VERBA HISPANICA XXVI • MARÍA PILAR SANCHIS CERDÁN 129 María Pilar Sanchis Cerdán DOI: 10.4312/vh.26.1.129-149 UNED (Doctoranda)/Universidad de Trieste Estudio sobre el uso del marcador discursivo para empezar: identificación de valores Palabras clave: pragmática, marcador discursivo, para empezar , intensificación, ordenador del discurso 1 Introducción Los hablantes poseen un mecanismo cognitivo que les permite producir e interpretar infinidad de construcciones lingüísticas. Anscombre y Ducrot (1983) señalan, además, que al comunicar transmitimos siempre información con el objetivo de conducir al interlocutor a una determinada conclusión; es decir, existe siempre de alguna manera argumentación en nuestro discurso. A este respecto, hay diversos factores extralingüísticos que intervienen en la comunicación, especialmente en lo que concierne a las relaciones entre los interlocutores, y a sus intenciones y propósitos de habla (que condicionan el uso que los hablantes hacen de los elementos lingüísticos); todos ellos entran dentro del ámbito de la pragmática como ciencia que estudia las circunstancias que concurren en la comunicación. Es por ello que consideramos esencial que se emplee este enfoque en análisis como el que nos ocupa. En este sentido, nuestro trabajo pretende ser un estudio preliminar sobre el uso de la fórmula para empezar como partícula cuyo significado afecta a la enunciación y no solo al contenido proposicional, con el fin de identificar sus valores en contextos reales y poder realizar así, con base en los resultados obtenidos, una futura investigación más rigurosa que nos lleve a establecer un marco teórico basado precisamente en el empleo efectivo de la partícula. Aunque la nomenclatura para referirse a estas partículas difiere según los au - tores ( operadores discursivos , Casado, 1993; enlaces extraoracionales , Gili y Gaya, Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 129 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • PRAGMÁTICA INTERCULTURAL, SOCIAL Y COGNITIVA 130 1943, Fuentes Rodríguez, 2009; conectores extraoracionales , Alcina y Blecua, 1975; ordenadores del discurso , Kovacci, 1992; conectores pragmáticos , Briz, 1993, 1994 y 1998; partículas discursivas , Briz et al , 2008; etc.), hemos optado por uti - lizar principalmente la que utilizan Martín Zorraquino y Portolés (1999), por ser, a nuestro juicio, la que más se adecúa a su naturaleza. En el caso que nos ocupa, como sintagma con función sintáctica externa a la predicación, para empezar no aparece a menudo en las clasificaciones de los marcadores discursivos y, cuando lo hace, los autores (entre otros Portolés, 1998; Calsamiglia y Tusón, 2002; Garcés, 2008; Fuentes Rodríguez, 2009;) sue - len definirlo como un marcador ordenador (u organizador) de la enunciación de apertura/inicio —para algunos forma parte incluso de la nómina de los enumeradores (de manera similar a primero o en primer lugar)—. Pocos 1 pa- recen concederle modalidad epistémica 2 . Sin embargo, aunque es claramente un sintagma con evidente contenido «organizativo», presumimos que la au - tonomía sintáctica que posee en algunos contextos está relacionada con otras funciones que van más allá de la mera numeración. Se intentará comprobar en este ejercicio. 2 Metodología A pesar de estar compuestas por categorías gramaticales existentes, partículas como para empezar no se corresponden con ninguna de las categorías estableci - das, ya que, como explica Briz (1993, 1994 y 2005), su función va más allá de la disciplina gramatical. En efecto, el motivo de utilizar un enfoque pragmático para nuestro estudio se debe al hecho de que los marcadores discursivos pueden explicarse solo desde el significado, la función y el uso, ya que la sintaxis no basta para explicar su presencia; la forma es, en realidad, solo el vehículo a tra - vés del cual se manifiesta el pensamiento del hablante (Cuenca y Hilferty, 1999: 30). Consideramos, por ello, que los fenómenos de lengua deben analizarse en contextos de comunicación, dado que las estructuras aisladas no pueden dar cuenta eficaz de los valores que adquieren en aquellos ni de la participación en el discurso de otros mecanismos que le ayudan a funcionar. Esto hace que sea necesario estudiar un corpus real que aporte información sobre estos aspectos. Para ello, recurriremos a la base de datos del Corpus del español: género/his - tórico (Davies, 2002), formado por más de 100 millones de palabras de 20  000 1 Veáse Para empezar en X. A. Padilla en Briz et al , 2008. 2 Prescindiremos, por ahora, de las descripciones proporcionadas al respecto en los manuales para evitar incurrir en «petición de principio». Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 130 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • MARÍA PILAR SANCHIS CERDÁN 131 discursos desde el siglo XIII al siglo XX, con muestras de géneros de textos orales, ficción, prensa y académicos. Hemos optado por este corpus —y no por otros como los de la Real Academia Española — por su interfaz clara y de fá - cil acceso, y por su mayor practicidad a la hora de realizar la búsqueda, pues permite acotarla introduciendo varias palabras a la vez y signos de puntuación («para empezar ,» o «para empezar 3 .», en este caso). Además, junto al resultado, proporciona el tipo de texto y el origen (p. ej. «Habla culta: México», «Entre - vista (ABC)», «España Oral»; «Epistolario»; «US: Herald», etc.), útiles para identificar el registro y comprobar si este puede aportar soluciones diferentes 4 . En este ejercicio, al ser nuestro objetivo descubrir qué valores efectivos posee este marcador discursivo (en adelante, MD, también para el plural), prestare - mos especial atención a las muestras orales, pues se sabe que el lenguaje oral está caracterizado por una mayor espontaneidad e improvisación. El estudio del MD para empezar como fenómeno pragmático exige, pues, un análisis inductivo a partir de muestras reales de lengua. Puesto que nuestro trabajo pretende suponer un acercamiento inicial al estudio de esta partícu - la, analizaremos solo los datos que nos proporciona el corpus señalado 5 ; en este sentido, partiendo de presupuestos generativistas 6 , opinamos que cual - quier producción lingüística supone ya un aporte eficaz. Nuestra intención será, pues, analizar en orden de aparición cada uno de los ejemplos 7 obtenidos a través de la base de datos 8 , por considerar que cualquier producción (des - de el momento que lo es) en la que aparezca esta partícula constituye una muestra representativa de la gramática. Evidentemente, por cuestiones de es - pacio, incluiremos en este trabajo algunos de ellos a modo ilustrativo. Para esta elección nos basaremos esencialmente en las particularidades interesantes que presenten algunos de los ejemplos analizados. 3 La base requiere que se inserte un espacio antes del signo de puntuación. 4 No se harán consideraciones diatópicas, dado que no es el propósito de este trabajo, puesto que para obtener resultados fiables se requiere un estudio más extenso. 5 En el mismo sitio web encontramos también la opción de consultar la base de datos Corpus del español: web/dialectos, que contiene alrededor de 2000 millones de palabras. Sin embargo, resulta menos práctico para nuestro estudio al requerir de mayor tiempo para el análisis, puesto que remite a las páginas web donde se encuentran los ejemplos, mientras que la base consultada da acceso directo al contexto en el que aparece el marcador y facilita el tipo de texto de manera inmediata. 6 Según los postulados de N. Chomsky (1957). 7 Los ejemplos son fieles transcripciones de las muestras originales extraídas del corpus (ello implica que puedan aparecer erratas). 8 Por supuesto, se excluirán aquellos ejemplos en los que la construcción para empezar no funcione como elemento discursivo. Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 131 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • PRAGMÁTICA INTERCULTURAL, SOCIAL Y COGNITIVA 132 3 Análisis del corpus Para analizar la construcción para empezar , realizamos, por tanto, la búsque - da en la base de datos introduciendo (,) y (.) tras el sintagma, con el fin de restringir los resultados y facilitar el reconocimiento de este como partícula discursiva. En el primer caso obtenemos una frecuencia de 62; en el segundo aparecen 19 resultados. De estos ejemplos, serán pertinentes 9 57 y 9, respecti - vamente. Por otra parte, en cuanto a la puntuación, hemos realizado un rápido rastreo sin comas y se ha observado que, aunque existe todavía duda sobre el empleo de la coma delante, como MD no suele aparecer sin coma detrás. En cambio, la búsqueda con punto final («para empezar.») devuelve 9 ejemplos de MD, en los cuales para empezar aparece siempre con coma delante, excepto en un caso quizá todavía en proceso de pragmatización 10 (en términos de Ri - druejo, 2002), lo que podría demostrar una mayor conciencia de su uso en esta posición como partícula discursiva. En un primer análisis general, apreciamos que esta fórmula aparece con gran frecuencia en un nivel culto: se recoge en el corpus como «habla culta» de di - ferentes países en 13 ejemplos, lo que supone un 23  % de casos. En los restantes (77 %) se observa lo siguiente: aparece en «España oral» en 5 casos (9  %), la ma - yoría con registro culto; y lo mismo ocurre con las entrevistas (2 casos); en el corpus escrito (el 65  %) también aparecen registros literarios en epistolarios (2 casos), prensa (19), novelas (7), ensayos (2) y otros estudios (7). A este respec - to, es interesante señalar que en las novelas todos los ejemplos de para empezar inician oración tras punto. Y lo mismo ocurre en prensa, excepto por 2 casos (o sea, en 17 casos, el 73  %). Sin embargo, en el lenguaje oral (que se suele caracterizar por una mayor expresividad) aparece a menudo con otros MD (en 6 ejemplos de 20, es decir, en un 30  % total): Y, Bueno , Pues , Primero , Eh… En términos generales, en cuanto al orden de aparición en el enunciado, inicia oración inmediatamente en 26 casos (46  %); aparece después de algún otro MD en 8 casos (14  %); y después de un sintagma inicial (nominal) en 6 casos (10,5 %), por lo que podemos deducir que suele ocupar posiciones iniciales en la oración en la mayoría de situaciones (70,5  %). En posición final aparece en 3 casos (5  %) —la búsqueda con punto final («para empezar») devolvía, como se dijo, 9 ejemplos de MD —. 9 Los ejemplos restantes no son pertinentes por ejercer funciones sintácticas dentro del enunciado (básicamente, como complemento circunstancial de finalidad). 10 El ejemplo se estudiará más abajo: «[…] no está escrito en las estrellas que una empresa gestionada públicamente tenga que - que funcionar peor que una empresa gestionada (privadamente). Eso para empezar .» Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 132 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • MARÍA PILAR SANCHIS CERDÁN 133 Tabla 1: Posiciones iniciales Tabla 2: Posición en el enunciado Por otra parte, cabe apuntar que aparece en casos en los que resulta difícil dictaminar que sea efectivamente un MD. Esto podría estar demostrando que para empezar sigue siendo una construcción en vías de pragmatización —lo que explicaría, además, por qué esta partícula discursiva aparece en ocasiones sin signos de puntuación 11 , especialmente, en posición anterior, como sucede en los ejemplos (9), (10) o (15)–. Observemos el siguiente ejemplo: 11 En otros casos, la aparición de coma tras la construcción puede llevar a interpretar erróneamente para empezar como MD: «Abajo volvieron a aplaudir: era un aplauso confiado, exigente. Público para su libro. Unos mil. No se distinguía muy bien. Los reflectores barrían la pista. Dos mil. Para empezar, no estaba nada mal». 46 14 10,5 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 Posición Inicial Tras MD Tras sintagma 70,5 29 5 0 10 20 30 40 50 60 70 80 Posiciones Iniciales Intermedias Finales Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 133 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • PRAGMÁTICA INTERCULTURAL, SOCIAL Y COGNITIVA 134 (1) […] no está escrito en las estrellas que una empresa gestionada públi - camente tenga que - que funcionar peor que una empresa gestionada (privadament). Eso para empezar . (España oral) Como vemos, este enunciado podría encontrar equivalencia en una única proposición que finalizara con el mismo sintagma para empezar empleado con función discursiva: […] tenga que - que funcionar peor que una empresa ges - tionada (privadament), para empezar . Y lo mismo sucedería en (2): (2) Y yo creo vinculando..., directamente al alumno con el... con la rea - lidad y con las mayorías nacionales, la realidad de las mayorías na - cionales; que no es nada graciosa, entonces puede llegarse a un... en - tendí... entendimiento espiritual entre ellos ¿no? Eso para empezar , y después en un futuro yo creo que se debe... de soci[a]lizar la carrera de abogado. (Habla culta de Lima) Esto ilustraría el procedimiento por el cual un sintagma preposicional con valor final (en este caso) y con mera función proposicional acabaría convir - tiéndose en un operador de la enunciación. Es por ello que existen casos en los que resulta difícil dictaminar si es o no un MD y de qué tipo: (3) Podemos poner más cosas encima de la mesa, como usted sabe muy bien, aunque también es justo reconocer que, de momento, en esto hemos puesto un mercado de cuarenta millones […] de españoles a trece mil dólares a renta per cápita, lo cual, para empezar , no está nada mal, sobre todo para algunos que les va bastante bien en ese mercado. (España oral) En este contexto, a primera vista, podría alegarse que la interpretación de la fórmula para empezar puede resultar, efectivamente, ambigua. Es decir: podría interpretarse como un sintagma con pleno contenido semántico que funciona como complemento circunstancial de finalidad (con el siguiente significado: ‘se ha empezado poniendo un mercado de cuarenta millones de españoles a trece mil dólares a renta per cápita’), y que escrito entre comas adquiere én - fasis; o como un sintagma que está sufriendo una alteración en su contenido semántico, a saber, se está «pragmatizando», para convertirse en un MD que señala en el discurso que esa primera información que se proporciona («es justo reconocer que, de momento, en esto hemos puesto un mercado de cua - renta millones […] de españoles a trece mil dólares a renta per cápita»), «no está nada mal» —no obstante, en la mayoría de los casos, es el co(n)texto el que aclara esta duda —. La fórmula para empezar sufriría, pues, una transformación Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 134 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • MARÍA PILAR SANCHIS CERDÁN 135 debido a la evolución de su significado: de lo temporal, ‘lo que se hace al prin - cipio’, a lo nocional, ‘la primera cosa, la más importante’. Lo vemos también en este otro ejemplo, en el cual, ante la falta de mayor contexto y la ausencia del interlocutor, resulta complejo discernir entre una función u otra: (4) Afortunadamente, yo estoy en un despacho que hay asuntos para to - dos, pero yo entiendo que... que para uno que empieza ahora, en este momento, en la profesión libre, es durísimo. […]. Conseguir un... un buen despacho, para empezar , y, si no, abrir tu despacho por ti mismo, los gastos son... cuantiosísimos, y después, el conseguir clientes es difícil; (Habla culta de Gran Canarias) Por otro lado, como indicábamos en la introducción de este trabajo, para em - pezar se suele definir como un ordenador del discurso, e incluso, en ocasiones, como un enumerador. Equivaldría, así pues, a marcadores como en primer lugar . Pero, como se ha podido observar hasta aquí, si bien esto puede ser verdad en algunos ejemplos, lo cierto es que el empleo de este MD conlleva otros valores que vienen adquiridos en el contexto de uso, gracias también a elementos que actúan en la construcción de esos significados. Es más, si para empezar es efec - tivamente un ordenador, fácilmente lo hallaremos con otros ordenadores (se - guidores o finalizadores del discurso como para continuar , para finalizar , además , por otro lado …); sin embargo, los resultados analizados raramente dan muestra de ello, frente a lo que sí sucede con otros como en primer lugar , en segundo , por un lado, por otro , etc. Por ejemplo, al rastrear en el corpus en primer lugar (que aparece en 633 casos, un 1000  % más de veces; lo que podría demostrar también ese proceso de pragmatización aún no consolidado en el caso de para empezar ) y analizar los primeros 20 ejemplos, observamos que en el 60  % de los casos apa - recen inmediatamente otros MD o estructuras que indican la continuidad del discurso: Pero hay más: , en cuanto a , además , e incluso , ¿Y para el final? , En segundo lugar, El segundo , Una segunda característica , después . Y al rastrear por un lado (que aparece en 364 casos, un 500  % más) esto sucede en un 80  % de los casos: En un segundo tiempo , Y después , También, Pero por otra parte , La otra cara , por otro , y, por otro , pero, y por el otro , por otro lado , y después por otro lado , y, por otro lado . 12 Volviendo al MD para empezar , esto sucede solo en el 10  % de los casos: en uno de ellos (5) se utiliza la partícula Primero , pero señalando la introducción de un nuevo contenido; en los otros se emplea después (2 y 6), entonces (7), por otra parte (8), e incluso aparece un ejemplo de correlación con para acabar (9): 12 Se observa, además, que los elementos correlativos no siempre son requeridos; son más frecuentes en el caso de por un lado; por otra parte, hay que decir que se ha observado que cuanto más formal es el registro más recurrente parece ser el correlativo. Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 135 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • PRAGMÁTICA INTERCULTURAL, SOCIAL Y COGNITIVA 136 (5) Primero, para empezar , vamos a encontrar... que el programa... tiene... diez... objetivos, o diez temas... Primero ... vamos a hacer lo siguiente: del uno al seis, que comprende una parte de teoría, esta parte de teo - ría es la explicación, la evolución, de diferentes tipos de letras... […]. (Habla culta de Caracas) (6) Entonces para nosotros actualmente aquí es sumamente difícil en - contrar, para empezar , los dispositivos o sea... y después ha empezado a subir, porque solamente se hace clientela particular y el costo ha subido […]. (Habla culta La Paz) (7) Los ángeles se ponen furiosos si no se sienten satisfechos después del intercambio de fluidos con un mortal. […] Por lo que si éste es el caso, la venganza celestial es implacable. Para empezar , te hacen dormir profundamente; cuando despiertas, tienes un indecible dolor en las gónadas y crees que todo fue un sueño y que sólo podrás coger así en el cielo, cuando hayas muerto. Entonces puedes pasarte la vida buscando una mujer que se parezca al ángel, porque crees que la vi - sión del sueño fue un mensaje divino. (De Fornicare Angelorum, G. Vega Zaragoza) (8) Sin embargo, el país entero entró en estado de shock ante la dimen - sión de los indicios que juegan en contra del Presidente. Para em - pezar , los récords oficiales de entrada indican que por la época en que debió tener lugar el romance, Monica Lewinsky solía llegar a la Casa Blanca después de las 12 de la noche […]. Por otra parte , la señora Tripp sostuvo que Monica le dejó oír varias cintas en las que aparecían mensajes dejados por el Presidente en su contestador […]. (Prensa colombiana) (9) En buen hora que se conserven el de Paris y Menelao para empezar , el de Héctor y Aquiles para acabar, y a lo sumo el que cuesta el pellejo al afeminado Patroclo, como nudo épico. (Epistolario, A. Ganivet) En el penúltimo ejemplo, es interesante que se combine con por otra parte , lo cual señala que para empezar podría funcionar como sinónimo de por una parte . En cambio, el hecho de que se opte por el primero está relacionado con el de - seo de transmitir, más allá de la mera enumeración en el discurso, gradación. Aparecen, no obstante, otros dos ejemplos en los que podría interpretarse que hay una enumeración en el texto, aunque el discurso no esté ordenado de ma - nera explícita: Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 136 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • MARÍA PILAR SANCHIS CERDÁN 137 (10) Inf. -...y Chile, que es un país tan pobre, donde faltan tantas cosas , todavía, que hacer, me parece inconcebible que se estén saturando... La televisión para empezar , que es lo que más se ve en... - digamos - la juventud más ve, porque está en la casa […]. Enc. - Sí. Inf. -..entonces, me parece que es como mucho que haya tanta película donde se ve chascones y chasconas drogadas […]. (Habla culta de Santiago) (11) Enc. - Muy bien. ¿Cuál de estas figuras emplearía usted para pasar vacaciones? Inf. - Bueno, para empezar , específicamente, el bote. Enc. - Estamos hablando de sus vacaciones, ¿verdad? Inf. - Sí. Enc. - Yo creo que no emplearía usted una cigüeña. Inf. - No, naturalmente, pero el bote por ejemplo para pasear por el río sí, o en la playa. (Ha - bla culta de La Habana) En (10) la televisión sería una de las tantas cosas que faltan; en (11), el pri - mer elemento sería «el bote», pero podrían seguir otros como, por ejemplo, la cigüeña. En cualquier caso, la ordenación del discurso de manera explícita sucede realmente en un 10  % de los casos, lo que podría ser índice de que para empezar , si bien puede constituir un ordenador (para indicar ‘inicio’ en la argumentación), raramente es enumerativo. De hecho, en (5) aparece tras un MD que sí es claramente enumerativo, primero ; por lo que si, en un prin - cipio, estos dos enlaces podían considerarse sinónimos, esto podría demostrar en realidad la ausencia de ese valor en para empezar 13 . Como explica Poblete (1997: 72), «Para empezar , marca el inicio de la parte informativa del texto, […] la argumentación […]. Este inicio es tiempo discursivo diferente al tiempo real que se indica con primero, después, y ahora ». En efecto, una vez identificado como MD, no siempre resulta claro el valor con el que para empezar se usa: (12) Pero sigamos encontrando divisores, efectuamos las divisiones y co - locamos el resultado en forma de un producto. Vamos a verlo con un ejemplo. Con el número setecientos cincuenta y seis. Para empezar , vemos que es un número par - y todos los números pares son múlti - plos de dos - así que ya podemos dividir setecientos cincuenta y seis entre dos […] (España oral) 13 Podría objetarse, no obstante, que, aunque son sinónimos, su aparición conjunta se emplea como recurso intensificador; y, efectivamente, así lo consideramos, pues, como se verá enseguida, la amalgama de estos elementos se emplea también con este propósito. Pese a ello, opinamos que en este contexto habría intensificación del discurso, pero no sinonimia: es decir, primero sería enumerativo del discurso; mientras que para empezar , en este caso, estaría todavía a medio camino entre el sintagma preposicional temporal y el MD nocional. Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 137 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • PRAGMÁTICA INTERCULTURAL, SOCIAL Y COGNITIVA 138 Aquí parece claro por el contexto que nos encontramos ante un marcador or - denador del discurso que nada tiene que ver con la opinión del hablante. Y lo mismo sucede en (13): (13) En la opacidad de esa nebulosa sobresalen dos nombres propios, am - bos de militares: el del general Charles Wilhelm, jefe del Comando Sur del Ejército norteamericano para América Latina y el Caribe, y el del general Barry McCaffrey, ‘zar antidroga’ de la administración Clinton. Cito, para empezar , el título del artículo: «Ayuda a Bogotá: ¿para combatir drogas, o rebeldes?». (Prensa colombiana) Sin embargo, observemos las siguientes muestras: (14) Los datos más recientes de que se dispone respecto al número de hablantes de la lengua española proceden de dos fuentes: el citado «Estudio Preliminar» […] de la Universidad de Alcalá de Henares […], y en los proporcionados en octubre de 1993 por la Universidad de Washington […]. Para empezar , los números no coinciden La Uni - versidad norteamericana cifra en cerca de 400 millones la población mundial de hispanohablantes. Sin embargo, en el «Estudio Preli - minar» del Instituto Cervantes éstos se reducen a 338 millones […]. (Prensa española) (15) Entonces usted me ha hablado del pensamiento. Sí, de lo abstrac/ - de lo abstracto, por decirlo así, o sea, cómo esta máquina es capaz de Bueno para – bueno para empezar , nada hay más abstracto y más metafísico - metafísico, usted está diciendo la palabra «metafísico», en - en griego «meta ta física» quiere decir lo que no - lo que está Más allá. - más allá de lo que se ve y no se toca. (España oral) En estos casos el MD, ¿es ordenador de la enunciación o es una partícula mo - dal empleada para expresar la actitud del interlocutor? Podría compartir per - fectamente ambos valores. El siguiente ejemplo plantea el mismo interrogante: (16) ¿Vales tanto sacrificio? Para empezar , ¿es cierto que eres uno de los camellos del niñato? —es cierto, capitán —la temblorosa voz de Rob Mullins se oyó a mis espaldas. —¿Dónde está su mercancía? —no... aún no la hemos registrado, capitán. El capitán gruñó. (Kensington Gardens, X. B. Fernández) Para empezar podría representar aquí tanto el inicio de una serie de preguntas como un recurso modal para resaltar la actitud del personaje de forma que se manifieste su incredulidad. Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 138 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • MARÍA PILAR SANCHIS CERDÁN 139 (17) 1. - No me gusta el mundo que me rodea. Y desde luego no es fá - cil cambiarlo sólo con la intención. Para empezar , pediría un poco más de amabilidad, intentar hacer la vida más fácil a los demás. 2. - Domina el desencanto, aquellos que piensan que todo está mal y que no hay nada que hacer. Dejamos que nos influya demasiado la política. (Prensa española) En esta muestra de habla recogida en una entrevista, el interlocutor pide «un poco más de amabilidad». Es lo primero que se pide, pero la petición de su discurso acaba aquí, por lo que utiliza el MD para empezar (y no otros como, por ejemplo, primero ) con la intención de destacar la importancia de lo que está pidiendo: el contenido temporal (‘lo primero que se debe hacer’) se proyecta al mundo real, en el que «la amabilidad» debería ser la ‘prioridad’. (18) Yo no concibo un castigo tan duro para esos niños, no podría casti - gar así a unos niños de once años, creo que vería la forma de castigar a la sociedad que ha formado a estos pequeños monstruos. ¿Cómo? Pues para empezar , limitando esa difusión de la violencia que ha - cemos con tanto gusto en la televisión, tanto en películas como en seriales. Pero de verdad, no a medias. Porque, esté segura que el que unos niños de once años sean capaces hoy de asesinar a un niño de dos y que no haya pasado nunca esto antes indica que estamos en un camino muy peligroso. (Prensa española) Algo parecido sucede en esta otra muestra (aunque el discurso pueda quedar abierto a otras soluciones), donde el interlocutor pide «límites a la difusión de la violencia». El MD supone una gradación en el discurso aseverativo del hablante para reforzarlo. De hecho, es la única respuesta a la pregunta ¿Cómo? Obsérvese la gravedad de la situación: Para empezar equivale aquí a ‘es primordial’ («es primordial que se limite la difusión de la violencia»); emplea, así mismo, otra partícula discursiva, Pues , con esa intención; e insis - te en su argumentación, además, con la frase Pero de verdad, no a medias . Este ejemplo presenta, por tanto, clara muestra de la intervención de diferentes elementos en la transmisión de sentido: en este caso, como mecanismos de intensificación (y subraya la necesidad, mencionada, de analizar los fenóme - nos lingüísticos en contexto). Esto mismo sucede en el ejemplo (19), donde el interlocutor refuerza el valor de verdad de lo dicho y pretende que sea compartido con sus oyentes mediante fíjate para empezar : Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 139 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • PRAGMÁTICA INTERCULTURAL, SOCIAL Y COGNITIVA 140 (19) Enc. - Ya, ¿Qué vas a proponer tú en tu tesis? Inf. - Yo, propongo en - tre otras cosas fíjate para empezar , yo propongo una reforma en la... en la enseñanza del derecho. Yo quiero que el... la carrera de abogado se vincule más... No se vea así en, la a... en la abo... no haya ya abogados codiyeros ¿no? porque hay gente que cree que el buen abogado es el que... sabe manejar los códigos, las leyes ¿no? (Habla culta de Lima) En efecto, el empleo de más de uno de estos elementos suele actuar, como bien señala Albelda (2005: 42), como un recurso que va más allá de la mera ornamentación o embellecimiento del lenguaje, pues lo que se pretende, en realidad, es destacar «las figuras de los participantes de la enunciación y/o sus intenciones de habla». De hecho, la aglutinación de para empezar con otros MD (de diversa índole) aparece en los resultados con una frecuencia del 14  % (especialmente en el caso de muestras orales); prueba de ello son también los ejemplos (5), (11), (15) o (18). Hay que considerar que, aunque los MD per - miten, en efecto, establecer relaciones entre las partes del texto favoreciendo la cohesión, esta no es su finalidad, sino más bien un resultado; es por ello, que encontramos a veces acumulación de partículas discursivas, pues la necesidad principal es que las inferencias obtenidas por el hablante sean las oportunas, y esto (al contrario que en la cohesión) puede requerir de varios MD (Portolés, 1998: 31). (20) ...y un administrativo ante... ante... en la oficina en que son todos iguales, y aún más, lo que alegan de que el administrativo tiene mil li - mitaciones pa’ llegar a la oficina: una persona que, para empezar , tiene menos... menos entradas, una renta mucho menor, entonces tiene que depender de la locomoción, depender de... mientras que el profesio - nal... muchos tienen locomoción propia. (Habla culta de Santiago) Este ejemplo ilustra bien cuanto se ha expuesto hasta aquí: claramente el ha - blante no utiliza el MD en este caso para ordenar su discurso, sino que lo em - plea para expresar su actitud, intensificando su evaluación sobre lo dicho («el administrativo que tiene menos entradas»). La colocación de la estructura tras una persona que, (y no tras la oficina:), podría actuar en ese sentido (ejemplos similares son (4), (10) o (24)). (21) Desgraciadamente, en la época que yo estudié, a mí me gustaba mu - cho el teatro, desde pequeña; pero yo recuerdo haber expresado yo mi deseo de... de seguir en el... de hacer teatro. Para empezar , mi papá casi se murió: encontraba que ya era el... el escándalo más Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 140 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • MARÍA PILAR SANCHIS CERDÁN 141 grande que a mí se me ocurriría... que se me ocurriera a mí dedi - carme al teatro. Yo recuerdo que estaba en la Universidad y... me hicieron un reportaje, por ahí me encontré con unos periodistas; era muy viva yo, empezaron a conversar conmigo y yo les decía que yo quería ser una... una María Guerrero, una cosa así, […]. (Habla culta de Santiago) Contrariamente, en este caso, Para empezar , parece situarse al comienzo de la oración al ser el principal problema (de nuevo, el significado espacial ‘primera posición: el primero de todos los problemas’ conduce al nocional ‘principal problema’). No obstante, al igual que en el ejemplo anterior consideramos que no existe ordenación en el discurso del interlocutor, sino que se emplea el MD (así como el adverbio Desgraciadamente ) como medio para intensificar el grado de verdad de la proposición que introduce y exaltar el carácter infortunado del contenido de la enunciación. Lo mismo ocurre en (22) y en (23): (22) […] cuando el último de los invitados ya se había ido, mencionó esa conversación y le dijo a Joaquín que el callampero estaba mucho mejor que él. Para empezar , no le debía un cinco a nadie. «No creo que nadie», dijo la señora Inés. «Voy a echarlo a patadas de ahí», dijo Joaquín tambaleándose. (La mujer imaginaria, J. Edwards) Mediante para empezar el interlocutor dota de énfasis su discurso; evalúa re - forzando (también con el intensificador coloquial un cinco, ‘nada’) el compro - miso con su verdad (que el callampero estaba mejor que él porque «no le debía un cinco a nadie»). (23) Y si los niños han estado y siguen estando mal alimentados en Colombia es porque el país ha sido mal manejado por quienes lo han manejado: para empezar , sus numerosos presidentes. ¿Pastrana, Serpa? Da igual. No creo que el hecho de que el uno o el otro vaya a ceñir la banda presidencial tenga el menor efecto benéfico sobre la alimentación de los niños pobres de Colombia. (Prensa colombiana) El empleo de (:) ante el MD para introducir un único sintagma nominal, sus numerosos presidentes , potencia la fuerza del enunciado. Es evidente el valor de para empezar como partícula epistémica en este ejemplo, construido gracias a los signos de puntuación y en relación a otras formas de refuerzo dadas en el contexto, como la interrogación en ¿Pastrana, Serpa? , la concisión de Da igual, la negación en el verbo de opinión, etc. Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 141 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • PRAGMÁTICA INTERCULTURAL, SOCIAL Y COGNITIVA 142 (24) Una buena parte de ese efecto se debe a que el fútbol es un deporte de hombres, para hombres. Si fuera un deporte de mujeres, para mu - jeres, para empezar , probablemente no habría un campeonato mun - dial, ni las casas comerciales se tomarían la molestia de rifar boletos aéreos. ¿Por qué? Pues porque a nadie le interesaría mayor cosa ver a un grupito de señoritas dándose patadas sobre una gramilla. (Prensa guatemalteca) De igual manera sucede en este ejemplo, donde la modalidad de la enuncia - ción (en este caso para mostrar indignación por la falta de consideración hacia el papel de la mujer en el ámbito deportivo) se construye en relación al MD intercalado sintácticamente en la proposición y tras el sustantivo mujeres . (25) Enc. - ¿Cómo ve la situación, el panorama poético español en la ac - tualidad?, Inf. - A mí me parece que está bien. No sé si extraordina - rio, o si, en fin, es mejor que en otros tiempos, porque, para empezar , creo que nos falta, generalmente, honradamente entendido, perspec - tiva. Examinar el presente, pues, yo no sé si a base de lo que ustedes puedan tener de conocimientos más profesorales, más así a nivel de encuesta, como ahora se está haciendo, de tomar el pulso, en general, se podría llegar a saber algo. (Habla culta de Sevilla) Aquí el problema principal (principal para el hablante) que se plantea es que «falta perspectiva»; nuevamente el MD es usado para manifestar la opinión del interlocutor y reforzar el compromiso con esta, aunque en este caso, como se ve, atenuándolo con los elementos generalmente, honradamente entendido, se - guramente por tratarse de un contexto formal. 14 Esto mismo sucede en (26): (26) Acabamos de ver cómo esos 200 millones, salvo que para buques nada más, sin cañones ni pertrechos, y sólo para empezar , han sido votados a cargo del país por poderes ilegítimos, pero a los cuales no diré que el país se somete, sino que deja hacer. (Maestro, escuela y patria: (no - tas pedagógicas), J. Costa) Se intensifica la verdad de lo dicho mediante y sólo para empezar , si bien se consigue atenuar la actitud con la oración adversativa. A este respecto, señalaremos, por último, que se observa en los registros más cultos un mayor uso del MD en posición inicial: 14 Recordemos que, precisamente por casos como este, es necesario estudiar los fenómenos lingüísticos en contexto, ya que, de lo contrario, careceríamos de este tipo de información, relevante para evaluar las muestras. Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 142 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • MARÍA PILAR SANCHIS CERDÁN 143 (27) Sin embargo, todos los esfuerzos de salvación deben tomar en cuenta varios factores. Para empezar , el Prado necesitará más dinero para el personal, espacio y dotación, si se quiere modernizarlo y llevar a la realidad su potencial. Es lógico que esos fondos procedan del Estado. (Prensa española) Por otra parte, en estos registros (quizás por ser menos expresivos) resulta quizás más difícil interpretar qué uso aplica el interlocutor. En (27) puede que «la necesidad de dinero» sea el primer aspecto de una serie que el hablante va a enumerar; pero existe también la posibilidad de que sea el único, si bien el más importante, y se pretenda mediante el MD otorgarle valor por encima del resto del discurso. O, incluso, puede que la misma partícula adquiera gracias al contexto ambos valores: el intensificador y el enumerador. En cuanto a su uso en posiciones intermedias, como se vio en (20) o (24), parece incidir en los elementos lingüísticos que van inmediatamente antes de este o después, aumentándose, así, el compromiso con lo dicho: (28) José Quiñón, el abogado defensor de Hernández, dijo: «Nos decep - ciona que se le hallara culpable de complicidad posterior. Al absol - verlo del cargo más serio se reconoce la realidad de que, para empezar , lo acusaron de demasiadas cosas». (Prensa estadounidense) Ese refuerzo de la verdad de lo dicho mediante el MD se observa, especial - mente, en posición final: (29) Si los franceses quieren defender su cine, que hagan buenas pelícu - las, para empezar . Marcel Carné o, en otro registro, Edith Piaf, no necesitaban leyes para ser conocidos en el mundo entero. (Prensa estadounidense) (30) Enc. - Roberto, ¿me cuentas de tu viaje a...? Inf.a. - ¿Mi primer viaje a Estados Unidos? Bueno, rodeado de cosas pintorescas, para empe - zar. Como tú sabes, yo no sabía prácticamente nada de inglés. (Habla culta de La Paz) (31) Pregunta: Ayer el PRD acusó directamente al Pri del asesinato del hijo de Zeferino Torreblanca, ¿hay alguna posición de ustedes sobre esto? Respuesta: No sé que haya sido asesinado el hijo de Zeferino Torreblanca, para empezar . Creo que ahí hay una equivocación. El día de hoy hay una amplia información sobre estos lamentables hechos en los medios impresos, (Entrevista) Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 143 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • PRAGMÁTICA INTERCULTURAL, SOCIAL Y COGNITIVA 144 En estos ejemplos el MD parece poseer un único, y evidente, valor epistémico que ayuda a manifestar la opinión del hablante: indignación y mofa (29), en - tretenimiento o diversión (30), duda o sarcasmo (31). 4 Conclusiones Pese a que el nuestro ha pretendido ser un estudio preliminar y no presenta - remos consideraciones categóricas, si quisiéramos establecer ahora una serie de conclusiones iniciales que podrán ayudarnos en el futuro a realizar estu - dios más sistemáticos en materia y a dilucidar cuestiones que presenten mayor complejidad. En primer lugar, el hecho de que para empezar sea, por un lado, un sintagma que pueda funcionar de manera autónoma con efecto externo a la predica - ción, o, por el contrario, como parte interna del enunciado; y, por otro, el que existan aún casos en los que una y otra función parezcan estar todavía muy próximas, podría ser uno de los motivos por los cuales sigue observándose duda sobre el empleo de la coma en posición anterior al MD para señalar su carácter extraoracional (sí aparece coma, es decir, pausa, en el discurso tras el MD). Esto, junto a la poca frecuencia de aparición con respecto a otros MD como en primer lugar , podría estar indicando que para empezar constituye toda - vía un sintagma en un proceso de pragmatización aún no consolidado, como se ha visto. No obstante, queda documentado que existe plena conciencia en el hablante de la posibilidad de usar esta estructura también como forma de expresar su actitud para señalar que en una escala de valores, lo que se dice está por encima de lo demás. Prueba de ello sería que en la mayoría de casos para empezar actúa en una escala modal; mientras que existen pocos casos en los que esta escala es únicamente numeral. Además, una evidencia de que este MD no suele constituir un enumerador, como sí ha sido definido, es el hecho de que aparezcan raramente junto a él otros elementos que organicen la información en ese sentido; en otras palabras, es difícil encontrar para acabar en la enuncia - ción cuando se ha empleado para empezar (en este trabajo solo se ha observado una vez), contrariamente a lo que sucede con en primer lugar/en último lugar o primero/segundo , etc. En segundo lugar, los extractos de textos estudiados muestran que es un MD que aparece, sobre todo, en contextos formales, con posición inicial; no obs - tante, en registros más informales, especialmente del discurso oral (proba - blemente por estar provisto de una mayor expresividad), lo encontramos en Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 144 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • MARÍA PILAR SANCHIS CERDÁN 145 otras posiciones, acompañado por otros elementos que contribuyen a expresar la actitud del hablante, y con muestras de acumulación de MD en ocasiones. Cabe añadir que es en los registros más coloquiales donde para empezar suele adquirir más fuerza como partícula epistémica, mientras que como mero or - ganizador del discurso lo encontramos solo en registros cultos. Esto probaría que cuanto más coloquial es el contexto, mayor proyección de valores modales encontramos. En este sentido, en cuanto al orden en la enunciación, parece haber una cierta conexión entre la posición sintáctica del MD y el registro, y el valor que este (también en colaboración con el contexto) posee: como orde - nador parece más frecuente en posición inicial, sobre todo en registros forma - les; mientras que en registros coloquiales parece adquirir mayor efecto modal (especialmente en posición final) y ser más común en lugares diferentes. En fin, en el Diccionario de partículas discursivas del español (Briz et alii, 2008: véase para empezar ), X. A. Padilla explicaba que el MD para empezar «[p]re- senta el miembro del discurso en el que aparece como el inicio de un asunto del que se va a tratar, organizando la información y haciendo destacar su importancia argumentativa en ese momento del discurso». A lo largo de este trabajo hemos podido comprobar que, efectivamente, la enunciación se ve reforzada allá donde aparece el MD para destacar la importancia de su con - tenido. Y podemos concluir diciendo que, junto a su valor de organizador de la predicación, en ocasiones también como enumerador, existe un valor epistémico más frecuente que es el que lo caracteriza verdaderamente en oposición a otros MD como, por ejemplo, en primer lugar ; pues, a diferencia de este, con aquel se intenta, más allá de «colocar» lo que se dice en primera posición, darle relevancia por encima del resto del discurso (el texto del in - terlocutor podría finalizar con la fórmula para empezar , ya que realmente no se estaría hablando del comienzo de algo, sino de su trascendencia). Consi - deramos, por tanto, que una definición de para empezar como MD no puede pasar por alto el hecho de que este constituye también herramienta comuni - cativa de valoración, focalización, expresividad, énfasis y puesta en relieve; que, a su vez, puede adquirir otros valores modales específicos (indignación, vehemencia, alegría, rotundidad, asertividad…) que vienen determinados por el contexto —que en los casos más expresivos parece ser determinante — y conseguidos con el apoyo de otros recursos como signos de puntuación, fórmulas concisas, negaciones, preguntas retóricas, adverbios, expresiones coloquiales, otros MD, etc. 15 15 Seguramente juegan también un papel primordial la gestualidad y la entonación (aspectos que no se han podido evaluar en este trabajo). Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 145 18.1.2019 9:51:25 VERBA HISPANICA XXVI • PRAGMÁTICA INTERCULTURAL, SOCIAL Y COGNITIVA 146 En definitiva, como se ha observado hasta aquí, parece claro ahora que para empezar como MD, más que indicar la progresión del discurso como mero es - tructurador de la enunciación, suele emplearse en la mayoría de ocasiones con modalidad epistémica. Esto es, expresa la actitud del hablante, reforzando la argumentación y llamando la atención del oyente sobre lo que dice y considera importante. Evidentemente, sus valores o matices se crean en el contexto, y pueden explicarse a partir del significado fundamental. En cualquier caso, y dado que son usos ya más frecuentes que el de base, consideramos que es ne - cesario completar la definición del MD para empezar en este aspecto, y, puesto que queda probada su función extraoracional, incluirlo en todos los reperto - rios que clasifican partículas del discurso. Bibliografía Albelda, M. 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Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 148 18.1.2019 9:51:26 VERBA HISPANICA XXVI • MARÍA PILAR SANCHIS CERDÁN 149 María Pilar Sanchis Cerdán Univerza v Trstu Študija rabe diskurzivnega označevalca para empezar: opredelitev njegovih vrednosti Ključne besede: pragmatika, diskurzivni označevalec, para empezar , poudarjanje, urejevalec diskurza Pričujoča študija se osredotoča na pragmatično analizo primerov rabe špan - skega diskurzivnega označevalca para empezar . Izhodišče so izbrani primeri iz korpusa Corpus del español , na podlagi katerih si prizadevamo znanstveno opre - deliti značilnosti diskurzivnega označevalca, kot so razvidne v posameznih kontekstih. Nameravamo namreč ugotoviti, ali se res najpogosteje uporablja kot urejevalec prvin izrekanja, ali pa gre, nasprotno, za označevalec, ki se pre - težno uporablja kot modalna struktura, ki odraža govorčev odnos do izreče - nega. V tem primeru skušamo opredeliti tudi vrednosti, ki jih lahko zavzame. Verba_hispanica_XXVI_FINAL.indd 149 18.1.2019 9:51:26