde afirma: Las calles de Praga estaban inundadas de la tierna alegría infantil. Por todas partes, y en todas formas – pero sobre todo en los cochecitos empujados por las madres – el niño afirma su dominio. Praga es, en efecto, como la metrópoli de los niños (Suárez, 1954, 32). El uruguayo Alberto Gravina mostró gran admiración por la guardería para los hijos de empleados de las plantas metalúrgicas en Vítkovice y lo comparó con las condicio­nes en su continente. La verdad es que mientras la madre soviética, la madre checoeslovaca, la ma­dre china, liberada de su condición de esclava, tiene a sus hijos amorosamente cuidados en las casa-cunas, guarderías y jardines de infantes, mientras fuera del hogar crea junto con el hombre el engrandecimiento de su patria, la ma­dre uruguaya, la madre americana, sufre en su miserable pocilga con sus niños hambrientos o sale a mendigar con ellos por las calles (Gravina, 1955, 195–196). Esta descripción muestra otro factor importante. Además de la gran ideologización de los textos, hay que tomar en cuenta que varios visitantes latinoamericanos estaban realmente asombrados con los logros culturales y tecnológicos de los países comunis­tas, porque contrastaban fuertemente con la realidad de sus países nativos. Gracias al discurso no crítico presente en los testimonios de esta época es más di­fícil comparar el nivel de vida de los países comunistas entre sí. Una de las pocas ex­cepciones representa la mención del periodista mexicano Luis Suárez en el reportaje sobre Bucarest. Según él, Rumania fue uno de los países más atrasados de Europa y por eso «no alcanza el mismo ritmo construir el socialismo en Checoslovaquia, de notable desarrollo industrial» (Suárez, 1954, 69). 3 Gabriel García Márquez: la crítica a través del humor El joven Gabriel García Márquez, más tarde uno de los escritores más famosos, viajó a Europa Oriental en 1955 y luego en 1957 (Saldívar, 2007, 319–327). En base a esta experiencia, escribió una serie de once reportajes sobre cinco países, o mejor dicho cinco capitales. Sus testimonios simbolizan la transición entre los elogios estalinistas y las obras posteriores, más apolíticas y objetivas. Sin duda se trata de textos compro­metidos, donde, sin embargo, la simpatía del autor por los regímenes comunistas ya no era tan explícita. Dado que los reportajes fueron escritos en 1957 y publicados por primera vez en 1959, se puede atribuir el cambio de discurso del autor a los cambios políticos que habían tenido lugar en la URSS.33 Los textos fueron publicados en la revista colombiana Cromos entre julio y septiembre de 1959. Al mo­mento de su publicación no tuvieron gran repercusión. Si bien salieron en un periódico local importante, el círculo de lectores de García Márquez aún era insignificante en comparación con obras posteriores. Además de escribir en otro contexto político, el viaje de García Márquez fue espe­cial también por otros aspectos. El colombiano no era miembro del partido comunis­ta, viajaba por su cuenta, nadie lo esperaba, no usaba guías oficiales y por lo tanto no pudo acceder a varios lugares. García Márquez compensó estos límites con una gran espontaneidad y, especialmente, con una extraordinaria virtud narrativa. Su pasión por el cine se reflejaba en la gran capacidad para visualizar personas y escenas, lo que pudo aprovechar plenamente en estos reportajes. Prácticamente omite a los represen­tantes del estado, para centrarse más en la «gente común». Presta atención a detalles (ropa, comida) y a la mentalidad de las personas (valores, visión de la vida). Un cam­bio importante consiste en el ambiente. Ya no se habla de los castillos, monumentos antinazis, ni condiciones en las fábricas. García Márquez se interesaba en lugares rela­cionados con el ocio, como los bares y cabarés. Es muy interesante la forma como García Márquez trabaja con la crítica. A dife­rencia de los autores anteriores, no se preocupaba por cubrir completamente los defec­tos de la Unión Soviética y sus satélites, aunque si buscaba minimizarlos con ironía y el sabor de lo absurdo. Un ejemplo ilustrativo es su opinión sobre los rusos que describió como una nación extraordinariamente generosa, pero a la vez tan pobre, que se nota­ba en la vestimenta y sobre todo en las viviendas. «El hecho es que ellos creen que vi­ven muy bien y en realidad viven mal» (García Márquez, 2015, 108). Para el periodista colombiano, la Unión Soviética era un país lleno de extraordinarios contrastes donde «los trabajadores viven amontonados en un cuarto y sólo tienen derecho a comprar dos vestidos al año, mientras engordan con la satisfacción de saber que un proyectil soviético ha llegado a la Luna» (García Márquez, 2015, 129-130). A diferencia de algunos otros autores del período estalinista, García Márquez ya había tenido la posibilidad de conocer bien la realidad de Europa Occidental antes de su visita. También por eso, su tono crítico estaba enfocado especialmente en la pobreza de la gente, lo que además de su reportaje desde la URSS se refleja también en la des­cripción de Polonia y Hungría. Probablemente la condena más dura al sistema comu­nista aparece en su reportaje desde la RDA. Los obreros están bien, pero carecen de conciencia política. Hacen considera­ciones absolutas y no entienden por qué el gobierno les dice que el proletaria­do está en el poder y tienen que trabajar como burros para comprar un ves­tido que les cuesta el sueldo de un mes. En cambio, los obreros de Alemania Occidental, que son explotados, tienen más confort, mejor ropa y derecho de huelga (García Márquez, 2015, 37). García Márquez dedicó dos de sus reportajes a Checoslovaquia. Se trataba del primer país del Bloque del Este que visitaba en 1955 y, aunque conoció solamente Praga, esto no le impidió sacar conclusiones acerca de toda la república. Lo más llamativo es que, a diferencia de la visión que tuvo de otros países socialistas, su descripción de Che­coslovaquia resultó ser bastante favorable. De hecho, fue el único estado que el autor colombiano describe positivamente desde el primer momento. Según García Márquez, Checoslovaquia era el único país que coincidía a sus ideas sobre la democracia popu­lar y a la vez, junto con Polonia, el único país del campo socialista que culturalmente miraba hacia Oeste. Praga le parecía una típica ciudad de Europa Occidental, donde no se notaba la influencia soviética. Su impresión se reflejó incluso en el título de uno de los reportajes llamado «La gente reacciona en Praga como en cualquier país capi­talista». Como García Márquez recuerda: «Nosotros pasamos en Praga varios días a la deriva y no encontramos un grueso indicio que nos permitiera pensar que estábamos en una ciudad de Europa Occidental» (García Márquez, 2015, 54). Lo único diferente eran los precios bajos. García Márquez estaba maravillado por las bellezas arquitectónicas de Praga, pero, al mismo tiempo, destacaba fenómenos que normalmente no atraían la atención de los visitantes. Por ejemplo, prestaba atención al carácter de los checos. Según su impresión, existía una personalidad nacional fuerte y dinámica que contrastaba con el servilismo lagarto de Alemania Oriental y de Hungría. Los elogios hacia Checoslova­quia los usaba incluso cuando se refería a la vestimenta, algo que criticó fuertemente en otros países. Los checos no sólo tienen buena ropa, sino que se advierte una preocupación evidente por vestirse bien. Yo vi muchas mujeres tan bien vestidas como en París. Un extranjero vestido de una manera normal puede pasar inadvertido. Eso no sucede en la Unión Soviética y en las otras democracias populares, donde habría que ponerse un vestido muy viejo, muy ordinario y muy mal hecho, para no llamar la atención (García Márquez, 2015, 57-58). Si en el caso de los testimonios estalinistas afirmamos que los autores latinoamerica­nos estaban realmente asombrados con algunos logros de los países comunistas, el testimonio de García Márquez nos hace pensar que este sentimiento en los escritores se habría fortalecido durante la estancia en Checoslovaquia, «el país más Occidental» detrás de la Cortina del Hierro. 4 Ernesto Malbec, Joaquín Torres y Eduardo Galeano: la realidad sin embellecimiento A finales de la década de 1950, podemos observar otro cambio en el discurso de los testimonios. La idealización pasa a ser reemplazada por la ambición de transmitir a los lectores una gran cantidad de información sin el balasto ideológico. Este fenómeno tiene mucho que ver con el nuevo tipo de los visitantes. Bajo la influencia de la Revo­lución Cubana, el gobierno checoslovaco se empezó a orientar más a la izquierda no comunista y, al mismo tiempo, llegaban cada vez más figuras apolíticas a lo que ayuda­ba, entre otras cosas, la popularización de las agencias de turismo. El primer ejemplo de esta nueva tendencia la representa el testimonio del ciruja­no y apasionante viajero, Ernesto Malbec, quien dedicó dos de sus libros a la Europa Oriental: Como se vive en Rusia (1958) y Yo los vi así (1963). El segundo incluye sus experiencias de la visita a Checoslovaquia, que tuvo lugar en 1958. Como escribe en el inicio de esta obra, su actitud al conocer una nación extranjera se acercaba más bien a los intereses de un etnógrafo. Hay que despojarse de toda etiqueta y recorrer todo sin pasar por alto ningún lugar. Como si se tratase de un libro voluminoso, leer desde la primera hasta la última página, incluso la dedicatoria y el prólogo. Ver, siempre que nos sea posible, las ciudades de significación y las ciudades insignificantes. Aquellas que tienen una industria muy desarrollada y aquellas que no cuentan con una sola fábrica. No es cuestión tampoco de quedarse en un hotel cómodo, con calefacción o aire acondicionado, solicitando toda clase de informes al perso­nal del establecimiento. Hay que ganarse el conocimiento con el sudor de la frente (Malbec, 1963, 9-10). Malbec presta especial atención a los problemas cotidianos: tranvías llenos, escasez de fruta y niños mendigando por los cigarrillos. En su opinión, la vida en Checoslo­vaquia era, «dura, áspera, sacrificada. Con todo, nadie pasa hambre, ni miseria, ni privaciones. Pero ninguno se gana el pan si no es con el sudor de su frente» (Malbec, 1963, 126). A pesar de su presupuesto limitado, los checos, según Malbec, tenían gusto por la moda y no dudaban en gastar sus ahorros en peluquerías y cafeterías. Por otro lado, destacó que era una nación donde se reía muy poco y vivía con un miedo cons­tante. Con un interés particular, Malbec analizó los salarios en varios sectores y pre­cios de los alimentos, para hacer una conversión a pesos argentinos y que así el lector pudiera tener una idea sobre el nivel de vida del país visitado. Un caso similar es el del argentino Joaquín Torres, un viajero profesional que es­cribió una gran cantidad de libros sobre los destinos más exóticos. Sus experiencias de la visita de Praga, que tuvo lugar en 1961, las publicó en el trabajo Viaje a Rusia y a otros países socialistas. Al igual que Malbec, el principal esfuerzo de Torres era presen­tar al lector una gran cantidad de datos, apoyándose de frecuentes comparaciones con Argentina. Es significativo que la capital checoslovaca no salió mejor de esta compara­ción. «Comienzo a comparar precios, ya que muchos de los artículos, por no decir to­dos, tienen marcado su precio, notando a simple vista que son el doble de los que rigen en Buenos Aires, y no hablemos de las calidades, que son, generalmente, inferiores a las nuestras» (Torres, 1962, 19). Por otro lado, Torres escribía con gran admiración sobre la cultura checa. Como muchos otros visitantes, estaba fascinado por las librerías de Praga. «Lo que si veo a cada paso son importantes librerías, en la gran cultura que tiene este pueblo checoslo­vaco; y quizás por este solo mero hecho se me despierta una simpatía hacia él» (Torres, 1962, 19). Visitó el espectáculo de la famosa Linterna Mágica, aunque en su descrip­ción está presente cierta crítica al sistema comunista. La sala está llena de bote en bote y hace un calor de los mil demonios. Parece mentira que tratándose de una construcción nueva que no le hayan instala­do refrigeración, tanto más cuanto que está ubicada en el subsuelo. Tampoco hay ventiladores. Ello me hace comprender que estos países comunistas o so­cialistas, como se les quiera llamar, con su nueva política no son muy amigos de dar comodidades al pueblo, como las que procuran los propietarios de los nuevos cines de los países capitalistas, por una razón muy sencilla: porque hay competencia (Torres, 1962, 23). Al espectáculo de la Linterna Mágica también asistió el autor del tercer testimonio que incluimos en esta categoría, el uruguayo Eduardo Galeano, que visitó Praga en diciem­bre de 1963. El joven periodista que más tarde se convirtió en uno de los escritores la­tinoamericanos más destacados, trabajaba como secretario de redacción del semanario Marcha y al mismo tiempo mantenía estrechos vínculos con el Partido Socialista. Por lo tanto, fue invitado a visitar China, el país que en aquel entonces generaba gran interés en la izquierda latinoamericana. De esta estadía publicó el folleto China 1964, donde describió la situación política actual de este país. Luego pasó un mes en la Unión Sovié­tica (Kovacic, 2015, 146-153). Gracias a la recomendación de la legación checoslovaca en Montevideo, a su regreso, Galeano fue invitado a pasar unos días en Praga. En el reportaje sobre Checoslovaquia publicado en Marcha Galeano intenta mos­trar, a través de las tendencias actuales en el campo de la cultura, los cambios que habían ocurrido durante los últimos años en los países del Bloque del Este. En Praga visitó muchas exposiciones y espectáculos de teatros independientes y, como afirmó: «del académico residuo del socialismo realista no queda más que alguno que otro re­siduo, pieza exótica, sospecho, de aquí a unos pocos años» (Galeano, 1963, 22). El am­biente de la liberación lo muestra en el ejemplo de Franz Kafka, cuyo libro había sido publicado en checo hace poco, por primera vez después de la guerra. «Acaba de ser redescubierto en su propia patria, este genio torturado y solísimo; checo al fin, gloria nacional, hasta se ha organizado un congreso para discutir su obra. La angustia ya no se considera incompatible con el régimen» (Galeano, 1963, 22). Galeano presta atención a diversas áreas culturales, especialmente al cine. Evalúa las películas de la aclamada Nueva Ola y al final del reportaje presenta una entrevista con Jirí Trnka, a quien visitó en su oficina. Galeano destaca que el cineasta checo se quejaba de estar amarrado por las normas del sistema. «Estoy muy cansado de la moral», me dice Trnka, «tanta moral; estamos ha­ciendo demasiada moral con las películas: siempre la pedagogía. Cuando es­tuve en América Latina, me pidieron algo más jubiloso. Quiero hacer algo muy alegre, poético, ‘sin tendencia’ … y un poquito amoral.» […] «Estamos experimentando, y sale muy bien; las escenas más groseras, hechas con muñe­quitos no chocan para nada; pero no lo publique» (Galeano, 1963, 23). Dicha actitud hacia la moral comunista, tan elogiada en la época estalinista, es una de las claras demonstraciones de un cambio radical de la situación política que se reflejó en el discurso de los testimonios en el inicio de los sesenta. Probablemente mejor lo captura el comentario del mismo Galeano bajo una foto de Stalin que acompaña el reportaje: «Si el fantasma de Stalin se asomara, no reconocería su mundo» (Galeano, 1963, 22). 5 Roque Dalton: la mala imitación del capitalismo Probablemente ninguna obra capte mejor la perspectiva crítica frente a Checoslova­quia, compartida a su vez por varios representantes de la izquierda radical en la se­gunda mitad de los sesenta, que el libro Taberna y otros lugares del poeta salvadoreño Roque Dalton. El texto está basado en sus experiencias en Praga, donde, entre los años 1966-1967, trabajó en la redacción de la Revista Internacional (Problemas de la Paz y del Socialismo). Sin embargo, la orientación procubana de Dalton no estaba en línea con la posición oficial de la revista y por lo tanto tuvo varios problemas con las autori­dades soviéticas que estaban a su cargo (Zourek, 2015). La última parte del libro Taberna y otros lugares, el mayor legado de la estancia de Dalton en Checoslovaquia, nos presenta una mirada del intelectual centroamericano respecto de los esquemas mentales de la sociedad checa de aquella época. En una en­trevista con el escritor uruguayo Mario Benedetti en 1969, Dalton confesó que la reali­dad que enfrentó en Praga había sido completamente inesperada para él. Yo partí del asombro político que, como comunista extranjero en Praga, expe­rimenté al enfrentarme con un panorama ideológico que no esperaba encon­trar en un país que llevaba veinte años de socialismo. Además, la experiencia del socialismo que yo tenía era la cubana, donde el sentido de lo heroico, el fervor de la revolución, el orgullo de ser comunista y revolucionario, eran desde luego el pan de cada día para la juventud; en cambio, la problemática planteada por los jóvenes praguenses, era una mescolanza de misticismo, re­ligiosidad, anticomunismo, esnobismo, nihilismo; o sea una cantidad de for­mas ideológicas que el imperialismo exporta para el consumo de los pueblos que él mismo se encarga de oprimir (Benedetti, 1969, 116-117). El libro lleva el nombre del poema final, que transcurre en la taberna favorita del au­tor. Para Dalton, este era un mundo donde se mezclaban lo bohemio y las conspiracio­nes revolucionarias, dos instancias que buscaban romper la racionalización capitalista, mientras que al final la comodidad siempre prevalecía sobre la acción. En la entrevis­ta mencionada, Dalton describió como surgieron sus reflexiones de Checoslovaquia. Hay en Praga una taberna muy famosa, una cervecería que data del siglo XIII, llamada U Fleku, donde se reúne la juventud checa a beber cerveza y a con­versar; también concurren muchos extranjeros residentes en Praga. En varias oportunidades, escuché allí trozos de conversaciones; eran de tal interés (so­bre todo si se considera el marco en que se daban: un país socialista, a veinte años de revolución) que me impulsaron a tomar apuntes. De pronto me di cuenta de que eso era un material sociológico y que yo estaba efectuando una suerte de furtiva encuesta acerca de toda una ideología. Confieso que empecé sin propósitos demasiado definidos, simplemente ordenando lo que recogía; luego pensé que el posible mérito era la propia existencia de ese material, y que el trato más adecuado debía ser una rigurosa objetividad. Me decidí en­tonces a construir un poema, debido a que las expresiones recogidas tenían suficiente calidad literaria; un poema en el que fuera posible introducir aque­llas expresiones, dejando que por sí mismas construyeran sus posibilidades de conflicto. Las yuxtapuse y les di algún tipo de montaje, pero sin intención de jerarquizarlas entre sí. Algo así como un poema-objeto; sin embargo, la carga política era tal, que dejó de ser un poema-objeto para convertirse en algo emi­nentemente político (Benedetti, 1969, 115-116). Tal como otras producciones de Dalton, Taverna es una obra fuertemente comprome­tida, que, sin embargo, al mismo tiempo se distancia del realismo socialista. «El arte es un lenguaje / el realismo socialista quiso ser su esperanto» (Dalton, 2007, 159), afir­mó Dalton respecto de su postura. Gracias a los innovadores métodos narrativos, la provocación y la ironía, se trata de un libro de gran calidad literaria. De los collages de diálogos aparentemente sin sentido, surge una brillante crítica al movimiento comu­nista contemporáneo. La parte «checoslovaca» de la colección consta de un total de quince poemas. Des­de las primeras frases Dalton ironiza los problemas y desafíos del país, en el que pasaba una parte importante del tiempo en las tabernas praguenses. Es bello ser comunista, aunque cause muchos dolores de cabeza. Y es que el dolor de cabeza de los comunistas se supone histórico, es decir que no cede ante las tabletas analgésicas sino sólo ante la realización del Paraíso en la tie­rra. Así es la cosa. […] El comunismo será, entre otras cosas, una aspirina del tamaño del sol (Dalton, 2007, 105). En el siguiente párrafo, Dalton nos ofrece lo que probablemente sería la mejor descrip­ción de los valores de la sociedad checoslovaca: Los comunistas deberíamos conocer de finanzas: / hacer proselitismo entre los millonarios / haría por lo menos que cada célula de barrio / tuviera / pia­no, litografías de Dresden, aspiradora eléctrica. / Llegaron las langostas de La Habana, todo un barco (Dalton, 2007, 160). La denuncia se acentúa aún más en el poema Historia de un amor en palabras de la amante de un funcionario comunista latinoamericano. ¿El socialismo? No está mal: aún los más pobres tenemos tostadores de pan, televisor, medias francesas, buenos zapatos, mejor olla, ropas de moda recién pasada en París, vacaciones pagadas, refrigeradora, sueños muy serios con un auto pequeño para la próxima primavera, viajes nada ridículos a la oficina de Turismo Extranjero. Lo único malo es que todo ello es mejor en Alemania Occidental (Dalton, 2007, 131-132). Ya en sus obras anteriores, Dalton se oponía al marxismo dialéctico proclamado por los soviéticos que contenía una moral capitalista e intentaba resucitar el marxismo hu­manista y revolucionario que salía de sus experiencias latinoamericanas. En Taverna este desafío se está acentuado por los dilemas internos del autor que sentía que su vida en Checoslovaquia no tenía nada que ver con sus ideales de ayudar a la liberación de su patria. «Ironizar sobre el socialismo parece ser aquí un buen digestivo, pero te juro que en mi país primero hay que conseguirse la cena» (Dalton, 2007, 150). Poco a poco Dalton llegó a la conclusión de que su experiencia en Checoslovaquia confirmaba de­finitivamente lo incorrecto que era seguir el camino soviético. El marxismo-leninismo es la teoría de hacerle la manicure al imperialismo mientras se busca la oportunidad de amarrarle las manos. ¿Qué vaya hacer si me he pasado la vida leyendo el marxismo-leninismo y al crecer olvidé que tengo los bolsillos llenos de piedras y una honda en el bolsillo de atrás y que muy bien me podría conseguir una espada y que no soportaría estar cinco mi­nutos en un Salón de Belleza (Dalton, 2007, 112-113)? La comodidad acompañada del remordimiento que Dalton pasaba en Checoslovaquia se refleja en la conclusión del poema Primavera en Jevany. Oswaldo Barreto y yo deberemos salir de estos lugares lo más pronto posible, so pena de ponernos a tener hijos rubios con Zdenas y Janas, y engordar a fuerza de grandes filetes y algodonosos melocotones y fresas con crema, hasta olvidar que alguien está muriendo mal en nuestra vieja casa y ha preguntado por nosotros con perentoriedad. ¡Viva, esta primavera, sin embargo! (Dalton, 2007, 117) En abril de 1967, Dalton renunció a su cargo en la revista y regresó a Cuba, que, según él, era el único país que no había traicionado los ideales socialistas y al que conside­raba su segunda patria. Sin embargo, también allí pronto vivió una gran desilusión. Ante la grave crisis económica, el régimen renunció a su política independiente y se acercó más a las posiciones soviéticas. La primera manifestación de este pragmatis­mo fue el apoyo verbal que Fidel Castro declaró a la invasión del Pacto de Varsovia a Checoslovaquia en agosto de 1968. El Partido Comunista Salvadoreño reaccionó de la misma manera, lo que forzó a Dalton a abandonar sus filas. En 1973 regresó a su patria para unirse a la lucha armada. Esta decisión estuvo probablemente influenciada por su experiencia en Checoslovaquia, lo que lo motivó a escribir las siguientes palabras: «Lo único que sí puedo decirte es que la única organización pura que va quedando en el mundo de los hombres es la guerrilla» (Dalton, 2007, 158). Este paso tuvo unas conse­cuencias trágicas. En mayo de 1975, Dalton fue asesinado por miembros de su propia organización en circunstancias que aún hoy día no están aclaradas. 6 Conclusión Al analizar el discurso de varios textos, hemos identificado algunos rasgos comunes, lo que nos posibilitó dividirlos en cuatro categorías. La primera la representan los testi­monios desde el inicio de la Guerra Fría hasta mediados de los años cincuenta. Se tra­ta de obras de los miembros de los partidos comunistas, marcados por una ideología dogmática y escritos bajo el estilo del realismo socialista, que obligaba a sus autores a adaptar normas estéticas y morales. La mayor contribución de estos textos consiste en presentar la imagen que los estados comunistas querían proyectar en el exterior, lo que organismos locales buscaban destacar y también lo que preferían ocultar. Checoslo­vaquia se mostraba como un país desarrollado cultural e industrialmente, que podía servir de inspiración para América Latina en varios aspectos. Los reportajes del joven periodista Gabriel García Márquez tienen varias particu­laridades y, como tal, representan una categoría independiente. Gracias a que fue ca­paz de utilizar la crítica y a que supo prestar atención a los cinco países comunistas por igual, sus testimonios posibilitan ver más claramente la posición que tenía Checoslo­vaquia dentro de los países del Bloque del Este. Es llamativo que presente a este país de una manera más positiva que a los demás. El autor colombiano subrayó que Checoslo­vaquia gozaba de la calidad de vida más alta y que dominaba un ambiente Occidental. El tercer grupo está formado por reportajes de finales de los años cincuenta y la primera mitad de los sesenta. Se trata de las figuras apolíticas (Malbec, Torres) y de un representante de la izquierda no comunista (Galeano). Sus autores buscan a informar al lector de una manera más independiente. Por primera vez aparece una crítica abier­ta respecto de las condiciones sociales en Checoslovaquia. Mientras que los autores de la época estalinista usaban la comparación para acentuar la mala situación en sus paí­ses natales, a Malbec y ante todo a Torres esta les sirvió para destacar los precios altos y la mala calidad de los productos checoslovacos. Lo que es común en todos los testimonios es que se consideraba a Checoslovaquia como un puente imaginario entre la Unión Soviética y Europa Occidental, una «puer­ta de entrada» al mundo detrás de la Cortina de Hierro. Mientras que para García Márquez el ambiente occidental estaba relacionado con un mejor nivel de vida, para la izquierda más radical, la experiencia checoslovaca resultó ser una gran desilusión. Roque Dalton, cuyo testimonio representa la cuarta categoría, describía los valores de la sociedad checoslovaca en la segunda mitad de los sesenta como una clara desviación hacia los valores capitalistas, una traición a los ideales en los que él creía. Es evidente que los testimonios escritos, donde los autores extranjeros describen sus impresiones sobre el Bloque Soviético, representan una fuente valiosa de informa­ción para analizar «la imagen del otro», muy frecuente en varios campos de la historio­grafía, así como un aporte importante a la problemática de las relaciones entre Europa del Este y América Latina. Por lo tanto, resulta sorprendente que se trata de una fuente que ha sido relativamente poco trabajada y que, sin duda, merecería una mayor aten­ción de los investigadores. Este estudio demostró que el análisis del discurso de varios textos de la época posibilita ver claramente los cambios en la percepción de la realidad checoslovaca. Principalmente entre varios sectores de la izquierda, con la que se iden­tificaban la mayoría de los visitantes. Por otro lado, al tratarse de una primera aproxi­mación al tema, varios aspectos fueron presentados de una manera más general, en­tendiendo que a futuro podrían contribuir a una investigación más compleja. En este caso, no es necesario que la investigación se centre solamente en un país particular. La gran cantidad de los testimonios existentes permitiría comparar las percepciones entre varios países del Bloque del Este. Especialmente después de 1956, cuando el discurso de los visitantes se volvía cada vez más crítico. Bibliografía Alburquerque, G. F., La trinchera letrada. Intelectuales latinoamericanos y Guerra Fría, Santiago de Chile 2011. Amado, J., Svet míru: SSSR a lidové demokracie, Praga 1951. 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Se trata de obras escritas por miembros de los partidos comunistas, marcadas por una ideología dogmática en el estilo del realismo socialista. La segunda categoría está representada por los reportajes de Gabriel García Márquez. Aunque el escritor tenía una visión crí­tica hacia los países comunistas, es de destacar que se refería a Checoslovaquia de una manera bastante positiva. La tercera categoría incluye los reportajes de finales de los años cincuenta y la primera mitad de los sesenta, cuyos autores pretendían informar al lector de manera más independiente. En estos textos aparece por primera vez una crí­tica al sistema checoslovaco. La visión crítica alcanza su máxima expresión en la obra de Roque Dalton, que representa la cuarta categoría. El poeta salvadoreño describió los valores de la sociedad checoslovaca de la segunda mitad de los años sesenta como una clara desviación hacia el capitalismo, una traición a los ideales en los que creía. El análisis del discurso de los testimonios proporciona una mirada a la cambiante per­cepción de la realidad checoslovaca por parte de los diversos sectores de la izquierda latinoamericana en determinadas etapas de la Guerra Fría. Pogled na Ceškoslovaško v latinskoameriških pricevanjih (1948–1968): od hvaljenja stalinizma do kritike kapitalisticnih razmer Kljucne besede: latinskoameriški intelektualci, kulturna hladna vojna, potopisni dnevniki, Ceškoslovaška, Jorge Amado, Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Roque Dalton Clanek na osnovi analize diskurza pricevanj s Ceškoslovaške obravnava povezave med latinskoameriškimi intelektualci in sovjetskim blokom med letoma 1948 in 1968. Besedila se glede na skupne znacilnosti delijo v štiri kategorije. Prvo sestavljajo price­vanja od zacetka hladne vojne do sredine petdesetih let. Gre za dela, ki so jih napisali clani komunisticnih partij in jih zaznamuje dogmaticna ideologija v slogu socialistic­nega realizma. Druga kategorija obsega reportaže Gabriela Garcíe Márqueza. Ceprav je bil pisatelj kriticen do komunisticnih držav, je treba poudariti, da je Ceškoslovaško obravnaval precej pozitivno. Tretja kategorija združuje reportaže s konca petdesetih in prve polovice šestdesetih, v katerih so avtorji želeli bolj neodvisno obvešcati bral­ce. V teh besedilih se prvic pojavi kritika ceškoslovaškega sistema. Kriticni pogled se najmocneje izrazi v delu Roqueja Daltona in predstavlja cetrto kategorijo. Salvadorski pesnik je opisal vrednote ceškoslovaške družbe druge polovice šestdesetih kot jasen odklon proti kapitalizmu, izdajo idealov, v katere je verjel. Analiza diskurza pricevanj pokaže, kako se je v razlicnih sektorjih latinskoameriške levice v posameznih etapah hladne vojne spreminjala zaznava ceškoslovaške resnicnosti. The view of Czechoslovakia in Latin American testimonies (1948-1968): from praise of Stalinism to criticism of capitalist conditions Keywords: Latin American intellectuals, Cultural Cold War, travelogues, Czechoslo­vakia, Jorge Amado, Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Roque Dalton This paper discusses the links between Latin American intellectuals and the Soviet Bloc in the years 1948–1968 analysed on the basis of written testimonies from Czech­oslovakia. According to the common features which the texts display, they can be di­vided into four categories. The first category consists of testimonies from the begin­ning of the Cold War until the mid-1950s. These are works written by the members of the communist parties, marked by a dogmatic ideology in a socialist realism style. The second category is represented by reports by Gabriel García Márquez. Although the writer had a critical view of communist countries, it is striking that his description of Czechoslovakia was quite positive. The third category includes reports from the late 1950s and the first half of the 1960s that sought to inform the reader in a more inde­pendent way. In these texts, a critique of the Czechoslovak system appears for the first time. The critical vision reaches its peak in the work of Roque Dalton, which repre­sents the fourth category. The Salvadoran poet described the values of Czechoslovak society in the second half of the 1960s as a clear deviation towards capitalism and a be­trayal of the ideals he believed in. The analysis of the testimonies´ discourse provides an insight into the changing perception of the Czechoslovak reality by various sectors of the Latin American left in different phases of the Cold War. O avtorju Michal Zourek je doktoriral iz iberoameriških študij na Filozofski fakulteti Karlove Univerze v Pragi. Postdoktorski študij je opravil na Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani (UBA/CONICET) v Buenos Airesu. Je predavatelj na Oddelku za teritorialne študije na Fakulteti za regionalni razvoj in mednarodne študije na Mendlovi univerzi v Brnu. Podrocja njegovega raziskovanja so komunisticne tajne službe, kulturne politike in intelektualna zgodovina. Med drugim je objavil monogra­fije Checoslovaquia y el Cono Sur 1945–1989 (2014), Praga y los intelectuales latinoame­ricanos (2019) in Cien años de las relaciones checo-uruguayas (2021). E-naslov: zourek@centrum.cz About the author Michal Zourek holds a PhD in Ibero-American studies from the Faculty of Arts, Charles University in Prague. He did postdoctoral research at the Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani (UBA/CONICET) in Buenos Aires. He is lecturer in the Department of Territorial Studies at the Faculty of Regional Develop­ment and International Studies, Mendel University in Brno, Czech Republic. His re­search interests include the study of communist secret services, cultural policies, and intellectual history. His publications include Checoslovaquia y el Cono Sur 1945–1989 (2014), Praga y los intelectuales latinoamericanos (2019) and Cien años de las relaciones checo-uruguayas (2021). E-mail: zourek@centrum.cz Anna Szczepan-Wojnarska The meaning of freedom during the Cold War in the light of Andrzej Bobkowski’s Guatemalan prose 1 Introduction This article explores how the Polish writer Andrzej Bobkowski understood the meaning of freedom in the post-WWII world and shows that it was this under­standing that prompted him to leave Europe, which he believed had lost its values. Bobkowski’s life mirrors the vicissitudes of 20th century history: he belonged to the first generation of Poles who had tasted the freedom and independence regained after 123 years of partitions. The outbreak of the World War II, however, brought his compatriots’ optimism and activism to a sudden halt. In the spring of 1939, during the time of the Polish Second Republic, Bobkowski travelled to France. Greatly disappointed with the post-war political order in Europe after World War II, he left the old continent. It was clear in his mind that he could not return from France to the People’s Republic of Poland for political reasons. He selected Guate­mala as his destination with no inkling that he would have to encounter commu­nism there too. Freedom, independence and dignity are values of universal importance that become all the more appealing the less they are respected, and they were certainly crucial to Bobkowski. It is a love of freedom that appears to be at the core of Polish identity. For centuries Poles proudly displayed their devotion to freedom, which they understood in a national as well as an individual sense. As noted by Pawel Dybel, being a Pole is characterized by “a fierce love of democracy, an enduring yearning for freedom, and an age-long attachment to tolerance” (Dybel, 2021). This strong yearning for independence and freedom of choice influenced Bobkowski as a Polish writer from the very beginning of his writing career, but at the same time the turbulent history of the 20th century meant that the word “freedom” would come to be redefined. Bobkowski not only inherited the Polish devotion to free­dom, but he also found his own understanding of “freedom” in the post-war world by working as a model-maker captivated by the universal dream of flying. 2 Andrzej Bobkowski – Querido Bob In choosing to present a portrait of Bobkowski I am clearly aware that my choice can­not be justified with the simple and straightforward argument that he is “a famous and outstanding Polish writer”. Only in recent years has he begun to find a place in the Pol­ish literary canon. Why was his figure so shrouded in silence? A number of reasons ex­ist for this “pall of silence”. Firstly, Bobkowski’s contrarian individualism did not strike a chord with Polish readers. His Sketches with a Feather did not stir Polish people’s awareness, the trauma of WWII in Polish territory could not have been either equat­ed with, or even compared to life in France under occupation, and the reader on the banks of the Vistula had completely different expectations of literature at that time: the Polish reader expected literature to be a witness of the crimes committed. Secondly, Bobkowski was not allowed to publish his works in PRL (People’s Republic of Poland) due to the ban imposed by the Main Office for Press Control and censorship. Thirdly, Bobkowski was unfairly suspected first of collaborating with the German secret ser­vice, and then, unusually, with the French secret service. All these reasons contributed to the writer’s isolation, even in émigré circles, a point which he himself acknowledged in a letter to Jerzy Giedroyc (Giedroyc, 1997, 633). The fourth, and the most significant reason in my opinion is that no one described quite the way Bobkowski did. According to Roman Zimand (1984, 23-24) Sketches with a Feather raise the fundamental issue of freedom and individuality. Joseph Czapski (Czapski, 1961, nr 167) emphasized that Bobkowski was a rebel by nature, undermining authority and laying bare questionable Polish national traits, and such unavoidably extreme individualism has a tendency to stir up trouble. I argue that Bobkowski creatively implemented a paradigm of Joseph Conrad’s values which included fidelity, loyalty and duty. Conrad served as a model and point of reference for him, a point he himself elaborated on in the essay “Biography of the Great Cosmo Pole” (Bobkowski, 1998). Bobkowski wrote the essay after he had been diag­nosed with stomach cancer and became aware of the short time that remained for him. This particular essay seems to have been not only a homage to Conrad but was also an intimate testament and autobiographical testimony. The testimony of an émigré, who had lost everything, even the hope of a return to the mother country. Nevertheless, he remained true to himself and cherished his composite biography: from Conrad, it was the biography of a child of patriotic parents orphaned young, a mariner and a writer; from Bobkowski, it was the biography of a model maker and a writer. Bobkowski endeavoured to find “a point of balance” in the post-war world, which was so different from the one he encountered when he was born in Wiener Neustadt in Austria in 1913, the son of Henryk Bobkowski, a professor at the Theresian Acad­emy (Kaliszewski 2003, online) and Stanislawa Malinowska, a talented and sensitive woman from Vilnius. He was born as a Pole, not as an émigré but a citizen of the Austro-Hungarian Empire that for over 120 years ruled the southern part of Poland after it had partitioned by Russia, Prussia, and Austria in the 19th century (Davies, 2005, 218, 225, 284, 321). Bobkowski spent his childhood in many places such as Lida, Vilnius, Modlin and Krakow where he graduated in 1933. Between 1933 and 36 he studied economics at the Warsaw School of Economics. He married Barbara Birtus in 1938 and in March 1939 moved to France with his wife, where initially he opened a laundry and then started to work in an ammunition factory in Châtillon near Paris. After France’s surrender, he was evacuated with the factory to the south. He attempted to join the Polish army but did not succeed – probably due to the sus­picion of espionage mentioned above. He decided to return to Paris by bike and he later gave an account of this extraordinary journey in Sketches with a Feather (1957). After the war, he worked in the liquidation office of the Atelier de Construction de Châtillon as well as the manager of the Polish Bookshop and in the Polish YMCA11 During Second World War the Polish YMCA was closed by the Nazis, but the Polish movement contin­ued to work in France, England, Romania and even in Africa with the Polish Army of General Anders (https://www.ymca.int/member/ymca-in-europe/ymca-poland/). . He co-edited with Andrzej Chciuk the underground periodical ‘Razem Mlodzi Przy­jaciele’ (‘All Together Young Friends’) which was published in Lyon between February 1945 and May 1947 (Kaliszewski 2003, online). Bobkowski became involved with the Polish ‘Independence and Democracy’ organization in exile. Gradually he developed his reflections on the post-war world and published articles on post-Yalta Europe and European culture.  The author of Coco de Oro considered freedom and independence to be the most important of European values, which understood to involve action, responsibility, cre­ativity, and perseverance, however he felt that was not able to find them in Europe any­more. He discussed the condition of Western Europe in an imaginary interview with himself “Pytania dzikich ludzi”/ “Savages’ questions”, printed in “Culture” in 1951: “Europe? Comfort seeking and cowardly replaced pars pro toto [the] term ‘Europe’ and its essence and meaning dissolved in it so completely, that even the brightest Europeans are not aware of it” (Bobkowski, 1951, 25). For Bobkowski, comfort seeking seems to be the dominant source of destruction and needs to be understood on various levels: as a lack of readiness to confront evil forces and to defend one’s values, hesitation to express clearly one’s opinion and pretending to believe the lies spread by politicians. Comfort seeking stands in an ironic contrast to the medieval European idea of a knight as well as to the associations with honour and bravery that shaped the European concept of masculinity in general.  Deprived of energy and creative force, helplessly accepting the new order, despite the lesson of the totalitarian experience of WWII, post-war Europe came to negate itself. Bobkowski therefore emigrated with his wife to Guatemala in 1948 with the dream of a new beginning and of a new life (Kaliszewski 2003, online). I would hesitate to claim that it was a naïve or romantic decision of symbolic nature. Hanna Gosk, referring to an unpublished report, found in the Polish Institute of Arts and Sciences of America (PI­ASA) suggests that Bobkowski was tempted to return to People’s Republic of Poland by Jaroslaw Iwaszkiewicz and Jerzy Borejsza whom he met in Paris on 22 May 1948 (Gosk 2011, 98-107). As has been confirmed in many other cases, Polish writers, who had es­caped or been expelled from Poland during the war or had imprisoned by the invading forces, were encouraged to return to People’s Republic of Poland and legitimize the new communist rulers. Many of them, including Bobkowski, refused to do so. It can be ar­gued that to him socialism embodied everything contrary to the educated middle class paradigm of values as Andrzej Kowalczyk has shown (Kowalczyk 2011, 197-213). Bobkowski left Europe without money, without a command of Spanish and even without a clear idea what he would do in Guatemala. Finding his feet in Guatema­la took about seven years, which he summed up as travelling through a typhoon. In Guatemala he opened a model-making hobby Shop that in a few years became a well-known institution that was the greatest testimony to his serious engagement in build­ing a new life in his adopted country. He wrote in a letter to Andrzej Chciuk in 1957: “I adore my adopted country. I feel great here and I would come back to my Homeland only if I lost my mind. Nobody will pull the wool over my eyes, because in the present political system, even after October [Polish October ‘56], nothing can be built” (Ter­lecki, 1999, 154). These words express vividly his disbelief in the possibility of a change in the com­munist regime22 See: Applebaum, Anne (2012). Iron Curtain: The Crushing of Eastern Europe 1944-1956. New York USA: Doubleday.  in the People’s Republic of Poland after the disappointment of the Pol­ish October33 See: Kemp-Welch, Tony. “Dethroning Stalin: Poland 1956 and its Legacy. Europe-Asia Studies 58 (2006): 1261–84. . Paradoxically, to remain a Pole and a European, he had to live his values outside of the culture where had been brought up. This fact subverts the idea of colo­nialism as a civilising mission, which presents European civilization as a refuge from disappointment and as a quest for seeking a ground zero to rescue its integrity. The mission no longer aims to spread civilisation but to find a haven for the ideas that had once constructed it. Once power becomes all-important, the dignity of a human being comes into question. It is worth noting that colonial domination could be easily sub­stituted with communist internationalism. Bobkowski saw such a pattern and this was the reason why he distanced himself from Guatemalan politics. Bobkowski therefore lived a very humble ordinary life in Guatemala. Bobkowski choose his own mentors – the novelist Joseph Conrad and composer Fryderyk Cho­pin – who paved a new patriotic path for Polish emigrants in the 19th century. Conrad, like Chopin, knew that Poles had to leave their motherland and could not return there because Poland did not exist as a country anymore as the result of the tiple partition of Poland implemented by Russia, Germany and Austria-Hungary. The Soviet Union’s strong influence and its domination over the Polish Peoples’ Republic was reminiscent for Bobkowski of the time when Poland disappeared from the European map in the 19th century. Reflecting in a sense Conrad’s biography, Bobkowski made a radical decision to leave for Guatemala. He repudiated everything – Poland in the shape given to her in Potsdam and Yalta as well as Europe itself – and opted for life in what he considered to be a primeval land. This was his liberum veto44 The phrase liberum veto comes from Latin and refers to a parliamentary a unanimous voting rule in the Polish-Lithuanian Commonwealth. This rule allowed any member of the Parliament to hold up its proceedings and in effect bring the Commonwealth to the brink of collapse. Regardless of how liberum veto has been utilised from a historical and political perspective, this rule was based on the premise of the equality of all Polish noblemen and has remained very attractive to generations of Poles. For fur­ther reading see: Wandycz, Piotr (2001). The Price of Freedom. A History of East Central Europe from the Middle Ages to the Present. London and New York: Routledge. . This was the decision of an artist in search of new stimuli, but it was also a decision made by a man who takes responsibility for shaping his own fate. Despite his admira­tion for Conrad, he did not decide to develop his literary talent and write extensively either in Polish or in any other language. His literary output seems not to be very ex­tensive, and a considerable part of it consists of essays and commentaries upon Polish affairs published in Culture – an independent Polish monthly issued in exile in Paris and edited by Jerzy Giedroyc. Contemporary Polish critics consider Bobkowski’s tal­ent to have been wasted, under-utilised or even squandered (Sambor, 1964, 176-179; Nowak, 2020). Bobkowski, like Conrad, worked hard to become a true professional and a reli­able business partner who encouraged other to dream and also inspired them. From Chopin Bobkowski learned how to be cosmopolitan, how to find fulfilment in univer­sal values and how to break free from the Polish romantic stereotype of an unhappy artist condemned to suffer. Consequently, one thing he avoided was to expect mercy or compassion. Instead of being a victim of history, he wanted to contribute to it with his talent and hard work. Andrzej Bobkowski also proved his character in very pri­vate matters as he fought bravely against cancer for several years. He died in Guate­mala on the 26th of June 1961. Senior Andres, as Bobkowski was called by the young model-makers, was buried in the grave of a respected family: Mausoleo de la familia Quevedo Ávila–Escobar Vega in the Cementerio General de la Ciudad de Guatemala, Calle Central, lado sur, cuadro 6, mausoleo 34. It is difficult to find the right term to encapsulate Bobkowski’s personality, as it eludes ready-coined categorisations, but one proposed by Wolfgang Welsh could perhaps be appropriate: an open personality. 3 Freedom, independence, uniqueness  In Bobkowski’s work freedom is manifested in many ways: political freedom, freedom from the Nazi occupation, freedom from the communist regime, freedom from the stereotype of 19th-century role of the Polish émigré, freedom to write without censor­ship, freedom of speech and freedom of movement. All of these aspects of freedom are nurtured in Bobkowski’s writings and are a testimony to the times in which he lived when the issue of freedom was extensively debated. It is worth noting that his idea of freedom embodies two notions: “a freedom from” and “a freedom to/for”. Only the achievement of both appears sufficient for a person to truly attain freedom. This was the philosophy of Erich Fromm and Hermann Keyserling, whom Bobkowski regarded as modern-day Socrateses (Bobkowski 2009b, 25) and who would in turn influence the writer’s world-view. Part of Bobkowski’s manifestation of the “freedom to/for” concept was his choice to emigrate to Guatemala where there was no well-established Polish community that could have supported him nor where there were any scholarships or any structures to provide him with financial security. He declared many times that he desired to be so free that he could die unnoticed. At the same time, his emigration appeared as break for freedom from the European trauma of war, Soviet domination as well as freedom from censorship. He explained his fear of censorship in his fictional diptych “Pozegnanie” (“Farewell”) and “List” (“A Letter”) (1948). A protagonist in the latter said to a friend returning to the country: I don’t want and I can’t condemn myself to a lifetime of lying, which not only I couldn’t talk about but which also you would make me justify .… I can’t be quiet on behalf of any system and any political orientation when I know I should speak up … Here thoughts dictate my words, there the permitted words would have started to dictate my thoughts55 Bobkowski, A., “List”, in: A. Bobkowski, Coco de Oro, Lublin 1998, p. 65. . Nevertheless, his experience of going native in Guatemala reinforced his inherited sense of freedom as total self-responsibility. Without depriving himself of his national identity, of his Polish mother tongue and cultural engagement in European discourse, he learned to be a Guatemalan citizen just as he would have liked to be a Pole in Po­land. He started his own business, he bought a house, he took root. On the one hand, he followed the middle-class paradigm of life, and on the other developed his model-making business, which was centred on creativity and inspired by dreams of flying and thus became an actually lived metaphor of freedom. In his letters to family and Pol­ish friends, Bobkowski described Guatemala initially with enthusiasm as an already known country, as a familiar place and as close to his heart as Kraków or Zakopane in Poland. Guatemala provided him with the freedom to start a new life. Bobkowski stated very clearly in his letter to Jerzy Giedroyc, the editor in chief of émigré Polish monthly “Culture” published in Paris, that one of the things he wanted to avoid after the war, was placing himself in a situation of a man dependent on the help of others, for some crumbs from the table or indeed a place at the table, repeat­ing the helplessly self-comforting phrase “after all, they will not allow me to starve to death” (Giedroyc, 1997, 76). He classified such a perspective as the longstanding, hu­miliating effect of war and also the post-war order in Europe. He expressed this con­viction in following words: “a European who does not want to be free, ceases to be a European. To stay one, I had to leave” (Bobkowski, 1998, 77). Bobkowski based his sense of independence on a number of simple conditions: he was proud to work and to earn money; he perceived his white-European origin as one of the accidents that befell a man and not a reason to humiliate others; he wanted to act rationally and remain independent also of local politics. Skin-colour or race were not so appealing questions to him as they were not a matter of choice. He wanted to be perceived as a free hu­man being, not just as a white man. Above all the experience of WWII, the lessons of Nazism and communism made him aware how easy it was to label a group of people and promote hatred of them. Interestingly enough, for this very reason, he has never exposed his Guatemalan compatriots to his difficult WWII experiences. Querido Bob restrained himself from sharing traumatic memories and knowledge about the hostili­ties of WWII, from presenting himself as a courageous hero or a survivor, even from comparing the actual fear or danger at the time of he tGuatemalan revolt with those that filled his days in occupied France. It can be argued that in this way he protected his sense of integrity from a sense not only of victimhood but also from a sense of superi­ority deriving from his unique personal experience. He restrained from commenting, from issuing warnings, from giving lessons to Guatemalans because he did not feel in legitimate position to do so. Nevertheless, he observed on the Guatemalan streets un­friendly behaviours towards the white inhabitants which he felt subconsciously mir­rored the racism which he had already experienced. To Bobkowski racism was a form of neglect of human beings in general and in its essence was like a disease that can af­fect all irrespective of race. Such remarkable distance from popular racist discourse ap­peared paradoxically as the solution to potential conflicts because it stopped a vicious circle of suspicion and started to build shared confidence between him and the local people, indigenous and non-indigenous alike. In the end an unavoidable consequence of his choices became isolation, since, as one may expect, his harsh criticism of Europe and distance from the local politics in Guatemala did not help him to find many friends and be warmly welcomed into dif­ferent social circles. It would be an exaggeration to say that he was a loner, but the only society he enjoyed being identified with was “the Order of model makers ”, as he used to refer to the world of model makers. Symbolically, to join this order meant to leave the earth behind with its problems, become a citizen of the sky that served Bobkowski just as the sea served Conrad and music Chopin, and this realise the dream of a life without surveillance, of a life fulfilled by one’s own choice. Bobkowski chose the best metaphor for himself with surgical precision, express­ing his sense of freedom, independence, and uniqueness all at once: “I am the emblem of Guatemala – their quetzal bird. There are only stuffed specimens, because alive in the cage, they will die after a few days. And I don’t feel like dying and being gazed at stuffed” (Bobkowski, 2009a, 116). Curiously, the emblem of Poland is a crowned white eagle that signifies freedom and dignity. After WWII, the crown disappeared off the eagle’s head because of the regime. Bobkowski identified himself with the quetzal bird, as the one who can live only by being free. His choice shows his choice to define free­dom for himself and internalize its symbols. The narrow nationalistic approach to na­tional symbols was left behind. It can be argued that Bobkowski translated the mean­ing of the freedom’s national emblem. 4 Guatemala in Bobkowski’s writings Bobkowski felt at one with Guatemala, where he started a new life; he loved this coun­try and therefore he felt entitled to comment on the political and social processes taking place at that time. Bobkowski, especially in the essays “Na tylach” [“Behind the front”] (1949) and “Pytania dzikich ludzi” [“Savages’ questions”] (1951), contrasted Europe with Guatemala or indeed all of Central America. Andrzej Bobkowski described his life in Guatemala, also providing a commentary about the world in the 1950s. This is particu­larly evident in “Notatnik modelarza” (2013) [“From a Diary of a Model Maker”], Coco de Oro (1970) and in his letters to his mother. However, his view of Guatemala changed from one of enthusiasm to a more lucid and critical observations, yet his attachment to this country remained unshaken. He was aware of the usual one-sided and depreciating perception of Guatemala, in the essay “Na tylach” he wrote: The World, the New World, the great Third World. We hardly talk about it, we mock the Guatemalas, Costa Ricas, San Salvadors and the Hondurases, amongst others, but what do we know about them? It is an incredibly rich area, wide and open, full of freedom and still yet has the best traditions of Europe. Who knows, maybe the spirit can survive right here, bloom and bear fruit again? I do not feel at all that I am in a small town, a small country. I feel above all a whole continent underfoot, vast, gorgeous and bursting with life (Bobkowski, 1998, 77). Awareness of the socialist rule practised in central Europe prevented Bobkowski from feeling sympathy towards the socialist challenges for power in Guatemala and also reinforced his sympathy for the United States as the vanguard of capitalism and per­sonal freedom. Bobkowski believed that president J. J. Arevalo was elected because he was a candidate proposed by leftist groups. Moreover, Arevalo proclaimed so-called spiritual socialism and welcomed many Spanish communists who came willingly and were rewarded with the best posts in the country, which was growing quickly in power (Bobkowski, 1970, passim). In 1954, Bobkowski went to the United States to participate in the World Mod­elling Championships that was a highly important event for him for many reasons. First of all, the model business had begun to grow in popularity, so much so that a new competition emerged. Senior Andres realized that he had to expand his business again. “If I don’t, others will do it for me. They will take the fruit from the tree, which I planted and nurtured patiently fought tooth and nail all this time since settling here” (Bobkowski, 1970, 203).  He realized that his participation in major competitions in New York could be an excellent advertisement for the new company he wanted to set up. The political situation in Guatemala and the overthrow of the communist president by the mili­tary junta complicated his plans. The writer managed to travel to a US military base on Long Island, a few days after the anti-communist guerrilla group led by Colonel Castillo Armas entered the capital city. Bobkowski demonstrated at these competi­tions a specially designed model that deviated from the generally accepted shapes. As he explained, the rubber-powered model gave the shape of a jet resembling the Russian MIG 15. His American friends joked “when you come with such a model and it’s from Guatemala, they’ll definitely summon you before the McCarthy com­mission” (Bobkowski, 1970, 209).  At the height of Guatemala’s counter-revolution, aero modellers found themselves in the eye of a cyclone. Police officers suspected that the aero modellers intended to place a bomb in their radio-guided models and drop it onto President Jacobo Ár­benz Guzmán. Although in the “Modeler’s notes” the writer somewhat mockingly and dismissively described the emotions and horror experienced by his Guatemalan friend: when the police seized the models and destroyed their cameras, one needs to remember that this is a literary device, “and they say that these models are just toys” (Bobkowski, 1970,212). Making aero models seemed suspicious for the just about understandable reasons mentioned above, but equally a significant factor underlying the importance of this hobby is a freedom to spend time on activities not included in the current political agenda. How people spend their free time becomes a core theme of interest for any dictatorship, as it illuminates paths to freedom from it. Bobkowski knew that these were not just toys but materialized dreams. The writer repeatedly em­phasized in his letters and articles the solidarity of modellers who created in Guate­mala a kind of Christian order and mutual support. Even in the most intense period of counter-revolution, an aviation major armed to the teeth was building his dream plane in his spare time. “When that all this s*** is over, I’ll bring it to you. There’s nothing like modellers. The model, the one in progress, is more important than everything” (Bobkowski, 1970, 224). The American competition, which Bobkowski took part in with his younger fel­low modellers Julio and Fernando Quevedo, was an opportunity to get to know peo­ple whom he had previously known only by correspondence. In New York, he met the modelling “guru” Frank Zaic who established one of the first companies producing supplies for model making. Two years later, Bobkowski went to Europe for the Swed­ish Championships to indulge his model-making passion. It was his only return to the Old Continent and his last meeting with family and friends.  Querido Bob was aware that the United States, like the Soviet Union, was trying to influence the hearts and minds of Latin Americans on various levels. The WWII period in Latin America was characterized by a class collaboration and, as noted by Castaneda, “an overwhelming dilution of political and ideological differences as well as the abandonment of any vestige of nationalism that implied criticism of, or antago­nism against, the United States” (Castaneda, 1994, 30). The predominant goals of all progressive forces were an increase in production and a rise in the living standards of the working people. “During this period, Communist parties formed more broad­ly based fronts and national unions or found remarkably strange bedfellows among the local oligarchies” (Castaneda, 1994, 30). However, in 1947 the disintegration of USA-Soviet alliance affected Latin America’s Communist parties, which were serious­ly weakened and divided. “The Communist parties’ central, long-term objective re­mained a national-democratic revolution, agrarian reform, and an alliance with the middle classes and the national bourgeoisie, but the principal enemy was once again imperialism, reduced to the government of the USA” (Castaneda, 1994, 30). What is more, some of the most important populist parties fought against Communism and the USSR’s influence in Latin America. Bobkowski perceived all these processes as alien to the local society that needed to shape its own national and political identity, to define its concept of society in relation to its own history and experience. He also addressed a need to redefine Guatemalan relations with Spain long before theoretical reflection on decolonization. As already mentioned, Bobkowski’s insights into European politics, which were rooted in his own personal experience, in turn influenced how he viewed the politi­cal challenges in Guatemala, such as international cooperation, the role of the media and free market, and the spread of communism. Firstly, he questioned the politics of the Soviet Union and the notion of international cooperation as a means of improv­ing local societies. He projected his suspicions, rooted in his very painful experience of the Polish and Soviet communist regimes, onto the Guatemalan revolution, which prevented him from becoming mesmerized by the promises and facile declarations of the leaders. He was sensitive to propagandistic language, rhetoric and the media power exploited in political games, which all use even objectively good things for their own goals as well as for the purpose of manipulation. It was in a different language, but the same message which Bobkowski listened to on Polish radio at night that he read in the comments on international politics in Guatemalan newspapers the following morning. Many times, he would confront a reader with details and facts presented un­critically in the media and even in scholarly literature and deconstructed such positive narration, as for example with Arbenz’s the agrarian reform of Arbenz. Bobkowski ac­knowledged that the reform itself was indispensable, but he insightfully listed its weak points as follows:  It is well known that communist agricultural reforms never have economic but, above all, political objectives. And such a purely political objective can be seen in Arbenz’s agriculture reform. These reforms faced the least line of resistance and covered only lands which were in the developed area of the country and were privately owned. There was no rush to divide the govern­ment’s estates that provided a convenient excuse to create sovkhoz (Bobkows­ki, 2009, 113). As one may notice when Bobkowski refers to the economy and management constant­ly, he highlights the importance of data, numbers, of legal and administrative decisions not only because of his academic background but also to show that everyone can learn how to interpret reality. It was not a mystery to him that the American Fruit Company expanded its business in Guatemala to increase both its own income and more impor­tantly its influence. The tension between the USA and USSR brought Guatemala to the centre stage. Guatemala was geographically very close to the United States which was fighting against communism on different continents but at the same time ignored its encroachment not only in its own backyard but also far from USSR. Soviet influence in Guatemala gave rise to absurd imitations of Soviet culture such as the adaptation of the graphic design of the weekly periodical Octubre in 1949 to resemble Russian Cy­rillic script. Secondly as already noted, as far as Bobkowski’s upbringing was concerned, he was very much attached to the rules of the free market and rational economy. The importance of work in human life and a commitment the development of a culture of work, the reduction of unemployment, the growth of solidarity and mutual re­spect – all these issues elevated Bobkowski’s reflections and remarks about Guate­mala to a universal level. Bobkowski put creativity at the heart of the economy in­stead of income growth or an abstract idea of development and he insisted that an everyday effort to fulfil one’s potential was of greatest value to society. He saw the value of work that brought people together and provided a realm for inspiring en­counters, therefore he paved a third way, not communist, not liberal: a way of seeing work as a life experience, worthy in its own right, without any ulterior ideological goals. It is the human factor that adds value to work, not the other way round. In my view, such an attitude resonates with the motto on the Auschwitz gates “Arbeit macht frei” (“Work makes you free”) and shows how deeply Bobkowski internalized and re-worked the trauma of war. In his opinion, a man is free to work, not the other way round, and also a man is not free from work because work is a part of his essential creativity as a human. The watchwords of post-WWII anti-communist liberalism were “intellectual freedom” and the “open society” (Isaac, 2002, 29). Bobkowski restrained himself from becoming a prophet of liberalism, but he also firmly stated his condemna­tion of censorship both in the People’s Republic of Poland as well as in Guatemala. Bobkowski mocked so-called spiritual socialism as a paradigm of false values and expressed his irritation that some Guatemalans had been seduced by this ideology. Thirdly, Bobkowski had the lucidity to detach the declared ideology from real life and was therefore able to point out different kinds of misunderstandings in the interpretation of ongoing political events in a very astute way. He observed the spread of communism in Europe and in Guatemala. The pattern was the same everywhere: a pledge of care and compassion, a pledge to introduce justice and equality, the claim of progress followed by the introduction of specialists: well-ex­perienced communists brought in from other countries. All the key positions in the country were gradually taken over by the communists, though of course, the entire operation was conducted under a veil of democracy (Bobkowski, 2009b, 99-110). In this system all schools were subordinated to the government and were transformed into political training institutions, all the organisations the govern­ment claimed to have created in order to support the economy and technical de­velopment were gradually and systematically destroyed, just as in Orwell’s Animal Farm. At the beginning of 1953 the terror increased and Bobkowski admitted that the atmosphere reminded him of war: overwhelming fear, people denouncing each other, people disappearing, being imprisoned, tortured or killed on the streets. The Arbenzo government limited cultural exchange with non-communist countries, even Hollywood movies were banned and replaced by the Soviet ones. Bobkowski admitted that he thought of leaving the country. Limiting cultural interaction to the circle of communist countries was itself the sign of a totalitarian regime. The author of Point of Balance was well aware of how absurd works of art praising the working class and proclaiming the unity of workers all over the world were; he was equally aware of how illusive and dangerous their self-proclaimed dreams were. His economic education supported his critical view: where there is no profit then ide­ology must be the product. He knew that Guatemala needed to find its own form of governance because its social structure and history differed significantly from that history of tzarist and Soviet Russia as well as from that of capitalist America, where the American dream could only be realised only by a limited few. One takes a great risk when imposing a system of values and meanings taken from one con­text blindly to another. Bobkowski saw multiple deformations of the political ideas taken from Europe and these observations led him to a conclusion of universal im­port: “A mother country is a mother country, Poland is Poland, but what is more important is deeper – it is our uniquely human conscience which has no national allegiance” (Bobkowski, 1998, 249). 5 Conclusion Bobkowski’s redefinition of freedom is based on his individual experience as a Pole who survived WWII, an educated European disillusioned with the post-Yalta or­der, a writer, a model maker and finally as a cancer patient. There is no escape from freedom according to Bobkowski, who following Fromm’s distinction, differenti­ates between two kinds of freedom: “freedom from” and “freedom to/of”. Being free from something appears to be insufficient to achieve fulfilment, therefore a man has to be free to/for something. The point is to enjoy freedom actively: through work and creativity. Bobkowski understood the Guatemalan situation through the lens of Poland’s experience without, however, drawing artificial parallels or making forced comparisons. The point of reference was his sensitivity and in-depth reflection on the strategies and mechanisms that shaped both society and individual citizens. The similarities, which he observed in the mechanisms whereby political ideas are intro­duced into different societies, influenced in turn his contemplation of the transcul­tural differences in the understanding and meaning of fundamental concepts such as socialism, race or freedom. As a Pole in Guatemala he declared his love and at­tachment to his new country and sharply criticized European journalists who wrote about Guatemala in a simplistic and facile way. List of quoted literature and sources Applebaum, A., Iron Curtain: The Crushing of Eastern Europe 1944-1956, New York 2012. Bobkowski, A., Coco de Oro, Lublin 1998. Bobkowski, A., Tobie zapisuje Europe. 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The meaning of freedom during the Cold War in the light of Andrzej Bobkowski’s Guatemalan prose Keywords: freedom, Bobkowski, The Cold War, transcultural, Guatemala The Polish writer Andrzej Bobkowski (1913-1961), who defined himself as “the hoo­ligan of freedom”, achieved posthumous fame and recognition from Polish readers, however, in Guatemala, his adopted home, he is known mainly as “Querido Bob” who founded the “Guatemala Hobby Shop”. Bobkowski chose Guatemala as his home to defend his own sense of individualism and dignity which had been shaken by his dis­illusionment with Europe in the face of both Nazism and communism. From Bob­kowski’s perspective, his escape from Europe in general, and from the Polish Second Republic in particular was a way to remain free from the ossified pseudo-values of the old continent, which had failed the test of the Second World War. Bobkowski, espe­cially in his essays “Na tylach” [“Behind the front”] (1949) and “Pytania dzikich ludzi” [“Savages’ questions”] (1951), contrasted Europe with Guatemala or indeed with all of Central America. Andrzej Bobkowski described his life in Guatemala, providing also a rich commentary about the world in the 1950s, particularly in “Notatnik modelarza” [“From a Diary of a Model Maker”] and in his letters to his mother. This paper aims to reconstruct and discuss how Querido Bob as a European understood the meaning of freedom and how he confronted his inherited paradigm of ideas with the reality of Guatemala and its society, which was facing its own challenges.  Pomen svobode med hladno vojno v luci proze Andrzeja Bobkowskega v zvezi z Gvatemalo Kljucne besede: svoboda, Bobkowski, hladna vojna, transkulturnost Poljski pisatelj Andrzej Bobkowski (1913–1961), ki se je sam oznaceval za »vandala svobode«, je postumno nesporno zaslovel in dosegel naklonjenost poljskih bralcev. V Gvatemali pa je znan predvsem kot tisti »Querido Bob«, ki je iznašel Guatemala Hobby Shop. Bobkowski si je Gvatemalo izbral za svoj dom, zato da je ubranil svoj cut za individualizem in dostojanstvo, ki ju je spodkopalo razocaranje nad odzivom Evrope na nacizem in komunizem. S pisateljeve perspektive je bil beg iz Evrope na splošno in posebej iz Druge poljske republike nacin, kako ohraniti svobodo pred okamnelimi psevdovrednotami stare celine, ki je padla na preizkusu druge svetovne vojne. Bobkowski je, predvsem v esejih »Na tylach« (Za fronto, 1949) in »Pytania dzikich ludzi« (Vprašanja divjakov, 1951), Evropo primerjal z Gvatemalo ali celotno Srednjo Ameriko. Svoje življenje v Gvatemali in obširno razmišljanje o svetu v 50. letih pa je popisal predvsem v delu »Notatnik modelarza« (Modelarjev dnevnik) in pismih materi. Clanek raziskuje, kako je Querido Bob razumel pomen svobode in kako je konfrontiral podedovano paradigmo idej z gvatemalskim okoljem in družbo, ki se sooca z lastnimi izzivi. Sentido de libertad durante la Guerra Fría a la luz de la prosa de Andrzej Bobkowski en referencia a Guatemala Palabras clave: libertad, Bobkowski, Guerra Fría, transcultural El escritor polaco, Andrzej Bobkowski (1913-1961), que se definía a sí mismo como «el vándalo de la libertad», póstumamente ganó una innegable fama y simpatía de los lectores polacos. Sin embargo, en Guatemala es conocido principalmente como aquel «Querido Bob» que inventó la Guatemala Hobby Shop. Bobkowski eligió Guatemala como su hogar para defender su propio sentido de individualismo y la dignidad soca­vado por la gravedad de la desilusión provocada por el fracaso europeo frente al nazis­mo y el comunismo. Desde la perspectiva de Bobkowski, la huida de Europa en gene­ral, y de la Segunda República polaca en particular, fue una forma de mantenerse libre de los pseudovalores petrificados del viejo continente, que había fracasado en la prue­ba de la Segunda Guerra Mundial. Bobkowski, especialmente en los ensayos «Detrás del frente» (1949) y «Pytania dzikich ludzi» (Preguntas de los salvajes) (1951), con­trastó Europa con Guatemala o con toda Centroamérica. Andrzej Bobkowski descri­bió su vida en Guatemala, proporcionando también una rica reflexión sobre el mundo en la década de 1950, particularmente en «Z dziennika modelarza» (Del diario de un modelista) y en las cartas a su madre. Este trabajo tiene como objetivo reconstruir y discutir cómo Querido Bob entendió el sentido de libertad y cómo enfrentó su para­digma heredado de ideas con el ámbito de Guatemala y su sociedad que experimenta sus propios desafíos. O avtorici Anna Szczepan-Wojnarska je izredna profesorica za književnost na Univerzi kardi­nala Stefana Wyszynskega v Varšavi. Med letoma 2012 in 2016 je vodila Inštitut za poljsko filologijo, od leta 2021 vodi Inštitut za literarne študije in od leta 2014 doktor­ski študij na Fakulteti za humanisticne študije. Je avtorica dveh knjig: »... you will get married to a fire« J. Liebert. The experience of transcendence in the life and the works of Jerzy Liebert (2003) in To Forgive God. A figure of Job in the literature related to WWII (2008). Podrocja njenega raziskovanja so povezave med književnostjo in religijo, lite­rarna antropologija in transkulturne literarne študije ter prevodoslovje. Spletna stran: https://orcid.org/0000-0002-2981-2673 E-naslov: szczepanwojnarska@gmail.com About the author Anna Szczepan-Wojnarska is an associate professor in literature studies at the Car­dinal Wyszynski University in Warsaw. She is head of the Institute of Polish Philology (2012–16), and of the Institute of Literature Studies since 2021 and since 2014 also the Chair of PhD Studies at the Faculty of Humanities. She has published the books “...you will get married to a fire” J. Liebert. The experience of transcendence in the life and the works of Jerzy Liebert (Krakow, 2003) and To Forgive God. The figure of Job in the litera­ture related to WWII (Krakow, 2008). Her research interests include the relationship between literature and religion, literary anthropology and transcultural literary studies as well as translation theory, and she has also edited several volumes on these subjects. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-29th81-2673 E-mail: szczepanwojnarska@gmail.com Maja Šabec, Marija Uršula Geršak Eslovenia y la Guerra Fría cultural: Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda en el Congreso PEN Internacional de 1965 en Bled 1 Introducción El 33.º Congreso del PEN Internacional de Bled fue un encuentro peculiar y extraordi­nario, cuya envergadura histórica sentó precedentes: se organizó por primera vez en un estado socialista, además, por un centro PEN pequeño de una literatura de solo dos mi­llones de hablantes; por primera vez acudieron al Congreso, en calidad de observadores, escritores de la Unión Soviética y también participaron numerosos intelectuales de otros países del bloque socialista; por primera vez se eligió como presidente a un escritor nor­teamericano, Arthur Miller, y, además, acudieron figuras de gran renombre como el pre­mio Nobel Ivo Andric, dos futuros premios Nobel, Miguel Ángel Asturias y Pablo Neru­da, Arthur Miller, Ignazio Silone, Susan Sontag, Stephen Spender, Leonid Leonov, entre otros. Acorde a la opinión de muchos participantes, fue un congreso decisivo porque lo­gró establecer el diálogo tan deseado entre los escritores de Occidente y del Este (Sontag, 1966; Rodríguez Monegal, 1966; Miller, 1995; Mihelic, 2000) y, además, atraer a literatos de Asia, África y América Latina. El hecho de poder reunir personas de tan diferentes paí­ses y opiniones políticas se debe probablemente a que se organizó en Yugoslavia, que en aquel entonces ya era uno de los países líder en el Movimiento de los No Alineados que, asimismo, promovía el diálogo entre los dos bloques. Debe destacarse que la organización se encargó a un centro PEN de una literatura minoritaria, lo que en aquel entonces era la política del PEN Internacional, es decir, intentar expandirse por todo el mundo y dar más importancia a las literaturas minoritarias y a las de los países del Tercer Mundo (que en los años sesenta llegaron a ser el lugar de interés político de ambos bloques). Cabe destacar que fue un paso preliminar al siguiente congreso que tuvo lugar en 1966 en Nueva York, donde se esperaba poder seguir con esta apertura1* Investigación inscrita en el marco del programa P6-0218, Teoreticne in aplikativne raziskave jezikov: kontrastivni, sinhroni in diahroni vidiki financiado por ARRS (Agencia Eslovena de Investigación). 1 Precisamente en Bled, Arthur Miller le prometió a Pablo Neruda que iba a arreglarlo para que se le concediera el visado para entrar a Estados Unidos (Rodríguez Monegal, 1966, 86) que se le negaba por ser miembro del Partido Comunista y fuerte crítico de la política exterior imperialista norteamericana. . El artículo se centra en la participación de los representantes de la literatura la­tinoamericana, sobre todo de Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda, en el 33.º Con­greso PEN Internacional en Eslovenia en 1965, quienes visitaron por primera vez Yu­goslavia ya como escritores mundialmente conocidos. Asimismo, se analiza también el contexto específico de los años sesenta, de la segunda etapa de la Guerra Fría cultu­ral, de la posición de Yugoslavia y de la situación en América Latina. Nuestro objeti­vo esencial es evidenciar que el Congreso en Bled no tuvo solamente una dimensión cultural e intelectual, sino también política que todavía está escasamente investigada como tampoco lo están sus ecos culturales. Nos interesaban especialmente el papel y el interés de la CIA en la organización de este evento. 2 El contexto histórico-político de los años 60 Las relaciones entre América Latina y Yugoslavia durante la Guerra Fría, según Pajo­vic, se diversificaron significativamente en todos los sectores, político, económico y cultural (Pajovic, 2014, 81)22 Josip Broz Tito visitó América Latina varias veces entre 1963 y 1979 (Pajovic, 2014, 90). Para el tema que nos ocupa, es significativa la gira de 1963 que duró casi un mes, del 18 de septiembre al 17 de octubre. Visitó Brasil, Chile, Bolivia, Perú y México. Luego, Estados Unidos, donde tuvo una reunión con el presidente John F. Kennedy y habló en la XVIII reunión de la Asamblea General de la ONU. Tito ya había visitado países asiáticos y africanos, mientras que América Latina no había sido una priori­dad política yugoslava (Cupic, Barboza Lizano, Spasojevic, 2020, 89-90) hasta la Crisis de los misiles en Cuba en 1962, que supuso el peligro de una nueva guerra. Con este tour americano se reforzaron la imagen de Tito y de los No Alineados, como también su política de «coexistencia pacífica activa», y cuya visita fue considerada un éxito de la diplomacia yugoslava (Erakovic, 2015, 179). . Esto fue posible también por el hecho de que en 1948 se produjo la ruptura entre Yugoslavia y el bloque soviético que significó para Yugosla­via, por un lado, un giro hacia Occidente, del que inmediatamente recibió mucha ayu­da económica y militar que sustituyó a la soviética y, por el otro, la búsqueda de una posición propia en el escenario de la política internacional. Durante la Guerra Fría, Yugoslavia era un territorio interesante por varias razones: por su posición geoestra­tégica entre Europa Occidental y Grecia y Turquía (al alejarse de la Unión Soviética, los Estados Unidos pensaban que iba a producirse un efecto dominó en otros países socialistas); por crearse una imagen de puente entre el Este y Oeste (Lagendijk, Schi­pper, 2016, 29), ya que durante el gobierno de Nikita Jrushchov las relaciones se rea­nudaron; y más tarde, en los sesenta, por su importante papel en el Movimiento de los No Alineados y sus buenas relaciones con los países del Tercer Mundo, sin descartar la imagen de un país más liberal que los demás países socialistas. Por otro lado, también América Latina fue un escenario de máximo interés duran­te la Guerra Fría. Fue considerada por los norteamericanos como una zona de su hege­monía de lo que testimonian constantes intervenciones, sobre todo en Centroamérica y el Caribe. En la segunda etapa de la Guerra Fría, después de que Jrushchov en 1956 se distanció y condenó la política represiva de Stalin, los políticos norteamericanos temían una expansión del comunismo a raíz de la Revolución Cubana y de políticas e intelectuales que buscaban su posición alternativa en el mundo bipolar, por ejemplo, Juan Domingo Perón y su Tercera Posición, el tercermundismo, la teoría de dependen­cia, etc. La Revolución Cubana tuvo una repercusión decisiva en el continente, desper­tó mucha esperanza y en el ámbito cultural logró unir fuerzas izquierdistas de todo el continente, dando un empuje al latinoamericanismo33 Más tarde, sobre todo debido a que Fidel Castro apoyó la intervención militar de las tropas del Pacto de Varsovia en 1968 en Checoslovaquia para apaciguar la Primavera de Praga y debido al caso del poeta cubano Heberto Padilla, encarcelado en 1971, muchos intelectuales de izquierda se alejaron del «modelo cubano» y esta cierta unidad de los intelectuales latinoamericanos que había crecido precisamente alrededor del espíritu de la Revolución Cubana, de la organización y revista Casa de las Américas y la agencia de noticias Prensa Latina, empezó a quebrarse. . Durante la Guerra Fría ambos bloques también llevaron a cabo una Guerra cul­tural. En la Guerra Fría cultural, con palabras de María Eugenia Mudrovcic (1997, 42-43), se «peleaba con las ideas», y por eso los intelectuales fueron tan importantes y se invertía tanto dinero en organizar encuentros, viajes, congresos, premios. Mudrovcic (en Campaña, 2012, 91) afirma que las guerras culturales son «las luchas por acceder al monopolio del sentido». Uno de los escenarios importantes de la Guerra Fría cultural en la segunda etapa fue América Latina por los hechos históricos ya mencionados. Por otra parte, como destaca Alburquerque (2011, 17), los intelectuales latinoamericanos en aquella época se hicieron ciudadanos del mundo y en la segunda mitad del siglo XX se creó un campo cultural latinoamericano donde existía una fuerte colaboración entre intelectuales de diferentes países (se publicaban obras, revistas, se otorgaban pre­mios, etc.) que se debe también a la Revolución cubana. Para esta investigación, nuestro interés se centra sobre todo en la política cultural de Estados Unidos, ejercida a través de la CIA; no obstante, la Unión Soviética también hizo de los intelectuales un objeto en la lucha propagandística. Zourek (2017) analiza los viajes de los escritores oficialmente invitados y las estancias pagadas en los paí­ses del bloque socialista que aprovecharon muchos escritores latinoamericanos y que también dejaron testimonios escritos sobre su estancia (Amado, García Márquez, As­turias, Neruda, etc.), como también la colaboración con el Consejo Mundial de la Paz, en el que fueron activos y tuvieron un papel importante muchos intelectuales latinoa­mericanos como Pablo Neruda. También se usó el sistema de premios, por ejemplo, el Premio Lenin de la Paz que fue otorgado también a muchos autores latinoamericanos44 Pablo Neruda lo recibió en 1953 y Miguel Ángel Asturias en 1965, el mismo año que vino al congreso de Bled. . Sobre todo en la primera etapa de la Guerra Fría, la Unión Soviética fue vista, según Alburquerque (2011, 106), como una utopía, un baluarte de la paz. Mientras que «Yu­goslavia, por su parte, quedó completamente fuera del itinerario de los intelectuales latinoamericanos, ya que en el año 1948 fue expulsada de la Kominform debido a las disputas personales entre Tito y Stalin» (Zourek, 2017, 333). Con la apertura de los archivos de la CIA, se desveló la involucración oculta de la agencia en la Guerra Fría cultural. Según Alburquerque (2011, 123), al principio fue el Congreso por la Libertad de la Cultura —creado en Berlín en 1950 por el agente de la CIA Michael Josselson (Stonor Saunders, 2001) y con sede en París— el que desempe­ñó un papel central en la Guerra Fría cultural (en 1964 ya en declive55 En 1964, en el Congreso de EE. UU. se llevó a cabo una investigación (Comisión Patman) que constató la financiación ilegal por parte de la CIA de revistas y eventos culturales. Mudrovcic (1997, 30-31) apunta que el 25 de abril de 1966 salió en New York Times el primer artículo de cinco que desvelaron el increíble poder de la CIA, de la que en los años sesenta se sabía poco. También se dieron a conocer las financiaciones secretas de la CIA del Congreso por la Libertad de la Cultura. ), ya que ejercía «la política internacional de la CIA en el campo artístico e intelectual». Según Mudrov­cic (en Campaña, 2012, 90), en la primera etapa, el interés se dirigió sobre todo a Euro­pa para alejar a los intelectuales europeos del marxismo y comunismo; quiso venderse el modelo occidental como un modelo de cultura libre, no comunista y trasladar el centro cultural de París a Nueva York. La misma autora afirma que el Congreso cum­plió con la función de «reclutamiento, difusión y propaganda política» (Mudrovcic, 1997, 43). Ideológicamente agrupó esencialmente a liberales y a no pocos socialistas, aunque en verdad lo que identificó a sus miembros fue más bien el anticomunismo, y fue la exalta­ción de la izquierda no comunista una de las banderas de lucha más agitadas por el Congreso. […] En suma, el Congreso llegó a contar con oficinas en 35 países y patrocinó o editó más de 20 revistas (Alburquerque, 2011, 124). Estuvo muy presente en América Latina, aunque ya desde el principio se le dirigieron fuertes críticas por parte de los intelectuales de la izquierda, viendo en él una propaga­ción cultural de Estados Unidos66 También se criticaron las revistas editadas en el seno del Congreso, como, por ejemplo, Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura o la revista Mundo Nuevo cuyo director, el uruguayo Emir Ro­dríguez Monegal, estuvo en el congreso de Bled. . Ángel Rama dijo: Nosotros tenemos una cierta desconfianza natural por las financiaciones que provienen de la CIA, y no creemos, honradamente, que el imperialismo nortea­mericano se decida a financiar una cultura autónoma, independiente, soberana de Latinoamérica que, obligadamente si es tal, es antiimperialista. Por lo tanto, pensamos y sentimos que ésta era también una trampa más que se les tendía a los escritores (en Alburquerque, 2011, 218). En la segunda etapa del Congreso por la Libertad de la Cultura, que podemos decir que coincide con la segunda etapa de la Guerra Fría cultural en los años 60, el Congre­so, según Mudrovcic (2012, 91), centró su atención en América Latina, Asia, África, y el discurso militante anticomunista fue reemplazado por un discurso de «diálogo». En esta segunda etapa la realidad era otra, era la época de la Nueva Izquierda, de la gene­ración beat, del desprestigio de la cultura canon, de drogas, libertad, de movimientos revolucionarios, movimientos de liberación nacional, «black power». Los errores de la política exterior de los gobiernos norteamericanos deterioraron el ideal de «gran América» (Stonor Saunders, 2001). Se habló de la «coexistencia» y «convivencia civilizada» de los intelectuales de ambos bloques (Mudrovcic, 1997, 17), términos que también aparecían en el discurso de Josip Broz Tito en el marco del concepto de no alineación, «coexistencia pacífica activa», de la que hizo propaganda en su visita a América Latina y en su discurso ante la Asamblea General de la ONU. Tanto antes del Congreso PEN Internacional en Bled como después, se acentuaban la necesidad y el deseo de un diálogo entre el Este y Oes­te. Sin embargo, Mudrovcic (1997, 18) habla del mito del diálogo, del «desarme cultu­ral», como también del fin de la Guerra Fría. Se dio un giro desde el anticomunismo liberal progresista y el interés por Europa hacia al «Tercer Mundo». En América Latina, el Congreso por la Libertad de la Cultura no tuvo el éxito de­seado, así que en 1962 Keith Botsford, novelista norteamericano y agente del Congreso, fue a Brasil con la misión de reorganizar la asociación brasileña y después la mexicana (Alburquerque, 2011, 136). Fue nombrado uno de los representantes del Congreso por la Libertad de la Cultura para América Latina. A Keith Botsford lo encontramos más tarde relacionado con el 33.º Congreso PEN Internacional en Bled en 1965. 3 El PEN Internacional y el Centro PEN esloveno El PEN (Poets-Essayists-Novelists) Internacional, fundado en 1921 en Londres, es una de las primeras organizaciones no gubernamentales del mundo y la primera organi­zación mundial de escritores en defender la libertad de expresión. Aunque una de las ideas clave del Acta Constitutiva fue respetar el carácter apolítico, PEN se vio obliga­do a responder a los múltiples giros dramáticos que se sucedieron a lo largo del siglo —la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, la caída del Muro de Berlín, los con­flictos que se siguen produciendo hoy en día en todo el mundo (Página PEN Interna­cional)—. Es precisamente durante la Guerra Fría, sostiene Stonor Saunders (2001), cuando la influencia de PEN en su condición de organismo cuyos objetivos eran no participar en las políticas de Estado o partidos políticos y defender la libertad de ex­presión se extendió a nivel internacional. En cada celebración del Congreso Interna­cional, se debaten no solo los asuntos literarios y culturales, sino también las cuestio­nes socio-políticas. El Centro PEN esloveno fue creado cinco años después del PEN Internacional, en 1926. Fue uno de los iniciadores de la condena del fascismo y nazismo en el Congreso en Dubrovnik en 1933. En la Segunda Guerra Mundial su actividad se interrumpió y volvió a reanudarse en 1962 (Página Centro PEN esloveno). Primero, en 1961 la Aso­ciación de los literatos de Yugoslavia tomó la decisión de renovar los centros PEN en Yugoslavia, y al año siguiente fueron fundados cuatro —en Belgrado, Zagreb, Ljublja­na y Skopje respectivamente—. En la reunión que tuvo lugar en Zagreb se dispuso que la sede de los centros yugoslavos estaría, hasta otra resolución, en Ljubljana. En las reuniones consultivas la delegación eslovena subrayaba el principio de que los centros PEN eran representantes de las literaturas nacionales, no es­tatales; sobre este aspecto hubo muchos debates en cuanto a la modalidad de relación entre los respectivos centros de la República Federativa Popular Yu­goslava (SI AS 2022, Caja 1, Carpeta 1)77 Todas las traducciones de las citas del esloveno al español son nuestras. . El nuevo presidente, Matej Bor, comunicó la noticia de la renovación del centro eslo­veno al secretario general del PEN Internacional David Carver. El mismo año, 1962, éste visitó Eslovenia. Por ende, cuando al año siguiente presentó la idea de organizar el Congreso Internacional de 1965 en Yugoslavia, más concretamente en Bled, el PEN es­loveno aceptó el desafío de hacerse cargo de la «compleja y responsable tarea» de llevar a cabo el evento por ver en ello la oportunidad de dar a conocer su literatura y estable­cer contactos en el extranjero, sobre todo en Europa occidental. La misma motivación aparece repetidas veces en las actas de las reuniones y otros documentos. 4 El 33.º Congreso PEN Internacional en Bled El 33.º Congreso PEN Internacional se celebró del 2 al 7 de julio de 1965 en la famosa localidad de Bled, ubicada a orillas del lago del mismo nombre, al pie de los Alpes Julia­nos. Fue un proyecto muy ambicioso desde el punto de vista de la organización y, según Mihelic, miembro del Comité organizador, «en los anales del PEN el congreso de Bled sigue siendo hasta hoy día una de las manifestaciones más exitosas de esta asociación in­ternacional» (Mihelic, 2000, 217). Asistieron alrededor de 600 escritores (incluidos 150 delegados de los centros PEN y más de 20 invitados de honor), entre ellos numerosos nombres de fama internacional. El evento fue patrocinado por el presidente de Yugosla­via Josip Broz quien, sin embargo, no estuvo presente. Según lo atestiguan los informes diarios del Secretariado de Asuntos Interiores de la República de Eslovenia, todos los participantes y las actividades, tanto oficiales como no oficiales, fueron supervisados y detalladamente registrados por los agentes del Servicio de Seguridad Nacional. Lo que le concedió al congreso de Bled un lugar particular en la historia del PEN Internacional es el logro de haber construido un puente entre el Este y el Oeste, reuniendo participantes de países capitalistas, socialistas y comunistas: «Esta fue una reunión de personas de los más diversos pensamientos e ideas, más diversos colores y destinos, lo único que tenían todos en común era el hecho de escribir,» afirma del poeta, escritor, dramaturgo, ensayista y crítico esloveno y miembro del Comité orga­nizador, Jože Javoršek (1966, 34-35). 4.1 Intereses políticos A lo largo de los cinco días que duró el evento se manifestaron los más variados intere­ses estratégicos de las partes implicadas. Si algunos objetivos estaban en concordancia con la idea principal (y oficial) del encuentro, otros se tramaban detrás del escenario de los actos oficiales. El personaje más controvertido e insistente, que no dejaba de ocasionar problemas a los organizadores y discordias en el seno de la dirección, fue la figura del asistente del secretario general Carver, Keith Botsford. Debido a las informaciones cada vez más argumentadas de que estaba siendo fi­nanciado ocultamente por la CIA, el Congreso por la Libertad de la Cultura se propu­so, como ya se ha mencionado, otra meta: el diálogo con el Este. Quiso hacerlo a través del PEN Internacional, que contaba con 76 centros en 55 países y fue reconocido por la Unesco «como la organización más representativa de todos los escritores del mundo» (Stonor Saunders, 2001), aprovechando su carácter «apolítico». En nombre del Congre­so, John Hunt contactó al secretario general del PEN, David Carver, proponiéndole co­laboración; por otra parte, el PEN necesitaba ayuda financiera. Todo apuntaba a una alianza de las partes mutuamente interesadas. La estrategia consistía en col(oc)ar en la organización a uno de los representantes del organismo y asegurarse así el control sobre sus iniciativas y reforzar el poder de los Estados Unidos dentro de ella. Es así como en otoño de 1964 Keith Botsford es asignado asistente del secretario general David Carver. El PEN francés recibió la noticia del nombramiento de Botsford con preocupación, sos­pechando, y con razón, el motivo de esta maniobra (Stonor Saunders, 2001). Los franceses no eran los únicos en manifestar descontento y desconfianza por el rumbo que emprendieron los preparativos para el congreso. En las Actas del Comité Organizador se registran muchos nombres de invitados que o bien no hicieron caso de la invitación o bien la rechazaron o, incluso, cancelaron su participación anterior­mente ya confirmada. Según Sontag (1966, 30), «lo más notable fue la ausencia de los novelistas, poetas y dramaturgos estrella que fueron invitados y menospreciaron al Pen»88 Los nombres que se suceden en las listas en los materiales preparativos son: Saul Bellow, Graham Green, Jean Paul Sartre, Eugène Ionesco, Nathalie Sarraute, Michel Butor, Heinrich Böll, etc. . Es de suponer que al menos algunos entre ellos lo hicieron por sospechar que el Congreso PEN Internacional en Bled fuera un montaje del Congreso por la Libertad de la Cultura. En cuanto a los invitados y delegados latinoamericanos salta a la vista su escasa presencia. No obstante, el número reducido fue suplido por la excelencia de los máxi­mos exponentes de la literatura del continente americano, Miguel Ángel Asutrias y el invitado de honor, Pablo Neruda. Los demás nombres que se barajaban en las Actas del Comité organizador eran Agustín Yáñez, Roberto Fernández Retamar, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Alejo Carpentier y Julio Cortázar. El único entre ellos que sí confirmó personalmente la invitación —en la entrevista que concedió al periodista y miembro del Comité organizador que lo visitó en La Ha­bana (Pogacnik, 1965)— fue el poeta y ensayista cubano de mucho prestigio, Roberto Fernández Retamar. Sin embargo, al final no acudió. En los materiales preparativos del Congreso su nombre no deja de aparecer, pero en el Informe del Secretariado de los Asuntos Interiores fechado el 1 de julio de 1965 (día de la llegada de los congresistas), escribe: «Botsford dice que los cubanos modificaron la composición de su delegación. En vez de Retamar vendrá ‘otro, que no es bueno’» (SI AS 1931, A-20-6, inv. 660, 73), refiriéndose con ello al poeta Pablo Armando Fernández. Otro representante latinoamericano fue el uruguayo Emir Rodríguez Monegal, in­vitado por Botsford, quien le ofreció la dirección de la nueva revista, financiada por el Congreso por la Libertad de la Cultura, Mundo Nuevo99 También le escribió que votara por Miller y no por Asturias (Russel St. Clair, 2007, 174). . Antes de que apareciera el pri­mer número en junio de 1966, Retamar (desde 1965 director de la revista cubana Casa de las Américas con mucha difusión e influencia entre los intelectuales de izquierda en América Latina) intercambió con Monegal cinco cartas revelando la conexión de la revista con el Congreso y consecuentemente con la financiación de la CIA (Russe­ll St. Clair, 2007, 50). Se puede suponer que Retamar no vino a Bled porque quedaba ya claro que la organización del Congreso PEN era de especial interés para la política norteamericana. 4.2 Miguel Ángel Asturias en el congreso 4.2.1 La candidatura a la presidencia del PEN Internacional El incidente más notorio que se produjo en el congreso es revelador ya que confirma la importancia que desempeñaron en su organización los intereses basados en la política de bloques. Se trata de la disputa por la presidencia del PEN Internacional que prota­gonizaron Arthur Miller y Miguel Ángel Asturias. Miguel Ángel Asturias fue desde el inicio uno de los huéspedes de honor previstos por el PEN esloveno (SI AS 2022, Caja 1, Carpeta 10: Actas, 3 de diciembre de 1964). En febrero de 1965 consta que el escritor guatemalteco «se alegró de la invitación al congreso y la aceptó» (SI AS 2022, Caja 1, Carpeta 13: Actas, 25 de febrero 1965). No obstante, no llegó a Bled como invitado de honor, sino como miembro del PEN fran­cés y a la vez, sobre todo, como su candidato para la presidencia. Este giro fue la con­secuencia de la protesta francesa contra el candidato previsto por el PEN Internacio­nal, Arthur Miller, por lo que la organización francesa decidió presentar a su propio candidato: al distinguido escritor guatemalteco que había pasado largas temporadas en Francia, sea como exiliado en los años 20 o, más tarde, como embajador de Gua­temala (1951-1954)1010 Puesto que volverá a ocupar en 1967, el mismo año que será galardonado con el Premio Nobel. . Pero, el proyecto francés fue condenado al fracaso debido a la intensa campaña llevada por el Congreso por la Libertad de la Cultura «que movió sus hilos para influir en el resultado, igual que el año anterior lo hizo con la candidatura de Neruda para el Premio Nobel» (Alburquerque, 2011, 140). En la primavera de 1965 David Carver y su nuevo asistente Keith Botsfort visita­ron a Arthur Miller en París con la idea de invitarle al Congreso PEN Internacional en Bled y proponerle (o más bien convencerle) asumir el puesto de presidente. Carver tuvo que explicarle primero en qué consistía precisamente la misión de esta asocia­ción. «¿Y por qué yo?» perguntó Miller. Entre Carver y Botsford le explicaron que el PEN no había sabido acoger a las generaciones jóvenes y a escritores de renombre y, además, que había sido víctima de la Guerra Fría. Veían en Miller una figura ideal para darle un aguijón al fomento de la tolerancia de las diferencias Este-Oeste. Miller acabó por aceptar el reto, pero no sin haber experimentado cierto recelo: «Tenía la sospecha de que me estaban utilizando y me pregunté de repente si el Departamento de Estado o la CIA, o su equivalente británico eran los que removían aquel estofado en particu­lar» (Miller, 1988). Gearon acentúa que el secretario general y su asistente apostaron por Miller, conscientes de que las dos bazas principales en la lucha de Occidente contra Oriente eran la financiación por un lado y la presidencia por el otro: «El primer paso fue, por lo tanto, reclutar a un presidente de PEN estadounidense que pudiera ser ma­nipulado en la guerra fría cultural contra Rusia» (Gearon, 2019). El presidente del PEN francés, Yves Gandon, al enterarse de la candidatura anun­ciada, se indignó, convencido de que los americanos intentaban apoderase del PEN y decidió adelantarse, proponiendo —en una carta dirigida a todos los 76 centros en el mundo— a su propio candidato, Miguel Ángel Asturias (Doherty 2011: 311-312). Fundamentaba su candidatura en el hecho de que Asturias, miembro del centro fran­cés PEN, era a la vez un nombre importante de la literatura latinoamericana, siendo por lo tanto una personalidad que por su universalidad podría conseguir la unanimi­dad de voces (AS SI 2022, caja 24, carpeta 207). El 21 de abril Carver respondió en nombre del PEN Internacional con una larga carta, también destinada a todos los centros PEN, en la que critica severamente el ges­to del PEN francés y argumenta la candidatura de Miller. Considera que el presidente debe ser «un escritor de gran distinción» y lo suficientemente conocido para que pue­da representar a la mayoría de los centros. Compartía con los franceses el criterio de la «internacionalización y descentralización» que favorecía a un candidato fuera de la Europa del Oeste, y, al mismo tiempo subrayó la importancia de que este fuera «libre de todo sesgo específico nacional o político» que pudiera afectar su tarea de presidente internacional. Le parecía justo que el primer presidente no europeo fuera estadouni­dense, porque el PEN estadounidense era uno de los más antiguos y más grandes que representaba una de las mayores literaturas del mundo. Todo ello para corroborar que Miller, a diferencia de Miguel Ángel Asturias, reunía todos estos aspectos —a los que añadió «su coraje personal» y disponibilidad para ayudar a fomentar el diálogo entre los autores— y que era por ello la persona idónea para ejercer la función de presiden­te. Y que, también muy importante, ya había aceptado la candidatura, saludada con mucho entusiasmo por numerosos centros. Recordó también que hasta entonces to­dos los presidentes habían sido elegidos por el Comité Ejecutivo, no en «elecciones» abiertas, y por regla general su elección había sido unánime y aprobada por el ulterior Congreso Internacional. Lamentaba que un escritor «tan notable como Miguel Ángel Asturias e incluso candidato potencial para el premio Nobel» que «en otras circuns­tancias y en alguna fecha en el futuro sería más que digno de consideración como presidente internacional del PEN» tuviera que entrar en argumentos de esta índole. Pero, por otro lado, puso de relieve su condición de exiliado que «aunque uno pueda simpatizar con su posición, no es propicia para una autoridad internacional» (YCAL MSS 471, Caja 82, Carpeta 4; cf. SI AS 2022, Caja 24, Carpeta 207: 17 de mayo 1965). En realidad, los argumentos alegados por Carver se revelan completamente infun­dados, puesto que cada uno de ellos es pertinente también en el caso de Asturias. Así que los propósitos del PEN Internacional apuntan con toda evidencia a que no se que­ría admitir a una persona fuera del mundo occidental, menos a un latinoamericano de izquierda crítico con la política norteamericana en América Latina. Un día antes de empezar el congreso, el 2 de julio por la tarde, tuvo lugar la reu­nión del Comité Ejecutivo del PEN Internacional en el que eligieron como presidente a Arthur Miller, una vez que la delegación francesa, después de algunas discusiones procedimentales, había retirado la candidatura de Asturias (SI AS 1931, A-22-9, inv. 647, 2. 7. 1965, p. 248). Según sus propias palabras en la breve ponencia que dio el 5 de julio, fue el escritor el que había pedido al PEN francés retirar su candidatura: Antes de abordar el tema del día, permítanme hacer una digresión personal sobre la elección del presidente del club PEN Internacional, en la que se puso en juego mi nombre. Pedí a los miembros del club PEN francés que retiraran mi candidatura para mantener la unidad tradicional entre los miembros de PEN Internacional, y porque felizmente podía renunciar frente a un escritor como el Sr. Miller (Asturias, 1971, 54)1111 La traducción del francés es nuestra. . Muy de acuerdo con su compromiso de portavoz de los pueblos y de los autores lati­noamericanos que no dejó de manifestar con máxima firmeza en todas sus actuacio­nes en el Congreso, Asturias hizo una brillante maniobra retórica y se valió de este episodio que le atañía personalmente para poner por delante su papel de representan­te de América Latina y crítico implacable del imperialismo norteamericano: llamó la atención sobre uno de los problemas más alarmantes que asolaban el continente en aquel momento —la ocupación estadounidense de la República Dominicana ocurri­da el mismo año— saludando la solidaridad que había demostrado en esta ocasión su contrincante y concluyendo que es por este gesto que confiaba en que era la persona adecuada para ser el nuevo presidente. Afirmó que: [E]l Señor Arthur Miller es el escritor norteamericano que en sus obras dra­máticas se adelantó a los escritores y poetas, científicos e intelectuales de su país y en este momento verdaderamente trágico para América alzó su voz de desaprobación por los hechos de Santo Domingo. En este sentido, creo que el Sr. Arthur Miller está llamado a liderar al club PEN por los caminos de la dignidad internacional (Asturias, 1971, 54-55). 4.2.2 Ponencia, rueda de prensa y comentarios sueltos El resto del discurso de Miguel Ángel Asturias versa sobre los rasgos más relevantes y la importancia de la literatura latinoamericana en el mundo. Agradece el gran honor de haber sido elegido por los escritores franceses y reafirma que su candidatura, por encima del aspecto personal, supone «el reconocimiento de la madurez de la literatu­ra latinoamericana que ejerce actualmente un papel de primer plano» (Asturias, 1971, 55). A continuación, insiste en la fuerza de la novela contemporánea latinoamerica­na, alegando sus méritos —el interés por el ser humano y su destino, por un lado, y las nuevas formas de expresión por el otro— y su responsabilidad para con el futuro: Nuestra literatura ha creado el gusto del público latinoamericano por los poe­mas y novelas, los cuentos y el teatro en el que abordamos los problemas que afectan la realidad social de nuestros países, los problemas del hombre y las grandes fuerzas de la naturaleza, pero está por encima de todo en la novela que desde 1920 el lector ha descubierto una nueva expresión de la magia ame­ricana, nunca agotada y siempre renovada. En este mundo en transformación, la novela es la forma más cercana a los sentimientos de nuestros pueblos, en lo que se llama compromiso. Sí, nuestra literatura está comprometida con el hombre y su destino y nos abre todas las posibilidades de un gran desarrollo hasta tal punto que, mientras en Europa hablamos de la crisis de la novela e incluso de su muerte, en América Latina constatamos que la novela trae cada día un nuevo tema y nuevas formas de expresión. El interés que despierta nuestra literatura en el mundo es prueba de la vitali­dad de nuestros poetas y novelistas. No es solo el interés distraído del lector común, sino la atención de la crítica literaria, especialmente en Francia donde la crítica se hace en profundidad y con conocimiento, y también la atención de los estudiantes que preparan sus tesis sobre las obras de nuestros autores. Lamentablemente no tengo tiempo para hablarles más extensamente sobre la literatura latinoamericana que es consciente de su responsabilidad no ante un mundo que se acaba sino ante un mundo que para nosotros los latinoameri­canos empieza ahora y del que esperamos ser los portavoces, los rapsodas del futuro próximo (Asturias, 1971, 55). Las mismas ideas sobre la excelencia de la literatura latinoamericana proceden de sus palabras pronunciadas en la rueda de prensa organizada en la sala del congre­so con tres autores latinoamericanos (Asturias, Fernández, Neruda) y grabada para el documental de la Televisión eslovena (Utrinki s kongresa PEN kluba na Bledu). Pero antes de centrarse en este aspecto, Asturias llama la atención sobre la repre­sión política que sufren los escritores, no solo en América Latina, sino también en otros países, señalando la situación alarmante en España y Portugal, y confía en que la institución del PEN Internacional será un lugar de encuentro en el que se podrá debatir este tipo de casos concretos y saluda el [polemizado] formato nuevo de las mesas redondas: Los escritores de América Latina, y este es mi caso, vinimos a Bled con la es­peranza de ver una renovación de los PEN clubes internacionales. Creemos que los PEN clubes internacionales están sufriendo actualmente lo que pode­mos llamar una crisis de crecimiento. Es un organismo bastante viejo, es un organismo bastante inútil, porque en este momento hay una gran cantidad de pueblos en América Latina, en África que están tratando de encontrar un lu­gar para decir su mensaje [*]1212 La voz del comentarista cubre la del escritor. . En este momento, los países socialistas han comenzado a interesarse por esta institución para convertirla no solo en una rama de una literatura [*], sino en un árbol en el que se encuentren todos los escritores del mundo, Este, Occi­dente, África, América Latina, todos los escritores del mundo pueden tener un lugar para decir, como vuelvo a decir, su mensaje. Y también llegamos a Bled con la esperanza de que los PEN clubes pudieran interesarse por la difícil situación de los escritores. Sabemos que actualmente en varios países de América Latina, en España y especialmente en Portugal hay escritores que están en prisión. Los escritores que somos libres no podemos quedar callados ante estos problemas. Cree­mos que lo que pasó en Lisboa, es decir, lo que pasó en Portugal, no pode­mos ignorarlo. Sabemos que en Portugal la policía entró en el edificio del Sindicato de Escritores, lo rompió todo. Rompió las máquinas de escribir, lo quemó todo. Y aparte de eso, tomó a los escritores y los llevó a la cárcel y los sometió[?] a la tortura. Es sobre estas cuestiones vitales, es sobre estas cuestiones prácticas y no sobre las generalidades que teníamos la esperanza en América Latina que podía versar esta conferencia de Bled. Afortunada­mente, en las mesas redondas que ya han comenzado, pudimos hablar de todos los problemas que tiene la literatura contemporánea, especialmente nuestra literatura. Yo creo por eso, e invito a los periodistas aquí presentes que me pueden hacer preguntas sobre la situación de los escritores y los países de América Latina, porque soy y creo que soy un representante de estos países que en este mo­mento están tan cerca y luchan en pleno despertar. [En cuanto a la literatura latinoamericana], tenemos que decir que en este momento es una de las literaturas más vitales e importantes del mundo. Esta es una literatura que corresponde a aproximadamente 260 millones de per­sonas. Se trata de una literatura que actualmente se está traduciendo a todos los idiomas. Porque en nuestros poemas, en nuestras novelas, encontramos los mensajes de los pueblos de América Latina, de los humildes latinoame­ricanos, y porque en estas novelas se plantean casi todos los problemas del ser humano: problemas sociales, problemas psicológicos, problemas vitales, problemas políticos. Aparte de eso, la literatura latinoamericana encuentra manifestaciones literarias bastante nuevas en sus formas de expresión. Y por eso, repito, que en estos momentos es una de las literaturas que en Europa, en el mundo entero, despierta el máximo interés. Quisiera … pregunto a los periodistas, si tienen curiosidad sobre este punto, sobre nuestra literatura, sobre los autores, sobre las situaciones, de hacerme preguntas que con gusto responderé (Utrinki …, 29’05’’-34’22’’)1313 La transcripción y traducción son nuestras. . En los informes del Servicio de Seguridad se incluyen también comentarios sueltos de distintos participantes del congreso. Merece ser destacada la opinión de Asturias al presentar su visión del papel del PEN —solidaridad con los autores perseguidos— y la importancia del compromiso de los escritores, por un lado, y su integridad por el otro. Así lo resume el informante: Asturias […] subraya que el papel del PEN consiste en incitar el diálogo en­tre los autores del mundo entero. El PEN club tiene que prestar ayuda a aque­llos escritores que son perseguidos y encarcelados a causa de sus convicciones. Deberíamos convencer a la opinión pública mundial de que los campos políti­co-ideológicos en la literatura son una lucha indispensable pero democrática de los modos de pensar. El escritor tiene que comprometerse de manera absoluta con el destino de su pueblo; todos los grandes creadores siempre sentían los an­helos y pesares de su nación; «ahora bien, yo distingo entre el concepto ‘com­prometido’ y el concepto ‘dirigido’ y la escritura de encargo, ya que esto último degrada la creatividad escritora» (SI AS 1931, A-22-9, inv. 647, 2. 7. 1965, p. 252). A modo de conclusión a las actuaciones de Miguel Ángel Asturias en Bled, citamos el apunte en el Boletín Especial del Servicio de Seguridad Nacional sobre las observacio­nes del escritor el último día del Congreso, el 7 de julio, que vuelven a corroborar su asidua crítica del capitalismo e imperialismo estadounidense: Angel Miguel [sic] Asturias: Está muy orgulloso y contento de que este con­greso tuviera lugar en Yugoslavia y que terminara como terminó. Subrayó que el sistema capitalista no podría organizar un congreso de esta envergadura con tanta dedicación como lo hizo la Yugoslavia socialista. Aunque personal­mente habría quedado más satisfecho de haber sido aceptada su candidatura, está satisfecho porque Miller le dio las gracias de haber renunciado a la candi­datura (SI AS 1931, A-22-9, inv. 647, 7. 7. 1965, p. 287). 4.3 Pablo Neruda en el congreso En la prensa eslovena de la década 60 las referencias a Neruda son numerosas, pero al mismo tiempo muy someras, reducidas a menciones y centradas en su mayoría, al igual que las de Miguel Ángel Asturias, en el congreso de Bled y en las nominaciones (fracasadas) para el Premio Nobel. Con todo, resulta de especial importancia la en­trevista de Bogdan Pogacnik —entonces corresponsal del periódico Delo en París e importante miembro del comité organizador del Congreso PEN— hecha con el poeta en Santiago de Chile diez meses antes del encuentro PEN, ya que se la puede entender como la preparación del terreno para la visita del poeta chileno en Bled. Antes de cen­trarse en el tema de la conversación —la relación entre la poesía y la lucha—, el perio­dista, como veremos, le brinda al poeta la oportunidad de revocar la actitud adversa hacia Yugoslavia que manifestó en su momento y expresar el deseo de visitar nuestro país. Así, Neruda se distancia primero de su militancia política prosoviética, reconoce su equivocación y con ello se disculpa también, implícitamente, de su gesto impruden­te, sin que ni él ni el periodista establezcan de qué exactamente se trata. [E]l gran poeta empezó la conversación en un tono muy afable. Pero como si hubiera querido, desde en el mero inicio, borrar lo que en uno de sus perío­dos, en el tiempo del estalinismo, había escrito de errado —también sobre Yu­goslavia—, expresó primero sus grandes simpatías por nuestro país y su deseo de visitarlo algún día: «Hoy ya no son tiempos de Stalin y Beria, las cosas se han aclarado, ya no se puede perseverar en la mentira. Ahora estamos informados sobre la verdad. Sentimos una gran simpatía y admiración hacia Yugoslavia, su pueblo, su go­bierno y su cultura. El año que viene estaré de nuevo en Europa; estaré en Moscú en calidad de miembro del jurado del Premio Lenin. Me complacería mucho poder visitar en esta ocasión también Yugoslavia y conocer a sus lite­ratos» (Pogacnik, 1964). Con «borrar lo que […] había escrito de errado […] sobre Yugoslavia» el periodista debió de tener en mente el poema sobre Josip Broz Tito que Pablo Neruda compuso a base de la ruptura yugo-soviética e incluyó en su poemario Las uvas y el viento en 1954. Es una com­posición caricaturesca en la que el poeta escarnece al mariscal, calificándolo de «obeso traidor salpicado de sangre» y equiparándolo a Somoza y Trujillo, hasta bautizarle —por medio del juego de palabras Tacho o Tachito (apodo de Anastasio Somoza)— de «oron­do Titacho recargado de condecoraciones» sometido al capital estadounidense. Pero dos años después de ser publicado este panfleto y tres después de la muerte de Stalin tuvo lugar el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en el que Jrushchov pronunció su famoso discurso denunciando el culto a la personalidad creado en torno a su antecesor y las consecuencias de la represión del este. No extraña, pues, que el poema «errado» de Neruda fuera publicado solo en la primera edición de Las uvas y el viento. Sería arriesgado conjeturar que la administración yugoslava o el mismo objeto es­carnecido no estuvieran al tanto de la existencia del poema. Sea como fuera, en julio de 1965, Pablo Neruda fue uno de los invitados de honor en el Congreso PEN Interna­cional en Bled, patrocinado por el mariscal Tito. Intervino primero el 5 de julio, el mismo día que Asturias, entre los congresistas de la tercera sesión. Su actuación consistió en la recitación en español de las últimas tres partes de su poema «Alturas de Macchu Picchu». Resumió previamente en fran­cés sus versos dedicados al «gran monumento clásico, escondido durante siglos en las alturas de los Andes peruvianos […], en el corazón de este mundo sumergido de nues­tras civilizaciones antiguas de América». En el poema, apuntó, había desarrollado todo el drama de la construcción y de la destrucción de nuestra tierra: el primer fragmento es una letanía, el segundo una interroga­ción sobre el hombre que hizo este muro, que construyó esta fortaleza, y el tercero, una invocación a este hombre (Neruda, 1971, 69). Otra intervención registrada de Neruda tuvo lugar en la rueda de prensa. Habló después de Miguel Ángel Asturias y Pablo Armando Fernández. En el documental se presenta solo una breve declaración suya relativa a las condiciones preocupantes en las que vive América Latina, vinculando su argumentación al antagonismo entre el socialismo y el capitalismo: Somos un continente resentido. Hemos sufrido mucho los países de Améri­ca Latina. Estamos en el año de 1965, se ha establecido el socialismo en gran parte del mundo, los países capitalistas han llegado a un poder extraordinario y nuestro continente vive en gran pobreza. Nuestro continente vive en gran pobreza. Tenemos 70 millones de analfabetos (Utrinki …, 35’52’’-37’). Aparte de estas comparecencias oficiales, el poeta se encontraba constantemente en el centro de atención en los relajados encuentros informales, diurnos y nocturnos, entre viejos y nuevos amigos. El poeta español José Ángel Valente, también presente en Bled, por ejemplo, recuerda los momentos que pasaron juntos: «En Bled vi mucho a Neru­da. Compartía su mesa casi todas las noches con otros amigos, como el cubano Pablo Armando Fernández y el uruguayo Emir Rodríguez Monegal» (en Utrera, 2008, 74). Pablo Armando Fernández, a su vez, hace lo mismo, aludiendo además a los agudos debates sobre la disputa por la presidencia entre Miller y Asturias: A la hora de la cena Asturias se incorporó al grupo que crecía como la levadu­ra. Él y Neruda se interrumpían constantemente para animar con detalles, de un impertinente preciosismo, las novedades de aquel evento abundante en esas aves siempre dispuestas a subir y competir con las nubes, y donde se proclamaban, sin el menor escrúpulo, los intereses particulares y generales de los asistentes y sus an­fitriones en la elección del nuevo presidente (Fernández, 1998, 107-108). Parece adecuado cerrar el itinerario por los acontecimientos del congreso de Bled con las palabras de Jože Javoršek en su librito consagrado al congreso, sobre el espec­táculo que presenció en la recepción ofrecida a los huéspedes por el Centro PEN eslo­veno el 2 de julio en el castillo de Bled y cuyo protagonista fue el poeta chileno: Debajo del prominente peñasco con su castillo, el lago de nobles contornos, en medio del lago, el islote de vegetación verde, de la que emerge el campana­rio barroco, la superficie del agua está plácida, las montañas alrededor armo­niosas, juguetonas, como si alguien las hubiera modelado a mano y dispuesto a propósito como guardianes del silencio líquido a sus pies. Pablo Neruda contemplaba callado este milagro de la naturaleza, imagen del paraíso (Ja­voršek, 1966, 29). Foto: Pablo Neruda, su esposa Matilde Urrutia Cerda, el escritor esloveno Ciril Kosmac, Miguel Ángel Asturias, su esposa Blanca Mora y Araujo y Juan Octavio Prenz en el Congreso PEN Internacional en Bled, 19651414 Foto cedida por el poeta y escritor argentino Juan Octavio Prenz (entonces profesor en la Universi­dad de Belgrado y posteriormente en las Universidades de Trieste y de Ljubljana) y publicada en el primer número de Verba Hispánica, revista editada anualmente por las Cátedras de Lengua Española y Literatura Española e Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Ljubljana desde 1991. Accesible en: https://revije.ff.uni-lj.si/VerbaHispanica/issue/view/515/303. . 5 Conclusión La presente investigación se ha centrado en la participación de Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda en el 33.º Congreso PEN Internacional en Bled sobre la base de los do­cumentos en los archivos del Centro PEN esloveno y del Servicio de Seguridad Nacio­nal esloveno. Se tradujeron por primera vez al español sus intervenciones en el congre­so, publicadas en las Actas del congreso o grabadas en el documental de la Televisión eslovena. Asimismo, se ha intentado responder a las preguntas de por qué se organizó este Congreso precisamente en Yugoslavia y cuál fue la posición del PEN esloveno ante la candidatura de Asturias para la presidencia. La respuesta a las preguntas planteadas se desarrolló a través de un análisis del contexto político-social del congreso de Bled, es decir, de la segunda etapa de la Guerra Fría cultural en los años 60, trazando seme­janzas con América Latina, para constatar que también el PEN esloveno sirvió a inte­reses políticos. Nos centramos en la indagación del papel de la CIA y del Congreso por la Libertad de la Cultura encubierto en los preparativos del congreso. El artículo es un intento de ilustrar cómo durante la Guerra Fría cultural numero­sos artistas e intelectuales a nivel mundial fueron utilizados, muchas veces sin saberlo, por los servicios secretos —en este caso estadounidenses—, para sus fines políticos. En palabras de Lasch, la CIA necesitó «la cooperación de escritores, maestros y artistas no como propagandistas a sueldo o como servidores temporales del estado norteamerica­no sino como intelectuales ‘libres’» (en Mudrovcic, 1997, 43). Este trabajo en su transcurso ha ido abriendo temas inéditos, descubriendo rela­ciones desconocidas entre los intelectuales, planteando nuevas preguntas que invitan a exploraciones futuras —profundizar en el papel de la CIA, analizar las cartas de las partes implicadas (por ejemplo, Keith Botsford, David Carver, los escritores latinoa­mericanos y los eslovenos), estudiar las relaciones entre América Latina y los No Ali­neados, observar la recepción de autores latinoamericanos en Eslovenia, explorar los archivos de Belgrado, examinar la involucración del Servicio de Seguridad Nacional esloveno y la censura silenciosa que realizaron los organizadores para que no se oye­ran voces críticas del sistema yugoslavo durante el congreso— para así completar el mosaico de la política de la Guerra Fría cultural en el mundo y, más concretamente, en Yugoslavia. Fuentes y bibliografía Fuentes Archivo de la República de Eslovenia: SI AS 2022 Slovenski center PEN [Centro Esloveno PEN]. Škatla [Caja] 1. 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Fue notorio el alcance político y simbólico de este evento ya que reunió a autores del mundo entero, tanto de los países del Este como del Oeste. Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda fueron dos de los más destacados, el primero también en ca­lidad de candidato para la presidencia del PEN Internacional. El artículo se centra en la trascendencia de la participación de estos dos autores latinoamericanos en el contexto específico político-cultural de los años 60 en el que se ideó y llevó a cabo dicho congreso, esto es, la segunda etapa de la Guerra Fría cultural, el posicionamiento de Yugoslavia como País No Alineado y la situación en América Latina. El objetivo de esta investigación es demostrar que el Congreso PEN Interna­cional no tuvo solamente una dimensión cultural e intelectual, sino también políti­ca, especialmente en cuanto al papel y el interés de la CIA en la organización de este encuentro. Slovenija in kulturna hladna vojna: Miguel Ángel Asturias in Pablo Neruda na Kongresu Mednarodnega PEN leta 1965 na Bledu Kljucne besede: kulturna hladna vojna, Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Med­narodni PEN, Slovenski center PEN Julija 1965 je bil na Bledu 33. Kongres Mednarodnega PEN, prvi organiziran v kateri od socialisticnih držav. Politicni in simbolni pomen tega dogodka je bil izjemno ve­lik, saj je združil avtorje z vsega sveta, iz vzhodnih in zahodnih držav. Miguel Ángel Asturias in Pablo Neruda sta bila dva od najuglednejših udeležencev, prvi tudi v vlogi kandidata za predsednika Mednarodnega PEN. Prispevek se osredotoca na pomen udeležbe teh dveh latinskoameriških avtorjev v specificnem politicno-kulturnem kontekstu 60. let, v katerem je bil kongres zasno­van in izpeljan: druga etapa kulturne hladne vojne, mednarodni položaj Jugoslavije kot neuvršcene države in razmere v Latinski Ameriki. Namen raziskave je dokazati, da Kongres Mednarodnega PEN ni imel zgolj kulturne in intelektualne dimenzije, temvec tudi politicno, posebno glede vloge in interesa Cie pri organizaciji srecanja. Slovenia and the Cultural Cold War: Miguel Ángel Asturias and Pablo Neruda at the 1965 International PEN Congress in Bled Keywords: Cultural Cold War, Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, International PEN, Slovenian PEN Center In July 1965, the 33rd International PEN Congress took place in Bled, Slovenia, the first organized after World War II in a communist state. The political and symbolic impact of this event was notable as it brought together authors from all over the world, both from the Eastern and Western Bloc. Miguel Ángel Asturias and Pablo Neruda were two of the most prominent participants in the event, the former also as a candi­date for the presidency of the International PEN. The article focuses on the significance of the participation of these two Latin Ameri­can authors in the specific political-cultural context of the 1960s in which this congress was conceived and held: the second phase of the cultural Cold War, the positioning of Yugoslavia as a Non-Aligned state and the prevailing political situation in Latin America. The objective of this research is to demonstrate that the International PEN Congress had not only a cultural and intellectual dimension, but also a political one, especially regard­ing the role and interest of the CIA in the organization of this meeting. O avtoricah Maja Šabec je izredna profesorica za špansko in hispanoameriško književnost na Oddel­ku za romanske jezike in književnosti Filozofske fakultete Univerze v Ljubljani. Glavna podrocja njenega raziskovanja so španska književnost srednjega veka, španska drama­tika ter recepcija in prevodi književnosti v španskem jeziku. Je clanica slovenskega razi­skovalnega programa »Teoreticne in aplikativne raziskave jezikov: kontrastivni, sinhroni in diahroni vidiki«, avtorica vrste clankov in soavtorica vec monografij s teh podrocij. E-naslov: maja.sabec@ff.uni-lj.si Marija Uršula Geršak je lektorica za španski jezik na Oddelku za romanske jezike in književnosti Filozofske fakultete Univerze v Ljubljani. Podrocja njenega raziskovanja in poucevanja so zgodovina in sodobna družba Španije in Latinske Amerike, hispano­ameriška književnost booma in postbooma ter diktatorski roman. Organizirala je šte­vilne dogodke v zvezi s sodobno kulturno, socialno in politicno situacijo v Španiji in Latinski Ameriki. Je tudi sodna prevajalka in tolmacka za španšcino. E-naslov: marijaursula.gersak@ff.uni-lj.si Abouth the authors Maja Šabec is an associate professor of Spanish and Latin American literature in the Department of Romance Languages and Literature, University of Ljubljana. Her main fields of research are the Spanish literature of the Middle Ages, Spanish language the­atre as well as the reception and translation of literature written in Spanish. She is a member of the Slovenian national research group Theoretical and applied linguistic research: contrastive, synchronic and diachronic aspects and has authored various schol­arly articles and co-authored several monographs on these topics. E-mail: maja.sabec@ff.uni-lj.si Marija Uršula Geršak is a lector in Spanish in the department of Romance Languages and Literatures at the Faculty of Arts, University of Ljubljana. Her principal areas of research and teaching are the history and contemporary society of Spain and Latin America, Latin American literature and Latin American boom, post-boom and dic­tator novels. She has organized and participated in numerous projects relating to the contemporary cultural, social and political situation in Spain and Latin America. She is also a court-certified translator and interpreter for Spanish in Slovenia. E-mail: marijaursula.gersak@ff.uni-lj.si Zsuzsanna Csikós «Hungría, doble es tu rostro como una medalla». Visitas, amigos y escritos húngaros de Pablo Neruda11 La cita proviene del poema "Crecen los años" (ciclo La miel de Hungría) del tomo Las uvas y el viento. 1 Introducción A pesar de las enormes distancias, las relaciones de Pablo Neruda con Hungría eran relativamente estrechas. Visitó el país varias veces, tenía amigos y conocidos húngaros, dedicó varios poemas a Hungría y también la edición de su obra literaria en Hungría era intensa. Tomó parte activa en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas de los dos países en 1965, interrumpidas en mayo de 1943.22 A pesar de ser un diplomático aficionado que llegó al servicio diplomático mediante la literatura, Neruda tenía una larga experiencia diplomática, pasó más de veinte años en el servicio de la diploma­cia chilena. Fue designado cónsul de varios países de Asia (Birmania, Ceilán, Java) entre 1927 y 1932, después asumió el mismo cargo en Buenos Aires, en Barcelona y en Madrid hasta estallar la Guerra Civil española en 1936. Neruda apoyó la lucha de los republicanos abiertamente, así el Gobierno chi­leno le quitó de su puesto. Más tarde, el poeta chileno fue enviado a México (1940-1943). En 1971 fue nombrado embajador de Chile en Francia por el Gobierno de Salvador Allende, cargo del que se ocupó hasta diciembre de 1972 cuando tuvo que regresar a Chile debido a su enfermedad (Csikós, 2018, 61). «En el éxito del estable­cimiento de la buena colaboración tuvo un papel importante Pablo Neruda quien ha visitado Hungría dos veces en este año» (Holló, 1965). Cuando los dirigentes del Par­tido Socialista de los Obreros Húngaros (PSOH)33 El único partido legítimo durante la era de János Kádár, quien llegó al poder después de la derrota de la Revolución húngara de 1956. recibieron a Neruda en compañía de Luis Corvalán –el primer secretario del Partido Comunista Chileno entre 1958 y 1988– el poeta insistió en enviar a un escritor como agregado cultural a la Embajada de Hungría en Chile: «Un escritor puede acceder a muchos lugares y eventos a los que el encargado de negocios, representante oficial de la embajada, llegaría con más difi­cultad» (Feljegyzés, 1965).44 Las traducciones son obra de la autora del artículo. «Egy író sok olyan helyre tud eljutni, ahová a nagy­követség hivatalos képviselojének, az ügyvivonek sokkal nehezebb.” Al Ministerio de los Asuntos Exteriores no le convenció la propuesta de Neruda. No querían ampliar el personal de la embajada, más bien enviar a un encargado de negocios experto en los asuntos culturales también (Szarka, 1965). En este artículo ofrecemos algunas aportaciones a la historia de los amplios con­tactos que tenía el escritor chileno con Hungría a partir de su primera visita en 1949 junto con sus escritos y poemas relacionados con este país y nos enfocaremos también en las ediciones húngaras de sus libros hasta 1988, fecha de la edición del último tomo de su obra publicado en húngaro. 2 Visitas En las seis visitas que el poeta chileno realizó a Hungría entre 1949 y 1967, actuó tanto como funcionario militante del Partido Comunista de Chile, como escritor y literato. Es bien conocido su perfil político de comunista ortodoxo, para muchos un estalinis­ta, así que durante sus primeras visitas en 1949 y en 1950, que además coincidieron con los años más duros del comunismo en Hungría –la era de Mátyás Rákosi, el dicta­dor del país entre 1949 y 1956–, las noticias que salieron en la prensa húngara sobre él enaltecieron tanto su compromiso político como su poesía. Llegó a Hungría por primera vez cuando en julio-agosto de 1949 viajaba por Europa Oriental, participando en varios congresos, actos y reuniones en la propia Hungría, en Polonia y en Checoslovaquia (Neruda, 2017, 431). Fue invitado oficialmente por el Go­bierno húngaro para participar en los actos conmemorativos del primer centenario del nacimiento del poeta más conocido de Hungría: Sándor Petofi (1823-1849). Apenas un año más tarde, cuando se instalaba con su mujer, Delia, en París, de nuevo visitó Hungría junto a Checoslovaquia, Unión Soviética y Rumanía. Estas visitas tuvieron una reper­cusión bastante considerable en la prensa húngara de aquel entonces con títulos típicos de la época estalinista: «El luchador valiente de la paz» (Világosság, 6 de junio de 1950); «El gran poeta chileno entre los obreros húngaros» (Népszabadság, 23 de julio de 1949); «Pablo Neruda, el poeta de la lucha por la paz» (Népszava, 4 de noviembre de 1950).55 Népszabadság [Libertad Popular] fue el diario oficial del PSOH, Népszava [Palabra Popular] el de los sindicatos, mientras Világosság (1945-1952) [Claridad] fue el diario budapestino del partido comunis­ta en la era Rákosi. Al leer todas estas noticias uno se da cuenta de que el compromiso comunista del poeta chi­leno era más importante que su obra artística. Incluso cuando se publicaba una reseña o un breve comentario sobre su obra poética, en los párrafos iniciales se subrayaba su ac­tividad antifascista. En la mayoría de los artículos el poeta chileno fue presentado como «perseguido por el sistema del imperialismo», «uno que siempre está presente cuando se trata de la lucha por la paz» (Népszava, 27 de enero 1950); «El líder y el gran poeta del movimiento progresista de América del Sur en Budapest» (Új Idok, 30 de julio de 1949).66 Új Idok [Nuevos Tiempos] fue un semanal literario de gran prestigio fundado en 1894. Sin embargo, con el poder creciente de los comunistas después de la Segunda Guerra Mundial y sobre todo a partir de 1947, el periódico fue sometido a fuertes cambios ideológicos hasta que dejó de existir en 1949. Las buenas relaciones de Neruda con el gobierno comunista húngaro estaban ade­más asentadas en su rechazo tajante de la Revolución húngara de 1956. En una carta escrita a su amigo Volodia Teitelboim el 7 de noviembre del mismo año dice: «Parece haber pasado el peligro de guerra en Suez y haberse recuperado Hungría. ¡Así sea!» (Teitelboim, 1996, 391). En febrero de 1957 en la revista chilena Ercilla explicaba el caso húngaro en estos términos: «[...] agentes imperialistas entraron en contacto con los restos del fascismo de Horthy77 Miklós Horthy fue el regente de Hungría entre 1920 y 1944. y les dieron dinero y armamentos para destruir la obra del socialismo [...] la subversión de carácter fascista engañó a la masa popular que también ayudó a la contrarrevolución» (Neruda en Schidlowsky, 2008, 959). En octu­bre de 1957 en una entrevista que dio al diario Népszabadság, de nuevo reprobó por completo la Revolución húngara, así como la exposición del caso húngaro en la ONU (Népszabadság, 30 de octubre 1957). La tercera visita, que se realizó en junio de 1960, tuvo carácter literario-cultural. Neruda participó en varias entrevistas con los periodistas y escritores húngaros y visitó la editorial Corvina, entre otros (Kisalföld, 2 de junio 1960).88 Durante la era Kádár cada provincia –había 19 en total– tenía su propio diario, que era el «hermano menor” del diario central del partido comunista, el Népszabadság. Kisalföld [Pequeña Llanura] fue uno de estos. Cinco años más tarde, en 1965 estuvo dos veces en Hungría. Primero en mayo como invitado de la Asociación de Escritores Húngaros. Su programa constó de sesiones de firmas de libros, recitales, en­cuentros con los escritores húngaros y entrevistas. Dos meses más tarde llegó junto con Luis Corvalán a Budapest, como dirigente del Partido Comunista Chileno. Al terminar la parte oficial del programa, Neruda y su mujer, Matilde, se quedaron en el país y pasa­ron sus vacaciones en el lago Balaton como invitados del Gobierno húngaro. Allá coin­cidieron con el escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias y su esposa y los dos escri­tores aceptaron el encargo de escribir sus impresiones sobre el país. El resultado llegó a ser el libro Comiendo en Hungría (1968), un libro cuyo texto está escrito en prosa y verso y en el que los autores dedican poemas y artículos breves al paisaje, a los monumentos y a la gastronomía húngara. La imagen que se da en el libro sobre Hungría es más que idílica (Escribano Martín-Jiménez Sánchez, 2008, 22-26; Csikós, 2012, 24). Hoy en día ya sabemos que en el fondo hubo causas financieras por haber aceptado publicar un li­bro propagandístico sobre el país. Sucedió que las mujeres de Asturias y Neruda querían comprar nuevos vestidos en una de las boutiques más elegantes de Budapest y necesi­taban dinero. Así surgió la idea de escribir un libro sobre la riqueza de la gastronomía húngara y cobrar los derechos de autor de antemano (Szentgyörgyi N., 2005, 76; Gazsó, 2014, 154-156). Neruda mencionaba el vino húngaro en su libro autobiográfico, del que ponderaba: «Recuerdo en Hungría un vino grueso, llamado «sangre de toro», cuyas em­bestidas hacen trepidar los violines de la gitanería» (Neruda, 2017, 259). La última visita se realizó en 1967, después de participar en el Congreso de Escri­tores de la Unión Soviética y antes de viajar a Roma. El principal objetivo de esta escala de unos días fue trabajar en los preparativos del libro Comiendo en Hungría (Kisalföld, 1967, 2). En general, se puede afirmar que durante la era Kádár –las décadas 60, 70, 80– se habló un poco más de su poesía y un poco menos sobre su compromiso comunista. En 1974, con la ocasión de conmemorar el septuagésimo aniversario de su nacimiento, el reconocido hispanista y traductor literario János Benyhe (1926-2010) resumió la esen­cia de la vida nerudiana de la manera siguiente: A Neruda –quien recibió todo del destino hasta tal punto que casi no había momentos importantes de la historia artística y política de nuestro siglo de los cuales él no hubiera sido testigo incluso participante activo, quien se sentía como en su casa tanto en el París de Aragon como en el Madrid de Lorca o en el Moscú de Ehrenburg, en la cuna lluviosa y boscosa de Chile, en los extre­mos lejanos del sur o en el trópico– después de la vida romántica como poeta, se le dio la misma muerte romántica también (Benyhe, 1974, 20).99 «És Nerudának –aki mindent megkapott a sorstól, úgyannyira, hogy századunk politikai és muvészettörténetének alig van olyan fontos mozzanata, amelynek o tanúja, sot részese ne lett volna, aki éppolyan otthonosan forgolódott Aragon Párizsában, Lorca Madridjában és Ehrenburg Moszkvájában, mint Chile esos, köves, erdos, bérces bölcsojénél, a távoli déli végeken vagy a trópusokon– a romantikus költo-élet után […] a romantikus költo-halál is megadatott.” Algo semejante dice el traductor principal de las obras nerudianas, György Somlyó (1920-2006), quien considera que la palabra clave de la poesía de Neruda fue el viaje y para él el mundo entero se identificó con el camino de la poesía (Somlyó, 1974, 421). 3 Amistades La amistad más estrecha y duradera surgió con el poeta y traductor húngaro arriba mencionado, György Somlyó, a quien Neruda incluso dedicó un breve capítulo en sus memorias: Somlyó György es un poeta a quien he visto crecer, con seguridad y poder, desde hace veinte años. Poeta de tono fino y ascendente como un violín, poeta preocupado por su vida y las otras, poeta húngaro, hasta los huesos, húngaro en su generosa disposición de compartir la realidad y los sueños de un pueblo. Poeta del amor más decidido y de la acción más ardiente, guar­da en su universalidad el sello singular de la gran poesía de su patria. Un joven poeta maduro, digno de atención de nuestra época. Una poesía quie­ta, transparente y embriagadora como el vino de las arenas de oro (Neruda, 2017, 296). Somlyó tradujo la mayor parte de los poemas de Neruda al húngaro. Esa relación, tan profunda y valorada por ambos poetas que duró unos 25 años, empezó durante la vi­sita de Neruda a Hungría en 1949. Sin embargo, el entusiasmo del literato húngaro por la poesía de Neruda empezó un año antes, cuando su secretaria –Somlyó trabaja­ba por aquellas fechas como director del Lectorado de la Empresa Cinematográfica–, Judit Weiner,1010 Judit Weiner era la esposa del arquitecto de Tibor Weiner (véase más abajo), y el matrimonio tenía re­lación estrecha con el matrimonio Neruda. La mujer era la intérprete de Neruda durante sus estancias en Hungría. le entregó uno de los poemas de Pablo Neruda. Al leerlos, Somlyó, a partir de sus conocimientos de latín y francés, empezó a traducirlos enseguida (Ko­vács, 1977, 776). Para la ocasión de la primera visita en 1949 se editó un tomo titulado Amerika 1948 [América 1948] que contenía tres poemas del autor chileno («Amerikai krónika»/«Crónica de América»; «Az üldözött»/«El fugitivo»; «Ébredj, favágó!»/«Que despierte el leñador»), ya en traducción de György Somlyó, más una introducción es­crita por Ilja Ehrenburg y un poema del traductor húngaro dedicado a Pablo Neruda («Pablo Nerudáról való ének»/«Canción sobre Pablo Neruda»). Somlyó recordó así los primeros momentos del encuentro personal: «Al bajar del avión con su modo de an­dar lento, un poco torpe, tambaleante, que tan extrañamente pero tan bien se ajustaba a su majestuosa cara casi inmóvil, ya en el coche empezamos a traducir el texto de su discurso redactado durante el viaje en avión y que dentro de una hora tenía que dar en la ceremonia y nos hicimos amigos en un santiamén. Empezó una de las amista­des más importantes de mi vida» (Somlyó, 1974, 420). También durante esta estancia el poeta chileno entregó a Somlyó el manuscrito completo del Canto General para ser traducido al húngaro. Neruda, medio año antes de su muerte, en marzo de 1973, envió una carta a Soml­yó en la cual pidió perdón por no haber recibido la visita del húngaro en París unos meses antes por su grave enfermedad. Lo invitó a Chile para participar en una con­ferencia organizada por las dos universidades de Santiago sobre la poesía de Neruda (Somlyó, 1990, 1234). Debido al golpe de estado de Pinochet el plan no pudo reali­zarse. El trabajo de Somlyó fue reconocido por el Gobierno chileno con la Medalla de Gabriela Mistral en 1996. Otro literato y profesor de literatura, Gábor Tolnai (1910-1990), evocó sus en­cuentros con Pablo Neruda en un artículo de 1975. Se encontró con él por primera vez durante la visita del escritor chileno en 1960 y lo recordó así: «Vestido a la espa­ñola –sombrero de copa hundida, sobretodo marrón con cinturón– parecía un gladia­dor jubilado» (Tolnai, 1975, 269). El chileno le regaló a Tolnai el manuscrito dedicado del poema «Bailando con los negros» para ser traducido al húngaro.1111 Tolnai en uno de sus libros ensayísticos publica y comenta brevemente este poema de Neruda. La tra­ducción es de Somlyó (Tolnai 346-347). Se encontraron también en 1965, durante la visita del matrimonio Neruda a Hungría. Esa vez Neruda recitó sus poemas en Egyetemi Színpad (Teatro de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest)1212 El Teatro de la Universidad Eötvös Loránd funcionó con actores aficionados, mayoritariamente estudiantes universitarios, entre 1958 y 1991. También organizaron varios programas, recitales y espectáculos con la participación de los mejores actores de Hungría de aquel entonces. Se consideró un lugar prestigioso y muy popular entre los círculos de los intelectuales, con programas de alto nivel. y Gábor Tolnai dio el discurso introductorio (Egyetemi Lapok, 22 de mayo 1965). Según los recuerdos de Tolnai iban a hacer una antología de los poemas de Endre Ady y Attila József en español en colaboración con Pablo Neruda, pero por fin el plan no se realizó «solo nuestra correspondencia atestigua su existencia» (Tolnai, 1974, 407). El tercer amigo húngaro de Neruda era el arquitecto Tibor Weiner (1906-1965), uno de los representantes más importantes de la arquitectura Bauhaus en Hungría y uno de los padres del realismo socialista en la arquitectura húngara.1313 Desde 1931 vivió y trabajó en la URSS, diseñando edificios en Bakú y Tashkent. Posteriormente emi­gró a Francia y ante el avance del fascismo acabó huyendo a Chile en 1939. En junio de 1948 volvió a Hungría. En 1953 recibió el premio Ybl, que se da en Hungría desde ese mismo año a los arquitectos más destacados (Crónicas, 2020). La amistad con Neruda empezó cuando la familia Weiner arribó a Chile en 1939, donde éste llegaría a ser un re­conocido profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Santiago.1414 Sobre su carrera profesional en Chile, véase Talesnik, 2015.  Asimis­mo, siempre que Neruda visitaba Hungría se encontraba con la familia Weiner. Neruda, al enterarse del fallecimiento del arquitecto en 1965, escribió varios textos de despedida.1515 Uno de estos textos se publicó en el semanario Élet és irodalom 1965 (29); otro, titulado A hallgatag építész [El arquitecto silencioso], en la revista Városépítés 1965 (5). 4 La edición y la recepción de sus obras El nombre y las obras de Pablo Neruda fueron relativamente bien conocidos entre los lectores húngaros. Sin tener en consideración sus poemas publicados en diferentes an­tologías, revistas y periódicos, en total se editaron 17 tomos de las obras nerudianas entre 1949 y 1988. La mayoría de estos tomos venía acompañada por introducciones, epílogos y notas. Del primer tomo de Neruda en húngaro, Amerika 1948 [América 1948], se pu­blicaron en 1949 2.000 ejemplares. A éste le siguieron Ébredj favágó! (Que despierte el leñador) en 1951 con 3.000 ejemplares y A szolok és a szél (Las uvas y el viento) en 1954 con 2.000 ejemplares. Todos los poemas de los volúmenes mencionados fue­ron traducidos por Somlyó. En el tomo de 1954, Somlyó explica y comenta la obra por ciclos. Uno de estos ciclos lleva por título «Mézízu Magyarország» («La miel de Hungría»), sin embargo los tres poemas que forman parte de este ciclo son de carác­ter general, con pocas referencias concretas a Hungría, más bien presentan la lucha de los países comunistas. En el epílogo, a propósito de esta parte del poema, Somlyó escribió que Neruda le había enviado el manuscrito de la obra entera antes de ser publicada. Así se hizo posible que la traducción húngara apareciera en el mismo año que la obra original. En la carta que acompañó el manuscrito, Neruda escribió a Somlyó lo siguiente: «Puedes ver en ello mi amor por Hungría, este amor sensual» (Neruda, 1954, 292). En el epílogo Somlyó subrayó que la traducción húngara era la primera completa de la obra nerudiana en todo el mundo. Trabajaron en ella casi un año con János Benyhe (295). Al mismo tiempo, sobre este volumen podemos en­contrar una crítica bastante negativa, cuyo autor era Lajos Kassák, una de las figuras más destacadas del movimiento vanguardista húngaro.1616 Lajos Kassák (1887-1967) era poeta, escritor, pintor, diseñador y periodista húngaro. Sobre su activi­dad véase Katona, 2018. Kassák empezó a leer el li­bro de Neruda con gran expectación, puesto que conocía las demás creaciones del poeta chileno, que le encantaban. Incluso encontró cierta similitud entre sus objeti­vos poéticos al tener en cuenta que también los poemas del escritor chileno fueron marcados por la influencia de los vanguardismos europeos. Esta expectación previa pronto se convirtió en una impaciencia nerviosa y, después, en un aburrimiento fastidioso: «Surgió un vacío entre nosotros y este vacío más y más amplio nos em­pujó más y más lejos.» En este tomo ya no habla el poeta rebelde anterior que tanto le encantó a Kassák, sino el viajero que recorre el mundo y disfruta la seguridad, las acogidas cordiales y la comodidad en todas partes. En este tomo el poeta opera solo con sobreponer las palabras mecánicamente y el resultado no es más que «la acumu­lación de versos pomposos» (Kassák, 1985, 5-12).1717 Otro literato húngaro de renombre internacional, György Faludy (1910-2006), también emitió una crítica muy negativa sobre la poesía del chileno a finales de los años 50. Le dedicó un poema de dos versos titulado «Pablo Neruda»: «Hoy he terminado con Neruda: lo he leído, lo he aborrecido» (Faludy, 1958-1963). En 1961 se publicó Elemi ódák (Odas elementales) con una tirada de 3.000 ejem­plares, de los cuales 1.700 fueron numerados y lanzados con cubierta de piel, o sea, en edición de lujo. El poeta chileno escribió un prefacio a la edición húngara del libro (fir­mado en París, a 16 de septiembre), en el cual compartía sus ideas sobre la poesía y su papel en general. Expresó sus agradecimientos a Somlyó por la traducción y subrayó que el trabajo de su amigo había sido sumamente difícil. Jamás ha visto mis paisajes, las lluvias, los vientos, los volcanes y los flujos de mi patria extremadamente estrecha. La serie de mis odas es el horario de una red de trenes que atraviesa mi país natal y Somlyó ha tenido que subir al tren en muchas estaciones pequeñas construidas de árboles selváticos, duros y resistentes al hielo y atravesar los lagos cuyas orillas abruptas son de nieve, fuego y sangre (6).1818 «Sohasem látta az én tájaimat, véghetetlenül keskeny hazám esoit, szeleit, vulkánjait és dagályait. Az én ódáim sorozata voltaképpen egy szüloföldemet átszelo hosszú vasútvonalra szóló menetrend és Som­lyónak sok fagyálló, kemény oserdei fából ácsolt kis állomásokon kellett vonatra szállnia, és tavakon kellett átkelnie, melyeknek meredek partja hóból, tuzbol és vérbol való.» El epílogo «Az enciklopédikus költo» [El poeta enciclopédico] escrito por Som­lyó era como una respuesta a las palabras de Neruda. El traductor y amigo destacó que Neruda era uno de los guerreros más importantes de esa guerra de independencia de formas y contenidos por hacer la poesía universal. Es poeta de un país pequeño pero con un idioma enorme. Su país es uno de los menos desarrollados del continente pero su idioma le une a una de las culturas europeas más antiguas. Su poesía parte de los fundamentos del «Nuevo Mundo» y de la «Vieja Europa» y de tal manera sus obras, como Residencia en la Tierra, Las uvas y el viento junto con Odas elementales se carac­terizan por una universalidad enciclopédica. Somlyó mencionó que la versión húnga­ra era un poco diferente de la obra original puesto que los poemas seguían en orden alfabético de los títulos en ambas ediciones, pero el orden alfabético de los títulos en húngaro es diferente (Neruda, 1961, 239-253). Con el título Pablo Neruda válogatott versei [Poemas seleccionados de Pablo Neruda] salieron a la luz dos tomos diferentes. El primero, con la selección y la tra­ducción de György Somlyó, fue publicado en 1969 por la editorial Európa. El volumen se introduce con el texto de Neruda «Niñez y poesía» (Isla Negra, 1954, traducción de János Benyhe) y termina con la cronología biográfica del autor, redactada por Somlyó. El segundo tomo fue publicado por la editorial Kozmosz en 1978, dentro de la serie Vi­lágirodalom gyöngyszemei [Las perlas de la literatura mundial], con poemas seleccio­nados por János Benyhe a partir de 13 poemarios del poeta chileno. Benyhe completó la antología con un prefacio, con una breve biografía del escritor y con notas también. En el prefacio Benyhe compara el arte de Neruda con el de Picasso: «Como su amigo y compañero de ideas, Picasso une el mundo entero de la pintura con todas sus tradicio­nes e innovaciones, igualmente lleva en sí Neruda la eternidad de la poesía universal [...] En la poesía exuberante de Neruda […] toda división inevitablemente parece ser mezquina» (Neruda, 1978, 6).1919 «Ahogy barátja és eszmetársa, Picasso a festészet egész világát, minden hagyományát és minden újí­tását egyesíti, úgy hordozza magában Pablo Neruda az egyetemes költészet egész mindenségét […] Neruda burjánzó költészetében […] mindenféle tagolás óhatatlanul kicsinyesnek hat.» A continuación sigue un texto de Federico García Lor­ca escrito en 1935, en el cual el poeta español presenta a su amigo, Neruda. Los dos to­mos tienen muchos poemas comunes y el segundo también utiliza las traducciones de György Somlyó. Solo los poemas que no están incluidos en el primer tomo son tradu­cidos por otros poetas y escritores húngaros. Al mismo tiempo, el título del poemario nerudiano Residencia en la Tierra es diferente en los dos tomos: en el primero, Ittlaká­sunk a Földön; en el otro, Ittlétünk a Földön. La primera versión traduce la residencia como sinónimo de vivir/vivienda, mientras la segunda como existencia/ser. En 1973 se publicó el tomo ilustrado Száz szerelmes szonett (Cien sonetos de amor) en 9.000 ejemplares de las cuales 2.000 fueron numerados y con una encuadernación especial.2020 El ilustrador fue Ádám Würtz (1927-1994), el famoso pintor y diseñador gráfico húngaro. Un año más tarde salió a luz el tomo más completo (de unas 600 páginas) de la obra de Pablo Neruda con el título Válogatott versek [Poemas seleccionados] en 9.000 ejemplares, de los cuales 1.600 ejemplares eran numerados y con una encuadernación lujosa. El volumen utiliza el material de los tomos anteriores: empieza con el discurso de 1935 de Federico García Lorca y con el texto de Neruda «Niñez y poesía» (ambos en traducción de János Benyhe) y termina con la cronología biográfica del autor, re­dactada por György Somlyó. El libro con más de 260 poemas rindió homenaje al poeta chileno muerto un año antes. En el mismo año se publicó otro tomo exigente, A Macsu Pikcsu ormai («Alturas de Macchu Picchu»), que forma parte del Canto General. Esta edición de lujo –el pa­pel de alta calidad cuyo uso no era habitual en aquellos tiempos, los aguafuertes2121 Las ilustraciones fueron obra de Lajos Szalay (1909-1995), el gran renovador del diseño gráfico del siglo XX en Hungría. que acompañaban cada parte del poema, entre otros– sirvió para apoyar a los perseguidos de la dictadura chilena. El libro tuvo una tirada de 1.700 ejemplares numerados y la edición limitada aumentó el valor del libro. Algo semejante sucedió con dos tomos más que salieron con ilustraciones excelentes de un artista reconocido y con una tira­da bastante limitada. Se trata del libro titulado Chile (1977), del que se lanzaron 1.000 ejemplares y que contenía 6 poemas del poemario Odas elementales.2222 El ilustrador era János Kass (1927-2010). El otro constaba de un solo poema, Óda a Nyomdához («Oda a la tipografía», 1968), y de él se impri­mieron 2.200 ejemplares. En 1986 la editorial Európa publicó el tomo Pablo Neruda versei [Los poemas de Pablo Neruda] también con la selección de János Benyhe. En el libro de nuevo aparece el texto de Lorca sobre el poeta chileno, pero faltan el epílogo, la biografía y las notas que habían aparecido en la mayoría de los demás tomos. El último tomo de poemas de Neruda se editó en 1988 con el título A tenger és a harangok (El mar y las campanas) a partir de los cinco tomos ya listos pero sin publicar en el momento de la muerte del autor (El mar y las campanas, 1973; Elegía, 1974; Jardín de invierno, 1974; Libro de las preguntas, 1974; La rosa separada, 1973). La selección de los poemas y la traducción del tomo estuvo a cargo de László András, mientras que el epílogo fue escrito por János Benyhe:2323 Este epílogo es la versión completada del prefacio del tomo de 1978. «En estos poemas tardíos no el poeta fugitivo o despedido nos mira [...] sino el entusiasta ingenuo-genial» (Neruda, 1988, 124-125).2424 «Ezekbol a kései versekbol nem menekülo vagy búcsúzó köto tekint reánk […] hanem a naiv-zseniális rajongó.» En las páginas anteriores ya hemos evocado la historia del nacimiento del libro más curioso de Neruda, escrito con Miguel Ángel Asturias. La obra gastrocultural Meg­kóstoltuk Magyarországot (Comiendo en Hungría), fuera de las ediciones en hún­garo (1968, 1973), tuvo cuatro en español (1967, 1969, 1974, 2009) y se publicó en otras lenguas (francés, alemán, inglés) con metas propagandísticas: mejorar la imagen de la Hungría comunista en el mundo. La primera edición en español no llegó a las librerías, fue regalada y repartida entre las embajadas húngaras en los países de Lati­noamérica (Szentgyörgyi N., 2005, 76). También llegó a Hungría la obra teatral de Neruda Fulgor y muerte de Joaquín Mu­rieta (1967), que se estrenó en el teatro Thália el 15 de febrero de 1968 con dirección de Károly Kazimir.2525 Károly Kazimir (1928-1999) se consideró uno de los directores más prestigiosos de su tiempo en Hungría, el pionero y el renovador del arte teatral húngaro en muchos sentidos. Cuando Neruda estuvo en Hungría en 1965, visitó el teatro Thália y prestó el manuscrito de su obra teatral a la dirección por 48 horas. Al leer la obra, el teatro decidió ponerla en escena y por fin este teatro húngaro llegó a ser el primero en presentar la obra en Europa. El drama poético fue traducido por György Somlyó con el título Joaquín Murieta tündöklése és bukása (Film, Színház, Muzsika, 29 de diciembre, 1967). Sobre la dirección de Kazimir se escribió que no fue un drama en el sentido es­tricto de la palabra, más bien un juego romántico, una leyenda entretejida con el canto y el baile, como si fuera una feria con todas sus atracciones y con la figura simbólica de la MUERTE (Koltai, 1978, 145-146). 5 A modo de conclusión En sus memorias Neruda confiesa sus sentimientos sobre Hungría así: «Amo en Hun­gría el entrelazamiento de la vida y la poesía, de la historia y la poesía, del tiempo y del poeta. En otros sitios se discute este asunto con más o menos inocencia, con más o menos injusticia. En Hungría todo poeta está comprometido antes de nacer. Attila Joseph2626 Se trata de Attila József (1905-1937), uno de los poetas más importantes del siglo XX de Hungría. In­cluso varios de los críticos literarios húngaros identificaron a Neruda como «nuestro Attila József» (Zolnay, 1962, 190). , Ady Endre, Gyula Illyés son productos naturales de un gran vaivén entre el deber y la música, entre la patria y la sombra, entre el amor y el dolor (Neruda, 2017, 296). Sus poemas y escritos dedicados a los «magiares» tratan lo que hoy llamaríamos como hungarikums: las tradiciones, el folclor, la riqueza cultural, intelectual y material, los fenómenos y las costumbres, los animales autóctonos, las frutas y las especias, de un sabor y aroma insuperables, la gastronomía, los vinos y el aguardiente. Neruda, como poeta de fama mundial con su compromiso político izquierdista, encajó muy bien en la política cultural oficial del sistema comunista húngaro. Es de suponer que la intensidad de estas relaciones se debe en muy buena medida a esta afi­nidad ideológica, vital en un contexto histórico de pujante división geopolítica. Dentro del marco de este artículo solo hemos podido tocar algunas vertientes de las relacio­nes que tenía el poeta chileno con Hungría. La riqueza del material exige seguir con las investigaciones: hay miles de artículos que salieron en la prensa húngara durante el período examinado y mencionan el nombre de Pablo Neruda. Valdría la pena también hacer un examen comparativo de las traducciones: varios de los poemas nerudianos tienen más versiones en húngaro. Tampoco se ha investigado y publicado la totalidad de la correspondencia que mantenía con sus amigos húngaros. De todas maneras, el autor chileno se consideró como uno de los escritores más conocidos y populares de América Latina durante el período examinado en Hungría. 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Artículos de periódicos Crónicas Húngaras, 18 de julio de 2020. Egyetemi Lapok, 22 de mayo de 1965. Film, Színház, Muzsika, 29 de diciembre de 1967. Kisalföld, 8 de junio de 1967. Kisalföld, 2 de junio 1960. Népszabadság, 30 de octubre de 1957. Népszabadság, 23 de julio de 1949. Népszava, 4 de noviembre de 1950. Népszava, 27 de enero 1950. Új Idok, 30 de julio de 1949. Világosság, 6 de junio de 1950. «Hungría, doble es tu rostro como una medalla». Visitas, amigos y escritos húngaros de Pablo Neruda Palabras clave: Pablo Neruda, ediciones húngaras de las obras de Neruda, György Somlyó, visitas a Hungría, recepción húngara El poeta chileno, Pablo Neruda tuvo lazos estrechos con Hungría, que incluían tanto sus seis visitas realizadas entre 1949 y 1967, como las amistades que tenía con literatos, traductores y otros intelectuales húngaros, junto con sus escritos y poemas relaciona­dos con Hungría. El artículo se enfoca en presentar la historia de estas visitas, de estas amistades y las diferentes ediciones húngaras de los libros de Neruda hasta 1988, fecha de la edición del último tomo de su obra publicado en húngaro. El trabajo echa un vis­tazo a la recepción de sus obras en la prensa húngara también. »Madžarska, dvojen je tvoj obraz, kakor medalja.« Madžarski obiski, prijatelji in zapisi Pabla Nerude Kljucne besede: Pablo Neruda, madžarske izdaje Nerudovih del, György Somlyó, obiski Madžarske, madžarska recepcija Cilski pesnik Pablo Neruda je gojil tesne vezi z Madžarsko. Mednje štejejo obiski te države med letoma 1949 in 1967, prijateljstva s književniki, prevajalci in drugimi ma­džarskimi intelektualci ter zapisi in pesmi, povezani z Madžarsko. Prispevek predsta­vlja zgodovino teh obiskov, prijateljstev in razlicnih madžarskih izdaj Nerudovih knjig do leta 1988, ko je izšlel zadnji del njegovega opusa v madžaršcini. Clanek prouci tudi recepcijo pesnikovh del v madžarskem tisku. “Hungary, double is your face like a medal”. Hungarian visits, friends and writings of Pablo Neruda Keywords: Pablo Neruda, Hungarian editions of Neruda’s works, György Somlyó, Hungarian visits, Hungarian reception The Chilean poet Pablo Neruda had close ties to Hungary, which included both his six visits between 1949 and 1967, and the friendships he had with Hungarian writers, translators, and other intellectuals, along with his Hungarian-related writings and po­ems. The article presents the history of these visits, of these friendships and the differ­ent Hungarian editions of Neruda’s books up to 1988, the date of the edition of the last volume of his work published in Hungarian. The article examines the reception of his works in the Hungarian press as well. O avtorici Zsuzsanna Csikós je izredna profesorica na Oddelku za hispanistiko na Univerzi v Szegedu. Doktorirala je z disertacijo El problema del doble en Cambio de piel de Carlos Fuentes (2002). Podrocja njenega raziskovanja so špansko pripovedništvo 20. stoletja ter zgodovinski in kulturni odnosi med Madžarsko in špansko govorecimi državami. Je avtorica ali urednica desetih knjig. Objavila je okoli sedemdeset znanstvenih clan­kov v madžarskih in mednarodnih revijah. E-naslov: csikoszsuzsannadr@gmail.com Abouth the author Zsuzsanna Csikós is an associate professor in the Department of Hispanic Studies at the University of Szeged, Hungary. She completed a doctorate in Hispanic literature with a thesis on El problema del doble en Cambio de piel de Carlos Fuentes (2002). Her research areas are the Hispanic narrative of the 20th century and the historical and lit­erary-cultural relations between Hungary and the Hispanic world. She has authored or edited of 10 books and published about 70 scholarly papers in various Hungarian and international journals. E-mail: csikoszsuzsannadr@gmail.com Ilinca Ilian La(s) figura(s) de Pablo Neruda construida(s) en la cultura rumana de la segunda etapa del régimen comunista rumano (1965-1989) Desde el momento en que Neruda irrumpió en el escenario cultural rumano, en 1947, con la traducción de «Los muertos de la plaza» hecha por Petre Solomon, su nombre asociado tanto al poeta como al activo ciudadano «progresista» no dejó de repetirse y de cobrar cada vez mayor sonoridad en las páginas de las revistas culturales y los oficiosos comunistas. Convertido en la propia encarnación del poeta militante, con­siderado un ejemplo de escritor comprometido con la causa del socialismo mundial, promovido además como un «gran amigo de Rumania», gracias a la traducción de la antología 44 poetas rumanos publicada en 1967 en Buenos Aires, Neruda obtuvo en la Rumania de las primeras dos décadas del régimen comunista una fama incompa­rablemente más alta que la de cualquier otro escritor de Latinoamérica. El público rumano no solo estuvo alimentado constantemente con las producciones líricas del gran poeta, que, entre otras, gozaba de los favores de los dirigentes culturales de la URSS y, en consecuencia, de sus serviles homólogos rumanos. También los vaivenes de la asombrosa vida del poeta chileno –su persecución por el dictador González Vi­dela, su largo viaje por los países europeos y asiáticos socialistas entre 1950 y 1952, su vuelta a Chile después del exilio, su fugaz encarcelamiento en Argentina en 1957 o sus participaciones en el Congreso Mundial de la Paz– se comentan en detalle y sus­citan alternamente indignación o loas. También sus opiniones cívicas –ya sea que se trate de la represión de la revolución de Hungría de 1956, presentada como unas sa­ludables «acciones liberadoras» del ejército soviético, o de la Alianza para el Progreso, vista como una hipócrita intervención imperialista– se difunden puntualmente en la prensa cultural rumana hasta 1964, donde la figura de Neruda es erigida en el símbo­lo del más confiable «compañero de ruta» de los forjadores del comunismo mundial. No solo numerosas notas y artículos exaltan su recepción del Premio Stalin de la Paz en 1953 y su entrega, de manos de Ilya Ehrenburg, en 1954, sino que incluso unos ac­tos culturales circunstanciales, organizados en su honor en Moscú, Santiago de Chile o en otras ciudades, retienen la atención de la prensa que, asimismo, informa con­secuentemente sobre la aparición de sus nuevas obras y reseña los reconocimientos variados de los que el poeta se hace acreedor11 Para dar solo unas muestras: en la prensa de 1949 aparecen nada menos que seis artículos de inflamado elogio, seis notas varias sobre sus declaraciones y andanzas, catorce fragmentos de poemas publicados en 16 números de diversas revistas y dos artículos políticos de Neruda. En 1951, cuando Neruda llega por segunda vez a Bucarest, su discurso pronunciado ante sus anfitriones de la Unión de Escritores de Rumania, se publica íntegramente en dos publicaciones y abreviado en otras tres, junto a unas dos entrevistas, seis artículos de presentación elogiosa y diez traducciones de poemas publicadas en siete publicaciones. Los datos son sintetizados de nuestra bibliografía exhaustiva de la recepción de la literatura latinoamericana en la Rumania socialista (Ilian, in fieri). Precisamente por la existencia de esta bibliografía y por razones de espacio, prescindiremos en este trabajo de indicar cada una de las entradas bibliográficas (traducciones, reseñas, artículos, notas, entrevistas, etc.) y solo daremos aquí la traducción al español de los fragmentos citados, sin el texto original. . En tres años sucesivos (1949, 1950, 1951) aparecen tres tomos de poesía antifascista de Neruda22 Ver Libros de Neruda publicados en rumano hasta 1989, en la Bibliografía. , en 1956 se publica, en la excelente traducción de Maria Banus, Las uvas y el viento (1954), para que, nueve años más tarde, en 1963, la misma traductora se encargue de elaborar una antología titulada da sugestivamente Poezii noi (Poesías nuevas, escogidas del ciclo de las Odas, Estravagario y Navegaciones y regresos). Todos estos libros reciben numerosas y (a ve­ces) atentas reseñas, que contribuyen pues a darle a Neruda una visibilidad incompa­rable en la cultura rumana. En un trabajo previo que se dedicó a ofrecer una «lectura distante» de la recepción de la poesía latinoamericana en la Rumania socialista (Ilian y Titei, en prensa) llega­mos a probar en términos cuantitativos la preeminencia incontestable de Neruda entre los poetas latinoamericanos traducidos al rumano hasta 1964. Lo que se desprendió nítidamente de este prolijo análisis fue el hecho de que en las primeras dos décadas del comunismo rumano, la imagen que se le construye al poeta evoluciona junto a las transformaciones que tienen lugar en el escenario cultural rumano, el cual retiene de la producción in fieri del poeta, entre 1947 y 1973, los aspectos que mejor responden a los rasgos dominantes de sus políticas culturales. Así, en una primera etapa (1944-1953), denominada por Eugen Negrici «estalinismo integral» (2019), Neruda aparece como la encarnación más ejemplar del comunista militante, aureolado por su heroica participación en la guerra civil española, y su poesía está empleada como mero instru­mento propagandístico. Así, su contenido efectivo desaparece tras el invariable «men­saje» ideológico, prefijado por los dirigentes de las políticas culturales encaminadas a promover la línea ortodoxa del realismo socialista. De aquí la poca atención dada al grado de calidad (o al menos de corrección) de las traducciones, que en esta primera etapa suelen ser más bien deficientes. Su imagen de poeta «ortodoxo» queda poco alterada también en una segunda eta­pa, iniciada tras la muerte de Stalin, cuando el campo cultural rumano se escinde entre los dogmáticos realistas socialistas (entre ellos, en una posición central, Eugen Jebelea­nu y Mihai Beniuc) y los «modernos» agrupados especialmente alrededor de la revista Steaua de Cluj que iban a conseguir finalmente a imprimir una nueva orientación a la cultura rumana, ubicándola bajo el signo de la autonomía de lo estético (ver Ilian, en prensa; Ilian y Titei, en prensa). La confiscación de la poesía de Neruda por unos gate­keepers33 Empleamos el término de gatekeeper, que se refiere a la red de editores, traductores, agentes, etc. que contribuyen a hacer conocer a cierto(s) autor(es) en determinado(s) espacio(s) cultural(es), en la acep­ción acuñada por Marling (2016). que se escogen de los más rancios y dogmáticos realistas socialistas (Mihnea Gheorghiu, Eugen Jebeleanu, Mihai Beniuc) hace que, a pesar del número impresio­nante de poemas traducidos, noticias y artículos encomiásticos (o, mejor dicho, justo por causa de esta abundancia), el nombre de Neruda quede asociado al frente «reaccio­nario» del campo cultural, mientras que el poeta latinoamericano que encarna el ideal lírico para el grupo de Steaua es César Vallejo. De hecho, el director de esta revista, A. E. Baconsky declara en varias ocasiones que el poeta peruano es uno de sus favoritos. En 1964 –cuando Gheorghiu-Dej lee en la plenaria del Comité Central del Partido Obrero Rumano (PMR) la Declaración de la posición de su partido con respecto a los movimientos socialistas internacionales, que prácticamente es una declaración de in­dependencia de la tutela soviética– se considera en las historias literarias rumanas que arranca el «deshielo cultural», o lo que es lo mismo que una visible atenuación de la presión ideológica en la cultura. Nos proponemos en este espacio estudiar la recepción de Neruda a partir de este año, hasta 1989, porque creemos interesante estudiar cómo evoluciona la figura de Neruda en el escenario cultural rumano de esta etapa. En otras palabras, nos interesa estudiar cómo se desenvuelve el destino de un poeta que entre 1947 y 1964 había sido convertido en una de las figuras más insignes de la literatura latinoamericana mundial «comunista» (Locane, 2021) y también en el principal aliado político-ideológico de los dirigentes del campo cultural rumano. Pretendemos enten­der qué pasa con este poeta a partir del momento en que el clima cultural en su con­junto se transforma y la vehemencia militante de las primeras dos décadas no solo se mitiga, pero incluso se ve –al menos por unos años– como de mal gusto. Dividiremos nuestro trabajo en dos partes, tomando como referencia el año 1971, cuando Ceauses­cu, en un infausto discurso conocido como las «Tesis de julio» pretende reorientar la cultura rumana hacia un dogmatismo esta vez de tipo nacionalista en que pueda pros­perar el culto a la personalidad. 1964-1971 Eugen Negrici, uno de los historiadores más prominentes de la literatura rumana del período comunista, sugiere que la cultura rumana a partir de 1964 se debería com­prender ante todo como «un proceso de reconquista [en español en original] que recu­peró, recurriendo a los recursos literarios clásicos, el terreno perdido por la literatura» (2019, 270; cursivas en original), o sea de «la literatura como tal (la de la autonomía de lo estético)» (268). Se da en estos años, según Negrici, una urgencia de «recuperar el tiempo malgastado durante el gran extravío realista socialista» (264) y el impulso fun­damental de los artistas e intelectuales es «el desahogo [...] incluso de revancha» (270). No se trata para nada de una liberación total de las coerciones ideológicas, pues eso sería imposible dentro de un régimen totalitario. En cambio, lo que tiene lugar es una vuelta a la tradición de la cultura rumana de guiarse por las tendencias presentes en las grandes culturas occidentales y de sincronizarse con el pulso intelectual de las metró­polis europeas, donde –en lo que toca a la recepción de la literatura latinoamericana– estaba forjándose en estos años el impetuoso fenómeno del boom, por lo cual también Rumania empieza a penetrar cada vez con mayor fuerza la literatura latinoamerica­na mundial de tipo «capitalista» (Locane, 2021, 194). En este contexto, es explicable por qué las figuras centrales de la «literatura mundial comunista» y especialmente los poetas –Pablo Neruda, Raúl González Tuñón y Nicolás Guillén entre otros– pierden bastante terreno ante el deslumbramiento que produce la prosa del subcontinente lati­noamericano a partir de los años sesenta en Occidente y, desde allí, en todo el mundo. Efectivamente, desde 1965, en comparación con la abundancia impresionante de textos dedicados a él en las primeras dos décadas del régimen comunista, hay cada vez menos noticias sobre Neruda en la prensa rumana. Con todo esto, en el mismo año aparece un nuevo libro de poemas nerudianos traducido al rumano por Radu Boure­anu: se trata de Poeme (Poemas), que reúne de forma bastante heteróclita poemas de varias etapas líricas de Neruda44 Una primera sección contiene los primeros 50 sonetos de 100 sonetos de amor (1959) dedicados a Matilde Urrutia. La segunda, titulada «Poeme» (Poemas) comprende (en este orden) «Poema 15» de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924); un poema escrito cuando Neruda tenía unos dieciseis años, «Un hombre anda bajo la luna» (fechado 1922), no incluido en sus poemarios; el canto introductorio de la cuarta sección de Canto General, «Los libertadores», y del mismo ciclo los poemas «Martí» y «Cuáuhtemoc»; «Explico algunas cosas» de España en el corazón (1936-1937) incluido en Tercera Residencia; el entero poema «Las alturas de Macchu Picchu» de Canto General. Por fin, en la tercera sección se traducen cinco poemas de Canción de gesta (1960). . Hay que observar que este libro, por la selección de los poemas y la deficiente traducción de los mismos, aparece de cierta forma como «desfasado», ya que a finales de 1963, Maria Banus había ofrecido una buena antolo­gía de poemas nerudianos «nuevos» (desde el ciclo de las Odas a Navegaciones y regre­sos), que indicaban una transformación profunda de la lírica del poeta chileno y que la propia traductora caracteriza como marcado por la «intensificación de las incursiones psicológicas» y por «el tono sarcástico, funambulesco, grotesco, llevado al absurdo con que el poeta juega –en apariencia– con los grandes y los graves temas de la poesía» (1961, 76). En otras palabras, la traductora, que por lo demás había también dado en 1956 la versión rumana del poemario con fuertes acentos realistas socialistas de Las uvas y el viento, descubre en esta etapa lírica de Neruda su paso a lo que Hernán Loyola nombró la fase «posmoderna», en que se acusa «la pérdida de aquel sentido de progre­sión y desarrollo –de marchar hacia una meta deseada– que hasta entonces el Sujeto había textualizado como una historia de tentativas hacia la producción del autorre­trato definitivo, cumplido y satisfactorio» (1999, 29). El libro traducido por Banus en 1963 fue merecedor de cuatro reseñas, una de ella sobresaliente por la fina lectura del ciclo de las Odas en que Serban Cioculescu vislumbra «el lozano florecimiento de una segunda juventud artística», ya que esta nueva poética combina «la poesía ‘pura’ y a la vez combativa» y esta es, según el crítico, la dirección seguida por «algunos de nues­tros jóvenes poetas más competentes» (1964, 163). Si bien esta pretendida conjunción entre la pureza lírica y el carácter combativo es más bien un deseo que una realidad, la mencionada observación de Cioculescu es sugerente en cuanto al influjo que se supo­ne –por lo demás erróneamente– que Neruda pueda ejercitar en la literatura rumana. En contraste con esta atenta (y actualizada) lectura de Neruda, el tono exaltado del prefacio escrito por Boureanu no puede ocultar cierta superficialidad en la recepción del poeta, que sigue apareciendo aquí bajo la misma imagen «progresista», sin añadir matices nuevos55 El prefacio termina así: «Con la excepción de los cincuenta sonetos de Cien sonetos de amor, he tra­ducido algunos de aquellos poemas directos, poemas declamados a lo largo y ancho del mundo en pro de la justicia de todos los pueblos, así como su entera obra lleva su mensaje hacia los que deben venir hacia nosotros, hacia el gran número de los hombres conscientes y decididos, que forman el ejército cada vez más numeroso de la paz» (Boureanu, 1965, 11; subrayado nuestro, traducción literal). . Además, el desconocimiento del español por parte del traductor lle­va a una desmesurada acumulación de errores, cuya ejemplificación sería ociosa. Así, si bien la primera parte del libro contiene poemas de amor y resalta pues aquella fa­ceta de Neruda que prácticamente se había ocultado en las primeras dos décadas del régimen comunista, los poemas escogidos en la segunda parte y la guía de lectura pro­puesta en el prefacio no contribuyen a ofrecer una ampliación del conocimiento de la poesía de Neruda en Rumania sino más bien a acrecentar, de manera puramente cuan­titativa, un tipo de capital simbólico –relacionado con el progresismo y la militancia– que en el escenario cultural rumano empieza a parecer bastante vetusto. En lo que respecta a la presencia de Neruda en la prensa cultural, desde 1965 las andanzas, percances y triunfos de Neruda, otrora comunicados en detalle a los lecto­res rumanos, pierden todo interés y, por ejemplo, en 1966, en una «encuesta» titulada «¿Qué saben sobre Rumania?» dirigida a unos diez escritores de desiguales estaturas literarias (desde Graham Greene y Salvatore Quasimodo hasta Elisaveta Bagriana e Ignazio Batutita), a Neruda se le reproduce (sin especificar el contexto y el año) una declaración que se debe suponer que la dio al final de su último viaje a Rumania en 1960, puesto que el poeta chileno afirma, con alusión a su proyecto de 44 poetas ru­manos: «Al irme [de este país], me llevo la flor de Rumania: su poesía contemporánea que voy a traducir y publicar para los pueblos de América Latina y España» (Gazeta literara, 1966, 8). Si se considera que en los tiempos pasados en la prensa aparecían incluso notas festivas con la ocasión del aniversario del poeta a sus cincuenta y res­pectivamente sesenta años, este descuido del antaño encumbrado poeta no puede sino revelar la orientación de la cultura rumana hacia nuevos derroteros y, en particular, hacia un nuevo tipo de escritor representativo para el espacio latinoamericano, en este caso Borges y García Márquez. Si se exceptúan algunos poemas sueltos (sacados de las Odas y de 100 sonetos de amor y publicados en 196666 Se trata de «Oda a sus manos», publicada sin traductor mencionado en un períodico oscuro, Sateanca (6 / 1966) y de un «Soneto de amor» traducido por Barbu Socolalu en Viata Româneasca (11 / 1966), dentro de un florilegio titulado «Los poetas del mundo», donde se traducen versos –entre otros– de Saint-John Perse, Paul Celan, Eugenio Montale, Emily Dickinson. ), que se pierden entre los muchos artículos y textos rela­cionados con los escritores del boom, hasta 1970 Neruda casi desaparece del paisaje periodístico rumano. Su nombre se cuela –de una forma que se podría calificar más bien de ignominiosa– en un florilegio titulado «Los poetas del mundo cantan la Re­volución [de Octubre]», junto a unos poetas muy menores como Claude Sernet, Ge­nevieve Taggart y David Diopp, con un corto fragmento (más bien un collage de unos 15 versos) de su poema «Meditación sobre la Sierra Maestra – escrito en el año 2000» incluido en Canción de gesta, cuya pésima traducción (firmada por M. Djentemirov, nombre de clara resonancia rusa) y cuya mutilación por el recorte desconsiderado de los versos recuerdan vivamente las poesías publicadas por mero afán propagandístico de finales de los años cuarenta. Por si fuera poco –y como prueba suplementaria de la poca importancia que se da al contenido propiamente dicho cuando de lo que se trata es simplemente de cubrir en una publicación comunista un espacio de pura (y desga­nada) propaganda obligatoria– Neruda aparece como procedente de ... ¡Cuba! (Neru­da, 1966, 6). Neruda reaparece fulgurantemente en 1970 delante de una multitud de mil chi­lenos electrizados por su lectura de la poesía de amor de su juventud, en una crónica que cierta viajera rumana por Chile le dedica con la ocasión de la reedición jubilar de 20 poemas de amor y una canción desesperada. En un tono alerta, la crónica hace hincapié en la inmensa popularidad entre los chilenos de Neruda como poeta de amor, alude con una pizca de osadía a la serie de musas inspiradoras y termina con un corto diálogo sobre el amor que, según Neruda, «como el vino y el agua [no nece­sita] una definición [pues] sirve para sentirlo, hacerlo, perderlo, reencontrarlo, con­sumirlo, vivirlo, morirlo» (Dumitrescu-Cristian, 1970, 3). La misma viajera publica en un número ulterior de la misma revista Contemporanul la crónica de su visita a la legendaria casa de la Isla Negra y refiere su diálogo con el poeta, que versa prin­cipalmente sobre la (necesaria) implicación político-social, el (de nuevo necesario) fortalecimiento de los lazos culturales entre los dos países latinos Chile y Rumania, a cuyo acercamiento Neruda había contribuido por su antología de poesía ruma­na. Por fin, en la conversación con el poeta se aborda el tema de la capacidad de la poesía de contribuir concretamente a la causa revolucionaria. Se desprende de estas dos crónicas, cuya relativa frivolidad reflejan bastante bien el clima de la Rumania del «deshielo cultural», un instantáneo de la figura de Neruda que más llamaba la atención en esta época y en este país: el poeta del amor, por un lado, y el promotor de la cultura rumana en el mundo, a través de la antología 44 poetas rumanos, por otro lado. 1971-1989 A diferencia de la mayoría de los países del bloque socialista, donde la liberalización fue avanzando sin grandes tropiezos hasta la caída del muro de Berlín, en Rumania tiene lu­gar en 1971 una así llamada «minirrevolución cultural» (Catanus, 2005), inspirada en el modelo asiático con el cual Ceausescu tomó contacto a principios del mismo año, cuan­do visitó la República Popular China y Corea del Norte. El culto a la personalidad y la orientación nacionalista que mejor se patentiza en el «protocronismo» rumano (o sea, la pretendida anticipación a nivel nacional de todos los grandes logros de la humanidad77 Ver al respecto el capítulo 5 titulado «Romanian Protochronism» del libro de Katherine Verdery (1991). ) van a infestar como una plaga las revistas rumanas hasta la Revolución anticomunista de 1989 y el escenario cultural cobrará un aspecto escindido en cuatro frentes más o menos netos: los oportunistas (cultores de la pareja presidencial y autores de textos bombásticos de –insincera– adhesión partidista), los subversivos (especialistas en el arte de esquivar la censura, maestros de la alusión y del doble sentido), los disidentes (inadaptados, mar­ginados, exiliados) y los evasionistas (experimentalistas practicantes de un esteticismo en principio apolítico) (Simut, 2017). En este contexto transformado, la figura de Neruda conocerá un destino bastante interesante, puesto que, si hasta 1964 su poesía fue confiscada por los gatekeepers re­accionarios y dogmáticos y convertida en un ejemplo de lírica «ortodoxa», en cambio en el tramo final de la dictadura comunista, se asiste a una doble recepción, porque a su faceta militante comunista ejemplar, que será literalmente empleada por los opor­tunistas en los florilegios de lírica propagandística, se le opone aquella imagen de gran poeta de talla mundial, que unos hispanistas rumanos honestos y sensibles procurarán poner de relieve y rescatar de la desmesurada acumulación de estereotipos ideológicos vertidos sobre su figura. En 1971, cuando Neruda recibe el Nobel, se da un relativo aumento de la presen­cia del poeta chileno en la prensa rumana, pero al fin y al cabo este acontecimiento está señalado con una parquedad que más bien tiene visos de cortesía que de verdade­ro interés. Solo en la principal revista de la Unión de Escritores de Rumania, România literara (sucesora, desde 1969, de Gazeta literara) se le concede un espacio más amplio: aquí aparece una página de versos retomados de varios libros de Neruda publicados en distintas épocas por traductores como Jebeleanu, Boureanu, Banus y Aurel Covaci. Se traduce también una entrevista de L’Express titulada «¿Quién es Ud., Pablo Neruda?» y el respetable crítico literario Nicolae Balota escribe un bello ensayo sobre Neruda, donde pasa revista de las diversas etapas de su creación, hace hincapié en la comuni­dad fraterna que formó en la España de la Guerra Civil con Lorca, Miguel Hernández, Rafael Alberti y también refiere su ilustre descendencia de «Baudelaire, Rimbaud, Ru­bén Darío, Walt Whitman, Maiakovski», siendo especialmente los últimos dos «sus modelos ejemplares, por su exuberancia, sinceridad, anticonvencionalismo» (1971, 16). Es este el único texto que homenajea al nobel de 1971, porque en otras tres revis­tas –Steaua, Viata Româneasca y Familia– el altísimo galardón ofrecido a Neruda está saludado con meras y parcas selecciones de poemas retomados de diversas etapas de su creación. Ya que las ausencias son también significativas, es digno de destacar que Neruda no figura en una vasta antología de unas 900 páginas titulada Panorama poeziei uni­versale contemporane (Panorama de la poesía universal contemporánea) elaborada por A.E. Baconsky en que el poeta, crítico y traductor de Cluj incluye solo a los poetas que considera fundamentales para ilustrar la dicción única de la poesía de la primera mi­tad del siglo XX, o sea del High Modernism. Incluye «solo a los poetas y no a los profe­sores de poesía», cuyo prototipo sería Valéry (1972, 17, subrayado en original) y tam­poco a los «teóricos de las corrientes poéticas de esa época» como Tzara o Breton (18), así como también omite a los poetas que le producen una «aversión estructural» como un Saint-John Perse, por ejemplo. La exclusión de «esta águila de los Andes, Pablo Neruda» se explica así: «perdón, sus frases dilatadas, incluido su material metafórico de aluvión impresionante, nunca me han dicho gran cosa» (17). Entre los compatriotas de Neruda, Baconsky no omite sin embargo a Gabriela Mistral y a Vicente Huidobro, admirado sin reservas, así como no omite a uno de los poetas que más corresponden a su ideal de poesía moderna auténtica y a quien, de hecho, había introducido en la cul­tura rumana en 1960, César Vallejo. Como mencionamos, en estos años los rumanos estaban en pleno proceso de des­cubrimiento del boom latinoamericano y, con él, de toda la prosa que lo había posibi­litado: ya desde mediados de los 1960 aparecen en las revistas culturales (y especial­mente en Secolul 20) cuentos, novelas cortas, amplios fragmentos de novelas de los «nuevos» escritores latinoamericanos; en 1969 se publicó una antología titulada Sfîrsi­tul jocului (Final del juego) que comprendía una gran parte de los cuentos (muy bien traducidos) de Julio Cortázar y en el mismo año apareció La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes; en 1970 se traduce (logradamente) La casa verde de Mario Vargas Llosa; en 1971 se publicó la versión rumana (bastante imperfecta) de Cien años de so­ledad de García Márquez, firmada por Mihnea Gheorghiu (un anglista que trabajó con «negros» para esta edición); en 1972 aparece la traducción (harto deficiente) de una antología de las prosas más importantes de Borges elaborada por Darie Novaceanu88 Merece señalarse que esta abundancia de títulos de literatura latinoamericana surge sobre el fondo de una escasez de literatura extranjera traducida, ya que la crisis económica en que empieza a hundirse el país y que redunda en la dificultad de pagar los derechos de autor conduce a un descenso significativo del número de las novelas occidentales traducidas (francesas, inglesas, norteamericanas, etc.). Obser­va un investigador de la producción cuantitativa de las novelas traducidas al rumano: «As apart from the rendition of authors such Jorge Amado produced in the 1950s, the translations of Latin American novels published in the 1970s, the revival of aesthetic interest in writers such as Vargas Llosa, Cortázar, Márquez and Sabato, and the renditions of American works such as Vonnegut’s and Gore Vidal’s are but exception to the rule. In 1984, for example, almost all Romanian translations of French literature are reprints of already translated French novels. The previous decade’s Western rush was substituted, in literary debates, by a fascination with Latin American literature» (Baghiu, 2018, 79). . Las revistas rumanas dedican amplios espacios que registran la conmoción producida entre los rumanos por esta literatura que, además de su valor estético incuestionable, también produce el gratificante sentimiento de estar conectado con la actualidad más álgida de Occidente, en cuyos países se traducían a los escritores relacionados con el boom más o menos por los mismos años. Ante el deslumbramiento provocado por es­tos prosistas geniales, el nombre de Neruda tiene mucho menos que decir a los ruma­nos que descubren la Latinoamérica literaria dentro de un horizonte de expectativas totalmente transformado y especialmente bajo el ángulo de su narrativa. Es digna de señalar, no obstante, la tentativa del hispanista Darie Novaceanu de aprovechar esta afortunada coyuntura para llamar la atención también sobre la poesía de este espacio, introduciendo su «microantología» de poesía latinoamericana publicada en România literara en 1973 con una llamada de atención sobre el hecho de que «América Latina, un mundo cada vez más cercano y conocido por nosotros [los rumanos], ha tenido siempre una poesía de una belleza sin par y hoy [...] las generaciones nuevas le dan un nuevo brillo» (1973, 28). No obstante, estas «generaciones nuevas» son más bien de edad variada, ya que en este florilegio figuran, entre otros, Huidobro, Borges, Macedo­nio Fernández, Cisneros, Nicolás Guillén, Jamís Fayad y Neruda con su poema «Los poetas celestes» de Canto general. En 1973 se publica un último libro de poesías de Neruda, titulado Matasea si me­talul (La seda y el metal) que representa de hecho la traducción integral de Los versos del capitán. La atípica historia de este libro está sugerida (sin nombrarse claramente el «conflicto») en la cortísima presentación con la cual el excelente traductor Aurel Co­vaci acompaña su traducción: este libro fue publicado inicialmente en Nápoles, como supuesta obra póstuma de un héroe desconocido, con una carta al editor dirigida por la destinataria de los versos, nombrada Rosario de la Cerda. No se especifica en cam­bio que estos versos son los que Neruda escribía durante su viaje por la URSS y los países comunistas, a escondidas de su mujer de aquel entonces, Delia del Carril (Fe­instein, 2004, 335-6) y que el poeta recurrió a la estratagema de publicarlos como un manuscrito encontrado para ocultar su identidad y no herir excesivamente a Delia. Es­crito pues a la par que Las uvas y el viento, el libro representa la faceta sentimental del poeta que justo en los mismos meses escribía una poesía militante dedicada al socia­lismo de la URSS y sus satélites. De esta forma, los lectores rumanos tienen la ocasión de conocer las dos caras de Neruda a principios de la década de los cincuenta -poeta político y poeta del amor–. La revelación sucesiva de estas dos caras, por la traducción de Las uvas y el viento en 1956 y de Los versos del capitán en 1973, arroja una clara luz sobre las trazas del tipo de oferta cultural que se concibe apropiada para el público ru­mano a finales del «estalinismo integral», por una parte, y después del «deshielo cul­tural», por otra parte. De hecho, la muerte de Neruda en el mismo año 1973 le da de nuevo mayor visibi­lidad al poeta chileno a quien se le dedican unos cuatro obituarios de varias dimensio­nes, en general acompañados de versos seleccionados de su última etapa de creación.Esta etapa parece ser la que más atrae a los intelectuales «evasionistas» apolíticos (en la terminología de Simut), o sea los que seguían practicando y difundiendo una litera­tura considerada únicamente bajo el ángulo estético, sin contaminaciones ideológicas. Entre los escritores que lo homenajean, Mihai Beniuc, que se considera su cercano amigo por haberlo acompañado en las tres visitas en Rumania, le dedica una elegía publicada en România literara, y su traductora Maria Banus manifiesta con sinceridad su conmoción ante la terrible noticia de su fallecimiento. Un artículo también publi­cado en 1973 recalca su insigne papel como difusor de la poesía rumana en el espacio hispánico por la antología 44 poetas rumanos «que llega a unos niveles inalcanzables hasta ahora por ninguna de las obras dedicadas en el extranjero a la literatura rumana» (N., 1973, 31). En la época de alza del nacionalismo, una empresa de este tipo –que, por otra parte, varios estudiosos consideran más bien deficiente desde el punto de vis­ta de la traducción (ver Capraroiu, 2007, 15)– halagaba el orgullo de los dirigentes de la cultura rumana y añadía un nuevo motivo de admiración por el gran poeta chile­no. Por otra parte, la muerte del poeta está sobria y adecuadamente lamentada por el insigne hispanista rumano Andrei Ionescu que marca el triste acontecimiento por la traducción de dos poemas del último poemario de Neruda publicado en vida, Geogra­fía infructuosa (1972), acompañada de una nota en que reproduce la justificación que el propio poeta aducía ante los críticos de su constante (¡exagerado!) compromiso po­lítico: «Tengo un pacto de amor con la hermosura: / tengo un pacto de sangre con mi pueblo» (Neruda, 2004, 13; Ionescu, 1973, 31). De hecho, a un año de su muerte, el mismo hispanista acompañado por Victor Iva­novici le dedica en la revista Secolul 20 un espacio consistente a Neruda, con una cuan­tiosa selección de los poemas póstumos publicados en La rosa separada (1973), El mar y las campanas (1973), Jardín de invierno (1974) y El libro de las preguntas (1974), un amplio fragmento de Confieso que he vivido. Se añade un dossier con testimonios so­bre los últimos días del poeta, ensombrecidos por los humillantes actos de brutalidad cometidos contra el poeta enfermo por los policías de Pinochet, así como se publica un florilegio de textos escritos por unos admiradores y allegados amigos como Rafael Al­berti, Iannis Ritsos, Eugen Jebeleanu, Omar Lara, etc. También en la revista Steaua – en general reticente en promocionar su poesía– se publican en el mismo año y con el mismo triste motivo tres poemas póstumos99 Los poemas XXVII, VII (Los hombres) de 2000 (1974) y «Jardín de invierno» del libro con el mismo título (1974). , que, como se ve, son los que más llaman la aten­ción de los intelectuales «apolíticos» (estetas) de mediados de los años 1970. A partir de su paso a la etapa póstuma, Neruda empieza a recobrar cierto relieve en la prensa rumana. Dos amplios fragmentos de Confieso que he vivido se publican en sendas revistas (România literara y Luceafarul) en 1975, cuando también aparecen, en la traducción de su fiel traductora y amiga Maria Banus, «Explico algunas cosas» de Es­paña en el corazón y, en Steaua, la poesía «A Siqueiros, al partir», como ilustración de un corto ensayo dedicado al pintor mexicano. Neruda va a figurar casi cada año, hasta 1989, con al menos un poema integrado en florilegios de poesía chilena o latinoameri­cana (junto a Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Braulio Arenas, pero también en la compañía de Borges, Cortázar o Gonzalo Rojas)1010 Se trata de las microantologías publicadas en: Tribuna (6 / 1975), donde aparece –entre otros– junto a Borges, Gabriela Mistral, Nicolás Guillén, con su poema «Patagonia»; Cronica (18 / 1976), al lado de Vicente Aleixandre e Yvan Goll, con «La bandera» de Canto general; Luceafarul (35 / 1977), en un florilegio titulado sugerentemente «De la lírica antifascista», donde figura con la «Oda al alambre de púas” junto a 12 poetas de nacionalidades diferentes; Luceafarul (37 / 1977) donde Omar Lara antolo­giza y traduce un florilegio titulado «Poetas chilenos», en que Neruda figura con «Preguntas» al lado de Carlos Pezoa Veliz, Gabriela Mistral, Enrique Lihn, Armando Uribe Arce y Jorge Teiller. , en cambio las microantologías pu­blicadas en la prensa que comprendan únicamente poesías nerudianas desaparecerán, con dos notables excepciones, que comentaremos brevemente. A cinco años de su muerte, un nuevo homenaje le rinde su compatriota Omar Lara, afincado en estos años en Rumania donde se desempeña como un admirable traductor y agente cultural entre los espacios de origen y de adopción. En una amplia página de Luceafarul Lara presenta una faceta menos conocida de Neruda, la de ensa­yista, traduciendo un fragmento de ensayo dedicado a Quevedo, y da unas versiones propias de versos pertenecientes a varias etapas nerudianas –desde «Alturas de Mac­chu Picchu» y Las uvas y el viento hasta «El libro de las preguntas»–. En el texto que acompaña esta selección de versos y prosa Lara indica claramente el lugar central de Neruda en el panorama lírico latinoamericano, al lado de Huidobro, Mistral y Vallejo, y apunta, con plena razón, que «todos los poetas posteriores a él [hicieron] su aprendi­zaje con Neruda. Si bien lo hicieron por oposición o por negación» (1978, 8). Se debe de hecho observar que la relativa discreción de la figura de Neruda en la prensa cultural de los años 1970 y 1980, tan contrastante con la estrepitosa promoción que se le hacía en las primeras dos décadas del régimen comunista, le sienta mucho mejor al poeta. Su estatura poética está puesta en evidencia de forma más reflexiva y argumentada en los pocos, pero juiciosos estudios u homenajes que se le brindan y así, por ejemplo, Paul Alexandru Georgescu vuelve a dedicarle un artículo en 1978 titu­lado «Pablo Neruda y los devenires poéticos», que también incluirá un año más tarde en su libro Literatura hispanoamericana en perspectiva sistémica con el sugerente título «Una gran voz poética del mundo: Pablo Neruda». En este texto, tras un breve repaso de sus varias etapas de creación, Georgescu insiste en la decantación de su poesía al final de su trayectoria: El supremo personaje nerudiano es el poeta otoñal de Cien poemas de amor y Memorial de la Isla Negra. En estas, el poeta pasa de la vehemencia vital a la gravedad meditativa, de la certeza apodíctica a la pregunta y la duda que abren la vía de las verdades profundas de la imaginación ejemplar. La poesía del otoño significa asimismo la transfiguración y el ennoblecimiento de los te­mas fundamentes de las fases anteriores: el amor adquiere la reverberación de la adoración absoluta, el dolor se convierte en fuente de dignidad y esperanza, el compromiso político e ideológico, interiorizado y amoldado al destino hu­mano, adquiere el patetismo del drama humano. (1978, 42) En 1982 aparece la traducción de las memorias de Neruda, Confieso que he vivido, re­señada con atención en dos publicaciones y de nuevo se puede comprobar el tono pon­derado, sin duda admirativo, pero encaminado más bien a sopesar el valor literario de este libro en vez de formular panegíricos exaltados. Paul Alexandru Georgescu se pro­pone leer estas memorias como una invitación de pasar del «conocimiento ‘perceptivo’ de la vida» a un «conocimiento ‘meditativo’ de la creación nerudiana», concluyendo: «Los que buscarán en Confieso que he vivido claves para un mejor entendimiento de la obra de Neruda [...] encontrarán asimismo un hilo de Ariadna para no perderse en una obra asombrosamente vasta, proteica, multifacética» (1982, 10). En la esquizofrenia galopante que desde finales de los setenta hasta 1989 aflige la cultura rumana sometida a un doble discurso –el de la rimbombancia propagandísti­ca, cada vez más estridente pero también más hueca, y el del acto intelectual auténti­co–, Pablo Neruda volverá a ser «empleado» por los oportunistas para figurar en diver­sos florilegios de poesía comprometida, y asimismo sus poemas «Los dioses del río» y «La boca que canta», dedicados a Rumania, de Las uvas y el viento se reproducirán con frecuencia en las microantologías (cada vez más numerosas) tituladas «Los poe­tas del mundo cantan a Rumania», que evidencian el giro nacionalista de las políticas culturales ceausistas1111 Estos florilegios oportunistas se multiplican especialmente a partir de 1979 y casi siempre Neruda está acompañado por otro nobel latinoamericano «gran amigo de Rumania», Miguel Ángel Asturias. En România literara (34 / 1979) Asturias figura con un fragmento de «Vergel de suelo de oro» y Neruda con «Ahora canta el Danubio» y «Los dioses del río»; en Luceafarul (29 / 1980), en el florilegio «Pa­labra sobre Rumania», se publican «Los estandartes de Rumania» de Asturias y Neruda aparece con . Por otra parte, el mismo poeta aparece en la prensa cultural con poemas más pro­fundos, de diversas etapas, destacándose un florilegio de 1980, donde Omar Lara reú­ne diversos fragmentos líricos atravesados por el tema (¡tan poco «comunista»!) de la muerte, entre estos el conocido poema «Walking Around» de Residencia en la tierra, estimado por algunos críticos como el más pesimista poema en lengua española (Fe­instein, 2005, 121)12Tribuna (33 / 1983), entre los cinco «Poetas del mundo [que] cantan a Rumania» figura Asturias con «La misma imagen» y Neruda con «La boca que canta»; el mismo poema se publica en Tomis (16 / 1981), Ramuri (7 / 1984), Contemporanul (34 / 1988), Tribuna (12 / 1989).la misma «Ahora canta el Danubio» y los poemas «A mi partido» y «Volveré»; en . De hecho, en este último (negro) período del régimen comunista, es este poeta y traductor chileno quien se encargará, por sus retraducciones de poemas ya publicados anteriormente y por las traducciones de poemas todavía desconocidos, de no dejar caer en el olvido a su admirado compatriota y de evidenciar la multiplici­dad y complejidad de las facetas de Neruda1312 El florilegio contiene, además de «Walking Around» de Residencia en la tierra, que Loyola (1999, 27) considera «el nadir del temple moral del Sujeto residenciario», los poemas «Ausencia de Joaquín», «Unidad», «Entierro en el este» del mismo libro, «Si cada día cae» y «Gracias, violines» de El mar y las campanas (1974) y los poemas XXII y LXII de Elegía (1974). . Con ello, este último gatekeeper de Neru­da en Rumania pretende desocultar la grandeza del poeta chileno, que prácticamente había sido oscurecida, sobre todo antes de 1964, por el aluvión de elogios que se le dirigieron con el fin de convertirlo en un perfecto aliado de las políticas culturales co­munistas y de erigir su poesía en un modelo ejemplar de lírica socialista. Conclusiones Entre 1965 y 1973, año de su muerte, la poesía de Neruda conoce una serie de trans­formaciones que, en gran medida, son el reflejo de una reconsideración de su ideolo­gía marxista y de su posicionamiento como militante comunista capaz, entre otras, de excusar los excesivos rigores del régimen estaliniano en pro de construir una sociedad considerada más justa y humana gracias al socialismo. El informe de Jruschov en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (1956) que denunció el autoritarismo estaliniano produjo también en Neruda una conmoción que redundó en una «desestalinización» de su propio proceso creativo (Pedemonte, 2015, 176). Su enorme entusiasmo provocado por la Revolución cubana estuvo no obstante mitigado por la desconfianza que le provocaba el potencial autoritarismo de Fidel Castro (Ed­wards, 1990; Piqueras Flores, 2014; Pedemonte, 2015) y ulteriormente ensombrecido por la carta que le dirigieron una larga lista de escritores cubanos para reprocharle su participación en la reunión de Pen Club celebrada en Nueva York en 1966. La invasión de las tropas soviéticas y sus aliadas del bloque socialista (con la notable excepción de Rumania) en la primavera de Praga de 1968 también dejó una huella amarga en la conciencia de Neruda, obligándole a replantearse sus convicciones íntimas. De hecho, ya desde Estravagario (1958) se observa una mutación importante en su producción lírica que, según Hernán Loyola, entra en una fase «posmoderna» en la cual «el Sujeto (enunciador y protagonista del discurso) nerudiano [deja] de proponerse metas u ho­rizontes» (1999, 29), para que, en los libros postreros de Neruda se consuma «el final reajuste de las antiguas pretensiones oraculares del Sujeto moderno –la superior voz ‘profética’– y la reaceptación de una humanidad compartida» (30). En la cultura rumana la figura de Neruda, construida en las primeras décadas del régimen comunista como encarnación del poeta-vate que dirige los pueblos hacia el luminoso futuro comunista, sufre también unas modificaciones importantes, si bien ellas reflejan solo en parte las profundas transformaciones interiores del poeta chile­no. No obstante, se puede observar que sobre todo en los años del «deshielo cultural» plenario (hasta 1971) la imagen de Neruda se despoja de la avalancha de estereotipos ideológicos que, al fin y al cabo, habían llegado a empañar la recepción de su vigorosa y original poesía. Los críticos encaminados a promover una literatura de factura exclu­sivamente estética resaltan elogiosamente su poética minimalista del ciclo de las Odas, así como ponderan con admiración su (nueva) poesía amorosa. La poesía de su última militancia a favor de la causa cubana, tan vehiculada en los primeros años de 1960, fi­gura únicamente en el último libro de Neruda publicado en Rumania bajo la égida del «progresismo» (nos referimos a Poezii traducido por Radu Boureanu en 1965), pero desaparece de la prensa cultural. No obstante, en medio del mismo «deshielo cultural», en 1967, se publica la antología 44 poetas rumanos en la editorial Losada de Buenos Aires, la cual le dará al poeta chileno una nueva imagen en la cultura rumana –por lo demás (pero entendiblemente) sobreestimada en relación con la importancia real que tiene este proyecto en la actividad creadora del poeta–. Esta faz de «gran amigo de Ru­mania» será asiduamente promovida por los dirigentes de las políticas culturales desde finales de los años 1970 y sobre todo en la década de los 1980, cuando el nacionalis­mo, inseparable del cada vez más desorbitado culto a Ceausescu, afligirá tristemente la cultura rumana. Resulta realmente penoso observar cómo se reciclan los versos de­dicados a Rumania de Las uvas y el viento, sobre todo en la segunda mitad de los años 1980, que, casi siempre, vienen acompañados por los versos (igualmente ajados) de Miguel Ángel Asturias, presentado también como otro «gran amigo de Rumania». Los dos premios nobel latinoamericanos que se inclinan hacia la grandeza del socialismo rumano no podían sino halagar el orgullo cada vez más hinchado de la pareja presi­dencial y de sus secuaces oportunistas. Afortunadamente, el Pablo Neruda del último período de su vida y de su crea­ción recibe también un reconocimiento sincero y esta vez no agraviado por ninguna imposición política entre los intelectuales rumanos que publican extensas seleccio­nes –y precisamente en Secolul 20 y en Steaua, es decir las revistas más alejadas del predio periodístico de los oportunistas – de su poesía póstuma, de factura posmo­derna. Se destaca también la labor de Omar Lara, el último gatekeeper de Neruda en el período socialista, que se esmera en desocultar también los tesoros escondidos en la primera etapa de creación de su admirado compatriota, correspondiente a Resi­dencia en la tierra, apuntando así a una deseada completitud de la imagen de Neruda en Rumania. Bibliografía Baconsky, A. 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Simut, I., Literaturile române postbelice, Cluj-Napoca 2017. ***Ce .ti.i despre România?, Gazeta literara 33, 1966, p. 8. Libros de Neruda publicados en la Rumania del período socialista: Neruda, Pablo (1948). Sa se trezeasca padurarul. Bucuresti: Editura Partidului Mun­citoresc Romîn. Traducción de George Demetru Pan. Con una introducción del traductor. [Que despierte el leñador] Neruda, Pablo (1950). Poeme. Bucuresti: Editura de Stat. Traducción de George Varta. Introducción de Ilya Ehrenburg. [Poemas extraídos de Tercera Residencia y Canto General, con una nueva traducción de Que despierte el leñador] Neruda, Pablo (1951). Poeme. Bucuresti: Editura de Stat pentru Literatura si Arta. Tra­ducción de Eugen Jebeleanu. [Poemas de «Coral de año nuevo para la patria en tinieblas» y «Recabarren» de Canto general, a los cuales se añaden los poemas de­dicados por Neruda a China, que iban a figurar en Las uvas y el viento] Neruda, Pablo (1956). Strugurii si vîntul. Bucuresti: Editura de Stat pentru Literatura si Arta. Traducción de Maria Banus. Con una introducción de la traductora. [Las uvas y el viento] Neruda, Pablo (1963). Poezii noi. Bucuresti: Editura pentru Literatura Universala. Tra­ducción de Maria Banus. [Poemas de Odas elementales, Nuevas odas elementales, Tercer libro de las odas, Estravagario, Navegaciones y regresos] Neruda, Pablo (1965). Poeme. Bucuresti: Editura Tineretului. Traducción de Radu Boureanu. Con una introducción del traductor. [50 sonetos de Cien sonetos de amor, una selección de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, Canto General, Tercera Residencia y Canción de gesta]. Neruda, Pablo (1973). Matasea si metalul. Bucuresti: Editura Univers. Traducción de Aurel Covaci. [Los versos del capitán] Neruda, Pablo (1982). Marturisesc ca am trait. Bucuresti: Editura Politica. Traducción de Nina Ecaterina Popescu. Con una introducción de Eugen Jebeleanu. [Confieso que he vivido] La(s) figura(s) de Pablo Neruda construida(s) en la cultura rumana de la segunda etapa del régimen comunista rumano (1965-1989) Palabras clave: Pablo Neruda, régimen comunista rumano, tensiones del campo cul­tural, recepción literaria, traducción Nos proponemos en este artículo presentar el proceso por el cual se remodela la imagen de Neruda en la segunda etapa del régimen comunista rumano (1965-1989), después de su desmesurado ensalzamiento entre 1947 y 1964 en calidad de ejemplar «compañero de ruta» en la construcción del socialismo. Confiscada inicialmente por unos agentes culturales y traductores aferrados a los dogmas del realismo socialista, su valiosa poesía consigue ocupar su merecido lugar durante «el deshielo cultural» e incluso después de 1971, cuando las políticas culturales ceausistas se orientaron hacia un nuevo dogmatismo de factura nacionalista. Si bien, en comparación con las primeras dos décadas del totalitarismo, su visibilidad decrece y su figura se es­fuma entre los nuevos latinoamericanos llegados al escenario cultural rumano – los autores del boom –, la poesía de Neruda sigue presente en Rumania y ella será tanto instrumentalizada por los oportunistas del aparato de propaganda ceausista-nacio­nalista como rescatada de los clisés ideológicos por los agentes culturales del frente apolítico, estetizante. Podoba/-e Pabla Nerude v romunski kulturi v drugi etapi romunskega komunisticnega režima (1965–1989) Kljucne besede: Pablo Neruda, romunski komunisticni režim, napetosti na kultur­nem podrocju, literarna recepcija, prevajanje Clanek predstavlja proces, v katerem se je preoblikovala Nerudova podoba v drugi etapi romunskega komunisticnega režima (1965–1989), po pretiranem poveliceva­nju med letoma 1947 in 1964 v vlogi »popotnega tovariša« pri izgradnji socializma. Njegova poezija, ki so se je sprva polastili kulturni agenti in prevajalci, privrženci dogem socialisticnega realizma, je v obdobju »kulturne otoplitve« in po letu 1971, ko so se kulturne politike Ceausescove linije usmerile proti novemu, nacionalisticno obarvanemu dogmatizmu, zasedla zasluženo mesto. Ceprav se je v primerjavi s pr­vima totalitaristicnima desetletjema pesnikova prepoznavnost zmanjšala in njegova podoba zabrisala med novimi Latinoamericani, ki so stopili na romunsko kultur­no prizorišce – avtorji booma –, se je njegova poezija v Romuniji obdržala in so jo na eni strani izrabljali oportunisti Ceausescovega nacionalisticnega propagandnega aparata, na drugi pa so jo kulturni agenti iz apoliticnega, esteticisticnega tabora re­ševali ideoloških klišejev. The Image(s) of Pablo Neruda Constructed in Romanian Culture during the Second Phase of the Romanian Communist Regime (1965-1989) Keywords: Pablo Neruda, Romanian Communist Regime, cultural field tensions, lit­erary reception, translation In this article we explore the process by which Neruda’s image was reshaped in the sec­ond phase of the Romanian communist regime (1965-1989), following the first phase between 1947 and 1964 during which he was held up in adulation as an exemplary “road companion” in the construction of socialism. After initially being hijacked by cultural actors and translators who clung to the dogma of socialist realism, his poetry then came to occupy its rightful place during “the cultural thaw” and even after 1971, when Ceau.escu’s cultural policies took a new nationalist turn. Although, compared to the first two decades of totalitarianism, his visibility decreased with the new wave of Latin Americans writers arriving on the Romanian cultural scene, notably the Latin American Boom authors, Neruda’s poetry still had a presence in Romania and was at once instrumentalized by the opportunists who jumped on the bandwagon of the Ceau.escu’s nationalist propaganda apparatus and rescued from the ideological clichés by the cultural actors of the new apolitical, aestheticizing movement. O avtorici Ilinca Ilian je izredna profesorica na Oddelku za hispanisticne študije Filozofske fakultete Zahodne univerze v Temišvaru, predavala je tudi na univerzah v Mehiki (UANL, Monterrey) in Franciji (Univerza Paula Valéryja v Montpellieru in EHESS, Pariz). Je ustanoviteljica in koordinatorica Regionalne mreže hispanistov srednje in jugovzhodne Evrope in glavna urednica revije Colindancias. Objavila je veliko clankov in knjig o latinskoameriški književnosti 20. stoletja (npr. Julio Cortázar y Robert Musil – consonancias, divergencias y ecos) in njeni recepciji v Romuniji. Njeni najpomemb­nejši literarni prevodi so Rayuela (Ristanc) Julia Cortázarja, Altazor Vicenta Huidobra in El beso de la mujer araña (Poljub ženske pajka) Manuela Puiga. E-naslov: ilincasn@gmail.com Abouth the author Ilinca Ilian is an associate professor at the Department of Hispanic Studies at the Faculty of Arts, West University of Timisoara. She has also lectured at universities in Mexico (UANL, Monterrey), in France (Paul Valery University of Montpelier). She is the co-founder and coordinator of the regional network of Hispanic Studies schol­ars in Central and Southeast Europe and chief editor of the journal Colindancias. She has published numerous articles and books on 20th century Latin American literature including Julio Cortázar y Robert Musil – consonancias, divergencias y ecos and its re­ception in Romania. She is also a literary translator and has translated, amongst other works, Julio Cortázar’s Rayuela (“Hopscotch”), Vicente Huidobro’s Altazor and Ma­nuel Puig’s El beso de la mujer araña (“Kiss of the Spider Woman”). E-mail: ilincasn@gmail.com Barbara Pregelj, Francisco Tomsich La recepción de la literatura latinoamericana en Eslovenia en los an~os 1960-1970: hacia una lista exhaustiva de entradas bibliográficas 1 Introducción Este artículo presenta una lista comentada del material empírico que da cuenta de la recepción de la literatura latinoamericana en Eslovenia en los años sesenta. El ma­terial fue recopilado en la base de datos en forma de fichas conservada en el Depar­tamento de Literatura de la Academia de Ciencias de Eslovenia, y cotejado con los datos que figuran en Cobiss+, el sistema informático de las bibliotecas eslovenas, de donde se ha extraído una lista de libros traducidos y una entrevista. De ahí que la lista final presente el material recopilado de acuerdo a las siguientes categorías (la mayoría de ellas ya estipuladas en la base de datos del Departamento de Literatu­ra): traducciones de libros, traducciones publicadas en revistas, reseñas, artículos, entrevistas, noticias sobre los autores, menciones de los autores, comparaciones, ci­tas, caracterizaciones, notas sobre los autores, anuncios de nuevos lanzamientos de libros e informes. Los criterios de esta organización original no siempre son claros, como ocurre con las noticias y notas sobre los autores, ya que referencias bibliográfi­cas parecidas aparecen a veces en una o en otra categoría. Se han compilado en total más de 300 unidades bibliográficas cuyos títulos han sido traducidos al español para facilitar la lectura a un lector sin conocimientos de esloveno. El criterio de presenta­ción del material recopilado varía según la categoría, por lo cual se explica al inicio de cada sección. El material reunido pretende componer una lista exhaustiva de los años sesen­ta, aunque somos conscientes de que la tarea de recoger datos siempre debe tener en cuenta, por muy rigurosa que sea, la aparición de datos nuevos. En los años sesenta, Eslovenia aún formaba parte de Yugoslavia, y es importan­te tener eso en cuenta a la hora de leer este tipo de estudios. El sistema socialista del difunto estado prestaba un gran interés a los asuntos sociales, tanto a nivel nacio­nal como federal; pero también promovía grandemente la circulación de información dentro de la federación: eso es visible, en esta lista, en algunas de las entradas que in­forman sobre publicaciones en otras lenguas y repúblicas yugoslavas. Entre estas observaciones introductorias debemos mencionar que existen bastan­tes errores en las transcripciones de los nombres de los autores y de las pocas autoras. La mayor parte de las veces se escriben sin acento, con erratas (el apellido de Carlos Fuentes se convierte en Puentes, el primer nombre de Jorge Luis Borges en «Jose», para dar solo dos ejemplos), o no se citan los dos apellidos del autor o de la autora en cues­tión. Algunos casos no muy obvios se comentan en las notas al pie de página. Todo ello deberá tenerse en cuenta en cualquier investigación que se proponga estudiar la recepción de las literaturas españolas e hispanoamericanas en Eslovenia, ya que los mismos errores, aunque menos frecuentemente, siguen apareciendo en el sistema in­formático Cobiss+. Las maneras de abordar esta lista son infinitas, y nos limitaremos aquí a señalar algunos aspectos llamativos (especialmente importantes al analizar las secciones de traducciones de libros publicados como tales o como fragmentos en revistas), tenien­do en cuenta que la lista es en sí misma una invitación a profundizar en problemas, temas y cuestiones que abarcan un inmenso horizonte de posibilidades. La lista, a su vez, invita a su publicación en forma digital, lo cual facilitaría su lectura, su utilización en investigaciones posteriores y su edición y corrección, especialmente en lo que res­pecta a la ya señalada cuestión de los nombres propios. 2 Presentación del material recopilado El material reunido está distribuido en 11 apartados, a saber: • Traducciones de libros (por orden cronológico) según Cobiss+ • Traducciones publicadas en revistas • Reseñas • Artículos sobre autores latinoamericanos • Entrevistas • Noticias sobre y menciones de autores latinoamericanos • Comparación • Citas • Caracterizaciones y notas sobre autores latinoamericanos • Anuncios de nuevos lanzamientos • Informes 2.1 Traducciones de libros (por orden cronológico) según Cobiss+ Uno de los autores más presentes en esta lista de traducciones al esloveno, Mario Vargas Llosa (Perú, 1936), es también un conspicuo representante del así llamado «boom de la literatura latinoamericana» (según uno de sus principales artífices, «el llamado boom no es un hecho de la historia literaria sino de la historia editorial de la edición en lengua española» (Barral, 2000, 79). El boom, un fenómeno muy cercano en el tiempo a estas traducciones al esloveno (La ciudad y los perros, de Vargas Llosa fue publicada en caste­llano en 1963), benefició principalmente a un grupo de jóvenes autores (en ese tiempo generalmente asociados a la izquierda política, a la práctica novelística y al nuevo mo­delo de realismo), pero también dirigió la atención europea a autores que, como Miguel Ángel Asturias o Juan Rulfo (o Jorge Luis Borges y Juan Carlos Onetti), comenzaron a publicar mucho antes (El señor presidente, de Asturias, es de 1946, mientras que Pedro Páramo, de Rulfo, se publicó en México en 1955). También se redescubrieron autores a esas alturas ya casi clásicos, como son los casos del colombiano Germán Arciniegas (1900-1999) y su Biografía del Caribe (1945) o del peruano Ventura García Calderón (1886-1959) con La venganza del cóndor, publicado en Madrid ya en 1924. Aparte de estas consideraciones más vinculadas al mercado editorial y a la di­fusión, es evidente que la lista de obras traducidas, organizadas en un orden crono­lógico, muestra un claro sesgo ideológico, que refleja muy bien la importancia, en la Yugoslavia de los años sesenta, de las discusiones en torno al colonialismo y los na­cionalismos y la cuestión de la clase en relación a la raza y el género. Las obras de los peruanos Adalberto Ortiz (1914-2003) y Ventura García Calderón, del colombiano Eduardo Santa (1927-2020) y del boliviano Alcides Arguedas (1879-1946) son re­presentantes, cada uno a su modo, de un realismo crítico, con claras intenciones de denuncia de los males del colonialismo, de la subordinación del indígena, el mulato y el negro y de la injusticia social endémica de los regímenes de América Latina. Va­rios de estos autores fueron censurados, perseguidos o prohibidos por diversas dic­taduras. En este contexto y a modo de signo de exclamación, vale la pena preguntar­se cómo un escritor ultracatólico, ultranacionalista, antisemita y nada representativo de la literatura contemporánea argentina en los años sesenta como Hugo Wast (Gus­tavo Adolfo Martínez Zuviría, 1883-1962) logró colarse en esta lista. La pregunta es más interesante de lo que parece, porque alude a los canales a través de los cuales viaja el interés por cierta literatura: uno de ellos es el cine. El camino de las llamas, una novela de Wast más bien folclorista de 1930, fue adaptada al cine en 1942; la pe­lícula homónima fue dirigida por Mario Soffici y uno de sus guionistas fue el poeta, político y cineasta Homero Manzi, cuya trayectoria política está en las antípodas de aquella de Wast. El título original de la novela de Alcides Arguedas traducida al es­loveno, por otra parte, es Raza de bronce. Fue publicada en 1919 y no solo es una de las obras más importantes de la literatura boliviana, sino que se la considera precur­sora del indigenismo mismo. Es interesante constatar esto, ya que la debacle cultural que asoló Bolivia a partir de los años setenta nos ha hecho olvidar muchas veces los importantes trabajos realizados por intelectuales y artistas bolivianos de la primera mitad del siglo XX. La lista incluye 10 autores de 12 libros nacidos en siete países: Argentina (Wast), Bolivia (Arguedas), Colombia (Arciniegas), Ecuador (Ortiz), Guatemala (Asturias), México (Rulfo) y Perú (García Calderón, Hernández, Vargas Llosa). • Miguel Ángel Asturias: Gospod predsednik. [El señor presidente]113 Se debe no obstante mencionar que Omar Lara, que también publica en un número de România li­terara (29 / 1979) «Ritual de mis piernas» de Residencia en la tierra – no es el único traductor que rescata la faceta meditativa y pesimista de Neruda: en Convorbiri literare (10 / 1981) Dana Diaconu compone una microantología de poesía latinoamericana que incluye, entre otros, poemas de Octavio Paz («Seven P.M. »), César Vallejo («Masa») así como «Unidad» y «Entierro en el este» (de Residencia en la tierra) de Neruda–. Por su lado, Ana Maria Moldovan, en Familia (7 / 1981) traduce «Estación inmóvil» de Navegaciones y regresos, «Barcarola» (del libro homónimo de 1967) y «Vuelve el otoño» (de Residencia en la tierra). . Ljubljana: Cankarjeva založba, 1960. Traducción de Janko Moder. • Eduardo Santa: Umiranje na zemlji. [Sin tierra para morir]. Ljubljana: Prešer­nova družba, [1961]21 Figura entre corchetes el título original del libro (en el apartado Traducciones de libros) y la traducción española del título del artículo (en las entradas posteriores). Este criterio se ha seguido a lo largo de todo el artículo. . Traducción de Ludvik Burger. • Germán Arciniegas: Karibska rapsodija: življenjepis morja. [Biografía del Ca­ribe]. Ljubljana: Državna založba Slovenije, 1963. Traducción de Marijan Bregant. • Adalberto Ortiz: Juyungo. Ljubljana: Prešernova družba, [1963]. Traducción de Ludvik Burger. • Ventura García Calderón: Kondorjevo mašcevanje: zgodbe iz Peruja. [La ven­ganza del cóndor]. Ljubljana: Mladinska knjiga, 1964. Traducción de Karel Dobida. • Arturo D. Hernández: Sangama. Murska Sobota: Pomurska založba, 1964. Traducción de Silvester Škerl. • Alcides Arguedas: Bronasta rasa. [Raza de bronce]. Ljubljana: Cankarjeva za­ložba, 1966. Traducción de Alenka Bole – Vrabec. • Miguel Ángel Asturias: Vihar. [Viento fuerte]. Ljubljana: Prešernova družba, 1968. Traducción de Janko Moder. • Mario Vargas Llosa: Mesto in šceneta. [La ciudad y los perros]. [Ljubljana]: Mladinska knjiga, 1968. Traducción de Niko Košir. • Hugo Wast: Lamja steza. [El camino de las llamas]. Ljubljana: Prešernova družba, 1969. Traducción de Anton Kovacic. • Juan Rulfo: Pedro Páramo. Ljubljana: Cankarjeva založba, 1970. Traducción de Alenka Bole – Vrabec. • Mario Vargas Llosa: Zelena hiša. [La casa verde]. Ljubljana: Prešernova druž­ba, 1970. Traducción de Janko Moder. 2.2 Traducciones publicadas en revistas La lista que presentamos en este apartado se rige por orden cronológico de publica­ción. Algunos nombres de autores coinciden con los de la lista anterior: esto confir­ma la práctica (todavía existente) de publicar primero un fragmento de la traducción en alguna revista e informar de este modo sobre la preparación de la traducción de la obra completa (Asturias, Vargas Llosa, Wast). Esto queda confirmado también por la publicación de la traducción parcial de Cien años de soledad, cuya versión integral fue publicada en esloveno en 1971, pero en la traducción de otra persona (Alenka Bole – Vrabec). Los autores traducidos provienen de distintos países (Perú, Bolivia, Venezuela, Guatemala, México, Chile, Uruguay, Cuba, Honduras, Argentina, Nicaragua), lo que demuestra bastante interés en la literatura latinoamericana, un interés también rela­cionado con destacados eventos literarios (el encuentro de PEN del 1965 en Bled, en el que participó Miguel Ángel Asturias; el Día Mundial del Teatro). A veces, los temas literarios dan lugar a las cuestiones políticas, como es el caso de la entrada «¿Qué opi­na el escritor venezolano sobre la intervención de los E.E.U.U. en Vietnam?» («Kaj si misli venezuelski pisatelj o Vietnamu?»). Las presencias de Neruda y Guillén, que no eran narradores, también señalan la importancia de los factores políticos a la hora de analizar la recepción de la literatura latinoamericana en los años sesenta en Yugoslavia. Cabe señalar que varias de las revistas en las que fueron publicadas las traduc­ciones ya no existen: algunas tenían un carácter demasiado ideológico para perdurar (Delavska enotnost, Obzornik); otras tuvieron problemas con la censura (Most, Prostor in cas, Tribuna) (Horvat, 1998, 128-130; entrada Casniki de la Biblioteca Universitaria de Maribor); otras persistieron hasta los años noventa (Naši razgledi), mientras que algunas existen aún en la actualidad, bien como periódicos (Delo, Ljubljanski dnevnik, Nedeljski dnevnik, Primorski dnevnik), bien como revistas literarias de gran peso (So­dobnost, Problemi), aunque los primeros cuatro ya no prestan tanta atención a la tra­ducción de obras literarias. En las publicaciones en revistas, autores latinoamericanos de gran renombre co­existen con otros menos recordados en la actualidad. Algunos de estos últimos cum­plieron roles muy importantes en la literatura y la política latinoamericanas de sus tiempos, como es el caso de Rufino Blanco-Fombona (1874-1944), o fueron muy po­pulares, como José Sixto Álvarez, en quien pocos aún reconocen uno de los posibles nombres reales del escritor y periodista argentino conocido como Fray Mocho (1858-1903). Los 24 autores de la lista presentan perfiles muy diferentes: críticos literarios como E. R. Monegal (un gran propagandista de la obra de Borges) se codean con au­tores del boom como García Márquez u Octavio Paz y con destacados autores moder­nistas de anteriores generaciones (Rodó, Quiroga, Darío). La mayor parte de ellos son narradores, pero hay excepciones (Neruda, Guillén), y es de destacar la presencia de un autor como Eugen Gomringer (1925-), alemán nacido en Bolivia que se destaca en los campos de la poesía visual y concreta, en ese entonces en eclosión en varios centros culturales de Yugoslavia. • Miguel Angel Asturias: Gospod predsednik. [El señor presidente] Delavska enotnost XVIII, 1960, no. 32, p. 11. • Nicolás Guillén: Družinska elegija, Jutro, Elegija za Emmet Tilla, Poje ku­banski kos na Furchinu, Bari. [Elegía familiar, La mañana, Elegía por Emmet Till, Canta el vaquero mirlo en Funchín] Mlada pota IX, 1960/61, no. 6, pp. 334-341. • Pablo Neruda: Potres. [El terremoto] Obzornik IX, 1961, no. 4, p. 293. • Rubén Darío: Srecno drevo. [El árbol feliz] Obzornik X, 1962, no. 1, p. 8. • José Sixto Álvarez: Calandria. Delo V, 1963, no. 121, p. 7. • Ventura García Calderón: Kinin. Nedeljski dnevnik II, 1963, no. 326, p. 13. • Ventura García Calderón: Jokajoci selvas. [Selvas el llorón] Obzornik XI, 1963, no. 3, p. 188-191. • Ventura García Calderón: Zarodek vikunje. [El embrión de vicuña] Obzorje XI, 1963, no. 4, p. 261-265. • Ventura García Calderón: Zaklad. [El tesoro] Obzornik XI, 1963, no. 4, pp. 289-291. • Enrique López Albujar: Ushanan-jampi. Obzornik XI, 1963, no. 11, pp. 835-843. • Pablo Neruda: Cilski peon umrl s prvimi, novimi cevlji. [El peón chileno muerto con primeros zapatos nuevos] Primorski dnevnik XIX, 1963, no. 186, p. 3. • Pablo Neruda: Pesmi. [Poemas] Problemi I, 1963, no. 9-10, p. 830. • Carlos Peleser32 Es una norma de biblioteconomía poner el año de publicación entre corchetes cuando este no figura en la portada del libro y por lo tanto el bibliotecario lo tiene que deducir. Se ha seguido este criterio a lo largo de todo el artículo. : Dogodek. [Un suceso] Vecer XIX, 1963, no. 284, p. 6. • Horacio Quiroga: Noc na reki. [La noche en el río43 El nombre correcto es Carlos Pellicer. ] Obzornik XI, 1963, no. 12, pp. 900-905. • Mariano Azuela: Smrt Demetrija Maciasa. [La muerte de Demetrio Macias] Ljubljanski dnevnik XIV, 1964, no. 141, p. 23. • Mariano Azuela: Poštenjak. [Un hombre honrado] Obzornik XII, 1964, no. 1, p. 57-60. • Rufino Blanco-Fombona: Satire. [Sátiras] Obzornik XIII, 1964, no. 1, pp. 8-11. • José Luis Borges: Osel s tremi nogami; Sfericne živali. [El asno de tres patas; Animales esféricos] Most I, 1964, no. 4. pp. 164-165. • Ventura García Calderón: Kondorjevo mašcevanje. [La venganza del cóndor] Primorski dnevnik XX, 1964, no. 40, p. 3. • Ventura García Calderón: Strupeni pragozd. [La selva venenosa54 El texto original debe ser «En la noche». ] Primorski dnevnik XX, 1964, no. 237, p. 3. • José E. Rodo: Granitno polje. [La pampa de granito] Ljubljanski dnevnik XIV, 1964, no. 120, p. 19. • Miguel Angel Asturias: 33. mednarodni kongres PEN klubov na Bledu. [El 33º Congreso de PEN clubs en Bled]65 El título original es «La selva de los venenos». Sodobnost XIII, 1965, no. 10, p. 1057. • Pablo Neruda: Gauco in njegov guanako. [El gaucho y su guanaco] Primorski dnevnik XXI, 1965, no. 151, p. 3. • Octavio Paz: Mehika. [México] Obzornik XIII, 1965, no. 11, p. 820. • Emil Rodriguez Monegal: 33. mednarodni kongres PEN klubov na Bledu. [El 33º congreso internacional de PEN clubes en Bled]76 Se trata de la publicación de un extracto de la ponencia de Miguel Angel Asturias en el Congreso de PEN. Sodobnost XIII, 1965, no. 10, p. 1058. • Fraylan Turcicos87 Se trata de la publicación de un extracto de la ponencia de Emir Rodríguez Monegal en el Congreso de PEN. : Umor v Kopanu. [Un asesinato en Copán] Ljubljanski dnevnik XV, 1965, no. 324, p. 15. • Ricardo Guiraldes98 El nombre correcto es Froylán Turcios. : Trije alibiji. [Tres coartadas] Ljubljanski dnevnik XV, 1965, no. 318, pp. 15. • Francisco Javier Janés109 Se trata de Ricardo Güiraldes. : Venezuelski pisatelj o posegu ZDA v Vietnamu. [Un escritor venezolano sobre la intervención de los EE.UU. en Vietnam] Primors­ki dnevnik XXIII, 1966, no. 154, p. 2. • Alfonso Reyes: Numizmatik. [El numismático] Ljubljanski dnevnik XVI, 1966, no. 138, p. 15 • Enrique Serpa: Tihotapci. [Los contrabandistas] Ljubljanski dnevnik XVI, 1966, no. 30, p. 15. • Eugen Gomringer: Iz cen. [De precios] Tribuna XVII, 1966/67, no. 13, pp. 4-5. • Miguel A. Asturias: Pesmi. [Poemas] Naši razgledi XVI, 1967, no. 21, p. 605. • Miguel A. Asturias: Sedmi svetovni dan gledališca - 27. marec 1968. 1110 Francisco Javier Yanés fue autor de un manual de educación escolar titulado Manual del Venezolano (1824). Su apellido aparece escrito »Janés« a veces (por ejemplo en Schulgovski, 1983, 21). [Sépti­mo día mundial del teatro – 27 de marzo de 1968] Gledališki list Drame SNG Ljubljana, 1967/68, no. 8, p. 433. • José1211 Se trata del mensaje de Miguel Ángel Asturias. Luis Borges: El Caetera. Problemi VI, 1968, no. 62, pp. 186-198. • Mario Vargas Llosa: Mesto in šceneta. [La ciudad y los perros] Delo X, 1968, no. 149, p. 23. • Pablo Neruda: Drvar, zbudi se! [¡Leñador, despierta1312 El nombre correcto es Jorge Luis Borges. !] Tribuna XIX, 1968/69, no. 6, p. 2. • Alfonso Reyes: Ruben pazi na dojencka. [Rubén cuida del bebé] Delo XI, 1969, no. 30 /sobotna priloga/, pp. 2-3. • Hugo Wast: Lamja steza. [El camino de las llamas] Delo XI, 1969, no. 337, p. 23. • Gabriel García Márquez: Sto let samote. [Cien años de soledad] Prostor in cas II, 1970, no. 1, p. 31. 2.3 Reseñas En este apartado el material está organizado y presentado según los nombres de los autores. La mayoría de las reseñas se refieren a publicaciones de traducciones de obras de los escritores incluidos. Entre las revistas, predominan las de carácter litera­rio, que solían informar sobre las novedades editoriales publicadas (Knjižna polica, Knjiga, Nova obzorja), pero también las hay de carácter general (Primorski dnevnik, Delo, Vecer, Ljubjanski dnevnik) o especializado, como es el caso de Naša žena, la principal revista dedicada a las mujeres o Naši razgledi, periódico de publicación bisemanal sobre cuestiones de política, economía y cultura que, según Enciklopedi­ja Slovenije, empezaron a publicar «los intelectuales críticos» (1993: 341 citado por: https://ukm.um.si/asniki). Germán Arciniegas • Željeznov, Dušan: German Arciniegas, Karibska rapsodija. [Biografía del Ca­ribe] Naša žena XXIII, 1963, no. 12, p. 424. • Arciniegas, Germán: Karibska rapsodija. [Biografía del Caribe] Primorski dnevnik XIX, 1963, no. 294, p. 2. • Godnic, Stanka: Knjižna porocila. [Informes sobre libros] Delo VI, 1964, no. 16, p. 5. Alcides Arguedas • Klabus, Vital: Mesec dni v prevodih. [Un mes entre las traducciones] Knjižna polica I, 1966/67, no. 8, p. 13. • Arguedas, Alcides: Bronasta rasa. [La raza de bronce] Knjiga XV, 1967, no. 1-3, p. 23. Javier Arroyuel • Smasek, Lojze: Gledališko gledališce. [Un teatro teatral] Vecer XXVI, 1970, no. 222, p. 15-16. Miguel Ángel Asturias • Dragoceni knjižni noviteti. [Dos novedades valiosas] Ljubljanski dnevnik X, 1960, no. 201, p. 3. • V.P.: Asturiasov »Gospod predsednik«. [El señor presidente de Asturias] Naši razgledi IX, 1960, no. 18, p. 431. • Rudolf, Branko: Miguel Angel Asturias: Gospod predsednik. [Miguel Ángel Asturias: El señor presidente] Nova obzorja IV, 1961, no. 7-8, p. 387. • Asturias, Angel Miguel: Vihar. [La tempestad] Knjiga XVI, 1968, no. 12, p. 561. • Švajncer, Marija: Nove knjige in revije. [Nuevos libros y revistas] Vecer XXV, 1969, no. 7, p. 14. Julio Cortázar • Šalamun-Biedrzicka, Katarina: Mala kulturna panorama. [Un pequeño pano­rama cultural] Naši razgledi XVI, 1967, no. 4, p. 78. Agustín Cuzzani • Snoj, Jože: Preprosta groteska. [Una simple grotesca] Delo X, 1968, no. 299, p. 5. Jorge Díaz • Predan, Vasja: Kraj, kjer poginjajo sesalci. [Un lugar donde mueren los mamí­feros] Ljubljanski dnevnik XVIII, 1968, no. 14, p. 7. Arturo Hernández • Hernandez, Arturo: Saugama. Knjiga XII, 1964, no. 1-2, p. 7. • Slovenska knjiga v perujski divjini. [El libro esloveno en el despoblado perua­no] Primorski dnevnik XX, 1964, no. 94, p. 3. Alberto Ortiz • J.H.: Alberto Ortiz, Juyungo. Naša žena XXIV, 1964, no. 1, p. 14. Juan Rulfo • Rulfo, Juan: Pedro Páramo. Knjiga XVIII, 1970, no. 4-5, p. 166. • Golouh, Marina: Drevesa ne segajo do reke. [Los árboles no alcanzan el río] Delo II, 1960, no. 309, p. 6. José Triana • Predan, Vasja: Stilizirani Ionesco. [Un Ionesco estilizado] Delo XI, 1969, no. 91, p. 5. Mario Vargas Llosa • Mario Vargas Llosa: Mesto in šceneta. [La ciudad y los perros] Knjiga XIV, 1968, no. 4-5, p. 233. • Mario Vargas Llosa: Zelena hiša. [La casa verde] Knjiga XVIII, 1970, no. 11-12, p. 527. Hugo Wast • Wast, Hugo: Lamja steza. [El camino de llamas] Knjiga XVII, 1969, no. 12, p. 526. • J.Š./Švajncer, Janez/: Prepovedana pot. [Un camino prohibido] Vecer XXVI, 1970, no. 29, p. 20. 2.4 Artículos sobre autores latinoamericanos Los artículos son enumerados por orden cronológico de publicación, y los apellidos de los autores a los que se refieren figuran entre corchetes. Los autores más desta­cados son Miguel Ángel Asturias (7 entradas), Pablo Neruda (5 entradas) y, entre los que escriben sobre ellos, el escritor y traductor triestino de nacionalidad eslove­na Igo Gruden (1893-1948) y el periodista, ensayista y traductor Bogdan Pogacnik (1920-2005). • O.G.: Rómulo Gallegos. Naši razgledi X, 1961, no. 14, p. 351. [Gallegos]. • bp: Venezuelski poet. [Un poeta venezolano] Delo IV, 1962, no. 321, p. 6. [Juan Liscano]. • I.G.: Mala kulturna panorama. [Un pequeño panorama cultural] Naši razgledi XII, 1963, no. 11, p. 228. [Asturias, Fuentes, Neruda]. • Beseda o Pablu Nerudi. [Palabra sobre Pablo Neruda] Problemi I, 1963, no. 9-10, p. 839. [Neruda]. • Borko, Božidar: Nevsakdanji gost. [Un invitado inusual] Delo V, 1963, no. 264, p. 5. [Tahoada Teran1413 El título original reza Que despierte el leñador. ]. • Pogacnik, Bogdan: Družabno v literaturi. [Lo sociable en la literatura] Delo VI, 1964, no. 232, p. 5. [Arturo Croce]. • Pogacnik, Bogdan: Poezija je moj vsakdanji kruh. [La poesía es mi pan de cada día] Delo VI, 1964, no. 264, p. 6. [Neruda]. • I.G.: Mala kulturna panorama. [Un pequeño panorama cultural] Naši razgledi XIII, 1964, no. 14, p. 282. [Neruda]. • Pogacnik, Bogdan: Miguel Asturias v Ljubljani. [Miguel Ángel Asturias en Liubliana] Delo VI / VII 1965, no. 175. p. 5. [Asturias]. • Željeznov, Dušan: Kako je nastal roman »Gospod predsednik«. [Cómo nació la novela «El señor presidente»] Ljubljanski dnevnik XV 1965, no. 194, p. 5 [Asturias]. • Pogacnik. Bogdan: Asturias med zastavami in rožami. [Asturias entre bande­ras y flores] Delo IX, 1967, no. 354, p. 22. [Asturias, Bosch, Gallegos, Mistral, Sarmiento]. • Razgledi: Letošnji Nobelov nagrajenec za književnost. [El Premio Nobel de literatura de este año] Knjiga XV, 1967, no. 11, p. 420. [Asturias]. • K.M.: Miguel Angel Asturias. Naši razgledi XVI, 1967, no. 21, p. 605. [Asturias]. • Asturias, M. A.: Med diplomacijo in demoni. [Entre la diplomacia y los demo­nios] Vecer XXIII, 1967, no. 278, p. 7. [Asturias]. • Ehrenburg, Ilja: Louis Aragon. Primorski dnevnik XXIII, 1967, no. 234, p. 4 [Neruda]. • Todoroic, Živojin: Pablo Neruda. Delo X, 1968, no. 135, p. 21. [Neruda, Nica­nor Parra, Elvio Romero]. • Capuder, Andrej: Gabriel García Márquez, Sto let samote. [Gabriel García Márquez, Cien años de soledad] Prostor in cas II, 1970, no. 1, p. 50. [García Márquez]. 2.5 Entrevistas Miguel Ángel Asturias fue entrevistado en ocasión de su visita a Eslovenia en julio de 1965, cuando participó del 33. Congreso de PEN Clubs en la localidad de Bled, el pri­mero en realizarse en un país de Europa del Este desde la Segunda Guerra Mundial. Él y Pablo Neruda fueron los únicos autores latinoamericanos participantes junto a, en­tre otros, Ivo Andric, Alberto Moravia y Arthur Miller, que fue el primer y hasta ahora único autor norteamericano elegido Presidente de PEN Internacional. • Miguel Ángel Asturias: Kako je nastal roman Gospod predsednik: razgovor z gvatemalskim pisateljem Miguelom Angelom Asturiasom. [Cómo nació la novela El señor presidente: entrevista al escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias] Ljubljanski dnevnik, año 15, no. 194 (21. jul. 1965), p. 5. 2.6 Noticias sobre y menciones de autores latinoamericanos En este apartado (en orden cronológico y, a continuación, alfabético según el autor y con notas sobre el escritor tratado entre paréntesis) se enumeran entradas de muy di­versa índole: textos informativos (llamados «Noticias») sobre literaturas de distintos países latinoamericanos (Paraguay, Chile), la novela latinoamericana, el cine, el diseño de libros, el teatro, los libros publicados, el encuentro del PEN Club en Bled, el nuevo Premio Nobel, etc. Entre los autores, el que más interés provocó fue Miguel Ángel As­turias, seguido por Pablo Neruda y Gabriela Mistral. Aunque Bogdan Pogacnik afirma en uno de sus artículos que «América Latina es poco conocida» (ver el título de su artículo de 1964), los autores de estas entradas con­sideran a los escritores latinoamericanos referentes también cuando se habla de otras literaturas y autores, a saber: la poesía rumana, la literatura francesa e italiana, Miller, Claudel, Andric, Dante y Rousseau. • Ivo Andric med kandidati za letošnjo Nobelovo nagrado. [Ivo Andric entre los candidatos al Premio Nobel de este año] Primorski dnevnik XVI, 1960, no. 245, p. 3. (Rómulo Gallegos). • Frelih, Emil: S snemanja v Mendori. [De la grabación en Mendora] Film X, 1960, no. 4, p. 59 (El argentino1514 El autor de la entrada bibliográfica se refería probablemente a Nestor Taboada Terán (Bolivia, 1929-2015), lo que podrá confirmarse en ulteriores investigaciones. Alberto Arias). • Jež, Janko: Še en pogled v italijanski književni svet. [Una mirada nueva al mundo librero italiano] Primorski dnevnik XVI, 1960, no. 212, p. 3. (El vene­zolano Juan Liscano y el mexicano Ernesto Machuca Moreno). • Program, ki ga je pripravila Cankarjeva založba za leto 1960. [El programa preparado por la editorial Cankarejva založba para el año 1960] Primorski dnevnik XVI, 1960, no. 12, p. 3. (Miguel Ángel Asturias). • Vagant: O novih knjigah sproti. [Sobre libros nuevos sobre la marcha] Naši razgledi IX, 1960, no. 16. p. 382. (Miguel Ángel Asturias). • Ivo Andric – Nobelov nagrajenec. [Ivo Andric – el Premio Nobel] Delo III, 1961, no. 295, p. 1. (Rómulo Gallegos). • Ivo Andric – Nobelov nagrajenec. [Ivo Andric – el Premio Nobel] Književni glasnik Mohorjeve družbe VI, 1961, no. 2, p. 20. (Rómulo Gallegos). • Dosedanji Nobelovi nagrajenci iz književnosti. [Los Premios Nobel hasta la fecha] Vecer XVII, 1961, no. 252, p. 12. (Gabriela Mistral). • J. G.: Dvojezicne izdaje poezije. [Ediciones bilingües de poesía] Nova obzorja XIV, 1961, no. 3-4, p. 167. (Gabriela Mistral). • Nobelove nagrade za literaturo. [Los premios Nobel de literatura] Naši razgle­di X, 1961, no. 20, p. 498. (Gabriela Mistral). • Obzornik. [El noticiero] Delo III, 1961, no. 96, p. 6. (Pablo Neruda). • Bp/Pogacnik, Bogdan/: Razgovor o francoski književnosti. [Conversaciones sobre la literatura francesa] Delo III, 1961, no. 310, p. 6. (Gabriela Mistral). • Pred izidom pomembne antologije. [Antes de la publicación de una impor­tante antología] Delo III, 1961, no. 229, p. 3. (Nicolás Guillén). • Pacheco, Jesús Lopez: Položim roko na Španijo. [Pongo una mano sobre España] Mlada pota X, 1961/62, no. 3, p. 191. (Pablo Neruda y Nicolás Guillén). • Ariete, Leonardo: Mednarodni dan gledališca. [El día internacional del tea­tro] Vecer XVIII, 1962, no. 58, p. 5 (El peruano Leonardo Ariete). • Ena najvecjih napak. [Uno de los errores más grandes] Vecer XVIII, 1962, no. 261, p. 5. (Pablo Neruda). • Kaj veste o književnikih? [¿Qué saben sobre los escritores?] Nedeljski dnevnik I, 1962, no. 13, no. 88, p. 17. (Gabriela Mistral). • M. R.: Iz bolgarskih revij. [De las revistas búlgaras] Naši razgledi XI, 1962, no. 23, p. 464. (Pablo Neruda). • Rim 24. [Roma 24] Primorski dnevnik XVIII, 1962, no. 187, p. 2. (Pablo Neruda). • Borges, Jose Luis: Krf. [Corfú] Primorski dnevnik XIX, 1963, no. 105, p. 2. (Jorge Luis Borges). • Brešcak, Peter: Problemom 9-10 ob rob. [Respecto a la revista Problemi 9-10] Tribuna XIII, 1963, no. 16, p. 7. (Pablo Neruda). • J. G.: Iz francoskih revij. [De revistas francesas] Naši razgledi XII, 1963, no. 20, p. 408. (Jorge Luis Borges). • J. G.: Mala kulturna panorama. [Un pequeño panorama cultural] Naši razgle­di XII, 1963, no. 21, p. 427. (Pablo Neruda). • Knivald, Viktor: Bojazen za prestiž. [Miedo al prestigio] Vecer XIX, 1963, nú­mero navideño, p. 5. (Gabriela Mistral). • Kreft, Bratko: In memoriam Ernsta Tollerja. [Un homenaje a Ernst Toller] Naši razgledi XII, 1963, no. 17, p. 341. (Pablo Neruda). • Kulturni obzornik. [El noticiero cultural] Vecer XIX, 1963, no. 219, p. 5. (El mexicano Fernando Benítez). • Kulturni obzornik. [El noticiero cultural] Vecer XIX, 1963, no. 219, p. 5. (Car­los Fuentes). • Lafourcade, Enrique: Novejša cilska literatura. [Literatura chilena actual] Pro­blemi I, 1963, no. 12, p. 1194. (Miguel Ángel Asturias, Vicente Huidobro, Ma­riano Latorre, Eduardo Mallea, Gabriela Mistral, Yerko Moretic, Pablo Neru­da, Pedro Prado, Manuel Rojas y Juan Rulfo). • Lafourcade, Enrique: Novejša cilska literatura. [Literatura chilena actual] Pro­blemi I, 1963, no. 12, p. 1194. (Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, y los chile­nos Armando Cassigoli y María E. Gertner). • Mednarodno sodelovanje naših pisateljev. [Colaboración de nuestros escrito­res a nivel internacional] Delo V, 1963, no. 358, p. 5 (Carlos Fuentes, el boli­viano Tahoada Teran, el guatemalteco Mario Monteforte y Fernando Urizar Gonsoles1615 Escribimos las nacionalidades de autores (actualmente) menos conocidos, lo que a veces facilita la búsqueda de los nombres correctos de ellos y sus obras. ). • Novice – Zagreb. [Noticias – Zagreb] Delo V, 1963, no. 257, p. 5. (Carlos Fuentes). • Adalberto Ortiz: Jujyngo. Knjiga XI, 1963, no. 11, p. 208. (Los ecuatorianos Jorge Icaza y Adalberto Ortiz). • Pogacnik, Bogdan: Kulturne relacije. [Las relaciones culturales] Delo V, 1963, no. 87, p. 5 (Alejo Carpentier y Nicolás Guillén). • Skaza, Aleksander: Sovjetska mlada literarna generacija. [La nueva joven ge­neración soviética] Problemi I, 1963, no. 3, p. 286. (Pablo Neruda). • Smasek, Lojze: Handikapirana TV dramaturgija. [Una desaventajada drama­tización televisiva] Vecer XIX, 1963, no. 115, p. 5. (Ricardo Rojas). • Ferly, Edmont: Antilska poezija vceraj in danes. [La poesía de las Antillas de ayer y hoy] Problemi II, 1964, no. 18-19, p. 709. (Nicolás Guillén y Pablo Neruda). • Golob, Zvonimir: Telo žene. [Cuerpo de mujer] Sodobnost XII, 1964, no. 8, p. 729. (Pablo Neruda). • Lafourcade, Enrique: Novejša cilska litratura. [Literatura chilena actual] Pro­blemi II, 1964, no. 13, p. 123. (Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Rubén Da­rio, el mexicano José Gorostiza, Gabriela Mistral, el argentino Ricardo Moli­nar, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Octavio Paz, Alfonso Reyes). • Milic, Jolka: /Anketa o sodobni poeziji/. [Encuesta sobre la poesía actual] Dialogi I, 1965, no. 9, p. 494. (Nicolás Guillén). • NŠK v Trstu. [La biblioteca nacional y estudiantil de Trieste] Primorski dnevnik XX, 1964, no. 255, p. 3. (El peruano Ventura García Calderón). • Pogacnik, Bogdan: Jorge Amado: Obiskal bom Jugoslavijo. [Jorge Amado: Vi­sitaré Yugoslavia] Delo VI, 1964, no. 311, p. 5. (Gabriela Mistral). • Pogacnik, Bogdan: Pevci iz ljubeznive dežele. [Los poetas de un país amable] Delo VI, 1964, no. 318, p. 5. (Pablo Neruda). • Pogacnik, Bogdan: Premalo znana Južna Amerika. [Latinoamérica poco conocida] Delo VI, 1964, no. 50, p. 5. (Miguel Ángel Asturias y Jorge Luis Borges). • Pogacnik, Bogdan: V deželi, kjer so vsi generali. [En el país donde todos son generales] Delo VI, 1964, no. 271, p. 7 (Sobre autores paraguayos: Mario Ali­mora, Julio Correa, Centurion Miranda, Fernando Odo del Valle). • Sartre, Jean Paul: Pisatelj si ne sme dovoliti tega, da bi se spremenil v institu­cijo. [El escritor no puede permitirse convertise en una institución] Tribuna XIV, 1964, no. 26, p. 9. (Pablo Neruda). • Šlamberger, Snežna: V DZS podelitev nagrad za knjižne opreme. [En la edito­rial DZS entrega de premios a diseño de libros] Ljubljanski dnevnik XIV, 1964, no. 33, p. 2 (El colombiano Germán Arciniegas). • Torres-Rioseco, Arturo: Gaucevska literatura. [La literatura gauchesca] Pro­blemi II, 1964, no. 20-21, p. 892. (Los argentinos Ricardo Güiraldes, José Her­nández, Florencio Sánchez). • Torres-Rioseco, Arturo: Latinskoameriški roman. [La novela latinoamerica­na] Problemi II, 1964, no. 20-21, p. 888 (Rubén Darío). • Borko, Božidar: Srecko Kosovel v francošcini. [Srecko Kosovel en francés] Delo VI / VII / 1965, no. 233, p. 5. (Pablo Neruda). • Detela, Lev: Nekateri problemi Dantejeve Božanske komedije. [Algunos pro­blemas de la Divina Comedia de Dante] Most II, 1965, no. 8, p. 155. (El argen­tino Goffredo Jommi). • Kdo bo letošnji Nobelov nagrajenec. [Quién será el Premio Nobel de este año] Primorski dnevnik XXI, 1965, no. 242, p. 3 (Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda). • Kongres Pen klubov na Bledu zakljucen. [Cierre del congreso de Pen clubes en Bled] Primorski dnevnik XXI, 1965, no. 161, p. 3 (Pablo Neruda). • Kongres Pen klubov na Bledu zakljucen. [Termina el congreso de los PEN clubs en Bled] Primorski dnevnik XXI, 1965, no. 161, p. 3. (Miguel Ángel As­turias y el dominicano Juan Bosch). • Kolar, Marjan: Vrednost intimnih doživetij. [El valor de experiencias íntimas] Dialogi I, 1965, no. 9, p. 440. (Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda). • Kreft, Bratko: Mednarodno srecanje književnikov. [Un encuentro internacio­nal de escritores] Dialogi I, 1965, no. 7-8, p. 422. (Pablo Neruda). • Pahor, Boris: Kosovel na Bledu. [Kosovel en Bled] Primorski dnevnik XXI, 1965, no. 170, p. 3. (Pablo Neruda). • Pisatelj in narodno izrocilo na kongresu Pen klubov. [El escritor y el bagaje nacional en el congreso de los PEN clubs] Primorski dnevnik XXI, 1965, no. 169, p. 2. (Miguel Ángel Asturias). • B. P./Pogacnik, Bogdan/: Gargantuovska velikodušnost. [La generosidad de Gargantúa] Delo VI / VII / 1965, no. 202, p. 5. (Pablo Neruda). • Pogacnik, Bogdan: Kubanski pesnik in sekretar. [Un poeta y secretario cuba­no] Delo VI / VII / 1965, no. 94, p. 5. (Pablo Neruda y el cubano Roberto Fer­nández Retamar). • Pogacnik, Bogdan: Obraz Arthurja Millerja. [El rostro de Arthur Miller] Delo VI/VII 1965, no. 192, p. 6 (Miguel Ángel Asturias). • Še vedno se nadaljujejo polemike o letošnjih Nobelovih nagradah. [Siguen las polémicas sobre los Premios Nobel de este año] Primorski dnevnik XXIII, 1966, no. 248, p. 3. (Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda). • Ugibanja o novem Nobelovcu. [Vaticinios sobre el nuevo Premio Nobel] Vecer XXI, 1965, no. 232, p. 8. (Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda). • Željeznov, Dušan: Najbolj uspešen kongres zadnjih let. [El congreso más exi­toso de los últimos años] Ljubljanski dnevnik XV, 1965, no. 242, p. 5. (Miguel Ángel Asturias). • Bozovicar, Ivica: Govorita dramaturg Emil Smasek in urednik Tone So­jar. [Hablan el dramaturgo Emil Smasek y el editor Tone Sojar] Ljubljanski dnevnik XVI, 1966, no. 282, p. 7. (El argentino Agustín Cuzzani). • I. G.: Nova poema P. Nerude. [Nuevo poema de P. Neruda] Naši razgledi XV, 1966, no. 23, p. 488. (Pablo Neruda). • Izvirna dela Jože Javoršek: Najlepša slovenska noc. [La noche eslovena más bella] Knjiga XIV, 1966, no. 9, p. 299. (Pablo Neruda). • Kislinger, Jure: Široko zasnovano. [Una proyección muy amplia] Vecer XXIII, 1966, no. 238, p. 8 (Agustín Cuzzani). • Kos, Stane: Španska književnost pri Slovencih. [La literatura española entre los eslovenos] Vecer XXII, 1966, no. 225, p. 10. (Pablo Neruda). • Kreft, Bratko: F. García Lorca. Delo VII, 1966, no. 225, p. 6. (Pablo Neruda). • Pogacnik, Bogdan: 34. kongres PEN v New Yorku. [El 34º congreso de PEN en Nueva York] Sodobnost XIV, 1966, no. 10, p. 1019. (Miguel Ángel Asturias). • Pogacnik, Bogdan: Pol koraka nazaj in dva naprej. [Dos pasos hacia atrás y uno adelante] Delo VII, 1966, no. 168, p. 5. (Pablo Neruda). • Pogacnik, Bogdan: Trije napitki Pabla Nerude. [Tres bebidas de Pablo Neru­da] Delo VII, 1966, no. 183, p. 7. (El venezolano Juan Liscano, el uruguayo Juan Carlos Onetti y Pablo Neruda). • Emmanuele Riva. Nedeljski dnevnik V, 1966, no. 6, p. 20. (Jorge Luis Borges). • Smasek, Emil: Vrc domacih radijskih iger. [Un jarro de dramas radiofónicos nacionales] Delo VII, 1966, no. 229, p. 5. (El argentino Agustín Cuzzani). • Žganjer, Branimir: Kultura v dežju. [La cultura bajo la lluvia] Vecer XXIII, 1966, no. 184, p. 8. (Miguel Ángel Asturias). • Ehrenburg, Ilja: Antonio Machado. Primorski dnevnik XXIII, 1967, no. 280, p. 6. (Pablo Neruda). • Ehremburg, Ilja: Pablo Neruda. Primorski dnevnik XXIII, 1967, no. 239, p. 4 (El cubano Emilio Bernal y Pablo Neruda). • Enzensberger, Hans Magnus: Svetovni jezik moderne poezije. [El lenguaje mundial de la poesía moderna] Problemi V, 1967, no. 51, p. 393. (Vicente Hui­dobro, Pablo Neruda, César Vallejo). • I. G.: Mala kulturna panorama. [Un pequeño panorama cultural] Naši razgle­di XVI, 1967, no. 19, p. 546. (Jorge Luis Borges). • I. G.: Mala kulturna panorama. [Un pequeño panorama cultural] Naši razgle­di XVI, 1967, no. 13, p. 354. (Rubén Darío). • K.M.: Miguel Angel Asturias. Naši razgledi XVI, 1967, no. 21, p. 605. (Gabrie­la Mistral). • Korošec, Janko: Jubilejna sezona v celovškem gledališcu. [El aniversario del teatro de Klagenfurt] Delo IX, 1967, no. 235, p. 5. (El argentino Jorge Díaz). • NR – Naši razgledi. [Nuestra panorámica] Delo IX, 1967, no. 304, p. 5. (Mi­guel Ángel Asturias). • Novice –Zagreb. [Noticias – Zagreb] Delo IX, 1967, no. 101, p. 5. (Gabriela Mistral). • Zenit. Delo IX, 1967, no. 141, p. 23. (Mario Vargas Llosa). • Željeznov, Dušan: Šolohov ostro napadel Erenburga. [Šolochov ataca fuertemen­te a Erenburg] Ljubljanski dnevnik XVII, 1967, no. 178, p. 11. (Pablo Neruda). • Diaz, Jorge: Ljubljanski teden. [La semana de Liubliana] Ljubljanski dnevnik XVIII, 1968, no. 4, p. 19. (Jorge Díaz). • Gledališki obiski med sosedi. [Visitas de teatro entre los vecinos] Ljubljanski dnevnik XVIII, 1968, no. 7, p. 7. (Jorge Díaz). • I. G.: Nobelova nagrada za književnost Kawabati. [El Nobel de literatura para Kawabati] Naši razgledi XVII, 1968, no. 21, p. 636. (Pablo Neruda). • I. G.: V New Yorku zborovanje pesnikov. [En Nueva York, un encuentro de poetas] Naši razgledi XVII, 1968, no. 17, p. 508. (Nicanor Parra). • Hardy, Thomas: Vrnitev v domaci kraj. [La vuelta al lugar natal] Knjiga XVI, 1968, no. 1, p. 23. (El colombiano Jorge Isaacs). • Kulturna panorama. [Panorama cultural] Vecer XXII, 1968, no. 245, p. 17. (Pablo Neruda). • Novice – Lahti. [Noticias – Lahti] Delo X, 1968, no. 175, p. 6. (Nicolás Guillén). • Pogacnik, Bogdan: Bose noge Zaharia Stancoja. [Los pies descalzos de Zaha­ria Stanco] Delo X, 1968, no. 95, p. 17. (Miguel Ángel Asturias). • Pogacnik, Bogdan: Claudelova in še katera zlata glava. [La cabeza dorada de Claudel y de otros] Delo X, 1968, no. 109, p. 17. (Miguel Ángel Asturias). • Pogacnik, Bogdan; Majhen je Rousseaujev otocek. [Es pequeña la islita de Rousseau] Delo X, 1968, no. 287, p. 17. (Los mexicanos José Luis Martínez y Antonio Montes Oca). • Š. P.: K sodobni romunski liriki. [Sobre la poesía rumana actual] Sodobnost XVI, 1968, no. 9, p. 888. (Rubén Darío). • Tršar, Toni: Ostal bom zvest pisalnemu stroju. [Permaneceré fiel a la máquina de escribir] Ljubljanski dnevnik XVIII, 1968, no. 328, p. 13. (José Quajiho). • Željeznov, Dušan: Majsko srecanje v Piranu. [El encuentro de mayo en Piran] Ljubljanski dnevnik XVIII, 1968, no. 24, p. 7. (Miguel Ángel Asturias). • Lovorov venec Mali drami SNG. [Una guirnalda de laurel para el teatro de Mala Drama] Delo XI, 1969, no. 96, p. 5. (El cubano José Triana). • Mehika se je poklonila B. Travnu. [México rinde homenaje a B. Traven] Pri­morski dnevnik XXV, 1969, no. 75, p. 2. (La mexicana Rosa Ellen Lvian). • Novice Stockholm: nobelovci in študentje. [Noticias de Estocholmo: los Pre­mios Nobel y los estudiantes] Delo XI, 1969, no. 250, p. 5. (Miguel Ángel Asturias). • Pisatelj – antiteza svoji okolici. [El escritor — una antítesis de su entorno] Delo XI, 1969, no. 37, p. 17. (César Vallejo). • Ambrožic, Lojze: Demitizacija. [Desmitización] Most VII, 1970, no. 25, p. 21. (Hugo Wast). • Argentinska klasika. [Clásicos argentinos] Primorski dnevnik XXVI, 1970, no. 25, p. 3. (Ricardo Güiraldes, José Hernández, Jorge Luis Borges y Arique Larrete). • Capuder, Andrej: Gabriel Garcia Marquez: Sto let samote. [Cien años de sole­dad] Prostor in cas II, 1970, no. 1, p. 51. (Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez). • Gruden, Igo: Jubilej Slovenskega gledališca v Trstu. [Aniversario del Teatro Esloveno de Trieste] Delo XII, 1970, no. 184, p. 5. (Miguel Ángel Asturias). • J. G.: »Telegramu« v spomin. [En memoria de «Telegrama»] Prostor in cas II, 1970, no. 9-10, p. 620. (Jorge Luis Borges). • Novosti na knjižnem trgu. [Novedades del mercado librero] Primorski dnevnik XXVI, 1970, no. 188, p. 4. (Sobre Pablo Neruda). • Nove knjige. [Nuevos libros] Delo XII, 1970, no. 336, p. 18. (Mario Vargas Llosa). • Panorama. [La panorámica] Knjiga XVIII, 1970, no. 10, p. 465. (Jorge Luis Borges). • Pogacnik, Bogdan: Tamtam je preglasil vse. [El tambor que suena más alto] Delo XII, 1970, no. 36, p. 18 (Miguel Ángel Asturias). • Potokar, Tone /T. P./: »Književna smotra«. [Exposición de los libros] Delo XII, 1970, no. 60, p. 5. (Miguel Ángel Asturias). • Repertoar Slov. gledališca v Trstu za sezono 1970-71. [El repertorio del teatro esloveno de Trieste para el 1970-71] Primorski dnevnik XXVI, 1970, no. 146, p. 3 (Miguel Ángel Asturias). • Juan Rulfo: Pedro Páramo. Knjiga XVIII, 1970, no. 4-5, p. 166 (Mariano Azue­la y Juan Rulfo). • Snoj, Jože: Evropska raven. [Un nivel europeo] Delo XII, 1970, no. 281, p. 5. (Miguel Ángel Asturias). • Snoj, Jože: Od naslova do naslova. [De un título al otro] Delo XII, 1970, no. 350, p. 17. (Miguel Ángel Asturias). • Šuklje, Rapa: Benetke 70. [Venecia 70] Ekran VIII, 1970, no. 79-80, p. 598. (Miguel Ángel Asturias). • Mario Vargas Llosa: Zelena hiša. [La casa verde] Knjiga XVIII, 1970, no. 11-12, p. 528. (Miguel Ángel Asturias y Mario Vargas LLosa). • Vatovec, Branko: XIII. Festival v Spoletu v znamenju mladih. [XIII Festival de Spoleto bajo el signo de los jóvenes] Primorski dnevnik XXVI, 1970, no. 181, p. 5. (El cubano Edouard Manet1716 ¿Fernando González-Urízar? ). 2.7 Comparación Giacinto Spagnoletti (1920-2003) fue un poeta y crítico literario italiano. La única en­trada de esta sección, de su autoría, incluye una comparación con Jorge Luis Borges. • Spagnoletti, Giacinto: O italijanski neoavantgardi. [Sobre la vanguardia italia­na] Sodobnost XIII, 1965, no. 1-3, pp. 215-216. 2.8 Citas También en este apartado las entradas bibliográficas se rigen por orden cronológico de publicación. • Tršar, Toni: Pet knjig SZ. [Cinco libros de SZ] Ljubljanski dnevnik X, 1960, no. 91, p. 3. (Cita de Gabriela Mistral). • Pogacnik, Bogdan: Romul Gallegos1817 Probablemente Eduardo González Manet, nieto del pintor francés. – osemdesetlenik. [Rómulo Gallegos — octagenario] Naši razgledi XIII, 1964, no. 18, p. 378. (Citas de autores venezo­lanos: Pascual V. Filardo, José R. Medina, Gloria Stolk, Efraín Subero, Ramón Urdaneta). • Pogacnik, Bogdan: Intimni pogovori. [Conversaciones íntimas] Delo VI/VII/1965, no. 181, p. 5. (Cita del cubano Pablo Fernández). • Kersche, Peter: Kocbekova Die Dialektik; tudi o vprašanju prepesnjevanja. [Die Dialektid de Kocbek: sobre la cuestión de traducción de poesía Dialogi VI, 1970, no. 8-9, p. 607. (Cita del mexicano Xavier Villaurrutia). 2.9 Caracterizaciones y notas sobre autores latinoamericanos También este apartado incluye entradas de muy diversa índole (ordenadas según su publicación en orden cronológico): informaciones sobre la literatura uruguaya, mexicana, paraguaya, chilena; teatro; la publicación en Chile de un poemario de un autor de origen yugoslavo); libros publicados; la noticia de nuevas traduccio­nes al croata, etc. A diferencia de las referencias reunidas en previos apartados, las referencias a los autores latinoamericanos en «caracterizaciones» y «notas» son más breves. • B. I. /Bizovicar Ivica/: Drama RTV Ljubljana. [El drama de la Radiotelevisión de Liubliana] Ljubljanski dnevnik X, 1960, no. 265, p. 3. (Rodolfo Usigli). • Gradišnik, Janez: Pogled v hrvaško prevodno dejavnost. [Una mirada hacia las traducciones croatas] Nova obzorja XIII, 1960, no. 1-2, p. 71. (Nota sobre Rómulo Gallegos). • Pesnik jugoslovanskega rodu izdal zbirko pesmi v Cilu. [Un poeta de origen yugoslavo publica su poemario en Chile] Ljubljanski dnevnik X, 1960, no. 204, p. 4. (El chileno Boris Tocigla Segs). • Tršar, Toni: Pet knjig CZ. [Cinco libros de la editorial Cankarjeva založba] Ljubljanski dnevnik X, 1960, no. 91, p. 3. (Nota sobre Miguel Ángel Asturias). • John Steinbeck, življenje in delo. [La vida y obra de John Steinbeck] Primorski dnevnik XVIII, 1962, no. 241, p. 3. (Nota sobre Pablo Neruda). • Bolivijski književnik, gost komisije za kulturne zveze s tujino. [Un escritor bo­liviano, huésped de la comisión para las relaciones internacionales en cultura] Ljubljanski dnevnik XIII, 1963, no. 255, p. 2. (Nota sobre el boliviano Néstor Taboada Terán). • J. K.: Fernando Benítez in Carlos Fuentes o mehiški književnosti. [Fernando Benítez y Carlos Fuentes sobre la literatura mexicana] Primorski dnevnik XIX, 1963, no. 267, p. 3. (Autores incluidos: Mariano Azuela, Martín Guzmán, Oc­tavio Paz, Diego Rivera, Jaime Torres Bodet, Carlos Fuentes, Agustín Yáñez). • Merlak Detela, Milena: Fantasticni zoološki zgodbi. [Dos fantásticos cuentos zoológicos] Most I, 1964, no. 4, p. 164. (Jorge Luis Borges). • Pogacnik, Bogdan: Boj za novo književnost. [Una lucha por la nueva litera­tura] Delo VI, 1964, no. 227, p. 5. (Incluye los siguientes autores uruguayos: Delmira Agostini, Mario Benedetti, Hiber Conteris, Juan Carlos Onetti, Án­gel Rama y Felisberto Hernández). • Pogacnik, Bogdan: Pisano cvetje iz domacih logov. [Flores variopintas de ve­gas nacionales] Delo VI, 1964, no. 277, p. 5. (Nota sobre los paraguayos Basi­liades B. Farina y Emiliano Fernández). • I. G.: Mala kulturna panorama. [Pequeño panorama cultural] Naši razgledi XIV, 1965, no. 2, p. 42. (Nota sobre Roberto Fernández Retamar y Tonon K. Gonzales1918 En el título del artículo el nombre del autor venezolano aparece eslovenizado. ). • Pogacnik, Bogdan: Pero preko zlomljenega meca. [La pluma sobre una espada rota] Delo VII, 1966, no. 176, p. 7. (Nota sobre Pablo Neruda). • Borges, J. L.: Paleta. [El paleto] Ljubljanski dnevnik XX, 1970, no. 232, p. 5. (Nota sobre Jorge Luis Borges). • Detela, Lev: Neprevedene knjige. [Libros sin traducir] Most VII, 1970, no. 25, p. 35 (Nota sobre Jorge Luis Borges). • Detela, Lev: Neprevedene knjige. [Libros sin traducir] Most VII, 1970, no. 26-27, p. 96. • Fellinijev klovn navdušil. [Triunfa el payaso de Fellini] Ljubljanski dnevnik XX, 1970. (Nota sobre Miguel Ángel Asturias). • I. G.: Mala kulturna panorama. [Pequeño panorama cultural] Naši razgledi XIX, 1970, no. 9, p. 275. (Nota sobre Pablo Neruda). • I. G.: Mala kulturna panorama. [Pequeño panorama cultural] Naši razgledi XIX, 1970, no. 12, p. 370. (Nota sobre Octavio Paz). • Krelja, Petar: Billy the Kid. Ekran VIII, 1970, no. 76, pp. 315-321. (Nota sobre Jorge Luis Borges). 2.10 Anuncios de nuevos lanzamientos Se trata de información sobre futuros lanzamientos, facilitadas por las editoriales es­lovenas. Las únicas dos entradas de este apartado fueron publicadas en la revista Knji­ga: glasilo slovenskih založb [El libro: boletín de editoriales eslovenas], fundada por las editoriales eslovenas para informar sobre las novedades libreras que dejó de publicarse en 1996 (Rugelj, 2016, 87-92). • Santa, Eduardo: Umiranje na zemlji. [Sin tierra para morir] Knjiga IX, 1961, no. 4, p. 168. (Del libro de Eduardo Santa). • Santa, Eduardo: Umiranje na zemlji. [Sin tierra para morir] Knjiga IX, 1961, no. 5, p. 143. (Del libro de Eduardo Santa). 2.11 Informes En este apartado (las entradas están organizadas en orden alfabético según los au­tores tratados) se incluyen numerosas entradas que dejan percibir la política ex­terior yugoslava, muy marcada por su rol central en el Movimiento de Países No Alineados, y los intercambios culturales inspirados por el interés en cuestiones sociales, tales como los informes sobre el teatro habanero, los autores del realis­mo (social) y el indigenismo, los estudios postcoloniales, las noticias de Belgrado relacionadas con los autores latinoamericanos y también sobre autores vertidos al esloveno. • Asturias, M. A: Ta teden smo izbrali. [Esta semana hemos escogido…] Dela­vska enotnost XVIII, 1960, no. 34, p. 10. (Miguel Ángel Asturias). • Kandidati za »Nobel 1960«. [Los candidatos para el «Nobel 1960»] Primorski dnevnik XVI, 1960, no. 243, p. 3. (Rómulo Gallegos y Pablo Neruda). • Radijska igra Rudolfo Usigli: Drevesa ne segajo do reke. [Teatro radiofónico: Los árboles no alcanzan el río] Delo II, 1960, no. 303, /suplemento radiofóni­co/ (Rodolfo Usigli). • Za vsakega nekaj. [Algo para cualquiera] Vecer XV, 1960, no. 259, p. 5. (Ciro Alegría). • M. J.: Iz ameriških in angleških revij: Encounter. [De las revistas americanas e inglesas: Encounter] Naši razgledi XI, 1962, no. 16, p. 320. (Jorge Luis Borges). • Germán Arciniegas: Karibska rapsodija Življenjepis morja. [Biografía del Ca­ribe] Knjiga XI, 1963, no. 11, p. 210. (Germán Arciniegas). • Godnik, Stanka /podpisana kot S.G./: Obvešcamo bralce. [Informamos a los lectores] Delo V, 1963, no. 284, p. 5. (El colombiano Germán Arciniegas y el ecuatoriano Adalberto Ortiz). • Novice-Beograd. [Noticias - Belgrado] Delo V, 1963, no. 337, p. 9. (El chileno Fernando Gonzáles2019 Las investigaciones posteriores deben comprobar la escritura de este nombre. ). • Lepo dejanje mehiškega književnika. [Un gesto del escritor mexicano] Primors­ki dnevnik XIX, 1963, no. 165, p. 2. (El guatemalteco Mario Monteforte Toledo). • Novice – Beograd. [Noticias - Belgrado] Delo V, 1963, no. 188, p. 5. (El guate­malteco Mario Monteforte Toledo). • Novice – Beograd. [Noticias - Belgrado] Delo V, 1963, no. 256, p. 5. (El boli­viano Tahoada Teran). • Arciniegas, Germán: Državna založba Slovenije. [La editorial Državna založ­ba Slovenije] Delo VI, 1964, no. 9, p. 9. (Germán Arciniegas). • Asturias, M. A.: Novice – Ljubljana. [Noticias - Liubliana] Delo VI, 1964, no. 291, p. 5. (Miguel Ángel Asturias). • Novice – Beograd. [Noticias - Belgrado] Delo VI, 1964, no. 229, p. 5. (El chi­leno Miguel Serrano Fernández). • Estrada, Ezequiel: Argentina. Primorski dnevnik XX, 1964, no. 256, p. 2. (El argentino Ezequiel Martínez Estrada). • Nove knjige. [Nuevos libros] Delo VI, 1964, no. 218, p. 5. (El peruano Ventura García Calderón). • Pogacnik, Bogdan: Premalo znana Južna Amerika.[Latinoamérica poco co­nocida] Delo VI, 1964, no. 50, p. 5. (Ciro Alegría, Alejo Carpentier, Rómulo Gallegos, Ricardo Güiraldes, José Hernández, Pablo Neruda, Domingo F. Sar­miento, el ecuatoriano Jorge Seada). • Veleposlanik Cila nagrajen za književnost. [El embajador de Chile recibe un premio literario] Primorski dnevnik XX, 1964, no. 192, p. 2. (Sobre Miguel Fernández2120 ¿Fernando González-Urízar? ). • Ženeva. [Ginebra] Primorski dnevnik XX, 1964, no. 61, p. 2. (El cubano Ar­mando Goody2221 ¿Se trata de Miguel Serrano Fernández? ). • Žgajner, Branimir: Jesenske kulturne uverture. [Aberturas otoñales en cultu­ra] Vecer XX, 1964, no. 212, p. 8. (César Vallejo). • Arguedas, Alcides: C. založba. [La editorial Cankarjeva založba] Nedeljski dnevnik IV, 1965, no. 315, p. 9. (Alcides Arguedas). • Danes bo prispel v Ljubljano Miguel Asturias. [Hoy llega a Liubliana Miguel Asturias] Ljubljanski dnevnik XV, 1965, no. 174, p. 14. (Miguel Ángel Asturias). • Kunej, Marjan: Parnas za teden dni. [Parnaso de una semana] Vecer XXI, 1965, no. 135, p. 5. (Roberto Fernández Retamar). • Mednarodno pisateljsko srecanje. [Un encuentro internacional de escritores] Delo VI / VII /1965, no. 138, p. 5. (Pablo Neruda). • MGH: Drevi: Pogovor dveh beguncev. [Conversación de dos refugiados] Delo VI / VII / 1965, no. 288, p. 5. (Augustín Cuzzani). • MK. [La editorial Mladinska knjiga] Nedeljski dnevnik IV, 1965, no. 322, p. 12. (El peruano Ventura García Calderón). • Novice - Beograd: program beograjskega festivala. [Noticias - Belgrado: el programa del festival de Belgrado] Delo VI / VII / 1965, no. 67, p. 5. (Pablo Neruda). • Novice Mexico; kubanski pesnik na potovanju po Evropi. [Novedades de Mé­xico; un poeta cubano de viaje por Europa] Delo VI / VII / 1965, no. 65, p. 5. (Nicolás Guillén). • Novice: Rostock: problemi razvoja v Latinski Ameriki. [El problema del de­sarrollo en América Latina] Delo VI/VII 1965, no. 305, p. 5. (Miguel Ángel Asturias). • Pogacnik, Bogdan: Intimni pogovori. [Conversaciones íntimas] Delo VI/VII/1965, no. 181, p. 5. (Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda). • Pogacnik, Bogdan: Po havanskih gledališcih. [Por los teatros habaneros] Delo VI/VII/1965, no. 105, p. 7. (La chilena Isidora Aguirre y los cubanos Abelardo Estorino y Carlos Felipe). • Pogacnik, Bogdan: 40 zastav na Bledu. [40 banderas en Bled] Delo VI / VII 1965, no. 174, p. 5. (Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda). • Rudolf, Branko: Kulturna demonstracija za mir in enakost. [Demostración cultural para la paz y la igualdad] Vecer XXI, 1965, no. 158, p. 5. (Miguel Án­gel Asturias). • Smasek, Lojze: Radijska igra pred novo sezono. Vecer XXI, 1965, no. 243, p. 8. (Augustín Cuzzani). • Arguedas, Alcides: Knjižna zbirka »svetovni roman«. [La serie «La novela mundial»] Delo VII, 1966, no. 41, p. 9. (Alcides Arguedas). • Arguedas, Alcides: Knjižne napovedi založb: Alcides Arguedas: Bronasta rasa. [Anuncios de lanzamientos editoriales: Alcides Arguedas: La raza de bronce] Knjiga XIV, 1966, no. 12, p. 454. (Alcides Arguedas). • Arguedas, Alcides: »Svetovni roman«. [La novela mundial] Nedeljski dnevnik V, 1966, no. 48, p. 5. (Alcides Arguedas). • Asturias, M. A.: Zvezdnati trenutki, ki ne bodo nikoli ugasnili. [Momentos fu­gaces que nunca se apagan] Nedeljski dnevnik VI, 1967, no. 355, p. 26. (Miguel Ángel Asturias). • M. A. Asturias se bo popolnoma posvetil književnosti. [Asturias piensa dedi­carse solo a la literatura] Delo IX, 1967, no. 288, p. 23. (Sobre Miguel Ángel Asturias). • Asturias (foto) [Texto debajo de la imagen]. Primorski dnevnik XXIII, 1967, no. 293, p. 1. (Miguel Ángel Asturias). • I. G.: Mala kulturna panorama. [Pequeño panorama cultural] Naši razgledi XVI, 1967, no. 13, p. 354. (Vicente Huidobro y Gabriel García Márquez). • Kreft, Bratko: Umetnost v naši družbi. [El arte en nuestra sociedad] Delo IX, 1967, no. 259, p. 18. (Alejo Carpentier). • Kulturni vrtiljak. [El tiovivo cultural] Ljubljanski dnevnik XVII, 1967, no. 308, p. 10. (Pablo Neruda). • Kulturna panorama. [Panorámica cultural] Vecer XXIII, 1967, no. 140, p. 9. (Pablo Neruda). • Nove revije. [Revistas nuevas] Vecer XXIII, 1967, no. 256, p. 8. (El mexicano José D. Fernández2322 ¿Acaso se trata de Armando Godoy (1880-1964)? ). • Novice – Stockholm. [Noticias - Estocolmo] Delo IX, 1967, no. 286, p. 5. (Mi­guel Ángel Asturias). • Pogacnik, Bogdan: Crnec z odprtimi rokami. [Un negro de brazos abiertos] Delo IX, 1967, no. 224, p. 18. (Los chilenos Virginia Balmago Cox y Pablo Neruda). • Pogacnik, Bogdan: Miti, jeziki in razvoj. [Los mitos, las lenguas y el desarro­llo] Delo IX, 1967, no. 222, p. 5. (La chilena Virginia Cox Balmaceda y el cu­bano Miguel Barnet). • Pogacnik, Bogdan: Pomladne vode Crnega Orfeja. [Los aguas primaverales de Orfeo Negro] Delo IX, 1967, no. 294, p. 19. (Nicolás Guillén). • Stockholm. Primorski dnevnik XXIII, 1967, no. 247, p. 2. (Miguel Ángel Astu­rias y Pablo Neruda). • Mario Vargas Llosa: mesto in šceneta. [La ciudad y los perros] Knjiga XV, 1967, no. 11, p. 407. (Mario Vargas Llosa). • Zenit. [El cenit] Nedeljski dnevnik VI, 1967, no. 96, p. 8. (Mario Vargas Llosa). • Asturias, M.A.: Odrska beseda – dialog o miru. [La palabra en escena – un diálogo de paz] Delo X, 1968, no. 85, p. 5. (Miguel Ángel Asturias). • Nove knjige. [Nuevos libros] Delo X, 1968, no. 101, p. 23. (El colombiano Jor­ge Isaacs). • Arguedas, Alcides: C. založba. [La editorial Cankarjeva založba] Nedeljski dnevnik VI, 1969, no. 325, p. 28. (Alcides Arguedas). • Novice – Sao Paolo. [Noticias – Sao Paolo] Delo XII, 1970, no. 232, p. 5. (Jorge Luis Borges). • Švajncer, Marija: Težnja po živem, dobrem gledališcu. [La búsqueda de un tea­tro vivo y bueno] Vecer XXVI, 1970, no. 252, p. 16. (Miguel Ángel Asturias). • Mario Vargas Llosa: Zelena hiša. [La casa verde] Knjiga XVIII, 1970, no. 1-2, p. 36. (Mario Vargas Llosa). Conclusión La lista aquí presentada y someramente comentada ofrece incontables posibilidades de análisis e interpretación de datos fácticos relativos a la traducción y recepción de la literatura latinoamericana en Eslovenia en la década de 1960. Dicho período es espe­cialmente significativo, para nuestro campo de estudio, por dos razones: 1) Se trata de una época de transición entre imágenes literarias (y sus públicos) de América Latina en Europa, de modo que autores canónicos del Modernismo y la Van­guardia (como Rubén Darío y José Enrique Rodó, e incluso César Vallejo) comienzan a ser leídos, o dejados de leer, a través del prisma del naciente «boom» (aquí claramen­te representado por Mario Vargas Llosa), que también determina nuevas lecturas de autores contemporáneos que comienzan a publicar un poco antes, como Miguel Ángel Asturias, cuya aplastante presencia en la lista debe mucho a la obtención del Premio Nobel en 1967 y, para el caso, su visita a Eslovenia en la cúspide de su fama mundial. Es significativo que la traducción de Cien años de soledad al esloveno apenas haya queda­do fuera de nuestro rango de fechas, y que Julio Cortázar apenas se mencione: los años sesenta son la época en que la literatura latinoamericana contemporánea comienza a formar su propio, luego masivo, público europeo. 2) Los años sesenta son un período de gran internacionalismo en el ámbito yugos­lavo, marcados por el liderazgo de Yugoslavia en el Movimiento de Países no Alinea­dos, cuya primera Conferencia Cumbre se realizó en Belgrado en setiembre de 1961. Cuba fue el único país latinoamericano que participó en ella, y las relaciones estable­cidas entre Yugoslavia y Cuba en esa época son fundamentales para entender no solo la presencia de ciertos autores cubanos en esta lista, sino también la de muchos otros no cubanos cuyo apoyo a la Revolución Cubana (o su afinidad con ella) los hacía más visibles en Yugoslavia y los países del Pacto de Varsovia. La lista señala, también, a las historias políticas de la literatura en el siglo XX. Estos aspectos signan nuestra lista, pero esta habla, o puede llevar a hablar, de mu­chas otras cosas: de errores quizá significativos, de ausencias extrañas, de apariciones caprichosas o inesperadas de ciertos nombres, de conexiones entre personas (escrito­res, traductores, editores y mediadores literarios en general) que hacen posible la exis­tencia de un libro en un momento y lugar determinados. Su estudio, esperamos, ge­nerará nuevas, o desempolvará olvidadas historias literarias y promoverá numerosos diálogos entre lenguas, regiones y públicos distantes, tanto en tiempo como en espacio. Referencias bibliográficas Arhiv Inštituta za slovensko literaturo in literarne vede pri ZRC SAZU (Archivo del Instituto de Literatura Eslovena y Teoría Literaria del Centro de Investigación de la Academia Eslovena de Ciencias). Barral, C., Almanaque, Valladolid 2000. Cobiss+, Kooperativni online bibliografski sistem in servisi (Sistema informático de las bibliotecas eslovenas), https://www.cobiss.si/ Casniki (Biblioteca Universitaria de Maribor). https://ukm.um.si/asniki Horvat, M., Prepovedi in zaplembe tiskane besede v Sloveniji 1945–1990, en: Tem­na stran meseca: kratka zgodovina totalitarizma v Sloveniji 1945–1990. Ljubljana 1998, pp. 126–139. Rugelj, R., Revije o knjigah na Slovenskem 1945–2015. Kratka zgodovina knjižnih revij splošnoinformativnega tipa, Ljubljana 2016. Schulgovski, A. F., Cátedra bolivariana. El proyecto político de El Libertador, Bogotá 1983. La recepción de la literatura latinoamericana en Eslovenia en los an~os 1960-1970: hacia una lista exhaustiva de entradas bibliográficas Palabras clave: recepción, literatura latinoamericana, traducciones, literatura eslovena El núcleo de este artículo es una lista de traducciones, reseñas y diferentes tipos de artículos sobre autores latinoamericanos y/o sus obras literarias vertidas al esloveno, publicados entre 1960 y 1970 en esloveno. Dicha lista ha sido compuesta a partir de la base de datos conservada en el Departamento de Literatura de la Academia de Cien­cias de Eslovenia. Estos datos han sido cotejados, a su vez, con los que figuran en Co­biss, el sistema informático de las bibliotecas eslovenas, para los años 60, con el fin de establecer un cierto marco comparativo. La lista de textos relativos a la recepción de la literatura latinoamericana en Eslo­venia es un documento que permite y exige muchos tipos diferentes de lecturas, y en este artículo se bocetan algunas. Una visión retrospectiva, apoyada en datos y estadís­ticas más recientes, nos ha permitido esbozar una respuesta a la cuestión del significa­do de los autores latinoamericanos y la importancia de sus obras en Eslovenia, tanto hace cincuenta años como en la actualidad. Recepcija latinskoameriške literature v Sloveniji med letoma 1960 in 1970: skoraj dokoncen seznam bibliografskih enot Kljucne besede: recepcija, latinskoameriška književnost, prevodi, slovenska književnost Clanek se osredinja na seznam prevodov, recenzij in drugih clankov o latinskoame­riških avtorjih in njihovih delih, prevedenih v slovenšcino in objavljenih med letoma 1960 in 1970. Avtorja povzemata seznam po podatkih kataloga Inštituta za slovensko literaturo in literarno teorijo ZRC SAZU, ki jih primerjata s podatki v informacijskem sistemu Cobiss+ in s tem vzpostavljata med njima primerjalni okvir. Seznam besedil o recepciji latinskoameriške literature v Sloveniji omogoca in ter­ja razlicna branja, clanek jih nakazuje le nekaj. Kljub temu pa pogled nazaj, ki temelji na sodobnejših podatkih in statistiki, omogoca oris odgovora na vprašanje o pomenu latinskoameriških avtorjev in pomenu njihovega dela pred petdesetimi leti, pa tudi dandanes. The reception of Latin American literature in Slovenia in the 1960s and 1970s: towards a comprehensive bibliography Keywords: reception, Latin American literature, translations, Slovenian literature The core of this article is a list of translations, reviews and diverse articles on Latin American authors and/or their literary works translated into Slovene, published in Slovene between 1960 and 1970. The list has been primarily compiled from the data­base of the Department of Literature of the Slovenian Academy of Sciences. This data was in turn checked against data from COBISS, the Slovenian online bibliographic sys­tem, for the 1960s, in order to provide a reliable reference point. This list of texts concerning the reception of Latin American literature in Slovenia is a document that both permits and requires many different types of readings, and this article points to a few of them. However, a retrospective view, supported by more recent data and statistics, has allowed us to outline an answer to the question of the significance of Latin American authors and the importance of their works in Slovenia, both fifty years ago and today. O avtorjih Barbara Pregelj je pridružena profesorica na Univerzi v Novi Gorici. Raziskuje pred­vsem literarni kanon, razlicne vidike recepcije španske literature in kulture v slovenski književnosti in slovenske med špansko govorecimi, traduktološka vprašanja in mla­dinsko književnost. Je tudi prevajalka v slovenšcino in španšcino ter sodna tolmacka za španski jezik. E-mail: barbara.pregelj@guest.arnes.si Francisco Tomsich je umetnik in pisatelj, rojen leta 1981 v Urugvaju. Diplomiral je iz sodobne književnosti na Fakulteti za humanistiko Univerze Republike Urugvaj. Pri­pravlja razstave, publikacije, scenska dela, kolektivne platforme, nedisciplinarne razi­skovalne modele in pedagoška orodja, pri tem pa uporablja razlicne medije, jezike in govore. Je soustanovitelj in clan številnih nedisplinarnih umetniških društev v Južni Ameriki in Evropi. Spletna stran: http://anticlimacus.wordpress.com E-naslov: franciscotomsich@gmail.com Abouth the authors Barbara Pregelj is an associate professor at the Faculty of Humanities at the University of Nova Gorica. Her research areas include the literary canon, the reception of Spanish literature in Slovenian literature, Slovenian literature in Spanish speaking countries, translation issues as well as children’s literature. She is also a translator, primarily from Spanish to Slovenian but also from Catalan, Galician and Basque, as well as from Slo­venian into Spanish. She is also a Slovene court interpreter for the Spanish language. E-mail: barbara.pregelj@guest.arnes.si Francisco Tomsich is an artist and author born in Uruguay in 1981. He has a degree in Modern Literature from the Faculty of Humanities of the University of the Republic of Uruguay. He produces exhibitions, publications, works for the stage, research models and pedagogical devices, operating with different media, languages and tongues. He has co-founded and integrates many non-disciplinary associations of artists in South America and Europe (http://anticlimacus.wordpress.com). E-mail: franciscotomsich@gmail.com Víctor Manuel Sanchis Amat Difusión y traducción de la literatura mexicana en Checoslovaquia durante la Guerra Fría 1 Introducción: escrituras de la literatura hispanoamericana en Checoslovaquia En el año 1506, mucho antes de que Hernán Cortés llegara a la ciudad de Tenochtitlan, apareció publicado en lengua checa en casa del tipógrafo de origen eslovaco Mikulás Bakalár, en la ciudad de Pilsen, un impreso titulado Tratado sobre las nuevas tierras y el Nuevo Mundo (Kneidl, 1981), que recogía traducciones de las primeras noticias americanas de la pluma de Américo Vespucio y Cristóbal Colón (Kašpar, 2004, 59). Como consecuencia del impulso contrarreformista durante el reinado de Felipe II, la nobleza católica centroeuropea se sintió atraída por la cultura hispánica, conserván­dose todavía hoy, entre otros textos, un ejemplar de la traducción al checo en 1586 de la Introducción para la sabiduría (Ad veram sapientiam introductio), de Juan Luis Vives (Ulic.ny´, 1996, 209). Durante los siglos de los virreinatos españoles en América creció el interés por las noticias que llegaban de los territorios de ultramar, como han demos­trado los estudios críticos sobre la recepción de los intelectuales checos que participa­ron en campañas científicas americanas y escribieron crónicas de sus viajes, sobre todo en el entorno jesuita, como recogen las investigaciones de Binková (1984), de Kašpar y Fechtnerová (1988) y de Kašpar (1991, 1992, 1997). Pese a las dificultades por las que atravesó la cultura checa en los siglos XVII y XVIII, el interés por el hispanismo se revitalizó hacia mitad del siglo XIX, cuando apa­recieron publicados en lengua checa las Novelas ejemplares y Don Quijote, así como poemas principales del Romancero castellano (Ulic.ny´, 1996, 210). No obstante, fue durante el siglo XX cuando la difusión de las letras hispánicas tomó un impulso no­table en Centroeuropa, desde donde se prestó especial interés a los escritores de las nuevas repúblicas americanas, que poco a poco fueron situándose en el panorama internacional tras el asentamiento de los procesos de emancipación política e inte­lectual. Los autores hispanoamericanos llegaron en un primer momento a territorio checo a partir de diversas traducciones al francés (Molloy, 1972) y al alemán (Rosen­zweig, 2018), pero pronto se fue tejiendo una red de traductores, editoriales y revistas que asimiló e integró en la cultura checoslovaca una literatura, la latinoamericana, que buscaba también su identidad en un territorio europeo asolado por los conflictos béli­cos y los enredos políticos que marcaron el devenir de la reflexión identitaria en buena parte del planeta. Como se han encargado de demostrar iberoamericanistas como Hampejs (1963), y más recientemente Housková (1990), Opatrný (2002) y Montoro Cano (2014), el interés y las relaciones culturales entre el ámbito cultural checo y el hispanoamerica­no han sido especialmente fructíferas en la última centuria. Primero con numerosas iniciativas editoriales para la traducción y difusión de las literaturas hispánicas, pero sobre todo tras el impulso del hispanismo y el hispanoamericanismo en la academia checa a partir de los años 30 y 40123 Podría ser una confusión con José Díaz Fernández, escritor español. , que cristalizó en las décadas de la Guerra Fría con iniciativas como la fundación del Centro de Estudios Iberoamericanos de la Universi­dad Carolina y su anuario Ibero-Americana Pragensia en 1967, que todavía hoy man­tienen una intensa actividad. Con el desarrollo de los estudios latinoamericanos en las universidades checas se ha ido profesionalizando una tradición de recepción también en revistas críticas y de creación, manuales universitarios y tesis doctorales que a fina­les de siglo, como mostró Anna Housková (1990), se antojaba ciertamente importante por la cantidad, la calidad y la diversidad de las líneas de investigación de las relaciones entre la República Checa y América Latina que no ha cesado en su desarrollo (Mon­toro Cano, 2014). Las causas del impacto cultural de América Latina en Checoslovaquia atañen a di­versos y complejos factores a lo largo de su historia que Gallardo-Saborido e Ilian han explicado atendiendo a la metáfora del puente plateado que utilizara Milan Kundera para narrar la complicidad existente entre «dos territorios parias» (Kundera en Gallar­do-Saborido et al., 2017, 11), cuyas identidades surgieron de la represión de la Con­trarreforma y el Barroco grandilocuente y se transformaron definitivamente al calor de las revoluciones políticas del siglo XX, especialmente en los años de la Guerra Fría. Sin embargo, más allá del símbolo, como trataremos de analizar en las próximas líneas, fue en un primer momento la labor de lectura y traducción de algunos huma­nistas interesados en difundir la obra de los principales intelectuales latinoamericanos la que impulsó las noticias americanas en la Europa Central. Un intercambio que en muchas ocasiones fue de la mano de las diversas coyunturas sociales, como los diferen­tes exilios o los viajes políticos, pero que inevitablemente corrió paralelo al convulso camino institucional que se fraguó durante el siglo y que propició importantes rela­ciones económicas y culturales que más allá de las alianzas de poder reconectaron dos horizontes culturales aparentemente lejanos. Las líneas que siguen se insertan en un amplio marco de revisión cultural de la Guerra Fría, que ha fijado su atención en las últimas décadas en la importancia del papel político e intelectual de América Latina durante el conflicto (véanse, entre otros, por ejemplo los ensayos de Alburquerque, 2011; Rupprecht, 2015; Opatrný, 2011; 2015; 2017; Zourek, 2015, 2017, 2019; Locane, 2019 o Hammond, 2020). En este sen­tido, situamos la argumentación de este estudio acotando las referencias geográficas, temporales e historiográficas a las relaciones literarias checo-mexicanas para trazar una panorámica de la difusión de la literatura mexicana en Checoslovaquia desde los años previos a la Segunda Guerra Mundial hasta la década de los 70, principalmente atendiendo a las obras de autores mexicanos publicadas en lengua checa durante la Guerra Fría y abrir así líneas de investigación sobre las motivaciones que llevaron a los proyectos editoriales checoslovacos a fijar su atención en determinados autores y autoras mexicanas21 Los primeros estudios universitarios de filología española se fundaron en 1947 en Moravia, en la Uni­versidad Palacky de Olomouc (Housková y Soubová, 2010, 12; Zourek, 2019, 34). . 2 Relaciones culturales entre México y Checoslovaquia durante la Guerra Fría Antes de abordar los procesos de producción y traducción de obras mexicanas difun­didas en Checoslovaquia durante la Guerra Fría es conveniente revisar el contexto de las relaciones entre ambas geografías, trazando dos caminos paralelos que aunque mantienen una estrecha relación no siempre fueron dependientes. En este sentido, la revisión historiográfica apunta por un lado a las relaciones institucionales de los dos países, llenas de encuentros y desencuentros, pero también hacia una serie de claves de producción y recepción del horizonte cultural mexicano (editoriales, viajes institucio­nales, revistas, colaboración universitaria, exposiciones artísticas) sin las que no pode­mos entender el inicio de la traducción al checo de la literatura mexicana. En el campo de la política exterior los estudios colectivos que han indagado en los archivos gubernamentales (véanse, por ejemplo, Las relaciones checo-mexicanas, Opatrný, 2011; Checoslovaquia, Guatemala y México en el Período de la Revolución Guatemalteca, Perutka, 2014 o Las relaciones entre Checoslovaquia y Ame´rica Latina 1945-1989 en los archivos de la Repu´blica Checa, Opatrný et al., 2015) señalan la sinuo­sidad de un camino marcado por las diversas tendencias ideológicas de los presidentes mexicanos, por los volantazos políticos en Checoslovaquia y por el papel de los acuer­dos comerciales. Las relaciones culturales fueron construyéndose progresivamente en los dos continentes en un primer momento en torno a los intelectuales antifascistas, sobre todo por las acciones de los exiliados checoslovacos tras la ocupación alemana. Tras el triunfo comunista en Checoslovaquia, Praga se convirtió en un importante centro de la propaganda cultural del bloque socialista y el punto de entrada a la Unión So­viética, lo que motivó que numerosos intelectuales latinoamericanos que realizaron viajes oficiales atraídos por el impulso de la lucha política escribieran sobre su es­tancia en el país. Pese al convulso vaivén político, desde la década de los años 20 las relaciones po­líticas, económicas y culturales de México con Checoslovaquia han sido las más fruc­tíferas de todas las entabladas con los países de la Europa Central y del Este. Desde la apertura del Consulado General de México en Praga en 1922 y del Consulado Gene­ral de Checoslovaquia en México, la labor diplomática de personajes como Vlastimil Kybal (1935-1939)32 También fueron muchos los intelectuales checos que viajaron a México y que escribieron ensayos di­vulgativos o textos literarios ambientados en espacios e historias propiamente mexicanas. Se puede abrir aquí otra interesante línea de trabajo sintetiza, entre otras, Gloria Cejka Luna (2003). fue fundamental para el desarrollo de las relaciones bilaterales. El gobierno aperturista de Lázaro Cárdenas (1934-1940) mantuvo una relación excelente con Tomás Garrigue Masaryk, presidente checoslovaco, cuestión que se vio reflejada entre otras acciones en la creación de la Sociedad de Amigos de Checoslovaquia, en la adquisición de libros para la Biblioteca Nacional de México o en el fructífero inter­cambio cultural en el ámbito artístico, con la llegada de intelectuales como Koloman Sokol y la fundación de Taller de Gráfica Popular, escuela de arte que mantuvo relacio­nes con los artistas de la Unión Soviética y los países del Bloque del Este (Fernández Montes, 2014). En Praga, por su parte, se realizaron diferentes actividades culturales relacionadas con México en estos años, como una exposición de arte popular mexica­no y se inauguró la sección mexicana del Instituto Español e Iberoamericano (Opatrný et ali, 2015, 120). El nuevo orden político surgido tras la II Guerra Mundial y el golpe comunista en Checoslovaquia en 1948 acrecentó una polarización que obligó a los diferentes pre­sidentes mexicanos a posicionarse. El pragmatismo comercial de Miguel Alemán no ocultó la pugna ideológica contra la influencia del general Cárdenas, cuyas apariciones públicas en favor del movimiento comunista internacional fueron combatidas desde el gobierno y la prensa conservadora (Servín, 2004). También en el sexenio de Adolfo Ruiz Cortínez se mantuvo el apoyo institucional al anticomunismo norteamericano, con sonados episodios como el de la publicación en el diario Excelsior de una lista de 143 personajes públicos a los que se les acusaba de ser partidarios del comunismo, tras aparecer la bandera roja del Partido Comunista cubriendo el ataúd de Frida Kahlo en el Palacio de Bellas Artes (Opatrný et ali, 2015, 126). No obstante, durante estos años se desarrolló una intensa actividad pro-socia­lista en México en torno sobre todo al Partido Comunista de México, que extendió sus vínculos internacionales (con muchas disputas ideológicas) tras la fundación del Consejo Mundial de la Paz, quizá el órgano de propaganda cultural más impor­tante del bloque soviético (Fernández Montes, 2014; Crespo, 2016). En 1949, en el Congreso celebrado en paralelo en París y en Praga se estableció la creación de un Comité Mundial de Partidarios de la Paz. El órgano fue recibido con entusiasmo por los intelectuales de la izquierda latinoamericana y especialmente en México tuvo una aceptación al máximo nivel, con intelectuales como el mismo Lázaro Cárdenas, Enrique González Martínez o Efraín Huerta jugando un papel notorio en la entidad, tanto en la celebración de encuentros en México (en septiembre de 1949 se celebró el Congreso Continental Americano por la Paz), como en viajes políticos hacia Praga y los países socialistas para conocer de primera mano el funcionamiento cultural del otro lado del Telón de Acero. A partir de 1957, la aparente distensión tras la muerte de Stalin y el cambio de rumbo de la política exterior durante el sexenio de López Mateos mejoró notablemen­te la relación bilateral con la reapertura de las Embajadas, con la creación del Instituto checoslovaco-mexicano en México y con la institucionalización de un programa de becas para estudiantes mexicanos por parte del gobierno checoslovaco. México tuvo un papel activo en la defensa de la neutralidad tras la invasión en Playa Girón y gra­cias a la inteligencia checoslovaca la prensa mexicana publicó el telegrama del presi­dente checoslovaco Antonín Novotny (Opatrný et ali, 2015, 126) donde se justificaba la defensa de la autonomía del gobierno cubano por parte de las instituciones del país europeo. Pese al carácter reaccionario del gobierno de Díaz Ordaz, la década de los 60 estre­chó los lazos de colaboración cultural. En 1965 y 1966 se firmaron acuerdos de coope­ración universitaria tras la visita a Praga del ministro de Educación de México, el escri­tor Agustín Yáñez, momento en el que se impulsó también un acuerdo de cooperación cultural que entró en vigor en 1970. Durante estos años se institucionalizaron los estu­dios culturales iberoamericanos en Checoslovaquia y una vez superadas las revueltas políticas del 68 se firmaron los principales acuerdos bilaterales en materia comercial, de telecomunicaciones y también en ciencia. Entre otros trabajos, las monografías de María Eugenia Mudrovcic (1997), Ru­pprecht (2015), Germán Alburquerque (2017) o Michal Zourek (2019) han abierto camino a una interesante línea de investigación que sitúa el foco en el análisis de los textos de los protagonistas de los procesos culturales surgidos en estos años. Zourek (2015, 2017, 2019) basa su argumentación en torno a los lazos culturales entre Amé­rica Latina y Checoslovaquia, demostrando en sus diferentes estudios cómo la propa­ganda cultural del bloque soviético convirtió la ciudad de Praga en un centro de en­cuentro de la intelectualidad mundial afín al socialismo a través del impulso editorial, los viajes políticos y el intercambio artístico, con diferentes proyectos y exposiciones museísticas y la potenciación de los festivales de cine. La instrumentalización política durante los primeros años de la Guerra Fría ab­sorbió la potente industria editorial en Checoslovaquia, poniéndola al servicio del Estado (Zourek, 2019, 31). El interés por la literatura latinoamericana había comen­zado en décadas anteriores y en el caso de México hubo una importante recepción de la literatura relacionada con la Revolución. En 1961 se publicaban en Checoslovaquia diez periódicos en lengua española, la Revista Internacional: Problemas de la Paz y el Socialismo circuló entre 1958 y 1990 y desde 1937 Radio Praga emitía noticiarios en español que se mantuvieron también tras la II Guerra Mundial. Además, antes del golpe comunista, Checoslovaquia contaba con una serie de ini­ciativas vinculadas a la edición literaria y la lectura interesadas en la traducción de obras europeas y americanas que fueron absorbidas por el régimen político a partir de 1948 (Halada, 2007). En este sentido, destaca la organización cultural cooperativa Družstevní Práce (DP), receptora de la vanguardia checa y vinculada al mundo del diseño a través de su revista (1922-1957) (Sudek et ali, 2006), que llegó a publicar la traducción de El águila y la serpiente, de Martín Luis Guzmán en 1947, antes de ser absorbida por la editorial estatal SNKLHU (Editorial Estatal de Bellas Literaturas, Mú­sica y Arte) a finales de 1952. Entre 1935 y 1949 se desarrolló la aventura editorial Europský literární klub (Club Literario Europeo), fundada en Praga por los editores Bohumil y Ladislav Janda (Bi­lková, 1994) que llegó a alcanzar los cien mil socios en 1945. La editorial publicó 160 títulos de autores extranjeros, entre ellos algunos narradores mexicanos contemporá­neos, como Gregorio López Fuentes y Mauricio Magdaleno. El hispanista y traductor Zdenek Šmíd relata su relación con el editor Jan V. Pojer, fundador de la editorial Atlantis en 1928. El sello de Brno funcionó hasta 1948 y pu­blicó traducciones de autores extranjeros, entre las que destacan adaptaciones de Šmíd de Ventura García Calderón, Alfonso Reyes o Miguel de Unamuno (Rosenzweig, 2014, nota 54). Uno de los proyectos editoriales más potentes de la época fue el de la editorial Odeon, fundada por Jan Fromk en 1925, que tuvo entre sus especializaciones la tra­ducción de ficción extranjera de calidad, heredando la colección World Reading que había iniciado la editorial Svoboda en 1948. En 1949 la editorial fue también nacio­nalizada y pasó a formar parte importante de la editorial estatal, que se acabó renom­brando como Odeon a partir de 1966. El proyecto editorial Julius Albert (1925-1949) puso su foco en las traducciones del inglés, el francés y el español, con colecciones de novela negra, westerns, novela erótica y biografías que fueron liquidadas en 1949, tras la publicación de más de 350 títulos. Una de las iniciativas, de la mano de Otakar Štorch-Marien, fue la de promover la publicación de prosas contemporáneas representativas, en cuyo catálogo aparece la primera traducción de Los de abajo, de Mariano Azuela, en 193543 Dejó constancia de sus viajes en algunos textos (Bartecek, 2004). . Uno de los grupos mediáticos más importantes en el siglo XX checoslovaco fue la editorial Melantrich, fundada en 1897. Durante los años 20 y 30 se expandió en el mundo cultural checoslovaco a través de periódicos, revistas e inversiones en el mun­do cinematográfico. El grupo fomentó la publicación de algunas colecciones relacio­nadas con la ficción extranjera, en cuyo catálogo se cuentan autores mexicanos como Martín Luis Guzmán, con La sombra del Caudillo, de 1937, y En la rosa de los vientos, de José Mancisidor, en 1949. Fue también nacionalizada con la llegada al poder de los comunistas en 1948 y mantuvo sus actividades hasta 1999. Otra de las líneas editoriales más interesantes de este periodo lo conforman los diferentes catálogos de la editorial Svoboda, creada en 1945 en la órbita del Partido Comunista. Fue un órgano de intercambio literario para la ficción política en el que se publicaron un amplio abanico de obras de diferentes géneros, como el policial o la ciencia ficción, y en el que tuvieron cabida colecciones como la ya citada World Rea­ding (1948-1953) y como la colección Omnia, que publicó más de 300 traducciones entre 1967 y 1996 (Halada, 2007). Como recoge Miloslav Ulic.ny´ (2005, 275-291), entre 1935 y 1949 se tradujeron al checo ocho novelas mexicanas, más otras dos que anota Zourek hasta 1959 (2019, 36-39). Entre 1945-1959, el periodo conocido como la Guerra Fría de los intelectua­les (Ory en Zourek, 2019, 19) se publicaron 52 libros de autores latinoamericanos en lengua checa (2019, 35), todos ellos vinculados al movimiento comunista y caracte­rizados por su estética realista, muchas veces modificados en sus traducciones para ajustarse a la línea oficial. La propaganda checoslovaca ofrecía tiradas amplias que superaban incluso a las de las ediciones en español, como los 13.000 ejemplares que se tiraron en 1949 de la traducción de la novela En la rosa de los vientos, de José Man­cisidor, con la gran capacidad de medios con los que contaba el grupo Melantrich. Los derechos de autor apenas si tenían recompensa, para sorpresa de muchos, como Ni­colás Guillén, que perdió sus 200 dólares por la prohibición de la divisa por parte del gobierno Checoslovaco en 1949, o Pablo Neruda, quien en 1956 escribía a Jan Drda reclamando que le enviaran a Chile un automóvil Skoda por los derechos de autor de su obra (Zourek, 2019, 38-39). Lo cierto es que como demuestra la publicación de la correspondencia entre Al­fonso Reyes y Zdenek Šmíd, editada por Gabriel Rosenzweig (2014), los contactos entre los escritores y los traductores y las editoriales se llevó a cabo en numerosas oca­siones a través de iniciativas que partieron de la inquietud de los intelectuales checos interesados por la literatura latinoamericana, que escribían cartas a los escritores y a terceros pidiendo por un lado que les enviaran los libros y por otro solicitando el per­miso para poder desarrollar las traducciones. Otro de los puntos de entrada de la literatura mexicana a Checoslovaquia du­rante estos años fue la revista Literatura Mundial (Svetová literatura), que se editó desde 1956 como parte del proyecto editorial estatal SNKLHU y que mantuvo su ac­tividad hasta 1996. La revista fue sin duda el espacio más activo para la difusión de la literatura extranjera en Checoslovaquia en la segunda mitad del siglo XX y por sus páginas circularon traducciones de los principales escritores del mundo, artículos críticos, reflexiones filosóficas y ensayos sobre arte, cine y arquitectura. La literatura latinoamericana fue protagonista de muchas de las traducciones propuestas por la revista. Así, por ejemplo, el número 3 del año 1963 estuvo dedicado en gran parte a la literatura mexicana, con una exposición general de José Luis Martínez titulada «Las corrientes principales de la literatura mexicana contemporánea» y una breve antología de poetas contemporáneos mexicanos preparada y traducida por Ivan Sla­vík, entre los que destaca Octavio Paz (Volek, 1973, 266). También Carlos Fuentes vio publicadas sus primeras traducciones al checo en la revista en 1965, que eligió la novela corta Aura (publicada originalmente en 1962), para presentar a Fuentes en el panorama literario checo. Otra de las puertas principales de entrada de la literatura mexicana en Che­coslovaquia fueron los viajes institucionales de muchos intelectuales atraídos por las novedades políticas que llegaban desde la Europa del Este. En 1927 visitaron la Unión Soviética Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros y en las décadas siguientes un gran número de intelectuales mexicanos viajaron a la Europa Central y del Este. Entre otros, Vicente Lombardo Toledano, Víctor Manuel Villaseñor, José Mancisidor en los años 30, o Manuel Maples Arce, que fue embajador en Praga entre septiembre de 1943 y marzo de 1944. El circuito se fue conformando a partir de iniciativas como el Festival de Cine de Karlovy Vary, que abrió su escena al séptimo arte latinoameri­cano en la década de los 50 (Zourek, 2015, 120) y que premió trabajos del camaró­grafo mexicano Gabriel Figueroa en películas como Río escondido (1949), Maclovia (1949), Pueblerina (1950), o Cananea (1978). En los 50 visitaron los países soviéticos artistas como el mismo Figueroa, José Revueltas o Efraín Huerta. Destaca en este sentido el caso del poeta mexicano, que viajó hasta en tres ocasiones al viejo conti­nente, dejando constancia literaria de su experiencia en los versos de Los poemas de viaje (1949-1953) donde escribió varios poemas dedicados a Checoslovaquia. Ya en los 60 y 70, la intensificación de las relaciones bilaterales promovió visitas institucio­nales como la de la legación encabezada por el escritor Agustín Yáñez, ministro de Educación en el sexenio de Díaz Ordaz, Carlos Fuentes, cuya obra supuso un gran éxito en los países de Europa del Este, Rodolfo Usigli y Emilio Carballido, que asis­tieron a los estrenos de sus adaptaciones teatrales en Checoslovaquia o las escritoras Marcela del Río, que fue agregada cultural en Praga entre 1972-1977 y ha publicado recientemente una novela ambientada en la época, La cripta del espejo (2019), y Ma­ría Luisa Mendoza, que recogió sus experiencias en los reportajes publicados en el volumen Ra, Re, Ri, Ro, Rusia! La URSS (1974). 3 La literatura mexicana en Checoslovaquia durante la Guerra Fría Para abordar el estudio de las traducciones al checo durante este periodo contamos con el magno catálogo crítico realizado por Miloslav Ulic.ny´, Historia de las traduccio­nes checas de literaturas de España e Hispanoamérica (2005) y actualizado en posterio­res publicaciones (Ulic.ny´, 2010), que ha abierto la puerta al estudio historiográfico y comparativo de las traducciones (Rosenzweig, 2018), al trabajo de vaciado de archivos y prensa de la época y a la búsqueda de las misivas entre traductores y escritores para entender mejor los características y los interrogantes de la recepción de la literatura hispánica en Checoslovaquia. En las líneas que siguen recogemos las diferentes in­formaciones sobre los títulos publicados de autores mexicanos en Checoslovaquia en los diferentes géneros literarios apuntando hacia posibles líneas de interpretación que pueden llevarnos a trabajos futuros. La labor de Gabriel Ronsenzweig (2014; 2018) en estos archivos públicos y per­sonales ha cristalizado en la edición de la correspondencia entre el escritor mexicano Alfonso Reyes y su traductor, Zdenek Šmíd y en un trabajo reciente sobre la histo­ria de las primeras traducciones de novela mexicana en Checoslovaquia. La narrativa mexicana empezó a conocerse en la década de los 30 y los 40 y mantuvo su interés con el cambio de régimen también en los 50 y los 60, sobre todo aquellas obras que escri­bieron la Revolución mexicana. La correspondencia es un relato de época fantástico para comprobar el interés creciente de la literatura hispánica en el ámbito cultural che­coslovaco de estos años, a través del trabajo entusiasta de figuras como Zdenek Šmíd, dedicado a la lectura, la importación de libros y la traducción de autores españoles e hispanoamericanos. El enorme catálogo de las traducciones literarias españolas e his­panoamericanas de Šmíd publicado por Rosenzweig (2014, anexo 1) recoge las refe­rencias americanas de obras como Don segundo sombra, de Ricardo Güiraldes (1936), Barrabás y otros relatos, de Arturo Uslar Pietri (1940), Raza de bronce, de Alcides Ar­guedas (1945), El caballo y su sombra, de Enrique Amorim (1950), El éxodo de Yan­gana, de Ángel Felicísimo Rojas (1960), El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría (1969), El señor presidente (1971) y Hombres de Maíz (1981), de Miguel Ángel Asturias. Sobre narrativa mexicana, Zdenek Šmíd llevó a cabo las traducciones de Alfonso Reyes, en una obra publicada en 1937 en la editorial Atlantis, que tituló Tríptico: La saeta-Visión de Anáhuac-La caída, en la que se recogían las tres obras. En el mismo año, Melantrich había publicado su traducción de La sombra del caudillo, de Martín Luis Guzmán, con el título de Lluvia sangrienta. Sobre la novela, escribe el traductor: «contiene, en mi opinión, las mejores páginas de psicología política que uno pudiera leer últimamente». Hasta el cambio de régimen en Checoslovaquia se publicaron, ade­más de las traducciones de Šmíd, las novelas Los de abajo, de Mariano Azuela (1935), traducida por Jindrich Kubícek, con prólogo de Francisco Ortiz Monasterio (Šmíd afirma haberla publicado en un periódico en el mismo año en una carta a Alfonso Reyes, aunque Ulic.ny´ no la ha localizado y considera que no se publicó (Rosenzweig, 2014, [9]), El indio (1941) y Mi general (1941), de Gregorio López y Fuentes, El res­plandor (1946), de Mauricio Magdaleno, El águila y la serpiente (1947), de Martín Luis Guzmán y En la rosa de los vientos (1949), de José Mancisidor, todas ellas relacionadas con la Revolución mexicana. Sobre la traducción de esta última, realizada por Kuch­válek y Patava, Ulic.ny´ (2005, 80) afirma que «en la traducción hay algunos calcos y no pocos diálogos suenan demasiado enfáticos. El epílogo de los traductores rebosa de frases anticapitalistas, antiimperialistas y de lucha de clases». Las traducciones sobre narrativa latinoamericana aparecidas en estos años sugie­ren un interés importante entre los intelectuales checoslovacos en las líneas novelísti­cas relacionadas con el indigenismo y en el caso mexicano con las novelas que conta­ron al mundo la compleja Revolución iniciada en 1910 (Ulic.ny´ (2005, 73-92). En este sentido, se abre un espacio de investigación sugerente sobre las posibles concomitan­cias ideológicas, identitarias y estéticas que encontraron las novelas de la tierra, las rei­vindicaciones indigenistas o los postulados revolucionarios mexicanos en la compleja fluctuación cultural de los países del Bloque del Este, que necesariamente habrá que abordar en futuros trabajos. Tras el final de la II Guerra Mundial siguieron traduciéndose escritores y obras afines ideológicamente al socialismo imperante en la Europa Central, como muestran las referencias recogidas por Ulic.ny´ (2005). En la década de los 50 y los 60, el interés político de traductores como Kuchválek y Patava fue de la mano de propuestas menos cercanas a las derivaciones ideológicas contemporáneas y de rescate del pasado, como la de la traducción de la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, de Bartolomé de las Casas, realizada en 1954 (Ulic.ny´, 2005, 82), o la versión de los poemas mexicas de la visión de los vencidos que circularon en México durante estos años y que llevó a cabo en 1969 Ivan Slavík, quien tradujo también el Popol Vuh en 1976. Pese a la ree­dición de obras como Los de abajo (1964), con el título en checo de Soldados de la po­breza, no todas las traducciones partieron de posiciones políticas. La traducción de los cuentos de Juan Rulfo, Llano en llamas, se llevó a cabo en 1964 por V. Kajdos y las car­tas de Šmíd a Alfonso Reyes desvelan las inquietudes del traductor por conocer y en­contrar también obras de calidad, reflejo de la realidad cultural mexicana y latinoame­ricana. Es interesante comprobar cómo el intelectual checo reclamaba constantemente a Alfonso Reyes el envío de libros en español sobre literatura hispanoamericana, por un lado, y el contacto de escritores mexicanos que pudieran facilitarle sus obras, por otro. Los libros fueron llegando a Checoslovaquia con generosidad, sobre todo desde que Reyes se hiciera cargo de El Colegio de México. El interés de Šmíd por conocer con amplitud la literatura hispanoamericana se muestra por ejemplo en la petición de la Historia de la literatura hispanoamericana de Imbert, que Reyes le envía en 1954. Además, Alfonso Reyes le facilita las direcciones de Monterde, de Jimenéz Rueda, de Torres Bodet y le habla en 1956 de un joven escritor llamado Carlos Fuentes: «Es mejor que pida Ud. documentos literarios mexicanos (invocando mi nombre) al Sr. Carlos Fuentes (joven escritor) Fundición 44-4, México, 5, D. F.» (Alfonso Reyes en Rosen­zweig, 2014, [48]), a los que Šmíd escribe también con entusiasmo. Las traducciones de Carlos Fuentes aparecieron con fuerza en el panorama edito­rial checoslovaco en la década de los 60, con la publicación de la novela corta Aura en la revista Literatura mundial en 1965 y las tiradas de la editorial Odeon de La región más transparente y de la editorial Mladá fronta de La muerte de Artemio Cruz, en tra­ducción de Hana Posseltová en 1966. Fuentes conoció en París a Milan Kundera en 1968, año de las revueltas estudiantiles y de la Primavera de Praga, sobre las que es­cribió algunos artículos que recogió en el libro Los 68: París, Praga, México (2005). En diciembre de ese mismo año llegaron a Praga, invitados por Kundera, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, como recuerda el escritor mexicano en los textos «La ciudad de Kafka y de Kundera: Praga y sus fantasmas» (1981) y «Sobre Ju­lio Cortázar» (2000), con el ánimo de apoyar el «socialismo de rostro humano» (2000) del gobierno de Dubcek tras la intervención soviética del 68. El relato de los días de los tres grandes escritores en Praga se entremezcla con la interpretación de los personajes de Kafka y de Kundera y de la situación que está viviendo Checoslovaquia: «No hay ciudad más hermosa en Europa», (1981, 52), escribe Fuentes, pero «la habitan dema­siados fantasmas» (1981, 52). En la semblanza «Sobre Julio Cortázar» publicada en el diario La Nación en el año 2000, Fuentes recuerda los días en Praga y su sorpresa al escuchar un disco de Lola Beltrán en las fábricas checas: La mala pasada que me jugaron Gabo y Julio, invitados por Milan Kundera a oír un concierto de música de Janacek, mientras yo era enviado con la repre­sentación de mis amigos a hablarles de Latinoamérica a los obreros metalúr­gicos y a los estudiantes trotskistas. «Che, Carlos, a ti no te cuesta hablar en público; hacelo por Latinoamérica ...». Algo gané, musicalmente. Descubrí que en las fábricas checas, para aliviar el tedio estajanovista de los trabaja­dores, los altavoces tocaban el día entero un disco de Lola Beltrán cantando «Cucurrucucú, paloma». Lo recuerdo. (Fuentes, 2000) Por otro lado, el discurso que construyen las misivas de Šmíd y Alfonso Reyes muestra el interés del traductor por enseñar también al público checoslovaco literatura dramá­tica y lo cierto es que la recepción del teatro mexicano en lengua checa tiene un reco­rrido interesante durante estos años. El teatro novohispano había llegado a Checoslo­vaquia en la década de los 50 a partir de las traducciones, adaptaciones y estrenos de algunas obras del teatro clásico firmadas por Juan Ruiz de Alarcón, como El tejedor de Segovia, traducida por Olga Fischerová y estrenada el 9 de marzo de 1956 en el Teatro de Bohemia, en Liberec. Además, Vladimir Brusinsky´ tradujo la obra más valorada del autor, La verdad sospechosa, que se estrenó en Plzen. en 1958 (Mamasalieva 2020, 13). Ante la insistencia de Šmíd, Alfonso Reyes le ofrece el contacto de Rodolfo Usigli, a quien escribe en 1958. El dramaturgo mexicano responde dudando de que «Coro­na de sombra pudiera interesar al público de Checoslovaquia por la interpretación no convencional de las figuras de Maximiliano y Carlota» y porque «la memoria de los Habsburgo no puede ser grata en Checoslovaquia» (Rosenzweig, 2014 [37] y [38] nota 181) y le ofrece enviarle ejemplares de Otra primavera, Jano es una muchacha, La fa­milia en casa, El niño y la niebla y La función de despedida. No obstante, no será hasta algunos años más tarde cuando el dramaturgo Jan Makarius adaptara al checo El gesti­culador, una de las obras principales de Usigli, que se estrenó en 1966 con motivo de la visita de la delegación mexicana del ministerio de Cultura de Agustín Yáñez en el Tea­tro Silesiano Zdene.k Nejedly´ en la ciudad de Opava. Al estreno acudió el propio Usigli y el embajador mexicano Alfonso Castro Valle (Mamasalieva, 2000, 19). Eva Mama­salieva (2020, 17-19) propone una interesante argumentación sobre la recepción de la obra, sobre la que se publicaron al menos siete artículos en la prensa checoslovaca, destacando el «hecho inesperado» de que una obra con el fuerte contenido de crítica política como la que propone El gesticulador pasara por las tablas en los años del ré­gimen comunista (2020, 20). Ulic.ny´ anota que Makarius adaptó también de Usigli El circo del mundo, que aunque no pasó por las prensas se representó en 1978. En los años 60, junto con su esposa Jana, el matrimonio Makarius adaptó dos obras de Federico S. Inclán, que visitó el país también en el año 1966. La primera, Cada noche muere Julieta (1963), había sido estrenada en México en 1960 con muy malas críticas (Ugarte, 1971) y fue adaptada y publicada solo tres años después al checo con el título Romeo y Julieta hoy no actúan por la editorial Dilia. En 1965, en la misma co­lección, apareció publicada la adaptación de Una noche con Casanova, pieza cómica basada en un cuento de Stefan Zweig que revisita con poco éxito las aventuras del per­sonaje clásico. Otros de los grandes nombres de la primera dramaturgia especializada de Mé­xico pertenecientes a la Generación del Medio Siglo tuvieron resonancia y adapta­ciones en los teatros checoslovacos durante los años 60 y 70. Es el caso por ejemplo de Rafael Solana, intelectual comprometido con el desarrollo del teatro mexicano que había formado parte de la fundación de la revista Taller, junto a Octavio Paz. En 1963, la editorial Dilia publicó su obra más conocida, Debiera haber obispas, adap­tada por Juan E. Bécquer y Maurice P. Wahl y traducida por Ladislaw Walló, y en la misma editorial apareció en 1965 Ensalada de Nochebuena, en traducción de Marie Effenbergerová. La adaptación del teatro mexicano en Checoslovaquia funcionó bien durante es­tos años como celebración en las visitas de las legaciones diplomáticas, como ocurrió con la visita oficial de Agustín Yáñez en 1966. En este sentido, la puesta en escena de obras mexicanas en Checoslovaquia tuvo un impulso importantísimo con la llegada de la escritora Marcela del Río como agregada cultural de México entre 1972 y 1977. Del Río se había formado en Arte Teatral en el Instituto Nacional de Bellas Artes y es sin duda una de las voces destacadas de la dramaturgia mexicana contemporánea. Su estancia en Praga en la diplomacia mexicana motivó entre otras cosas la escritura de Compendio sobre Checoslovaquia, la llegada de la exposición «Tres mil años del arte mexicano» y la propuesta de montaje de diez obras de teatro mexicano para la compa­ñía nacional checa. De esta forma, pasaron por las tablas checas en los años 70 algunas obras de autores de la Generación de los 50, como Emilio Carballido, cuyo éxito en los teatros mexicanos se exportó a un importante número de países, también Checoslova­quia. El propio Šmíd tradujo y publicó en la editorial Dilia en 1963 la primera traduc­ción de Carballido, versionando Un pequeño día de ira y en 1974 se estrenó El relojero de Córdoba en el Teatro Na Vinohradech en adaptación de Vladimi´r Hora´c.ek. La obra, compuesta en Praga (Socorro Merlín), tuvo una resonancia importante en la prensa nacional (Mamasalieva, 2020, 37). Se conserva un dibujo del diseño escénico del reloj y el folleto de mano con una contribución sobre el teatro mexicano de Marcela del Río (Mamasalieva, 2020, 38). En ese mismo año, el matrimonio Makarius adaptó también Silencio, pollos pelones, ya les van a echar su maíz. Durante la época de Marcela del Río se llevaron también a las tablas las obras de Ma­ruxa Vilalta, Esta noche juntos, amándonos tanto, en adaptación de Hora´c.ek, en 1974, y la pieza de Federico S. Inclán, Cada noche muere Julieta, que fue estrenada en el Teatro Nacional de Ostrava el 23 de noviembre de 1976 (Mamasalieva, 2020, 43). Interesó su mensaje político, adaptado al gusto e ideología del público checoslovaco (Mamasalieva, 2020, 44). La escenificación se realizó en forma de comedia musical, «llena de danzas, de cantos con guitarra, de humor popular y con vestuario colorido (Mamasalieva, 2020, 44). La misma fórmula se utilizó para la adaptación de La fiesta del mulato, de Luisa Jose­fina Hernández el 31 de marzo de 1977, en el mismo teatro en el que se había estrenado El relojero de Córdoba. La obra, adaptada por Milan Clábek y dirigida por M. Vildman en forma de obra musical se tituló Fiesta del monte de plata. La cronología de la web de Marcela del Río apunta también hacia la adaptación de Los argonautas, de Sergio Maga­ña, sobre la que no dan noticias Ulic.ny´ (2005) ni Mamasalieva (2020). También la poesía mexicana ha formado parte de los catálogos de traducciones checoslovacas a lo largo del siglo XX, aunque el número de publicaciones es mucho menor que en el caso de la narrativa o del teatro. Apunta Ulic.ny´ (2005, 139) que los primeros versos mexicanos volcados al checo aparecen en 1907, en la revista Kvety una antología preparada por Antonín Pikhart con diez poetas mexicanos (Manuel Acuña, Balbino Dávalos, Salvador Díaz Mirón, Manuel Gutiérrez Nájera, Fernando Luna, José M. Pino, Ignacio Ramírez, Antonio Zaragoza, Eduardo Zárate y Rafael Zayas). No hay más noticias registradas hasta 1943, cuando en la antología Poesía de héroes y santos de Olga Franková y Jan Fischer se incluyen como poetas españoles las traducciones de poemas de Jaime Torres Bodet, Manuel Gutiérrez Nájera y Amado Nervo. Durante los años 40 y 50 se publicaron traducciones de poetas comprometidos políticamente, como Pablo Neruda, Rafael Guillén, José Martí o César Vallejo, pero no hay noticias de poesía mexicana hasta la década de los 60 y los 70, en las que se producen algunos hitos interesantes. Por un lado, la nueva poesía mexicana desembarca en Checoslovaquia en 1963, en una antología traducida por Ivan Slavík para el número 3 de la revista Literatura Mun­dial. El especial de poesía mexicana, encabezado por un panorama crítico de José Luis Martínez, está conformado por las traducciones de hasta 18 poetas mexicanos, entre los que destacan Ramón López Velarde, Carlos Pellicer, José Gorostiza, Alfonso Reyes, Octavio Paz o Rosario Castellanos. Por otro lado, la obra de Octavio Paz tuvo un papel destacado en el desarrollo de las traducciones latinoamericanas en Checoslovaquia. El Premio Nobel fue el único poeta mexicano del que se tradujo un libro completo en estos años. Emil Volek (1971) dedicó una semblanza a la recepción de Octavio Paz en Checoslovaquia, en la que des­taca su papel axial en la antología de Literatura mundial de 1963. Además del poema «Fábula», traducido por Ivan Slavík, apareció un fragmento de reflexión sobre la mexi­canidad incluida en El laberinto de la soledad titulado «Todos Santos, Día de muertos», en traducción de Kamil Uhlír, junto con unas imágenes de unas máscaras mexicanas y un texto del escritor checoslovaco Norbert Fryd titulado «La magia de las máscaras» (Volek, 1971, 266). En el mismo año, en el número 6, la revista publica un panorama de la poesía latinoamericana de Fernández Retamar, acompañado de una antología de la que forma parte el poema de Paz «Himno entre ruinas», traducido por Lumír Ci­vrny. En 1966 se publica el final de Piedra de sol en el semanario Literarni noviny (Vo­lek, 1971, 267) y un conjunto de versos con el título de Na brehu sveta (A la orilla del mundo) en la colección de poesía de la editorial nacional SNKLU, preparada y tradu­cida por Lumír Civrny, que coinciden con la última parte de la antología Libertad bajo palabra, que había sido publicada en 1960. El mismo Civrny preparó un programa de radio con recitado y comentario de algunos poemas en 1969, titulado «Viento entero, de visita en el taller poético de Octavio Paz» (Volek, 1971, 267). Por último, me gustaría terminar esta panorámica de la literatura mexicana en Checoslovaquia aludiendo a las diferentes antologías de poesía indígena que apare­cieron publicadas en la década de los 70. Ulic.ny´ (2005, 150) y Housková (1990, 304) recogen hasta tres publicaciones en las que los versos precolombinos son los protago­nistas. En 1974 se tiraron 7.000 ejemplares de una colección titulada «Una mariposa de obsidiana», publicada por Mladá fronta y preparada y traducida por Ivan Slavík, que como hemos dicho, pasó por las prensas también una traducción del Popol Vuh en 1976. En 1974 se publican 12.000 ejemplares de La danza de los elementos, una anto­logía de poesía náhuatl que tradujo del castellano y de editó Frantisek Vrhel. Además, en 1977 Melantrich publica 2.000 ejemplares de El vaho sobre el abanico, una selección de poesía precolombina preparada por Miguel Ángel Asturias y traducida por Vlas­timil Marsic.ek. Sobre la importancia del descubrimiento de los textos precolombinos en México en la década de los 60 y los 70, con el tamiz de los trágicos acontecimientos de Tlatelolco en 1968, da cuenta un estudio reciente (Sanchis Amat, 2020) que apunta hacia la reinterpretación del legado indígena en el debate identitario del México con­temporáneo. Es interesante a este respecto que la traducción de los textos editados por Ángel María Garibay y Miguel León-Portilla a finales de los años 50 llegara de manera tan temprana a la Europa Central, muestra del interés etnológico, pero también políti­co, de unos textos que estaban jugando un papel central entre la intelectualidad mexi­cana del momento. 4 Conclusiones y líneas de investigación Como hemos tratado de señalar en estas líneas, la difusión y traducción de la literatu­ra mexicana en Checoslovaquia durante los años de la Guerra Fría fue notable y cre­ciente debido principalmente al interés de diferentes humanistas, al afianzamiento de la academia hispanoamericana en el país y a las estratégicas relaciones institucionales que se fraguaron en unas décadas en las que ambos países necesitaron de la influencia internacional para asentar su maquinaria de Estado. Las obras de los escritores mexicanos llegaron a Checoslovaquia a través de pro­yectos editoriales, festivales de cultura o viajes institucionales a partir sobre todo de la década de los 30 y en torno principalmente a las noticias literarias que revisaban el compromiso con la Revolución mexicana. En las décadas siguientes, y con la llegada al poder del régimen comunista, se fomentó un intercambio cultural de corte ideoló­gico, que sobre todo en la narrativa llevó a las prensas checoslovacas obras y autores comprometidos políticamente. El sentido social de la Revolución mexicana interesó a los revolucionarios centroeuropeos, que vieron con buenos ojos unas historias y unos intelectuales que defendían proyectos que, alejados en sus contextos nacionales, coin­cidieron en algunas de sus líneas maestras. El teatro fue de la mano de las relaciones institucionales y funcionó notablemente como aderezo de los encuentros y visitas bi­laterales. Las piezas teatrales adaptadas y estrenadas en Checoslovaquia se ajustan a las dos líneas principales del nuevo régimen dominante. Por un lado, las obras de corte político, siempre revisadas y preparadas para el contexto checoslovaco, y por otro, las representaciones de comedias amorosas y de enredo, adaptadas festivamente y con una gran cantidad de bailes y motivos exóticos para el entretenimiento del público checoslovaco. El camino de la poesía, por su parte, tuvo un recorrido menor y per­maneció unido a revistas especializadas y al interés por el género lírico de diferentes humanistas checoslovacos que investigaron y tradujeron antologías de los principales poetas mexicanos del siglo XX y trasladaron también a su ámbito cultural el creciente interés por los textos indígenas y la reescritura de un pasado conflictivo en el que am­bas naciones se reconocieron y forjaron un importante espacio de encuentro. 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Durante estos años, la relación que entablaron intelectuales de los dos países motivó un florecimiento de la literatura mexicana en tierras europeas, forjándose un importante viaje de ida y vuelta en su es­tudio y recepción. Para el análisis de nuestro objeto de estudio partimos de la revisión de las relaciones institucionales y culturales entre ambos países, que antecede al co­mentario de las ediciones mexicanas publicadas en Checoslovaquia entre 1936 y 1979, con el objetivo de establecer una cronología de publicaciones de los diferentes géne­ros y abrir líneas de investigación acerca de las motivaciones de las principales obras mexicanas publicadas en Checoslovaquia. Razširjenost in prevajanje mehiške književnosti na Ceškoslovaškem med hladno vojno Kljucne besede: hladna vojna, Mehika, Ceškoslovaška, književnost, prevajanje Clanek zacrta panoramski pregled recepcije mehiške književnosti na Ceškoslovaškem v letih hladne vojne na osnovi raziskave o razširjenosti in prevajanju mehiških knji­ževnih del, o katerih so v casopisju pisali priznani poznavalci Mehike. V tistih letih so odnosi, ki so jih navezali intelektualci obeh držav, v Evropi spodbudili razcvet mehiške literature ter njenega proucevanja in recepcije. Avtor zacne analizo s pregledom insti­tucionalnih povezav med državama, nato osvetli in kronološko razvrsti objave mehi­ških del na Ceškoslovaškem med letoma 1936 in 1979 ter odpre smeri raziskovanja vzgibov za prevajanje najpomembnejših mehiških del v tem obdobju. The dissemination and translation of Mexican literature in Czechoslovakia during the Cold War Keywords: Cold War, Mexico, Czechoslovakia, literature, translation This article aims to provide an overview of the reception of Mexican literature in Czechoslovakia during the years of the Cold War on the basis of a study of trans­lations of Mexican literary works discussed in the Czechoslovak press by leading Mexicanists. During these years, strong relationships between intellectuals from the two countries helped raise the profile of Mexican literature in Europe by stimulat­ing interest in its study and reception. This paper first reviews the institutional and cultural relations between both countries, then discusses the publication of Mexican literature in translation in Czechoslovakia between 1936 and 1979, establishing a chronology of publications in the different genres and exploring the motivations for the translation and publication of the main works of Mexican literature in Czecho­slovakia during this period. O avtorju Víctor Manuel Sanchis Amat je doktoriral iz literarnih študij na Univerzi v Alicantu. Sodeluje v nacionalnih raziskovalnih projektih »Construction / reconstruction of the pre-Columbian and colonial world in the writing of women in Mexico (XIX-XXI cen­turies)« in »Latin American Writers in European Socialist Countries during the Cold War«. Je avtor monografij ‘Y todo esto pasó con nosotros’. Rewritings of the indigenous world in the literature on Tlatelolco 1968 (2020) in Francisco Cervantes de Salazar, a Humanist in New Spain in the 16th century (2016) ter sourednik monografij Raul Zuri­ta: An Allegory of Desolation and Hope (2016) in The Literature of Independence and the Independence of Literature (2012). Objavil je tudi vec clankov in poglavij v znanstvenih revijah in knjigah o starejši in sodobni latinskoameriški književnosti. E-naslov: victor.sanchis@gcloud.ua.es About the author Víctor Manuel Sanchis Amat has a PhD in Literary Studies from the University of Alicante. He is a team member of the national research projects “Construction / recon­struction of the pre-Columbian and colonial world in the writing of women in Mexico (XIX-XXI centuries)”, and “Latin American Writers in European Socialist Countries during the Cold War”. He has published the following monographs: ‘Y todo esto pasó con nosotros’. Rewritings of the indigenous world in the literature on Tlatelolco 1968 (2020) and Francisco Cervantes de Salazar, a Humanist in New Spain in the 16th cen­tury (2016) and was a co-editor of the volumes Raul Zurita: An Allegory of Desolation and Hope (2016) and The Literature of Independence and the Independence of Literature (2012). He has also published article and chapters in various scholarly journals and ed­ited books on viceregal and contemporary Latin American literature. E-mail: victor.sanchis@gcloud.ua.es Damaris Puñales-Alpízar Translation Practices during the Cold War: The Battle for Cultural Control in the Caribbean 1 Introduction The triumph of the Cuban Revolution in 1959 shifted the course of the Cold War and made the Caribbean region the center of many geopolitical strategies by East and West in their disputes over control of the area. Being so close to the United States, Cuba posed a challenge and a risk to American economic, political, and financial interests and a manifestation of the threat of communist expansion in Latin America. Both the United States and the Soviet Union sought to increase their control and ideological influence through cultural production, and devoted enormous amounts of resources, both human and economic, to guarantee their presence and visibility in the region. This article will explore how the new situation created by a socialist revolution in the Caribbean disrupted the dynamics and balance of international power in the region, and how some specific cultural practices, like literary translation, cultural diplomacy, and artistic exchanges, reshaped the ideological imaginary in the area. Specifically, the article will first focus on the formation of a socialist translation system in Cuba after 1959, and then will analyze how socialist translation was put into practice, and how the circulation of periodical publications from the Eastern bloc tried to influence Cuban population to create a specific social subjectivity. Many studies have been devoted in the last few decades to the cultural Cold War in Latin America, starting with the groundbreaking study published in 1999 by Francis S. Saunders, The Cultural Cold War. The CIA and the World of Arts and Letters. More recent and equally important works include Política y polémica en América Latina. Las revistas Casa de las Américas y Mundo Nuevo, by Idalia Morejón Arnaiz, in 2017; La poesía al poder. De Casa de Las Américas a McNally Jackson, by Cristián Gómez Olivar­es, in 2018, and Guerra por las ideas en América Latina, 1959–1973: Presencia soviética en Cuba y Chile, by Rafael Pedemonte, in 2020. All these studies, and others, offer a precise map of the actions, money, and human and technological resources used by both superpowers, the Soviet Union, and the United States –sometimes in a more visible way, sometimes less obviously– to gain influence in the rest of the world and specifically in the Latin American continent. Our article, much more modest, points to an area that none of these studies have taken deeply into account: the role that translations played not only in putting a “high” literary culture into circula­tion, but also in reaching out to a broader audience by promoting “popular culture”. 2 Creation of a Socialist Translation System Soon after taking power, the new Cuban authorities became aware of a significant challenge: the island did not share its native language with any other member of the socialist bloc, and Cuba lacked translators from the languages of those nations. Histor­ically, the languages of Cuban translation had been English and French, languages that were not massively spoken in the socialist countries: in many cases, these languages were politically and ideologically ‘suspect,’ although in others, like in Russia, there was a long French cultural tradition from the tsarist times. As Konstantin Azadovskii and Boris Egorov demonstrate in their article “From Anti–Westernism to Anti–Semitism: Stalin and the Impact of the ‘Anti–Cosmopolitan’ Campaigns on Soviet Culture”, in the late 1940s the Soviet authorities thrusted an anti–Western campaign that not only lim­ited travel abroad for its citizens but also tried to increase the importance and domi­nance of Russian as a scientific and international language. In this context, French was perceived as a feudal language, and English, as the language of the enemy. Moreover, by the sixties many countries within the socialist bloc had made Russian language mandatory in the schools. As Marshall R. Singer states, While Russian was never the official language of any of the countries of Eastern Europe, it was the second language, spoken in the higher government, mili­tary, and intellectual circles. Most schools in Eastern Europe taught Russian as a second language … In countries such as Afghanistan, Cuba, and Vietnam, on the periphery of the Soviet sphere but still under heavy Russian influence, the percentage of Russian speakers was lower but still significant (Singer, 1998, 21). As mentioned, when the Cuban Revolution triumphs, the new government faced, among others, a linguistic challenge. To partially overcome this specific difficulty, while new translators were trained some works were made available through indirect translations from a third language, following a practice that had been in place for dec­ades.14 Para los datos bibliográficos completos de las ediciones checoslovacas son magníficos los catálogos que proporcionan Ulic.ny´ (2005), Rosenzweig (2018) y Mamasalieva (2020). However, two main factors eased the path for translations from Russian into Spanish, and the arrival of a great number of translated Soviet books on the island: first, the presence in the Soviet Union of a strong intellectual community of Spanish–speaking citizens (the “Children of the War,” who had been sent to the USSR during or after the Spanish Civil War, 1936–1939). Many of the members of this Spanish–Soviet community were the first linguistic bridge between Cuba and the USSR; secondly, the Soviet Union —a multilingual nation itself—, despite its suspicions regarding certain languages, had a solid translation history furthered and consolidated since the begin­ning of the twentieth century by the World Literature publishing house founded by Maxim Gorki in Petrograd in 1918. According to Blas Nabel Pérez Camejo: “en 1960 se exportaron a Cuba 12 mil ejemplares de libros soviéticos. En 1962 esta cifra se acercó al millón” (Pérez Camejo, 1990, 300). At the same time, specialists from the socialist countries traveled to Cuba to perfect their skills and take on the task of translating from their original languages into Spanish and teach their language to Cubans. In a speech on December 22, 1961, Fidel Castro did what can be considered the first call for students to master the languages from the socialist bloc, especially Russian: Necesitamos 2 300 graduados de octavo grado para ingresar como becados también en la escuela Héroes de Girón para profesores del idioma ruso … Seguirán estudiando, naturalmente, su bachillerato; es decir, su secundaria y su preuniversitario, pero al mismo tiempo recibirán enseñanza que los capac­ite como profesores del idioma ruso … Necesitamos 200 graduados de secundaria básica para estudiar, como inter­nos en la escuela de idiomas, otros idiomas distintos que los capacitarán para desempeñar diversas funciones: intérpretes, traductores, en los organismos estatales (Castro, 1961). In a date as early as 1962, the Soviet Union sent 100 professors of Russian language to the island, following the petition by Fidel Castro (Pérez Camejo, 1990, 268–274). El Ministerio de Educación de la URSS y el CC del Komsomol lo habían for­mado [the pedagogical contingent] de entre los mejores egresados de los cen­tros pedagógicos. Fueron alojados en uno de los barrios aristocráticos de La Habana, en Miramar … Precisamente aquí fueron organizadas dos escuelas que debían preparar, mediante un programa acelerado, profesores y traduc­tores de idioma ruso. Estas escuelas recibieron el nombre del famoso revolu­cionario francés, Pablo Lafargue (nacido en Cuba), y del gran escritor prole­tario soviético Máximo Gorki (Pérez Camejo, 1990, 272). These steps were part of a broader objective of transforming the island’s cultural landscape and creating a new literary and translation system. Consequently, laws were passed, and institutions created to promote the production and consumption of cul­ture generated not only in Cuba but also throughout the world, with an emphasis on the Eastern Bloc. Among the first steps that the Cuban government took after 1959 to promote cultural production and consumption, it is worth mentioning the founding of Casa de las Américas in April of that year, and its publishing house the following year; the creation of the National Printer in 1959 —between 1962 and 1967, when it became the National Publishing House. From the National Printer other press houses were also created, such as University Press, Pedagogical Press, Youth Press and the Politi­cal publishing house—; the literacy campaign in 1961 —it is estimated that more than 700,000 people learned to write and read with the help of thousands of volunteers of all ages—; the Department of Literature and Publications of the National Cultural Coun­cil (1959–1962); the Union of Writers and Artists of Cuba, in 1961; Revolution Edition (1965–1967, under the direction of the National Cultural Council, for the publication of university books); the Book Institute, in 1967. Two other important initiatives cre­ated independently left their mark on Cuban cultural life in those early years: Edi­ciones R., a publishing house founded by members of Lunes de Revolución, which only survived until 1965, and Ediciones El Puente, created in 1960.21 For instance, in 1848 Diego Vicente Tejera translated 17 poems by Sándor Petöfi, the Hungarian Nati­onal Poet. He translated them from the French. After the Cuban Revolution, Félix Pita Rodríguez tran­slated Vietnamese literature from French versions. In other cases, Cuban writers worked with foreign translators to complete indirect translations of literary works, like in the special issue of the journal Union, in 1965, dedicated to Hungarian literature: the Cuban team (Fayad Jamís, Félix Pita Rodríguez, Angel Augier, Fernando Moro, David Fernández, Luis Marré, José Rodríguez Feo, José Luis Martínez y Armando Álvarez Bravo) worked on direct translations provided by Hungarian translators Vera Sékács and András Simor. See: Revista Unión. Literatura húngara de hoy 2, abril–junio 1966. Both were doomed to failure due to the sociopolitical context of the time. In 1967, an additional important step was taken: the creation of the Department of Translations in Havana, as part of an entire apparatus to guarantee universal access to quality World Literature, not just from the socialist countries. This Department were to work closely with the Cuban Book Institute to provide translation services to all publishers affiliated with it, and it was made up of a team of about 20 translators of recognized competence, like Virgilio Piñera and César López, among others. This small number of literary translators, however, could not meet the high translation de­mands: immediately after 1959, the government created new institutions, like Casa de las Americas and the Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba with the inten­tion of establishing direct contact with the international intellectual community. This small number of translators had to provide their services to all literary publishers of the time, and others that were created later: Arte y Literatura; Gente Nueva; Ámbito… (Smorkaloff, 1987, 172). On many occasions, given the impossibility of translating a certain work on time, an alternative adopted was to use translations already made into Spanish (Acosta, 2008). The other option was to rely on translations provided by Soviet and other socialist translators and publishers. As a result of all these efforts, translation reached an unprecedented level of pro­fessionalization; at the same time, the universities established careers specialized in the study of foreign languages and thousands of students were sent to the Eastern bloc to learn languages theretofore practically unknown in Cuba. Years later, other higher ed­ucation institutions exclusively focused in the teaching of foreign languages ..were cre­ated: The Faculty of Foreign Languages ..of the University of Havana (FLEX), in 1972; and the Pablo Lafargue Higher Pedagogical Institute (ISPLE), in 1977. All these steps aimed to consolidate the birth of a new Cuban cultural citizenship through the education and teaching of reading and writing of the population, and by mak­ing cultural production accessible to all Cubans in terms of both price and location. The new authorities were determined to challenge the notion of the bourgeois–lettered city. Angel Rama, in La ciudad letrada, defines the lettered city as the center of power in the Latin American societies created after Spanish colonization: En el centro de toda ciudad, según diversos grados que alcanzaban su pleni­tud en las capitales virreinales, hubo una ciudad letrada que componía el an­illo protector del poder y el ejecutor de sus órdenes: una pléyade de religiosos, administradores, educadores, profesionales, escritores y múltiples servidores intelectuales, todos esos que manejaban la pluma, estaban estrechamente aso­ciados a las funciones del poder … Desde su consolidación en el último tercio del XVI, ese equipo mostró dimensiones desmesuradas, que no se compa­decían con el reducido número de los alfabetizados a los cuales podía llegar su palabra escrita y ni siquiera con sus obligaciones específicas, y ocupó simul­táneamente un elevado rango dentro de la sociedad (Rama, 1984, 25). By the mid–twentieth century, this description fit the Cuban reality: cultural produc­tion, especially literature, tended to be an endogenous practice, where producers and consumers were one and the same. Although Cuba had a solid literary tradition, the number of illiterate citizens was huge.32 In his book El martillo y el espejo: directrices de la política cultural cubana (1959–1976), Emilio Gallar­do Saborido makes a very accurate analysis of the disputes between Alejo Carpentier —director of the National Publishing House since its creation in 1962, until 1966— with El Puente group. In this sense, the concrete steps taken by the Cuban government in those first months and years constituted an effort to remedy the limited access to both domestic and worldwide cultural production while also foster­ing local production. But all these nuances need to be read in the more global context of its time. The tri­umph of a revolution led by young rebels, so far from the epicenter of socialism, came to fulfill the hopes of the international left, as a fresh new movement that would also open the door to Latin America and defy the United States and its system of values. 3 The Cold War in the Caribbean: The Menace of Russian Translations On the Caribbean geopolitical map configured after 1959, but especially starting in 1961, when Castro declared Cuba a socialist nation, Cuba and Puerto Rico became the antipodes of the confrontation between the socialist and capitalist blocs. As in the rest of the world, here also the cultural Cold War was moving in two directions: toward high culture, with the publication of journals such as Casa de las Américas and Mundo Nuevo, while also reaching out to more people through popular magazines. Two spe­cific publications illustrate this cultural confrontation through translation practices: Reader’s Digest, from the United States, and Sputnik, from the Soviet Union. Symboli­cally, these two magazines can be seen as depicting the battle for the control of the Car­ibbean, not only culturally, but also ideologically and politically. It is necessary to add that despite frequent comparisons between Selections from the Reader’s Digest and Sputnik that note the similarities between the two publications’ formats and objectives, significant differences separate them: Sputnik was of a shorter duration —circulated only between 1967 and 1997— while Reader’s Digest began in 1922 and is still in circulation. The number of copies and languages ..into which the content was translated, and therefore the magazines’ scopes, also differed: Sputnik was published in seven languages, with a monthly circulation of 500,000 copies in at least 30 countries, while Reader’s Digest was translated into 21 languages ..and its worldwide circulation reached several million copies. Unlike Reader’s Digest, whose circulation was banned in socialist countries, Sputnik was distributed and sold in various nonso­cialist countries. Another important difference, evident just by opening any of the two magazines, was the lack of publicity in the pages of Sputnik,43 According to official data offered by the Cuban government, before 1959 the 23.6% of the population was illiterate. See “Cuba en cifras antes y después del triunfo de la Revolución,” https://www.radiore­belde.icrt.cu/50–revolucion/estadisticas.html. contrary to the abun­dance of promotional information found in Reader’s Digest. These two, needless to say, were not the only ones; there was a myriad of periodi­cal publications such as New Times, Moscow News, and Soviet Woman on the Soviet side, and Life magazine, The Saturday Evening Post, Man’s Magazine, and Stag on the North American side.54 Occasionally, some advertisement could be found on the back cover of Sputnik. According to Francis S. Saunders, [la CIA situó] agentes en el Correo del Pacífico Sur (Santiago), en el Crónica de Guyana, El Sol de Haití, el Tiempos de Japón, La Nación de Rangoon, el Diario de Caracas, el Bangkok Post, y antes de la Revolución cubana, el Tiempos de La Habana … “No más Cubas” era una política concreta para la CIA que, con este objetivo, poseía varias revistas de calidad que hacía circular tras Tortilla Curtain, Cuadernos (editada por Julian Gorkin y, más tarde, por Germán Ar­ciniegas), y su sucesor Mundo Nuevo (editada por el literato uruguayo Rod­ríguez Monegal, y diseñada para promover el tema del “Fidelismo sin Fidel”). Por otra parte, la CIA también creó una división en Nueva York llamada For­eign Publications Inc. (Publicaciones extranjeras inc.) para subsidiar varias publicaciones anticastristas (Saunders, 2003). Even before the Cuban Revolution, the United States had focused on expanding its in­fluence by means of cultural magazines and subsides to intellectuals and writers. One of the main instruments of that effort was the Congress for Cultural Freedom, whose “Manifesto to Free Men” proclaimed that “freedom of opinion is one of the inalienable rights of man.”65 For more detailed information on popular North American magazines, see Parfrey, 2015. En su máximo esplendor, el Congreso llegó a tener oficinas en 35 países, pub­licaba más de 20 revistas de alta calidad, y organizaba seminarios, conciertos, premios literarios y exposiciones. En este período, no hubo una sola organi­zación, salvo en la Unión Soviética, que dispusiera de tan grandes recursos, o que influyera de manera similar en las carreras de tantas personalidades cime­ras de la cultura (Saunders, 2003). As Saunders explains, among the first magazines published by the Congress for Cul­tural Freedom were Encounter (United Kingdom), Preuves (France), Tempo Presente (Italy), Cuadernos (Latin America), Quest (India), and Quadrant (Australia) as well as others outside of the literary realm: Soviet Survey, Science and Freedom, and other news magazines such as Forum Service. From 1964 to 1968, new titles appeared: China Quarterly, Minerva, Censorship, and Transition (Morejón Arnaiz, 2017, 21). The Unit­ed States was concerned about Latin America, and magazines were founded in the region with the same objective of preventing or slowing down the advance of commu­nist ideas and counteracting anti–American sentiment, which had been exacerbated by events such as the military intervention in Guatemala in 1954. Some of these maga­zines were, as Morejón Arnaiz enumerates, Cuadernos (Paris, 1953–1965), Cadernos brasileiros (Rio de Janeiro, 1959–1970), Temas (Montevideo, 1965–68), and Mundo Nuevo (Paris and Buenos Aires, 1966–1971). Several, such as Mundo Nuevo, were fi­nanced through the new organization created after the dissolution of the Congress for Cultural Freedom, the International Association for Cultural Freedom, which was funded by the Ford Foundation. Saunders illustrates the role of intellectuals in the cultural Cold War: No se trataba de comprar o subvertir a escritores e intelectuales, sino de crear un sistema de valores arbitrario y artificial con el que los académicos fueran promovidos; los editores, designados; y los estudiosos, subsidiados y publica­dos; no por sus méritos —que en ocasiones eran considerables— sino por su filiación (Saunders, 2003). Although in this case Saunders is referring to the role of the United States and the CIA in the cultural Cold War, it is interesting to note that this same trend can be extrapolat­ed and effectively applied to the Soviet case. Both powers, with almost identical strate­gies, pursued the same objective: the formation of a citizenry that responded to a par­ticular ideology. The concept of ideology proposed by Marianne Moyaert is useful for a better understanding of the situation: “Ideology functions as a pre–given symbolic realm, permeating all discourse, claiming a certain naturalness. It exerts a power over how people within a society think, what they accept as reasonable, what they consider important, valuable and worthy of pursuit” (Moyaert, 2011, 96).  In her article “Between Ideology and Utopia: Honneth and Ricoeur on Symbolic Violence, Marginalization and Recognition,” Moyaert proposes a reading of ideology as an expression of cultural imagination that is useful for understanding the mecha­nisms of social domination in a given period, and the role played by the magazines in question as essential cogs in said machinery of domination. She follows the postulates of Ricouer, who rejects the view that critical theory has negatively represented ideol­ogy as a false consciousness: At its deepest level, ideology is integration, fulfilling the important role of symbolically gathering people together as a community. It both establishes and preserves a community’s sense of unity‚ “by means of symbolic systems immanent in action and thereby preserves the social identity of the political community.” A society revolves around a cultural heritage grounded in shared memories that are commemorated. “[This commemoration] takes place in [their] narratives, [their] legends, [their] histories, whose heroes are people, or at least individuals; it happens in [their] feasts with their celebrations, their rituals” (Moyaert, 2011, 95). Once the group led by Fidel Castro came to power, the island became the epi­center of the socialist camp’s geopolitical operations, where ideological dissemina­tion through culture —especially literature in translation— served as the most vital battleground for the confrontation between the East, led by the Soviet Union, and the West, led by the United States. The Cuban socialist experience modified the tra­ditional colonial and imperial borders and transformed the Caribbean in an arena of new geopolitical content. Although the Cold War started after the end of World War II, it was not until the triumph of the Cuban Revolution that the Caribbean —still suffering from its colonial history— turned into a hotbed of confrontations between the two political poles. One of the most active forms of such confrontation took place via culture, particularly the printed word and literary translations. Given the rudimentary quality of the almost nonexistent translation system in Cuba in 1959, as previously stated, which consisted mainly of a few writers and intel­lectuals, the Cuban government and its new allies took a comprehensive approach to train translators who would put into circulation the new ideological–aesthetic pos­tulates not only in Cuba but in the entire region. As part of these cultural strategies promoted and sustained mainly by the So­viet Union, given its political and economic weight among the socialist nations, in­tellectuals and artists from socialist and nonsocialist countries were invited to visit the USSR so they could witness the advances of Soviet society and later report on this reality in their respective countries. In addition, many students from develop­ing nations had the opportunity to go to the Soviet Union to pursue a higher edu­cation for free. And many scientists from those developing countries took part in programs such as Interkosmos, which sent them into outer space in joint flights with the Soviets. In this new context in the Caribbean, so close to home, the United States felt forced to deploy and reinforce strategies to guarantee its dominance in the region. It intensified its military interventions in the area: between January 1959 and Febru­ary 1972, it carried out 42 political–military operations in the Caribbean.76 Idalia Morejón Arnaiz has studied the Congress for Cultural Freedom, as well as magazines and their institutions. Notable among these were the military interventions in the Dominican Republic in 1965, in Curaçao in 1969, and in Trinidad and Tobago in 1970. To guarantee the success of such interventions, the United States maintained military bases in the area,87 19 of these were related to Cuba, 9 to the Dominican Republic and 8 to Haiti; overall, such operations were related to 11 countries from the area: Cuba, Dominican Republic, Haiti, Panama, Guatemala, Ni­caragua, Venezuela, British Guyana, Trinidad and Tobago, Curaçao and Mexico (Pierre–Charles, 1998, 149). just as the Soviet Union had the Lourdes listening station in Cuba. It is important to remember that in 1959 Cuba supported at least three invasions to neighboring countries: to Panama on April 18,98 The United States had ten military bases in the Panama Canal Zone until 1999; six in Puerto Rico; Guantanamo in Cuba; Chaguaramas in Trinidad (between 1958 and 1971); and the tracking stations in Antigua and Santa Lucia, and those of the naval experiment in the Bahamas (Lieuwen, 1966, 9). to the Dominican Republic on June 14,109 A group of eighty–two Cubans dressed in olive green disembarked in Nombre de Dios (on Panama’s Atlantic coast). César Vega, major of the Navy Cuban, led them. The men were seeking to overthrow the government of Roberto Arias, but they were defeated by the National Guard and imprisoned. The Cuban government denied being behind the operation. and to Haiti on August 30.1110 Alberto Bayo, from Republican Spain, who had trained Cubans for the Granma expedition in 1956, also trained Dominican exiles. Fifty–six men landed in the town of Constanza aboard a Venezuelan C–46 plane and fled to the mountains to establish a guerrilla force. They were annihilated in two weeks. Two yachts then docked in Maimon Bay; the crew members were exterminated, and any survivors, killed. Later, Cuba stopped trying to promote the rebel movements in the Caribbean basin, at least by those means. But the confrontation touched all areas of reality, beyond military exercises and interventions. In this sense, magazines like Reader’s Digest and Sputnik can help us to understanding the magnitude of the ideological confrontation that took place through culture. These magazines had the largest circulations of their kind, and in both cases their audiences extended far beyond the borders of the United States and the Soviet Union, respectively, not to mention far beyond the Caribbean basin: both circulated, in trans­lation into other languages, in many countries. The two magazines also maintained an ideological counterpoint, often mixed with all kinds of information from a range of journalistic and even scientific sources. 4 Reader’s Digest vs. Sputnik When in 1975 the Soviet magazine Sputnik started circulating in Spanish language, and therefore, arrived in Cuba, the readers of the island were already familiar with Russian culture and literature. In the 25 previous years, the impact of the Soviets was visible in all areas of social, military, and economic life, and the magazine, with its diverse content and colorful pages, became one of the favorites for the Cuban public. In total, more than 160 issues circulated between 1975 and 1989 in Cuba. The magazine, as well as the rest of the publications from the socialist bloc, but mainly from the Soviet Union, promoted a specific model of society by praising heroism, sac­rifice, science and sports. To better understand the scope of the influence that these periodical publications had on the generations of Cubans, it is valid to bring up the opinion of filmmaker and writer Oneyda González, when she explains her script for the documentary Todas iban a ser reinas: Una de las cosas que me vino de inmediato a la mente era eso: ¿qué pasó con el modelo de mujer en el que yo me formé? Porque yo soy una mujer que to­davía me formé leyendo revistas como La mujer soviética. Yo recuerdo que yo quería ser bailarina, o científica, o cosmonauta. Eran esos los modelos y, además, era interesante … Yo me acuerdo de que en las páginas centrales de aquellas revistas venía la vida del hogar de aquellas mujeres que tenían un buen marido, que podían desarrollarse plenamente en la vida social y eran un modelo de lo que yo quería ser (Unpublished interview). As González clearly states, these magazines not only provided the Cuban reader with interesting and somehow exotic information about distant realities but also portraited aspirational models for the new society promoted by the government on the island. The information published in those magazines, as well as the ideological and sen­timental education promoted by culture and formal instruction in general, facilitated the creation of a Cuban social subjectivity connected to USSR models —and to the rest of the socialist world, although to a lesser degree—. Once the magazines disappeared, and the socioeconomic system that supported them, a large part of those who were educated under these aesthetic precepts, continue to feel a sentimental affinity for a common past that was written, to a large extent, with letters of the Cyrillic alphabet. Years later, the prohibition on the circulation of popular magazines like Sputnik and Moscow News (Novedades de Moscú), in August of 1989,1211 About 30 Cuban expedition members disembarked in the community of Les Irois, South of Haiti, alone, because the ship where the exiles were supposed to arrive Haitians who would be part of the expedition never arrived. Cubans took refuge in the forest but were decimated shortly after. illustrates the ideologi­cal scope conferred on these publications. In the editorial published in Granma, its (unknown) author states that Novedades de Moscú y Sputnik son portadoras de puntos de vista y posiciones respecto a la construcción del socialismo, a partir de una determinada inter­pretación de la experiencia soviética, casi siempre controvertidos, cuando no sustancialmente divergentes de los criterios y la orientación esencial de nues­tro Partido, tanto en lo que concierne a las vías y métodos de la edificación socialista como a cuestiones ideológicas medulares (1989, 9). For as long as these magazines served their purpose of helping the ideological inter­ests of the state, they were welcome. But once that the government perceived them as a threat, they were banned. In Cuba, Sputnik was one of the magazines with the largest circulation for several reasons: the limited variety of publications available to the public at the time, its afford­able price, and the diversity of its content. Novosti, the agency in charge of putting Sputnik into circulation, was interested in promoting abroad a positive, modern image of socialist development in the Soviet Union. The very name of the magazine points in that direction: Sputnik was the first artificial satellite, launched by the Soviet Union in 1957. The magazine had fixed sec­tions that addressed a range of topics, from politics to science, the arts, and literature. But besides the variety and attractiveness of its content, one of the main functions of the magazine was to serve as a counterpart to the values promoted by the West. Sputnik’s eleventh issue, from November 1980, clearly illustrates this goal. It included “The Future Began in 1917,” an excerpt from an article by Nikolai Polianov, taken from the magazine Inostrannaya Literatura (Foreign Literature). In the article, the author re­counted the life of Vladimir Lenin, and in particular, his encounter with H. G. Wells in 1920: “If the peoples of the Western countries truly want to help the Russian people, they must learn to understand and respect the convictions and principles of the Bol­sheviks. So far, the governments of Western countries have ignored these convictions and principles in the rudest way” (Polianov, 1980, 5). Highlighting such statements made by Western public figures, along with the dis­semination of news of socialist achievements in science and sports, were the most fre­quent legitimation strategies used by the magazine to promote Soviet ideology. Crit­icism of the capitalist system by leading politicians was also a common trend. For instance, the same article quoted Henry Ford II and John Kennedy: according to the magazine, Ford would have offered the following agonized commentary on the US future: “I don’t know where we are headed to. There are two directions to follow: one leads to war and the other to bankruptcy.”1312 The editorial officially banning Sputnik and Novedades de Moscú first appeared on the regular Granma issue on August 4, 1989. For this article we have consulted the Resumen Semanal, where the editorial was also reproduced. And from Kennedy, Sputnik reproduced the following statement made by the US president in 1961: “Before the term of my presidency expires, we will have to verify again if an organized and administered na­tion like ours can continue to exist. I am not very sure that we will succeed in this test” (Polianov, 1980, 7). It would be too cumbersome to dwell on the many quotes of this type reproduced in the magazine during the socialist years (1967–1991), but the few examples noted above provide a snapshot of the trend. From the beginning of the twentieth century, the United States had a particular interest in Latin America and the Caribbean, but since the Second World War it has paid special attention to the area. According to Lisa Ubelaker Andrade, the United States government strengthened its investment in the region, and, through the Office of the Coordinator of Inter–American Affairs (OCIAA), under the direction of Nelson Rockefeller, produced media designed to curb Nazi influence and advance U.S. shares of the consumer market (Cramer & Prutsch, 2012; Hart, 2013). The office also provided incentives for private en­tities willing to invest in pro–Allied propaganda aimed at the region (Ubelak­er Andrade, 2019, 5). One of the main tools for such a goal was the wide circulation of Reader’s Digest in the region. Although it was a privately venture, it was billed as a way to build cultural ties outside of the United States while also contrib­uting to international diplomacy; press surrounding the venture stated that the Latin American edition of the U.S. magazine would aid the U.S. war effort, consol­idating support for the United States in the region (Ubelaker Andrade, 2019, 5). By the middle of the 40s, the magazine had become a huge success in the continent, where thousands and thousands of copies were bought in a matter of hours every month. In the same way that Sputnik would promote the Soviet lifestyle and ideology years later, Reader’s Digest exalted US values as the ideal to be achieved by readers eve­rywhere. According to Ubelaker Andrade, “the U.S. magazine targeted [existing] Latin American professionals, viewing them as a consumer market as well as a politically–relevant group” (Ubelaker Andrade, 2019, 8). When analyzing the role of the magazine in the construction of a social imaginary from its beginning, Joanne Sharp, in her 2010 book Condensing the Cold War: Reader’s Digest and American Identity, states that [i]f the interwar period could be seen as one in which Reader’s Digest created an ambivalent political geography, then the period that followed the end of World War II would be characterized by a single–minded obsession with the threat that communism posed to the “free world” (Sharp, 2010, 83). The communist peril was writ large in articles that explained the danger to society if individuals did not act as responsible citizens … Increased vigilance was necessary because of communist conspiracies to take over the world … In­tensification of the narrative of communist takeover as a result of ignorance led ultimately to the introduction of the concept of “total war” (Sharp, 2010, 89). In this vision constructed by the magazine, the Soviet Union is presented as an absolute evil in a way that was reasonable and acceptable to readers. In this sense, the Soviet Un­ion was represented as the alter ego of the United States, and as a threat. For much of the period in question, Sharp’s study shows that Reader’s Digest published a great number of articles related to the Soviet Union or communism.1413 The magazine does not mention when Ford II supposedly said this phrase or provide the context. These articles, according to Sharp, presented communism not as a mere political ideology, but as an essentially Russian ideology whose tactics of territorial expansion were disguised as utopian claims (Sharp, 2010, 86). Anti–Russian sentiment, then, was extrapolated out and directed against any territory in which the Soviet presence or influence was notable or threatening. One example is the article “Why Fear Russia?” that appeared in the October 1955 issue of Reader’s Digest. The text, authored by David Lawrence, called Americans to re­main vigilant because “for Russia anything is a weapon” (Sharp, 2010, 89). After 1959, when the Soviet presence in the area became a concrete reality, the US magazine intensified its presence in the Caribbean and Latin America. With the tri­umph of the Cuban Revolution, Reader’s Digest began publishing articles on the spe­cific danger the island posed in relation to the spread of communism in Latin Amer­ica. On many occasions, Cuba was explicitly accused of serving Soviet interests. For example, in the February 1981 article “Angola: Where the West Can Still Win,” its au­thor, Smith Hempstone, stated: “With modest help from the West, [Savimbi] believes, Angola will become an African Vietnam for the Kremlin and its Cuban mercenaries” (Hempstone, 1981, 105). In July of that same year, Ralph Bennett published an article entitled “El Salvador’s Made–in–Havana Revolution.” In general, Cuba was presented as “the Russian knife at America’s throat” (Bennett, 1982, 105). Notes for a Conclusion After 1959, Soviet and American competing powers sought to influence those in charge of the cultural realm in the Caribbean, specifically in Cuba and in Puerto Rico, respec­tively, while also reaching the largest audience possible by supporting the production and distribution of magazines and books from the region and around the world, trans­lated into the local languages. Given the precarious literary system that the islands had then, it was necessary to develop different strategies to strengthen the translation prac­tices, increase the number of potential readers, and to improve the book industry. In the case of Cuba, the socialist bloc support and experiences, specially from the Soviet Union, were fundamental to achieving these goals. But the process was complex and nuanced since, on the one hand, despite its strong economic ties with the USSR, Cuba had its own cultural and ideological agenda. On the other hand, Puerto Rico, despite its neocolonial status, has always had a conflicting relationship with the United States. In this context, Reader’s Digest and Sputnik can illustrate the confrontation between the two superpowers as they were part of a multilayer dominance strategy. Both magazines were supported and heavily funded by the Soviet Union and the United States, respectively, to boost the ideological influence of these powers in the re­gion. Sometimes openly, as illustrated here, but mainly through a strategy of soft cul­tural approach, the publications sought to promote an idea of a lifestyle that mimicked Soviet and American ideologies. Reader’s Digest and Sputnik promoted both a Manichaean infantilization and a moral simplification of society based on the portrait of the other as a threat, quashing from the start any possibility of dialogue or consensus. According to the vision pro­posed by the two magazines, the other was the absolute enemy. In alignment with the respective ideologies that they represented, both promoted practices of total exclusion that pushed toward radicalization. By providing a particular narrative of the world, they sought to encourage the creation of a specific social imaginary to respond to certain state policies. At the same time, both magazines became more practical and popular tools than literary production (including translated works) for fulfilling such a mission. Although a more profound and detailed analysis and comparison escapes the scope of this article, the history of the birth and decline or disappearance of these pe­riodical publications shows how they served specific objectives and how both powers used translation as a geopolitical tool. It can be argued that although Reader’s Digest still exists, its years of splendor coincided with those in which the confrontation be­tween the United States and the Soviet Union was more intense. As instruments of the cultural Cold War, these publications fulfilled an ideological mission but, at the same time, became a cultural and sentimental reference for more than one generation of Puerto Ricans and Cubans. Works Cited Acosta, R., Ediciones de literatura teórica extranjera en Cuba. Un recuento incomple­to, La Jiribilla 6/364, 26 de abril-2 de mayo 2008, http://www.lajiribilla.co.cu/2008/n364_04/364_10.html [20 Feb. 2018]. 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The triumph of the Cuban Revolution in 1959 changed the Caribbean geopolitical map and allowed the Soviets to have a more defi­nite point of entry to the region, while at the same time it represented a threat to US interests not only in the area but also in the rest of the continent. As this study demon­strates, the competing powers supported the production and distribution of periodical publications translated into the local language to promote their ideologies and ways of life. In the case of Cuba, a new cultural and translation system was created following the Soviet model. The translation practices implemented by both superpowers played not only a fundamental role in the circulation of a “high” literary culture, but they also promoted various forms of consumption of “popular culture”. Prevajalske prakse med hladno vojno: boj za kulturni nadzor v Karibih Kljucne besede: kulturna hladna vojna, prevajalske prakse in sistemi, socialisticni blok, Karibi, uceno mesto Prispevek se osredotoca na hladno vojno v Karibih od 70. do 90. let, ko je Kuba pripa­dala sovjetskemu socialisticnemu bloku. V tem obdobju so Združene države in Sovjet­ska zveza razvile razlicne strategije za gospodarski, politicni in kulturni nadzor obmo­cja. Zmaga kubanske revolucije leta 1959 je spremenila geopoliticni zemljevid Karibov in Sovjetom odprla vrata v regijo, hkrati pa je pomenila tveganje za interese Združenih držav, ne le v tej coni, temvec tudi v preostalih delih celine. Avtorica pokaže, da sta tekmici podpirali izdajanje in distribucijo periodicnih publikacij, prevedenih v lokalni jezik, kot sredstvo za utrjevanje svoje ideologije in nacina življenja. V konkretnem pri­meru Kube je njena vkljucitev v socialisticni blok terjala postavitev novega kulturnega in prevajalskega sistema, ki bi sledil sovjetskemu modelu. Prevajalske prakse, ki sta jih izvajali velesili, niso igrale le temeljne vloge pri obtoku »visoke« literarne kulture, tem­vec so spodbujale tudi najrazlicnejše oblike konzumiranja »popularne kulture«. Prácticas de traducción durante la Guerra Fría: La batalla por el control cultural en el Caribe Palabras clave: Guerra Fría cultural, prácticas y sistemas de traducción, bloque socia­lista, Caribe, ciudad letrada Este artículo centra su atención en la Guerra Fría cultural en el Caribe en las décadas de los sesenta a los noventa, cuando Cuba pertenecía al bloque socialista soviético. Durante ese período, tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética desplegaron diferentes estrategias para controlar el área, económica, política y culturalmente. El triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, cambió el mapa geopolítico del Caribe y permitió a los soviéticos tener una puerta de entrada más concreta a la región y al mis­mo tiempo representó un riesgo para los intereses estadounidenses no solo en la zona sino en el resto del continente también. Como demuestra este estudio, las potencias en competencia apoyaron la producción y distribución de publicaciones periódicas traducidas al idioma local, como un medio para promover sus ideologías y formas de vida. En el caso particular de Cuba, su incorporación al bloque socialista demandó la creación de un nuevo sistema cultural y de traducción que siguiera el modelo soviéti­co. Las prácticas de traducción implementadas por ambas superpotencias no solo ju­garon un papel fundamental en la circulación de una cultura literaria «alta», sino que también impulsaron variadas formas de consumo de la «cultura popular». O avtorici Damaris Puñales-Alpízar je doktorirala iz hispanisticnih študij in je izredna profe­sorica na Univerzi Case Western Reserve v Ohiu. Podrocja njenega raziskovanja so kubansko in karibsko pripovedništvo in kultura, transatlantske študije in prevodo­slovje. Je avtorica monografij La maldita circunstancia. Ensayos sobre literatura cubana (2020), El Atlántico como frontera. Mediaciones culturales entre Cuba y España (2014) in Escrito en cirílico. El ideal soviético en la cultura cubana posnoventa (2012) ter so­avtorica monografije Asedios al caimán letrado: literatura y poder en la Revolución cu­bana (2018). E-naslov: dxp204@case.edu About the author Damaris Puñales-Alpízar, Ph.D. in Hispanic Studies, is an associate Professor at Case Western Reserve University, Ohio, USA. Her areas of research interests are Cuban and Caribbean narrative and Culture, Transatlantic Studies and Translation Studies. Her main publications are: La maldita circunstancia. Ensayos sobre literatura cubana (2020), Asedios al caimán letrado: literatura y poder en la Revolución cubana (2018, edited with Emilio Gallardo Saborido and Jesús Gómez de Tejada), El Atlántico como frontera. Mediaciones culturales entre Cuba y España (2014), and Escrito en cirílico. El ideal soviético en la cultura cubana posnoventa (2012). Email: dxp204@case.edu Jesús Gómez-de-Tejada, Emilio J. Gallardo-Saborido Guerra Fría cultural y literatura criminal socialista: los casos de Bogomil Rainov y Arnoldo Tauler López*114 Between 1962 and 1965, 150; between 1966 and 1969, 155; and between 1970 and 1973, 80. See Figure 6. Number of articles about the Soviet Union or communism in the Reader’s Digest, 1922–1994 (Sharp, 2010, 84). 1 Introducción Dentro de la confrontación global que entrañó la Guerra Fría existen distintas parcelas que merecen ser atendidas con mayor atención. Desde el punto de vista de la natura­leza de las tensiones, este sería el caso de, entre otros, los enfrentamientos ideológi­co-culturales; mientras que, desde la óptica geográfica, entendemos que, a pesar de las recientes y valiosas contribuciones sobre el asunto (Alburquerque, 2011; Rupprecht, 2015; Pettinà, 2018; Story, 2019; Zourek, 2019; Pedemonte, 2020, entre otros), deben continuarse los esfuerzos por ahondar en la historia, en general, y en la historia cultu­ral, en particular, de este conflicto en América Latina. Se han publicado, por supuesto, estudios que han incidido en cómo la lucha por la hegemonía cultural supuso una de las facetas clave de la Guerra Fría (Saunders, 2013 [1999]; Iber, 2015). Así, el mundo del libro se convirtió pronto, junto a la música o las artes plásticas, en uno de los frentes en los que confrontar los planteamientos del ene­migo. En este sentido, Saunders (2013, 19) recuerda cómo Estados Unidos, en su papel de potencia clave en la Alemania de posguerra, difundió cientos de títulos traducidos a petición de la Psychological Warfare Division of American Military Government, así como ediciones dirigidas al público infantil. Asimismo, escritores europeos como André Gide, Arthur Koestler o Ignazio Silone fueron auspiciados para favorecer un discurso anticomunista (Saunders, 2013, 19). Sin embargo, a la hora de estudiar esa Guerra Fría cultural que mencionaba Saun­ders en el título de su seminal libro, hemos de detenernos en las oposiciones, pero tam­bién en las alianzas trabadas entre los distintos actores internacionales del conflicto y preguntarnos, del mismo modo por el rol que la literatura jugó en este choque ideo­lógico. Nuestra propuesta plantea abordar este enfrentamiento a partir del estudio de un género literario concreto y los diálogos transatlánticos entre dos países: la literatura criminal socialista cubana y búlgara. Este empeño conecta con el listado de necesida­des que en torno a este género apuntábamos en una publicación anterior: […] se detectan al menos tres necesidades que deben ser afrontadas para pro­fundizar en su naturaleza [de la literatura criminal socialista] y en su funcio­nalidad dentro de sus polisistemas nacionales —¿cabría hablar también de un macropolisistema de la literatura socialista?—, a saber: convenir una noción de literatura criminal socialista; en conexión con este afán, habría que desa­rrollar un trabajo intensivo en torno a su poética comparada; y, por último, habría que profundizar en sus condiciones sociales de producción y de recep­ción, es decir, arrostrar el problema de su sociología literaria. (Gallardo-Sabo­rido, en prensa, 2021) De este modo, en esta ocasión centraremos nuestro interés en el análisis comparativo de una novela escrita por un autor cubano (Arnoldo Tauler López) y otra de un escri­tor búlgaro (Bogomil Rainov). En este segundo caso, el contraste se realizará a partir de la traducción cubana del original en búlgaro de Rainov que efectuó Carlos Ramos Machado. Ambas obras aparecieron en Cuba a finales de la década de 1970 —concre­tamente en 1978—, decenio que sería clave en la irrupción y desarrollo de este género en Cuba. Este ejercicio comparativo nos proporcionará más elementos para perge­ñar una definición y caracterización de la literatura criminal socialista allende los res­pectivos marcos nacionales, al tiempo que nos conferirá la oportunidad de continuar ofreciendo avances en torno a problemas vinculados a la sociología literaria de estas producciones y sus conexiones con un marco más amplio referido a las relaciones internacionales. 2 La conformación de un campo cultural socialista transnacional y la edición literaria: las relaciones culturales cubano-búlgaras Al resumir los posicionamientos de Goethe en torno a su concepto de literatura mun­dial (Weltliteratur), Joseph Jurt nos recordaba que: «Como medio de favorecer la cons­titución de una literatura mundial Goethe proponía, además de las traducciones, con­tactos entre los escritores de las distintas naciones y finalmente, como plataforma, revistas y periódicos de orientación nacional» (Jurt, 2014, 41). Precisamente estos me­dios son algunos de los que encontraremos privilegiados a la hora de incentivar, de un modo general, el desarrollo de lo que Locane denomina literatura comunista mundial (2021) y, en relación con nuestros intereses más particulares, la literatura criminal so­cialista. Pero, además de los medios ya referidos por Goethe, en el contexto geopolítico estudiado aquí posee un valor altamente pertinente esa arquitectura normativa ligada a la diplomacia cultural destinada a acercar los campos culturales de países que hasta ese momento no habían mantenido relaciones especialmente estrechas. Al amparo de ese armazón de textos legislativos y normativos veremos florecer toda una serie de experiencias culturales destinadas a consolidar los vínculos políticos entre Cuba y distintos Estados europeos con Gobiernos socialistas. En el caso particu­lar de Bulgaria, es significativo, en este sentido, el arranque del «Plan de Colaboración en la esfera de la Ciencia, la Educación y la Cultura entre el Gobierno de la República de Cuba y el Gobierno de la República Popular de Bulgaria para los años 1981-1985», puesto que nos indica cómo, a esas alturas, las relaciones culturales entre ambos países se habían solidificado, no solo gracias a las afinidades ideológicas, sino por mor de un basamento legal que las sostenía: [Los Gobiernos aludidos] Resueltos a desarrollar y profundizar las relaciones científicas, educacionales y culturales sobre la base de los principios del mar­xismo leninismo y el internacionalismo socialista; Guiados por los Acuerdos y las Recomendaciones contenidas en los docu­mentos aprobados en los encuentros de las delegaciones gubernamentales y de los Partidos Comunistas de la República de Cuba y de la República Popular de Bulgaria, en La Habana y Sofía, así como de las Conferencias de los Secre­tarios de los Comités Centrales de los Partidos Comunistas sobre los proble­mas ideológicos y de la política exterior; Conforme el Convenio Cultural entre el Gobierno de la República de Cuba y el Gobierno de la República Popular de Bulgaria, firmado el 8 de octubre de 1960 […] (MINREX, Bulgaria 1960-1989. ORDINARIO. Temas: Relaciones culturales, 1980, 1). Efectivamente, a partir de este temprano convenio cultural de 1960 se desarrollará el resto de los acuerdos culturales entre ambos países, dando paso así al fortalecimiento de las relaciones culturales entre dos naciones que, tradicionalmente, no habían com­partido grandes contactos históricos, pero que ahora, al calor de la nueva hermandad socialista, entablaban un intercambio sustentado incluso por simbólicos paralelismos históricos, tal y como apuntaba el propio Todor Zhivkov al referir su reciente visita a Cuba en 1970: La República Popular de Bulgaria y la República de Cuba son casi idénticas en cuanto a territorio y población. Tienen un destino histórico muy parecido. El pueblo búlgaro bebió en el amargo cáliz del yugo osmanlí durante cinco siglos, mientras que el pueblo cubano sufrió aproximadamente cuatro siglos bajo el yugo español. Tanto nosotros como ellos hemos llevado a cabo una lucha intran­sigente y sangrienta por nuestra liberación. (Duarte, Dimitrov et al., 1982, 109) Particularmente, en la década de 1970 tuvo lugar un conjunto de acontecimientos que propiciaron el acercamiento entre ambos países y que recapitula Baev (2014, 311 y 313): en junio de 1970 el Comité Central del Partido Comunista Búlgaro promovió a través de la resolución n.º 351 la intensificación de las relaciones de Bulgaria con Amé­rica Latina. Ese mismo mes se produciría la primera visita oficial de Zhivkov a la Isla (de hecho, se trataba de la primera visita de un líder de la Europa del Este a Cuba). A partir de ahí los dos líderes se encontrarían en uno y otro país en sucesivas ocasiones (1972, 1975, 1976, 1979). Precisamente, de 1971 data la primera traducción de un autor búlgaro publicado en Cuba (Poemas escogidos, de Nicola Vaptsarov, trads. José Martínez Matos y Pedro de Oraá), tal y como indica Ikoff (2012, 85). Posteriormente, entre 1978 y 1984, se pu­blicarán en Cuba siete títulos del autor búlgaro Bogomil Rainov. Al ensayo La novela negra (1978), le seguirán seis obras de ficción enmarcadas dentro de la literatura cri­minal: Tres encuentros con el inspector (1978), Nada mejor que el mal tiempo (1979), El señor Nadie (1979), El gran aburrimiento (1980), Morir sólo en caso extremo (1983) y Ciclones con nombres tiernos (1984). Estas y otras traducciones actúan como una con­creción tangible de la arquitectura burocrática de los acuerdos, convenios, planes de cooperación, etc. Es más, ocupan un lugar destacado dentro del propio acervo de tra­ducciones que de la lengua búlgara se dieron a conocer en todo el ámbito latinoame­ricano, ya que, durante el periodo 1944-1990, se editaron 65 títulos en todos los países de la región, de los cuales 47 aparecieron en Cuba (Ikoff, 2012, 11 y 85-86).  Esto en lo tocante al aspecto cuantitativo, pero no podemos perder de vista el va­lor que el ensayo de Rainov tuvo para el propio desarrollo de un género de incipiente creación como fue el de la novela criminal revolucionaria, que había surgido, auspicia­do por diversas instancias gubernamentales, apenas al inicio de esa década de 1970. Si bien sus textos teóricos fundacionales ya habían aparecido para finales de ese decenio, La novela negra vino a sumarse a ellos como una voz autorizada proveniente de otro contexto nacional socialista, tal y como arguye García Talaván (2017, 110).1* Este artículo se ha beneficiado de la financiación aportada por el proyecto «Intelectuales, creación ar­tística y políticas culturales en América Latina y el Bloque del Este y los Balcanes» (201810I040, CSIC, Proyectos Intramurales Especiales. Ayudas para la incorporación de nuevos Científicos Titulares e Investigadores Distinguidos. Año 2018). Salvando las distancias que la diferencia de casos de estudio supone, bien po­dríamos aprovechar la tipología de canales de traducción que Popa elabora para ana­lizar las traducciones al francés, publicadas por editoriales de ese país, de literatura polaca, checa, eslovaca, húngara y rumana durante el periodo 1945-1992. Así pues, el caso de las ediciones cubanas de Rainov se acerca a las claves propias del canal de traducción que Popa denomina el canal oficial vinculado a un autor autorizado («The translations made via this channel use the original edition of a contemporary work as a support, which was published in the country of origin and in the native language of the writer», Popa, 2006, 217). En esta línea, estas traducciones se bene­ficiaron de un grupo de prácticas y acuerdos editoriales que propiciaron el inter­cambio, como apuntaba en una entrevista Víctor Malagón, persona clave en Arte y Literatura —entre otros cargos, fue su director durante varios años de la década de los 10—, editorial en la que aparecieron las traducciones estudiadas de Rainov. De esta manera, existía una exención completa en cuanto a los derechos de autor de los escritores del Bloque del Este y procedimientos como el siguiente, referido, particu­larmente, a publicaciones soviéticas: La editorial soviética mandaba el ejemplar en ruso o nosotros lo solicitába­mos porque teníamos aquí un jefe de redacción que sabía ruso, que había es­tudiado ruso y que conocía mucho de estos autores, incluso era un escritor policiaco […]: Justo Vasco. Él mismo buscaba los libros, hacía las proposicio­nes. También ocurría que la editorial pudiera enviarnos a nosotros un libro para ver si era de nuestro interés, pero la mayor parte de las veces salían de aquí las propias proposiciones que les hacíamos a ellos y ellos nos las acepta­ban, no había inconveniente en eso. O sea, era como una especie de acuerdo: nosotros publicábamos aquí y ellos publicaban cosas de autores cubanos allá. (Gallardo-Saborido, 2019) En fin, esperamos a partir de aquí conseguir profundizar en el conjunto de inte­rrogantes planteados hasta ahora a partir de la lectura comparativa de los títulos seleccionados. Hagamos, no obstante, un último apunte sobre el prisma desde el que llevamos a cabo este ejercicio: al considerar la falta de gravitación directa de la literatura policial socialista europea sobre la conformación de la novela policial revolucionaria cubana y al tener presente que las traducciones de Rainov son pos­teriores en su publicación a algunos de los hitos más determinantes del devenir del género, se realiza el contraste entre Tres encuentros con el inspector, de Rainov, y Los siete pasos del sumario, de Tauler, desde una perspectiva desjerarquizada, no verti­cal, sino horizontal, que establece las coincidencias, más que las influencias, entre ambos títulos. 3 Contraste entre Tres encuentros con el inspector, de Bogomil Rainov, y Los siete pasos del sumario, de Arnoldo Tauler López Tres encuentros con el inspector (La Habana, 1978),21 No obstante, al considerar el grado de influencia de la escritura policial de Rainov en la evolución del género en Cuba, debe tenerse en cuenta cómo Fernández Pequeño (1989) rechaza el peso de la tradi­ción socialista europea e indica como hitos predominantes distintos autores y títulos autóctonos en la conformación del policial revolucionario cubano. Igualmente, sobre la influencia de la narrativa poli­cial del Bloque del Este en la Isla, Wilkinson (2006), Uxó (2018) y Gallardo-Saborido (en prensa, 2021) presentan distintos testimonios y fuentes donde se muestra el limitado ascendiente directo de las obras de los países socialistas europeos sobre la producción cubana. de Rainov, es un volumen de tres novelas que narra las vicisitudes del inspector coronel Peter Antónov en la ciudad de Sofía y sus alrededores. La acción se sitúa hacia finales del primer lustro de la década del sesenta. La primera de las novelas, El inspector y la noche (IN), transcurre a lo lar­go de tres días de un nublado y lluvioso diciembre en Sofía. La segunda, Un hombre regresa del pasado (HRP), sucede en cuatro días de otoño, también en diciembre de viernes a lunes. Finalmente, Melodía brasileña (MB) ocurre en una soleada primavera a lo largo de nueve días. La lucha de clases sirve de trasfondo principal de esta trilogía ambientada en una Bulgaria socialista cuyos rasgos se van mostrando a través de la mirada y el pensamiento del agente protagonista y narrador. Los siete pasos del sumario (La Habana, 1978), de Arnoldo Tauler López, fue men­ción en la modalidad de novela del concurso Aniversario del Triunfo de la Revolución en 1978. Los investigadores son el sargento Rubén Flores y el primer teniente Rafael Osorio. La historia se localiza en torno al mes de noviembre de 1965, durante cuatro días sucedidos de jueves a domingo, en Santiago de Cuba. El relato recupera el tema, ya propuesto por Rodolfo Pérez Valero en No es tiempo de ceremonias (1974), por el que contrarrevolucionarios de dentro y fuera de la Isla se aúnan para rescatar las pro­piedades dejadas por sus familiares o por ellos mismos tras su salida de Cuba al triunfo de la Revolución en 1959. Ambas ponen en juego la lucha de clases, en la que la parti­cipación activa del pueblo ayuda, de modo significativo, a la resolución del caso. A continuación, se confrontan las novelas de Rainov, en su traducción al castellano, y la novela de Tauler. Para ello, se sigue la propuesta de Gallardo-Saborido que aboga por la creación de «una poética comparada de la literatura criminal socialista» y propo­ne cuatro referencias contrastivas entre las obras de los distintos ámbitos geográficos: el delito, el procedimiento policial, los héroes y los delincuentes (Gallardo-Saborido, en prensa, 2021). Fernández Pequeño, para el caso cubano, señala que la adaptación de la narrativa de enigma que sirve de base a la escritura policial revolucionaria supuso un fuerte cambio en aspectos como los enumerados, puesto que el enfrentamiento entre las fuerzas del bien y el mal —orden y caos— representa claramente la lucha de clases entre la burguesía reaccionaria y el pueblo revolucionario (Fernández Pequeño, 1988, 248). El propio Rainov, en La novela negra, afirma el predominio de este foco diferenciador entre la novela burguesa y la socialista. En el presente análisis, se consideran también los tres ítems planteados por Rainov en este ensayo de 1970, cuando señala la importan­cia de valorar la tipología de los casos criminales narrados en función de las opciones adoptadas por el autor al representar la violencia: actos determinados por lo individual y social frente a acciones de condición enfermiza, depravada y aislada; estilo social en contraposición a tendencia morbosa en la narración del delito; y, finalmente, elección de una perspectiva moralista, objetiva, justificadora o admirativa.32 La fecha indicada se corresponde con la traducción cubana. En cuanto a los originales, en 1970 se pub­lica en búlgaro Tri sreshti s inspektora (Tres encuentros con el inspector) (Sofía: Bulgarski pisatel). Con anterioridad, habían aparecido separadamente las tres novelas que componen Tres encuentros con el inspector: Inspektorut i noshta (El inspector y la noche) (Sofía: Narodna mladesh, 1964), Edin chovek se vrushta ot minaloto (Un hombre regresa del pasado) (Sofía: Narodna mladesh, 1966), y Brazilska melo­dija (Melodía brasileña) (Sofía: Du.rzh. voem. izd., 1969). a. El delito De modo general, el crimen pesquisado en las novelas de Rainov es un delito de san­gre disfrazado de accidente o suicidio, que tiene como trasfondo el enfrentamiento so­cial y político, cuyo relato se desarrolla con mayor atención al cómo y al porqué, que al quién, aunque en la primera de la serie este último interrogante mantiene la intriga hasta el final. En IN, se presenta un supuesto asesinato por envenenamiento —final­mente, esta vez sí, un suicidio— vinculado al chantaje y a la depravación de un viejo burgués, modelo de acción corruptora sobre la nueva sociedad y, por tanto, ejemplo de la lucha entre el proletariado y la burguesía, encarnados, respetivamente, por una jo­ven mujer voluble de procedencia obrera y por el depravado suicida, cuya enfermedad moral acaba somatizándose simbólicamente en el cáncer que lo lleva a quitarse la vida. En HRP, se narra un caso de triple asesinato y chantaje: dos antiguos propieta­rios de una empresa germanófila acusados de colaboracionismo y estafa por el nuevo Gobierno comunista búlgaro tras la Segunda Guerra Mundial se enfrentan entre sí. El asesinato de uno de ellos a manos del socio, este último especialmente caracteriza­do por su condición depravada y su efecto nocivo sobre la nueva sociedad, pone en marcha una investigación que revela un asunto de chantaje y homicidio por electro­cución —simulado como hecho fortuito— en el presente, pero también el asesinato de un tercer socio de la empresa y de un chófer, afín al partido comunista y a la resisten­cia antinazi, ametrallados impunemente en 1944. De manera recurrente, a través de la pesquisa, se pone de manifiesto la lucha de clases entre el viejo régimen y el nuevo. MB se centra en el caso de un joven y frustrado artista de vida disipada y moral retorcida y de origen pequeño burgués, que aprovecha su influencia sobre un grupo de jóvenes marginales para cometer el asesinato —camuflado como asfixia por inhala­ción de gases— de un extranjero de origen búlgaro con el fin de robarle una gran can­tidad de divisas. Aunque, como señala Rainov en una entrevista realizada por Pérez Valero para la revista cubana de la Asociación Internacional de Escritores Policiales (AIEP), Enigma, el policial «es un género político por excelencia, independientemente de si se trata de crímenes políticos o comunes» (Pérez Valero, 1986, 4), de las tres no­velas de la serie, MB es la que, explícitamente, vincula la indagación del crimen con las tensiones geopolíticas propias de la Guerra Fría, enfrentando, en este caso, a Bulgaria y la RFA, país donde reside la víctima. En esta focalización de las relaciones internacio­nales, además del robo y el homicidio, los delitos incluyen el tráfico y el uso ilícito de pasaportes, la salida ilegal del país, el mercado negro y el tráfico de divisas o el proxe­netismo y la prostitución en las relaciones con ciudadanos foráneos. En el caso de Tauler y Los siete pasos del sumario (SPS), los sucesivos asesinatos se deben a la ambición por obtener un botín escondido por un disipado y turbio hom­bre de negocios en un reparto de Santiago de Cuba en los primeros años de la Revolu­ción cubana. Las víctimas mortales incluyen a representantes de los distintos extremos ideológicos: por un lado, un trabajador revolucionario convertido en obstáculo invo­luntario de la avaricia de sus antiguos empleadores; por otro, un médico reaccionario cuya muerte se origina en la red de traiciones tejida por sus socios contrarrevolucio­narios. El primer muerto es un humilde empleado del zoológico de la ciudad santia­gueña: un trabajador comprometido con la Revolución que le ha permitido dejar atrás su pasado como sirviente de un burgués corrupto y depravado. El modo de acción del criminal es elaborado: para matar, emplea la gruesa aguja de una jeringa destinada a la taxidermia; la fineza del arma homicida es disfrazada, inicialmente, lanzando el ca­dáver a la jaula de los leones. El segundo homicidio, cometido por el mismo criminal, también se vale de un objeto alejado, en principio, del crimen: un fusil de pesca sub­marina. En la realización de ambas vilezas, el asesino se esfuerza por dejar pistas fal­sas que apuntan contra otros supuestos implicados. Estos mecanismos de ocultación mantienen a la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y al lector en el juego de desve­lar la identidad del verdadero y doble homicida. Sin embargo, no son estos los únicos delitos contra el Estado cubano. En el trans­curso de la narración, los delincuentes atentan de otras formas contra la seguridad ciudadana. El motor de la acción es la infiltración en la Isla de un cubano educado en EE. UU. Si bien el ingreso ilícito al país se realiza de manera impune, en la operación de salida, junto a sus secuaces, el sujeto es detenido por la PNR y por Guardafronteras, que impiden la huida de los delincuentes. A lo largo de este proceso de escape, los cri­minales demuestran una total falta de escrúpulos para traicionarse entre ellos a pesar de los lazos de sangre que los emparientan. Este tipo de entradas y salidas ilegales con respecto al territorio cubano se asocian a los elementos contrarrevolucionarios nacio­nales, así como a la injerencia imperialista estadounidense, a través de uno de los per­sonajes: un oficial batistiano torturador que pierde la vida en el naufragio de la lancha destinada a sacarlo secretamente de Cuba. Como señala Rodríguez Coronel, la novela policial revolucionaria cubana, des­de una perspectiva sociológica del crimen, define el delito como «un remanente de la sociedad anterior y como tal debe ser combatido. El delito, más que un atentado a la moral, es un reto a la nueva sociedad, de ahí que en gran parte de las novelas se vincule la delincuencia común a la contrarrevolución» (Rodríguez Coronel, 1983, 64). De la misma manera, Cristóbal Pérez en el prólogo a Joy apunta la confluencia «entre la delincuencia común (remanente del pasado) y la contrarrevolución (que pretende el retorno a ese pasado)» (Cristóbal Pérez, 1978, 10-11). Por fin, Fernán­dez Pequeño, en este sentido, afirma que, en la novela policial revolucionaria, «el delito y su castigo no son simples resortes para echar a andar una trama ingeniosa, sino términos muy concretos del combate a muerte entre la Revolución Cubana y sus enemigos, por lo que adquiere un acusado sentido clasista» (Fernández Peque­ño, 1988, 247). En Rainov, igualmente, el hombre del pasado, lo viejo, frente al hombre del pre­sente, lo nuevo, se enfrentan como encarnaciones del delito y del orden, de la deprava­ción y de la moral. La idea de que todos los crímenes tienen su origen en la amoralidad de un régimen caduco anterior que ya no tiene sitio en la nueva sociedad socialista, ar­gumentada teóricamente por el autor en La novela negra (1978b, 40), es enfatizada por las palabras del inspector Antónov: «En conclusión, como dijo Lenín, el cadáver de lo viejo no puede meterse en un sarcófago y enterrarse. Lo viejo, a veces, intoxica aún el aire con su podredumbre y resulta que la gente como yo debe ocuparse de la desinfec­ción» (HRP. Rainov, 1978a, 147). b. El procedimiento policial A pesar de las grandes semejanzas generales que se establecen entre la dinámica pes­quisidora de la policía de las novelas de Rainov y la de Tauler, hay una diferencia evi­dente y fundamental: frente al huraño y mordaz inspector mayor Antónov del narra­dor búlgaro,43 Rainov, tras apuntar estos tres modos, afirma que desde la literatura policial socialista se admite única­mente el tema de la violencia «como material acusatorio para desenmascarar la violencia, para inculcar en el público la repulsa y la intolerancia a ese respecto» (Rainov, 1978b, 190-191). aparece la bien avenida pareja de agentes de Tauler: el sargento Flores y el primer teniente Osorio. No obstante, ambos autores modelan a sus protagonistas como piezas de una organización de protección de la sociedad que funciona igual que un cuerpo único ante la amenaza delictiva. Antónov concibe su método de investigación como un proceso de dos caras: la encuesta individual y la burocracia colectiva. El primer tipo de actividad es la que rea­liza a lo largo de la ciudad entrevistando a los sospechosos o testigos. Ocasionalmente, el interrogatorio se produce en el despacho de la comisaría. En todo caso, la encuesta tiene para Antónov una naturaleza espectacular, destinada a producir un efecto en los interrogados que lo conduzca al éxito en su quehacer (Rainov, 1978a, 20-21, 365). La sistematicidad y pertinacia con la que lleva a cabo esta tarea hace que Antónov, burlán­dose de sí mismo, recuerde, en varias ocasiones, que los compañeros han comenzado a llamarlo «el cobrador» (HRP, Rainov, 1978a, 248). La segunda cara del proceso activa la máquina grupal de los distintos departa­mentos policiales que proveen al inspector de datos fundamentales para la confirma­ción o refutación de sus intuiciones. El trabajo burocrático, para el protagonista de la trilogía de Rainov, supone poner en funcionamiento una maquinaria infalible en la que todas sus piezas comparten el triunfo del trabajo eficaz: «archivos, fichas, se ha­cen análisis, inspecciones, fotografías de cosas que apenas alguien pudiera esperar que fueran fotografiadas, investigaciones por aquí y por allá y hasta no sé por dónde. Te parece oír cómo la máquina ronronea con armonía, cual un motor bien engrasado» (HRP, Rainov, 1978a, 251). La pareja de Tauler, del mismo modo, se desenvuelve como una pieza más del en­granaje colectivo que componen las fuerzas policiales cubanas. Como hacen sus pre­decesoras La ronda de los rubíes (Armando Cristóbal Pérez, 1972), La justicia por su mano (Juan Lamadrid Vega, 1973) o No es tiempo de ceremonias (Rodolfo Pérez Vale­ro, 1974), la novela es un perfecto ejemplo del modelo de personaje y acción policial descrito muy tempranamente por Portuondo:54 Mirta Yáñez destaca el empleo del humor en las novelas de Rainov por su función de relajar la tensión y permitir el uso de la ironía (Martí, 1980, 257). Precisamente, este humor surge en exclusiva de la mordacidad de Antónov. La novela policial nacida con la Revolución cubana aporta una nota nueva al género y es la que significa la defensa de la justicia y de la legalidad revolucio­narias, identificada, realizada, no sólo por un individuo normal, sin genialida­des, sino además, con la colaboración colectiva del aparato policial y legal del Estado socialista y la muy eficaz y constante ayuda de los organismos de masa, principalmente los Comités de Defensa de la Revolución. (Portuondo, 1973, 11) Sin embargo, «la novedad» aportada por la narrativa policial revolucionaria cubana, según se comprueba en el contraste con las obras previas de Rainov, proviene del in­tenso compromiso del pueblo en la cooperación frente al delito. Esta implicación en la vigilancia del bienestar socialista del país se concreta especialmente en las tareas de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), cuyos presidentes son interrogados en cada barrio por los policías como parte del protocolo pesquisidor. El estado de alerta permanente de los cubanos ante cualquier ataque al sistema socialista queda reflejado en la irritación que este produce en los criminales antirrevolucionarios de la obra de Tauler: «—Hay que tener cuidado —señaló Julia—, esta gente está metida en todo, y ahora con el asunto de los Comités la gente se cree más detective que la misma policía» (Tauler, 1978, 60). No obstante, en la trilogía de Rainov la colaboración sin fisuras del pueblo se di­buja de manera mucho más condicionada y titubeante. En IN, aunque se alude mo­mentáneamente a una institución popular parecida a la cubana y se menciona anec­dóticamente a su secretario, ninguno adquiere ni el más mínimo protagonismo en la investigación. Igualmente esporádica es la petición de ayuda explícita y de acción concreta a los ciudadanos por parte de la policía (IN, Rainov, 1978a, 112). Por el con­trario, son frecuentes las reclamaciones de Antónov ante los falsos testimonios o la es­casa eficacia en la colaboración de aquellos en los que se supone que, por su afinidad al Gobierno y su condición de trabajadores de vanguardia, la policía puede apoyarse para resolver los casos. Por su parte, en SPS, los procesos reflexivos de los agentes cubanos se sustentan, como en las obras de Rainov, en el interrogatorio rutinario a los sospechosos y a los testigos, y en el trabajo de equipo de los diferentes departamentos policiales que apor­tan el personal para la rutina de la vigilancia y la labor archivística (PNR), los recur­sos científicos necesarios (policía forense), y las fuerzas especializadas de cada ámbito (Departamento de Seguridad del Estado [DSE] o Guardafronteras). Desde la perspectiva intertextual y metadiscursiva recurrente en el género, los protagonistas se distancian radicalmente del modelo de enigma basado en la capaci­dad individual y extraordinaria del detective para resolver el caso mediante la lógica deductiva personal. Concretamente, se sienten ajenos a la metodología detectivesca encarnada por Sherlock Holmes. Así lo explicita el teniente Osorio al sargento Flores en las postrimerías del caso, subrayando los medios técnicos del presente y los inte­rrogatorios a los sospechosos como sus instrumentos principales, en contraste con el método seudomnisciente del personaje creado por Conan Doyle. No menos tajante es Antónov al rechazar el modelo pesquisidor del inquilino de la calle Baker y al hacer apología del procedimiento escrupuloso y rutinario como vía efectiva para el hallazgo del inevitable rastro criminal. El policía búlgaro asume que el método burocrático, que apela a la inspección de los archivos para la obtención de datos de los registros, a las herramientas científicas y a las entrevistas con cada uno de los implicados, es una «maquinaria [que] se mueve suave e implacablemente» y elimina la «necesidad de especulaciones geniales al estilo de Sherlock Holmes» (IN, Rainov, 1978a, 101). La seguridad que le ofrece el apoyo de los distintos departamentos policiales en su tarea investigadora permite al inspector Antónov desdeñar también la acción propulsada por las corazonadas y la violencia de los detectives del hard-boiled estadounidense. La referencia intertextual puede incluso mezclar ambas épocas policiales ante el deseo de Rainov de distanciarse por medio de su personaje de estas tradiciones narrativas del género: Algunas personas se imaginan que nuestro trabajo se reduce, principalmente, a sacar pistolas en la oscuridad, desde la que saltará el asesino de rostro culpa­ble; o a escudriñar con potentes lupas, las sinuosidades de las huellas digita­les. En realidad, somos hombres que tenemos que pensar mucho y conversar bastante, naturalmente, de temas estrictamente determinados. (HRP, Rainov, 1978a, 135) La extensión de las preguntas del enigma más allá del whodunit es visible de modo ex­plícito en Tauler y en Rainov. El primero las evidencia ya desde los títulos de los siete capítulos de la obra, que precisamente se denominan utilizando cada una de las cues­tiones a las que los cuerpos policiales revolucionarios tratan de encontrar soluciones con sus pesquisas: qué, cuándo, dónde, cómo, con qué, por qué y quién. Por su parte, Rainov las expresa a través de la primera persona narrativa perteneciente al inspec­tor Antónov, quien subraya los interrogantes que trata de desvelar con la entrevista a la que somete a los testigos y a los sospechosos: «interes[a]n estrictamente ciertas cuestiones: quién, a quién, cómo, cuándo y por qué» (IN, Rainov, 1978a, 18). Esta preocupación compartida por las causas del delito es tratada teóricamente por el pro­pio Rainov en La novela negra, donde expone cómo el sentido de la narrativa policial descansa en ser instrumento que permita conocer el funcionamiento social (Rainov, 1978b, 39). Según Rainov, este género ha de revelar los problemas internos que gene­ran el delito y la violencia en el seno de una sociedad, y ha de ser cauce de denuncia que despierte el rechazo de los miembros de la comunidad ante estos factores negati­vos y contaminantes (Rainov, 1978b, 190-191). c. Los héroes Al caracterizar a los personajes positivos protagónicos de sus novelas, la diferencia principal entre Tauler y Rainov consiste en la difuminación absoluta de los rasgos in­dividuales del sargento Flores y el teniente Osorio frente a la mayor singularización del inspector Antónov. En este último, los mecanismos de individuación arrancan desde la elección de la voz narrativa por el autor, ya que el agente es un narrador autodiegé­tico en diálogo continuo con el lector. En SPS, se crea un héroe colectivo, como es habitual en la narrativa policial re­volucionaria. El planteamiento de los personajes parte del objetivo de diluir el genio individual para construir una narrativa donde la solución a la incógnita planteada por el delito se alcanza a través de la orquestación de numerosos colaboradores policiales y del conjunto de los ciudadanos. Como resalta Padura, la labor de los investigadores socialistas cubanos «no parte de presupuestos individuales, sino de posiciones oficia­les que representan el afán colectivo: la defensa de la Revolución» (Padura, 1988, 67). Tal propuesta resulta en la creación de dos héroes funcionales alejados casi de cual­quier rasgo de intimidad o relato ajeno a la condición de investigadores al servicio del Estado. Esto coincide con la afirmación de Fernández Pequeño, según la cual «[m]ás que personajes, son símbolos tendentes a subrayar el sentido colectivo que posee en nuestro país el enfrentamiento a los enemigos de la Revolución y la construcción de la nueva sociedad» (Fernández Pequeño, 1988, 252). Esta justificación, por supuesto, se añade a la tradicional prescripción de la novela policial de limitarse a la narración de la pesquisa y la solución del homicidio sin caer en distracciones extrañas al hecho ilegal investigado relativas a la atmósfera, el amor o los rasgos de los personajes. De este modo, el sargento Flores y el teniente Osorio, y el grupo de personajes que los ayudan en la peripecia detectivesca, aparecen nada o poco descritos, configurándose como siluetas desprovistas de características verdaderamente propias, más allá de que el narrador proporcione algunos datos aislados e irrelevantes a lo largo del relato de los hechos. Esta elaboración plana de los personajes es fuertemente criticada por Padura, quien además añade a este problema el sinflictivismo pleno de buenas intenciones con el que afrontan las arduas y truculentas jornadas policiales (Padura, 1988, 68). El ma­niqueísmo asociado a la novela policial revolucionaria convierte en absoluto el nivel de compromiso con la lucha revolucionaria y el grado de cooperación entre las fuerzas policiales y populares que canalizan los investigadores encargados del caso oficialmen­te. Esta extremada idoneidad de la interacción de los recursos humanos socialistas se mantiene a lo largo de toda la novela, sin que aparezca la más mínima grieta en los in­tercambios argumentales del teniente Osorio y el sargento Flores alrededor del delito. De modo constante, la abnegación es la norma y la cordialidad, la pauta; no hay espa­cio para el desaliento o la queja. Este no es el caso de Antónov, que resulta un personaje más matizado. La cons­trucción en primera persona del inspector se intensifica a lo largo de las tres novelas. De este modo, poco a poco, a pesar del enfoque plural de la investigación, la silueta sin rostro de Antónov va perfilándose hasta componer un individuo con una persona­lidad y unos rasgos definidos, mínimamente al menos: oficial de policía de cuarenta años con veinte años de servicio, sacrificado, eficaz, irónico, capaz de una prudente crítica interior y de mordaces comentarios en el transcurso de las encuestas, atento a evitar cualquier soborno, censor de la moral pequeñoburguesa, crítico de la frivo­lidad despreocupada de la juventud ajena al compromiso, implicado en una reciente «pequeña historia personal» con una mujer (IN, Rainov, 1978a, 50) que atenúa en él la frialdad y la crueldad del oficio, marcado por un pasado infantil carencial y una ju­ventud de sueños incumplidos, fumador empedernido y potencial alcohólico. Sin em­bargo, como en la narrativa policial cubana, Rainov preserva la idea de la ausencia de rostro del héroe que responde a la concepción del individuo como parte de un sistema en el que la propia cara no es importante. Esta falta de identidad traspasa la técnica narrativa y despierta el deseo de anonimato del propio Antónov, que intenta por todos los medios ocultar su imagen ante cualquier forma de registro —un retrato o una fo­tografía—: «El flash funciona en el momento en que me cubro el rostro con mi viejo y fiel sombrero. Bueno, en la foto faltará un rostro […] No actuamos en nuestro nombre, sino en nombre de la ley» (HRP, Rainov, 1978a, 295). En este sentido, la serialidad que componen las tres novelas contribuye a profun­dizar en la personalidad del inspector y resulta otro rasgo distintivo con respecto a la novela de Tauler. Según Vizcarra, la serie policial se cohesiona a partir de un perso­naje principal y de la urbe donde transcurre la investigación (Vizcarra, 2015, 39).65 Este aspecto ha sido subrayado por críticos como Rodríguez Coronel (1983, 62) o Fernández Pequeño (1988, 247). En cuanto a la ciudad, la trilogía se desarrolla preferentemente en Sofía y en su pe­riferia. El deambular del policía por las calles permite recorrer numerosos espacios urbanos, si bien en la primera novela, especialmente, los comentarios metaliterarios de la voz autodiegética se empeñan en negar las descripciones detalladas de la capital búlgara. La ciudad es observada —a pesar de que se describa de un modo más o me­nos sucinto— a lo largo de sus caminatas de puerta en puerta para realizar encuesta tras encuesta a cada uno de los involucrados en el crimen, o es contemplada desde la ventana de su oficina. En esta visión, los sentimientos del personaje hacia la división entre el mundo cotidiano de los otros y el mundo oscuro del crimen coinciden con los preceptos de la novela policial que propugnan el relato de los hechos delictivos sin distracciones: me acerco a la ventana y contemplo la calle que paulatinamente se vuelve azu­losa ante el inminente crepúsculo. [...] Ese no es tu mundo. El tuyo es aquel otro, el de las autopsias y el olor a fenol, a veronal y cuchillos; el mundo de los cadáveres y pruebas sustanciales, manchas de sangre, huellas digitales… Por eso, no puedes poner en orden ni un pequeño asunto personal. (IN, Rainov, 1978a, 100-101) Por otra parte, el inspector es un moralista y un burócrata (HRP, Rainov, 1978a, 248). Esa burocracia lo enfrenta a los detectives de la novela negra estadounidense, donde la acción violenta en la calle es el principal aspecto de esta narrativa. En cuanto a su moralismo, como preocupación ética, contrasta con el escepticismo cínico o el indivi­dualismo de algunos de los detectives de esas producciones. Esta preocupación lo con­vierte en un guardián de la regeneración espiritual propugnada desde la nueva moral socialista. Desde esta perspectiva, las encuestas de Antónov se justifican no solo por su eficacia para la investigación, sino también desde el punto de vista moral, ya que el inspector salpica las preguntas y los parlamentos directamente relacionados con el crimen con otros de corte didáctico y aleccionador. Según él mismo explica, el poli­cía moral apoya «con el hombro para que no se derrumben [los no ordenados, los no buenos], porque se ahogan en sus confusiones, y tú —quieras o no— vigilas para ver si vencerá lo humano o lo malvado y lo animal, que es de donde procede el aliento asfi­xiante de la vagancia y la delincuencia» (MB, Rainov, 1978a, 390). La pulsión regenera­cionista de Antónov, sin embargo, no es una singularidad, puesto que es una de las pre­misas que sembraron en su formación policial desde el momento del reclutamiento: «Y nosotros necesitamos criminalistas de otro tipo. No hombres que sólo representen una peligrosa trampa para los delincuentes, sino hombres con una nueva moral que quieran “curar”» (HRP, Rainov, 1978a, 187). d. Los delincuentes En ambos casos, como se ha insistido a lo largo del artículo, las narraciones policiales de Rainov y Tauler se desenvuelven sobre el telón de fondo de la lucha de clases y el enfrentamiento político entre países de signo opuesto, socialismo frente a capitalismo. De este modo, maniqueamente, con fines aleccionadores y moralizantes, los autores construyen a los criminales de sus novelas bajo el estereotipo de los rasgos negativos asociados al individuo reaccionario como representante de un régimen burgués cadu­co y amoral. En las novelas de la trilogía sobre el inspector Antónov, el depravado y chantajista Marínov, el fraudulento y asesino Medárov, y el corruptor e instigador de asesinato Mánev tienen en común la filiación burguesa, el distanciamiento o la hostili­dad hacia la sociedad socialista y el halo de perversión que rodea sus actos. Del mismo modo, en el relato de Tauler, los familiares de dentro y fuera de la Isla que persiguen el botín escondido por el oscuro y disoluto comerciante Trujillo se caracterizan por unas convicciones pequeñoburguesas, por una ambición y un materialismo desmedidos, que les hacen desdeñar el socialismo implantado en Cuba y cometer diversos robos, asesinatos y traiciones. La descripción de la caducidad de la burguesía y la perniciosa acción que sus vestigios tienen sobre el nuevo Estado socialista que la desplaza se complementa a través de la inclusión de personajes caracterizados por vivir una juventud frívola y viciada que, según los casos, los convierte en delincuentes o en víctimas. En IN, Toma Siméonov sirve como modelo de juventud corrompida por maneras de vida occidentales concretizadas en la música, la apariencia exterior, el consumo de alco­hol, el abandono de los estudios y, en definitiva, el hundimiento en una apatía que conduce a estos jóvenes a la vagancia y al desarrollo de actividades marginales como el proxenetismo y la prostitución. En MB, el disipado egresado universitario y pintor Mánev, y el rudo y apático estudiante de derecho Spas Vláev actúan, respectivamen­te, como el autor intelectual y el brazo ejecutor de los delitos investigados. En SPS, Julia, la ambiciosa segunda esposa de veintisiete años de Trujillo, se une al hijo y al hermano de su difunto marido en la caza delincuencial de los dólares escondidos por este último. Frente a estos jóvenes criminales, hay toda una galería de caracteres vinculados a esta franja etaria marcados por la astenia y la frivolidad que encarnan y que los convierten en víctimas del diversionismo ideológico proveniente de los restos del ca­pitalismo o de la influencia extranjerizante. Aunque aparecen personajes masculinos estigmatizados por estas actitudes negativas, son los personajes femeninos los más re­currentes desde este punto de vista. En las novelas de Rainov, la estudiante Zhana en IN, la farmacéutica Mimi Petrova en HRP y la desempleada Magda Kóeva o la univer­sitaria Dora Báeva en MB son descritas como figuras de vida relajada o prostituida a consecuencia del desarrollo de actitudes ajenas a las virtudes de esfuerzo y moralidad propuestas por el socialismo. La palabra aleccionadora del inspector Antónov, según se argumentó, se convierte en estímulo para promover el cambio interior en algunas de estas mujeres que, a través del trabajo, del matrimonio o de una mejor organización de sus vidas, encuentran una salida a la existencia descomprometida y disoluta, y se in­corporan de modo fructífero al proyecto socialista. En la obra de Tauler, SPS, no faltan estas víctimas de la degradación moral asociada a los modos de vida capitalista. Así, la exprostituta M.ª Elena Canto es descrita como una mujer redimida por la Revolución, «que ha pasado un curso de costurería y que incluso es una compañera destacada en el trabajo», que ha demostrado, en suma, «su decisión de incorporarse a la sociedad» (Tauler, 1978, 51). Finalmente, de forma somera y en correspondencia con lo argumentado, al con­siderar la tipología de Rainov que categoriza las narraciones policiales en función del modo y la intención con que se representa la violencia, puede señalarse que la trilogía búlgara y la novela cubana responden a un propósito que explica el hecho criminal como consecuencia de condiciones contextuales particulares que suponen el enfrenta­miento entre regímenes diferenciados epocalmente (lo nuevo frente a lo viejo), ideoló­gicamente (el socialismo frente al capitalismo) y socialmente (el proletariado frente a la burguesía). El crimen tiene su origen en el comportamiento particular de uno o va­rios individuos representantes de un periodo, una ideología y una clase considerados caducos por el orden gubernamental y policial del presente. Por último, la violencia, que se describe sin excesos morbosos, se utiliza como cauce para aleccionar a los lecto­res sobre el papel fundamental que deben desempeñar en la lucha de clases y en la con­servación del régimen socialista frente a la acción corruptora del pasado reaccionario. Conclusiones La comparación entre la trilogía de Rainov y la novela de Tauler evidencia una serie de concomitancias que animan a insistir en el estudio de una poética de la literatura criminal socialista a partir del parangón entre otras obras pertenecientes a la produc­ción de los países socialistas europeos y la cubana. El contraste realizado a partir de los criterios del delito, el procedimiento policial, los héroes y los delincuentes muestra re­currencias claras en el autor búlgaro y el cubano: el signo social del delito con origen y consecuencias en la lucha de clases entre la burguesía reaccionaria y el socialismo pro­gresista, el equipo policial y los recursos científicos como maquinaria administrativa eficaz alejada de la genialidad individual del detective burgués, o los criminales como representantes de un pasado caduco y corrosivo de efecto negativo en la nueva socie­dad socialista que debe permanecer alerta ante sus ataques y sus comportamientos amorales. Asimismo, el cotejo de Tres encuentros con el inspector y Los siete pasos del sumario también ha descubierto diferencias en el grado de singularización de los pro­tagonistas —mayor individualización del investigador búlgaro de Rainov frente a la fuerte despersonalización de los cubanos de Tauler—, a pesar de que, en ambas obras, se mantiene la propuesta de construir personajes sin rostro, representantes de una acción colectiva y anónima. Igualmente, se ha subrayado la importante discrepancia entre Rainov y Tauler —y, en general, en relación con la novela policial revolucionaria cubana— a la hora de configurar el papel de la ciudadanía en la resolución de los crí­menes: frente al menor protagonismo popular en los casos del inspector Antónov, des­taca la omnipresencia del pueblo cubano y de los CDR en la lucha contra el crimen en la Isla. No obstante, estas divergencias deben entenderse como singularidades enmar­cadas dentro de una poética común que responde a una concepción de la narrativa po­licial de intención social y didáctica, que se esgrime como arma ideológica socialista. Complementariamente, este tipo de trabajos busca dialogar con contribuciones sobresalientes sobre los procesos de transferencias literarias y su mediación por edi­toriales privadas, como el artículo de Bourdieu «Una revolución conservadora en la edición» (2012, 235-281), o públicas, como es el caso del capítulo que Darnton dedica a la edición en la RDA en Censores trabajando (2014). La estructura del campo editorial (Bourdieu, 2012, 236) debe ser leída en el caso que nos ha ocupado teniendo especial­mente en cuenta la heteronomía de los campos culturales cubanos y búlgaros del mo­mento, calibrando así adecuadamente la incidencia de factores externos en la circula­ción de las obras literarias. Ello nos ayudará a entender qué, quién y cómo rigió, en fin, esa lógica de las elecciones (Bourdieu 2012, 171) que posibilitó que los lectores cubanos pudieran acceder a un número tan importante de títulos de Rainov y, en cambio, les privó, como bien ha estudiado Rojas en El estante vacío (2009), de otras novedades bi­bliográficas cruciales para el pensamiento contemporáneo. Bibliografía Alburquerque, G. F., La trinchera letrada. Intelectuales latinoamericanos y Guerra Fría, Santiago de Chille 2011. Baev, J., Bulgaria and Latin America in the Cold War years: A case study for Soviet Bloc political relations with Latin American countries, Revista OPSIS 14, 2014, pp. 305-338. https://doi.org/10.5216/o.v14iEspecial.30774 Bourdieu, P., Intelectuales, política y poder, Buenos Aires/Madrid 2012. Cristóbal Pérez, A., La ronda de los rubíes, La Habana 1972. Cristóbal Pérez, A., Prólogo. Joy, el placer de leer, y algo más, en: Chavarría, D. Joy, La Habana 1978, pp. 5-13. 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Guerra Fría cultural y literatura criminal socialista: los casos de Bogomil Rainov y Arnoldo Tauler López Palabras clave: Guerra Fría cultural, literatura búlgara, literatura policial, literatura cubana, Revolución cubana, socialismo En conexión con la noción de Guerra Fría cultural (Saunders, 1999), este artículo presta atención a la conformación de un campo cultural socialista transnacional poniendo el foco en las relaciones culturales cubano-búlgaras y, sobre todo, en el caso de la literatura criminal socialista como un género altamente ideologizado y favorecido por los cana­les oficiales de transmisión editorial. En ese sentido, se parangona la trilogía novelística policial incluida en el volumen Tres encuentros con el inspector (leída en su traducción al castellano), del búlgaro Bogomil Rainov, y la novela Los siete pasos del sumario, de Arnoldo Tauler López. Ambos libros se publicaron en 1978 en Cuba, en una década de efervescencia de la difusión de la narrativa policial revolucionaria en la Isla a través de un fuerte apoyo institucional justificado en el uso didáctico y propagandístico del género. El contraste entre ambas producciones descubre un conjunto de coincidencias que permite afianzar la idea de una poética comparada de la literatura criminal socialista. Kulturna hladna vojna in socialisticna književnost: primera Bogomila Rainova in Arnolda Taulerja Lópeza Kljucne besede: kulturna hladna vojna, bolgarska književnost, kriminalka, kubanska književnost, kubanska revolucija, socializem Clanek v povezavi s pojmom kulturna hladna vojna (Saunders, 1999) proucuje obli­kovanje transnacionalnega socialisticnega kulturnega polja; pri tem se osredotoca na kubansko-bolgarske kulturne odnose in predvsem na primer socialisticnega kriminal­no-vohunskega pripovedništva kot mocno ideologizirane zvrsti, ki so ji bili zelo na­klonjeni uradni založniški kanali. V tem smislu avtorja primerjata kriminalno roma­neskno trilogijo bolgarskega avtorja Bogomila Rainova Tres encuentros con el inspector (v španskem prevodu) in roman Arnolda Taulerja Lópeza Los siete pasos del sumario. Knjigi sta izšli leta 1978 na Kubi, v desetletju, ko se je na otoku ob mocni institucional­ni podpori, temeljeci na didakticni in propagandisticni rabi te zvrsti, razširilo revolu­cionarno kriminalno pripovedništvo. Kontrast med deloma razkriva vrsto ujemanj, ki podkrepljujejo idejo o primerjalni poetiki socialisticne kriminalne književnosti. The Cultural Cold War and socialist crime fiction: the cases of Bogomil Rainov and Arnoldo Tauler López Keywords: Bulgarian literature, Cultural Cold War, crime fiction, Cuban literature, Cuban revolution, socialism Using the concept of Cultural Cold War (Saunders, 1999), this article explores the creation of a transnational socialist cultural field focusing on Cuban-Bulgarian cul­tural relations and in particular on the case of socialist crime fiction. It was a highly ideologized genre that was favoured by official editorial channels. The article com­pares the crime fiction trilogy by the Bulgarian author Bogomil Rainov included in the volume Tres encuentros con el inspector (in Spanish translation) and the novel Los siete pasos del sumario by Arnoldo Tauler López. Both books were published in Cuba in 1978 in a decade characterised by the wide dissemination of the revolution­ary police narrative on the island thanks to a strong institutional support justified by the didactic and propagandist use of the genre. The contrast between the two pro­ductions reveals a set of points in common that supports the idea of a comparative poetics of socialist crime fiction. O avtorjih Jesús Gómez-de-Tejada je asistent na Univerzitetnem inštitutu za latinskoameriške študije na Univerzi v Sevilli (IEAL). Doktoriral je iz latinskoameriške književnosti. Glavna podrocja njegovega raziskovanja so latinskoameriška in kubanska književnost, predvsem dela Lina Novása Calva, avtofikcija in detektivke. Je avtor monografije El negrero de Lino Novás Calvo y la biografía moderna (Univerza v Sevilli, 2012), urednik monografije Erotismo, transgresión y exilio: las voces de Cristina Peri Rossi (Univerza v Sevilli, 2017) in sourednik Asedios al caimán letrado: literatura y poder en la Revolución cubana (Karlova univerza, 2018). E-naslov: jgomezdetejada@us.es Emilio J. Gallardo-Saborido je raziskovalec na Inštitutu za zgodovino pri Španskem državnem raziskovalnem svetu (CSIC). Doktoriral je iz latinskoameriške književnosti na Univerzi v Sevilli. Raziskuje predvsem književnost in kulturno sociologijo sodob­ne Latinske Amerike, s posebnim poudarkom na Kubi od leta 1959 do danes. Je avtor monografij o kubanski kulturi El martillo y el espejo: directrices de la política cultural cubana (1959-1976) (CSIC, 2009) in Diseccionar los laureles: los premios dramáticos de la Revolución Cubana (1959-1976) (Univerza v Varšavi, 2015) in sourednik mono­grafije Asedios al caimán letrado: literatura y poder en la Revolución cubana (Karlova univerza, 2018). E-naslov: emilio.gallardo@csic.es About the authors Jesús Gómez-de-Tejada is an assistant professor in the University Institute for Studies on Latin America at the University of Seville (Instituto Universitario de Estudios sobre América Latina, IEAL). He did his PhD there on Latin America literature and his main areas of research are Latin American literature and Cuban literature, focusing on Lino Novas Calvo’s works, self-writing and detective novels. He has published a monograph on Lino Novás Calvo - El negrero de Lino Novás Calvo y la biografía moderna (Uni­versity of Seville, 2012), edited Erotismo, transgresión y exilio: las voces de Cristina Peri Rossi (University of Seville, 2017) and coedited Asedios al caimán letrado: literatura y poder en la Revolución cubana (Charles Univesity, 2018). E-mail: jgomezdetejada@us.es Emilio J. Gallardo-Saborido is a research associate in the Institute of History, the Spanish National Research Council (CSIC). He did a PhD in Latin American Litera­ture at the University of Seville. His main research areas are the literature and cultural sociology of contemporary Latin America, focusing on Cuba from 1959 to the present day. He has authored two monographs on Cuban culture: El martillo y el espejo: direc­trices de la política cultural cubana (1959-1976) (Spanish National Research Council, 2009) and Diseccionar los laureles: los premios dramáticos de la Revolución Cubana (1959-1976) (University of Warsaw, 2015). He also co-edited the volume Asedios al caimán letrado: literatura y poder en la Revolución cubana (Charles University, 2018). E-mail: emilio.gallardo@csic.es Juan Pablo Bertazza Construcción y funcionalidad del inmigrante en los relatos «El candelabro de plata» de Abelardo Castillo y «El checoslovaco» de Alberto Laiseca* 1 Introducción La literatura argentina se ha encargado de confirmar aquella idea borgeana de que la tradición argentina es el universo16 El carácter serial en los Tres encuentros con el inspector viene dado además por diversos personajes re­currentes: el coronel a quien Antónov rinde cuentas y con quien mantiene una relación caracterizada por un flexible rigor y un comprensivo respeto (IN, Rainov, 1978a, 42), el forense, la maestra con la que vive una relación amorosa, e, incluso, por la ocasional reaparición de personajes de las dos primeras novelas en MB. con su permeabilidad hacia autores, obras y tópicos de culturas extranjeras, cuya apropiación o puesta en escena también pue­de ofrecer, en numerosas ocasiones, algún indicio a la hora de intentar definir o dar cuenta de la propia identidad nacional. Aunque esa interrelación a nivel general ya fue estudiada, por ejemplo, por Gramuglio2* La preparación y publicación de este trabajo ha sido posible gracias a la financiación del proyecto de investigación «Actualización de las perspectivas y metodologías de investigación en la lingüística, la literatura y la cultura de los países de lengua romance» (IGA_FF_2021_022) otorgado a la Universidad Palacký de Olomouc por el Ministerio de Educación, Juventud y Deporte de la República Checa. 1 «Todo lo que ha ocurrido en Europa, los dramáticos acontecimientos de los últimos años de Europa, han resonado profundamente aquí. El hecho de que una persona fuera partidaria de los franquistas o de los republicanos durante la guerra civil española, o fuera partidaria de los nazis o de los aliados, ha determinado en muchos casos peleas y distanciamientos muy graves. Esto no ocurriría si no estuviéra­mos desvinculados de Europa» (Borges, 1932, 81). , considero relevante establecer relacio­nes de análisis entre una serie de autores argentinos que han abordado en su ficción algunos elementos asociados al ámbito de lo checoslovaco en particular. El caso más trascendente es el del propio Borges cuya adaptación de Praga bajo la ocupación nazi responde a un claro interés cultural a partir de su lectura de Kafka y Gustav Meyrink. Una motivación semejante tiene en Respiración artificial (1980) de Ricardo Piglia aquel encuentro, en una célebre cafetería praguense32 Gramuglio, María Teresa. Nacionalismo y cosmopolitismo en la literatura argentina, Buenos Aires, Ro­sario, Editorial Municipal de Rosario, 2013. , entre Hitler y Kafka que tiene un rol preponderante en la novela al coincidir con algo que, en términos kafkianos, podríamos definir como «el punto sin retorno» de fracaso y marginalidad que expe­rimenta el personaje polaco Tardewski, muy vinculado, a su vez, al escritor Witold Gombrowicz. Y si bien Kafka es un puente constante entre la cultura praguense y la literatura argentina que, mucho más acá en el tiempo, se advierte, por ejemplo, en El hijo judío (2018) de Daniel Guebel, no es el único aspecto que la literatura argentina aborda de la cultura checoslovaca. Por ejemplo, la leyenda judía del Golem43 Es interesante el hecho de que el nombre real de la cafetería (kavárna) es «Arco» mientras que en la novela leemos «Arcos», como si en esa «s» excedente estuviera cifrada la idea de construcción literaria, lo cual sirve para reafirmar, una y otra vez, que en los textos literarios no debería hablarse de ámbitos reales sino de sitios que se originan, también, como consecuencia de la inventiva de los autores. aparece en varios cuentos de Ana María Shua, en un relato de Juan-Jacobo Bajarlía incluido en Historias de monstruos y en la novela juvenil El loco de Praga (2001) de Lucía La­ragione; mientras que el emblemático Puente de Carlos y las huellas de la Praga co­munista ocupan un fuerte lugar simbólico en Frenesí, la novela de José María Brindi­si publicada en 2006. En ese contexto, la propuesta de este artículo, que intenta hacer un aporte al área de las literaturas comparadas y se enmarca en una tesis doctoral so­bre la literatura argentina vinculada a lo praguense y lo checo en general, es realizar un análisis comparativo de los relatos «El candelabro de plata» de Abelardo Castillo y «El checoslovaco» de Alberto Laiseca, incluidos en sus respectivos primeros libros de cuentos: Las otras puertas (1961) y Matando enanos a garrotazos (1982). Dentro de ese corpus no tan reducido, como podría parecer a simple vista, de literatura ar­gentina con temática checa/checoslovaca se trata de dos textos representativos y re­lativamente breves que, si bien fueron analizados de manera aislada, resulta útil leer en conjunto ya que, gracias a su rico entramado de semejanzas y diferencias, pueden aportar ideas interesantes respecto a lo que es el objetivo de este trabajo: entender de qué manera los autores argentinos construyen la figura del inmigrante checoslova­co, pero también indagar qué tipo de factores motivan su inclusión y si las imágenes acerca de ese país en particular pueden brindar algunas características del contexto de aparición de cada relato. 2 Contextos literarios El contexto de aparición de «El candelabro de plata» coincide con los inicios del boom latinoamericano, esa época de gran debate político, clima de vanguardia, renovación del lenguaje literario y sensación de intenso cambio que inauguró la revolución cuba­na en 1959 y suele periodizarse con pocos años de diferencia. Por ejemplo, Sánchez (2009) lo ubica, precisamente, entre 1963, con la publicación de La ciudad y los perros de Vargas Llosa, y 1972, con la aparición de América Latina en su literatura, obra críti­ca coordinada por César Fernández Moreno. Aunque tuvo su auge en 1967 con el éxi­to sin precedentes de Cien años de soledad, las innovaciones formales de este período no son del todo aisladas ya que encuentran ciertos antecedentes en la década del cua­renta, en la obra de autores como Borges y Bioy Casares, en lo que respecta al campo literario argentino. Sin embargo, las novedades terminaron de confluir en la década del sesenta, y especialmente en la novela, a partir de un complejo entramado de condiciones esté­ticas, políticas, institucionales, editoriales y también críticas, cuyos fuertes lazos de pertenencia continental (promovidos, especialmente, desde Cuba) y cierta apertura hacia temáticas universales y escenarios urbanos marcaron una fuerte oposición res­pecto a nacionalismos, regionalismos y espacios rurales que caracterizaban la literatu­ra de épocas anteriores. Por otro lado, esas innovaciones técnicas y modernistas que, en parte, provenían de autores norteamericanos como Faulkner y apuntaban a cierta refundación del realismo, se oponían también al arte prescriptivo y normalizador de la Unión Soviética. Si bien no dejaba de establecer lazos con la sociedad (por ejemplo, despertando la conciencia de los lectores) la literatura debía mantener también sus propias reglas. En definitiva, el impulso de época hacia lo nuevo no se reducía a la lu­cha política, sino que requería también un cambio estético. Abelardo Castillo (1935-2017), quien describió esa búsqueda literaria como la ne­cesidad de «captar zonas más hondas de la realidad» representa la figura del escri­tor-intelectual comprometido en tanto agente de transformación, en el sentido en que lo explica Claudia Gilman, es decir, como consecuencia de una serie de factores pro­pios de esa época, entre los cuales menciona «la dominancia del progresismo político en el campo de las elites culturales; la hipótesis generalizada acerca de la inmanencia de la revolución mundial; el debate sobre los nuevos ‘sujetos revolucionarios’ […]; y el interés por los asuntos públicos» (Gilman, 2003, 29). Aparte de su obra literaria que incluye, además de libros de cuentos, novelas im­portantes como El que tiene sed (1985) y Crónica de un iniciado (1991), ensayos y obras de teatro como El otro Judas (1961) e Israfel (1964), Abelardo Castillo es también un intelectual influido por Sartre. Miembro no dogmático del Partido Comunista argen­tino, Castillo tuvo una intensa participación en debates intelectuales, políticos y lite­rarios a partir de su rol como director de tres revistas que tuvieron trascendencia en el país: El grillo de papel (1959-1960), El escarabajo de oro (1961-1974) y El Ornitorrinco (1977-1986). En tanto herramientas fundamentales de articulación entre cultura y po­lítica, las dos primeras estuvieron entre las publicaciones que más interactuaron con la revista de Casa de las Américas. Tal como hace ver Gilman, muchas de esas publica­ciones nacían por «la necesidad de hacer avanzar el arte del mismo modo que la van­guardia política hacía avanzar las condiciones de la revolución, es decir, sin dejar de utilizar todos los instrumentos y conquistas del arte contemporáneo» (Gilman, 2003, 144). En otras palabras, lejos del panfleto político, lo comprometido no debía ser tanto la obra literaria como sí el autor. A través de esa importante plataforma, Abelardo Castillo intervino, desde su posi­ción ideológica de izquierda, también en esa serie de discusiones en torno al ser nacio­nal que, en 1946, habían surgido como consecuencia del primer gobierno peronista y, en cierta forma, continuaron durante el posterior exilio de su líder político tras el golpe de 1955. Precisamente, en el número 23-24 correspondiente al mes de septiembre de 1964, es decir, dos años después de la publicación del cuento que nos ocupa, la revista El escarabajo de oro incluye un relato de Abelardo Castillo llamado «Los muertos de Piedra Negra». La historia se centra en un levantamiento de trabajadores peronistas contra un cuartel militar en la Provincia de Buenos aires que ocurre en 1956, es decir, poco después de la Revolución Libertadora y el mismo año de los fusilamientos de José León Suárez, tema abordado por Rodolfo Walsh en Operación Masacre. Aunque planteado en términos de ficción, el cuento ofrece un contexto muy reconocible en el que no se elude el clima de proscripción, la represión militar, las pintadas clandestinas en las paredes y, sobre todo, el grito profundamente contenido de «Viva Perón» que estructura este relato en el que, además, se pone en juego el complejo entramado de traiciones y lealtades tan afín al peronismo. Si bien se trata de un cuento lo suficiente­mente complejo como para hacer lecturas lineales, al menos una de las descripciones sobre el coronel que lidera el operativo parece coincidir, en algún punto, con ese ale­jamiento de la dicotomía o tercera posición en la que se mantuvo Abelardo Castillo respecto al movimiento social y político más influyente del siglo XX argentino: «Lago, que nunca había sido peronista, ni lo era, pero que no se iba a poner a explicarles a unos carretilleros que restituir el honor de la Nación exige, de sus hombres, ciertas de­cisiones […]» (Castillo, 2003, 104). El propio Abelardo Castillo reveló, en una entre­vista con Página/12 (Castillo, 2011), la razón por la que fue expulsado de la escuela se­cundaria, al manchar con tinta un retrato de Perón y Evita el día anterior a la visita de la interventora, una anécdota que, al mismo tiempo que evidencia esa tercera posición neutral (al menos a nivel consciente), no deja de mostrar cómo el peronismo ejercía, en esa época, una influencia insoslayable54 Si bien no es una leyenda exclusiva de Praga ya que una primera versión lo sitúa en la ciudad polaca de Chelm, es indudable que la versión praguense que tiene como figura creadora al rabino Löw es la más conocida y adaptada por el cine y la literatura. . Por su parte, el contexto de aparición de «El checoslovaco» en la última etapa de la dictadura militar, pero, a su vez, en plena Guerra de Malvinas muestra, respecto a la época del boom, un clima político diametralmente opuesto debido a tantos años de censura, desaparición sistemática de personas y terrorismo de Estado. Pero, a la vez, existe cierto consenso en la crítica que se trata de una época que empieza a instaurar en lo literario un mayor desborde imaginativo y referencias mucho menos directas y más tortuosas respecto a la realidad, gran concentración en el plano del lenguaje y cierta transgresión de los tópicos literarios que posibilitaron la irrupción de algunas estéticas vanguardistas vinculadas a la revista Literal (1973-1977), como las de Osvaldo Lam­borghini, Luis Gusmán y César Aira, de quien el estilo de Laiseca parece abrevar. Ya durante la década del ochenta, tal como afirma Elsa Drucaroff, aparecen varias novelas con características similares de César Aira, el propio Laiseca y otros escritores como Sergio Chejfec, Daniel Guebel y Alan Pauls: «Aira es el primero en proponer tramas donde lo exótico se fusiona con lo vernáculo en forma delirante» (Drucaroff, 2011, 55). Luego agrega Drucaroff que, en esos libros que parecen defender la autonomía del significante y esquivar todo conflicto social oponiéndose así al característico cruce de literatura y política de las generaciones anteriores, priman escenarios y referencias tan distantes como Egipto, China, Grecia o Malasia. Por otro lado, Laiseca también podría pensarse como heredero de Roberto Arlt, en lo que respecta a cierta idea de lo periférico, salvaje y esa tradición de «mala escri­tura» que se opone a los principios canónicos de la alta literatura borgeana. Lo inte­resante es que, durante la década del ochenta, las nuevas generaciones literarias del post-Boom ejercen un particular distanciamiento respecto a la obra de Borges: hiper­bolizando, por ejemplo, aquella idea de la tradición universal. Es decir, lo que en la época del boom significaba salir de regionalismo para abrir cierta ventana a lo univer­sal, en esta época se transforma, directamente, en una serie de referencias y locaciones absolutamente exóticas, desbordantes, absurdas y delirantes como veremos, en efecto, en el relato «El checoslovaco». Pero en el caso particular de Alberto Laiseca también puede establecerse, en ese mismo sentido, una relación interesante con el peronismo. Más allá de que suele mencionarse la constancia de referencias antisindicalistas en al­gunas de sus obras, el vínculo más claro de Laiseca no es tanto con el peronismo de la década del cuarenta y su posterior proscripción, sino más bien con ese período de de­cadencia y pérdida absoluta del rumbo que transcurre entre 1973 y 1976. En especial, lo que parece interesar (o, mejor dicho, obsesionar) a Laiseca es, por un lado, la Triple A y, al mismo tiempo, la inefable figura del secretario privado de Perón, José López Rega. En efecto, Su turno para morir (1976), más allá de sus ropajes de policial nor­teamericano, no deja de remitir, en clave alegórica, a los crímenes parapoliciales de la Triple A, mientras que el propio López Rega aparece, en numerosas ocasiones, como personaje en su novela El jardín de las máquinas parlantes (1993) con el nombre lige­ramente modificado de López Fecia (un primer ministro maléfico)65 «No fue un acto político, fue algo inconsciente, pero se tomó como una manifestación anárquica o comunista porque el tintero era de tinta roja,» precisaba Abelardo Castillo en la entrevista. , constituyendo acaso la referencia explícita más directa a la realidad política en toda la obra de Lai­seca al enhebrar una parodia alucinada de esa última etapa del peronismo. De hecho, el propio Perón es mencionado como «el Quétzal» y el movimiento, en su conjunto, como «el quetzalismo»76 «Me olvidé de decirte que... el Gobierno de Guatimotzín, por orden de José López Fecia, acaba de tri­plicar los impuestos ...» (Laiseca, 1993, 620). . Por supuesto, no se trata de un hecho aislado sino de un elemento que corres­ponde a todo un sistema de representación del Brujo como un individuo oscuro y tenebroso que aparece, por ejemplo, en Cola de lagartija de Luisa Valenzuela y en La novela de Perón y Santa Evita de Tomás Eloy Martínez. En definitiva, esa constelación de fascismo, magia, ocultismo, poder y terror político trabajada, a partir de la figura de López Rega, en una de las novelas más importantes de Laiseca, tal vez encuentre cierto germen en el cuento que, en este artículo, nos ocupa. Por otro lado, la notable amplitud en las propuestas estéticas de ambos autores también se observa en sus distintas vías de acceso al campo literario. En compara­ción con Abelardo Castillo, Alberto Laiseca (1941-2016) tuvo una inserción más gradual y, en algún punto, excéntrica ya que empezó a tener visibilidad, en la televi­sión, como un llamativo presentador de cuentos de terror. A la par, fue consolidando esas apariciones públicas con una obra extensa conformada, sobre todo, por nove­las y, en menor medida, libros de cuentos. Su estilo literario, definido por él mismo como «realismo delirante», está mucho más asociado, otra vez, a los desbordes, lo deforme y lo monstruoso. Sin ir más lejos, un punto bisagra en su obra es la novela Los sorias (1998), famosa incluso antes de publicarse por sus casi mil cuatrocientas páginas. Considerada una de las más extensas de la literatura argentina, se publicó con un prólogo de Ricardo Piglia que remarca, otra vez, su filiación con Roberto Arlt, al definirla como «la mejor novela que se ha escrito en Argentina desde Los siete locos» (Piglia, 2004, 9). Pero más allá de las diferencias señaladas entre ambos contextos literarios, tam­bién pueden establecerse algunas semejanzas entre estos dos autores que, por ejemplo, fueron formadores en sus respectivos talleres literarios. Por otro lado, aunque muy dis­tintas en algún punto, sus propuestas también están emparentadas, tal como explica Agustín Conde de Boeck (2017, 487). Partiendo de este Laiseca kafkeano-jarryeano, podría rescatarse también una serie de parentescos particulares, donde, vía Poe, el realismo delirante entronca con Hora­cio Quiroga y Abelardo Castillo (por ejemplo, el sistema de similitudes entre El jardín de las máquinas parlantes y Crónica de un iniciado). En cuanto a los relatos que nos ocupan, consideramos que es posible advertir no­tables diferencias en el tono y estilo de escritura, pero también algunas semejanzas en lo que respecta al exotismo y la marginalidad que destilan ambos personajes checoslo­vacos y su inclusión en el relato, aunque el signo de esa utilización resulte, otra vez, casi antagónico. 3 Herramientas teóricas En este artículo utilizo algunos dispositivos teóricos de la imagología, disciplina de las literaturas comparadas que analiza las distintas imágenes sobre nacionalidades en fic­ciones literarias. Entre los conceptos de la imagología que pueden resultar útiles para este tipo de análisis está la clásica distinción que retoman de Aristóteles entre «diferen­cia específica» y «género próximo». Mientras la primera abarca el conjunto de caracte­rísticas concretas que determinado texto le atribuye al país o ciudadano de un país en particular, la noción de «género próximo» engloba a una zona atravesada por distintas nacionalidades que, por algún motivo, aparecen poco diferenciadas. Otro concepto re­levante de la imagología será el de «exotismo», desarrollado exhaustivamente por Joep Leerssen, quien, en primer lugar, afirma que el exotismo puede llevar a la incompren­sión y al miedo, pero también a la admiración, y esa apreciación positiva se opondría al etnocentrismo cuando el país extranjero es valorado positivamente. Pero enseguida aclara que el exotismo también puede ser una cara más del etnocentrismo ya que esa cultura ajena puede ser apreciada, exclusivamente, por aquellos aspectos que se salen del estándar propio. En todo caso, Leerssen ofrece una definición de este concepto muy apropiada para leer nuestros relatos: «Lugar exótico es donde las leyes de la nor­malidad, el realismo y lo mundano se suspenden en favor de lo extraño, distinto e im­predecible dando lugar, a veces, a eventos mágicos o sobrenaturales» (Beller-Leerssen, 2007, 325). Además, Joep Leerssen y Carlos Reijnen resumen, nada menos, que la producción de imágenes que inspiró la capital checa entre el siglo XIX y el siglo XX. Durante el siglo XIX Praga obtuvo la reputación literaria de una ciudad me­dieval, gótica, oscura y encantadora, teñida de un exotismo eslavo, centroeu­ropeo. Esa imagen persistiría durante el siglo XX (incluso en las novelas de espías de la Guerra Fría y la década del noventa), al ser difundida por El golem (2015) de Gustav Meyrink y la asociación de la ciudad con Franz Kafka (Be­ller-Leerssen, 2007, 137). Como ya veremos, esa caracterización de Praga se ajusta muy bien a las imágenes construidas por muchos de los textos literarios argentinos, y, en especial, los dos relatos que nos ocupan: es que, a diferencia de las ciudades españolas e italianas, más cercanas a nivel cultural, Praga va a aparecer ligada en estos textos a la idea de exotismo. El argentino César Aira (1993, 73) ofrece también una perspectiva del término «exo­tismo», aunque vinculada a la producción literaria en Argentina y, al mismo tiempo, en sintonía con la idea de «extrañamiento» de los formalistas rusos. Aira parte de que Montesquieu es el padre de la novela exótica ya que los protagonistas de Cartas persas ofrecen, en tanto extranjeros, una mirada completamente distinta de Europa. Luego re­marca que esos personajes persas son un «como si» que, en su opinión, marca el origen de la novela moderna. En este caso, lo exótico no se emplea para nombrar lo descono­cido y lejano sino, por el contrario, para ver con ojos distintos lo propio o incluso poder nombrarlo. La paradoja es que dicho exotismo, según Aira, tiene como objetivo dar fun­damento a esa característica azarosa que es contar con determinada nacionalidad. La literatura es el medio por el que un brasileño se hace brasileño, un argen­tino, argentino. Es lo necesario para que el Brasil se transforme en el Brasil, para que la Argentina llegue a ser la Argentina. En última instancia, para que el mundo se transforme en mundo (Aira, 1991, 79). La idea presenta algunos puntos en común con otra distinción relevante de la imago­logía que es el par «heteroimagotipos» y «autoimagotipos». Los heteroimagotipos son las imágenes que un Yo elabora de un Otro, cons­truidas por analogía con las imágenes que tiene de sí mismo. En sentido in­verso y complementario, los autoimagotipos son las imágenes del Yo que sur­gen del contraste con las imágenes del Otro, a partir de las cuales el Yo se identifica (Pérez Gras, 2018, 42). Esa distinción también resulta útil a la hora de pensar algunos textos argentinos sobre «lo praguense», «lo checo» o «lo checoslovaco» porque ambas modalidades de imáge­nes parecen estar todo el tiempo en relación dialéctica, es decir, los atributos que se construyen sobre naciones ajenas pueden hablar también de la cultura propia. Por último, debido a su relevancia indudable en la literatura argentina (Martín Prieto, 2016, 420) señala que «concentra todos los procedimientos —alegoría, opi­nión política, cruces con el género policial, utilización del pasado como clave para leer el presente»—), su pertinencia temática y cronológica (ya que fue publicado en­tre los dos relatos que nos ocupan), e incluso por su propio componente de crítica literaria combinada con ficción, consideramos que Respiración artificial (1980) de Ricardo Piglia también puede ofrecer algunas claves en nuestro análisis. Sin ir más lejos en el diálogo que mantienen Tardewski y Renzi se define el término «ostrane­nie», es decir, esa forma de mirar desde afuera, con perspectiva, para acceder a la realidad más allá del velo de lo habitual como «la mirada del turista, pero también, en última instancia, la mirada del filósofo» (Piglia, 1980, 2816). En sintonía con la cita anterior de Aira, la frase remite también al verdadero agente de esa mirada ex­trañada y, a la vez, lúcida que es, al menos para Tardewski, la figura del fracasado, o sea él mismo. No es casual que, en Respiración artificial, esa figura del inmigrante o el exiliado errante y al margen de la sociedad aparece muy vinculada a eso que re­corre todo el libro y es lo que se denomina «el origen de la historia», «eso que viene desde el fondo mismo de la historia de la patria, a la vez único y múltiple» (Piglia, 1980, 727). 4 «El candelabro de plata» de Abelardo Castillo En ambos relatos nos encontramos con protagonistas algo marginales y sin mucho arraigo, a pesar de que llevan un tiempo considerable en Argentina: Franta arribó hace treinta años mientras que Stepan hace poco menos de veinte. En ese sentido, podríamos pensar que, al igual que el personaje de Tardewski en Respiración artificial estos dos in­migrantes checoslovacos encarnan la paradoja de ser aves de paso que permanecen en el mismo lugar durante muchos años. Sin embargo, en la construcción de ambos per­sonajes se perciben, en efecto, muchas diferencias. Franta, el checoslovaco de Abelardo Castillo, a quien el narrador invita a su casa para compartir un fatídico festejo de No­chebuena luego de encontrarlo en una sórdida cantina en pleno puerto de Buenos Ai­res, es sereno, respetuoso y hasta condescendiente: se dirige a su interlocutor como «se­ñor». Stepan, el personaje de Alberto Laiseca, por el contrario, es cruel, manipulador y violento: un ingeniero que se dedica a torturar a su esposa, a quien consigue inocularle una enfermedad mediante agresiones permanentes con el arma del lenguaje. En cam­bio, la palabra del checoslovaco del cuento de Abelardo Castillo no solo no tiene por objetivo maltratar a su interlocutor, sino que, por el contrario, busca (según explica el propio narrador de la historia), confesarse: «Acaso yo le había preguntado algo, o acaso, rota la frialdad del primer momento (para esa hora ya estábamos bastante borrachos), la confesión surgió por sí misma» (Castillo, 2012, 89). Sin embargo, eso que el narrador define, de manera arbitraria como «confesión», en realidad es el relato que hace el che­coslovaco sobre sus orígenes, su tierra y aquellos seres queridos de quienes, en su mo­mento, se tuvo que despedir al llegar a la Argentina como inmigrante. El hecho es que habló. Habló de su país, de una pequeña aldea perdida entre colinas grises, de una mujer rubia cuyos ojos –así lo dijo– eran transparentes y azules como el cielo del mediodía. Habló de un muchachito, también rubio, también de ojos azules (Castillo, 2012, 89). Su discurso aparece teñido de un fuerte cliché: el de que los habitantes de aquella par­te del mundo, en contraste con los de Argentina, son rubios y de ojos celestes. Se tra­ta de un cliché vinculado con la idea de exotismo desarrollada por Leerssen en tanto funciona como un atributo que sorprende al propio Franta, lo cual resulta curioso te­niendo en cuenta que también tiene «unos ojos celestes, clarísimos» y, sin embargo, él mismo establece la analogía entre la tonalidad del cielo y el color de ojos de quien era su mujer, como si los años que lleva viviendo lejos de su país de origen hubieran incre­mentado, además de la nostalgia, su asombro respecto a los rasgos físicos de sus seres queridos. Ahora bien, mientras en el relato de Laiseca la palabra es un arma cruel que detenta el inmigrante para torturar a su propia esposa, en el de Castillo es el narrador argentino quien le hace creer a Franta su falsa intención de ayudarlo a volver a su país y, por lo tanto, recuperar su dignidad perdida. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en el relato de Laiseca, la crueldad que ejerce el personaje argentino sobre el checoslovaco no se va a haber plasmada al nivel del lenguaje que, de hecho, mantiene, incluso en los momentos más álgidos del cuento, cierta armonía y hasta formalidad en línea con el ligero anacronismo que el protagonista le atribuye al candelabro que da título al relato. En efecto, en el estudio crítico que sirve como prólogo a la edición de sus cuentos completos, Marta Morello-Frosch entiende que la crueldad de este relato de Abelardo Castillo, lejos de ser gratuita, tiene como propósito restituir la humanidad del checoslovaco. […] la posibilidad de rectificar este destino desviado es suficiente para resti­tuir al viejo, por unos minutos, a la condición humana: pierde su tono supli­cante y deja de rendir pleitesía al «señor» que le ofrece ayuda (Morello-Frosch, 2012, 17). A tono con el contexto vanguardista y esa fuerte sensación de transformación que, tras la revolución cubana, caracteriza la literatura latinoamericana de los años sesenta es interesante advertir que la inclusión de ese checoslovaco no deja de tener que ver con cierta apertura hacia lo universal, a través de una figura muy recurrente en Argenti­na (la del inmigrante) pero que, en este caso, no proviene de los países más habituales (España e Italia) sino de «la otra» Europa. Por otro lado, podría pensarse que, incluso a pesar del desenlace, el narrador no deja de provocar en el checoslovaco cierta toma de conciencia que podría llegar a vincularse, precisamente, con el clima de época (la inspiración de la revolución cubana, la descolonización africana y la resistencia de Vietnam, pero también, en algún punto, el horizonte de posibilidades inaugurado por el primer peronismo) aun cuando aquella búsqueda de autonomía aleja definitiva­mente a este relato del texto panfletario con moraleja. Es decir, tal vez en ese acto tan extremo como abrupto que termina ejerciendo el narrador sobre el checoslovaco pue­da cifrarse la búsqueda de una literatura que, si bien debe conectar de alguna forma con la sociedad, también tiene que sustraerse a las normativas y mantener intactas sus propias reglas. Resulta interesante, al respecto, que el narrador termina de pergeñar su decisión de asesinar a Franta justo a las doce, cuando la Nochebuena se transforma en navidad, durante un festejo en el que, en sintonía con aquel lejano país, parecen predominar ciertas notas de artificio o exotismo. De pronto, la noche del puerto se hizo fiesta. En todos los muelles las sirenas empezaron a entonar su histérico salmodio y el cielo reventó de petardos. Brindamos con los ojos húmedos. Fuegos multicolores se abrían en las som­bras, desparramando sobre el mundo extravagantes flores de artificio (Casti­llo, 2012). Siguiendo los conceptos de la imagología podríamos considerar que, en esa dia­léctica entre heteroimagotipos y autoimagotipos, el narrador parece fundar su pro­pia identidad a partir del modo en que lo cataloga al checoslovaco de «miserable». Pero, además, aquel acto de resonancias mesiánicas que consiste en ayudarlo a «re­gresar» a su tierra resulta indispensable para poder definirse a sí mismo, una in­quietud que aparece ya al comienzo del relato: «Pero al menos hoy he compren­dido algo; lo he comprendido después de lo que pasó esta noche: soy un hombre bueno» (Castillo, 2012, 87). Esa misma bondad que libera al narrador del asco que —él mismo revela poco después— siente por su propia vida se la da el hecho de «hacer feliz a un miserable». Las menciones a la cultura checa en la obra de Abe­lardo Castillo, cuya premiada obra de teatro Israfel se representó en Checoslova­quia, no se reducen a este relato. En su novela El que tiene sed aparece a varios niveles: desde distintas referencias a Kafka y el Golem hasta la fascinación que ejer­ce en el protagonista Esteban Espósito la imagen del judío-eslavo Jakobo Fiksler. Pero volviendo a «El candelabro de plata», el exotismo y la creciente esperanza de ese inmigrante que proviene de una tierra distante a la que resulta difícil regresar, además de estar en sintonía con la búsqueda tanto universal como urbana de la épo­ca, y la respectiva sensación de posibilidad de cambio, parece tener una motivación también literaria; es decir, al servicio de la trama del relato: la inclusión de ese che­coslovaco marginal le sirve al narrador argentino para construir su propia identidad, para transformarse en aquello que él quiere ver de sí mismo. 5 «El checoslovaco» de Laiseca Uno de los diálogos de Respiración artificial, es este caso acerca de la parodia, puede arrojar luz sobre la principal diferencia de intencionalidad literaria que existe entre el cuento de Abelardo Castillo y el de Alberto Laiseca. Renzi me dijo que estaba convencido de que ya no existían ni las experien­cias, ni las aventuras. Ya no hay aventuras, me dijo, solo parodias. Pensaba, dijo, que las aventuras, hoy, no eran más que parodias. Porque, dijo, la parodia había dejado de ser, como pensaron en su momento los tipos de la banda de Tinianov, la señal del cambio literario para convertirse en el centro mismo de la vida moderna (Piglia, 1980, 1277). Es decir que, en sintonía con las diferencias que marcábamos entre los distintos cam­pos literarios en que aparecieron estos relatos, donde antes podía haber un relato de expansión y aventura (aunque una aventura bastante siniestra como la del cuento de Castillo) ahora lo que predomina es la parodia, invadiendo cada uno de los gestos, ac­ciones y pasiones, llegando a sustituir incluso a la propia historia. En efecto, casi en las antípodas de Franta, Stepan (el checoslovaco del relato de Laiseca), tortura a su mujer de una forma poco convencional: mediante el lenguaje que él utiliza como un arma asociada al extrañamiento que genera su articulación y empleo de una estructura gra­matical distorsionada. El checoslovaco hablaba mal el idioma, pero no pésimo como a veces hacía creer. Cuando decidió matar a su esposa exclusivamente con armas secretas, en su arsenal contaba con el lenguaje; como si éste fuera la más letal e impor­tante de sus ojivas nucleares de cabezas múltiples (Laiseca, 2004, 120). Al respecto, Lecercle (1990) se pregunta cómo es posible que un instrumento como el lenguaje, del que se espera que pueda comunicar a las personas, esté mezclado también de manera inextricable con las expresiones más violentas. I have already suggested an answer when I noted that the structure of com­munication, involving as it does two participants, reproduces the structure of exchange of the closest and most tense emotional relationships, situations in which two is company with a deadly vengeance (Lecercle, 1990, 237). Lecercle afirma que el lenguaje conlleva cierto grado de violencia no solo porque es un cuerpo de sonidos, sino porque además las palabras, como sucede en el caso de Stepan, cargan los efectos violentos del cuerpo del hablante. En sintonía con esta idea de materialidad, es interesante advertir que, en el relato de Laiseca, la crueldad ejer­cida mediante el lenguaje funciona más a nivel sintáctico que semántico. Algo que podemos comprobar, por ejemplo, cuando en el momento en que ella se pone a pelar papas, él se para detrás para decirle: «no puede retener cáscara». Si bien no deja de haber cierta asociación entre el significado de la frase y la acción de ella, lo que ver­daderamente tortura a su mujer es el aspecto formal de esas locuciones: «decía en voz chirriante, mecánica, checoslovaca» (Laiseca, 2004, 121). Asimismo, poco después nos enteramos de que el checoslovaco amplía su frase, distorsionando aún más la gramá­tica al formular: «Quien no puede retener cáscara, ella de mano cae» (Laiseca, 2004, 121). Es decir que, en sintonía con ese mayor foco en la materialidad del lenguaje que atribuíamos a los textos literarios de la época, en el discurso de Stepan lo formal tiene más relevancia que el contenido. En efecto, el plano semántico aparece tan relativizado que la crueldad de Stepan se potencia hasta el extremo cuando, paradójicamente, uti­liza palabras bellas, refinadas o incluso «exóticas» como «lapislázuli»: «era terrible el contraste entre el bello vocablo elegido, y el feísmo de la falta de coordinación motora que calificaba» (Laiseca, 2004, 123). Es decir, la eficacia en esa arma mortal que es el lenguaje del checoslovaco —quien, no en vano, lleva como apodo «el ingeniero del tor­nillo filoso»— radica en el plano más material del discurso y, otra vez, como explicaba Lecercle, llega a tener un correlato físico. Por otro lado, esa condición de lo chirriante en su discurso podría vincularse con la supuesta fealdad estilística de Alberto Laiseca, que incluso inspiró una anécdota legendaria que lo erige como un escritor antiborgea­no, tal como recupera Conde De Boeck. En 1982, se difunde aquella célebre y semi-apócrifa anécdota según la cual Borges, frente a una pregunta donde le era mencionado Matando enanos a garrotazos, habría afirmado que jamás leería un libro con un gerundio en su título (remitiendo a la mala fama estilística de esta forma verbal). […] Así, Al­berto Laiseca, pasa a ser entonces el reverso de Borges, el dueño de una escri­tura «salvaje», entusiasta, pagana, opuesta a la distinción de la «alta» literatura (Conde de Boeck, 2017, 130). Conde de Boeck entiende que el supuesto anti-borgeanismo resultó fundamental, años después, para convertir a Laiseca en un emblema de la generación literaria nu­cleada en torno al grupo Shangai87 «Se le habrá muerto el astral y también su abuela, pero sigue bien vivo y Primer Ministro. Está conven­cido de que él es el Rasputín del quetzalismo. Se lo cree y todo. Y lo peor es que no es el único en creér­selo. Los otros días le dijo al Quétzal: «Si yo muero, o si soy defenestrado, será el fin del Movimiento. Soy el Escudo contra el cual se estrellan las hordas comunistas» (Laiseca, 1993, 716). , la que, si bien Laiseca no perteneció formalmente, estaba muy interesada en oponer los delirios, excentricidades y exotismos de Laiseca al apolíneo estilo de Borges. Más allá de que, con el tiempo, ese anti-borgeanismo se fue moderando, no deja de ser relevante el paralelismo entre el «habla incorrecta» del checoslovaco y la «mala escritura» de Laiseca. En cuanto a la violencia de su personaje, podríamos pensar que Laiseca, de quien marcamos su filiación con el autor de Los siete locos, abreva también en esa imagen de crueldad misógina de húngaros y polacos que Roberto Arlt mencionaba al referirse al proxenetismo de la Buenos Aires de su época, que tuvo un correlato real en la red Zwi Migdal durante las primeras décadas del siglo XX. Eso nos trae de nuevo la opo­sición entre «diferencia específica» y «género próximo»: quizás por motivos históricos y culturales para muchos autores argentinos las zonas de Europa Central y Europa del Este resultean más inaccesibles y, por consiguiente, sus países menos distinguibles que otras naciones de Europa Occidental. De hecho, más de diez años después, en su novela El jardín de las máquinas parlantes Laiseca trabajará también con el persona­je de un inmigrante lituano y hasta con la figura de un golem con dos tornillos en el cráneo, más parecido a la representación audiovisual de Frankenstein que a la leyenda de la judería de Praga98 Algunos de cuyos representantes son Daniel Guebel, Luis Chitarroni, Sergio Bizzio, Jorge Dorio y Martín Caparrós. . En el mismo sentido, Laiseca solía reconocer en numerosas entrevistas su fascinación por la figura de Drácula y es como si ese legendario perso­naje de origen rumano atrajera casi por arrastre una tierra más o menos cercana a ni­vel geográfico como es Checoslovaquia. Por supuesto, esto no quiere decir que Laiseca confundiera ambos países, sino que sus límites simbólicos parecen ser más difusos y permeables. En efecto, la figura de Drácula aparece en este cuento encarnada en la re­lación vampírica que ejerce Stepan sobre su mujer: «Ella estaba cada vez más gorda, decaída y vieja. Él, por el contrario, parecía con ello cobrar nuevos bríos» (Laiseca, 2004, 119); pero también como referencia explícita. Cierta vez el ingeniero del filoso tornillo fue al cine, a ver una película de te­rror. Quedó encantado. Siempre citaba ante sus escasos conocidos una frase de la cinta, que él atribuía al conde Drácula; Mi querido amigo: las mujeres no son un vicio, son una necesidad (Laiseca, 2004, 120). Ahora bien, la crueldad de Stepan también es eficiente porque cuenta con cierto grado de seducción y encanto hacia Gloria que, por supuesto, termina siendo un mero com­bustible de su maldad. Lo interesante es que, otra vez, esta característica erótica tiene que ver con el lenguaje, que nuevamente es descrito en términos armamentísticos. Empleaba armamentos pesados con objeto de erotizarla: tocaba con su lengua el agujero de la femenina oreja, le decía cosas increíbles, hablábale de que sus rodillas eran esto y aquello. Todo todo. Hasta que ella se olvidaba (Laiseca, 2004, 127). Uno de esos momentos ocurre cuando Stepan le habla de Praga, su ciudad natal, y específicamente del río Moldava. Gracias a su poder evocador, ella, en una especie de rapto similar a la hipnosis o la hechicería, es capaz de trasladarse a aquella ciu­dad quedando a absoluta merced de él. Por supuesto, incluso entonces, el discurso del checoslovaco sigue siendo, a nivel formal, tan chirriante y dislocado como de costumbre. Él se volvió intimista: «Me encanta este río. Muy caudaloso. Me recuerda al Moldava. De verdad cosa hermosa es, ver Moldava pasar bajo puentes de Pra­ga. Muchas flores.» Ella lo escuchaba incrédula. Por un momento había visto el agua y los puentes, en aquella ciudad lejana y exótica (Laiseca, 2004, 126). En sintonía con estos ejemplos, Lecercle asegura que la brujería depende inexo­rablemente del lenguaje: es el arma con que captura a sus víctimas. Incluso cuando es consciente de la violencia de su marido, Gloria no logra sustraerse al influjo de su he­chicería, compuesta de unas buenas dosis de exotismo, a tal punto que termina enfer­mándose. Por último, otro elemento del discurso del checoslovaco que parece ejercer gran tortura en Gloria y nos puede resultar muy significativo en nuestro análisis es cierta construcción gramatical que poco tiene que ver con el idioma checo. Gloria sabía que él tenía dificultades idiomáticas; pero comprendía muy bien que la pésima sintaxis de la frase había sido exagerada a propósito. En estos ca­sos había que oírlo hasta el final si se quería comprender el sentido completo de la oración, que no era revelado salvo con la última palabra (Laiseca, 2004, 122). Es interesante que ese rasgo lingüístico según el cual el sentido de una frase se revela recién con la última palabra, más que al idioma checo o eslovaco parece referir, sobre todo, al alemán que, por supuesto, forma parte de la imagen cultural praguense y, so­bre todo, ocupa un lugar muy destacado en la representación que, desde Argentina, suele tenerse de la cultura praguense por el enorme influjo del escritor en lengua ale­mana Franz Kafka. Por otro lado, en uno de los pocos momentos en que Gloria logra expresar sus emociones de bronca, establece una analogía entre su marido y los nazis. En una ocasión ella lo enfrentó. Le dijo con helada calma: «Te veo tan hijo de puta como esos nazis que asesinaron a los judíos. Sos un criminal de guerra frustrado. Esta casa es un campo de concentración. Por la cocina corren tus alambradas electrizadas y tus perros. Yo soy la prisionera y vos el SS. Sos un guacho» (Laiseca, 2004, 128). Además de que, otra vez, clasificando a su marido como criminal de guerra nazi, Gloria termina definiéndose a sí misma como víctima, resulta casi imposible (aun teniendo en cuenta los laberínticos pliegues absurdos de la obra de Laiseca) no poner en relación esa frase con la violencia paramilitar de la Triple A (que, como vimos, fascinaba al escritor a partir, sobre todo, de la figura de López Rega) y, por supuesto, con la dictadura que, por ese entonces, estaba al frente del país. De hecho, hay varios indicios que, a través del do­ble sentido, parecen confirmar dicha asociación. Por ejemplo, cuando Gloria recibe una caja de bombones y protesta porque «estoy a régimen». Lo cierto es que, entre tanta pa­rodia, hipérbole y desborde, todos elementos constitutivos del «realismo delirante» con que Laiseca definió su propio estilo, la inclusión exótica (en el sentido de Aira) de su per­sonaje checoslovaco parece apuntar también a poner en palabras ese gran trauma propio que, por razones obvias, resultaba muy difícil nombrar en forma directa. Conclusiones Dentro del corpus de obras argentinas vinculadas con la temática praguense o checa estos dos relatos relativamente breves de Abelardo Castillo y Alberto Laiseca, ade­más de ser muy representativos, ofrecen una interesante perspectiva de compara­ción por su entramado de notables diferencias y posibles semejanzas. Mientras en el cuento de Laiseca notamos un fuerte predominio de lo paródico y lo distorsivo, Abelardo Castillo parece asignarle a su relato el mismo componente existencialis­ta que caracteriza a toda su obra. Tal como vimos, las mismas diferencias se advier­ten en las distintas modalidades con las que ambos autores plantean la representa­ción de lo extranjero: en Castillo no deja de haber una búsqueda de verosimilitud, que se advierte en algunas cuestiones como el nombre de su personaje y su gradual transformación al ilusionarse con regresar a su patria e incluso el cliché del color de ojos claro; mientras que, en el checoslovaco de Laiseca, parece haber algo más cari­caturesco y absurdo, lo cual se percibe ya en su apodo109 «Los gólem poseen sendos tornillos en las sienes. Sacando uno, el gólem queda desconectado; quitan­do ambos, cada parte de su cuerpo vuelve a su lugar de origen y se destruye» (Laiseca, 2013, 21). y se confirma con la cruel­dad sin matices que ejerce contra su mujer mediante un absurdo uso de la gramática. No obstante, también encontramos semejanzas en la imagen marginal y exótica con que los autores configuran «lo checoslovaco». Por otro lado, ese mismo exotismo de los cuentos (tal vez un poco más en el de Laiseca que en el de Castillo) desarrolla un significante casi intercambiable, en el sentido en que la imagología habla de «gé­nero próximo». Esto quiere decir que, en algún punto, los relatos no sufrirían gran­des modificaciones si, en lugar de checoslovacos, los personajes provinieran de sitios igual de «exóticos» como Hungría, Polonia o Rumania1110 El ingeniero del tornillo filoso. . En ese sentido, lo che­coslovaco aparece como cifra de todo un sistema de imagotipos más amplio y no res­tringido a las tierras checas, en el que «lo eslavo» (el «otro europeo») parece opo­nerse con su extrañeza, exotismo y marginalidad al ámbito más familiar y conocido de Europa. Lo interesante es que ese imagotipo que se construye como hilo conduc­tor entre extranjería, marginalidad y rareza aparece en varias obras importantes de la literatura argentina, como por ejemplo en la figura de Tardewski en Respiración artificial, a manera de clave para acceder a ese componente múltiple e indescifra­ble de la propia identidad nacional, escindida entre lo europeo y lo latinoamericano. Sin embargo, ese intento por dirimir la imagen propia en la de un tipo de extranjero más exótico se manifiesta, en estos dos relatos, de una forma completamente distin­ta: mientras la inclusión del personaje checoslovaco en el cuento de Abelardo Castillo parece remitir a cierta búsqueda de lo universal, a tono con el clima revolucionario de su época, y, a la vez, responde a la trama misma del relato y la necesidad del narrador de aceptarse a sí mismo; la crueldad sin atenuantes y caricaturesca del checoslovaco de Laiseca, vinculada a la clausura de los canales de comunicación, no deja de hacer referencia, aunque de una forma sinuosa como es típico en su obra, a la violencia siste­mática del Estado que se inicia ya durante el tercer peronismo con los crímenes para­militares de la Triple A y llega a su punto máximo durante la última dictadura militar, que terminaría marcando un antes y un después en la historia argentina. 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Construcción y funcionalidad del inmigrante en los relatos «El candelabro de plata» de Abelardo Castillo y «El checoslovaco» de Alberto Laiseca Palabras clave: exotismo, inmigración, extranjería, marginalidad, crueldad, lenguaje Este artículo se propone indagar de qué forma y con qué objetivo es abordada la figura del inmigrante checoslovaco en los correspondientes relatos de dos importantes escri­tores argentinos que pertenecen a un período muy distinto del campo literario argen­tino: «El candelabro de plata» (1961) de Abelardo Castillo y «El checoslovaco» (1982) de Alberto Laiseca. Aunque un primer elemento en común que se advierte es cierto exotismo asignado a los protagonistas, se analizarán también las diferencias entre am­bos personajes y propuestas estéticas con el objetivo de inquirir qué puede llegar a se­ñalar, en cada caso, esa construcción del extranjero checoslovaco acerca del contexto literario y político en el que se originaron ambas obras. Izoblikovanje in funkcionalnost priseljenca v kratkih zgodbah El candelabro de plata Abelarda Castilla in El checoslovaco Alberta Laisece Kljucne besede: eksotizem, imigracija, tujstvo, marginalnost, krutost, jezik Clanek raziskuje, kako in s kakšnim namenom je obravnavan lik ceškega priseljenca v dveh kratkih zgodbah pomembnih argentinskih pisateljev: v Candelabro de plata (Sre­brni svecnik) (1961) Abelarda Castilla in El checoslovaco (Cehoslovak) (1982) Alberta Laisece. Ceprav je prvi skupni element, ki se opazi, dolocen eksotizem, ki se pripisuje junakoma, avtor prispevka analizira tudi razlike tako med njima kot med pripovedni­mi estetskimi prvinami, da bi ugotovil, kaj lahko takšno izoblikovanje ceškoslovaške­ga tujca v teh dveh primerih pove o literarnem in politicnem kontekstu, v katerem sta nastali deli. The construction and function of the immigrant in the stories “El candelabro de plata” by Abelardo Castillo and “El checoslovaco” by Alberto Laiseca Keywords: exoticism, immigration, foreigners, marginality, cruelty, language This article aims to investigate how and with what objectives the figure of the Czecho­slovakian immigrant is represented in two comparable stories by two major Argentine writers who, despite having been contemporaries, are considered to belong to very different periods of Argentine literature: “El candelabro de plata” (1961) by Abelardo Castillo and “El checoslovaco” (1982) by Alberto Laiseca. Although the two stories share a superficial point in common in that the immigrant is exoticized, there are key differences between not only the characters but also the style and aesthetics of the works. The paper analyzes these differences in order to try to understand what the construction of the Czechoslovakian foreigner in each case can reveal about the liter­ary and political context in which both works originated. O avtorju Juan Pablo Bertazza je diplomiral iz književnosti na Univerzi v Buenos Airesu. Zdaj je doktorski študent na Univerzi Palackega v Olomucu in raziskuje zapise argentinskih avtorjev o elementih, povezanih s ceškim/ceškoslovaškim kulturnim obmocjem. Ob­javil je romana Síndrome Praga in Alto en el cielo (Visoko na nebu) (Adriana Hidalgo) in sodeluje z Radiem Prague International, argentinskim casopisom La Nación in me­hiško revijo Nexos. E-naslov: juanpablobertazza@gmail.com About the author Juan Pablo Bertazza has a Bachelor’s Degree in Literature from the University of Bue­nos Aires. He is currently doing a PhD in Literature at Palacký University Olomouc, Czechia on how Argentinian authors portrayed Czechia / Czechoslovakia and re­worked aspects of its culture. He has published two novels – Síndrome Praga and Alto en el cielo (Adriana Hidalgo) - and also contributes to the Argentine newspaper La Nación, Radio Prague International and the Mexican magazine Nexos. E-mail: juanpablobertazza@gmail.com Dana Božic Per la competenza di scrittori e critici: Massimo Bontempelli recensore sul Marzocco 1 Introduzione Nel 1910 Bontempelli nella lettera all’editore Angelo Fortunato Formíggini lamenta la stanchezza e l’insoddisfazione provenienti dal lavoro da supplente perché spesso viene chiamato in diverse località (cf. Bouchard, 2008, 113). In aggiunta, quell’insoddisfa­zione deriva da una nascente avversione verso »la fabbrica della ripetività infinita, [...] [le] coazioni e [...] [le] menzogne istituzionalizzate« (Piscopo, 2001, 29) dell’ambito scolastico. Nel momento in cui deve assegnare i voti ai compiti dei suoi allievi, insoffe­rente »per le sottigliezze e le distinzioni sofistiche e sadiche dei professori gravi e aulici di ginnasio«, lo stesso getta in aria i compiti e decide di valutarli a seconda »della di­stanza raggiunta da ciascun foglio« (Piscopo, 2001, 29) . Il professore invece preferisce stimolare la creatività degli studenti attraverso attività poco tradizionali: un giorno propone agli studenti di scrivere »‘[...] quel che volete, purché c’entrino le parole seg­giola impagliata, bar, cataclisma, pappagallo e cornacchia del Canadà’« (Bontempelli in Piscopo, 2001, 29). La delusione che prova per l’ambito scolastico lo porta a rinunciare all’insegna­mento nei licei e a prendere una decisione rischiosa - dedicarsi a tempo pieno alla scrittura come giornalista, collaboratore editoriale, scrittore e critico letterario a Fi­renze. Nonostante le difficoltà economiche, quel passo ha su di lui un impatto po­sitivo. L’entusiasmo e la libertà intellettuale fanno sì che egli nella propria scrittura abbandoni la »sintagmaticità costruita su innervature e diramazioni di subordina­te, a favore di una paratassi agile, svelta, prossima al parlato« (Piscopo, 2001, 73). Quel tipo di prosa sarebbe indicativa proprio dell’avversione che avvertì negli anni dell’insegnamento e che dimostra le posizioni antiaccademiche, nonché antipeda­gogiche, di Bontempelli. Quell’atteggiamento e quel tipo di prosa si sarebbero poi trasferiti nell’ambito della produzione critica e letteraria, e vi sarebbero rimasti, di­fatti, la chiarezza e la naturalezza d’espressione avrebbero costituito non solo una componente fondamentale della prosa novecentista negli anni Venti, ma sarebbero trasparite anche nelle prime prefazioni e articoli che scrisse nel periodo degli esor­di.111 En La ciudad ausente de Ricardo Piglia aparece esa misma indeterminación cuando se dice de uno de los personajes que «lo llamaron el ruso, pero parece que era húngaro o checoeslovaco, y cuando estaba borracho juraba que había nacido en Montevideo». Secondo Bontempelli è possibile raggiungere quel tipo di prosa non solo adope­rando un atteggiamento dirompente verso certe tendenze letterarie e vacuità retori­che, ma anche attraverso una rigida formazione letteraria. In un panorama di crisi in cui l’intellettuale e lo scrittore subiscono gli effetti di una scossa profonda per­cepita nel settore dei nuovi mezzi di produzione e i primi segnali dell’avvento della società di massa, Bontempelli propone una soluzione: lo scrittore deve considerare i lettori, ma allo stesso tempo deve mantenere un’alta qualità del lavoro letterario, e di conseguenza anche quello giornalistico. Con ciò Bontempelli intende che un giovane scrittore (oppure giornalista), per avere successo, deve in primis dedicarsi a un approfondito studio di letteratura e a un esercizio minuzioso e regolare di scrit­tura. La giustificazione per una tale attitudine viene data proprio nel 1910, ovvero, più di quindici anni prima dell’ufficiale lancio del novecentismo sulla rivista “900”, nel 1926. Si tratta di un articolo che nel 1910 viene incluso nel quotidiano fiorenti­no Il Marzocco, dal titolo In difesa dei pedanti: per un libro di F. D’Ovidio (Bontem­pelli, 1910, 3-4)21 Si pensi ad esempio le prefazioni a: Yambo, 1911 e Bontempelli, 1913, nonché la monografia su Ber­nardino da Siena (cf. Bontempelli, 1914). . In esso, l’autore espone le proprie posizioni sull’arte dello scrivere e presenta un modo sicuro, indirizzato soprattutto ai suoi contemporanei, per rag­giungere appunto la chiarezza e la naturalezza nella scrittura, imparando anche a coltivare l’abitudine di trattare un testo letterario come un organismo armonioso. Il presente articolo cercherà di indagare su quelle osservazioni contestualizzandole e paragonandole ad alcune legate a Benedetto Croce in particolare e alle posizioni sul rinnovamento letterario che Bontempelli presentò sotto il nome di novecentismo negli anni Venti. 2 L’articolo In difesa dei pedanti: per un libro di F. D’Ovidio come terreno collaterale per esporre le posizioni bontempelliane sull’arte dello scrivere, sull’estetica e sulla filosofia. Il titolo potrebbe apparire senz’ombra di dubbio una sorpresa perché le posizioni di Bontempelli pertinenti alla produzione e alla critica letteraria in quegli anni si sono rivelate ben distanti da qualsiasi tendenza di pedantismo. A riguardo, Bontempelli espresse il suo antipedantismo già negli articoli Grande e piccola critica (Bontempel­li, 1908, 128-140) e nel Carducci critico (Bontempelli, 1911, 59-72). Sul numero ven­tisei del quotidiano fiorentino, Il Marzocco, torna con un articolo in cui attraverso la recensione di un volume del critico letterario e filosofo D’Ovidio esporrà le posizioni sull’attività letteraria e su quella critica, sull’estetica e sulla filosofia ma soprattutto sugli scrittori contemporanei e su come la creazione poetica sia diventata vittima della loro ignoranza e delle esigenze economiche del tempo. Curiosamente però, come osserve­remo in questo studio, Bontempelli ironizza sulla parola pedanti e la intende invece in senso positivo: i pedanti sarebbero gli scrittori e i critici, come appunto Francesco d’Ovidio, che ritengono la metrica e le regole stilistiche necessarie per la creazione di un capolavoro. Il volume di Francesco D’Ovidio (1849-1925), dal titolo Versificazione italiana e arte poetica medioevale, recensito da Bontempelli nell’articolo, tratta numerosi argo­menti metrici e prosodici, come ad esempio la dieresi e la sineresi, la rima, lo zeta in rima, e presenta aspetti attinenti ad esempi della storia della poesia, come »la ragio­ne e il valore artistico dei metri carducciani« (Bontempelli, 1910, 3), quindi delle Odi barbare di Carducci, e del De vulgari Eloquentia di Dante. Nonostante la natura piut­tosto specializzata dell’argomento incluso nel volume, che potrebbe interessare esclu­sivamente gli studiosi, Bontempelli ne consiglia la lettura »non ai competenti teorici o storici, ma a molti che potrebbero trarne gran giovamento pratico: voglio dire ai ‘letterati puri’, come li chiamano e si chiamano, ai poeti, ai creatori [...]« (Bontempelli, 1910, 4). Se Bontempelli nell’articolo Grande e piccola critica del 1908 consigliava ai contemporanei di leggere e studiare i grandi capolavori, soprattutto i classici, per po­ter diventare eventualmente tali anche loro, questa volta propone qualcosa di teorico e allo stesso tempo di molto pratico per far loro sviluppare le abilità tecniche. L’invito alla lettura e soprattutto allo studio implica di nuovo una critica agli scrittori che senza una formazione approfondita vanno alla ricerca del successo. Per raggiungerlo, biso­gna »addestrar[si] in analisi minute sulle sillabe, sugli accenti, sui gruppi di vocali o di consonanti« (Bontempelli 1910, 3). Bontempelli però non crede che ci sia qualcuno »così umile« (ibid.) da volerlo ammettere. Aggiunge: »Chi nol crede, aspetti pure in ozio l’aiuto improvviso di Febo Apollo e della diva Intuizione« (ibid.). L’appello è lan­ciato all’ignoranza e all’arroganza degli scrittori contemporanei che, come osservava nel 1908 nell’articolo Grande e piccola critica, credono nella »nuova retorica« e diffi­dano di »tutto ciò che nell’arte (specialmente del giovine) è finitezza, è studio accurato dello strumento, è decorosa ritrosia di spirito avveduto che non si avventa a gran volo con poche forze, ma incomincia a provarle ad esercitarle cauto« (Bontempelli, 1908, 137). Lo scrivere dunque per Bontempelli è un lavoro per cui un giovane deve studia­re diligentemente e deve imparare a esercitare, e solo così nascerà, eventualmente un capolavoro: per diventare maestri non ci sono scorciatoie. Inoltre si potrebbe arguire che l’espressione letterati puri assume una connotazione quasi peggiorativa: come per deridere i »poetanti« e i »verseggiatori« (Bontempelli, 1910, 4), Bontempelli si riferi­sce non solo alla vacuità ma anche alla contraddizione che il termine rappresenta. Lo spiegherà anche in un intervento del 1930: »Questa ‘purezza’, che da qualche tempo è, adatta ad argomenti varii, l’idea fissa di alquante persone presuntuose, non significa assolutamente niente. «Puro» in conclusione che vorrebbe dire? ‘Semplice’, ‘elementare’; e il suo con­trario dovrebbe essere ‘mescolato’. Ma non c’è nulla, soprattutto in Italia, che non sia estremamente mescolato e complesso. [...] Anche in natura, niente di puro può servire all’uomo o all’animale: nessun corpo semplice è un alimen­to« (Bontempelli, 1938, 50). Come esempi propone la razza e la lingua italiana che durante i secoli sono state con­taminate da numerosi influssi: proprio questo carattere, »singolare e incancellabile« rende possibile alla cultura di »poter creare in sè le più intricate complessità; ciò che in altri sarebbe contraddizione o incongruenza, qui si fa organismo e ricchezza« (ibid.)32 Il testo nel campo degli studi bontempelliani presenta una novità. Bontempelli suppone che tali scrittori, i cosiddetti letterati puri, alle sue proposte risponderanno con un sorriso (cf. Bontempelli, 1910, 4). Rispettivamente, lo stesso succederà durante la lettura degli aspetti che D’Ovidio presenta nel suo volume, come ad esempio la consonanza di cosa con rosa, e quella di fitta con ridda: »[...] a parte il sorriso, risponderanno anche con compatimento« (ibid.). È ironico l’autore: questi »spiriti superiori, hanno saputo liberarsi da un vieto, gravissimo pregiudizio: il pregiu­dizio della metrica. E i critici li hanno prevenuti e li rincuorano« (ibid.). L’arroganza e l’ignoranza dunque non vengono rimproverate solo agli scrittori, ma anche ai critici, alla »critica-mestiere« (ibid.) che sostiene tali atteggiamenti. Proprio »[l]’ignoranza fatale dei critici ha potuto, all’ombra della filosofia, incorare la scioperataggine dei me­stieranti e dei grossi dilettanti di poesia.« (ibid.) Anche se Bontempelli sostiene che la nascita di una poesia dovrebbe essere mossa dall’intuizione, la critica e la produzione letteraria dovrebbero appoggiarsi sul padroneggiamento dell’espressione stilistica, la quale avviene esclusivamente attraverso l’esercizio regolare. La scrittura letteraria do­vrebbe basarsi sul padroneggiare i mezzi d’espressione, per raggiungere anche la con­sapevolezza che quando uno scrittore trascura l’apprendimento tecnico di conseguen­za priva la letteratura di qualità. Si noti che in quel momento, nel 1910, egli sostiene che quell’esercizio consiste soprattutto nella produzione dei testi letterari; i giornalisti sono visti come dei mestieranti che cercano di soddisfare i capricci del pubblico. Più tardi invece, negli anni Venti, Bontempelli promuoverà un altro campo su cui eserci­tarsi per diventare scrittori. Considerati i cambiamenti socio-economici e la posizio­ne sociale dello scrittore nella borghesia urbano-industriale, sarà proprio il giornale ad assumere un ruolo fondamentale nella formazione di uno scrittore: »Ai giovani che vogliono darsi all’arte dello scrivere, consiglio [...] [di] entrare nella redazione di un giornale« (Bontempelli, 1938, 30).43 Corsivo nel testo. A parte quindi l’essere un luogo perfetto per l’esercizio stilistico regolare (e una fonte di guadagno), i quotidiani di ampia diffusio­ne, come ad esempio Il Corriere della Sera, allo scrittore serviranno per raggiungere diverse fasce del pubblico e per creare un rapporto con i futuri lettori dei suoi romanzi. Nel caso uno scrittore non si sottoponga a un esercizio di scrittura, il materiale poetico, come diceva l’autore due anni prima, »esce senza prender forma e vita organi­ca sua, [ed] è qualcosa di paragonabile - sia detto con sopportazione - alla materia del recère« (Bontempelli, 1908, 138)54 cf. Prezzolini, 1909 e Cadioli, 2003, 45-48. . Nel 1910 la situazione non è cambiata: »Duri d’orec­chio e ignari di quasi tutto il passato letterario e affrettati sempre alla produzione mec­canica dell’articolo sentenzioso, furono felici di trovare una salda parete su cui finger poggiate la loro incoltura la loro fretta e il loro malgusto« (Bontempelli, 1910, 4). Que­sto cerchio malato si chiude con il fatto che »i poeti, [sono] più felici dei critici« (ibid.), e ciò indica che gli uni si nutrono degli altri e così via, perché entrambe le attività, sia quella poetica che quella critica, coesistono nella »produzione quotidiana [...] che più s’allontana dall’arte vera e severa [...]« (ibid.): »queste attività sono come due facce d’una foglia, due aspetti d’un solo feno­meno, due applicazioni d’una stessa industria. [...] In fondo l’uno e l’altro sono una specie di democrazia applicata all’arte, anzi un sanculottismo artistico che in nome della libertà di far versi brutti perseguita a strazio e a morte i versi belli e le belle strofe. La filosofia e l’estetica ne son quasi innocenti, non han dato che il pretesto« (ibid.). Quindi, benché si possa osservare in questa dinamica il desiderio di rompere con il passato, di essere liberi, un tale atteggiamento causa dei danni alla qualità della pro­duzione letteraria proprio perché non si basa sugli studi e sulla formazione necessari. Quella posizione avvicina Bontempelli alla critica idealista e in particolare a Benedetto Croce, per il quale la formazione teorica dello scrittore è essenziale (cf. Croce, 1905, 160), allontanandolo così dai futuristi, i quali un anno prima, nel 1909, lanciavano il loro manifesto su Le Figaro a Parigi, e i quali pretendevano una libertà di scrittura. Per giustificarsi, Bontempelli dipana un esteso panorama del pensiero di diversi filosofi e studiosi dell’estetica che durante il corso degli ultimi secoli si espressero sull’impor­tanza della metrica, dimostrandosi in tal modo fedele alla tradizione classicista. La filosofia, come osserva, non risulta colpevole del delitto critico-letterario, »non solo non ha negato, ma talvolta ha nitidamente e diffusamente spiegato il fatto metrico come un mezzo necessario dell’espressione« (Bontempelli, 1910, 4). Gli esempi che Bontempelli offre in difesa della metrica sono, in primo luogo, il giudizio di Hegel, il quale sosteneva »il metro come assolutamente indispensabile, come il primo soffio dell’arte poetica« (ibid.). Il filosofo avrebbe considerato le regole stilistiche »‘[…] come un fine e sottoposto a leggi certe di armonia’« (ibid.), il che ricorda le osservazioni ne­gli articoli precedenti (cf. Bontempelli, 1908) in cui egli vedeva l’opera letteraria come un organismo vivo ed armonico. Il secondo filosofo a sostegno delle sue posizioni è Schopenhauer, il quale »osservava che la nostra facoltà rappresentatrice essendo es­senzialmente subordinata al tempo, acquista perciò una forza particolare per cui noi seguiamo intensamente tutti i suoni che tornano a intervalli regolari, e consoniamo con essi« (Bontempelli, 1910, 4). Per entrambi, sia per Hegel che per Schopenhauer, traspare l’elemento di »una esistenza compiuta, organica, viva del verso come aggrup­pamento e come fenomeno puramente sonoro, con maggiore o minore sua bellezza ed efficacia« (ibid.). Al suo ragionamento Bontempelli aggiunge anche la posizione di De Sanctis e di Vossler, i quali vedono la perfezione metrica come un aiuto a »certe parti­colari espressioni« (ibid.). Ma a sottolineare l’importanza della conoscenza di metrica e prosodia si richiama allo stesso Francesco D’Ovidio, quando nel suo volume analizza la metrica di un commiato del Petrarca65 Corsivo mio. : »‘Dove…quell’aggettivo (rozza), non pur col suo significato ma per il suono e pel rimaner senza compagnia di rima, doveva contribuire, insieme coi due ca­scanti settenari che seguono, ad esprimere lo scontento del poeta.’ E gli esempi potrebbero esser mille« (ibid.). Un maestro come Petrarca, avrebbe intenzionalmente quelle soluzioni ai fini del signi­ficato che intendeva esprimere. La domanda che potrebbe nascere dal ragionamento di D’Ovidio, e da quello di Bontempelli, riguarda come e quando un poeta possa permet­tersi di allontanarsi dalle regole metriche e allo stesso tempo »essere pronto a intensifi­care le espressioni di singole impressioni in cui componendo s’imbatta« (ibid.), come fa appunto Petrarca, generando quell’armonia »in cui l’Hegel riconosce il primo soffio sensibile della poesia« (ibid.). La soluzione di Bontempelli emerge da un ragionamento presente anche nell’Introduzione ai Lirici del quattrocento (cf. Bontempelli, 1910a, III-I­V)76 O poverella mia come se’ rozza! / Credo che tel conoschi: / Rimani in questi boschi. (Petrarca F., Canzone XXVI, in Bontempelli, 1910, 4) , un’antologia scolastica curata dallo stesso: »l’arte è esercizio pratico, e non altro« (Bontempelli, 1910, 4). L’intuizione e l’ispirazione spinte dalla forza del Nume sono sen­z’altro necessarie, però nascono in uno scrittore solo per via dell’esercizio continuo della scrittura. Per uno scrittore »è necessario ch’egli siasi fatto una norma istintiva, che si sia riempiuto l’orecchio di una quantità di ritmi da ritrovar poi senza ricordarne l’origine« (ibid.). È fondamentale concentrarsi sulla »tecnica [...], [le] leggi ritmiche e metriche« (ibid.). Non si può evitare, in questi termini, l’apporto crociano sul campo dell’estetica e il suo pensiero sulla creazione artistica. Su Croce, come anche nell’articolo Il Carducci cri­tico, Bontempelli dice: »egli ci ha aperto molte vedute subite e vaste, ed egli signoreggia: signoreggia non meno chi tenta di opporglisi che chi crede di seguirlo [...]« (ibid.). Però ancora una volta, come anche nell’articolo Grande e piccola critica, Bontempelli allo stes­so tempo si esprime sui limiti di alcune sue posizioni: egli dimostra una »antipatia per i cosiddetti studii di tecnica delle varie arti e non solo, intendia­moci, trova inesatto questo nome, ma par che abbia in dispetto e quasi soltan­to tolleri per condiscendenza le esercitazioni e le discussioni pratiche di queste cose, specialmente di metrica; ha abolito anche in sede di critica ogni diversità di considerazione tra le scritture in prosa e quelle in verso, e credo che ritenga perfettamente inutile e illusorio per i poeti ogni esercizio del versificare« (ibid.).87 L’anno 1910a indica il secondo volume di Bontempelli uscito in quell’anno. Bontempelli a questo punto trascura il fatto che Croce, in realtà, distingueva tra arte e tecnica: nel suo articolo Varietà del 1905 sottolinea l’importanza della formazione di uno scrittore nell’articolo, che abbiamo osservato nell’analisi di Grande e piccola criti­ca. Croce si esprimerà sulla differenza tra arte e tecnica ancora più esplicitamente nel 1928, nell’occasione di una collaborazione con l’Encyclopaedia Britannica, nel saggio Aesthetica in nuce: »La tecnica è, in generale, una cognizione o un complesso di cognizioni di­sposte e indirizzate a uso dell’azione pratica, e, nel caso dell’arte, dell’azione pratica che costruisce mezzi e strumenti pel ricordo e la comunicazione delle opere d’arte: quali sarebbero cognizioni circa la preparazione delle tavole, del­le tele […]. La confusione dell’arte con la tecnica, la sostituzione di questa e quella, è un partito assai vagheggiato dagli artisti imponenti, che sperano dal­le cose pratiche, e dalle pratiche escogitazioni e invenzioni, quell’aiuto e quella forza, che non trovano in sé medesimi« (Croce, 2019, 214-215). Inoltre, nel 1910 Bontempelli è critico del fatto che Croce si limita alla »sola arte lette­raria« mentre trascura la musica, in cui ad esempio, »s’insegnano non solo tutte le leggi dell’armonia […], ma ancora come il tono minore, […] sia più malinconico del mag­giore; e tra i maggiori quello re più trionfale, e così via« (Bontempelli, 1910, 4). L’inno­vazione di questo sconfinamento sarà poi caratteristico del novecentismo. Le arti come ad esempio il jazz, l’architettura, la pittura, nonché il cinema, secondo quest’ultimo avranno tutte la stessa funzione, cioè, quella di costruire i miti per la Terza epoca (cf. Bontempelli, 1938, 18). La domanda che potrebbe nascere da un tale ragionamento riguarda il momento in cui uno scrittore, sia professionista che non, raggiunge un tale livello di padroneg­giamento dei propri mezzi espressivi, quindi una tale eccellenza tecnica, da poter scri­vere intuitivamente. In altre parole, quanta pratica occorre? La risposta viene avanza­ta dallo stesso Bontempelli nell’articolo Il Carducci critico, nato durante la polemica carducciana: »[...] occorre conoscere lo stromento almeno in un certo grado. Dove in­comincia questo almeno? Nessuno potrebbe rispondere: sentiamo, inten­diamo a volta a volta se il critico ne sa abbastanza, se è all’altezza del suo còmpito e del suo autore. Sentiamo, volta per volta: eccoci dunque ricondotti dalla certezza filosofica, dall’impalcatura logica, dall’inquadratura ferrea, a qualche cosa di puramente pratico, di vago, di mutevole: il buon gusto, una specie di istinto. Eccoci così scivolare, se continuiamo per questa via, alla necessità di ammettere alla critica il puro valore di opera d’arte, di eserci­zio pratico, di espressione d’un’intuizione o di un organismo di intuizione: quelle suscitate nel critico dalla lettura dall’audizione dalla visione« (Bon­tempelli, 1911, 66).98 cf. Croce, 1905, 160. Bontempelli ironicamente riconferma le proprie posizioni: »Per questo io diceva, in­cominciando, che il libro del D’Ovidio dovrà riuscir gradito e utilissimo a tutti coloro che dividono con me il pregiudizio metrico« (Bontempelli, 1910, 4). Usare qui il ter­mine pregiudizio indica un superamento delle attitudini negative verso lo studio della metrica, così come lo aveva fatto pedantismo nel titolo. Significa piuttosto la consape­volezza della necessità della conoscenza, da parte del letterato, dei propri mezzi e della loro utilità, ma anche della sua condizione costitutiva quanto mezzo il cui esito resta incerto e ne resta incerta anche la quantità dell’esercizio pratico che il soggetto deve svolgere. Come dice in seguito: »Il libro del D’Ovidio, che pare nella sua intonazione andar contro la nuo­va corrente, è poi tutt’altro che pedantesco o retorico. [L’autore] rifiuta recisamente le osservazioni metriche date come regole, e sa tener sem­pre presente ch’esse non sono se non mezzi d’espressione però variabili« (ibid.). Dunque, anche nell’attività critica, e soprattutto in quella letteraria, Bontempelli vede un’avventura che in sé stessa è arte. Rendendo omaggio alla Cassaria ariostesca, chiamandola opera di »metrica barbara« (ibid.), quindi rendendo omaggio anche a Carducci e al suo pensiero con l’espressione usata, Bontempelli offre come ulterio­re esempio di quanto sia importante l’aspetto tecnico di un’opera109 Corsivo nel testo. , concordando con D’Ovidio che »è nemica della poesia ‘ogni regola di lingua o di prosodia che fuor del biso­gno cancelli le differenze di cui essa può far tesoro’, e perciò ‘a rigore si può dir che ogni sineresi è permessa salvo che può riuscire inopportuna e brutta’« (Bontempelli, 1910, 4). Conclusioni La lode bontempelliana del libro di D’Ovidio non riguarda esclusivamente come quest’ultimo tratti gli aspetti letterari pertinenti alla metrica, bensì anche la sua imparzialità, il carattere di »vasta veduta« e la complessità di argomenti »che rap­presentano un superamento di tendenze contrastanti« (ibid.). L’entusiasmo di Bon­tempelli per questo approccio sintetico e per l’abilità di D’Ovidio nel prendere le distanze dal dibattito attuale sulla dieresi, che tra l’altro »ha più di vent’anni« (ibid.), dimostra che lo stesso Bontempelli era incline a un tale approccio e soprattutto a un distanziamento dalla produzione letteraria attuale in favore di un eventuale rinno­vamento. Al proposito, ricordiamo che concludeva l’articolo Grande e piccola critica proprio su quella linea e proponeva all’attività critica e letteraria di considerare più modelli affinché migliorasse la qualità del lavoro, e, insisteva che scrittori e critici sviluppassero un rapporto con il pubblico (cf. Bontempelli, 1908, 139-140). Si tratta di un approccio lungimirante che Bontempelli fa suo, e che è possibile evincere an­che dall’articolo In difesa dei pedanti: per un libro di F. D’Ovidio. Travestite sotto for­ma di recensione, Bontempelli nuovamente espone, in modo dettagliato e informa­to, le proprie posizioni sull’estetica, sulla filosofia ma soprattutto sull’attività critica e letteraria. Nelle ultime righe dell’articolo il suo intento viene ironicamente ammesso da Bontempelli stesso: »Nessuno del resto dice il contrario, ch’io sappia, e non so davvero perché mi sia venuto fatto di dare un tono polemico a questo articolo, che non voleva es­sere se non d’informazione pacata« (Bontempelli, 1910, 4). Bibliografia Bontempelli, M., Grande e piccola critica, Rassegna contemporanea, a. I, fascicolo 2, 1908, pp. 128-140. Bontempelli, M., In difesa dei pedanti: per un libro di F. D’Ovidio, Il Marzocco, a. 1910, no. 26, pp. 3-4. (nel testo: 1910a). Bontempelli, M., Introduzione, in: Il Magnifico. Il Poliziano. Lirici del Quattrocento (cur. Bontempelli, M.), Firenze 1910, pp. III-VI. Bontempelli, M., Il Carducci critico, in: Romagnoli, E., Polemica carducciana, Firenze 1911, pp. 59-72. Bontempelli, M., [prefazione senza titolo], in: Yambo, Fiorenza mia: dramma in quat­tro atti, Firenze, 1911, pp. 5-6. Bontempelli, M., Introduzione, in: Prose di Fede e di Vita nel primo tempo dell’umane­simo (cur. Bontempelli, M.), Firenze 2013, pp. III-X. Bontempelli, M., San Bernardino da Siena, Genova 1914. Bontempelli, M., L’Avventura novecentista. Selva polemica (1926-1938), Firenze 1938. Bouchard, F., Les anne´es d’apprentissage de l’e´crivain: Massimo Bontempelli et Angelo Fortunato Formi´ggini, Rassegna Europea di Letteratura Italiana, no. 32, a. 2008, pp. 111-124. Cadioli, A., Letterati editori. L’industria culturale come progetto, Milano 2003. Croce, B., Aesthetica in nuce, in: id., Breviario di estetica; Aesthetica in nuce (cur. Ga­lasso, G.), Milano 2019, pp. 193-244. Croce, B., Varietà, La Critica. Rivista di Letteratura, Storia e Filosofia, no. 3, 1905. Piscopo, U., Massimo Bontempelli. Per una modernità dalle pareti lisce, Napoli 2001. Prezzolini, G., Il genio alla fiera, La Voce, a. I, no. 17, 8 aprile 1909. Per la competenza di scrittori e critici: Massimo Bontempelli recensore sul Marzocco Parole chiave: giornalismo, critica letteraria, filosofia, scrittore di professione, forma­zione letteraria La proposta di Massimo Bontempelli per una rinascita culturale della moderna società italiana, il novecentismo, lanciata a metà degli anni Venti, così come i suoi romanzi e le sue commedie, sono stati oggetto di numerosi studi. La sua attività giornalistica e il suo ruolo di critico, tuttavia, sono stati relativamente inesplorati. Il presente studio indaga su uno dei suoi numerosi articoli di giornale non ancora scoperti e scritti nel 1910 per il quotidiano fiorentino Il Marzocco. Il titolo dell’articolo-recensione, n difesa dei pedanti: per un libro di F. D’Ovidio potrebbe sorprendere perché Bontempelli, per tutta la sua vita, si oppose a qualsiasi approccio pedante alla scrittura della letteratura, e quindi promosse l’intuizione come fonte di ispirazione. Citando Ariosto, Petrarca e D’Ovidio, oltre a filosofi come Vossler e Schopenhauer, Bontempelli fornisce un caso convincente su come diventare un grande scrittore studiando caratteristiche come la metrica e la prosodia. Come aveva fatto in uno dei suoi precedenti articoli del 1908, anche sul Marzocco critica chiunque non si sottoponga a tali studi e pratiche, in par­ticolare i giovani scrittori e giornalisti, paragonando con scherno la loro scrittura al “recère”. È interessante notare che si dovè arrivare al 1926 per rendersi conto e afferma­re che il futuro della scrittura letteraria non risiede negli studi isolati ma nel giornali­smo; scrivere per il lettore di massa. In particolare, scrivere notizie di cronaca sarebbe un nuovo terreno di prova per gli scrittori. Zagovornik literarne izobrazbe pisateljev in kritikov: Massimo Bontempelli v vlogi recenzenta v firenškem casopisu Il Marzocco Kljucne besede: novinarstvo, literarna kritika, filozofija, pisateljski poklic, literarna izobrazba Predlog Massima Bontempellija za kulturni preporod sodobne italijanske družbe, no­vecentismo, ki ga je teoretiziral sredi dvajsetih let 20. stoletja, pa tudi njegovi romani in drame, so bili doslej predmet številnih študij. Njegova novinarska dejavnost in vloga kritika pa sta bili sorazmerno neraziskani. V clanku se osredotocam na enega od nje­govih številnih prezrtih casopisnih clankov, napisanih leta 1910 za firenški Il Marzo­cco. Njegov naslov, In difesa dei pedanti: per un libro di F. D’Ovidio, je morda presene­cenje, saj je Bontempelli vse življenje nasprotoval vsakršnemu pedantnemu pristopu k pisanju literature in zato zagovarjal intuicijo kot vir navdiha. Bontempelli navaja Ari­osta, Petrarko in D’Ovidia ter filozofe, kot sta Vossler in Schopenhauer, ter tako poda prepricljive argumente o tem, kako postati uveljavljen pisatelj s pomocjo proucevanja literature in njenih jezikovnih prvin. Kot je to storil v enem od svojih prejšnjih clankov iz leta 1908, v katerem je pisanje mladih pisateljev in novinarjev zasmehovalno oznacil kar za ‘izbljuvke’, tudi leta 1910 kritizira delo vsakogar, ki se te prakse ne poslužuje. Za­nimivo je, da je Bontempelli šele leta 1926 spoznal, da prihodnost literarnega pisanja ni v izoliranem študiju in pisanju literarnih tekstov, temvec v novinarstvu oziroma v pisanju za množicnega bralca. Zlasti pisanje crne kronike je po njegovem mnenju slu­žilo kot odlicen poligon, na katerem se lahko v jeziku urijo bodoci pisatelji. An Advocate for the Literary Competence of Writers and Critics: Massimo Bontempelli as a Reviewer in Il Marzocco Keywords: journalism, literary criticism, philosophy, writing as a profession, literary training Massimo Bontempelli’s proposal for a cultural rebirth of modern Italian society, novecent­ismo, which was launched in the mid-1920s, as well as his novels and plays, have been the subject of a number of studies. His journalistic activities and role as a critic, however, have been relatively ignored. The present study investigates one of his many undiscov­ered newspaper articles written in 1910 for the Florentine broadsheet newspaper Il Mar­zocco. The title of the article-book review, In difesa dei pedanti: per un libro di F. D’Ovidio, might be surprising, as Bontempelli, throughout his life, objected to any pedantic ap­proach to writing literature, and therefore promoted intuition as a source of inspira­tion. Citing Ariosto, Petrarca, and D’Ovidio, as well as philosophers such as Vossler and Schopenhauer, Bontempelli makes a convincing case on how to become a great writer by studying features like metre and prosody. As he had done in one of his previous arti­cles from 1908, he criticises anyone who does not subject themselves to such studies and practice, especially young writers and journalists, derisively comparing their writing to ‘vomit’. Interestingly, it would only be in 1926 that he decided the future of literary writ­ing lay not in isolated studies but in journalism – writing for the mass reader. In particu­lar, writing about crime would serve as the new proving ground for writers. About the author Dana Božic is a PhD candidate at the Department of Romance Languages and Lit­eratures at the Faculty of Arts (University of Ljubljana). She holds a degree in English Language and Literature, as well as in Italian Language and Literature. Her PhD re­search focuses on the Italian writer Massimo Bontempelli and his activity as a journal­ist, editor, literary critic and book reviewer in the first half of the 20th century. She is also a qualified secondary school teacher and has obtained the CELTA certificate. Ad­ditionally, she is a member of the scientific committee of the “Centro Studi Massimo Bontempelli Ma.R.Wi.T” in Rome. O avtorici Dana Božic je doktorska študentka na Oddelku za romanske jezike in književnosti na Filozofski Fakulteti Univerze v Ljubljani. Diplomirala je iz angleškega jezika in knji­ževnosti ter iz italijanskega jezika in književnosti. V okviru svoje doktorske disertacije se ukvarja z italijanskim pisateljem in novinarjem Massimom Bontempellijem v vlogi novinarja, urednika, kritika in recenzenta v prvi polovici 20. stoletja. Poleg doktorske­ga študija se ukvarja s poucevanjem v srednji šoli, pridobila je tudi certifikat CELTA za poucevanje anglešcine. Kot clanica znanstvenega odbora deluje v novoustanovljenem centru “Centro Studi Massimo Bontempelli Ma.R.Wi.T” s sedežem v Rimu. Milena Tsvetkova, Yuri Kolin, Yuliya Bakhnova, Svetlana Salimova The importance of separating the author from the narrative in modern and classical literature 1 Introduction In the late twentieth and early twenty-first centuries, narratology has developed con­siderably as a field of study that examines the relationship between the basic types of narrative voice and character. Narratology involves the comprehensive analysis of a literary work in terms of features, patterns and rules of storytelling. The research attention devoted to narra­tive discourse, which intensified at the beginning of the twentieth century, is a com­pletely logical thing in the history of philology, since it reflects the attempts to more accurately interpret the work and identify typological patterns of creativity both of a particular artist and of a certain literary school. The author’s identity as one of the main categories of a literary text, the importance of which is associated with the anthropocentrism of literature, is of a complex structure in prose; it is a system of elements whose specificity is determined by the individual and artistic style of the writer and general aesthetic tasks. All linguistic units in the lexical content of the au­thor’s identity are semantically loaded; in fiction, a conscious selection of linguistic means is carried out. At the level of linguistic embodiment, it makes the analysis of the structure and semantics of images important for the further study of the content and specificity of the laws of writing text. The combination of language tools embod­ies the semantics of the image of the character, and the study of the author’s elements at the language level reveals the author’s intentions and style of writing and the au­thor’s national image of the world. An important task of narratology is the study of the author’s representation in a literary text, the degree of identity of the real author (biographical) with the narra­tor. This is especially relevant to autobiographical literature, which implies the prox­imity of these concepts. All this makes it important to study the author’s identity as one of the most semantically loaded components of a prose work in order to analyse the features of the author’s creative manner, to identify his or her place in the literary process, as well as to conceptualize the literary process as a whole to determine the general vector of narrative discourse. A comparison of the author’s representations in autobiographical works by various national authors (Kazakh, Russian and American) is considered to be relevant in a synchronous aspect. The study of the author’s repre­sentations in national literature is also important not only from the perspective of dif­ferentiation, but also integration as it makes it possible to reveal common and univer­sal features of national image of the world in a work of art. 2 Literature review Orlova (2017) indicates that it is important to distinguish between the subject of speech (the speaker) and the subject of consciousness (the one whose consciousness is expressed at the same time). In the narrative, there is a certain “diffusion” of the voices of the author and the characters. Kopytov (2010) proposes distinguishing three speak­ers in a literary text: a natural speaker (the author), and two mental (ideal) speakers (the narrator (I) and the character (you and he)). Bogdanova (2016) introduces the concepts of “speech producer” (a real person with their own biography and, consequently, experience, traits and beliefs who pro­duces a speech message and a text) and “subject of speech” (an author, a lyrical charac­ter, a narrator, various characters), which is a kind of intermediary between the author, the reader and the character of the work that transmits information. However, this is a product of the author’s modelling of the image of the speaking person. According to the researcher, the author’s identity is “a personal attitude embodied in the text to the subject of the image”. The nature of the text and its subjective modality are determined by the author’s attitude to the described events and reality (Moroz, 2017, 29; Rakhmatova, 2017, 112). In the second half of the 20th century, according to Chemodurova, autobiograph­ical narratives that problematized the relationship between fact and fiction became especially popular as postmodern philosophy significantly complicated the subject-object relationship, the narrative subject had multiple layers, and the ambiguous struc­ture of Auto + Bio + Graphics was transformed into Auto + Fiction (Chemodurova, 2019, 53). Chemodurova believes that one of the most important reasons contributing to the transformation of autobiographical discourse and its elements into a significant discourse is the authors’ tendency towards playful reflection on the problem of de­marcation / juxtaposition of reality and fiction, which was intensified at the end of the 20th century by the desire for self-identification and self-knowledge in a chaotic and unpredictable world, which led to experimentation with traditional narrative modes (Chemodurova, 2019, 53). The arguments by Yankovskaya (2018) are important for understanding the spe­cifics of autobiographical prose. She states that the subject-object relationship of the author and the main character in an autobiographical or auto-psychological text is determined by the degree of proximity of the text to the biographical and documented reality. The distance between these models determines the degree of reliability or fic­tion of the narrative (Yankovskaya, 2018, 89). Subjectivity in autobiographical works can be manifested in different ways. Ac­cording to Wang Jiao, these include the selection of facts, the structure of the plot, the features of creating the image of an autobiographical character, the construction of a fact, handling of fiction, etc. (Jiao, 2019, 51). Jiao insists that “the introduction of fic­tion in autobiography should not weaken the core of the works of the genre – the ac­tual truthfulness as a whole. Meanwhile, the active and extensive use of fiction in auto­biography changes autobiographical writing, thereby creating a certain pastiche, that is quasi-autobiography or pseudo-autobiography” (Jiao, 2019, 51). The purpose of the study is to analyse the autobiographical works by contempo­rary Kazakh, Russian and American writers of the late twentieth and early twenty-first centuries belonging to the post-colonial and post-totalitarian discourses in terms of the specificities of the authors’ representations of their national images of the world. The implementation of this goal involves solving the following tasks: • to actualize the problems and prospects of the study of the autobiographical novel through the prism of the post-colonial and post-totalitarian paradigms; • to conduct a comparative analysis of the works by Kazakh, Russian and Amer­ican writers of the late twentieth and early twenty-first centuries in terms of the genre, poetic and narrative aspects; • to analyse the correlation between the real (biographical) author and the rep­resentation of the author in his or her autobiographical works; • to demonstrate that a certain distance of the author from the character is de­termined by the desire of the real author to increase the typicality and univer­sality of his or her own life story. 3 Methods and materials The research subject is revealed through the integration of contextual and synthetic-analytical approaches to the study of the author’s representation in autobiographical literature. The features of the study, its purpose and objectives led to the use of the fol­lowing set of methods: systemic (aimed at systematizing theoretical and literary-criti­cal views on the types of author’s representations in a literary text, as well as determin­ing the essence and narrative specifics of autobiographical literature); genetic (aimed at studying the nature of the genre being analysed and the determination of further stages of its development); comparative-typological (in order to determine the genre and national characteristics of the analysed autobiographical works, the characteristics of their role and place in the modern literary process); descriptive analysis (in order to identify the features of the author’s representations in autobiographical works); ho­listic analysis of a literary text (aimed at studying the poetics of the works being ana­lysed). The biographical method shows how the author’s identity and important socio-historical and cultural problems of the era are reflected in autobiographical works. The multi-genre, sociocultural, narrative, intermedial interpretation approaches make it possible to reveal the originality of the author’s representations as well as specific ap­proaches to expressing the national image of the world in various national autobio­graphical texts. The object of the study is the autobiographical novels by modern Kazakh, Russian and American authors of the late twentieth and early twenty-first centuries as a mani­festation of the same cultural development stage from the perspective of the author’s representations, the construction of the author’s image, genre and thematic original­ity, poly-stylistics and multidimensional artistic thinking in the context of the world literary process. The subject of the study is the specifics of narration, the image of the author, the introduction of fiction and stylization elements in the autobiographical novel. The research material includes the following autobiographical works A Life at Noon by Talasbek Asemkulov, Jacob’s Ladder by Lyudmila Ulitskaya and Roots by Alex Haley, with the first being one that is relatively little known to the world. The inclu­sion of the writer’s artistic heritage in a wider literary context determines the future research prospects. The choice of the illustrative material is determined by the desire to consider the most representative texts of a certain genre (an autobiographical novel) and a similar problem, which is the recognition of national and cultural identity in the context of oppression (colonial, totalitarian, racial, national) and discrimination. 4 Results and discussion The autobiographical novel by the Kazakh writer Talasbek Asemkulov, A Life at Noon (2003), is based on real historical events and the author’s memories of childhood and youth (the 1960s) spent in a mountain village in East Kazakhstan. Asemkulov’s creative career was predetermined in his childhood: his grandfa­ther Sabyt, a famous Kazakh kyui performer, took the boy to his place in infancy so that he would inherit what he knew of folk musical art, and thus he could raise a successor of traditions, a bearer of primordial national values, and an expert in the steppe art and mythology. The atmosphere and daily life of a small mountain village are thoroughly conveyed in the novel. The main theme is the relationship between grandfather and grandson and their creative communication aimed at transmitting sacred and core national knowledge. By examining the degree of identification of the narrator, it can be argued that the character of the narrative is personally labelled through the author’s real persona. However, the author distances himself from the character he has created through the use of third-person statements. Moreover, the key idea of the narrative is based on the depiction of the historical, cultural and so­cial reality of Kazakhstan, and the narrator himself is an instrument of describing the idea. Real-life cases are represented from the perspective of cultural transmis­sion: the boy’s conflicts with his comrades actualize the topic of selectivity and hero­ism; a trip to the forge draws a symbolic parallel between the fate of an individual person and the whole nation that is voiced by the author through the blacksmith Akhmetzhan: “Iron is rotted, killed several times, black curly rust is melted several times. In the end, the iron returns to its infancy; then, it is bent countless times, knead­ed like a dough, and pulled like kamcha.”110 dicono / Che ‘l barro è in casa tua, e di tua scienzia / Questo giunto ordinò. / Di mia scienzia? (Ariosto, L., Cassaria, Atto quinto, scena IV, in Bontempelli, 1910, 4). The grandfather tells his grandson the tragic history of the Kazakhs: revolution, relocation to China, famine, repression (Sabyt spent more than twenty years in Sta­lin’s labour camps), crowding out of national culture and the disappearance of its bearers. The novel is characterized by the complex relationship between the author as a real person and the image of the author. T. Asemkulov tells a story in the third per­son narrative mode and gives the main character a different name in order to dis­tance himself. Adjigerey is both the real Talasbek Asemkulov and a fictional char­acter. Azizova and Dzholdasbekova (2016), researchers of Kazakh literature, point out that “in fact, the character lives in two different worlds (the real world and the imaginary world), but the writer insists that he relied on his personal experience and wanted the reader to place faith in the facts about the fate of the Kazakh culture described in the novel”. The author’s position and ideological content are transmit­ted not only through the image of the narrator, but also through the system of char­acters, cultural and historical background that constitutes the author’s image of the world. The separation of the narrative from the real persona of the author is obvious, since the writer is the subject of creating a fiction text through linguistic means. The direct narrative operates separately from the author, as it is the main object of reveal­ing the cultural values of the people, which are preserved and transmitted in writing through generations. The autobiographical novel “Jacob’s Ladder” (2015) by L. Ulitskaya contains the same specifics of the author’s representation. Unlike T. Asemkulov, she focuses on the intellectual and spiritual dialogue between a granddaughter (Nora) and grand­father (Yakov Osetskiy) – they “met” when Nora read the diary and correspondence of her deceased grandfather and then studied his personal file in the archive of the Committee for State Security. The novel is mainly based on the culture destroyed by the totalitarian regime, interrupted links between generations and music as a cul­tural bridge. In Yakov Osetsky’s diary observations of life, descriptions of events and reflections are interspersed with music. The writer uses the mode of transgression, which suggests that she goes be­yond her own life experience to create a separate narrative with its system of char­acters and morality. The narrative is ostensibly distinct from the moral and cul­tural makeup of the writer, thereby detaching itself from the writer’s persona. In this work it is also possible to observe a subject-object relationship between author and narrative, where the artistic text is the central object that only the authorship is bound to. The autobiographical novel by the African-American author Alex Haley, “Roots” (1976), tells the story of six generations over two centuries, starting with Kunta Kinte, a man from the Gambia who fell into slavery. At first, the work was classified as documentary prose as the writer argued that the main story was true and based on documentary, archival and library sources. However, after litigation regarding borrowing and claims about factual errors, the book was redefined as an autobiographical novel. Like the novels by T. Asemkulov and L. Ulitskaya, it is based on the idea of preserving “roots”, that is the national and cultural identity, the na­tional image of the world in the context of oppression. Interestingly, there is a theme song in the work and the soul of the people is embodied in music. The first thing Kunta hears as a baby hears is the rhythmic tapping of wooden beaters. Every sig­nificant event in the African village is accompanied by the sounds of tom-toms. In slavery, the song becomes a cultural code passed on from parents to children. In the narrative aspect, the author uses both the third person (the story about the ances­tors) and first person (the story about his search for his roots) narrative modes. This narrative is a synthesis of the author’s own research and a description of how the world is perceived through the portrayal of the protagonists’ characters. The system of characters makes it possible to argue that the distinctiveness of the characters is completely different from the author’s persona. The writer wanted to portray a dif­ferent picture of the world, which is embodied through a different narrative system. Table 1 presents a comparative analysis of the three works examined in this study in the genre, poetic and narrative aspects. Table 1. Analysis of the works of this genre, poetic and narrative aspects A Life at Noon by T. Asemkulov Jacob’s Ladder by L. Ulitskaya Roots by A. Haley Genre autobiographical novel autobiographical novel autobiographical novel Content family story family story family story Idea the importance of preserving national identity in the conditions of colonial and totalitarian oppression the importance of preserving cultural identity in the conditions of colonial and totalitarian oppression the importance of preserving national / racial identity in the conditions of colonial and totalitarian oppression Name symbolic symbolic symbolic Music basic a theme song a theme song Focus on fiction + + + Mythologization and idealization of the past image of the ancestor as an ideal image of the ancestor as an ideal image of the ancestor as an ideal Narrative mode 3rd person 3rd person 3rd and 1st person The image of the character separated from the real author (another name, etc.) separated from the real author (another name, etc.) the distance is minimized Diffusion of the voices of the author and the characters + + + The analysis shows that different national literatures (Kazakh, Russian and Ameri­can) have the same artistic reaction: the need to reflect the oppression of national and cultural identity is reflected through an autobiographical novel, which is characterized by the combination of facts and fiction allowing the writer to conceptualize painful problems of the post-colonial and post-totalitarian society. On the basis of the three novels analysed, it was concluded that the protagonists have a dual identity – belonging to the author (his or her experiences are described through linguistic means and literary devices) and a character identity, which is shown by the de­tachment of the writer from the character he or she has created (Hochman, 1985). The fictional character (“homo fictus”) is often identified with a physical person (the author), but the characters are only a fiction created through linguistic means. They also act as literary tools that create a kind of image of reality that resembles our own (Vainikka, 2006). The study of the relationship between the real (biographical) author and the image of the author is based on the idea proposed by Kopytov, who interprets the author’s im­age as “a kind of mental construct of three types: a) construct established in the mind of the recipient; b) construct described as a result of the research analysis based on multidisciplinary methods (aesthetics, the theory of literature, philosophy, history of literature, including the biographical method of literary criticism); c) as an atom of a certain cultural-historical molecule (schools)” (Kopytov, 2010, 13). We share the position of Hogan (2013), who insists on the need to revise the funda­mental problems of authorship and narration in light of the latter in cognitive science. Based on recent studies devoted to cognitive complexity, Hogan comes up with a new, original version of the author’s presence in the work that is based on the effect of the emo­tional trust of the recipients. Arguing about the structure and key principles of narrative discourse, Hogan (2013) considers the effects of complex types of narration, including parallel plot, embedded narrative, and collective narrative (“we”). We believe that a cog­nitive approach to the problems of the author’s representation in the text is productive. Traditionally, the subject of analysis in literary criticism was the veracity of autobi­ographical works, the search for coincidences and discrepancies in the real biography and literary text. However, modern researchers offer a completely new approach, which seems to be more productive. Thus, Boldyreva considers the postulate of fictitiousness of any autobiographical novel as a special model rather than a reflection of reality, since the main causal dominant of any autobiographical act is the focus on the author’s life story containing beneficial facts rather than an objective story (Boldyreva, 2017, 245). Reece (2014) proposes qualifying such literature as a new hybrid literary genre of creative non-fiction. Moreover, Chemodurova (2019) notes that in modern literature autobiographical mimetism is being replaced by diverse autobiographical narratives, which are “a bizarre combination of factual and fictional components that allows modern authors to explore the global problems of representing personality, time, space, and memory mechanisms in order to offer readers unexpected and original narrative moves and solutions”. Given the above, it is difficult to agree with Rozanova (2003) who argues that “the author’s inability to distance from a character is almost disastrous nowadays. The literary text immediately loses artistic convention and becomes similar to diary revelations. On the contrary, the boundaries between the position of the author and the position of the character become conditional” (Rozanova, 2003, 151). As a rule, “diary revelations” can be classified as stylization (for example, this is observed in “Jacob’s Ladder” by L. Ulits­kaya) that aims to better convey the ideas and position of the author. We completely agree with Nekrasova (2016), who insists on the need for typologi­zation of autobiographical prose, the study of various types of author’s representation and the prospects of this direction in literary criticism. The researcher refers to “life stories”, memories, impressions, events, and a “human document”. Autobiographical writing has been dominant in certain periods, such as in the era of Romanticism. A deeper understanding of the specifics of the return to this trend will be observed in the near future. Narrative and plot strategies bring sincerity and artistry to literature (Nekrasova, 2016, 133), and in the authors’ opinion it is sincerity and artistry that are associated with the popularity of the literary works considered in this study (all of them have large readerships, they have been translated into numerous languages, and the novel Roots has been successfully filmed) (Tsvetkova, 2017). We are sure that different versions of theoretical modelling and the practical study of new modifications of the author’s presence in autobiographical literature are not the basis for separation, but rather determine the prospects for synthesis. Conclusions Based on the analysis of the Kazakh, Russian and American literature presented above, it has been concluded that the development of post-colonial and post-totalitarian dis­course is reflected in updating the genre of an autobiographical novel that gives the au­thor some freedom to choose factual material and fictional elements, and, as a result, the additional possibilities of artistic generalization. The main idea of such works is maintaining national/racial and cultural identity, and the national image of the world in the conditions of colonial and totalitarian oppression. An autobiographical novel is characterized, on the one hand, by relying on the real facts of the author’s biography, and on the other, by mythologization and idealization of the past (the image of the ancestor as an ideal), and a focus on fiction. The dominant narrative practices are the third person narrative mode, the distance between the real author and the character, diffusion of the voices of the author and the characters. An autobiographical novel can be classified as a hybrid genre that is focused on a specific real life story in order to express a complex of ideas. In turn, a certain distance between the author and the character is determined by the desire of the real author to increase the typicality and universality of his or her own life story within the framework of understanding the author’s image of the world as part of the national image of the world. The narrator is close to the real author, but not identical. This key feature of an autobiographical novel prevents possible distortions in the reception and interpretation of such works. The practical significance of the research lies in the fact that its results can be used to study the problems of the theory and history of literature, as well as to give special courses in higher educational institutions. References Azizova, A.O., Dzholdasbekova B.U., Intellectual prose of Kazakhstan of the inde­pendence period, Bulletin of Russian University of People’s Friendship, Literary Criticism. Journalism 1, 2016, pp. 84–89. Bogdanova, E.S., The image of the author and author’s subjectivity in the methodol­ogy of teaching perception of a literary text, Scientific Notes of ZabSU 11 (6), 2016, pp. 107–114. Boldyreva, E.M., Autobiographism and autobiography: self-construction and semioti­zation of the subject, Yaroslavl Pedagogical Bulletin 4, 2017, pp. 242–251. Chemodurova, Z.M., Strategies for creating a modern autobiographical text in Eng­lish, Bulletin of Herzen State Pedagogical University 192, 2019, pp. 52–59. 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The importance of separating the author from the narrative in modern and classical literature Keywords: autobiographical novel, image of the world, narrative practices, author’s identity, post-colonial and post-totalitarian discourses The purpose of the study is to analyse the autobiographical works by contemporary Ka­zakh, Russian and American writers of the late twentieth and early twenty-first centuries belonging to the post-colonial and post-totalitarian discourses in terms of the specificity of the author’s representation. Based on a literature analysis, it has been concluded that the development of post-colonial and post-totalitarian discourse is reflected in updat­ing the genre of an autobiographical novel that gives the author some freedom to choose factual material and fictional elements as part of the artistic embodiment of the author’s vision of the world. The main ideas of such works are maintaining national/racial and cultural identity and preserving historical and cultural continuity within the framework of the national image of the world. An autobiographical novel is characterized, on the one hand, by relying on the real facts of the author’s biography, and on the other, by my­thologization and idealization of the past, and a focus on fiction. This key feature of an autobiographical novel prevents possible distortions in the reception and interpretation of such works, mixing the author’s image of the world and a specific historical and cul­tural situation, which is expressed by the autobiographical novel. Pomembnost razlikovanja med avtorjem in pripovedovalcem v moderni in klasicni literaturi Kljucne besede: avtobiografski roman, podoba sveta, pripovedni postopki, avtorjeva istovetnost, postkolonialni in posttotalitarni diskurzi Namen študije je analizirati avtobiografska dela sodobnih kazahstanskih, ruskih in ameriških pisateljev poznega 20. in zacetka 21. stoletja, ki spadajo v postkolonialni in posttotalitarni diskurz glede na specificnost njihove predstavitve. Na podlagi analize je bilo ugotovljeno, da se razvoj postkolonialnega in posttotalitarnega diskurza odraža v posodabljanju žanra avtobiografskega romana, ki avtorju dopušca nekaj svobode pri izbiri stvarnega gradiva in fikcijskih elementov kot dela umetniškega utelešenja avtor­jeve vizije sveta. Glavne ideje takšnih del so ohranjanje nacionalne/rasne in kultur­ne identitete ter ohranjanje zgodovinske in kulturne kontinuitete v okviru nacional­ne podobe sveta v razmerah kolonialnega in totalitarnega zatiranja. Za avtobiografski roman je po eni strani znacilno zanašanje na resnicna dejstva avtorjeve biografije, po drugi strani pa mitologizacija in idealizacija preteklosti ter osredotocenost na fikcijo. Ta kljucna znacilnost avtobiografskega romana preprecuje morebitna izkrivljanja v re­cepciji in interpretaciji tovrstnih del, meša avtorjevo podobo sveta in specificno zgo­dovinsko in kulturno situacijo, ki jo izraža avtobiografski roman. About the authors Milena Tsvetkova is a Doctor, Associate Professor at the Faculty of Journalism and Mass Communication of Sofia University, Moskovska str., 49, Sofia, 1000, Bulgaria. Email: milena_tsvetkova13@rambler.ru. Yuri Kolin is a PhD, Head of Science Programs at the Department of Theory of Cul­ture of the Institute of Civil Society, Aliza Yansen str., 67912, Or-Akiva, 306000, Israel. He also works at the Institute of Philosophy and Socio-Political Sciences of the South­ern Federal University, Russian Federation. Email: yu.ko776@rambler.ru. Yuliya Bakhnova is an Associate Professor at the Department of Foreign Languages . 3 of G.V. Plekhanov Russian University of Economics, Stremyanny lane., 36, Moscow, 117997, Russian Federation. Email: bahnova2011@mail.ru. Svetlana Salimova is a Candidate of pedagogical science at the Department of Eng­lish Language for Professional Purposes of N. P. Ogarev Mordovia State University, Botevgradskaya str., 29/1, Saransk, 430005, Russian Federation. Email: svsalim987@rambler.ru. O avtorjih Milena Tsvetkova je izredna profesorica na Fakulteti za novinarstvo in množicno ko­municiranje Univerze v Sofiji, Moskovska str., 49, Sofija, 1000, Bolgarija. Elektronski naslov: milena_tsvetkova13@rambler.ru. Yuri Kolin je doktor znanosti, vodja znanstvenih programov na Oddelku za teorijo kulture Inštituta za civilno družbo, Aliza Yansen str., 67912, Or-Akiva, 306000, Izrael. Dela tudi na Inštitutu za filozofijo in družbeno-politicne vede Južne zvezne univerze v Ruski federaciji. Elektronski naslov: yu.ko776@rambler.ru. Yuliya Bakhnova je izredna profesorica na Oddelku za tuje jezike št. 3 Ruske ekonom­ske univerze Plekhanov v Moskvi, Ruska federacija. Elektronski naslov: milena_tsvet­kova13@rambler.ru (kontaktna oseba). Svetlana Salimova je doktorandka pedagogike na Oddelku za angleški jezik za stro­kovne namene Mordovijske državne univerze N. P. Ogareva, Botevgradskaya str., 29/1, Saransk, 430005, Ruska federacija. Elektronski naslov: svsalim987@rambler.ru. Tinkara Starcek Alkoholizem v delih slovenskih in ceških pisateljic dolgega 19. stoletja 1 Uvod Pricujoci prispevek je napisan na osnovi diplomskega dela, ki je nastalo pod mentor­stvom red. prof. dr. Toneta Smoleja z Oddelka za primerjalno književnost in literarno teorijo ter doc. dr. Ane Cergol Paradiž z Oddelka za zgodovino Filozofske fakultete Univerze v Ljubljani. Izkazalo se je, da je v 19. stoletju prihajalo do številnih stikov med slovensko in ceško kulturo in politiko. V literaturi je po besedah Albince Lipovec oba naroda družila slovanska orientacija in paradigma srednjeevropskih literatur, »v ka­terih je povezovalna sestavina zgodovinska usoda malega deželnega naroda v skupni mnogonacionalni avstrijski državi […]« (1992, 171). Podobno ugotavlja Katja Mihur­ko Poniž: »Za slovenski kontekst v obdobju 19. stoletja so smiselne predvsem primer­jave s situacijo, kakršna se je oblikovala pri narodih, ki so bili pod vladavino habsbur­ške monarhije, saj je njihova podrejenost združila moške in ženske v boju za svobodo. […] Tako so se Cehi s svojimi rojakinjami cutili povezani prav zaradi izkušnje inferi­ornosti« (2014, 17). Podrejenost je združila tudi Slovenke in Cehinje, kar dokazujejo besede Vilme Seidlove - Sokolove, sodelavke ceškega ženskega casopisa Ženský svet, v pismu Marici Nadlišek 14. decembra 1896: »Ale jde o to, budete-li rozumeli cesky? Ci mám psáti recí našich utiskovatelu - po nemecki? Vy, velectena slecno, rozumíte-li mne, ractež odpovídati slovinsky, já dobre slovinsky rozumím« (NUK, Marica Nadli­šek Bartol, Ms 703).11 In the same place cited Ostali sta pri cešcini in tako napovedali skupni boj proti nemške­mu »tlacitelju«, kar je bil tudi eden izmed glavnih razlogov, da so Slovenke in Cehinje stopile na spolzki literarni parket. 2 Ženska emancipacijska gibanja na Slovenskem in Ceškem Kako se je ženski boj proti tlaciteljem povezoval z antialkoholizmom? Cehinje so bile že zgodaj zelo prodorne na politicnem podrocju, zlasti z izvolitvijo pisateljice Božene Vikove-Kuneticke leta 1912 za prvo deželno poslanko v habsburški monarhiji. Aktiv­ne so bile tudi v feministicnih društvih. Prvi je bil leta 1865 ustanovljen American La­dies‘ Club. Pozneje je glavno žensko društvo postalo Ženský výrobní spolek ceský, ki ga je ustanovila Karolina Svetlá. Do leta 1905 je izhajalo že pet pomembnih ženskih ca­sopisov. Najvidnejša sta bila Ženské listy (1873–1926) in ženski delavski casopis Ženský list, ki je zacel izhajati 1892. V program svojega ženskega društva so Cehinje vkljucile tudi antialkoholizem (Lenderová, 2009, 126). Pomembno vlogo pri emancipaciji žensk pri nas je imel casopis Slovenka (1897–1902), ki ga je sprva urejala Marica Nadlišek, od leta 1899 pa Ivanka Anžic Klemencic. Zanimivo je, da je bil prvi predlog za ženski casopis z naslovom »Slovenka« podan že leta 1875 v Novicah (»O naši ženski odgoji«, 226). Clanek je prebrala tudi Pavlina Pajk in ga v pismu Josipu Cimpermanu 18. julija 1875 pospremila z besedami: »Ste li citali v predzadnjej številki »Novice« nekov clanek o »ženskej odgoji« to je o slovenskih žen? Pisatelj ovega clanka želi da bi Slovenke si ustanovile svoj list kakor ga imajo Rusinje in Cehinje, želi da bi ta bodoci list bil urednikovan od gos. Pesjakove ter da bi se ime­noval »Slovenka«. Res lepa misel in želja ko bi mogla se uresniciti a ostala bo žalibog le »pijum desiderijum«. Stoletje v kojem živimo ne bo ucakal slovenski list urednikovan o samih Slovenk« (poudarila P. P.) (NUK, Pavlina Pajk, Ms 484). Leta 1901 so Slovenke ustanovile svoje društvo pod imenom Splošno slovensko žensko društvo, ki je tesno sodelovalo tudi s ceškim ženskim društvom. Poglejmo si še, kako so se Slovenke vkljucevale v protialkoholni boj. Zofka Kveder je že v tretji in enajsti številki revije Domaci prijatelj, ki jo je urejala, objavila dva clanka o alkoholizmu.21  »Ko sva že pri tem, boste razumeli ceško? Ali naj pišem v jeziku naših tlaciteljev – po nemško? Vi, velecenjena gospodicna, ce me razumete, odgovorite slovensko, saj jaz slovensko dobro razumem.« Zanimiv je prispevek Marice Nadlišek leta 1895 v Slovanskem sve­tu. Glede vloge alkohola pri narodnem vprašanju Marica Nadlišek meni, da se moški shajajo pri vinu, »kjer govoré in krice ‚živio‘ narod, Slevenci [sic], vzajemnost, sloga, a dan potem ne vedó drugega, kakor da jih boli glavi [sic], ali pa da je bilo sinoci ‚prav fino‘« (»Ženstvo«, 377). 3 Alkoholizem v casu dolgega 19. stoletja Alkoholizem je v 19. stoletju zacel zmagovit pohod med nižjimi sloji prebivalstva. Razloge gre iskati predvsem v tovarniški proizvodnji alkoholnih pijac. Alkoholizmu so poleg tega botrovale še slabe življenjske razmere, od katerih so bile gostilne prijeten oddih. Alkoho­lizem so prvic prepoznali kot bolezen, pojavile pa so se tudi razprave o njegovi dednosti. Naslednje navedbe Ivana Vrhovnika, ki jih povzema Anton Šepetavc, dokazujejo, da je alkoholizem na Slovenskem resnicno postal problematicen: Ljubljancan je leta 1820 spil 350 litrov vina, 230 litrov piva in 8 litrov žganih pijac letno, leta 1830 je poraba žganih pijac narasla na 15 litrov na prebivalca letno (1995, 25–26). Na Ceškem je bilo podobno stanje zlasti na Moravskem. V odziv so zacela pri nas in na Ceškem nastajati protialkohol­na gibanja in revije. Do leta 1908, ko je nastalo Ceškoslovaško abstinentno društvo, je na Ceškem obstajalo že sedem vecjih protialkoholnih društev (Janícek, 2014, 31–36; Šimo­nová, 2013, 24–25). Pri nas sta bili tovrstni društvi sprva dve (Družba treznosti in Absti­nent), leta 1912 pa sta se združili v Sveto vojsko za Ljubljano (Zajc, 2008, 59–61). 4 Alkoholizem v literarnih delih slovenskih avtoric Alkoholizem se pojavi v dveh romanih Pavline Pajk. V Prijateljevem sinu kmecki fant Nande zaradi pohlepa in alkoholizma povsem moralno propade kot morilec svoje ma­tere. Izredno nazorni so opisi pijancevanja in alkoholikovega vedenja, recimo tipicen alkoholikov polnocni prihod domov: »Malo pred polnocjo podrgne nekaj po veznih [sic] vratih, kakor bi kdo iskal kljucavnico; kmalu potem zadonijo v kuhinji krepke moške stopinje, nato nekaj zaropota, kakor bi se stol zvrnil, nato se je slišala robata beseda iz Nandetovih ust« (Pajk, 2019, 56). Že v tem delu P. Pajk nacne problematiko vpliva življenja z alkoholikom, v tem primeru Nandetove matere, ki živi v nenehnem strahu za sina in zase, razvije pa jo v Slucajih usode. Glavna junakinja Malvina je žrtev svojega moža alkoholika, ki ga opiše z beseda­mi: »Takoj prve dni svojega zakona sem spoznala, da ta vljudni plemic, ta izobraženi mož, ta visoko postavljeni uradnik – o, mama – da je le zver v cloveški podobi! Prekli­njal je in se prepiral z vsakim. Hiša je bila podobna peklu. […] Pijanceval je, in kadar je bil pijan, je izgubljal pamet. Kolikokrat sem mislila, da je prišla moja zadnja ura« (Pajk, 2013, 24–25). Mož Malvino zapusti, toda sram, znacilen za žrtve zlorab, jo spre­mlja še dolgo. Marica Nadlišek Bartol alkoholizem tematizira v svojem edinem romanu Fata morgana in vec kratkih zgodbah. V Fati morgani pijani Peric napade svojo zarocenko Dano, sicer hci bogatega veletrgovca. Prizor je opisan zelo nazorno: »[…] groza jo je izpreletavala, ko ga je videla tako besnega, pijanega! Branila se je in ga pehala od sebe, ali njegove roke so jo držale kakor klešce – bil je ve­dno silnejši in drznejši … S pretrganim, zadušenim glasom je dejala: ‹Pustite me, drugace zavpijem!›. Vstala mu je iz narocja, in ko je planil za njo, tedaj ga je pehnila nazaj s tako silo, da je omahnil na divan; ona pa je zbežala v svojo sobo« (Štefanic, 1898, 92–93). Danin prvi odziv na ta travmaticni dogodek je, da se ji »vsi moški studijo, silno stu­dijo« (prav tam, 93), prevec jo je tudi sram, da bi staršem povedala, zakaj Perica noce nikoli vec videti. V noveli »Moja prijateljica« je alkoholizem kazen za poroko iz pohlepa, ki jo po­spremi nazoren opis telesnega propada: »Videti je bilo na prvi mah, da mož ni bil trezen, kajti nogi sta se mu zaplétali« (Nadlišek Bartol, 1889, 267). V noveli »Denar in sreca« smo prica popivanju predstavnikov vaške inteligence – kaplana, ucitelja in castnika, pojavi pa se tudi v volilnem štabu: »Pevci so peli in pili ter pri vsakem litru kricali: živio poslanec Berne, saj so vedeli, od kod jim prihaja vino na mizo« (Nadli­šek Bartol, 1897, 7). V kratki zgodbi »Intrigant« je alkohol pribežališce ob zmotnem prepricanju o nezvestobi izbranke. Tudi tukaj spremljamo telesno propadanje: »Vedno cešce je doktor pozno v noc prihajal domov, vedno kasneje legal k pocitku in vedno težja mu je bila zjutraj glava, vedno bolj zmucen život, da je bil podoben bolniku, ki je komaj okreval« (Nadlišek Bartol, 1899, 376). Kratka zgodba »Pod streho« tematizira pijancevanje delavcev ob pustovanju z zelo plasticnim opisom: »Po ulicah pa se še sre­cujejo pijanci, in še se cuje hripavo petje. […] Pogreb [Pusta], ki ga prirejajo krcmar­ji, odlašajo in odlašajo, da le pridrže dalje casa množico, in da stocijo vec pijace. […] pijana množica rjove in vpije jokaje za Pustom« (Nadlišek Bartol, 1897, 429–430). Na pustnem rajanju se kot posledica uživanja alkohola zgodi tudi umor. Marica Nadlišek Bartol je napisala tudi zanimivo politicno crtico »Na Silvestrov vecer«, objavljeno v Slovenki leta 1898. V njej razgrete glave v pogovoru kmalu pridejo do politike in z njo neobhodno povezanega narodnega vprašanja. Moški se priduša­jo, da bodo že takoj naslednjega dne obudili vsa slovenska društva, ena izmed dam pa obljubi, da bo naslednji dan zacela agitirati za žensko podružnico društva sv. Cirila in Metoda. Crtica se zakljuci kot ironicni protialkoholno-feministicni manifest, saj mo­ške naslednji dan le boli glava in se sploh vec ne spomnijo, kaj so se zvecer pogovarjali, dama pa še v januarju ustanovi obljubljeno podružnico (4–6). Najpogosteje naletimo na temo alkoholizma v delih Zofke Kveder. Drama Pijanec že z naslovom razkriva svojo osrednjo tematiko, katere nosilec je kmet Košir, ki pije žganje kot pokoro, ker se je nespoštljivo vedel do pijanega oceta: »Oce so se napili žga­nja in so spali ves dan. Zvecer pa, ko sedimo pri vecerji, pridejo oce notri v hišo. Za­smrdelo je po žganju. Vstal sem od stola, stopil sem pred oceta in pljunil predenj: ‚Fej! Sram me je takega oceta!‘ To sem storil pred vsemi ljudmi. Oce so molcali in so odšli skozi vrata ven v vecer. Nikoli vec nisem videl oceta od tistikrat« (Kveder, 2018, 125). V drami opazimo prepletanje psiholoških in dednih vzrokov za alkoholizem, prav tako pa dobimo vpogled v trpljenje družine alkoholika. Roman Njeno življenje je prežet z alkoholizmom, ki zaznamuje življenje glavne ju­nakinje Tilde, ko se poroci z alkoholikom, po njegovih stopinjah pa gre tudi njun sin. Alkoholik je bil tudi oce Tildinega moža Romana, tako da gre v delu za tipicno natu­ralisticno prvino dednosti. Tudi opisi pijanosti so v romanu naturalisticno natancni: »Zunaj je slišala nagle korake. To je bil on. Glasno je odpiral vrata, trdo stopal po veži in stopnicah, odpahnil vrata in prišel v spalnico« (Kveder, 2016, 176). Medtem ko se Tilda nadvse sramuje svojega moža in sebe kot njegove žrtve, Roman vse bolj telesno in moralno propada. Ko v zaporu umre in Tildi koncno nekoliko odleže, se izkaže, da je krog dednega alkoholizma v družini neizbežen, sin Tildo vse bolj mucno spominja na moža: »Sinov smeh ji je butal v lice kakor smrdeca odurna gnojnica … Zvijala se je pod njim kakor zver, ki jo trpinciš …« (prav tam, 338). Propad družine zaradi alko­holizma se iztece na kar najbolj tragicen nacin – z dvojno smrtjo in koncem rodbine. Kratke zgodbe Zofke Kveder »Na kmetih«, »Doktor«, »Zlocin«, »Vaški roman«, »Moc«, »Moja prijateljica«, »Vera«, »V oblasti teme« in »Žena pijanca« razkrivajo predvsem problem alkoholizma na podeželju, v manjši meri pa opozarjajo, da je bil alkoholizem prisoten tudi v mešcanskem sloju. Izrazito avtobiografski sta zgodbi »Moja prijateljica« in »V oblasti teme«, ki pricata o lastni izkušnji avtorice z oceto­vim alkoholizmom. Pretresljivo avtobiografski in naturalisticno nazoren je odlomek iz »Moje prijateljice«: »Oce je bil redkokdaj doma. Pil je okrog v gostilnah in se šele pozno v noci vracal. Veckrat sem se zbudila in ga slišala, kako je v sosednji sobi klel, kako ga je mati obsipavala s psovkami … jej, jej, jej! … Bilo je grozno! Vsa tresoca se sem napeto prisluškovala glasovom, ki so prihajali iz sosednje sobe. Za­strašena in razburjena sem s široko odprtimi ocmi buljila v temo. Vcasih sem slišala krik, udarce, vzdihovanje, padce, hropenje … V sami srajci sem stekla iz postelje tjakaj […]. Vrgla sem se med oba, vlekla, prosila, branila …« (Kve­der, 2018, 536) Kveder predstavi alkoholizem kot bolezensko zasvojenost v odlomku iz zgodbe »V oblasti teme« z besedami, ki jih oce alkoholik izreka svojemu sinu: »Spat pojdi! Pojdi! Saj me je sram … Nisem vec clovek. A ne morem zato, ne morem! Moram piti! Pojdi, pojdi!« (2005, 305). V zgodbah avtorica sicer naniza celo paleto razlogov za pijance­vanje: nesreca v gospodarstvu, izguba doma in otroka ter javna osramotitev, nesrecna ljubezen, nezakonsko materinstvo, zakon z napacno osebo, v štirih zgodbah pa razlog ni naveden. Posledice alkoholizma so si med seboj precej podobne, nosilci teh posledic pa so vecinoma žene in otroci alkoholikov. 5 Alkoholizem v literarnih delih ceških avtoric V povesti Babica Božene Nemcove je uživanje alkohola prisotno pri obredih, poveza­nih z naborništvom, je pa tudi sredstvo za blaženje strahu pred dolgotrajnim služe­njem vojaškega roka in bližino smrti. Zanimiva je povezava med motivi nezakonskega materinstva, detomora in alkoholizma. Motivi se povezujejo z likom Vike, zapeljane­ga dekleta, ki postane nezakonska mati in svojega otroka vrže v tolmun. Dragica Cec ugotavlja, da se je »[i]z zmanjšane prištevnosti porodnic ob porodu […] v krimino­logiji in medicini 19. stoletja razvila podoba nerazsodne matere. Kot takšna ni bila sposobna moriti iz zlobe in je v nasprotju z drugimi morilci ni vodilo mašcevanje ali zlobnost« (2007, 435). To je trditev, ki vsekakor drži za Viko, vendar pa so nekateri strokovnjaki njeno neprištevnost pripisovali alkoholizmu. Med njimi najdemo Václa­va Cernýja, ki je trdil, da je Vika pod vplivom alkohola doživljala napade besa (1982, 108) in v enem izmed njih verjetno tudi ubila svojega otroka. Jaroslava Janácková opo­zarja tudi na podobnost med motivoma vojaka, ki je zapeljal Viko, in babicinim odho­dom z možem Jurijem, ki je bil prav tako vojak. Poudari dejstvo, da je Nemcová izpo­stavila negativne družbene posledice, ki jih je imelo vojaštvo, med katerimi najdemo zgodbe z veliko trpljenja in srecnim koncem, kakršna je babicina, in takšne, ki per­spektivnega mladega cloveka pahnejo na družbeno dno, prikaz cesar je Vikina usoda (Lehár, 2002, 250). V zgodbi »Baruška« poskuša mlad mešcan opiti in zlorabiti neizkušeno podeželsko dekle, ki jo ob tem aretirajo, zaradi cesar si skoraj vzame življenje. Še tesneje z alkoho­lom povezana je zgodba ene izmed prostitutk, ki jo Baruška spozna v zaporu. Dekle so namrec, ko je prišlo v mesto iskat delo, pod pretvezo zvabili zvodniki, jo napili in neza­vestno posilili, da tako omadeževana ni vec mogla delati nikjer drugje kakor v bordelu. Eden izmed najbolje poznanih in cenjenih romanov Karoline Svetlá Kríž u poto­ka zelo dobro razdela problem alkoholizma. Alkoholika v delu sta dva – oce in mož glavne junakinje Evicke. Jasno je, da je ocetov alkoholizem zaznamoval Evicko, ki si je za moža trmasto izbrala alkoholika. Alkohol za Evickinega moža Štepána ne postane zanimiv sam po sebi, ampak ker pivska družba nadomesti primanjkljaj ljubezni, ko je Evicka svojo ljubezen razdelila med njega in njunega otroka. Ceprav se pitje zacne kot klavrna tolažba, se sprevrže v odvisnost: »Ba šlapal neštastný Štepán dustojnost lidskou denne více nohama, málo kterou hodinu byl schopen všech smyslu svých. Pil, aby nemusil na to myslit, kam se dostal, aby nevedel o své hanbe a necítil hríchu svých« (Svetlá, 1929, 338).32 Dr. K. v prvi številki 1. junija 1904 omenja zdravstvene in psihološke vidike, D. pa v drugi številki 1. marca 1905 pravne. Štepánov alkoholizem ima za posledico opušcanje dela na kmeti­ji, žaljenje Evicke, ki jo tudi hudo poškoduje, ter popolno zanemarjanje otroka. Zgodba »Poljub« je eno izmed redkih del Karoline Svetlá, prevedenih v slovenšci­no. Ker dekle fantu noce dati poljuba, se ji mašcuje tako, da pije in se zabava z drugimi dekleti. Dekle se sprva sicer ne da motiti, ker fantu zaupa, a jo pocasi vendarle zacne skrbeti: »Sicer ne postane clovek, kateri nima naklonjenosti, nato cez noc pijanec, pa lahko se tega privadi, kar je v zacetku z mrzlostjo in nepovoljnostjo izvrševal« (Svetlá, 1873, 17). Par se na koncu pobota in fant ne postane alkoholik, pa vendar zgodba iz­postavi problem, da se ženske krivi za napake moških. Izmed del Gabriele Preissove se alkohol pojavi v drami Gazdina roba, kjer glav­no junakinjo Evo alkoholno omamljena užali mati njenega izbranca Mánka, zato se z njim ne poroci, temvec konca v nesrecnem in nasilnem zakonu. Drugi jo užali vaški pijancek Rubac, ki jo ozmerja z lahkoživko, ker neporocena živi z Mánkom, kar Evo izredno prizadene. Dokoncno pa alkohol zapecati usodi obeh junakov, ko Eva spozna, da se bo Mánek raje vdal pijaci, kot pa se zoperstavil materi in se vendarle porocil z njo, zato stori samomor. V drami Její pastorkyna lahko najdemo precej vsebinskih podobnosti z romanom Njeno življenje, tudi dedni alkoholizem v rodbini. Osrednji osebi drame sta sicer Ko­stelnicka in njena pastorka Jenufa, alkoholika pa Kostelnickin mož in Jenufin izbranec Števa, sicer tudi necak Kostelnickinega moža. Števo prvic spoznamo pijanega na dan konskripcije, ko razsipno zapravlja za pijaco in objestno pleše z Jenufo. Kostelnicka ob tem podoživlja svoje spomine na moža alkoholika in Števi postavi pogoj, da se z Jenufo lahko poroci, ce se eno leto ne napije, a Števi tega ni potrebno izpolniti, saj se ne poroci z Jenufo. Vseeno pa ima z njo nezakonskega otroka, ki se ga Kostelnicka odloci ubiti, ker jo spominja na Števo: »Z hríchu vzešel a celý na Števa podobný — veru také jeho bídná duša!« (Preissová, 1891, 41).43 »Pravzaprav je nesrecni Štepán pohodil cloveško dostojanstvo z vec nogami, redkokdaj je bil sposo­ben uporabiti vsa svoja cutila. Pil je, da mu ni bilo treba razmišljati, kam je šel, da ne bi vedel za svojo sramoto in ne bi cutil svojih grehov.« Kostelnicki se torej zdi manjše zlo ubiti otroka, kakor pa vzgojiti še enega alkoholika, kar, poleg dednosti, kaže na hudo travmo, ki jo je Kostelnicki povzrocil možev alkoholizem. 6 Podobnosti in razlike v percepciji alkoholizma slovenskih in ceških avtoric Opozorimo še na nekatere motivne in tematske podobnosti v izbranih delih. Opazimo lahko razliko med tematiziranjem alkoholizma, ki prevladuje v delih slovenskih avto­ric, ter zgolj motivom alkohola, ki kot tak nastopa le v dveh kratkih zgodbah Marice Nadlišek Bartol. Nasprotno pa se alkoholizem kot tema pojavi le v dveh ceških delih (Kríž u potoka in Její pastorkyna), v vseh drugih delih je alkohol le motiv, ceprav lahko pomembno vpliva na razplet. Opazimo lahko, da so bile slovenske avtorice bolj konsi­stentne v tematizaciji alkoholizma kot ceške, ki so se bolj osredotocale na širšo druž­beno sliko in alkohol vpletle med druge družbene okolišcine. Motivi, ki jih v povezavi z alkoholizmom najpogosteje zasledimo, so moralni in/ali gmotni propad, zloraba žensk, sram, alkoholizem kot bolezenska odvisnost, dednost ter praznovanja in ljudske navade. Moralni propad je pogostejši motiv pri ženskih likih, kot tak se pojavi v delih »Zlocin«, Babica in »Baruška«. Gmotni propad pa je pogosteje povezan z moškimi liki in ga opazimo v delih »Doktor«, »Pijanec«, »Na kmetih«, Njeno življenje in Kríž u potoka. Dednost se pricakovano pojavlja predvsem v delih Zofke Kve­der in Gabriele Preissove. Priložnosti, ob katerih se uživa alkohol, so v delih slovenskih in ceških avtoric podobne – verski prazniki, krst, poroka, pustovanje. Zanimivo pa je, da je pri ceških avtoricah eden izmed takih praznikov tudi naborni dan. Omenjali smo že povezavo med alkoholom in družbenimi okolišcinami 19. stoletja, zato si oglejmo še najpogostejše tovrstne motive. Pri zlorabi žensk kot družbena okolišci­na pogosto nastopa razlicnost družbenih slojev žrtve in storilca. Takšne primere najde­mo v delih »Pod streho«, »Na kmetih«, »Zlocin« in »Baruška«. Storilci pri tem poskušajo izrabiti opitost žrtev ali pa jih celo sami opijejo, ker neizkušeno dekle še ne pozna ucin­kov alkohola. Najbolj skrajen primer seveda opazimo pri prostitutki v »Baruški«, kjer gre za sistemski postopek za novacenje prostitutk. V delu »Na kmetih« in Fati morgani se poskus zlorabe zgodi zaradi alkoholiziranosti storilca. V »Zlocinu« pa se motiv alko­holizma pojavi po zlorabi kot posledica družbene stigmatizacije zaradi le-te. Z zlorabo in alkoholom so povezani še trije pogosti motivi: samomor, nezakonsko materinstvo in detomor. Nezakonsko materinstvo in detomor sta bila pereca problema v 19. stoletju, povezana z rastjo mest, preseljevanjem presežnega kmeckega prebival­stva in porajajocim se proletariatom. Prav v vseh treh delih, v katerih se pojavi motiv nezakonskega materinstva (»Zlocin«, Babica in Její pastorkyna), srecamo tudi motiv detomora. Nezakonsko materinstvo in detomor sta bodisi vzroka za alkoholizem bo­disi se želi z detomorom prekiniti dedni niz, kakor v Njenem življenju in drami Její pa­storkyna. Motiv samomora, ki je povezan z alkoholom, je med slovenskimi avtoricami uporabila le Zofka Kveder v delih »Vera«, Njeno življenje in »Moja prijateljica«. Poskus samomora najdemo še v zgodbi »Baruška« in drami Gazdina roba, kjer se tudi izvrši. Podobno znacilen motiv za 19. stoletje je zakon in prakticno nemogoca razveza le-tega. Na zaradi alkohola nesrecni zakon naletimo v delih Slucaji usode, Pijanec, »Na kmetih«, »Vaški roman«, »Vera«, »Žena pijanca«, Njeno življenje in Kríž u potoka. Za­nimivo pa je, da nesrecni zakon z alkoholikom pri slovenskih avtoricah pogosto spre­mlja družinsko nasilje, cesar pri ceških avtoricah ni zaslediti. V kolikšni meri pa se izbrana dela strinjajo s trditvijo, da so v 19. stoletju alko­holizem povezovali predvsem s proletariatom? Delavsko okolje se pojavi enkrat, prav tolikokrat pa tudi aristokratsko. Ocitno je, da so si pisateljice znale predstavljati, da al­koholizem ni le problem delavstva, ampak se v veliki meri pojavlja tudi med mešcani in kmeti. To ugotovitev seveda moramo uporabiti s pridržkom, da gre za fiktivna oko­lja. Vseeno pa lahko zakljucimo, da sta bila v 19. stoletju prekomerna raba alkohola in alkoholizem splošna družbena problema. Na kratko naj povzamem še, kaj je pokazala analiza recepcije izbranih del. Edina avtorica, pri kateri so kritiki opazili in komentirali problematiko alkoholizma, je bila Zofka Kveder, vendar so to tematiko pri njej ostro napadli, jo obtoževali obscenosti in pretiravanja. Vendar pa je tudi molk poveden in kaže, da so vsaj znotraj mešcanskega sloja zanikali ne le problem alkoholizma, temvec že kar njegov obstoj v celoti, kar je seveda oteževalo reševanje tega problema. Alkoholizem je torej ena izmed sticnih tock izbranih slovenskih in ceških avtoric dolgega 19. stoletja, kar je posledica tako družbenih okolišcin dobe kot tudi spreme­njenega odnosa do alkoholizma v družbi. Vstop na literarno sceno je pomenil velik korak za ženske in feministicno gibanje, še bolj pogumno pa je bilo pisanje o tabuizi­ranih temah in na tak nacin tudi opozarjanje na položaj žensk v družbi in družini, kar je bodisi ostalo prezrto ali pa je bilo deležno ostrih kritik in zgražanja. Bibliografija Viri -a-, O naši ženski odgoji, Novice, gospodarske, obrtniške in narodne, 7. julij 1875, https://www.dlib.si/stream/URN:NBN:SI:DOC-VI18YXFH/22a0db06-c222­ -4be1-ab2c-e1dbcc12e11a/PDF [15. 7. 2021]. Kveder, Z., Doktor, v: Zbrano delo, 2 (ur. Mihurko Poniž, K.), Ljubljana 2010. Kveder, Z., Moc, v: Zbrano delo, 1 (ur. Mihurko Poniž, K.), Maribor 2005. Kveder, Z., Moja prijateljica, v: Zbrano delo, 2 (ur. Mihurko Poniž, K.), Ljubljana 2010. Kveder, Z., Na kmetih, v: Zbrano delo, 2 (ur. Mihurko Poniž, K.), Ljubljana 2010. Kveder, Z., Njeno življenje, v: Zbrano delo, 4 (ur. Mihurko Poniž, K.), Maribor 2016. Kveder, Z., Pijanec, v: Zbrano delo, 5 (ur. Mihurko Poniž, K.), Maribor 2018. 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Vse avtori­ce v svojih delih omenjajo alkoholizem ali vsaj alkohol, vendar pa ga slovenske avtorice pogosteje tematizirajo, medtem ko ju ceške avtorice uporabljajo predvsem kot motiv. Obstajajo pa številne motivne podobnosti med deli ceških in slovenskih avtoric v po­vezavi z alkoholizmom. Alcoholism in the Works of Slovenian and Czech Women Writers of the Long 19th Century Keywords: alcoholism, anti-alcoholism, long 19th century, Slovenian literature, Czech literature The article presents the problem of alcoholism in Slovenian and Czech literature of the long 19th century. It focuses on the women writers’ perception of the influence of alcoholism on everyday life and the consequences of alcoholism. It gives an overview of women’s emancipatory movements in Slovenian and Czech territory, then the spe­cifics of alcoholism as a problem in the long 19th century and the contacts between Slovenian and Czech women. It pays close attention to the thematisation of alcohol­ism in the works of selected women writers, and provides an analysis of differences and similarities in the thematisation and motifs regarding alcoholism. All the authors mention alcoholism or at least alcohol, but the Slovenian authors use them as a theme more often, while the Czech authors use them as motifs. There are, however, many similarities in the works of Slovenian and Czech authors connected to alcoholism. O avtorici Tinkara Starcek je podiplomska študentka na Filozofski fakulteti Univerze v Ljublja­ni. Diplomirala je na Oddelku za primerjalno književnost in literarno teorijo ter Od­delku za zgodovino Filozofske fakultete v Ljubljani. Na podrocju primerjalne knji­ževnosti in klasicnih študij se je izobraževala tudi na Univerzi v Kentu (VB). Ukvarja se zlasti s socialno zgodovino in zgodovino žensk. Tinkara Starcek, Šlandrov trg 39a, 3310 Žalec; tinkara.starcek@gmail.com About the author Tinkara Starcek is a postgraduate student at the Faculty of Arts, University of Ljublja­na. She graduated from the Department of Comparative Literature and Literary The­ory and Department of History, Faculty of Arts in Ljubljana. She also studied Com­parative Literature and Classical Studies at the University of Kent (UK). She focuses her research on social history and women‘s history. Tinkara Starcek, Šlandrov trg 39a, 3310 Žalec; tinkara.starcek@gmail.com Ángel Esteban, Dora Poláková Whitman transatlántico: su huella en los modernistas José Martí y Jirí Karásek y en las vanguardias de entreguerras (Huidobro y Nezval)*14 »Iz greha je izšel in docela je podoben Števi – verjamem, da je prav tako bedna duša!« La estela de Walt Whitman a uno y otro lado del Atlántico en el fin de siglo y en las vanguardias posteriores está todavía por terminar de definir y acotar. Más allá de aquellos escritores, críticos y lectores que pudieron disfrutarlo en su propia lengua, sobre todo en los Estados Unidos, Inglaterra o Irlanda, la concentración de espacios whitmanianos en las últimas décadas del XIX y primeras del XX en diversos países e idiomas fue dilatándose sin control hasta convertir al símbolo de ese espíritu libre y distinto en uno de los ejes raigales de la poesía contemporánea internacional. En es­tas páginas abordaremos la huella de Whitman en autores fundamentales del moder­nismo transatlántico, como José Martí y Jirí Karásek, para resumir su impronta en el espacio no anglosajón europeo y americano, y extenderemos esa huella hasta las van­guardias y el periodo entreguerras, como Huidobro y el checo Nezval en el entorno del poetismo, dentro del mismo contexto transatlántico, como ejemplos de un patrón que se dilata hasta la época de la Guerra Fría. En concreto, tomaremos como apoyo para documentar esa influencia el cambio de paradigma en la estética contemporánea desde un sistema de representación a otro en el que domina la expresión, como bien apunta Rancière en La palabra muda (2009). En el ámbito hispánico, la primera noticia importante sobre Whitman llegó en 1887, con el conocido artículo de José Martí, «El poeta Walt Whitman», del 19 de abril de ese año, publicado en El Partido Liberal, de México, y dos meses más tarde, el 26 de junio, en La Nación, de Buenos Aires. Poco más tarde Darío le dedicó un soneto, tam­bién muy conocido. Santí (1990, 160) aprecia en estos autores un culto al estadouni­dense asociado a una negación de la vacía tradición española, es decir, un aspecto más temático que estilístico. Ahora bien, en los escritores del siglo XX, hasta la época de entreguerras, Whitman será acogido cada vez más como un modelo retórico y como un apoyo para la lucha contra el imperialismo, es decir, en defensa de la libertad y la autodeterminación, ya desde la «Oda a Roosevelt» de Darío, en 1905, hasta el trabajo del uruguayo Vasseur en 1912, que significa no solo la primera traducción al español del poeta neoyorquino sino también un estudio interpretativo sobre su obra. El traba­jo de Vasseur fue muy conocido en las primeras décadas del siglo XX, ya que tuvo que reimprimirse en varias ocasiones. En el prólogo a la sexta edición, de 1951, el uruguayo reconoce que tradujo a Whitman a través de las ediciones en italiano que adquirió en 1902 en la Librería Co­mini de Montevideo, y repasa asimismo los datos más o menos conocidos sobre las traducciones del genio estadounidense al francés en los últimos años del XIX y pri­meros del XX. Pero lo más interesante de las apreciaciones de Vasseur sobre Whit­man tiene que ver con la libertad de espíritu que sostuvo en toda su obra. El poeta escribía lo que quería y como quería, ajeno a tradiciones y retóricas. No era «satírico», ni «sarcástico», ni «epigramático» sino «simple, tolerante, cordial», sin «truculencias folletinescas», «patetismos melodramáticos», «rasgos grotescos», «inverosimilitudes y afectaciones de fantasía y de estilo», lo que lo convierte en «el americano de esas ge­neraciones y estados en formación» (Vasseur, 1951, 9). En definitiva, lo que destaca Vasseur es una amplitud espiritual y una independencia que son propias de su condi­ción humana y de su escritura literaria. Y esta versión whitmaniana, texto traducido e interpretación, es la que, según Alegría, influirá en los escritores latinoamericanos de las tres o cuatro primeras décadas del siglo XX, como Leopoldo Lugones, José San­tos Chocano, Porfirio Barba Jacob, Pablo Neruda, Pablo de Rokha o Gabriela Mistral (Alegría, 1954, 349). Para Fernando Alegría, Whitman es uno de esos poetas «que se conservan libres en América» (1954, 11) y que, por tanto, puede constituirse como un modelo para los intereses tanto sociales y políticos como estéticos y literarios de los intelectuales y escritores latinoamericanos. Después de Vasseur, cuya traducción fue publicada en España, el poeta peninsular León Felipe dio a las prensas su versión castellana del «Canto a mí mismo» en 1941 en Losada; en 1945 y 1946 Concha Zardoya hizo lo propio con Hojas de hierba para la Editorial Aguilar y ese último año Miguel R. Mendoza publicó una antología de la poesía de Whitman en la Secretaría de Educación Pública de México. Más traduccio­nes y ediciones en español continuaron sucediéndose en 1949, 1950, seis veces más en esa década, y cuatro a finales de los sesenta (Fernández, 1981), una de las cuales fue la de Borges en Juárez Editor, de Buenos Aires, en 1969. El argentino, en su exégesis, con­vierte en colectivo uno de los logros de Whitman, aunque de modo distinto al punto de vista de Alegría. Para Borges, el genio no es simplemente un ejemplo o un espejo en el que mirarse por su capacidad de decir lo que quiere y como quiere, sino el hom­bre corriente que se pone en el lugar de todos los hombres corrientes, el símbolo de la democracia, ya que ha escrito no la epopeya americana sino la epopeya universal, precisamente por esa conjunción de tema y forma, de intereses y sencillez para comu­nicarlos (Borges, 2007, 191). En el inicio de este culto whitmaniano en los siglos XIX y XX hay que situar a José Martí. Para el cubano, Whitman es muchas cosas: una vocación democrática, la justificación de las políticas antimperialistas, la armonía del hombre con la natu­raleza y con el cosmos asociada a un cierto panteísmo, el carácter profético y sacer­dotal del «veedor», el hombre de evidentes y asentados principios y valores éticos, y la encarnación del auténtico poeta moderno (Díaz, 2007, 78). Ahora bien, por encima de todo ello, el icono de Candem simboliza la libertad, el hombre satisfecho de sí mismo que se canta, que hace y dice lo que quiere y como quiere, y suscita en los lectores los mismos aires de libertad. A la vez, es el paradigma de la sencillez, la desnudez y la vida esencial del hombre natural, «que remiten al individuo origi­nario e invocan a un ser capaz de entender e interpretar la armonía y la belleza del mundo» (Díaz, 2007, 80). En efecto, pensar, decir y actuar en libertad es lo mejor valorado por Martí, quien está pensando a la vez en la necesidad que Cuba tiene de verse por fin libre y en el apremio para encontrar formas libres de pensamiento. No en vano, los Versos libres martianos fueron escritos, con esa doble intención, en los años inmediatamente anteriores a la publicación de sus ideas sobre Whitman. Asegura Martí que «hay que estudiarlo, porque si no es el poeta de mejor gusto, es el más intrépido abarcador y desembarazado de su tiempo», pues vive en aquel lu­gar «donde el hombre natural labra al Sol que lo curte, junto a sus caballos plácidos, la tierra libre» y porque, en definitiva «la vida libre y decorosa del hombre en un continente nuevo ha creado una filosofía sana y robusta que está saliendo al mun­do en epodos atléticos», argumentación que concluye en una reivindicación de una adecuada forma de escribir, pues unas realidades nuevas deben concebir moldes nuevos: «A la mayor suma de hombres libres y trabajadores que vio jamás la Tie­rra, corresponde una poesía de conjunto y de fe, tranquilizadora y solemne, que se levanta como el Sol del mar, incendiando las nubes; bordeando de fuego las crestas de las olas» (Martí, 1975, 132-133). Hay un párrafo del artículo de Martí que condensa todas las líneas que parten del centro raigal, de la idea de que la libertad es lo básico y alrededor de ella se construyen las formas de vida, de pensamiento y de expresión. En ella se concentran las corres­pondencias universales, la armonía que gravita en torno a la naturaleza y los estados de paz, estabilidad y goce de uno mismo que permiten la expresión moderna: La libertad debe ser, fuera de otras razones, bendecida, porque su goce inspira al hombre moderno —privado a su aparición de la calma, estímulo y poesía de la existencia—, aquella paz suprema y bienestar religioso que produce el orden del mundo en los que viven en él con la arrogancia y serenidad de su albedrío. Ved sobre los montes, poetas que regáis con lágrimas pueriles los al­tares desiertos. Creíais la religión perdida, porque estaba mudando de forma sobre vuestras cabezas. Levantaos, porque vosotros sois los sacerdotes. La li­bertad es la religión definitiva. Y la poesía de la libertad el culto nuevo (Martí, 1975, 135). Precisamente, gracias a que la libertad es una fuente de posibilidades, el poeta, sacerdote y profeta, puede anunciar ese culto nuevo, y debe ser estimulado para completar esa in­dispensable función. Una nueva humanidad, por tanto, está a punto de poblar el mundo, y para que ella se constituya es necesario que el artista desarrolle su discurso con nuevas expresiones, que son fruto del ejercicio libre y feliz de su pericia literaria ya que, como concluye el cubano en su reflexión sobre Whitman, «Cada estado social trae su expresión a la literatura, de tal modo, que por las diversas fases de ella pudiera contarse la histo­ria de los pueblos» (Martí, 1975, 134). Es oportuno pensar, entonces, que el artículo de Martí sobre Whitman, cuyas ideas fueron refrendadas sintéticamente por Rubén Darío en el poema que le dedicó en Azul…, marcó una pauta para la interpretación que se dio en todo el mundo hispánico del personaje y de su obra en las traducciones y los ensayos críticos de las décadas siguientes, y que esa huella no fue solo informativa, ya que las pro­puestas de los modernistas y de los vanguardistas del periodo de entreguerras tomaron como paradigma de la creación artística la ley de la libertad absoluta. La fortuna del poeta en el ámbito europeo no hispano y no anglosajón fue similar. En 1887 tuvo lugar la primera traducción europea, al italiano, de Leaves of Grass, a cargo de Luigi Gamberale, y dos años más tarde vio la luz el segundo volumen de la traducción al italiano del mismo autor, que se completó a comienzos del siglo XX con más traduc­ciones hasta 1907. Las pautas que marcó Gamberale sirvieron no solo a los italianos: el mismo Vasseur conoció alguna de aquellas versiones, que utilizó para su traducción de 1912. En Italia, la obra de Gamberale fue la que definió la huella de Whitman al menos hasta que en 1950 Giachino realizara su propia versión de Foglie d’erba. Para el conoci­miento general del neoyorquino en Italia en el siglo XX hay que hacer también referencia al estudio crítico de Pasquale Jannaccone La poesía di Walt Whitman e l’evoluzione delle forme ritmiche, de 1898, que no contenía traducciones pero sí detalles muy significativos de las estructuras y los procedimientos creativos de Whitman. El primer traductor a la lengua alemana, Freiligrath, publicó un ensayo de inter­pretación y diez poemas a finales de los años sesenta del siglo XIX. Veinte años más tarde, en 1889, se realizó la primera traducción completa de Leaves of Grass, titulada Grashalme, y tres años después, Johannes Schalf dedicó un ensayo al poeta, comen­zando una corriente de culto que continuó en las primeras décadas del siglo XX e in­sistiendo en una propuesta que ya Martí anunció: el arribo de un nuevo humanismo o una nueva humanidad basada en algunos de los conceptos whitmanianos de libertad, vida natural y alejamiento de los peligros de la modernidad industrializada. El propio Schalf se atrevió con la traducción de varios poemas representativos del americano, en 1907, y tradujo asimismo la biografía escrita por Henry Bryan Binns. Fue también muy difundida la versión de los poemas del americano que llevó a cabo Gustav Lan­dauer, el anarquista, escritor, traductor y filósofo judeoalemán, y que no se publicó hasta 1922, tres años después de su arresto, tortura y asesinato. En Francia, Jules Laforgue tradujo algunos de sus poemas ya en los años ochenta del siglo XIX, pero no publicó su versión completa de Leaves of Grass porque falleció de tuberculosis en 1887. El trabajo de Laforgue no vio la luz hasta 1918, y en la edi­ción se añadieron traducciones de Larbaud, Gide y otros escritores franceses. Pero ya en 1909 León Bazalgette había publicado las Feuilles d’herbe en Mercure de France, París, texto que influyó en Vasseur, como lo había hecho el italiano Gamberale, para la primera versión en español del vecino de Candem. Bazalgette tuvo un gran prota­gonismo en la difusión de Whitman, ya que en 1908 se adelantó a su traducción con una biografía sobre el poeta, y en 1921, cuando todavía permanecía el impacto de la edición de Laforgue, concluyó su homenaje al poeta con un largo ensayo sobre su obra, Le Poème-Évangile de Walt Whitman (Kaiser, 2017, 87). Si nos asomamos al Este de Europa, ningún poeta americano del siglo XIX ha tenido una repercusión similar a la de Whitman. En Rusia hubo ya una reseña de la tercera edición de Leaves of Grass, en 1860, y una traducción de un ensayo sobre él, de 1882. El último año del siglo Bogoraz tradujo un poema del americano, a pesar de que todavía en esas fechas era peligroso exponer en Rusia las ideas de libertad que procla­maban las Hojas de hierba. Todo ello vino precedido por algunos juicios muy positivos sobre su obra que fueron colándose en el mapa cultural ruso desde la muerte del vate en 1892. Sin embargo, la selección de poemas traducida por Konstantin Balmont en 1905 fue confiscada por el gobierno y muchas copias fueron destruidas, mientras que algunos de sus seguidores, como Kornei Chukovsky, fueron juzgados o arrestados des­de ese momento hasta 1911. En ese mismo año, la traducción de Chukovsky, cuya pri­mera edición databa de 1907, fue destruida por orden de un juez. Pero ya desde 1913 comenzó a haber exposiciones públicas de su obra y conferencias sobre Whitman, y el eco de su obra en futuristas como Khlebnikov o Mayakovsky se hizo cada vez mayor. En Polonia, las primeras discusiones sobre su poesía datan de 1887, pero la difusión de su lírica no se llevó a cabo hasta después de la Primera Guerra Mundial, a través de los poetas del grupo vanguardista Skamander, sobre todo tras la publicación del manifiesto de Julian Tuwim sobre Whitman y la traducción de varios poemas en 1921 por Stanislaw Vincenz, continuada por una nueva traducción en 1934 por Napieralski. En Croacia las primeras muestras traducidas fueron de 1900, 1909 y 1912, y se extendieron hasta 1919 gracias a la labor de escritores como Borivoj Jevtic, Ljubo Wiesner e Ivo Andric. En Ser­bia hubo dos primeras traducciones en 1912 y 1920, y en 1925 un ensayo en el que se mezclaba la crítica con la admiración. En 1918, en la revista Književni Jug, apareció tam­bién alguna traducción de poemas del americano (Pajovic, 2013). En este ámbito resulta destacable la huella del americano en movimientos checos de corte modernista o de vanguardia. Ya Josef Václav Sládek anotaba en 1876 la recep­ción ambigua de Whitman en su tierra, de admiración a veces y otras de desprecio, mientras que los checos lo aclamaban por derribar los moldes tradicionales al escribir y actuar con absoluta libertad. Y en 1889, el poeta Jaroslav Vrchlický escribía un sone­to, similar en tiempo y forma al de Darío, en el que el propio Whitman respondía a la voz poética que valoraba por encima de todo la «libertad siempre y en todas partes» (en el original «Volnost vždy a všade!») (Vrchlický, 1891, 107). Vrchlický incorporó asimismo, en 1895, catorce poemas de Whitman, traducidos al checo, en su libro Z cizích Parnassu (De Parnasos extranjeros), y en 1906 publicaría Walt Whitman: Stébla trávy (Walt Whitman: Hojas de la hierba), mientras que en 1901 Emanuel z Lešehradu sacaría a la luz una serie de poemas bajo el título Walt Whitman Výbor z básní (Walt Whitman. Selección de poemas), seguidos en 1909 por Básník zítrku: Walt Whitman (Un poeta del mañana: Walt Whitman). A partir de ahí varias traducciones se sucedie­ron, sembrando la poesía checa de registros whitmanianos. Fue quizá Karásek el autor checo del cambio de siglo que mejor leyó la obra de Whitman y, del mismo modo que Martí, señaló múltiples matices, que confluían final­mente en la exaltación de la libertad. En 1894 fundó con Arnošt Procházka la revista Moderní revue que durante treinta años simbolizaría «lo nuevo». Destacaba Karásek (1927a, 88) la originalidad y la novedad del americano, centrada en cuatro conceptos: caos, vida, panteísmo y democracia. Hablaba el checo de un aparente caos a través del cual puede descubrirse un ritmo que no es de palabras sino de ideas, que emanan de forma natural de un «alma sincera, profunda e independiente» (Karásek, 1927a, 88).1* Este trabajo ha sido financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, Proyecto «Creatividad y adaptabilidad como condiciones del éxito de Europa en un mundo interrelacionado» (Reg. Nº CZ.02.1.01/0.0/0.0/16_019/0000734). Martí lo había explicado de otro modo: «Él crea su gramática y su lógica» (Martí, 1975, 132), y genera un ritmo «en medio del caos aparente de frases superpuestas y convul­sas» (Martí, 1975, 140). Eso no quiere decir que no se cuide la forma, sino más bien al contrario, porque Whitman introduce entre sus más específicas novedades la libertad para elegir las pa­labras que más le convengan, aunque la tradición literaria convencional no las consi­dere como «poéticas», palabras banales, cotidianas, «feas», pero que son igualmente objeto de la poesía, en la que cabe tanto «la atrevida construcción de un puente fe­rroviario, como el arco gótico de un templo» (Karásek, 1927a, 91). Hay una relación directa entre la manera de concebir la vida y la de la poesía o el arte, porque ambas realidades están conectadas. El arte –continúa Karásek– debe ensanchar sus proce­dimientos para responder a todas y cada una de las posibilidades de vivir o sentir la existencia, solo así se halla lo que está «debajo de la superficie», el «ritmo interior» que habita sobre los contornos y que solo el poeta es capaz de ver, descifrar y expresar. Y de esa forma comprende Karásek el panteísmo, la democracia ligada a él en un amplio sentido de lo humano, la unidad del universo y las correspondencias baudelarianas en Whitman, como antes lo había hecho Martí en su artículo de 1887, cuando decía que «todo está en todo, y lo uno explica lo otro» y que «en su persona se contiene todo: todo él está en todo; donde uno se degrada, él se degrada», «nada le es extraño, y lo toma en cuenta todo», los animales, la naturaleza y los hombres (Martí, 1975, 136). Esa libertad de espíritu y de forma, abiertos a lo nuevo, junto con la concepción unitaria e integradora de individuos y conjunto, fue descrita por ambos con imágenes similares: Martí hablaba de las «vallas rotas» en el prólogo al Poema del Niágara de Pérez Bonal­de, y Karásek de los «diques derribados» (Karásek, 1906, 33), haciendo referencia a las nuevas formas de expresión que la época de «reenquiciamiento y remolde» (Martí, 1975) estaba acuñando. De acuerdo con el planteamiento de Rancière sobre la transición desde una poé­tica restringida a otra generalizada en el entorno de la modernidad artística, hasta la mitad del siglo XIX imperaban criterios aristotélicos por los que la inventio (elección del tema) primaba sobre la dispositio (organización de las partes) y la elocutio (orna­mentación conveniente del discurso), siendo esta última la que servía como apoyo y complemento a las otras dos. En las últimas décadas del siglo XIX se produce una al­teración de ese orden que llegará a ser absoluta y radicalmente inversa en las vanguar­dias del periodo de entreguerras. La elocutio, entonces, toma el lugar de la inventio, y la gobierna, de tal modo que la «parte material» del lenguaje, es decir, los términos utilizados y su disposición en el discurso, con su capacidad sensorial y estética, se eri­ge como superior, ordenadora y administradora, de modo que la primacía de la «fic­ción» es sustituida por la del lenguaje, y el «decoro» aristotélico, que es la adecuación de la forma al asunto elegido, es relevado por «la indiferencia del estilo con respecto al tema representado» (Rancière, 2009, 39). El arte entendido como expresión, aunque no puede desprenderse de la realidad, tiene entonces la capacidad de influir sobre ella e incluso sobrepasarla. Para Martí el artista ve más que el hombre corriente y es capaz de expresar aquello que observa, pero Darío va un poco más allá y proclama que el poeta debe «hacer rosas artificiales que huelan a primavera» (Darío en Castro, 1934, 50), algo muy similar a lo que escribió Karásek: «El artista debe ofrecer más que la realidad. […] Sus flores tienen que oler con más deseo que las flores cogidas por una mano, que por la noche se marchitan. […] El artista debe hallar debajo de la superficie, debajo de lo exterior el ritmo interior» (Karásek, 1927b, 7). El paso siguiente lo dieron los escritores de vanguardia, completando el giro que colocó a la elocutio en el lugar de la inventio. El gesto de libertad absoluta que los mo­dernistas de Europa y América vieron en Whitman se manifestó en todas las facetas humanas, pero sobre todo en la posibilidad del lenguaje para ocupar el lugar de la realidad. De ahí que los escritores de entreguerras apostaran mayoritariamente por la concepción del arte como algo autónomo, capaz de crear sus propias realidades gracias al poder de la palabra. En América Latina, la expresión máxima de esa tendencia fue Altazor, de Vicente Huidobro, que partía del espíritu anunciado en «Arte poética», de 1916, deudor de los textos anteriores sobre las flores, la poesía y la realidad, y que pro­ponía: «Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas! / Hacedla florecer en el poema» (Huidobro, 2011, 13). En Altazor, obra comenzada en 1919 y publicada como texto completo por primera vez en 1931, Huidobro menciona a Whitman en el prólogo, cuando el prota­gonista diserta sobre sí mismo mientras cae con el paracaídas a sus espaldas y lo obser­va todo desde la altura: «Aquel que todo lo ha visto, que conoce todos los secretos sin ser Walt Whitman, pues jamás he tenido una barba blanca como las bellas enfermeras y los arroyos helados» (Huidobro, 1931, 13). La influencia de Whitman en Huidobro es muy clara y así ha sido reconocida en numerosas ocasiones (Morales, 1999). Ya en su libro Adán, de 1916, el chileno exaltaba la libertad y la capacidad para ver las cosas como nuevas de ese primer hombre que, mientras da nombre a las cosas, ellas van llenando el mundo. La palabra creadora, en ocasiones, tiene ecos evidentes del «Canto a mí mismo», como en el poema «Adán frente al mar», en el que se instau­ra una conversación grata con los elementos naturales, con los que la voz poética se identifica, en una suerte de armonía y plenitud casi panteístas (Morales, 1999, 182). Lo que llama la atención es que, en Huidobro, la conexión con la actitud libre del es­tadounidense no tiene que ver con los temas de su poesía, ni con aspectos políticos, sociales, ideológicos o filosóficos. El recurso a Whitman está directamente relaciona­do con el lenguaje y su capacidad para crear mundos nuevos. De hecho, Altazor será, finalmente, el mismo lenguaje, porque la capacidad creativa descansa absolutamente en el universo de la expresión. Por eso, en el final de la obra, la fonación se vuelve da­daísta. La elocutio ha invadido de tal forma el territorio de la inventio, que se ha con­vertido en una realidad autónoma, y no necesita de la ficción para actuar, para crear, para existir. Es evidente que las vanguardias europeas que nacieron antes que el creacionismo de Huidobro albergaban presupuestos similares, y ellas se convirtieron en inspiración para el chileno desde antes de sus viajes por Europa. Huidobro pasó los últimos mo­mentos de la Guerra Mundial en París, y en 1918 viajó a España. En Francia, donde re­sidió varios años del periodo de entreguerras, se relacionó con los principales artistas de la vanguardia europea, como Pierre Reverdy, Guillaume Apollinaire, Louis Aragón, André Breton, Jean Cocteau, Max Jacob, Tristan Tzara, Amedeo Modigliani, Pablo Pi­casso, Juan Gris, Jacques Lipchitz, Francis Picabia, Joan Miró, Max Ernst, Paul Éluard, Blaise Cendrars, etc. Es la época en la que escribe Altazor y, por tanto, maneja con co­modidad los presupuestos de esa estética que fundamenta en el lenguaje creativo la defensa de la libertad absoluta del artista para crear. Si en el inicio de algunas de las vanguardias europeas más relevantes permanece, como hemos visto, la huella de Whitman, ocurre algo parecido con otras más periféri­cas. En el contexto checo, y siguiendo la línea de innovación y libertad trazada por Ka­rásek y los poetas de la Moderní revue, surge en el periodo de entreguerras el poetismo, o poetismus, término acuñado por primera vez en la revista Disk en 1923. Aunque el movimiento nace en el seno de la poesía proletaria del grupo literario Devetsil, «por su concepto del lenguaje poético se opone claramente a él y construye su propio y original sistema dentro de las vanguardias europeas» (Colakovová, 1999, 49). Lo más caracterís­tico de poetismus es la integración del arte y la vida, una forma de contemplar el mundo para que este se convierta en un poema (Nezval, 1928, 549), y también la apuesta por el arte puro, autónomo, que no sirva vicariamente a la política, la religión o la moral, y que se oriente hacia una libertad total de la elocutio frente al corsé de la inventio, mediante el uso de imágenes atrevidas, surgidas fuera de la lógica, de lo racional: De forma lógica el vaso le corresponde a la mesa, la estrella al cielo o la puerta a la escalera. Por ese motivo ni los vemos. Fue necesario poner la estrella so­bre la mesa, el vaso cerca del piano y los ángeles, la puerta al lado del océano. Se trataba de revelar la realidad, dotarla de la forma resplandeciente como el primer día (Nezval, 1928, 550-551). En el proceso creativo, se subraya el papel de la corriente asociativa de imágenes libres, como «chispas que saltan de una estrella a otra» (Nezval, 1989, 181), el subconsciente, la importancia de los sentidos, así como el vínculo estrecho de la poesía con las artes plásticas; lo gráfico se integra en el texto, siguiendo el modelo de Apollinaire. La pala­bra clave es juego; como si el poeta estuviera sorprendido por todo lo que ve, como si lo estuviera viendo con la fascinación de un niño. El carácter juguetón es considerado una condición inmanente, primigenia del espíritu creador del hombre y, por consiguiente, debe integrarse en la función imaginativa del nuevo lenguaje poético. Este principio lú­dico simboliza la libertad total de las imágenes poéticas; el poeta tiene el poder de poner nombres nuevos a las cosas, de cambiar el significado tradicional de los signos (Colako­vová, 1999, 53). Un ejemplo relativamente paralelo a Altazor, en clave poetista, podría ser Pantomima (1924) de Vítezslav Nezval, concebido como un manifiesto poético del movimiento. Se compone de varias secciones líricas, un texto programático («Papoušek na motocyklu» / «Papagayo en una moto»), una pieza teatral, un guion para una película muda, otros textos de la más diversa índole acompañados de citas de Jean Cocteau, Tris­tan Tzara, Guillaume Apollinaire, Charles Baudelaire y otros, fotos de payasos, cuadros o publicidad, y una parte poemática, Abeceda donde, a diferencia de los textos del mismo tema de Rimbaud, Marinetti o Chlebnikov, existe menos interés en el nivel fonético de las letras, y más en la forma gráfica que pretende llegar a la síntesis de las artes plásticas y la literatura. La base de todo el entramado poético descansa en la idea de creación en libertad gracias al poder de la palabra. Un camino que comenzó en Whitman y en los poetas franceses de la mitad del XIX, que tuvo en modernistas americanos y europeos su primera constatación estética y vital, y que culminó con la absoluta primacía de la elo­cutio sobre la inventio en los vanguardistas de entreguerras en el espacio transatlántico. Obras citadas Alegría, F., Walt Whitman en Hispanoamérica, México 1954. Borges, J. L., Obras completas, vol. 4, Buenos Aires 2007. Castro Silva, R., Obras desconocidas de Rubén Darío escritas en Chile y no recopiladas en ninguno de sus libros, Santiago de Chile 1934. Colakovová, Ž., Básnický jazyk poetismu, Ceská literatura 47/1, 1999, pp. 49-62. Díaz Ruiz, I., La modernidad en José Martí. (Una lectura de «El poeta Walt Whit­man»), Anuario del Colegio de Estudios Americanos 2, 2007, pp. 75-82. Fernández, P., La acogida de la obra poética de Walt Whitman en el mundo de habla hispana: las traducciones, ES 11, 1981, pp. 285-299. 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Ejem­plos de ello son las obras de Martí, Karásek, Huidobro o Nezval. Whitman pri Joséju Martíju in Jiríju Karásku: ameriški in evropski modernizmi in njihov vpliv na avantgarde v casu od prve do druge svetovne vojne Kljucne besede: Walt Whitman, José Martí, Jirí Karásek, Vicente Huidobro, Vítezslav Nezval, modernizem, avantgarda, transatlantske študije Whitmanov vpliv na književnost na obeh straneh Atlantika se je okrepil v zadnjih de­setletjih 19. in prvih desetletjih 20. stoletja. Obdobje med vojnama je bilo še posebej plodno, zaznamovali so ga številni prevodi, kritiške študije njegovega dela, biografije in konkretni vplivi pri sodobnih pesnikih. Njegov najpomembnejši prispevek je bil povezan s svobodo, tako na tematski kot formalni ravni. Primeri teh vplivov so Mar­tíjeva, Karáskova, Huidobrova in Nezvalova dela. Whitman in José Martí and Jirí Karásek: American and European modernisms, and their mark on the interwar avant-gardes Keywords: Walt Whitman, José Martí, Jirí Karásek, Vicente Huidobro, Vítezslav Nez­val, Modernism, Avant-garde, Transatlantic Studies Whitman’s influence on later literature, on both sides of the Atlantic, grew in the last decades of the nineteenth and early twentieth centuries. The interwar period was es­pecially important, with a large number of translations, critical studies of his work, biographies and discernible influences in contemporary poets. Whitman’s main con­tribution was associated freedom, both on a thematic and formal level. Examples of his influence can be seen in the works of Martí, Karásek, Huidobro or Nezval. O avtorjih Ángel Esteban je redni profesor hispanoameriške književnosti na Univerzi v Granadi, kjer koordinira magistrski program Latinskoameriške študije, in gostujoci profesor na univerzah Delaware (od 2003), Montclair State (od 2009 do 2013) in Brown (2019). Je vodja raziskovalne skupine »Hybris: Literatura y Cultura Latinoamericanas« na Uni­verzi v Granadi. Objavil je vec kot 60 knjig – esejev, antologij, izdaj klasikov in zbirk – in okoli 200 clankov v specializiranih revijah. Dora Poláková je študirala španski jezik in književnost na Filozofski fakulteti Karlove univerze v Pragi in leta 2007 doktorirala z disertacijo o romanu Gonzala Torrenta Bal­lesterja La saga/fuga de J. B. Poleg tega je diplomirala iz mednarodnih odnosov na Fa­kulteti za družbene vede na isti univerzi. Od leta 2011 je profesorica hispanoameriške književnosti na Inštitutu za romanske študije na Karlovi univerzi. Proucuje predvsem hispanoameriški modernizem in zvrsti kratke proze. Od leta 2015 je predstojnica Sek­cije za hispanistiko. About the authors Ángel Esteban is Professor of Latin American Literature at the University of Granada, where he coordinates the Master‘s in Latin American Studies, and is or has also been visiting professor at the universities of Delaware (since 2003), Montclair State (from 2009 to 2013) and Brown (2019). He is director of the University of Granada Research Group “Hybris: Latin American Literature and Culture”. He has published more than 60 books including essays, anthologies, editions of classics and anthologies, and al­most 200 scholarly articles and book chapters. Dora Poláková studied Hispanic Philology at the Faculty of Letters at Carolina Uni­versity in Prague, where she finished in 2007 her Ph. D. thesis on Gonzalo Torrente Ballester’s novel La saga / fuga de J. B. She completed her undergraduate studies in International Relations at the Faculty of Social Sciences at the same university. Since 2011 she has been a professor of Latin American literature at the Institute of Romance Studies (Carolina University and has been head of the Hispanic studies) since 2015. Her research focuses mainly on Latin American modernism and the short story. 1 La traducción de todos los textos de Karásek y de otros escritores checos citados en este artículo ha sido realizada por Dora Poláková especialmente para este trabajo, tomando como base los originales en checo. DOI:10.4312/ars.15.2.5-10 DOI:10.4312/ars.15.2.11-29 DOI:10.4312/ars.15.2.31-47 DOI:10.4312/ars.15.2.49-72 DOI:10.4312/ars.15.2.73-87 DOI:10.4312/ars.15.2.89-107 DOI:10.4312/ars.15.2.109-137 DOI:10.4312/ars.15.2.139-158 DOI:10.4312/ars.15.2.159-177 DOI:10.4312/ars.15.2.179-200 DOI:10.4312/ars.15.2.201-219 DOI:10.4312/ars.15.2.223-234 DOI:10.4312/ars.15.2.235-247 DOI:10.4312/ars.15.2.249-261 DOI:10.4312/ars.15.2.263-274