VERBA HISPANICA XXIV Anuario de la Sección de Estudios Hispánicos Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Ljubljana, Eslovenia Editado por / Založila: Editorial Cientí.ca de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Ljubljana / Znanstvena založba Filozofske fakultete Univerze v Ljubljani Para la editorial / Za založbo: Branka Kaleniæ Ramšak, decana de la Facultad de Filosofía y Letras / Branka Kaleniæ Ramšak, dekanja Filozofske fakultete Directoras / Glavni in odgovorni urednici: Branka Kaleniæ Ramšak, Jasmina Markiè Este número XXIV editado por / To številko XXIV uredili: Jasmina Markiè, Marija Uršula Geršak Consejo de redacción / Uredniški odbor: Ignac Fock, Barbara Pihler Cigliè, Maja Šabec, Andreja Trenc Consejo de redacción internacional / Mednarodni uredniški odbor: Clara Nunes Correia (Lisboa), Elena de Miguel (Madrid), Matías Escalera Cordero (Madrid), Humberto Hernández (La Laguna, Tenerife), Adriana Mancini (Buenos Aires), Giuliano Soria (Roma), Jasna Stojanoviæ (Beograd) Miembro de honor / Èastni èlan: Juan Octavio Prenz Secretaria de la redacción / Tajnica uredništva: Marjeta Prelesnik Drozg Concepto de diseno / Oblikovna zasnova: Lavoslava Benèiæ Composición / Postavitev: Aleš Cimpriè Tipografía / Tipografija: Espinosa Nova, Myriad Pro Revisión lingüística / Jezikovni pregled: Oliver Currie, Rok Janežiè Impreso por / Tisk: Birografika Bori d. o. o., Ljubljana Tirada / Naklada: Impresión bajo demanda / Tisk na zahtevo ISSN 0353-9660 Precio / Cena: 10 EUR Dirección / Naslov uredništva: Katedri za španski jezik in književnost Oddelek za romanske jezike in književnosti Filozofska fakulteta Univerze v Ljubljani Aškerèeva 2, SI–1000 Ljubljana, Slovenija Teléfono / Telefon: +386 1 241 1456 E-mail: verba.hispanica@ff.uni-lj.si http://revije.ff.uni-lj.si/VerbaHispanica Esta obra está bajo licencia de Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Inter­nacional./ To delo je ponujeno pod licenco Creative Commons Priznanje avtorstva-Deljenje pod enakimi pogoji 4.0 Mednarodna licenca Número patrocinado por el Departamento de Lenguas y Literaturas Romances, la Agencia de Investigación de la República de Eslovenia y la Embajada de Espana en Ljubljana. / Revija izhaja s finanèno podporo Oddelka za romanske jezike in književnosti, Javne agencije za raziskovalno dejavnost Republike Slovenije in Španskega veleposlaništva v Ljubljani. Sumario Feri Lainšèek Los intocables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5 LINGÜÍSTICA Carlos Folgar Comentários sobre política e língua(s) em Afonso X o Sábio . . . . . . . . . . . . . 17 David Heredero Zorzo Retórica contrastiva/intercultural: aplicaciones didácticas a partir del uso de marcadores discursivos en un ensayo por aprendientes eslovenos de ELE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 Uršula Kastelic Vukadinoviæ Las palabras culturales en las traducciones al esloveno de las obras de Juan Rulfo y Carlos Fuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Blažka Müller Pograjc Tipos de modalidade e valores de futuro em –r– em portugues europeu: a proposta de Campos (1998) e alguns exemplos ilustrativos do texto narrativo Memorial do Convento de José Saramago . . . . 71 Maša Musulin, Metka Bezlaj Percepción de las variedades del espanol por parte de los estudiantes de Lengua y Literaturas Hispánicas de la Universidad de Zagreb . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 Javier San Julián Solana Sobre la ambivalencia categorial de un montón y otros cuantificadores afines . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 Gemma Santiago Alonso El artículo en espanol: problemas de conceptualización y valores esenciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 Marjana Šifrar Kalan La universalidad de los prototipos semánticos en el léxico disponible de espanol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147 LITERATURA Majda Bojiæ Milton Hatoum, intertextualidade e memória da literatura . . . . . . . . . . . . . 169 Betina Campuzano Tatuajes en la memoria: autobiografía y violencia en el Perú reciente . . . . . . 185 Eugenia Ortiz Gambetta La leyenda aborigen en la lírica de Juan M. Gutiérrez y Adolfo Berro . . . . . . . 201 Felipe Oliver Alejandro Zambra. El cultivo del relato literario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217 Ana Cecilia Prenz Kopušar Monsenor Sabetay de Cansinos Asséns: una lectura . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231 Bojana Tomc Motivos clásicos en el teatro espanol de los Siglos de Oro . . . . . . . . . . . . . . . . 243 Alejandro Rodríguez Díaz del Real Metáfora orteguiana frente a símbolo zambraniano. Una divergencia. . . . . . . . . 261 RESENAS Ligia García Béjar María Luisa Pérez Bernardo (ed.) (2014): De siglo a siglo (1896-1901). Crónicas periodísticas de Emilia Pardo Bazán. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281 Barbara Pregelj Riita Oittinen, Blanca-Ana Roig Rechou (coords.) (2016): A Grey Background in Children‘s literature: Death, Shipwreck, War, and Disasters - Literatura infantil y juvenil con fondo gris: muerte, naufragios, guerras y desastres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283 Datos biográficos de los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 Feri Lainšèek Feri Lainšèek, escritor, poeta, dramático y escenógrafo, vive y trabaja en Murska Sobota. Es oriundo de la región de Prekmurje, en la parte este del país que colinda con Hungría, Austria y Croacia, uno de los lugares más peculiares y menos conocidos de Eslovenia. Esa llanura tan típica de la región (ravnica) ha marcado en gran medida su literatura, como puede apreciarse en la mayoría de sus novelas. Lainšèek es, sin duda, uno de los nombres más representativos de la literatura contemporánea eslovena: su bibliografía incluye más de cien títulos de los que veintidós son novelas, la mayoría traducidas también a otras lenguas extranjeras. Ha obtenido varios premios prestigiosos de literatura, en­tre otros el premio de Prešernov sklad (Fondo de Prešeren) para la novela Ki jo je megla prinesla (Que la trajo la niebla), dos veces el premio Kresnik para las novelas Namesto koga roža cveti (En lugar de quién florece la flor) y Muriša (Mu­risha) y el premio Veèernica para la colección de cuentos Mislice (Pensamien­tos). También escribe literatura infantil y juvenil. Algunas de sus novelas han servido de inspiración para varias películas, de las que cabe destacar Petelinji zajtrk (Desayuno de gallo) del director Marko Naberšnik del ano 2007 y la pe­lícula del mismo director del ano 2012 Šanghaj (Shanghái), basada en la novela Nedotakljivi (Los intocables) que se presenta en esta edición de Verba Hispanica. La novela cuenta la historia de cuatro generaciones de gitanos que a lo lar­go de su vida han sobrevivido al margen de la sociedad como afiladores de piedras, ladrones de caballos o contrabandistas. La introducción de la novela versa sobre un antiguo mito que nos revela el por qué del nomadismo de los gitanos, elemento motor de la obra que motiva el desarrollo del relato de las cuatro generaciones a lo largo de los dos últimos siglos. El protagonista, Lutvija Belmoldo aus Shangkai Gav, le va revelando al lector (y en su origen al autor de la novela) sus aventuras y desventuras. La novela transcurre en la Yugoslavia de Tito pero la temática que trata es de gran actualidad hoy en día. Feri Lainšèek se plantea la cuestión de la libertad, de las minorías y de todas aquellas personas de escasos recursos que eligen vivir una vida desde otros parámetros diferentes a los establecidos por la sociedad. Al final de la novela encontramos un pequeno glosario de palabras romaníes usadas por el autor cerrando así el vínculo con el lector. La historia de Los intocables es, al fin y al cabo, el deseo de comprensión exis­tencial del mundo romaní y su «pecado original». El texto que se presenta a continuación es un fragmento del primer capítulo de la novela Los intocables. Ana Fras Universidad de Ljubljana Feri Lainšèek1 Nedotakljivi Mit o ciganih (odlomki) RESNIÈNOST Moj ded Jorga Mirga Ime mi je Lutvija, pišem se Belmoldo Aus Shangkai Gav in zdaj že vem, da je moj priimek napaka. Profesionalec se je v resnici pisal Belmondo, aus ne po­meni grof, ampak je to po nemško iz, Shangkai Gav pa že dolgo ne obstaja veè, ker je propadel. Bog mi je torej prièa, da nisem storil prav, ko sem zavrgel ime oèetovo, saj Ujaš Mirga, ki morda res ni bil moj pravi dada, je bil vsaj dober tat. No, Bog tudi ve, da tega nisem napravil sam, ampak mi je držala sveèo bakst, ta norèava ciganska sreèa, zato vse krivde ne jemljem nase. Krivcev je namreè veè. Bilo bi, kot da bi se lotil preštevanja las, èe bi jih zdaj zaèel naštevati. Po-leg tega krivde nikoli ni mogoèe natanko izmeriti, saj se ne zadržuje v telesu, temveè v duši – z dušo pa tako vemo, kako je. Edini, ki je kdaj trdil, da ima tudi duša neko zemeljsko težo, je bil Šandor Czaba, svinjski trgovec iz Malega Panona, ki je k vagi zaklane svinje zmeraj prišteval, pa seveda tudi zaraèunaval, pet kilogramov »za izpušèeno dušo«. Toda pokojni Czaba, Bog mu vsaj male grehe odpusti, je bil mešetar, ki mu ni nikoli nihèe verjel, zato njegova beseda tu paè ne šteje. Kot zame sploh veè ne šteje niè, razen mogoèe te moje ciganske spovedi, ki sem jo tu, sredi odprte ravnice, v noèeh do jutra, ob živem ognju šepetal na uho Feriju Lainšèku, belemu gospodu z našim imenom Èukara. Njemu zato, ker mi ni nikdar želel biti tolažnik niti sodnik. Pa: ker je edini gadja, kar sem jih kdaj sreèal na svoji dolgi poti, ki pozna skrivnost, o kateri ne moreš izvedeti od ljudi. Ne da se je namreè izreèi z © Lainšèek, Feri (2007): Nedotakljivi. Mit o ciganih. Ljubljana: Mladinska knjiga, zbirka MITI. besedami. Nihèe je tako ne more izblebetati, prodati ali oznaniti, zato je tudi ni mogoèe kupiti ali ukrasti. Podarjeni so ti lahko samo ljudje, ki jo poznajo. In ti si podarjen njim, kakor je oèesu podarjen vid, ušesu sluh ali srcu ljubezen. Veè si torej tedaj drugemu, kot si lahko sam sebi – in tudi to je del skrivnosti, ki nam je ne more nihèe pojasniti, temveè se nam lahko razkrije edino sama. Ali pa se paè ne razkrije ... Ker je ne zmoremo uzreti, si jo prislužiti, ali pa, ker je paè ponavadi tako … A le kako naj bi to vedel jaz, navaden Cigan, saj niti ni moja skrb, kaj se na svetu godi z ljudmi, ki niso naši. Že tako je tudi med nami dovolj zalege, ki gomazi naokoli kot slepi èrvi, ne da bi vedela, odkod se jemlje, ali se vprašala, kam je namenjena. Zame, vidiš, pa je bilo to prvo vprašanje, ki se ga sploh spominjam, in bo, zelo verjetno, tudi zadnje. Ne vem sicer, koliko sem tedaj že imel let, ker mi jih ni nihèe štel, tudi ne vem, kje je bilo to, ker tisti pusti kraj verjetno ni imel niti imena, še danes pa èutim, kako se mi je tedaj to zataknilo. Ta veèna pot. Saj smo že ves èas na poti, me je kar spreletelo, nihèe pa mi ni nikdar povedal, ali odhajamo ali se vraèamo, in prav vsi so se vedli, kot da jih to sploh ne zanima. A stale so križem hiše, ki jih niti krdelo konj ne bi premaknilo, kadilo se je z ognjišè, ki so bila zidana, za plotovi so bevskali psi, ki so jih preže èuvali, ljudje pa so se vsega tega opri­jemali kakor klopi. Navzeli so se bili že zdavnaj zduha svojih dvorišè, ženske so verjetno dišale po rožah z opletenih gredic, moški po žganju iz prezrelih sliv, otroci pa po mleku domaèih krav. Mi pa smo zmeraj samo mimo šli – tuji, neljubi, opsovani – niti malo vznemirjeni, niti ne preveè žalostni, vèasih le boleèe utrujeni. Kot bi nam bila pot v resnici dom. A bila je paè vse kaj drugega. Zato sem se moral èez èas vprašati: »Od kod smo pa mi prišli?« Namreè da se je mojemu dedu, ki je bil vse do smrti sveto preprièan, da smo prišli iz Amerike, zblodilo od hudega in nemoèi. Bil je eden redkih romuns­kih kalderašev, ki je med drugo vojno ubežal deportacijam v ukrajinske la­gerje. Rešiti mu je uspelo le prvorojenega sina Ujaša, ki je bil takrat star osem let. Tako rekoè že na polovici življenja je ostal brez družine in vsega, a tudi ko je potem zaèel od zaèetka, se mu ni ravno posreèilo. Bil je namreè prepièan, da so mu zdaj lahko vsi Cigani družina in za to je na koncu plaèal. Krožil je z otrokom na hrbtu z ubežnimi koritarji po madžarskih pustah, vse dokler niso tam zavladali komunisti, ki Ciganov sicer niso utapljali in sežigali, so se pa zatrdno odloèili, da bodo tudi iz njih napravili delovne ljudi. A kaj bi si bili lahko sploh izmislili bolj nezdravega za telo, ki ga vsa èloveška preteklost ni mogla k nièemur prikleniti, in pa seveda za njegovo ptièjo dušo, ki si je še sam ni mogel nikoli privezati, temveè se je kveèjemu poganjal za njo in ji sledil, koder sicer ne bi šel niti pohotnež za ljubico. Zato pa je šel moj goli in bosi ded Jorga, dojenèek pri štiridesetih, še kar naprej na zahod in se je zaèel potem motati po Titovi Jugoslaviji. Tam se sicer takrat še ni vedelo, kaj in kako bo, se je pa tistim z bolj pasjim nosom že zdelo, da se splaèa ustaviti. Tito je bil paè lep kot poštni golob. Ljubil je težke prstane in bele èevlje, to pa je bilo dobro znamenje. Bil je eden tistih, ki dajo za muziko, pa èetudi je potem ne poslušajo, obenem pa je bilo v njem nekaj našega. Èutili smo to, kot pri mešancu še v tretjem ko­lenu prepoznaš izdajalsko gubo ali profil. Morda edini smo razumeli, da je postal veliki vodja delavcev samo zato, ker se mu ni ljubilo delati. Videli smo tudi slabo prikrito zavist v Causescujevih oèeh, saj, èeprav sta oba govorila o enakosti, si je edino Tito lahko pred svojimi prižigal havanke in se sonèil na Brionih, ne da bi mu to zamerili. Pa tudi svet ga je bogme da spoštoval, saj se je slikal s Sofijo Loren. Škoda samo, da si ni dal nikoli napraviti zlatega zoba. Bil bi to najlepši zlati zob na zemlji, o tem sem preprièan. Po njegovi smrti bi ga lahko prodali na dražbi za veliko veèji denar, kot ga je bila kdaj vredna kaka cesarska krona in država bi si bila opomogla. A zdaj je, kakor je. Tito paè ni bil dolžan poskrbeti še za to, kako bo po njegovi smrti, saj konec koncev ni bil nikakršen rezervni Kristus, temveè komunist. Ti pa ne gredo v nebo in zato tudi ni upati, da bi kdaj padli nazaj na zemljo. Tako je vsaj trdil moj ded Jorga Mirga, ki je potem tudi sam postal komunist in je vsaj nekaj èasa skušal hoditi po Titovi poti. Feri Lainšèek2 Los intocables El mito sobre los gitanos (fragmentos) LA REALIDAD Mi abuelo Jorga Mirga Me llamo Lutvija, Lutvija Belmoldo Aus Shangkai Gav, y ahora ya sé que mi apellido es un error. El apellido del profesional en realidad fue Belmondo, aus no significa conde sino de en alemán, y Shangkai Gav ya hace mucho que no existe porque terminó arruinado. Dios es mi testigo de que no hice bien al rechazar el nombre de mi padre, pues Ujaš Mirga, que quizás en realidad no fue mi verdadero dada, por lo menos fue un buen ladrón. Bueno, Dios sabe también que esto no lo hice yo solo sino que me echó una mano la bakst, esa jocosa suerte gitana. Por eso no soy el único culpable. O sea que hay varios cul­pables. Si me pusiera a enumerarlos ahora sería como querer contar cada pelo. Además, la culpa nunca se puede medir exactamente, porque no se encuentra en el cuerpo sino en el alma – y ya sabemos cómo va lo del alma. El único en afirmar alguna vez que también el alma tiene un tipo de peso terrenal fue Šandor Czaba, comerciante de cerdos de Mali Panon, quien anadía a la báscula del cerdo matado siempre cinco kilos por «el alma entregada», y por supuesto también los cobraba. Era un chanchullero al que nunca nadie creía, por eso su palabra aquí no cuenta, aunque ya esté difunto Czaba, que Dios le perdone al menos sus pequenos pecados. Igual que ya nada cuenta para mí, excepto quizás esta confesión gitana mía, que susurraba en las noches que pasé despierto hasta el amanecer, aquí en medio de la llanura abierta junto al fuego vivo, al oído de Feri Lainšèek, el senor blanco al que llamamos Èukara. © Lainšèek, Feri (en imprenta): Los intocables. El mito sobre los gitanos. Málaga: EDA libros. A él porque nunca quiso consolarme ni juzgarme. Y: porque es el único gadja que he encontrado en mi largo camino que cono­ce el secreto que no se puede aprender de la gente. Por que no se puede decir con palabras. Así nadie puede cotillearlo, venderlo o proclamarlo, por eso tampoco es posible comprarlo ni robarlo. Solamente te puede ser regalada la gente que lo conoce. Y tú les eres regalado a ellos como le son regalados al ojo la vista, a la oreja el oído y al corazón el amor. Es decir, que entonces eres más para el otro de lo que puedes serlo para ti mismo – esto también es parte del secreto que no nos puede explicar nadie sino que puede revelarse solamente por sí solo. O no se revela por sí solo... Porque no somos capaces de percibirlo, de ganárnoslo o porque normalmente, pues, es así... Pero cómo podría saberlo yo, un gitano común y corriente, a quien no le preocupa lo que pasa en el mundo con la gente que no es nuestra. Ya de por sí también hay entre nosotros suficiente prole que pulula alrededor como los gusanos ciegos sin saber de dónde viene o sin preguntarse a dónde va. Ves, y para mí esta fue la primera pregunta que por lo general recuerdo y será, muy probablemente, también la última. Es verdad que no sé cuántos anos tenía ya en aquel entonces, porque nadie me los contó y tampoco sé dónde fue, porque lo más probable es que aquel lugar yermo ni siquiera tuviera nombre, pero todavía hoy en día siento cómo se me quedó en el alma. Este camino eterno. Pero si estamos ya todo el tiempo de camino, me sobrevino, y nadie nunca me había dicho si nos estamos yendo o estamos volviendo, y todo el mundo se comportaba como si esto le importara un pepino. Aquí y allí había casas que ni siquiera podría mover una manada de caballos, de los hogares edificados salía humo, detrás de las vallas ganían los perros que vigilaban acechantes y la gente se agarraba a todo esto como garrapatas. Ya hacía tiempo que habían absorbido el olor de sus patios, las mujeres probablemente olían a flores de los bancales escardados, los hombres al aguardiente de las ciruelas demasiado maduras y los ninos a la leche de las vacas criadas. Y tan solo nosotros pasábamos constantemente –ajenos, poco queridos, ofendidos– ni un poco desasosegados ni tampoco demasiado tristes, a veces tan solo dolorosamente cansados. Como si en realidad el camino fuera nuestro hogar. Aunque era todo menos esto. Por eso, al pasar el tiempo, también tenía que preguntar en voz alta: «. Y de dónde venimos nosotros?» O sea, que mi abuelo, que hasta la muerte estuvo completamente convencido de que veníamos de América, desvarió por el sufrimiento y la impotencia. Fue uno de los pocos rumanos Romá Kalderaš que en la segunda guerra huyó de las deportaciones a los campos de concentración ucranianos. Sola­mente consiguió salvar a Ujaš, hijo primogénito, que en aquel entonces tenía ocho anos. Es decir que se quedó sin familia y sin nada ya a la mitad de su vida, pero también después cuando empezó de nuevo no le fue precisamente bien. Es decir que estaba convencido de que a partir de allí todos los gitanos podían ser su familia y esto al final le costó. Con el nino en la espalda estu­vo dando vueltas por los páramos húngaros con los fugitivos Romá Koritar hasta que allí tomaron el poder los comunistas, que no ahogaban ni quema­ban a los gitanos pero estaban firmemente convencidos de que también de ellos iban a hacer gente trabajadora. Pero qué cosa más perjudicial podrían inventarse para un cuerpo al que toda la historia humana no había sido ca­paz de encadenar a nada y por supuesto para su alma de pájaro que hasta él solo nunca pudo atar, sino a lo más, corría detrás de ella y la perseguía por los sitios a los que no iría ni un lujurioso a por su amante. Y por eso iba mi abuelo Jorga desnudo y descalzo, un bebé con cuarenta anos, más y más hacia el oeste y empezó después a vagar por la Yugoslavia de Tito. Allí en aquel entonces no se supo qué ni cómo iba a ir la cosa, pero a los que tenían un buen olfato ya les parecía que valía la pena detenerse. Ciertamente Tito era guapo como una paloma mensajera. Amaba los anillos pesados y los zapatos blancos y eso era buena senal. Era uno de aquellos que pagaban por la música aunque luego no la escuchara, y a la vez había algo nuestro en él. Lo sentíamos de la misma manera que a un mestizo se le reconoce su nariz traidora hasta en la tercera generación. Tal vez éramos los únicos que entendíamos que se convirtió en el gran líder de los trabaja­dores solamente porque no tenía ganas de trabajar. También vimos la envidia mal escondida en los ojos de Ceausescu porque, aunque los dos hablaran de la igualdad, solamente Tito podría encenderse los habanos delante de los suyos y tomar el sol en Brioni sin que se lo tomaran a mal. Y el mundo lo respeta­ba también porque se hizo fotos con Sophia Loren. La única lástima es que nunca se hizo un diente de oro. Sería el diente de oro más bonito de la tierra, estoy convencido de esto. Después de su muerte podrían haberlo vendido en una subasta por mucho más dinero de lo que alguna vez hubiera valido una corona de emperador y así el país se hubiera recuperado. Pero ahora las cosas son como son. Tito no tenía que encargarse tampoco de lo que iba a suceder después de su muerte porque al fin y al cabo no fue un Cristo de repuesto sino un comunista. Y estos no van al cielo y por eso tampoco hay que esperar que alguna vez volvieran a caer a la tierra. O por lo menos esto decía mi abuelo Jorga Mirga, que luego también se hizo comunista y por lo menos durante un tiempo intentó seguir el camino de Tito. [...] Traducido por Ana Fras Revisado por Gemma Santiago Alonso y Txitxo Oliveras Carlos Folgar DOI: 10.4312/vh.24.1.17-36 Universidade de Santiago de Compostela Comentários sobre política e língua(s) em Afonso X o Sábio Palavras-chave: Afonso X o Sábio, nacionalismo, reinos hispânicos, apócope, castelhano, galego-portugues, poesia. Num artigo publicado há muitos anos mas ainda hoje recordado e citado, La­pesa (1951: § 9) afirmou que na eliminaçao definitiva da apócope extrema do castelhano medieval (em formas como noch, nief, sab, muert, orient, adelant, dixist, fezist…)1 participou de um modo decisivo o rei Afonso X o Sábio. O monarca castelhano gostava mais das formas plenas, com a vogal final, tal como se percebe nos prólogos das suas obras, escritos por ele próprio, e, segundo Lapesa, decidiu em 1276, ao reelaborar o Libro de la ochava espera, impor a sua preferencia linguística pessoal, contrária as formas apocopadas2. Na opiniao de Lapesa, nesta decisao real influem nao só as suas preferencias linguísticas, mas também circunstâncias políticas, como as crescentes tensoes entre o rei sábio e o monarca frances Filipe III o Ousado. Este episódio de conflito entre Castela e a França situa-nos na crise sucessó­ria acontecida no reino castelhano, que encontramos explicada a traços lar­gos por González Jiménez (2004: 369-371). O rei de França visava colocar algum de seus sobrinhos no trono castelhano, para o qual nao lhe faltavam bons argumentos, pois uma irma de Filipe III, chamada dona Branca, tinha 1 A apócope extrema é a perda —facultativa, nao obrigatória— do /–e/ em posiçao final absoluta de palavra após uma consoante ou um grupo consonântico que nao sao aceites pela fonotática regular do castelhano. Neste fenómeno fonológico o castelhano medieval mostrava similitude com os resultados evolutivos próprios de outras línguas românicas, como o frances e o provençal. 2 Sobre o emprego das formas com apócope extrema nos textos em prosa castelhana compostos no scriptorium afonsino, podem consultar-se Harris-Northall (1991) e Moreno Bernal (1999). contraído casamento com o primogénito de Afonso X, dom Fernando de la Cerda. Além disso, dava-se uma circunstância muito favorável aos interesses do soberano de França: as capitulaçoes assinadas por ocasiao do casamento de Branca e Fernando manifestavam que os filhos que o casal pudesse ter ocu­pariam a primeira posicao na linha sucessória do reino de Castela. A morte prematura, no ano de 1275, de Fernando tinha posto Afonso X numa situaçao embaraçosa, num beco sem saída: por um lado, o rei sabia muito bem aquilo que estipulavam as mencionadas capitulaçoes, e ele próprio estava provavel­mente de acordo com a candidatura de seus netos, mas por outro lado era para ele muito difícil fazer frente a pressao da opiniao pública castelhana, oposta a execuçao do acordo contido naqueles compromissos, e, embora fosse de mau grado, Afonso acabou nomeando o seu segundo filho, dom Sancho, como herdeiro do trono castelhano. O monarca frances nao recuava, insistindo nos direitos que assistiam a seus sobrinhos, quer dizer, aos filhos do falecido Fer­nando. Por se isto tudo fosse pouca coisa, Filipe III empecia decididamente os planos de Afonso X de intervir no conflito entre os nativos e os Francos no reino de Navarra, visto que a presença militar castelhana no território navar­ro, na ajuda da populacao autóctone, poderia significar o fim da dominaçao francesa naquele reino. Para avaliarmos na sua justa medida a importância estratégica que Afonso X outorgava ao assunto navarro, cumpre-nos dizer respeito a conjuntura política desse reino. Consoante os dados que fornecem Salrach Marés (1989: 396-401) e Martínez (2003: 277-278, 402-407), naquela altura Navarra, que no início do século XIII já tinha cedido a Castela os territórios das atuais províncias bascas, era um país que, embora sendo formalmente autónomo, se situava todavia na órbita política do reino da França. Esta situaçao de dependencia a respeito da França provém do ano 1234, no que faleceu Sancho VII o Forte, monarca navarro que tinha tomado parte na vitoriosa batalha das Navas de Tolosa. Ao morrer o rei Sancho, o trono passou para a dinastia francesa de Champanha, de modo que a França podia já intervir de uma forma direta na administraçao interna de Navarra. Esta situaçao ganha intensidade quando, em 1275, fica concertado o matrimónio da princesa navarra Joana com o filho do rei frances Filipe III o Ousado, ou seja, com o futuro Filipe IV o Belo, rei de França e de Navarra. Este casamento supunha, de facto, a uniao das duas coroas. Nada disso convinha as aspiraçoes políticas e territoriais de Afonso X, quem, segun­do veremos com mais detalhes daqui a pouco, tinha o expansionismo como um dos alicerces do seu ideário político. Se, como supomos, Afonso X visava incorporar o reino navarro na órbita política castelhana, é evidente que as atuaçoes de Filipe III lhe produziam sérios quebra-cabeças. A inimizade entre os monarcas estava, pois, justificada. Se nao se tivesse produzido a mediaçao papal, com toda a probabilidade o conflito entre a França e Castela ter-se-ia tornado numa guerra aberta. Lapesa opina que esta amarga inimizade política entre os dois monarcas provocou que Afonso X visse com maus olhos tudo aquilo que apresentasse feiçao francesa, e neste contexto o soberano castelhano decidiu a proscriçao da apócope extrema por ela ser «molesto signo de afrancesamiento» (Lapesa 1951: 192). Neste tema é visível que Lapesa incorreu numa sobrevalorizaçao. A sua afir­maçao de que «Alfonso X vertía sobre la apócope extrema su irritación contra la política intervencionista de Felipe III el Atrevido» (1951: 192) dá claramen­te a entender que se tratou de uma decisao consciente e deliberada do monarca hispânico, na que agiram de maneira essencial fatores extralinguísticos. Pondo de parte o facto de acharmos extremamente improvável que o vocalismo final tenha a ver com os negócios estrangeiros, o mais razoável é admitir que Afon­so X responde ao gosto linguístico do seu tempo3. O facto de Lapesa dizer que «Alfonso X el Sabio decide la contienda al escoger como tipo de lenguaje literario el «castellano drecho», sin apócope extrema» (1951: 197) é dar a en-tender, mais uma vez, que houve uma atitude propositada do rei contra a perda vocálica extrema. Nos argumentos apresentados por Rafael Lapesa acha-se latente um conceito que, por enquanto, nao temos chamado por seu nome e ao qual, nao obstante, nos referiremos nas linhas que se seguem, visto que eminentes filólogos trou­xeram a colaçao esse conceito mais de uma vez. Trata-se do nacionalismo de Afonso X o Sábio. Da argumentaçao, antes exposta, de Lapesa acerca da intervençao de Afonso X contra a apócope extrema deduz-se, com indiscutível clareza, que teve uma grande influencia o nacionalismo político do monarca castelhano e o seu con­flito diplomático com o rei Filipe III. Já mostrámos o nosso ceticismo sobre a alegada ligaçao entre o vocalismo final átono do castelhano medieval e a políti­ca externa do reino de Castela, de maneira que é desnecessário repetir agora o dito. No entanto, a discussao nao se deve concluir neste ponto, pois que outros investigadores tem também lançado mao do nacionalismo de Afonso o Sábio como fator explicativo de certas atuaçoes monárquicas no terreno linguístico. Assim, Deyermond afirmou que a escolha da língua castelhana como veículo Uma explicaçao melhor sobre o desaparecimento da apócope extrema é a de Catalán (1971: 78-82), que se baseia nas modificaçoes da estrutura silábica do castelhano medieval. de expressao das obras afonsinas se deveu ao «patriotismo castellano» (1971: 155) do monarca, a sua «fuerte conciencia nacional» (1971: 156). Na mesma linha do hispanista britânico, ainda que nao o cite, coloca-se a declaraçao de Matute Martínez de que o emprego do castelhano nos textos afonsinos res­ponde a «un deseo de afirmación nacional castellana» (2001: 75). Neste estado de coisas, estamos na obrigaçao de comprovar o que possa haver de certo no nacionalismo como ideologia de Afonso X e, caso o rei tenha essa ideologia, temos de comprovar a relaçao que ela estabelece com as suas atuaçoes nos as­suntos linguísticos. Para este fim separaremos os aspetos propriamente políti­cos e os estritamente linguísticos. 1 O nacionalismo político Nesta secçao o nosso objetivo é fazermos a revisao do ideário político —pou­cas vezes levado efetivamente a prática, verdade diga-se— do rei Afonso o Sá­bio, para vermos os princípios teóricos nos que assenta. A nossa análise estará apoiada nas informaçoes gerais que fornecem os historiadores, como González Jiménez (2004: 364-371)4 . Em primeiro lugar, temos de dizer respeito as bem-sucedidas intervençoes de Afonso X nas tarefas da Reconquista peninsular. Sendo ainda príncipe her­deiro, recebeu uma importante encomenda de seu pai, Fernando III o Santo. Como o monarca se encontrava muito ocupado nos preparativos do sítio da cidade de Sevilha e os seus arredores, pediu a seu filho que se pusesse a frente da campanha destinada a tomada do reino de Múrcia. O príncipe Afonso geriu as operaçoes em 1243 e, com nao muitos entraves, alcançou para Castela a ane­xaçao desse reino, rematada em 1246 com a conquista de Cartagena. Tendo já tomado posse do trono de Castela e Leao, Afonso continuou o seu labor reconquistador na Andaluzia. Em 1261 conseguiu submeter a regiao do rio Guadalete, cujos núcleos principais eram Xerez da Fronteira e Cádis, en­quanto em 1262 obteve a reconquista do reino onubense de Niebla5. Com estas 4 Como tratados gerais sobre a vida, a obra e o tempo do rei sábio, atrevemo-nos a citar Martínez (2003), Rodríguez Llopis (coord.) (2001) e Valdeón (2003), por só mencionarmos algumas obras publicadas no presente século. 5 Na realidade, Afonso X aproveitou a conquista de Niebla para se apoderar do Algarve, que já tinha sido reconquistado pelos exércitos portugueses. Isto dava ocasiao a Afonso X de se intitular «rey dell Algarve». Sobre esse território houve disputas diplomáticas entre Castela e Portugal, solucionadas em favor do segundo país graças ao tratado de Badajoz (1267), pelo qual Afonso X desistiu das suas aspiraçoes territoriais sobre a área ao oeste do Guadiana. Cfr. Saraiva (1978: 54) e Castro (2004: 67). açoes militares o novo soberano castelhano transferiu de forma efetiva para o reino de Castela territórios islâmicos que já estavam, nos anos antecedentes, numa situaçao de vassalagem relativamente a esse reino cristao. A exceçao de Niebla, estes sucessos reconquistadores houveram de repetir-se devido a mudança sociopolítica sobrevinda por causa da multitudinária revol­ta dos Mudéjares murcianos e andaluzes do ano 1264, instigada por Muham­mad I de Granada. Nesse mesmo ano as tropas do rei castelhano restauraram a ordem em Xerez com a tomada definitiva da cidade, enquanto no reino de Múrcia o responsável pelas operaçoes bélicas nao foi Afonso mas sim seu so­gro, o rei Jaime I de Aragao, que acabou vencendo a resistencia muçulmana em 1266 e depois reintegrou o território murciano ao reino de Castela. Todos estes dados atestam que o labor reconquistador de Afonso X teve uma notável importância. Nao há dúvida de que para Afonso X a Reconquista era uma tarefa prioritária. Entao, porque nao se lançou a tomada definitiva do reino de Granada, que era a única área que ficava naquela altura nas maos dos Hispano-Muçulmanos? Simplesmente, porque, logo que foi sufocada a revolta mudéjar, o reino granadino ficou numa situaçao de clara inferioridade política com respeito a Castela e se viu forçado ao pagamento de quantiosos impostos ao erário público castelhano em troca da promessa de a sua independencia ser garantida. Afonso X sentiu-se satisfeito com esta situaçao, que lhe gerava altos rendimentos, e nao viu necessidade de passar a açao bélica. Mas as coisas nao ficam por aqui. Tendo confiança na sua ideia de que Grana­da nao constituía um perigo para Castela, Afonso o Sábio tencionou deslocar a açao reconquistadora além dos limites geográficos da Península Ibérica. O seu objetivo era chegar a África e restituir a Cristandade hispânica os terri­tórios inseridos na antiga província romana chamada Tingitânia (com capital em Tingis, a atual Tânger), província que era uma das seis nas que o imperador Diocleciano tinha dividido Hispânia no ano 297 da era de Cristo. A dita pro­víncia fez parte do reino visigodo, de modo que o intento do monarca caste­lhano por recuperar a totalidade do antigo território desse reino implicava o prolongamento da Reconquista até a África setentrional. Este objetivo é que se conhece, na terminologia do governo afonsino, como el fecho de allende. Nesta linha de atuaçao uma esquadra castelhana ataca em 1260 a localidade de Salé, na costa de Marrocos, mas a rápida reaçao do emir marroquino faz que o epi­sódio nao tenha ulteriores consequencias. Além de nao ser satisfatório do pon­to de vista estritamente reconquistador, este episódio também nao produziu as repercussoes favoráveis que o rei aguardava. Durante a sua estadia nesse porto, os soldados castelhanos puseram a cidade a saque e cometeram atrocidades contra a populaçao do lugar. Quando esta infeliz atuaçao foi conhecida pela opiniao pública dos reinos cristaos da Espanha e da Europa, a intervençao militar castelhana foi alvo de sérias críticas, que deveram aconselhar Afonso X a desistir da sua política expansionista norte-africana. Apesar desse fracasso, a projeçao extrapeninsular do reino de Castela segue a estar presente no ideário político do rei. Esta projeçao já tinha sido ensaiada com anterioridade, quando Afonso, em 1253, reclamou para Castela o ducado da Gasconha e encorajou a tentativa de alguns políticos gascoes de se libera­rem da dominaçao que naquela altura a Inglaterra exercia sobre esse ducado. Assim, Afonso X fazia face aos interesses políticos do rei ingles Henrique III. Na sequencia das negociaçoes entre ambos os monarcas, Afonso desistiu das suas reclamaçoes em troca de que o rei de Inglaterra se tornasse parceiro dos exércitos castelhanos nas operaçoes militares que Afonso tinha previstas no território norte-africano, operaçoes que, segundo acabamos de ver, nao atin­giram o sucesso esperado. De todas as formas, o acontecimento fulcral nao é este, mas outro. Para começar, diremos que Afonso X tinha a esperança de ser reconhecido como imperator Hispaniae, isto é, como o «rei de reis» da Espanha crista me­dieval. Esta pretensao colidia com os interesses de Portugal e Navarra, mas sobretudo colidia com a Coroa de Aragao, governada por Jaime I o Conquis­tador, sogro do rei castelhano. Por múltiplas razoes, Jaime I nao podia aceitar uma posiçao de subordinaçao a respeito de Castela e tentou dissuadir Afonso X das suas intençoes imperiais. Embora este se visse constrangido a aceitar o conselho de seu sogro, contudo nao renunciou a sua velha aspiraçao: apenas a reorganizou e a equacionou de um novo jeito. A Afonso pareceu-lhe que uma maneira indireta —mas segura— de atingir o reconhecimento de imperator Hispaniae era ser nomeado imperador do Sacro Império Romano Germâni­co: se uma grande parte da Europa o reconhecesse como imperador legítimo, imediatamente os monarcas navarro, aragones e portugues teriam de aceitar ou tolerar a supremacia castelhana no âmbito peninsular. E assim passamos a expor aquilo a que a monarquia afonsina chamava el fecho del imperio. No ano de 1254 a morte de Conrado IV deixou vago o trono alemao. Afonso o Sábio candidata-se e, em 1257, é eleito imperador da Alemanha, mas isso nao lhe serve para muito, pois desse momento em diante surge um complicado processo jurídico, político e diplomático, com a intervençao de outros candi­datos e com a obstinada oposiçao do papado a candidatura afonsina. Apesar de todos os esforços que Afonso pôs neste assunto e apesar das grandes quantida­des de dinheiro que despendeu na procura de suportes para a sua postulaçao, nao teve sucesso. Em 1273 é eleito imperador alemao Rodolfo I de Habsburgo e dois anos depois o pontífice Gregório X, na conversa mantida com o mo­narca castelhano em Beaucaire (França), soterra de vez o sonho imperial de Afonso ao recusar-se a reconhecer os direitos deste ao trono alemao. Até aqui a nossa exposiçao da atividade política do rei Afonso X. Há sucessos (na Reconquista) e projetos falhados (nos propósitos imperiais). A luz des­tes dados, entendemos que o nacionalismo é um princípio diretor da atuaçao política afonsina. É patente que este monarca é, mesmo dentro do mundo medieval, um «perfeito nacionalista»: os seus objetivos prioritários sao a con­solidaçao do reino de Castela no cenário político hispânico e a expansao ter­ritorial castelhana, com a intençao de converter Castela na potencia política hegemónica da Espanha do século XIII. Tornemos agora, pois, a crise diplomática entre Afonso X de Castela e Fi­lipe III de França. O palco é Navarra. Tanto a França como Castela visam intervir de forma direta na vida política do pequeno reino navarro, ou, o que é a mesma coisa, visam transformar Navarra num território satélite das suas próprias monarquias. A Afonso X o assunto interessa-lhe, porque a geografia maioritariamente ibérica do reino navarro6 o torna ainda mais apetecível para uma Castela que tenciona dominar —direta ou indiretamente— todo o espaço ibérico. Neste contexto, e tendo em conta as explicaçoes que ofereceu Lapesa, devemos perguntar-nos se é verdade que o soberano frances praticava uma política de intervençao (quer dizer, de interferencia) em Navarra. A resposta é afirmativa, sem dúvida, mas o mesmo exatamente pode ser dito do governante castelhano: cada qual defendia os seus próprios interesses. No caso navarro, Filipe III mostra-se tao intervencionista como Afonso X, pois, no fim de con­tas, no ano de 1275 Navarra era, ao menos a título nominal, um reino indepen­dente, com monarquia própria. Parece-nos, por conseguinte, que o conflito entre Afonso X e Filipe III nao tem a relevância que Lapesa lhe conferiu. Nós acreditamos que o dito conflito nao é mais do que um simples confronto, dos muitos que o rei castelhano teve de afrontar nos negócios estrangeiros. Situado esse episódio no seu contexto histórico, salientamos que nao há qual­quer relaçao entre a política externa e o vocalismo final átono. Seria pueril, ou até ridículo, supor que, como represália contra aquilo que na perspetiva do governo castelhano se interpreta como intervencionismo do monarca frances, Excetuada a Baixa Navarra, sita ao norte dos Pirenéus. Afonso X decidisse banir a apócope vocálica extrema da norma linguística do castelhano. Em que poderia essa decisao envolver, afetar ou prejudicar a França? Seria, por certo, uma retaliaçao ineficaz, inócua... A explicaçao que Lapesa deu é exageradamente idealista, no pior sentido deste termo, e a nossa melhor opçao é rejeitá-la. Seja como for, acreditamos que o nacionalismo político de Afonso X fica su­ficientemente estabelecido. Ainda assim, isto nao pode condicionar a nossa opiniao sobre o nacionalismo linguístico do rei. Referir-nos-emos a esse tema logo a seguir. 2 O nacionalismo linguístico Pomos agora a nossa atençao nalguns dados de caráter linguístico, que nos podem ajudar a apurar em que medida existe uma ideologia nacionalista nas atuaçoes linguísticas do nosso personagem. Em primeiro lugar, consideremos a situaçao linguística do reino de Castela na altura em que chega ao trono Afonso X. É uma situaçao bastante heterogé­nea, com convivencia de idiomas diferentes. No que diz respeito as variedades linguísticas do tipo neolatino, encontramos, indo do ocidente para o oriente, as tres grandes línguas da Coroa de Castela: o galego-portugues, o leones e o castelhano. A estas tres há que acrescentar outra, nao românica, que é o vas­conço, limitado aos territórios bascos, que desde os começos do século XIII se encontravam incluídos no reino castelhano, uma vez que Navarra tinha sido coagida a cede-los a Castela. Finalmente, temos de mencionar outras línguas também nao indo-europeias, que sao o árabe e o hebreu. É patente, pois, o cenário de plurilinguismo. Este mesmo plurilinguismo se reproduz, em ponto pequeno, na corte afonsi­na. É sabido que o monarca reuniu, na sua corte, eruditos, humanistas, juris­tas e poetas de procedencias muito variadas. Além de indivíduos de religiao muçulmana ou judia, as informaçoes que fornece Hilty (2002) confirmam que em torno do rei castelhano convergem galegos, provençais, gascoes, italianos e, talvez, algum alemao. Isto quer dizer que o rei Afonso se situa numa atmosfera multicultural e multilingue, na qual ele trabalha para conseguir que cada um desses sábios e escritores colabore na execuçao coletiva de um projeto cultural comum7. Nesta situaçao de multilinguismo o castelhano, sendo a língua pró- Neste contexto temos que situar a criaçao dos Estudios generales de latín et de arávigo. Afonso X funda esta instituiçao, de nível quase universitário, em Sevilha em 1254 para o estudo pria de Castela e a língua materna do próprio monarca, é o idioma principal, quer dizer, o idioma de uso comum, e é nele que se teria de produzir a con­vergencia dos estrangeiros que se juntavam na corte. Se todas essas pessoas de origens diferentes se podiam entender entre si, isso acontecia porque podiam exprimir-se —melhor ou pior— numa língua partilhada por todos, e essa lín­gua era, obviamente, o castelhano. A escolha que o rei sábio fez da língua castelhana para a redaçao das suas obras em prosa confirma ainda mais claramente a apreciaçao positiva que o monarca outorga a sua língua materna, assim como o seu desejo de que ela se conver­ta, sem restriçoes, no veículo de expressao de todo o género de conteúdos científicos e humanísticos. No entanto, nao é o castelhano o único sistema linguístico que é favorecido por Afonso X. Há outro, quiçá com menor im­portância em termos relativos, mas que é indissociável da figura deste rei. É, com certeza, o galego-portugues, no qual estao compostas as Cantigas de Santa Maria8, obra de enorme transcendencia e valor literário, qualificada como «a verdadeira Comédia Humana do século XIII» por Lapa (1934: 211). Trataremos isto de seguida. A questao linguística que nos colocam as Cantigas de Santa Maria é um tanto mais complexa do que parece. O livro está escrito na língua galego-portu­guesa9, e isso será surpreendente se considerarmos que a língua materna de das línguas e culturas latina e árabe. Também neste acontecimento é visível o elemento multicultural que caracteriza o rei sábio. Valdeón (2003: 193) supoe que a inclusao do árabe como matéria de estudo nesse estabelecimento de ensino tem relaçao com o provável conhecimento que desse idioma tinha Afonso X. Nao sabemos se Afonso X era fluente em árabe ou nao, mas nao é necessário aceitarmos a sugestao do mencionado historiador, visto que nao é anómalo, de modo nenhum, que os Estudios generales sevilhanos se consagrassem ao conhecimento, tao importante para a monarquia castelhana, das duas grandes línguas da cultura, a ciencia e a diplomacia da Idade Média. 8 O rei sábio compôs também em galego-portugues algumas cantigas de amor, as quais há que acrescentar uma que nao está redigida nessa língua mas sim em castelhano, contrariamente ao que era comum, e outras cantigas d’escarnho e de maldizer. 9 Nao podemos esquecer, no entanto, que a variedade de língua literária que mostram as composiçoes da lírica galaico-portuguesa é uma koiné, fruto de uma forte elaboraçao artística, que a afasta inevitavelmente, em maior ou menor medida, das variedades orais galego-portuguesas daqueles séculos. A respeito disto, Castro afirma: «Os trovadores — galegos, portugueses e castelhanos— escreviam todos na mesma língua, mas era uma língua artificial e nao necessariamente a língua que cada um falava» (2004: 76). Maia acrescenta que os cancioneiros trovadorescos «revelam uma linguagem relativamente unitária e onde as particularidades divergentes entre as duas variedades da área galego-portuguesa, situadas respectivamente a norte e a sul do Minho, assim como outras variantes diatópicas ou diastráticas aparecem quase totalmente neutralizadas» (1986: 888). Estas opinioes, porém, nao nos impedem de perceber, no uso oral e quotidiano da língua, «a existencia, durante o período Afonso X nao era aquela, mas sim o castelhano10. Estamos, porém, perante uma «anomalia» só aparente, pois na poesia trovadoresca galego-portuguesa nao se incluem unicamente autores nascidos na Galiza ou em Portugal, mas também castelhanos, aragoneses, provençais, etc. Segundo salienta Rodríguez (1983: 7), todos estes, apesar de o seu idioma materno ser outro, dispunham da suficiente formaçao linguística e/ou a adequada assessoria como para se-rem capazes de redigir as suas composiçoes no ibero-românico ocidental me­dieval. Neste aspeto, Afonso X nao tem que ser visto como um caso exce­cional pela sua utilizaçao poética do galego-portugues. Aliás, é sumamente provável —quase seguro— que Afonso tivesse aprendido essa língua durante as suas estadias de criança e moço nas vilas ourensanas de Alhariz e Mace­da, nas quais tinha várias propriedades García Fernández de Villamayor, que exercia o cargo de aio do próprio Afonso. Embora nao saibamos com exati­dao o grau de conhecimento ativo da língua galego-portuguesa que o jovem Afonso alcançou, esse dado também nao tem muito relevo para os objetivos da nossa exposiçao. No fim de contas, no reino de Castela do século XIII o romance galego-portugues era considerado como o veículo de expressao mais apto para a poesia lírica, e nessa tradiçao se insere o rei sábio. Nao há qual­quer irregularidade nisto. Assunto diferente, ainda que tenha ligaçao com o anterior, é se Afonso X é o autor material das Cantigas de Santa Maria. Eis a pergunta: escrevia ele os poemas pela sua própria mao, quer dizer, sao estes poemas da sua lavra? En­carregava-os a outros versificadores? Este problema fica ainda longe de resol­vido. A opiniao tradicional, defendida, por exemplo, por Riquer & Valverde (1957-59: I, 326) ou por Hualde, Olarrea & Escobar (2001: 308), é que Afonso X é efetivamente o único autor das Cantigas: ele, graças aos seus excelentes dotes poéticos e a sua capacidade de empregar o galego-portugues, compunha­as em pessoa. Esta opiniao tem vindo a receber objeçoes e sugestoes, devidas sobretudo a duas causas: primeiramente, conhecemos o nome de um trova­dor galego, que é Airas Nunes, que, quase com total segurança, participou na composiçao das Cantigas11 —ou, pelo menos, de algumas das Cantigas— e, em segundo lugar, é pouco crível que um monarca como Afonso X, tao multifa­cetado e atarefado com numerosas ocupaçoes, dispusesse de tempo suficiente medieval, sobretudo durante os séculos XIII e XIV, de uma comunidade linguística, de uma unidade linguística fundamental, em toda a vasta zona do Noroeste peninsular que se estendia desde o Douro até ao mar Cantábrico» (Maia 1986: 891). Este é justamente o nosso parecer. 10 Cfr. Rodríguez (1983: 8). 11 Torna-nos cientes disso uma anotaçao no manuscrito, na margem da cantiga 223. como para levar a cabo a composiçao de uma obra poética de tanta complexi­dade e vastidao. Em todo o caso, é verdade que nao sao dados concludentes, que ponham impedimentos taxativos a atribuiçao ao rei da autoria direta das Cantigas, de modo que os filólogos ainda nao tem chegado ao consenso. Assim, se Pena (2002: 206-209) se mostra defensor, embora expresse certas hesitaçoes, da autoria pessoal afonsina, Lapa (1934: 211), Vilavedra (1999: 63) e Fidalgo (2002: 59-65) preferem pensar que o livro de poemas marianos nao pode ser obra exclusiva do rei de Castela. Estas duas últimas investigadoras consideram mais razoável supor que Afonso X teve ao seu dispor, para a elaboraçao das Cantigas de Santa Maria, uma equipa de colaboradores, na que se incluíam poe­tas e músicos, de maneira que o monarca exercia simplesmente de supervisor e coordenador, tal qual acontecia no caso dos textos redigidos na prosa caste­lhana: Afonso devia ser responsável pela orientaçao temática e a estrutura geral do livro de poemas, pela compilaçao dos materiais necessários para a confeçao de algumas composiçoes, pelas indicaçoes acerca do tom e o estilo adequados para cada cantiga, pela emenda do rascunho ou até da versao pré-definitiva de algum poema, etc. Apesar disto, tanto Vilavedra como Fidalgo nao tem impedimentos para aceitarem que o rei redigiu, ele pessoalmente, sim, um certo número de cantigas, nomeadamente aquelas de teor autobiográfico ou as que recolhem pensamentos e sentimentos íntimos do próprio rei12. Afinal, a ideia maioritária hoje em dia na filologia ibero-românica é que, nas palavras de Correia, Dionísio & Gonçalves: «Parece hoje dificilmente sustentável que as Cantigas de Santa Maria resultem de um engenho e arte de um só indivíduo» (2001: 149). Afonso X será o autor material de algumas das Cantigas de Santa Maria, ainda que nao se possa precisar ao certo quantas nem quais sao. É importante assinalarmos que para o rei sábio o galego-portugues nao é ape­nas a língua da poesia, mas também a língua da reza, a língua da oraçao. Sig­nificativo disto é o prólogo das próprias Cantigas, no que se inserem as duas seguintes estrofes: 12 Como contribuiçao pessoal, nós acrescentaremos que essa última argumentaçao, que atribui ao monarca a redaçao de algumas cantigas, nao pode ficar separada do facto —previamente comentado numa outra nota de rodapé— de o próprio Afonso ter sido o autor de uma quarentena de cantigas profanas, nao vinculadas com a temática religiosa, sobre cuja autoria os filólogos nao mostram dúvidas. Portanto, se ninguém poe em causa que, por exemplo, Afonso X é o criador de uma célebre cantiga cujo primeiro verso é Non me posso pagar tanto, «um dos poemas mais belos e pungentes de toda a nossa literatura» na opiniao de Lapa (1934: 207), também nao encontraremos motivo nenhum para negarmos ao rei castelhano a autoria individual de uma parte, bem que seja pequena, das composiçoes que constituem as Cantigas de Santa Maria. E o que quero é dizer loor da Virgen, Madre de nostro Sennor, Santa Maria, que ést’ a mellor cousa que el fez; e por aquest’ eu quero seer oy mais seu trobador, e rogo-lle que me queira por seu Trobador e que queira meu trobar reçeber, ca per el quer’ eu mostrar dos miragres que ela fez; e ar querrei-me leixar de trobar des i por outra dona, e cuid’ a cobrar per esta quant’ enas outras perdi13 . O poeta expressa-se pela primeira pessoa, de maneira que podemos pensar que o autor desse poema-prólogo é o mesmo Afonso. O poeta nao se identifica a si próprio como rei, mas como trobador. No entanto, ele nao é um trovador como os demais, mas sim um trovador especial. Ele nao dedica os seus versos a uma dama, mas a Virgem Maria, cuja autoridade aceita e cuja merce implora14 . Nao estamos, pois, perante poesia amorosa; muito pelo contrário, é poesia de conteúdo religioso, o qual nao deixa de torná-la numa singularidade no univer­so literário galego-portugues medieval. Os filólogos costumam afirmar que as Cantigas de Santa Maria —assim como acontece, no âmbito castelhano, com os Milagros de Nuestra Senora, de Gonzalo de Berceo— sao poesia de caráter narra­tivo. Nestes textos, portanto, a poesia encontra-se ao serviço da narraçao. No entanto, nesta narrativa o verdadeiramente importante nao é a história contada em si própria, mas a pessoa protagonista dessas histórias. A protagonista é, com certeza, a Virgem Maria. Isto quer dizer que, se a poesia é um instrumento ex­pressivo subordinado a narraçao, a narraçao, por sua vez, se coloca ao serviço da fé crista e, mais em concreto, ao serviço do culto mariano. Diríamos, por conse­guinte, que as Cantigas afonsinas vem a ser um tratado prático da religiosidade crista medieval. E para a expressao dos seus afas religiosos, apresentados como crença e vivencia pessoais, Afonso X utiliza o idioma da Galiza e de Portugal. 13 Afonso X, o Sábio, Cantigas de Santa Maria, editadas por Walter Mettmann, Coimbra: Imprensa da Universidade, vol. 1, 1959, p. 2. 14 Acrescenta informaçoes sobre estes versos Fidalgo (2011). Disto tudo, para o nosso propósito atual, inferimos que Afonso X adotou uma atitude positiva, sem qualquer hostilidade nem receio, com respeito a língua galego-portuguesa. Este facto tem de servir para desmentir a ideia de o na­cionalismo castelhano do ideário político afonsino ter a sua equivalencia no terreno estritamente linguístico. Podemos apresentar, além disso, tres outros dados, em relaçao com o uso escrito do galego-portugues, que negam a ideia do alegado nacionalismo linguístico de Afonso X: a) ao reino de Castela pertencia a Galiza, sim, mas nao Portugal, o qual significa que o ibero-românico ocidental medieval —ao que costumamos chamar galego-portugues— era o idioma de um reino independente e fortemente oposto a todas as intençoes de anexaçao le­vadas a cabo pela nova potencia castelhana, b) Afonso X nao morava na Galiza, ainda que, segundo já temos manifestado, lá tinha residido algumas temporadas nos anos da sua juventude, e c) a corte afonsina também nao estava na Galiza, mas em Toledo ou outras cidades castelhanas ou andaluzas. Apesar destes tres importantes factos, Afonso X nao teve obstáculos para utilizar o galego-portu­gues na sua produçao poética. Se o monarca tivesse professado um castelhanis­mo linguístico ativo e combatente, isto último tornar-se-ia inexplicável. O uso que o rei de Castela faz do galego-portugues nao discorda do facto, mencionado por diversos pesquisadores, como Correia, Dionísio & Gonçal­ves (2001: 147) e Martínez (2003: 242-243), de Afonso X ter mais predileçao pela poesia trovadoresca provençal do que pela galego-portuguesa. Essa é uma preferencia que nao sai do âmbito puramente literário e que nao implica qual­quer menosprezo do galego-portugues. Uma boa prova disso é que nao consta que Afonso X utilizasse nunca nos seus escritos —ou nas obras dirigidas por ele— a língua provençal. A respeito deste assunto cumpre-nos trazer aqui a colaçao a supplicatio que em 1274 o trovador provençal Guiraut Riquier, que naquela altura morava na corte castelhana, envia ao próprio Afonso pedindo­lhe que estabeleça com a maior exatidao possível a diferença entre trovadores e jograis15. O texto da supplicatio está em verso provençal. A declaratio, isto é, o poema de resposta, com data de 1275, está também composta em provençal e vem assinada pelo próprio monarca castelhano, mas isso nao quer dizer que ele mesmo a escrevesse. Segundo Hilty (2002: 215), é muito mais lógico pensar que o poema de resposta se deve a lavra do mesmo Riquier, quem, com toda a probabilidade, versificou no seu idioma materno as ideias que, sobre o tema que se estava a debater, circulavam pela corte afonsina ou, talvez, passou para o verso um texto prévio que Afonso ou algum secretário seu redigiu em prosa castelhana a modo de resposta a pergunta que se lhe tinha exposto. 15 Cfr. o estudo de Bertolucci Pizzorusso (1966), com a ediçao do texto. A mesma explicaçao deve ser válida para o caso de um outro poeta provençal, chamado N’At de Mons, que, numa data anterior a 1275, redige uma com­posiçao na que expoe o dilema teológico e filosófico entre a predestinaçao e o livre alvedrio dos seres humanos e pede a Afonso X, enquanto paradigma do «homem sábio» da Idade Média, a sua opiniao sobre esse espinhoso assun­to16. A resposta do rei castelhano aparece também em verso provençal, mas é evidente que esses versos nao foram compostos senao pelo próprio N’At de Mons, que realizou a tarefa de versificar na sua língua materna um texto prévio que lhe deveu achegar Afonso X com as suas ideias acerca do problema teológico que se lhe tinha colocado. Afonso X nao escreveu em provençal, idioma que nao pertencia ao espaço lin­guístico e administrativo no que o rei se movia. O galego-portugues, em com­pensaçao, sim pertencia a esse espaço, e portanto é lógico que o rei, homem culto e sábio, fizesse uso escrito dessa língua. Pode ver-se que na ideologia linguística de Afonso X nao existe qualquer identificaçao entre o reino e uma língua. Para ele, no mesmo grau sao seus o castelhano e o galego-portugues. Ambas as duas sao as suas línguas, mesmo que haja uma especializaçao funcio­nal entre elas17 . Em conclusao, parece-nos indubitável que Afonso X é um nacionalista caste­lhano no terreno político, mas nao encontramos evidencia alguma de ele ter­se comportado assim no âmbito linguístico. Deste ponto de vista, parece-nos completamente ilógico supor um relacionamento entre a preferencia afonsina pelas formas do castelhano sem apócope extrema e as desavenças políticas en­tre a França e Castela. Em nossa opiniao, podemos confirmar, por consequen­cia, de um modo definitivo que a explicaçao que Lapesa (1951: 192) ofereceu é inadequada. Em todo o caso, para terminarmos o artigo vale a pena voltarmos a questao da escolha do castelhano como língua das obras prosísticas dirigidas por Afonso X. A nosso juízo, nessa escolha nao interveio a ideologia política nacionalista 16 Cfr. Cigni (2001). A ediçao do poema encontra-se em Cigni (2012: 37-58). 17 Relativamente a isto, lembraremos aqui umas esclarecedoras palavras de Rodríguez: «durante séculos a única oposiçao sentida é a de romanço (ou linguagem, ou ‘vulgar’, com adjectivo gentílico secundário ou inexistente) face a latim, numa tensao provocada pela necessidade de elevaçao do primeiro ao nível do segundo e a consequente ocupaçao por parte daquele das funçoes nobres desempenhadas tradicionalmente por este» (1999: 1286). Aliás, o estado de coisas a que nos referimos no texto nao pode ser alheio ao facto de os nossos romances medievais terem como característica uma «acentuada variabilidade linguística» (Maia 1997: 158), ainda nao submetida a fixaçao normativa dos gramáticos. do rei castelhano, contra aquilo que afirmaram Deyermond (1971: 155-156) ou Matute (2001: 75). Nós entendemos que, longe de ser uma consequencia do nacionalismo, é um processo gradual, já manifestado no reinado de Fernando III, no que a língua romance vai ganhando terrenos de uso e vai deslocando o latim de âmbitos que tradicionalmente eram privativos deste. Este processo produz-se ao abrigo do renascimento cultural do século XIII, graças ao qual, nao só na Península Ibérica mas em todo o Ocidente europeu, a sociedade românica desenvolve uma cultura que se expressa na língua vulgar e que visa complementar e, na medida em que for possível, ultrapassar a atividade cultu­ral das escolas episcopais e das universidades, que empregavam apenas o latim como língua do ensino. Em meados do século XIII, os ventos da história eram favoráveis ao romance, de modo que o uso do castelhano na oficina cultural afonsina nao é estranho em absoluto. E nao é estranho porque o castelhano, naqueles tempos, era a língua comum a maior parte da sociedade do reino18 , que era heterogénea do ponto de vista ideológico e religioso, pois estava for­mada por cristaos, mouros e judeus. A esta funçao aglutinadora da língua cas­telhana fez referencia, há muitos anos, Américo Castro quando expressou a sua convicçao de que «la cultura viva de Castilla era a la vez cristiana, islámica y judía, y su común denominador tenía que ser el idioma entendido por quie­nes integraban tan extrano conglomerado» (1948: 461)19. O elemento determi­ 18 Nao seria exato dizermos que era a língua comum a toda a sociedade, porque é extremamente improvável que, por volta de 1250, o castelhano convivesse já, numa situaçao de bilinguismo mais ou menos extenso, na Galiza com o galego-portugues e nas Astúrias e em Leao com o asturiano-leones. Para o caso da Galiza, Marino Paz afirma que «a lingua de Castela tivo circulación escrita en Galicia desde o mesmo século XIII, porque desde os tempos de Fernando III a corte utilizou esa lingua para se dirixir ós seus súbditos do Reino de Galicia, súbditos que, por outra parte, xa contestaban en castelán desde mediados do dito século XIII» (1998: 156-157), o qual nao obsta para ele reconhecer que no nível oral a situaçao era diferente, visto que «Galicia era entón monolingüe, pois falaban en galego tódalas clases sociais, as ricas e as pobres, as nobres e as plebeas» (1998: 193). 19 Muito menos convincente é a hipótese, também proposta por Castro (1948: 454-462 e 469-475), de a escolha do castelhano como língua da prosa ter-se devido as preferencias idiomáticas dos judeus de Castela. Segundo esta teoria, cada religiao da Castela medieval tinha um idioma associado: o latim ao cristianismo, o hebreu ao judaísmo e o árabe ao islao. Em virtude das suas crenças, os judeus, que pelo seu conhecimento da cultura árabe ocupavam uma posiçao cultural estratégica na corte castelhana, nao aceitavam o uso do latim nos textos prosísticos, de forma que impuseram o emprego do romance castelhano, que tinha a vantagem de nao estar nem direta nem implicitamente associado a um credo determinado. Esta hipótese fica desmentida pelo facto, indicado por Fernández-Ordónez (2004: 392-393, n. 41), de alguns textos árabes traduzidos para o castelhano terem sido depois vertidos para o latim a partir da própria versao castelhana. Assim sucedeu com o Libro complido en los judizios de las estrellas, traduzido do árabe para o castelhano pelo judeu Yehudá ben Mošé e mais tarde passado para o latim em duas versoes diferentes. Uma coisa similar aconteceu com o Libro de nante na conformaçao linguística da Castela da época afonsina sao as pessoas, é o conjunto social, nao o nacionalismo político. Bibliografia Bertolucci Pizzorusso, V. (1966): «La supplica di Guiraut Riquier e la risposta di Alfonso X di Castiglia». Em: Studi mediolatini e volgari, 14, 9-135. Castro, A. (1948): Espana en su historia. Cristianos, moros y judíos. Buenos Aires: Losada; cit. pela reed., Barcelona: Crítica, 1983. Castro, I. (2004): Introduçao a história do portugues. Lisboa: Colibri; cit. pela 2.a ed. revista e muito ampliada, 2006. Catalán, D. (1971): «En torno a la estructura silábica del espanol de ayer y del espanol de manana». Em: E. Coseriu & W.-D. Stempel (eds.), Sprache und Geschichte. Festschrift für Harri Meier zum 65. Geburtstag. Munique: Wilhelm Fink, 77-110; cit. pela reed. em D. Catalán, El espanol. Orígenes de su diversidad. Madrid: Paraninfo, 1989, 77-104. Cigni, F. (2001): «Il trovatore N’At de Mons di Tolosa». Em: Studi mediolatini e volgari, 47, 251-273. Cigni, F. (2012): Il trovatore N’At de Mons. Edizione critica. Pisa: Pacini. Correia, Â. M.a et al. (2001): «A poesia lírica galego-portuguesa». Em: História da literatura portuguesa. Lisboa: Alfa, vol. 1, 101-161. Deyermond, A. D. (1971): A Literary History of Spain, vol. 1. Londres: Ernest Benn; cit. pela vers. esp., Historia de la literatura espanola, vol. 1. Esplugues de Llobregat: Ariel, 4.a ed., 1978. Fernández-Ordónez, I. (2004): «Alfonso X el Sabio en la historia del espanol». Em: R. Cano (coord.), Historia de la lengua espanola. Barcelona: Ariel, 381­ 422. Fidalgo, E. (2002): As Cantigas de Santa María. Vigo: Edicións Xerais de Galicia. Fidalgo, E. (2011): «Cantigas de amor para Santa María». Em: J.-C. Conde & E. Gatland (eds.), Gaude Virgo Gloriosa: Marian Miracle Literature in the Iberian Peninsula and France in the Middle Ages. Londres: University of London, 87-106. la escala de Mahoma, título sob o qual designamos a traduçao castelhana, hoje perdida, de um original árabe; partindo dessa traduçao para o castelhano fez uma versao latina Boaventura de Siena, erudito italiano que trabalhou na corte afonsina. Cremos conveniente, pois, rejeitar os motivos religiosos na prioridade outorgada ao castelhano por Afonso o Sábio. González Jiménez, M. (2004): «El reino de Castilla durante el siglo XIII». Em: R. Cano (coord.), Historia de la lengua espanola. Barcelona: Ariel, 357-379. Harris-Northall, R. (1991): «Apocope in Alfonsine texts: a case study». Em: R. Harris-Northall & T. D. Cravens (eds.), Linguistic Studies in Medieval Spanish. Madison: Hispanic Seminary of Medieval Studies, 29-38. Hilty, G. (2002): «El plurilingüismo en la corte de Alfonso X el Sabio». Em: M.a T. Echenique Elizondo & J. Sánchez Méndez (eds.), Actas del V congreso internacional de historia de la lengua espanola. Madrid: Gredos, vol. 1, 207-220. Hualde, J. I. et al. (2001): Introducción a la lingüística hispánica. Cambridge: Cambridge University Press. Lapa, M. Rodrigues (1934): Liçoes de literatura portuguesa. Época medieval. Lisboa: Centro de Estudos Filológicos; cit. pela 10.a ed. revista pelo autor, Coimbra: Coimbra Editora, 1981. Lapesa, R. (1951): «La apócope de la vocal en castellano antiguo. Intento de explicación histórica». Em: Estudios dedicados a Menéndez Pidal. Madrid: CSIC, vol. 2, 185-226; cit. pela reed. em R. Lapesa, Estudios de historia lingüística espanola. Madrid: Paraninfo, 1985, 167-197. Maia, C. de Azevedo (1986): História do galego-portugues. Estado linguístico da Galiza e do Noroeste de Portugal desde o século XIII ao século XVI (com referencia a situaçao do galego moderno). Coimbra: Instituto Nacional de Investigaçao Científica. Maia, C. de Azevedo (1997): «A abordagem dos textos medievais (Reflexoes sobre alguns fragmentos das Partidas de Afonso X)». Em: I. Castro (ed.), Actas do XII Encontro Nacional da Associaçao Portuguesa de Linguística. Lisboa: Associaçao Portuguesa de Linguística, vol. 2, 157-169. Marino Paz, R. (1998): Historia da lingua galega. Santiago de Compostela: Sotelo Blanco. Martínez, H. S. (2003): Alfonso X, el Sabio. Una biografía. Madrid: Polifemo. Matute Martínez, C. (2001): «Interacción de sistemas lingüísticos en el Libro de las cruzes (1259) de Alfonso X el Sabio». Em: Cahiers de linguistique et de civilisation hispaniques médiévales, 24, 71-99. Moreno Bernal, J. (1999): «Contribución al estudio de la apócope de la vocal final en la General estoria IV». Em: Revista de filología espanola, 79/3-4, 261-289. Pena, X. R. (2002): Historia da literatura medieval galego-portuguesa. Santiago de Compostela: Sotelo Blanco. Riquer, M. de & J. M.a Valverde (1957-59): Historia de la literatura universal. Barcelona: Noguer, 3 vols. Rodríguez, J. L. (1983): «Castelhanismos no galego-portugues de Afonso X, o Sábio». Em: Boletim de filologia, 28, 7-19. Rodríguez, J. L. (1999): «De castelhano para galego-portugues: as traduçoes medievais». Em: R. Álvarez & D. Vilavedra (eds.), Cinguidos por unha arela común. Homenaxe ó profesor Xesús Alonso Montero. Santiago de Compostela: Universidade de Santiago de Compostela, vol. 2, 1285-1299. Rodríguez Llopis, M. (coord.) (2001): Alfonso X y su época. El siglo del rey sabio. Barcelona: Carroggio. Salrach Marés, J. M.a (1989): «Feudalismo y expansión (siglos XI-XIII)». Em: A. Domínguez Ortiz (dir.), Historia de Espana. Barcelona: Planeta, vol. 3, 255-437. Saraiva, J. Hermano (1978): História concisa de Portugal. Sintra: Publicaçoes Europa-América; cit. pela 14.a ed., 1991. Valdeón, J. (2003): Alfonso X el Sabio. La forja de la Espana moderna. Madrid: Temas de Hoy. Vilavedra, D. (1999): Historia da literatura galega. Vigo: Galaxia. Carlos Folgar University of Santiago de Compostela Remarks on Politics and Language(s) Concerning Alphonso X «the Wise» Keywords: Alphonso X «the Wise», nationalism, Hispanic kingdoms, apocope, Castilian language, Galician-Portuguese language, poetry. According to some philologists, certain linguistic behaviours adopted by the king Alphonso X the Wise in his use of the Castilian language were due to his Castilian nationalism. Nevertheless, our view is quite different. On the one hand, we accept the existence of the Castilian monarch’s political nationalism, which is manifest in his various expansionist ambitions (North Africa, Portu­guese Algarve, Navarre, Germanic Empire…). But, on the other hand, we find no evidence of political nationalist ideology in the linguistic domain. In order to deny the king’s linguistic nationalism, the best way, in our opinion, is to remember his positive assessment of the Galician-Portuguese language, which he made use of for writing his poetic work, particularly the Cantigas de Santa Maria. In this respect, this text becomes very important and very meaningful, not only in literary history but also from the linguistic point of view, because the king expresses in it —in Galician-Portuguese, not in Castilian— his reli­gious zeal and his devotion to the Blessed Virgin. Carlos Folgar Univerza v Santiagu de Composteli Komentarji o jeziku/-ih in politiki pri Alfonzu X. Modrem Kljuène besede: Alfonz X. Modri, nacionalizem, španska srednjeveška kraljestva, apokopa, kastiljšèina, galicijskoportugalski jezik, poezija Po mnenju nekaterih uglednih filologov je kralj Alfonz X. v kastiljšèino vpel­jal nekatere jezikovne rabe (na primer ukinitev apokope samoglasnika /e/ na koncu besede) zaradi svojega kastiljskega nacionalizma. Avtor prispevka meni drugaèe. Po eni strani se mu zdi povsem sprejemljiv monarhov politièni nacio­nalizem, ki je oèiten v njegovih številnih ekspanzionistiènih naèrtih (Severna Afrika, portugalska pokrajina Algarve, Navara, Sveto rimsko-nemško cesar­stvo …) v korist kraljestva Kastilja in Leon. Toda po drugi strani ni nobenih dokazov, da bi ta politièna nacionalistièna ideologija odsevala na jezikovnem podroèju. Po avtorjevem mnenju je mogoèe kraljevi jezikovni nacionalizem najlažje ovreèi, èe izpostavimo, kako pozitivno je vrednotil galicijskoportu­galski jezik, ki ga je uporabljal za pisanje poezije, predvsem marianskih pesmi Cantigas de Santa Maria. Z obravnavanega vidika je to literarno besedilo zelo pomembno in pomenljivo, saj kralj v njem – v galicijskoportugalskem in ne kastiljskem jeziku – izraža svojo versko vnemo in vdanost Devici Mariji. David Heredero Zorzo DOI: 10.4312/vh.24.1.37-52 Instituto OUTJ Polhov Gradec Retórica contrastiva/intercultural: aplicaciones didácticas a partir del uso de marcadores discursivos en un ensayo por aprendientes eslovenos de ELE Palabras clave: ELE, aprendientes eslovenos, retórica intercultural, marcadores discursivos, aplicaciones didácticas 1 Introducción: la retórica contrastiva y la retórica intercultural La retórica contrastiva es una disciplina de la lingüística aplicada que nació hace medio siglo, cuando Kaplan (1966) comparó los párrafos escritos por es­tudiantes universitarios hablantes nativos de inglés y de otros orígenes, llegan­do a la conclusión de que los aprendientes de segundas lenguas transferían los patrones retóricos y culturales de su lengua materna a la lengua meta. Desde el comienzo, el principal interés de la retórica contrastiva fue que sus investiga­ciones redundaran en aplicaciones didácticas para la clase de lengua extranjera. La disciplina evolucionó con el paso del tiempo y estuvo siempre acompanada por las críticas, lo que ha desembocado en los últimos anos en una redefinición del campo bajo el nombre de retórica intercultural. Connor (2011) establece que los estudios actuales deben prestar mayor atención al contexto completo en el que los textos se crean, la presencia en ellos de elementos de diferentes culturas (grandes y pequenas) y el proceso de negociación de significado que se da en la comunicación intercultural1 . Para consultar más sobre la transición de una a otra disciplina y las características de ambas véase Heredero Zorzo (en prensa). 2 Resultados de nuestro estudio Desde los orígenes de esta disciplina una gran cantidad de estudios llevados a cabo con este enfoque se han centrado en el estudio de ensayos escritos por estudiantes universitarios provenientes de diferentes culturas. Junto a esto, muchas de las investigaciones han puesto su foco de atención en la compara­ción del uso de marcadores discursivos, ya sea en este tipo de textos o en otros géneros relativamente similares. Tal es el caso de trabajos como los de Balažic Bulc (2005) o Deza Blanco (2007). Heredero Zorzo (2016) aúna estas dos vertientes para contrastar el empleo que hacen de marcadores discursivos estudiantes universitarios nativos espanoles y aprendientes eslovenos de espanol del mismo nivel de estudios en un ensayo expositivo-argumentativo. La muestra estaba compuesta por quince partici­pantes para cada grupo. Los hablantes nativos eran estudiantes de primer y se­gundo ano de la Facultad de las Artes y las Letras de la Universidad Nebrija de Madrid (Espana), mientras que los universitarios eslovenos cursaban el tercer curso de Filología Hispánica en la Universidad de Liubliana (Eslovenia), dis­poniendo de un nivel de espanol situado entre el B2+ y el C2 según el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. Los primeros realizaron la tarea en una sesión de clase de ochenta minutos. Por su parte, los aprendientes eslovenos de espanol como lengua extranjera (en adelante, ELE) la hicieron en casa a lo largo de dos semanas, lo que podría explicar parte de los resulta­dos. En ambos casos, los textos fueron recogidos a lo largo de la última semana de noviembre y la primera de diciembre de 2015. El objetivo de la investigación, con un diseno de descripción focalizada, era ver cuánto, cómo y por qué usan los marcadores discursivos los aprendientes eslovenos de ELE. Para ello, se propuso la redacción de un ensayo expositivo­argumentativo sobre el tema del espanol como lengua mundial. En la muestra se compararon concretamente diez categorías de marcadores discursivos: adi­tivos, causales, conclusivos, consecutivos, contraargumentativos, ejemplifica­dores, explicativos, organizadores de la información, reforzadores de la infor­mación y tematizadores. Los datos fueron procesados con el programa PSPP y sometidos a un análisis cuantitativo y cualitativo. Por lo que respecta a los números totales, los resultados muestran que ambos grupos utilizan una cantidad relativamente similar de marcadores discursi­vos. Los hablantes nativos utilizaron de media 11,07 marcadores discursivos por texto, por 12,07 en el caso de los aprendientes eslovenos. Esta diferencia, que no confirma la hipótesis previa de que los nativos utilizarían más, podría deberse a la mayor longitud de los textos escritos por los aprendientes es­lovenos (estos presentaban una media de 340 palabras, lo que contrasta con las 257,27 empleadas por los universitarios espanoles), así como al diferente contexto en el que se realizó la escritura. En el siguiente gráfico se pueden ver los números totales para cada marcador discursivo de la muestra. A la izquierda podemos ver los datos correspondientes a los hablantes nativos, cuyo corpus recibió la etiqueta de Corpus ESP, mientras que a la derecha tenemos Corpus SLO, el formado a partir de los textos producidos por los aprendientes eslovenos. Gráfico 1. Tipo y número de marcadores discursivos empleados en nuestro estudio Se puede observar que, en relación con cada categoría de marcadores discursi­vos, los números fueron también relativamente similares, exceptuando los de tipo causal y contraargumentativo, en los que las diferencias resultaron esta­dísticamente significativas. En cuanto a los marcadores discursivos causales, las estructuras que presentan una mayor diferencia de uso a favor de los ha­blantes nativos son ya que (25 casos entre los nativos y 2 entre los eslovenos) y debido a (9 y 2, respectivamente). Por su parte, dentro de los marcadores contraargumentativos, de mayor empleo entre los estudiantes eslovenos, no se observa ninguna diferencia destacable en relación con ninguna estructura concreta. En cambio, esto sí ocurre en otras categorías que no presentan di­ferencias estadísticamente significativas. Es el caso de los marcadores de tipo conclusivo, donde tenemos en conclusión (4 y 1 casos, respectivamente) y para concluir (0 y 2). En lo referente a los marcadores consecutivos sucede con por (lo) tanto, empleado 4 veces por los nativos y solo en 1 ocasión por los eslove­nos, quienes, en cambio, utilizan de manera incorrecta los marcadores orales así que (en 4 ocasiones) y entonces (2 veces), los cuales no aparecen entre los na­tivos. En relación con las estructuras que sirven para organizar la información, llama la atención que los hablantes nativos se decantan al principio del texto por primero, que aparece en 1 ocasión, y los eslovenos prefieren para empezar, con 3 casos. Un fenómeno similar ocurre con este tipo de marcadores al final del texto, con los espanoles optando por por último y los eslovenos por para terminar, siendo ambas estructuras utilizadas 1 vez. Finalmente, también desta­camos que los aprendientes eslovenos apenas hacen uso de marcadores discur­sivos tematizadores, apareciendo solo en cuanto en 1 ocasión. Por su parte, los hablantes nativos la emplean 5 veces (si bien en determinados casos de manera inapropiada), además de 1 presencia de respecto a. En la siguiente tabla resumi­mos estas diferencias relevantes en el uso de marcadores discursivos entre uno y otro grupo y que podrían tener una repercusión en aplicaciones didácticas. Marcador discursivo Corpus ESP Corpus SLO ya que 25 2 debido a 9 2 en conclusión 4 1 para concluir 0 2 por (lo) tanto 4 1 así que (oral) 0 4 entonces (oral) 0 2 primero 1 0 para empezar 0 3 por último 1 0 para terminar 0 1 en cuanto a 5 1 respecto a 1 0 Tabla 1. Diferencias relevantes para aplicaciones didácticas en el uso de marcadores discursivos 40 Consideramos que estas divergencias podrían tener diversas consecuencias en la recepción de los textos por parte de una comunidad discursiva nativa en la que los estudiantes eslovenos de Filología Hispánica quisieran integrarse. Por ello, estimamos oportuna una intervención didáctica por parte de los profe­sores que subsane estas imprecisiones. El objetivo de este trabajo es establecer las bases de dichas aplicaciones didácticas a partir de diferentes acciones re­comendadas por investigaciones previas de retórica contrastiva e intercultural para que en un futuro se pudiera llevar a cabo tal intervención pedagógica. 3 Aplicaciones didácticas generales en la retórica intercultural Como hemos mencionado más arriba, la retórica contrastiva/intercultural tuvo desde sus orígenes una clara orientación pedagógica. No obstante, si se analiza la bibliografía existente al respecto, llama poderosamente la atención que las investigaciones que acaban resultando en aplicaciones didácticas concretas o que giran en torno a ellas son escasas. Los estudios se centran principalmente en las diferencias y similitudes entre ambas lenguas y culturas escritas sin lle­gar a proponer acciones determinadas para facilitar la producción de textos a los aprendientes de una lengua meta, lo que resulta una fuerte contradicción respecto a los propósitos de la disciplina. Con esto coincide Walker (2006: 94), quien decía que el campo presentaba carencias «in development and application to classroom study». En cualquier caso, existen determinados trabajos que sí cum­plen este objetivo. Estas aplicaciones pedagógicas de la retórica intercultural, parte de las cuales han sido recogidas por Connor y Traversa (2014), son pre­sentadas a continuación. Cuando un pedagogo con un enfoque retórico intercultural se sienta a disenar actividades que puedan ayudar a los aprendientes a adaptar sus procesos de escritura y sus productos escritos a las expectativas de la comunidad discursiva a la que pretenden dirigirse, frecuentemente llegan a una primera idea común. Esta no es otra que la de exponer a los estudiantes a textos equiparables en ambas lenguas maternas, es decir, si tenemos, por ejemplo, un grupo de apren­dientes eslovenos les presentaríamos escritos comparables (en contenido, audiencia, grado de pericia del escritor, canal de comunicación…) en lengua eslovena y en lengua espanola que hayan sido escritos por hablantes nativos. A esta misma idea ya llegó Casanave (2004). Junto a ello, con el fin de prestar la debida atención al contexto en el que se crean los textos, esta investigadora también propone que el profesor estimule entre los estudiantes el análisis de los objetivos de su escritura y la audiencia a la que va dirigida, así como las expectativas de esta, con la intención de «breaking down students’ stereotypes of their L1 and L2 and helping them come to a more complex understanding of how their L1 rhetoric creates meaning» (Casanave 2004: 46). Casanave (ibidem) aconseja que, para profundizar en la reflexión de las expectativas de la audiencia, los aprendientes pueden reaccionar a textos escritos con el mismo objetivo comu­nicativo en ambas lenguas y así discutir sobre las expectativas culturales res­pecto a determinados productos escritos. Además, según Matsuda (1997), los estudiantes deberían aprender estas negociaciones experimentando el proceso de una forma real, es decir, realizando tareas en contextos reales de escritura en comunidades discursivas con lectores verdaderos. Siguiendo este punto de vista, este autor propone como actividad escribir una resena crítica del ensayo de un companero y compartirlo con toda la clase. Para los investigadores del campo, la discusión en la clase respecto a la escri­tura y lo que le rodea es fundamental. Por ello, es una aplicación didáctica que ha estado presente desde los tiempos iniciales de la disciplina, como muestra la investigación llevada a cabo por Liebman (1988). Esta investigadora desarro­lló un curso en el que concibió a los estudiantes como “etnógrafos” y promo­vió el debate entre estudiantes nativos y no nativos de inglés acerca de la for­ma en la que escribían. La autora afirma que «not only students from both clases learned to write, but they learned a great deal about other cultures» (Liebman 1988: 18). Estos postulados han tenido amplio eco en trabajos posteriores, como en Kubota y Lehner (2004), quienes intentaron reformular la disciplina bajo el nombre de retórica contrastiva crítica incluyendo elementos postestructura­listas, postcoloniales y postmodernos para intentar paliar la supuesta acultura­ción de los estudiantes al aprender inglés como lengua extranjera. Si bien esta corriente ha quedado descartada, resultan oportunas las recomendaciones de que el estudiante reflexione de manera crítica sobre las convenciones retóricas establecidas tanto en su lengua materna como en la lengua extranjera, así como su relación personal con dichas convenciones. Estos autores sugieren que los estudiantes piensen y discutan sobre estos aspectos en relación con su idioma nativo y transfieran de manera crítica estas percepciones a la hora de producir textos en la lengua meta. Tanto el enfoque de Liebman (1988) como el de Kubota y Lehner (2004) seguirían a la perfección los postulados de la retórica intercultural, ya que, como afirma Connor (2011: 64), «for the classroom, the new intercultural rhetoric theory has an impact on how we treat students’ L1 cultures and their new culture, how we view norms and expectations of language, and how we deal with students’ identities». Así pues, se puede observar que la reflexión crítica y el debate sobre las dife­rentes convenciones retóricas en la clase de lenguas extranjeras es de vital im­portancia para la retórica intercultural. Para Liebman (1988), estas discusiones deberían ir acompanadas de las tradicionales lecciones magistrales del profe­sor. Esto también es apoyado por Yoshimura (2002), quien además concluye que la mejora en la escritura de los estudiantes es aún mayor si la instrucción se realiza en la lengua materna de los aprendientes. La instrucción tradicional por parte del docente, combinada con actividades centradas en la respuesta de los estudiantes, también es apoyada parcialmente por Walker (2011). Este autor hace un repaso de diferentes publicaciones que muestran que las confe­rencias de los profesores fomentan una mayor reflexión entre los estudiantes, mientras que en lo referente a las actividades de respuesta entre los compa­neros existe división de opiniones. No obstante, propone que se realicen este tipo de tareas (preferiblemente en parejas) para que los estudiantes analicen características específicas de su propia escritura. Sugiere que estas actividades deben ser numerosas y centradas en los aprendientes y que de esta manera los estudiantes adquirirán una mayor conciencia acerca de la audiencia a través de la retroalimentación de sus companeros, desarrollarán el pensamiento crítico al analizar y revisar la escritura de otros y reforzarán la confianza en su propio trabajo, gracias a la observación de primera mano de las dificultades que los companeros tienen al escribir. Finalmente, Walker (2011) recomienda que el profesor dirija el debate en la clase, guiando a los alumnos hacia el tratamiento de la forma de aprendizaje de la retórica en su lengua materna, las dificultades que encuentran a la hora de desentranar las ideas en la retórica de los textos de la lengua meta y los ajustes necesarios para satisfacer las expectativas de la au­diencia en la lengua extranjera cuando escriben en ella. En su trabajo de guía, el docente puede hacerse valer de rúbricas, listas de comprobación y preguntas que sirvan de guía. Walker (2011: 78) sugiere que, así, «students may respond better to intercultural rhetoric if they are allowed to make discoveries for themselves». Estas prácticas pedagógicas también se pueden llevar a cabo a través de las nuevas tecnologías, tal y como demuestra el trabajo de Xing, Wang y Spen­cer (2008). Estos autores implementaron un curso de telecolaboración entre hablantes nativos de inglés y aprendientes chinos de esta lengua con la inten­ción de mejorar la expresión escrita de estos últimos. Para ello, idearon un curso colaborativo, puesto que «learning to compose in a foreign language is not an isolated classroom activity, but a social and cultural experience» (Xing, Wang y Spencer 2008: 73). Las herramientas para establecer la telecolaboración fue­ron salas de chat, correos electrónicos, foros de debate y, ocasionalmente, videoconferencias. El curso tuvo una duración de diez semanas, se centraba en determinados aspectos (estructura textual, uso de marcadores discursivos, párrafos…) y los estudiantes tenían que dedicarle al menos 20 minutos a la semana y escribir un ensayo cada dos semanas. Para esto último, primero te­nían que presentar un primer borrador en el foro de debate, pudiendo así ser visto y comentado por todos los companeros y el profesor. Una vez realizada la discusión sobre el texto, debían elaborar la versión final del mismo, la cual también era cargada a la plataforma para que todos los participantes tuvieran la oportunidad de observarla y apreciar las mejoras. Asimismo, los estudian­tes tenían a su disposición en el campus virtual modelos en ambas lenguas en los cuales estaban resaltados de diferentes formas aquellos aspectos en los que se centraba el trabajo de la semana (por ejemplo, si el tema era el uso de los marcadores discursivos, estos estaban marcados con diferentes colores) y unas actividades dirigidas a la reflexión del alumno respecto a estos elementos lingüísticos y textuales. De esta manera, los aprendientes podían observar, comparar y analizar diferentes materiales de las dos culturas, intercambiando puntos de vista de una manera recíproca y, por consiguiente, profundizando en su análisis intercultural. Los resultados de la investigación mostraron que los participantes no nativos modificaron su estilo de escritura hasta equipa­rarlo al de los hablantes nativos. Del mismo modo, los participantes mostra­ron en una encuesta de satisfacción tras el experimento que el curso les había resultado positivo debido a la interacción, si bien consideraban que esta no era mejor entre companeros que con hablantes nativos y con profesores y deseaban una comunicación más frecuente, así como una mayor cantidad de materiales de muestra. Por lo que respecta al ELE, los trabajos de este tipo son muy escasos. Prác­ticamente solo podemos hablar del realizado por Jiménez Ramírez (2010). Este investigador puso en práctica un tratamiento pedagógico similar a los ya comentados con la intención de mejorar la aplicación de los símbolos or­totipográficos por parte de estudiantes universitarios en Espana procedentes de diferentes culturas. La aplicación pedagógica consistió en comparar estos elementos en un cuento bilingüe espanol e inglés, es decir, usando modelos originales de los productos escritos y debatiendo acerca de las similitudes y las diferencias. Los resultados de la investigación mostraron que hubo una mejora en el empleo de estos elementos por parte de los aprendientes, lo que se evaluó a través de entrevistas personales con ellos y la calificación por parte de profesores externos. 4 Aplicaciones didácticas a nuestro caso de estudio Las aplicaciones didácticas expuestas más arriba servirían para mejorar la ex­presión escrita de los aprendientes de ELE, puesto que, según Connor (2011: 77), un enfoque intercultural «trains learners to view different cultures from a perspective of informed understanding», dotando a los estudiantes de mayores op­ciones a la hora de tomar una determinada decisión retórica. Debido a ello, a continuación establecemos una serie de tratamientos pedagógicos concretos aplicados a nuestro estudio del uso de marcadores discursivos en un ensayo expositivo-argumentativo por parte de aprendientes eslovenos de ELE que presentábamos más arriba. Obviamente, debido a que en nuestra investigación escribieron el mismo en­sayo estudiantes universitarios nativos y aprendientes eslovenos de ELE, la primera aplicación didáctica que propondríamos sería comparar la escritura de unos y otros respecto al uso de los marcadores discursivos que presentan mayores divergencias y que hemos enumerado anteriormente. Así, podríamos exponer a los universitarios eslovenos a fragmentos (no sería necesario el texto entero para este caso concreto) de los ensayos escritos por nativos y por ellos mismos y guiar la reflexión sobre las diferencias de uso (también podría ha­cerse para observar las similitudes). Por ejemplo, en el caso de las estructuras causales podríamos mostrarles los dos extractos siguientes, correspondientes el primero a un escritor nativo y el segundo a uno esloveno2: [1] Debido a su facilidad, utilidad, es la lengua de internet y a que la cultura inglesa y americana, etc son mundialmente conocidas y compartidas, su uso no deja de crecer. También debemos mencionar que en estos territorios también se habla y estudia el espanol, ya que para ellos es su lengua secundaria y su vehículo de aprendizaje y de empleo. [2] En primer lugar, creo que en la Edad Moderna el uso de las lenguas se difunde a través de la tecnología y los medios. En este aspecto el inglés tiene una gran ventaja en comparación con el espanol porque es la lengua oficial del Internet, los programas y los ordenadores en general. Tanto [1] y [2], como los fragmentos posteriores [3] y [4], están extraídos de David Heredero Zorzo (2016). En todos ellos se respeta la grafía del original, incluso si es incorrecta. Tómense estos fragmentos como ejemplos de lo que se podría llevar a cabo. No es nuestro objetivo aquí plantear una exhaustiva serie de comparaciones entre los dos corpus. Una vez que los alumnos hayan leído ambos fragmentos, se podría iniciar la discusión preguntándoles qué texto está escrito por un nativo y por qué lo piensan, debatiendo acerca de ello. Después, se les pediría que busquen en ambos ejemplos estructuras a partir de las cuales el lector establece inferencias causales. De esta manera, se vería que en [1] aparecen debido a y ya que, mien­tras que en [2] tenemos porque. Entonces, el profesor les preguntaría cuáles son las diferencias pragmáticas en el uso de estos marcadores, guiando el debate entre los estudiantes, el cual terminaría cuestionándoles qué conectores serían más apropiados para este tipo de texto y por qué. El profesor simplemente ejercería el papel de guía, dejando el peso de la discusión a los alumnos y haciendo notar determinados aspectos que les pudieran pasar inadvertidos a estos, siguiendo lo establecido por Liebman (1988) y Walker (2011). El mismo procedimiento se podría poner en práctica respecto al resto de marca­dores discursivos mencionados en el apartado 2 de este trabajo. Así, para trabajar las estructuras que sirven para organizar la información (más concretamente para introducir una última aportación) se podrían usar los siguientes fragmen­tos, siendo [3] escrito por un hablante nativo y [4] por uno aprendiente esloveno: [3] Por último, también la posición del espanol respecto a otras lenguas se ha visto manifestada en las redes sociales, constituyendo el tercer idioma más hablado después del chino y el inglés. [4] Y para terminar, si nos fijamos en el dominio digital (el internet) alguna vez leí en alguna parte del mismo que el castellano es la tercera lengua de comunicación entre los usuarios y […]. Este tratamiento pedagógico respecto a los marcadores discursivos podría ser completado con el uso de otros textos escritos por hablantes nativos en ambas lenguas, como propone Casanave (2004). De esta manera, se les presentarían ejemplos de textos en espanol y en esloveno que se podrían sumar al deba­te iniciado con los escritos producidos por los estudiantes. Este análisis se centraría, en nuestro caso concreto, en los marcadores discursivos empleados, pero, dependiendo de las necesidades de nuestro curso, el trabajo podría am­pliarse a otros aspectos como la estructura del texto o la división de los párra­fos. A continuación, presentamos un ejemplo de dos fragmentos a comparar en ambas lenguas3: Ambos textos corresponden a un modelo de comentario de texto literario de la prueba de acceso a la Universidad en Espana y Eslovenia, respectivamente. En primer lugar, [5] está [5] Las ideas de Iturrioz, es decir, es imposible cambiar la crueldad humana y hay que restringir la lucha a cuestiones concretas, aparecen razonablemente argumentadas; no obstante, la conclusión de Andrés de que lo mejor es no hacer nada, creo que no tiene un sustento sólido en las palabras del texto, porque igual que opta por esa conclusión u opción podía haber sacado otra bien distinta. [6] Pomembno slogovno sredstvo v odlomku je, tako kot v celotni drami, igra svetlobe in teme. Maks privije luè, saj, kot pravi, noben morivec še ni moril pri luèi. Tudi njegove besede v poltemi zvenijo drugaèe. Ko Kantor zgrabi Krnca za vrat, Maks prekine dogajanje s tem, da luè privije navzgor in razsvetli prostor, pa tudi spregovori z drugaènim glasom. Respecto a [5] y [6] el profesor podría guiar el debate entre los alumnos de manera que se fijen en los marcadores discursivos que aparecen y las inferen­cias que se establecen a partir de ellos, si hay algunos comparables, qué implica el uso de unos y otros en ambas lenguas, etc. Con esta reflexión, se pretende conseguir un mayor conocimiento de estas estructuras en ambas lenguas. Por último, consideramos que estas aplicaciones didácticas obtendrían sus me­jores resultados si se implementaran a través de un curso de telecolaboración al estilo del planteado por Xing, Wang y Spencer (2008). Con tal fin, se crearía una plataforma virtual en la que, a lo largo de varios meses, estudiantes eslo­venos y universitarios nativos de espanol compartirían trabajo y experiencias. Los contenidos de dicho curso se acercarían mucho a los propuestos por Xing, Wang y Spencer (2008). Así, habría diferentes secciones: marcadores discursi­vos, diversos géneros discursivos, estructura textual, tratamiento del párrafo, extraído de Universidad de Granada (2008): Solucionario a las pruebas de acceso a la Universidad propuestas por las universidades andaluzas: http://www.ugr.es/~eues/pau/PruebasPAU2008/ asignaturas/lengua_cast_lit/4Texto%20de%20Pio%20Baroja.pdf (6-9-2016). Por su parte, [6] está tomado de VV. AA. (2013): Esej na maturi 2014. Èlovek v svetu. Ljubljana: Intelego. Consideramos comparables ambos textos por tener autores de características equiparables, el mismo propósito comunicativo, incluirse dentro de una comunidad discursiva similar y corresponder al mismo género. El tema también es relativamente parecido, ya que analizan un texto literario, que, a su vez, podría tener ciertas similitudes temporales, estilísticas y temáticas (en el caso espanol se trata de El árbol de la ciencia, publicado en 1911 por Pío Baroja, mientras que en el caso esloveno es Kralj na Betajnovi, publicada en 1902 por Ivan Cankar). Obviamente la comparabilidad es bastante subjetiva, especialmente en lo referente a textos literarios, pero considérese como un ejemplo posible. Hay que tener en cuenta la dificultad de encontrar textos de estas características en lengua espanola y eslovena que resulten equiparables. etc. Para cada sección habría unos materiales de trabajo y unos modelos sobre los cuales los participantes deberían reflexionar. Cada estudiante esloveno es­taría emparejado con un universitario nativo, con el cual podría debatir acerca de los materiales de cada sección por videoconferencia o correo electrónico, así como con el resto de alumnos a través de foros. Cada apartado tendría una tarea final, que consistiría en una producción escrita, la cual podría ser individual o trabajada por las parejas predeterminadas de nativo y no nativo. Idealmente, estas tareas serían reales y necesitarían una respuesta por parte de un miembro del curso o, incluso, por un actor externo. Como ejemplo de tarea escrita real, proponemos la redacción de una carta de solicitud de admisión para estudios de máster en una universidad espanola. Primero, se redactaría un borrador, que sería colgado y comentado por todos en la plataforma para pro-mover aún un mayor debate acerca de las elecciones retóricas de unos y otros, repercutiendo en un mayor dominio de las mismas. Finalmente, se elaboraría una versión final del texto que también sería compartida con todos los parti­cipantes del curso en la plataforma para una evaluación final por parte de los companeros y del profesor. Una vez terminado el curso, se realizarían encues­tas de satisfacción y entrevistas con los participantes, con el fin de averiguar la valoración de los estudiantes sobre el mismo. Consideramos que este tipo de tratamiento pedagógico sería muy útil para los hablantes no nativos a la hora de mejorar su competencia escritora, pero, a diferencia de lo que pudiera pa­recer, también para los universitarios nativos, a cuya escritura no se le presta la debida atención en numerosas ocasiones y también es claramente mejorable, como se puede apreciar en el corpus de nuestro estudio4 . 5 Conclusiones A lo largo de este trabajo hemos visto cómo uno de los fines de la retórica intercultural es desembocar en aplicaciones pedagógicas para la clase de len­gua extranjera, aunque esto no ha ocurrido siempre con la deseada frecuencia. Asimismo, hemos afirmado que los aprendientes eslovenos de ELE de nivel universitario emplean los marcadores discursivos de manera similar a como lo hacen los universitarios nativos, si bien el uso de determinadas estructuras se podría mejorar, como debido a y por (lo) tanto, entre otras. Con este fin, hemos propuesto diferentes tratamientos pedagógicos que siguen la línea de Más arriba, hemos mencionado el uso incorrecto que hacen los hablantes nativos de nuestra muestra del marcador discursivo en cuanto a. Otro aspecto claramente mejorable es la división en párrafos, la cual en algunos casos es inexistente. Los textos de la muestra se pueden consultar en Heredero Zorzo (2016). las aplicaciones establecidas desde la retórica intercultural, con autores como Liebman (1988), Casanave (2004), Xing, Wang y Spencer (2008) y Walker (2011), que consistirían en el contraste de textos escritos en ambas lenguas maternas, en lengua espanola tanto nativa como meta y un curso telecolabo­rativo entre hablantes nativos y no nativos en el que se incluyeran conceptos como los marcadores discursivos, la estructura de los géneros o el tratamiento del párrafo. Consideramos que este tipo de enfoque ayudaría a progresar a aprendientes de ELE, así como a nativos, en su competencia escritora, espe­cialmente en la toma de conciencia respecto a la tipología textual. De igual manera, estimamos que fomentaría el empleo del aprendizaje colaborativo y provocaría una mayor difusión de la disciplina conocida como retórica inter­cultural. Por todo ello, y debido a la escasez de este tipo de intervenciones pedagógicas dentro de la lingüística aplicada, presenta un amplio panorama de práctica que es necesario desarrollar en el futuro. Bibliografía Balažic Bulc, T. (2005): «Connectors in Students’Academic Writing in Two Closely Related Languages (on the Case of Slovene and Croatian Language)». En: Universidad de Birmingham, Proceedings from the Corpus Linguistic Conference Series Vol. 1-2. Birmingham: Centre for corpus research: » (ibid.). o futuro anterior» (Campos, 1998: 243). O valor de suposiçao deste futuro resulta «de o locutor nao poder ou nao querer assumir a validaçao da relaçao predicativa modalizada» (ibid.). A título destas observaçoes de Campos, apre­sentam-se os exemplos do futuro em -r- com o valor de suposiçao, encontrado no texto narrativo analisado: (3) (a) […], Nao me cair um raio em cima, será pecado praguejar, mas alivia muito. (MdC, 58) (b) Porém, hoje é dia de alegria geral, porventura a palavra será imprópria, porque o gosto vem de mais fundo, talvez da alma, olhar esta cidade sain­do de suas casas, despejando-se pelas ruas e praças, descendo dos altos, juntando-se no Rossio para ver justiçar a judeus e cristaos-novos, a he­reges e feiticeiros, fora aqueles casos menos correntemente qualificáveis, como os de sodomia, molinismo, reptizar mulheres e solicitálas, e outras miuçalhas passíveis de degredo ou fogueira. (MdC, 50) (c) […] arremessados, e entao era ver como velhos e novos remexiam na lama onde se enterrara um real, como tacteavam cegos o fundo das águas lo­dosas onde um real se afundara, enquanto as reais pessoas iam passando, passando, graves, severas, majestosas, sem abrirem um sorriso, porque também Deus nao sorri, ele lá saberá porque, talvez tenha acabado por se envergonhar do mundo que criou. (MdC, 328) O valor modal construído nas sequencias narrativas (3 a, b e c) resulta do facto de o enunciador nao querer ou nao poder assumir a validaçao da relaçao predicativa, ou seja, nao há certezas sobre uma determinada situaçao ou estado de coisas. As formas do futuro sintético será, será, saberá para além de marca­rem uma distância modal, nao marcam uma distância temporal e constroem só um valor modal. Esta constataçao é evidenciada também pelo facto de que os acontecimentos linguísticos construídos, em termos temporais, sao simul­tâneos ao tempo da enunciaçao. Outro valor modal do futuro em -r-, observado em Campos (1998: 244), é o futuro com valor de certeza que reforça o valor de assertivo de enunciaçao e contém uma componente temporal. Associa-se as forças deônticas e as cir­cunstâncias empíricas. Em palavras da autora, este emprego modal é um dos empregos modais quando o locutor, empregando o futuro gramatical em -r- «constrói a certeza de que um determinado estado de coisas terá lugar, quer essa certeza tenha origem na própria vontade do locutor, quer ela se baseie numa crença e/ou resignaçao perante as imposiçoes de uma força exterior» (Campos, 1998: 244). Porém, a autora nao deixa de ter em conta a componente temporal que é coexistente, o que se deve ao facto, como se explica (ibid.), de a localizaçao temporal do acontecimento linguístico ter lugar num momento posterior ao tempo da enunciaçao. O futuro com este valor denota o dever, a obrigaçao, tem valor de imperativo e na literatura linguística recebeu vá­rias denominaçoes, como o futuro volitivo, o futuro de promessa, o futuro profético, o futuro gnómico, o futuro compulsivo, o futuro sugestivo, entre outros5. É de sublinhar, que, segundo Campos (1998: 245), «contrariamente ao futuro de suposiçao, o futuro com valor de certeza acentua a certeza de que uma coisa acontecerá» e reforça, assim, o valor assertivo do enunciado. A autora (ibid.) verifica, a base de exemplo «depois verás quem tinha razao», que ao valor temporal de ‘depois verás’, se associa ao valor modal ‘de certeza’. No caso «farás o que eu te digo», constroem-se os mesmos valores temporal e modal e trata-se dum reforço do valor imperativo. Como refere Campos, «no momento da enunciaçao, o locutor tem a ‘certeza’ sobre a realizaçao do acontecimento linguístico num momento posterior ao agora de enunciaçao» (ibid.). Quanto a diferença do emprego entre as formas em -r- e as formas de imperativo, a autora realça, que no caso do futuro, na relaçao intersubjetiva locutor-interlocutor, o papel deste último é mínimo, nao havendo nenhuma imposiçao. No caso do imperativo, também há imposiçao. Parece que em am­bos os empregos já está tudo decidido, sem considerar nem a situaçao nem a opiniao do interlocutor. Apresenta-se, a seguir, uma sequencia narrativa (4) do nosso corpus que inclui, entre outras, também as formas do futuro em -r- (irás construindo, entrançarás, irás, procurarás, deverás, comprarás, mercarás, have­rás) que, nesta sequencia, ocorrem com o valor modal deôntico de obrigaçao, aproximando-se da força ilocutória do imperativo. Assim, em (4) pode-se ve­rificar que as formas do futuro em -r- estao associadas a interaçoes discursivas entre as diferentes personagens da história. Note-se também que na relaçao intersubjetiva locutor-interlocutor, o papel deste último é mínimo, ou seja, nao se considera nem a situaçao nem a atitude do interlocutor. Said Ali (1923: 107-113), por exemplo, denomina este uso como futuro compulsivo e assinala «este futuro compulsivo [...] pode ser ou categórico ou simplesmente sugestivo. O tipo categórico exprime uma ordem dada no tempo presente, contando-se que será cumprida. É linguagem mais enérgica que o modo imperativo, pois que nao faz o mínimo cado da vontade do individuo com quem se fala» (ibid.). Boléo, por sua vez, (1973: 14-15) observa o caso do futuro ‘intimativo’ ou de obrigaçao moral que equivale, segundo este autor, a um auténtico imperativo. (4) Disse Baltasar, E a máquina de voar, como a farei, Como a tínhamos co­meçado, […] irás construindo de baixo para cima, […], entrançarás o vime e o ferro, imagina que estás ligando penas a ossos, já te disse, virei sempre que puder, para comprares o ferro irás a este lugar, procurarás nos vimiais do termo o vime de que precisas, e ao açougue irás comprar as peles para os foles da máquina, eu te direi como deverás curti-las e cortá-las, […] e tens aqui mais este dinheiro, comprarás um burro, sem ele como transpor­tarias todos os materiais necessários, e também mercarás uns ceiroes gran­des, mas haverás sempre a mao ervas ou palhas para que possas esconder o que trouxeres dentro deles, lembrem-se de que toda esta nossa obra terá de ser feita em absoluto segredo, […] e se alguém aí vier com perguntas, dirao que estao a guardar a quinta por ordem de el-rei, […] (MdC, 150, 151) Outro valor modal do futuro em -r-, observado em Campos (1998: 246), é o futuro com valor de atenuaçao que corresponde a um valor de asserçao e marca enfraquecimento da tensao intersubjetiva6. Como refere Campos, o futuro com valor de atenuaçao ocorre sobretudo com os verbos enunciati­vos. Marca-se, com o emprego do futuro com valor de atenuaçao, como se dá conta em Campos (1998: 246), «uma distanciaçao do enunciador em re­laçao a uma asserçao da qual o responsável é o interlocutor, e nao ele próprio». É interessante referir a diferença entre o futuro de suposiçao e o futuro de atenuaçao, correspondendo o primeiro a um valor nao assertivo e o segundo marcando um valor de asserçao estrita. Como refere Campos (1998: 247), o ‘direi’ nao se pode substituir por ‘talvez diga’, porque ao dizer ‘direi que’, o enunciador-locutor está ‘efectivamente a dizer que... ’. No caso deste futuro, a própria enunciaçao se projeta, abstratamente, num tempo posterior ao tem­po de enunciaçao. Ilustra-se estas afirmaçoes com duas sequencias narrativas (5a e b) do texto Memorial do Convento nas quais o enunciador, a empregar as formas do futuro em -r- (diremos nós e direi), constrói uma relaçao predicativa que se localiza temporalmente no momento da enunciaçao e nao depois do dito momento. Para Cunha & Cintra (1984: 457) este uso é a forma polida de presente. Para Boléo (1973: 13), por sua vez, «o futuro imperfeito é mais polido e serve para traduzir expressoes de modéstia ou cortesia, emprego esse principalmente popular e que apresenta, portanto, aspecto sociolinguístico». (5) (a) Durante uma semana, todos os dias, sofrendo o vento e a chuva pelos caminhos alagados de S. Sebastiao da Pedreira, o músico foi tocar duas, tres horas, até que Blimunda teve forças para levantar-se, sentava-se ao pé do cravo, pálida ainda, rodeada de música como se mergulhasse num profundo mar, diremos nós, que ela nunca por aí navegou, o seu naufrágio foi outro. (MdC, 192) (b) […] Porque come Blimunda pao antes de abrir os olhos de manha, Sim, Se o vieres a saber um dia, será por ela, por mim nao, Mas sabe a razao, Sei, E nao ma diz, Só te direi que se trata de um grande mistério, voar é uma simples coisa comparando com Blimunda. (MdC, 66) Note-se que, nos exemplos (5 a e b), o enunciador a empregar as formas do futuro em -r- do verbo enunciativo dizer (diremos nós e direi) projeta um de­terminado estado de coisas presente num momento posterior a enunciaçao. O objetivo de tal enunciaçao é o propósito de atenuar a ideia de que algo está a acontecer, i.e., que o enunciador, a enunciar que ‘dirá’, ‘já está a dizer’. 3 Notas conclusivas Como resumo das observaçoes acima apresentadas, poder-se-á sumarizar, entao, que, em portugues europeu, quanto ao futuro em -r- e os seus va­lores temporais, foi verificado em Campos (1998) que o futuro temporal contém uma componente modal que, embora nao predominante, nao pode ser evacuada. Quanto aos empregos modais, ainda no âmbito do portugues europeu, evidencia-se na mesma obra (Campos, 1998) que, considerando a escala contínua de valores assertivos, os valores modais marcados pela forma em -r- do futuro podem ser representados nesta escala de forma que o futuro de suposiçao se situa num ponto próximo de, ou coincidente com o polo zero (o polo da nao asserçao); o futuro de certeza, por sua vez, situa-se num ponto que tende para o polo um (o polo da asserçao, positiva ou negativa). Foi re­ferido também outro valor modal do futuro em -r-, observado em Campos (1998: 246), que é o futuro com valor de atenuaçao que corresponde a um valor de asserçao e marca enfraquecimento da tensao intersubjetiva. As ob­servaçoes de Campos (1998) foram exemplificadas com alguns exemplos de portugues europeu, ou seja, algumas sequencias narrativas tomadas da obra Memorial do Convento de José Saramago que constituiu o corpus de análise para ilustrar e verificar cada um dos valores, tal como propostos na obra de Campos (1998). A análise das formas do futuro em -r- nas sequencias narra­tivas analisadas comprovou a proposta da classificaçao dos usos e valores do estudo de Campos (1998). Bibliografia Bally, C. (1932): Linguistique générale et linguistique française. Bern: Francke. Boléo, M. P. (1973): Os valores temporais e modais do futuro imperfeito e do futuro perifrástico em portugues. Separata de Biblos – vol. XLI. Coimbra: Biblioteca da Universidade. Brocardo, M. T. (2013): O pretérito perfeito composto – origem e evoluçao histórica. Em: Markiè, Jasmina / Correia, Clara Nunes (2013): Descriçoes e Contrastes - Tópicos de Gramática Portuguesa com Exemplos Contrastivos Eslovenos/Opisi in primerjave. Poglavja iz slovnice portugalskega jezika s kontrastivnimi ponazoritvami v slovenšèini. Ljubljana. Znanstvena založba Filozofske fakultete Univerze v Ljubljani. Bybee, J. L. et al. (1994): The Evolution of Grammar. Tense, Aspect, and Modality in the Languages of the World. Chicago: University of Chicago Press. Campos, M. H. Costa & Xavier, M. F. (1991): Sintaxe e Semântica do Portugues. Lisboa: Universidade Aberta. Campos, M. H. Costa (1997): Tempo, Aspecto e Modalidade. Estudos de Linguística Portuguesa. Porto: Porto Editora. Campos, M. H. Costa (1998): DEVER e PODER. Um subsistema modal do Portugues. Lisboa: Fundaçao Calouste Gulbenkian. Cunha, C. & Cintra, L. L. (1984): Nova Gramática do Portugues Contemporâneo. Lisboa: Ediçoes Joao Sá da Costa. Fleischman, S. (1982): The Future in Thought and Language. Diachronic Evidence from Romance. Cambridge: Cambridge University Press. Neves, M. H. de Moura (2006): Gramática e Texto. Sao Paulo: Contexto. Oliveira, F. (2003): «Modalidade e modo». Em: Mateus, M. H. et al. Gramática da Língua Portuguesa (5a ed.). Lisboa: Caminho, 242-272. Palmer, F. R. (1986): Mood and Modality. Cambridge: Cambridge University Press. Said Ali, M. (1923): Formaçao de palavras e syntaxe do portuguez historico. Sao Paulo – Cayeiras – Rio: Companhia Melhoramentos de S. Paulo (Weiszflog Irmaos). Valentim, H. T. (2004): Um estudo semântico-enunciativo de predicados subjectivos do portugues. Dissertaçao de Doutoramento. Lisboa: Universidade Nova de Lisboa. Corpus Saramago, José ([1994] 2006): Memorial do Convento. 39.a ediçao. Lisboa: Caminho. Blažka Müller Pograjc University of Ljubljana Types of Modality and Values of Future in Contemporary European Portuguese - A Proposal of Campos (1998) and some Exemples from the Narrative Text Memorial do Convento of José Saramago Keywords: ‘o futuro em -r-’, European Portuguese, modality, temporal future, modal future The starting point for this article is the initial universally acknowledged con­sideration that the forms of future tenses, in natural languages and as well in contemporary European Portuguese, are associated, in addition to the tempo­ral values, also to the modal ones. In view of the article’s outcomes, it seems safe to conclude that in contemporary European Portuguese, the future tense, denominated futuro em -r-, considering its temporal values and uses, impli­cates always a modal component that cannot be evacuated. Considering the theoretical framework of Campos (1998), it can also be claimed that, in the light of the continuous scale of assertive values (escala contínua de valores assertivos), the modal values, marked by futuro em -r-, can be represented in this scale so that the ‘future of supposition’ is situated at a point near to, or coincident with the pole zero - the pole of non-assertion. The ‘future of certainty’, in turn, can be represented as situated at a point which tends to the pole one - the pole of the assertion, positive or negative. The ob­servations of Campos (1998) were exemplified by some examples of European Portuguese, that is, some narrative sequences taken from the work of José Saramago’s Memorial do Convento, which constituted the corpus of analysis, to illustrate and verify each of the values, as proposed in Campos (1998). The analysis of the forms of the ‘futuro em -r-’ in the narrative sequences analyzed proved the classification of the uses and values of the Campos proposal (1998). Blažka Müller Pograjc Univerza v Ljubljani Tipi modalnosti in vrednosti prihodnjikov v sodobni evropski portugalšèini – teoretski okvir Camposove (1998) in nekaj ilustrativnih primerov iz pripovednega besedila Zapis o samostanu Joséja Saramaga Kljuène besede: portugalski sintetièni prihodnjik futuro em -r-, evropska portugalšèina, modalnost, èasovni prihodnjik, modalni prihodnjik Avtorica prièujoèega èlanka skuša podati nekaj prispevkov k opisu koncepta modalnosti oz. znova osvetliti problematiko modalnih vrednosti, ki jih v so­dobni evropski portugalšèini oznaèujejo oblike prihodnjikov – lingvistièni oznaèevalci prihodnostne èasovne reference. Izhodišèe za takšno razmišljanje je zaèetna že splošno priznana in sprejeta ugotovitev, da oblike prihodnjikov oznaèujejo tako èasovno kot tudi ali pa morda zlasti modalno vrednost. Na podlagi zapisanega v èlanku lahko ugotovitve strnemo v trditvi, da v skladu s teoretiènimi zapisi, podanimi v Campos (1998), portugalski sintentièni pri­hodnjik oz. futuro em -r- zmeraj oznaèuje modalno komponento, ki ne more biti spregledana. Tako se èasovni prihodnjik na -r- v povezavi s èasovnimi vrednostmi na lestvici asertivnih vrednosti (a escala contínua de valores asserti­vos) postavlja v obmoèje ‘gotovosti’ (Ao terceiro sinal serao cinco horas) in vsebuje modalno komponento (‘gotovosti’), ki je, èetudi ne prevladujoèa, vedno pri­sotna. Kar se tièe modalnih rab, pa na podlagi teoretskih izhodišè Camposo­ve (1998) avtorica opaža, da se, èe upoštevamo lestvico asertivnih vrednosti, modalne vrednosti, ki jih signalizirajo oblike prihodnjika na -r-, na to lestvico umešèajo tako, da se prihodnjik predvidevanja (o futuro de suposiçao) postavlja na tisti konec lestvice, ki sovpada z njenim nièelnim polom – polom nepotrditve. Na drugi strani pa se prihodnjik gotovosti (o futuro de certeza), povezan z deon­tiènimi silami in empiriènimi okolišèinami, umešèa na toèko, ki se nagiba k polu ena – k polu potrditve –, bodisi trdilne bodisi nikalne. Prav tako avto­rica opisuje še eno modalno vrednost prihodnjika na -r- v portugalšèini, ki jo opaža Camposova (1998: 246), in sicer prihodnjik z vrednostjo ‘omilitve’ (atenuaçao), ki ustreza asertivni vrednosti potrditve, vendar pa oznaèuje osla­bitev intersubjektivne napetosti. Ugotovitve Camposove (1998) so v èlanku podkrepljene z nekaj primeri iz evropske portugalšèine, in sicer s sekvencami iz pripovednega besedila Zapis o samostanu Joséja Saramaga, ki predstavlja kor­pus za analizo, s katero so se osvetlile in potrdile vrednosti, kot jih omenja in opisuje Camposova (1998). Analiza oblik prihodnjika na -r- v obravnavanih sekvencah je potrdila primernost predloga klasifikacije rab in vrednosti, kot jih v svojem teoretskem delu predlaga Camposova (1998). Maša Musulin, Metka Bezlaj DOI: 10.4312/vh.24.1.87-108 Universidad de Zagreb Percepción de las variedades del espanol por parte de los estudiantes de Lengua y Literaturas Hispánicas de la Universidad de Zagreb 1 Introducción En este artículo se analizarán las percepciones sobre las variedades del espanol por parte de los estudiantes de Lengua y Literaturas Hispánicas de la Univer­sidad de Zagreb. Hemos elegido tal grupo de informantes porque son los que tienen conocimientos profundos de la lengua espanola, por ser esa su carrera universitaria. Aún más, se trata de personas que al salir de la universidad irán diseminando sus conocimientos sobre la lengua espanola en un campo especiali­zado o científico como futuros especialistas en lingüística espanola. Por lo tanto, nos pareció oportuno llevar una investigación dentro de esa población, estadís­ticamente relevante. El tema nos resultaba relevante porque se mostró que entre los no hispanohablantes existe la opinión general de que existe una lengua culta. La investigación (en forma de un cuestionario en línea) fue hecha en dos partes. En la primera parte los estudiantes fueron inquiridos sobre sus conocimientos lingüísticos y enciclopédicos de la lengua espanola, p. ej. dónde se habla espanol como L1, cómo definen el espanol estándar, cómo perciben las variedades del espanol en Hispanoamérica, etc. En la segunda parte los estudiantes tuvieron que evaluar y reconocer diferentes variedades del espanol hablado, escuchando unas grabaciones auténticas, hechas por nativos. Como no fue posible mostrar todos los datos obtenidos durante la encuesta por su exhaustividad, hemos op­tado por exponer la parte que trata el tema de la lengua estándar y de las varie­dades habladas del espanol. Por otro lado, la parte en la que se quiso averiguar si los estudiantes son capaces de reconocer de qué variedad de espanol se trata, o como evalúan tal variedad será analizada en próximos trabajos. 1.2 Actitudes lingüísticas Moreno Fernández (2009: 178) define la actitud lingüística como una «ma­nifestación de la actitud social de los individuos, distinguida por centrarse y referirse específicamente tanto a la lengua como al uso que de ella se hace en sociedad […]». En este artículo se valorarán el concepto de actitud y el de creencia (Blas Arroyo, 2005; García, 1993), asociando las creencias con la conciencia lingüís­tica, o sea, con los conocimientos (reales o no) que tienen los informantes sobre la lengua y como la perciben. La misma lengua o su variedad no son necesariamente motivos para la apari­ción de una actitud hacia la lengua, sino que sus hablantes en cierto contexto sociolingüístico evocan las reacciones en los miembros de las demás comuni­dades de habla (Erdösová, 2011). Por estas razones el objetivo del trabajo era capturar el modo de pensar de los estudiantes porque la conciencia lingüística de los hablantes no siempre tiene una índole científica, sino refleja su manera de entender el mundo lingüístico que les rodea o que estudian. 2 Espanol como lengua pluricéntrica Hoy día hablamos del espanol como de una lengua pluricéntrica, junto a la mayoría de las lenguas europeas que se han expandido durante la época de la colonización fuera de sus sedes y núcleos originarios. El espanol, del mismo modo que el inglés, el portugués o el alemán, se habla en diversos y, sobre todo, vastos territorios geográficamente no unidos, por lo cual es imposible esperar que todos los hablantes de la misma lengua hablen de la misma ma­nera, lo que vienen mostrándonos varios estudios sociolingüísticos desde la segunda mitad del siglo pasado (Alvar, 1983, 1986; Lope Blanch, 1968, 1995; Moreno Fernández, 1992, etc.). Existen numerosos factores que influyen en la lengua y en sus usuarios. Por razones obvias resultaba imposible denomi­narlos todos con diferentes nombres, por lo cual se intentaron determinar los criterios según los cuales uno podría distinguir entre dos o más lenguas. La­mentablemente se trata de criterios poco fijos, ya que la lengua no es solo una cuestión lingüística, sino también política. Los idiomas simbolizan las identi­dades y se utilizan para indicar las identidades de quienes los hablan. La gente también es clasificada según la lengua que usa, y por eso a menudo se relaciona con la nacionalidad. En este sentido se puede decir que la identidad nacional es superior a la identidad personal y local, o que el individuo se identifica con los que pertenecen a la misma nación y se distancia de aquellos que no perte­necen a ella. En ese sentido la lengua no es puro medio de comunicación o de transmisión de la información lingüística, sino también tiene su función y sig­nificado social. Moreno Fernández (2005) destaca que la razón de la variación lingüística y sociolingüística, y de la conducta humana, yace en las creencias y actitudes de los hablantes, que estigmatizan o aceptan ciertos usos lingüís­ticos concretos como las variedades de una lengua o las lenguas que entran en contacto. A partir de la forma de hablar el hablante construye su identidad lingüística al ser miembro de una comunidad de habla por compartir ciertos rasgos y al diferenciarse de los grupos con rasgos divergentes. Esto se regula a través de la percepción que ayuda a analizar las semejanzas entre el propio grupo y las diferencias con el otro, si bien no se limita solo al plano lingüístico, sino que alude a ciertas actitudes (sociales o históricas) frente a la variedad percibida. A través de la lengua se estudian temas como la política lingüística, el prestigio, el bilingüismo, las categorías sociales, la educación lingüística, los estereotipos, la (in)seguridad y la conciencia lingüística, etc. La dirección en que evolucionará la lengua no se puede controlar ni anticipar, ya que su de­sarrollo depende de las actitudes de los hablantes. Se trata del conjunto de las actitudes, o sea, de todo lo que los hablantes piensan y saben sobre la lengua y su poder de articular ese saber (Schmid, 2014). 2.1 Norma culta y variedades estándares Espana siempre estuvo dialectalmente dividida, no solo porque se trata de una lengua que se usa como L1 en 20 países, sino también porque en el mismo te­rritorio de Espana existen grandes diferencias dialectales. Desde el comienzo de las conquistas coloniales hasta el siglo XIX, el idioma que sirve como base para todas las variedades, diatópicas o diastráticas, es la norma de la metrópolis (el castellano). Por lo que respecta al proceso de la estandarización del espanol moderno, todos los procesos ocurrieron en Espana y desde ahí fueron trasla­dados a los países de América. Sin embargo, la colonización empezó mucho antes que la estandarización, en una época en la que en Espana ya existían numerosas variedades, lingüísticamente igualitarias pero no económica y po­líticamente. García de Paredes (2012: 285) destaca que en Espana existe la opi­nión de que la pureza de la lengua se vincula estrechamente con el lugar de na­cimiento del espanol, y de que esa pureza, con la expansión a otros territorios, se contaminó. De ahí surgen muchas polémicas. .Es el origen un factor privi­legiado para una evaluación positiva de cierta variedad? .O hay que considerar el número de hablantes como el criterio prevalente? Aunque en la bibliografía a menudo se pueden encontrar datos en los que las variedades del espanol son descritas como desviaciones lingüísticas, hay que tener en cuenta que ciertas variaciones lingüísticas en América representan el estándar, es decir, se trata de formas de ninguna manera diatópicamente marcadas (en esos territorios), por lo cual allí son la base y la norma. Por eso no deben ser consideradas como desviaciones, sino como la representación del estándar regional. Haugen (1966) nombra cuatro pasos en el proceso de estandarización, donde el primero es la elección de la norma y el último la aceptación de la misma por parte de la comunidad lingüística. En Europa, la mayoría de las lenguas ya está normativizada. Esta norma se basa en el heredado sistema normativo tradicio­nal, pero la norma del inglés, por ejemplo, se basa en el uso hablado por cierta élite (ing. Received Pronunciation). En la mayoría de los casos se trata de la forma de hablar de los hablantes educados, considerados como portadores del prestigio en una comunidad lingüística. Lope Blanch (1995) destaca que en cada país del territorio hispano existe una norma adecuada a la cual los hablan­tes intentan acercarse cuando quieren hablar correctamente. Por eso se suele vincular la norma culta con la hablada según los habitantes de la capital, por ejemplo, el madrileno en el caso de Espana, el limeno en el caso del Perú, etc. 3 Metodología La encuesta está formada por un cuestionario y grabaciones de discurso oral en las variedades de espanol. En este trabajo se presentarán los datos del cues­tionario que investiga los conocimientos y actitudes de los estudiantes de Len­gua y Literaturas Hispánicas de la Universidad de Zagreb en cuanto al espanol y sus variedades. El cuestionario fue elaborado a base de las encuestas hechas por Cestero, Pa­redes (2015) pero adaptado al ámbito y a los propósitos propios ya que no se trata de hablantes nativos, por lo cual no se pidieron datos sociogeográficos de los estudiantes. Se quiso obtener datos sobre la valoración y las actitudes de los estudiantes hacia la lengua espanola y sus variedades a través de las preguntas abiertas y cerradas. Las preguntas abiertas se referían en la mayoría de los casos a su valoración del espanol y sus opiniones sobre el idioma mientras que las preguntas cerradas tematizaban sus conocimientos lingüísticos y extralin­güísticos sobre el espanol y sus variedades. De todos modos, hay que destacar que el programa de estudio de grado no tiene incorporadas asignaturas de sociolingüística y dialectología, las cuales son obligatorias solo para los estu­diantes que eligieron el módulo de lingüística en los estudios de máster. Sin embargo, a través de la literatura y de las clases que tienen con los lectores ex­tranjeros, los estudiantes de grado pueden familiarizarse con ese tema, aunque sin una ensenanza sistemática. 3.1 Los informantes El cuestionario fue completado de forma anónima y voluntaria en el perío­do comprendido entre el 20 de abril y el 31 de abril de 2016. Fue realizada por 154 estudiantes, de los cuales un 6,5% son varones (10 estudiantes) y un 93,5 %, mujeres (144 estudiantes). La edad de los informantes va de los 18 a los 32 anos, pero el promedio oscila alrededor de los 20: la media aritmética es de 21,8, la moda es de 19 y la mediana de 22 (hay solamente 7 estudiantes que tienen más de 25 anos). La mayoría de los informantes (55,2 %) nació en Zagreb y en el resto en las grandes ciudades de Croacia (más del 5 % de los estudiantes nació en Split [6,5 %] y en Dubrovnik [5,8 %]). Además, 6 infor­mantes nacieron fuera de Croacia. La lengua materna de todos los informantes es el croata y un informante es bilingüe (croata/alemán). Todos los informantes estudian lengua y literaturas hispánicas en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Zagreb: 92 infor­mantes son estudiantes de grado, 51 son estudiantes de máster, y 11 de ellos están escribiendo su trabajo final de máster (Gráfico 1). Gráfico 1. Distribución de los informantes según el ano del estudio universitario Además de lengua y literaturas hispánicas, muchos informantes estudian len­gua y literatura alemanas (15,1 %), inglesas (7,9 %) e italianas (7,9 %). Algunos estudian otras lenguas romances: francés (7,2 %), portugués (3,3 %) y rumano (0,7 %). En total, un 19,1 % de los informantes estudia otra lengua romance junto con el espanol. Cabe mencionar también que un 6,6 % de los informan­tes estudia croata, mientras que un 5,9 % estudia lingüística general. 3.2 Resultados del cuestionario A continuación se ofrecerán los datos y resultados obtenidos por el cuestiona­rio según el orden de las preguntas. La primera parte se refiere a los intereses y datos personales de los estudiantes y la segunda a sus conocimientos de las variedades del espanol. 3.2.1 Datos personales y los intereses de los estudiantes La mayoría de los informantes (61,7 %) ha visitado un país hispanohablante una o más veces, mientras que el resto (38,3 %) nunca lo ha hecho. Cuando comparamos los estudiantes de grado con los de máster, hay más estudiantes de máster que han visitado un país hispanohablante dos o más veces. Asimis­mo, en el máster disminuye el número de estudiantes que nunca han visitado un país hispanohablante o los que lo han visitado solamente una vez. Curio­samente, solo una persona ha visitado dos países de Hispanoamérica y nunca ha estado en Espana. Cuatro informantes más han visitado, además de Espana, algún país de Hispanoamérica (Ecuador, México, Costa Rica, Argentina, Uru­guay y Cuba). En total, el 5,3 % de los estudiantes ha visitado algún país de Hispanoamérica. Los informantes están muy interesados en la cultura que proviene de los paí­ses hispanohablantes: un 98,7 % de ellos escucha música, ve películas y lee libros que provienen de Espana o de Hispanoamérica, mientras que un 91,5 % consulta medios de comunicación en espanol. En cuanto a los medios de co­municación, los informantes prefieren consultar sitios web, seguidos de redes sociales y periódicos y, finalmente, programas de radio y de televisión (Grá­fico 2). A los informantes les importa más saber de dónde provienen la música, las películas y los libros en espanol (76,2 %) que los medios de comunicación (58,7 %). A la pregunta de dónde provienen esa música, esas películas, esos li­bros y esos medios de comunicación, el orden de las respuestas es el siguiente: Gráfico 2. .Qué medios de comunicación consulta? en el primer lugar está Espana (93,6 % para la música, las películas y los libros, 91,1 % para los medios de comunicación), y luego Argentina, México, Colom­bia y Cuba. El resto de países está mucho menos representado. Además, hay algunos países que no fueron seleccionadas ni una sola vez (El Salvador, Hon­duras, Panamá, Paraguay y Uruguay para la música, las películas y los libros, y Costa Rica para los medios de comunicación). 3.2.2 Los conocimientos de las variedades espanolas e hispanoamericanas En esta parte se expondrán los resultados que se refieren a los conocimientos lingüísticos y extralingüísticos de los estudiantes de Zagreb. (1) Los países donde el espanol es idioma oficial A la respuesta sobre el número de países donde se habla espanol como primera lengua (Gráfico 3) respondieron 71 estudiantes de grado y 50 estudiantes de máster. Las respuestas de los informantes de grado van desde 2 hasta 30 países. La media aritmética es de 18,7, mientras que la moda y la mediana son iguales a 20. Más de un tercio de los estudiantes (33,8 %) opinan que el espanol es idioma oficial en 20 países, la respuesta correcta. En cuanto a los estudiantes de máster, sus respuestas van desde 10 hasta 25 países. La media aritmética es de 19,72, mientras que la moda y la mediana son iguales a 20 otra vez. 21 estu­diantes de máster (42 %) respondieron correctamente a esta pregunta. La apli­cación de test T ha confirmado, con una seguridad del 95 %, que la diferencia entre los informantes de grado y de máster es estadísticamente significativa (t= -1,60332 < 1,96). Gráfico 3. .En cuántos países se habla espanol como primera lengua? (2) Las variedades del espanol peninsular En el Gráfico 4a se pueden ver las respuestas a la pregunta sobre las variedades del espanol peninsular. Como se trata de una pregunta abierta, los informan­tes pudieron enumerar todas las variedades que quisieron. Respondieron 60 estudiantes de grado y 41 estudiantes de máster. Los informantes ofrecieron muchas respuestas diferentes que luego fueron agrupadas bajo las 17 categorías que figuran en el gráfico. Mediante el gráfico se puede constatar que muchos informantes, tanto de grado como de máster, no diferencian las variedades del espanol habladas en Espana. En cuanto a las respuestas de los estudiantes de grado, sobresale el caso del catalán, que se menciona con mayor frecuencia. Siguen el gallego, el vasco y el castellano. Los estudiantes de máster mayori­tariamente proponen la variedad andaluza y luego siguen el gallego, el catalán y el castellano. Gráfico 4a. .Qué variedades del espanol que se habla en Espana conoce? Estos resultados también muestran una inseguridad lingüística por parte de estudiantes que enumeraban las lenguas cooficiales habladas en Espana (con­fundiéndolas obviamente con los dialectos del espanol) y no las variedades de la lengua espanola. Por eso queríamos ver si hay cambio respecto a la pregunta según los anos del estudio. En el Gráfico 4b se muestran los resultados dividi­dos por el ano del estudio. Gráfico 4b. La relación entre el ano del estudio respecto al conocimiento de las variedades del espanol. Del gráfico se nota que la mayoría de los estudiantes que consideran el cata­lán, el vasco y el gallego como una variedad del espanol son de primer ano de grado. Con el avance en el estudio, especialmente en el máster, se puede ver que los estudiantes tienen más conocimientos sobre las variedades del espanol y que cae el número de los que consideran los idiomas cooficiales hablados en Espana como variedades del espanol. Lo que sí se destaca es el resultado del tercer ano porque entre ellos el porcentaje de los que contestaron incorrecta­mente a esta pregunta crece de nuevo. De todos modos esta pregunta muestra que el tema de dialectología y sociolingüística debe ser implementado en las clases universitarias. (3) El espanol más correcto en Espana Un poco menos de la mitad de los estudiantes de grado (45,3 %) consideran que existe algún lugar en Espana donde se habla mejor el espanol. La mayoría, por lo tanto, opina que no existe un espanol más correcto. Las opiniones de los estudiantes de máster no son muy diferentes: el 42,6 % piensan que hay un lugar en Espana donde se habla más correctamente, mientras que el 57,4 % opinan que no es así (Gráfico 5). Gráfico 5. .Considera que hay un lugar en Espana donde se habla el espanol más correcto? Treinta y un estudiante de grado y 21 estudiante de máster decidieron ejempli­ficar de qué parte de Espana concretamente se trata (Gráfico 6). La mayoría de ambos grupos consideran que se habla más correctamente en Madrid (51,6 % para los estudiantes de grado y 27,1 % para los estudiantes de máster) y luego siguen las comunidades autónomas Castilla-La Mancha y Castilla y León. Un pequeno porcentaje de los estudiantes de grado consideran que el espanol se habla mejor en Cataluna (9,7 %). Las respuestas que surgieron solamente una vez (como Aragón y Andalucía) no figuran en el gráfico. Gráfico 6. Si considera que hay un lugar en Espana donde se habla el espanol más correcto, escriba el nombre de la ciudad o de la región. Es interesante notar que un porcentaje aún más bajo de los estudiantes tanto de grado (29,3 %) como de máster (22,6 %) piensan que en algún sitio de Es­pana se habla el espanol menos correcto (Gráfico 7). Por lo tanto, el 70,7 % de los informantes de grado y el 77,4 % de los informantes de máster consideran que no existe ningún lugar donde se hable el espanol menos correcto. Los informantes que dieron respuestas concretas sobre el lugar donde se habla ese espanol menos correcto (21 estudiantes de grado y 11 estudiantes de máster) escribieron que se trataba de Andalucía, Galicia y Cataluna (Gráfico 8). La gran mayoría de los estudiantes de máster (81,8 %) consideran que el espa­nol menos correcto se habla en Andalucía, mientras que el resto opina que se trata de Galicia. Los estudiantes de grado optan por Andalucía y Cataluna en la misma medida (42,9 %), mientras que el resto elige Galicia (14,3 %). Las respuestas individuales como Madrid, el País Vasco o Murcia no figuran en el gráfico. Gráfico 7. .Considera que hay un lugar en Espana donde se habla el espanol menos correcto? Gráfico 8. Si considera que hay un lugar en Espana donde se habla el espanol menos correcto, escriba el nombre de la ciudad o de la región. (4) Las diferencias entre el espanol madrileno en relación con otras regiones espano­las y los países hispanoamericanos A la pregunta sobre las diferencias que existen entre el espanol que se habla en Madrid y el que se habla en otras regiones espanolas respondieron 80 estu­diantes de grado y 54 estudiantes de máster. Todos los informantes consideran que entre estas variantes existen algunas diferencias. Del Gráfico 9 se puede concluir que los estudiantes de máster optan en mayor medida por todos los niveles de las diferencias (el nivel fonético, morfosintáctico y léxico-semánti­co), mientras que más estudiantes de grado eligen la respuesta “No lo sé”. El orden de las diferencias sigue el mismo entre estudiantes de grado y de máster: la mayoría opta por las diferencias en el nivel fonético, luego siguen las dife­rencias léxico-semánticas y, finalmente, las morfosintácticas. Gráfico 9. .En qué niveles existen diferencias entre el espanol hablado en Madrid y el que se habla en otras regiones espanolas? El mismo número de estudiantes respondieron a la pregunta sobre las dife­rencias entre el espanol que se habla en Madrid y el que se habla en los países de Hispanoamérica. Como en la pregunta anterior, no hay ningún informante que considere que estas variantes no se diferencian. El Gráfico 10 muestra la distribución de sus respuestas: los estudiantes de grado eligen las diferen­cias fonéticas en primer lugar, luego siguen las diferencias léxico-semánticas y finalmente las morfosintácticas. El orden de las respuestas de los estudiantes de máster es un poco diferente: más del 90 % optan por las diferencias léxico­semánticas (98,1 %) y fonéticas (90,7 %), mientras que un 70,4 % opinan que se trata de las diferencias morfosintácticas también. Asimismo, solamente un estudiante de máster eligió la respuesta “No lo sé”. Si comparamos estos dos gráficos, podemos afirmar que los informantes tanto de grado como de máster concluyen que hay más diferencias en todos los ni­veles entre el espanol de Hispanoamérica y el peninsular que entre las varie­dades que se hablan en diferentes regiones espanolas. (5) El espanol estándar A la pregunta sobre la lengua estándar que se habla en los países de Hispa­noamérica, la gran mayoría de los estudiantes de grado (80 %) y de máster (83,3 %) responden que cada país tiene su variedad estándar. Casi el mismo porcentaje de los estudiantes de grado y de máster, un poco más del 11 %, con­sideran que hay solamente un estándar –el espanol de Espana. El 8,8 % de los estudiantes de grado y el 5,6 % de los estudiantes de máster no saben contestar a esa pregunta. Además, más del 50 % de los informantes de grado y de máster piensan que dos hablantes de espanol, uno de Espana y otro de Hispanoamérica, se entienden bien, pero en su habla existen diferencias importantes en el nivel fonético y léxico (59,5 % y 57,4 %). El 38 % de los estudiantes de grado opina que el entendimiento de estos dos hablantes depende del país de Hispanoamérica, mientras que en el máster este porcentaje disminuye y equivale al 22,2 %. En comparación con los informantes de grado, más informantes de máster (29,6 %) consideran que estos dos hablantes se entienden perfectamente bien. No hay ningún estudiante que piense que estos hablantes apenas se entienden. (6) El espanol más correcto en Hispanoamérica Más de dos tercios de los informantes de grado y de máster (67,5 % y 79,2 %) opinan que el espanol que se habla en Espana no es más correcto que el espa­nol que se habla en los países de Hispanoamérica. El resto o no sabe contestar a esa pregunta (7,5 % y 5,7 %) o consideran que el espanol peninsular es más correcto (25 % y 14,8 %). Con estas respuestas concuerdan las respuestas a la pregunta sobre el país hispanoamericano donde se habla el espanol más correcto (Gráfico 14). La mayoría de los estudiantes tanto de grado (52,8 %) como de máster (50 %) opina que en todos los países de Hispanoamérica se habla igualmente bien. Los estudiantes de grado destacan el Perú (18,1 %), México (16,7 %) y Co­lombia (5,6 %) como los países hispanoamericanos donde se habla el espanol más correcto, mientras que los estudiantes de máster optan por los mismos países pero en un orden diferente: en el primer lugar está México (24 %), luego siguen Colombia (18 %) y el Perú (4 %). En cuanto al resto de los países, un pequeno porcentaje de los estudiantes elige Argentina, Chile, Puerto Rico y Venezuela. El resto de los países de Hispanoamérica no fue seleccionado ni una sola vez y, por lo tanto, no figuran en el gráfico. A la pregunta sobre qué espanol se ensena en los países de Hispanoamérica, la mayoría de los estudiantes contesta que se trata del espanol que se habla en ese país (48,8 % para los estudiantes de grado y 77,8 % para los estudiantes de máster). El mismo porcentaje de los estudiantes de máster o no sabe responder a esa pregunta o considera que se trata del espanol peninsular (11,1 %). Más de un tercio de los estudiantes de grado no sabe la respuesta a esta pregunta (36,3 %), mientras que el 15 % piensa que se trata del espanol de Espana. 4 Conclusión Los resultados muestran varios aspectos que resaltan. Primero, se puede notar que entre los estudiantes existe cierta inseguridad lingüística ya que respon­dieron de una manera diferente a dos preguntas (una directa y otra indirecta para averiguar las actitudes): si existe un “mejor” espanol y un “peor” espanol (Gráfico 5 y 7) donde entre el 42 y el 45 por ciento de los informantes cree que hay territorios donde se habla un espanol más correcto (Madrid, Castilla), pero al mismo tiempo el 70 % de los informantes cree que no hay un lugar donde se hable un espanol menos correcto. Aquí, por un lado, se puede ver la influencia de la política lingüística de la RAE que últimamente insiste en la igualdad entre las variedades mencionadas. Por otro lado, es interesante que los estudiantes, desde el punto de vista sociolingüístico, no discriminen nin­guna de las variedades. Sin embargo, entre todas las variedades del espanol, la de Madrid se destaca como la representativa y la más reconocida, lo que se puede explicar, asimismo, por el hecho de que Espana es un país europeo y, por lo tanto, mucho más reconocible para los estudiantes croatas. En segundo lugar, existe una opinión general entre los espanoles de que el anda­luz es una variedad desviada del espanol o un espanol mal hablado (PRECAVES XXI1, 2008). Es un estereotipo típico de Espana donde una variedad (en este caso el castellano) se prefiere frente a las otras. De este modo, si los estudiantes de la Lengua y Literaturas Hispánicas de Zagreb consideran que existe una va­riedad menos correcta, optan por el andaluz. Si tomamos en cuenta el hecho de que las variedades hispanoamericanas son más parecidas al andaluz, se esperaría que los estudiantes eligieran también estas variedades como menos correctas. Sin embargo, ese no es el caso, ya que se insiste en la igualdad entre el castellano y las variedades hispanoamericanas (más del 70 % de los estudiantes). El proyecto PRECAVES XXI (Proyecto para el estudio de creencias y actitudes hacia las variedades del espanol en el siglo XXI), dirigido por Cestero Mancera y Paredes, se inició en 2013, con la realización de 124 encuestas en la zona central de Espana. Por último, diríamos que los resultados muestran perfectamente la fuerza y la influencia de los conocimientos obtenidos durante la formación. Durante los estudios crecen no solo los conocimientos sobre la lengua sino las actitu­des y valoraciones hacia ciertas variedades. Se nota que, además de los cono­cimientos sobre la lengua, los estudiantes extranjeros, en este caso croatas, adoptan no solo la lengua sino también las actitudes y los estereotipos que existen generalmente entre los espanoles. Las actitudes hacia ciertas varieda­des pueden ser los estereotipos reflejados por el contacto con Espana y con los espanoles, ya que el 38 % de los estudiantes nunca ha visitado ningún país hispano y entre los que visitaron algún país hispano casi el 50 % visitó una vez Espana. En el futuro sería interesante comparar los datos obtenidos por los estudiantes de espanol como L2 con los resultados de PRECAVES XXI, u otros parecidos, para ver hasta qué punto difieren las apreciaciones entre los nativos que eva­lúan su lengua materna y los que la evalúan como una L2. Bibliografía Alvar López, M. (1983): «Espanol en Santo Domingo y Espanol de Espana. Análisis de algunas actitudes lingüísticas». En Lingüística espanola actual, 2. http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/p184/ 024505297678238329 76613/index.htm (15-05-2016). Alvar López, M. (1986): Hombre, etnia, estado, actitudes lingüísticas en Hispanoamérica. Madrid: Gredos. Blas Arroyo, J. L. (2005): Sociolingüística del espanol. Madrid: Cátedra. Cestero Mancera, A. M.; Paredes, F. (2015): «Creencias y actitudes hacia las variedades normativas del espanol actual. Primeros resultados del Proyecto PRECAVES-XXI». En Kim Potowski (ed.), Spanish in context, vol. 12:2. Amsterdam: John Benjamins, 255-279. Erdösová, Z. (2011): «El espanol de México en los ojos de sus hablantes. Un estudio desde la sociolingüística y la dialectología perceptiva». En Lengua y voz, 1. Universidad Autónoma del Estado de México, 57-81. García de Paredes, E. (2012): «Los retos de la codificación normativa del espanol: cómo conciliar los conceptos de espanol pluricéntrico y espanol panhispánico». En Franz Lebsanft (ed.), El espanol .desde las variedades a la lengua pluricéntrica?. Frankfurt-Madrid: Iberoamericana-Vervuert, 281-312. García Marcos, F. (1993): Nociones de sociolingüística. Barcelona: Octaedro. Haugen, E. (1996): «Dialect, Language, Nation». En American Anthropologist, New Series, 68 (4). http://www.jstor.org/stable/670407 (10-05-2016). Lope Blanch, J. M. (1968): El espanol de América. Madrid: Ediciones Alcalá. Lope Blanch, J. M. (1995): «La norma lingüística y la lengua literaria». En AIH, Actas XII. http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/12/aih_12_1_028. pdf (25-05-2016). Moreno Fernández, F. (1992): «Norma y prestigio en el espanol de América. Apuntes para una planificación de la lengua espanola». En Revista de Filología Espanola, LXXII: 345-359. Moreno Fernández, F. (ed.). (1993): La división dialectal del espanol de América. Alcalá de Henares: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá. Moreno Fernández, F. (2005): Historia social de las lenguas de Espana. Barcelona: Ariel. Moreno Fernández, F. (2009): Principios de sociolingüística y sociología del lenguaje. Barcelona: Ariel. Preston, D. (2002): «Perceptual Dialectology: Aims, methods and findings». En Jan Berns and Jaap Van Marle (ed.) Present-day Dialectology: Problems and Findings. Berlin: Mouton de Gruyter. Schmid, D. (2014): «Percepción y actitud lingüística: el castellano serrano en contraste con el castellano costeno en el Ecuador». Ene-CRIT3224, 6. http:// e-crit3224.univ-fcomte.fr/download/3224-ecrit/document/numero_6/ 11.-de--sire--e-schmid_def-1.pdf (20-04-2016). Maša Musulin, Metka Bezlaj University of Zagreb Perception of the Varieties of Spanish by Students of Spanish Language and Literature at the University of Zagreb Keywords: linguistic varieties, standard language, norm, Spanish, University Studies of Spanish Language In 2016 a survey was carried out among students of Spanish Language and Lit­erature at the University of Zagreb. The survey consisted of two parts and in this work we present the data obtained by the questionnaire, in which the stu­dents’ sociolinguistic knowledge of the Spanish language and its varieties was ascertained. The questionnaire was completed anonymously and voluntarily by 154 participants. The results showed that the Zagreb students recognize, among all the varieties of Spanish, the one from Madrid as the representative and the most identifiable, which can be explained by the fact that Spain is a European country and, therefore, much more accessible for Croatian stu­dents but also because of the influence of the RAE and its lexicographical works that predominate in the teaching of Spanish. A certain percentage of the questioned students believe that there is a less correct variety of Peninsu­lar Spanish – Andalusian. The results also show the influence not only of the linguistic knowledge obtained during studies but furthermore the attitudes towards certain varieties. It is noted that Croatian students acquire not only the language but also sometimes the attitudes and stereotypes that generally exist among Spaniards. That means that the attitudes towards certain varie­ties are not necessary the result of their own evaluation but the stereotypes reflected by the greater contact with Spain and Spaniards. Maša Musulin, Metka Bezlaj Univerza v Zagrebu Zaznavanje razlièic španšèine pri študentih Španskega jezika in književnosti Univerze v Zagrebu Kljuène besede: jezikovne razlièice, knjižna norma, standardni jezik, španšèina, univerzitetni študij španskega jezika in književnosti Leta 2016 je Filozofska fakulteta Univerze v Zagrebu izvedla anketo med štu­denti španskega jezika in književnosti. V prièujoèem prispevku predstavljava izsledke iz tistega dela vprašalnika, ki je preverjal sociolingvistièno znanje o rabi španšèine in njenih jezikovnih razlièic. Vprašalnik, ki je obsegal dva dela, je anonimno in prostovoljno izpolnilo 154 študentov. Rezultati ankete so po­kazali, da zagrebški študentje pripisujejo razlièici španšèine, ki je prisotna v Madridu, med vsemi jezikovnimi razlièicami najbolj prepoznavno in znaèilno vlogo. To ugotovitev utemeljujemo z dejstvom, da hrvaški študenti Španijo lažje prepoznavajo kot evropsko državo ter da je zlasti v izobraževanju priso­ten moèan vpliv Španske kraljeve akademije in njenih leksikografskih izdaj, ki so moèno prisotne pri pouèevanju španšèine na Hrvaškem. Nekaj vprašanih je menilo, da obstaja manj pravilna razlièica – andaluzijske – španšèine. Izsledki so pokazali višjo raven jezikovnega znanja dodiplomskih študentov, ki z leti študija ne razvijajo le znanja o jeziku, temveè tudi odnos in sodbe do nekaterih jezikovnih razlièic. V doloèeni meri bi na hrvaške študente španšèine lahko vplivali splošni predsodki Špancev do omenjenih pojavov. Sklepamo lahko, da odnos do doloèenih jezikovnih razlièic doloèajo zlasti predsodki, ki jih prinaša okrepljen stik s Španijo in Španci, osebne vrednostne sodbe do doloèenih jezikovnih razlièic pa imajo le okrnjen vpliv. Javier San Julián Solana DOI: 10.4312/vh.24.1.109-123 Universidad de Oviedo Sobre la ambivalencia categorial de un montón y otros cuantificadores afines 1 Planteamientos y objetivos Dado el potencial que exhiben para la expresión de una cantidad indefinida (superlativa), unidades como montón, barbaridad, burrada o porrón han sido in­cluidas entre los sustantivos cuantificadores (Martínez, 1999, 2013; Vos, 2002; Saab, 2006; Gutiérrez Rodríguez, 2008; NGLE; Verveckken, 2015). En efecto, algunas de sus propiedades de relación sintagmática resultan típicamente sus­tantivas (§ 3); pero, por otro lado, también pueden intervenir en la oración desempenando funciones sintácticas adverbiales (§ 4). En las líneas que siguen, nos proponemos proporcionar una explicación a este —ya anunciamos que aparente— hibridismo categorial. Nos servimos para ello de los principios teórico-metodológicos de la Gramática Funcional del Espanol (cf. San Julián Solana, 2014: 18-23). 2 Cuantificadores propios vs. cuantificadores eventuales 2.1. Las propiedades cuantitativas de los sustantivos docena, millar o mayoría residen en sus figuras de contenido léxico. Les son, pues, connaturales, sin que esto sea óbice para que, por efecto de la información proveniente del entorno textual o extratextual, puedan adquirir sentidos1 que se apartan en mayor o menor medida de su genuina significación (v. g., el cardinal léxico millón suele Se emplea el término sentido para hacer referencia al contenido que globalmente se transmite con un mensaje, y que es el resultado de la congruencia entre: a) el significado o significación, y b) los datos derivados del contexto, la situación o el universo del discurso (información circunstancial) (cf. San Julián Solana, 2016b: § 4.2.2). usarse contextualmente como cuantificador evaluativo en enunciados del tipo de !Te lo he dicho un millón de veces!). 2.2. Bien distinta es la situación que a este respecto ofrecen sustantivos como enjambre, manada, saco o avalancha. Aunque los cuatro conocen en los actuales usos del espanol empleos como cuantificadores evaluativos en función de los cuales pasan a expresar ‘gran cantidad’ (ejs. 1), todos ellos comparten la carac­terística de ser unidades léxicamente designativas2, faceta esta que exhiben en los ejs. de (2): 1) a. Desde la distancia, divisó un enjambre de ninos disfrazados; b. Una manada de adolescentes se {apoderó/apoderaron} del parque; c. Llegó a la tutoría con un saco de dudas; d. Se vio sorprendido por una avalancha de solicitudes; 2) a. Desde la distancia, divisó un enjambre de abejas africanas; b. Una manada de perros callejeros se {apoderó/apoderaron} del parque; c. Llegó a la tutoría con un saco de libros y una bolsa de revistas; d. Se vio sorprendido por una avalancha de lodo. Así pues, su ocasional desempeno como cuantificadores constituye una pro­piedad adquirida en las particulares circunstancias en que tiene lugar el acto comunicativo. Obsérvese, sin ir más lejos, cómo la supresión de los comple­mentos determinativos que en los ejs. de (1) se subordinan, respectivamente, a enjambre, manada, saco y avalancha se salda con la inmediata volatilización del sentido cuantitativo y con la recuperación de su original valor designativo: 3) a. Desde la distancia, divisó un enjambre. b. Una manada se {apoderó/*apoderaron} del parque; c. Llegó a la tutoría con un saco; d. Se vio sorprendido por una avalancha. Y es que, de su asociación con tales complementos, surgen secuencias «des­viadas», en la medida en que atentan contra las pautas de selección léxica san­cionadas por los usos sociales de la lengua; para que adquieran pleno sentido, De acuerdo con sus rasgos pertinentes de contenido, ciertos signos designan una clase de realidades que satisfacen las propiedades definidas por tales rasgos, sin hacer por ello alusión a ninguno de sus componentes en particular. Solo al quedar debidamente «actualizados» en un acto de habla concreto, algunos de ellos pasan a denotar ejemplares de la clase designada (cf. Gutiérrez Ordónez, 1989: § 4). Frente a las unidades designativas, las determinativas —entre las que se encuentran los cuantificadores— son poseedoras de un contenido cuyos rasgos pertinentes especifican la aplicación referencial (directa o indirecta) de otro signo (San Julián Solana, 2016a: § 3.2.1, 3.3). tales expresiones han de ser «reducidas» a formulaciones acordes con los usos vigentes mediante la «metasemia» o cambio de significado de uno de sus tér­minos (Martínez, 1975). En otras palabras, el valor cuantitativo de las secuen­cias destacadas en (1) viene dado por vía metafórica. 2.3. A los cuantificadores del primer tipo (§ 2.1) los llamamos cuantificadores propios o léxicos, mientras que reservamos la denominación de cuantificadores eventuales para los segundos (§ 2.2), dada su connatural carácter designativo. 2.4. En principio, parece que secuencias como un montón, una barbaridad (~ burrada ~ bestialidad) o un porrón no supondrían casos distintos a los de un en­jambre, una manada, un saco, una avalancha o un aluvión, ya que estarían nucleadas por sustantivos léxicamente designativos que, no obstante, suelen adquirir en el decurso un sentido cuantitativo vinculado a la expresión de una ‘gran can­tidad’. Sin embargo, su comportamiento no es por entero coincidente, ya que los de la primera serie, además de exhibir un comportamiento típicamente sus­tantivo (§ 3), entran en funciones reservadas a las unidades adverbiales (§ 4). 3 Rasgos sustantivos de un montón, una barbaridad, un porrón… 3.1. En contra de la hipótesis de que forman locución con un/a, se alzan, en principio, las muestras en las que toman otro actualizador, sin renunciar por ello al sentido de ‘gran cantidad’3: 4) […] ya estaba escuchando su montón de majaderías [CE]; Aunque ra­dio Voz sea un grupo local, es una vergüenza que le den este porrón de frecuencias para que luego las realquilen a otros [CE]; Tendremos que esperar otro porrón de anos para volver a verlo; […] ruego que alguien demuestre que el Sr.García Cabreros cobró tal barbaridad de dietas [CE]; Por cierto, felicidades por tu barbaridad de visitas [CE]. 3.2. También cuentan con la posibilidad de llevar adyacentes adjetivos: 5) Ya hemos visto un buen montón de trucos para ir eliminando estos restos [CE]; […] en aquel disco había un buen porrón de versiones geniales [CE]; […] ganan una tremenda barbaridad de dinero gracias a la comida [CE]; Después de una preocupante barbaridad de tiempo me he leído al fin la Su general rechazo a los cuantificadores (Vos, 2002: 49) se debe a que estos resultan incompatibles con el sentido cuantitativamente evaluativo; antes bien, fuerzan la interpretación designativa, cuando el contexto la tolera: En el hospital le hicieron {un/ otro/*medio} montón de pruebas; Todavía conserva (#dos) montones de vinilos. última adaptación de Junko Mizuno [CE]; Muchísimas bombas han caí­do sin explotar, una verdadera burrada de ellas [CE]. 3.3. Gozan, además, de variación morfológica, como pone de manifiesto su capacidad para tomar el morfema de ‘plural’, sin que esto conlleve la desapari­ción del valor cuantitativo: 6) Hay montones de lugares que no podemos visitar tranquilos por lo peli­grosos que son [CE]; Se gasta porrones de euros en tonterías [oral]; Eso de que los internautas son millonarios y que facturan barbaridades de dinero solo se lo creen mentes inocentes como la suya [CE]; Nos hemos gastado burradas de dinero en cubrir grandes extensiones de terreno [CE]4 . 4 Rasgos adverbiales de un montón, una barbaridad, un porrón… 4.1. Estos cuantificadores, a diferencia de los que veíamos en (1), pueden cuan­tificar al verbo desde la función adverbial de complemento circunstancial: 7) Los toros le gustan un montón; Juan sale de fiesta un porrón; Héctor hizo el ganso una barbaridad; En aquella época, movíamos el coche una burrada, no que ahora. Pero esto no garantiza que nos hallemos ante auténticas locuciones adverbia­les. Ha de tenerse presente que el adjetivo uno/a/os/as, en claro contraste con el artículo (el/la/los/las/lo), disfruta de estatus de sintagma: es susceptible, en asociación con un signo entonativo, de constituir autónomamente —y al margen de casos de mención— un enunciado (Alarcos, 1970: caps. xiii, xvii; Álvarez Martínez, 1986). Esto abre la posibilidad de que las secuencias des­tacadas en (7) sean grupos sintagmáticos internamente trabados por solidari­dad glosemática y, en consecuencia, «exocéntricos». Ciertamente, la función de solidaridad o interdependencia entrana una suerte de transposición, en el sentido de que los grupos que se articulan sobre su base adquieren una cate­goría gramatical distinta a la de sus sintagmas componentes (Martínez, 1994a: § 4.2.4; 1994b: § 1.3.3). Asimismo, son compatibles con derivativos encarecedores de la cantidad: Tiene un {montonazo/porronazo} de juegos; Piden una megabarbaridad de puntos; Tiene una burradota de personajes; pero este rasgo no es diferenciador de las categorías consideradas (la sustantiva y la adverbial), ya que también los toleran algunos adverbios (incluso «propios»): lejitos, cerquita, ultralejos, supercerca. De hecho, adelantamos ya que sufijados —más dudoso es que lo hagan con prefijo— pueden intervenir en las funciones de complemento circunstancial y término terciario (§ 4). Precisamente por formar grupo solidario con esta unidad determinativa, los sustantivos hora, temporada, paso y calles pueden intervenir como complemento circunstancial en las siguientes oraciones (cf. Martínez, 1994b: cap. iii): 8) Juan salió de fiesta una hora (*Juan salió de fiesta hora / *Juan salió de fiesta una); Héctor hizo el ganso una temporada, pero luego ya se centró (*Héctor hizo el ganso temporada / *Héctor hizo el ganso una); Lo mo­vimos un palmo (*Lo movimos palmo / *Lo movimos uno); Me acompa­nó unas calles (*Me acompanó calles / *Me acompanó unas). No habría que descartar, por ende, que las secuencias destacadas en (7) repre­sentaran casos equivalentes. 4.2. Sin embargo, no debe pasarse por alto que tales segmentos también in­tervienen como inequívocos términos terciarios (de adjetivos o adverbios)5: 9) a. […] iba a tener una casa un montón de bonita6; Te lo dije una vez, eres un porrón de bueno y no te quiero cambiar por nada7; Me vino con un re­galo una barbaridad de caro; b. La verdad es que me has encontrado un montón de bien [CE]; Estoy una barbaridad de lejos de Aberowen8; Pues me pilla un porrón de lejos9; y, a pesar de que es cierto que los sustantivos también pueden tomar parte de la función de término terciario si lo hacen formando grupo sintagmático solidario, lo es igualmente el hecho de que entonces han de subordinarse a una unidad que conlleve el valor de ‘comparación’ (Martínez, 1994c: § 3.2.4): 5 En el paradigma funcionalista, la de «término terciario» (Martínez, 1994c: cap. iii) es una construcción sintáctica suboracional que responde a las siguientes características: a) es categorialmente adverbial —para que los sustantivos tengan cabida, han de hacerlo subordinados a un adjetivo o adverbio portador del valor de ‘comparación’ y en las mismas condiciones que precisan para su funcionamiento como complemento circunstancial ( Martínez, 1994b: cap. iii)—; b) se trata, en principio, de un adyacente subordinado a un núcleo funcionalmente adjetivo o adverbial, si bien el propio Martínez (1994c: § 3.2.4) habla de la posibilidad de que el funtivo constante sea un sustantivo o incluso el conjunto de la oración; c) ocupa una posición prenuclear; d) está desempenada por unidades morfológicamente neutras y que, por tanto, no se ven afectadas por la concordancia; e) da lugar a una construcción permanentemente asociada con la significación de ‘cuantificación indefinida’. Cf. también Fernández Lorences (2004). 6 M. E. Cardenal de la Nuez: El paso a la vida adulta. Dilemas y estrategias ante el empleo flexible. Madrid: CIS, 2006, 205. 7 http://www.fotolog.com/shek_asm/40127432/ (13-1-2015). 8 K. Follett: La caída de los gigantes. Barcelona: Plaza & Janés, 2010, 761. 9 Foro Brompton: «Busco bolsa T-bag»: http://www.forobrompton.es/foro//viewtopic. php?f=14&t=2244 (16-10-2015). 10) Juan es una hora más joven que su primo (*Juan es una hora joven); María y Sonia son un ano mayores que Juan (*María y Sonia son un ano grandes); Ella es un palmo más alta que él (*Ella es un palmo alta); Arturo tiene el coche unas calles más cerca (*Lo tiene unas calles cerca). 5 Propuesta de explicación: dobletes en sincronía 5.1. El comportamiento adverbial de lo que en principio parecen sustantivos no ha pasado del todo desapercibido a algunos autores. La NGLE (§ 12.5e) y Verveckken (2015), por ejemplo, conciben (un) montón como un sustantivo cuantificativo, si bien admiten que en el espanol de hoy cuenta con la peculia­ridad de admitir usos adverbiales. Pero .cómo es posible que un mismo signo funcione a dos bandas? 5.2. Gómez Torrego (2001, 2005), por su parte, estima que un montón de, una burrada de, una barbaridad de y un porrón de son en realidad locuciones adver­biales. Claro está, su postura choca frontalmente con los rasgos destacados en § 3. Pero, además, la idea de que la forma de la preposición de está fraseológi­camente incorporada encuentra muy difícil encaje con dos hechos: en los casos de elipsis del sustantivo cuantificado, la ausencia de la preposición no acarrea la ruina del valor cuantitativo: Un montón llegaron tarde. Y aunque entonces podría aducirse que la preposición también está elidida, no puede argüirse lo mismo cuando lo cuantificado es el verbo: Estudia inglés un montón. 5.3. Desde la perspectiva teórica adoptada, la única solución viable pasa por el reconocimiento de parejas de signos distintos, aunque de significante par­cialmente coincidente. En este orden de cosas, con los sustantivos montón/es, barbaridad/es, burrada/s, porrón/es, convivirían los signos mínimos de catego­ría adverbial (locuciones) un montón, una barbaridad, una burrada y un porrón. Serían los de esta última serie —en cuanto adverbios propia y puramente cuantitativos— los únicos que entrarían (al margen de la mediación del va­lor de ‘comparación’) en la función de término terciario. No es casual que, precisamente en tal contexto sintáctico, la expresión /uN/ o /una/ ya no re­sulte separadamente conmutable por la de otro actualizador, al tiempo que los aparentes sustantivos dejan de admitir adyacentes adjetivales y variación morfológica: 11) Iba a tener una casa un montón de bonita (*su montón de bonita / *un enorme montón de bonita / *montones de bonita); Eres un porrón de bue­no (*tu porrón de bueno / *un grandísimo porrón de bueno / *porrones de bueno); Estoy una barbaridad de lejos (*mi barbaridad de lejos / *una enorme barbaridad de lejos / *barbaridades de lejos); Me vino con un regalo una burrada de caro (*esta burrada de caro / *una impresionante burrada de caro / *burradas de caro). Es muy probable que en el marco de la función de complemento circunstancial también se den cita las unidades adverbiales obtenidas por lexicalización, y ello a pesar de que, en términos generales, dicha construcción sintáctica admite la participación de sustantivos formando grupo sintagmático —eventualmente reducido a uno de sus funtivos componentes— (Martínez, 1994b: cap. iii): 12) Juan practica esgrima un montón (*su montón / *un tremendo montón / montones10); Sus companeros la golpearon un porrón (*su porrón / *un gran porrón / ??porrones); Héctor hizo el ganso una barbaridad (*esta barbaridad / *una tremenda barbaridad / *barbaridades); Entonces usá­bamos la bici una burrada (*aquella burrada / *una impresionante burrada / *burradas). Donde sí alternarían las estructuras de complemento determinativo nucleadas por los sustantivos (designativos) montón/es, barbaridad/es, burrada/s y porrón/ es, y las construcciones de término terciario —en las que el segmento lexica­lizado entraría como funtivo subordinado o variable— sería en los casos de cuantificación de sustantivos. 5.4. La diferencia entre los sustantivos designativos y los correspondientes adverbios léxicamente cuantitativos con significante «clónico» se revela mu­cho más clara cuando la unidad morfológicamente neutra adopta la forma del sustantivo escueto: cantidad/es (sust.) y cantidad (adv.), multitud/es y multitud, 10 Aunque hemos llegado a documentarlo, el empleo de montones como cuantificador del verbo desde la función de complemento circunstancial es francamente muy restringido si se compara con el de un montón. A este respecto, conviene no olvidar que algunos grupos sintagmáticos formados por sustantivos emparejados pueden verse reducidos en el plano de expresión a uno de sus sintagmas componentes —si se trata de un sustantivo contable, deberá presentarse necesariamente en plural— (Martínez, 1994b: § 3.4.3.3): Se pasó tocando la flauta horas (y horas)… Que montones no ha terminado instituyéndose en un adverbio cuantitativo (inmovilizado bajo la forma de plural e indefinición) se revela en el hecho de que no es capaz de caracterizar a adjetivos y adverbios (ejs. 11), y no precisamente por incompatibilidad semántica —como le sucede a multitud, que incorpora el rasgo léxico de ‘pluralidad’—, puesto que no ofrece resistencia alguna a recibir como complemento cuantitativo a sustantivos medibles; además, aun pluralizado conserva la propiedad de ser término de concordancia: «[…] según dijo, “se van a perder montones de dinero”» (El País, 21-5-1997). Concluyendo, creemos que el valor cuantitativo de montones sigue siendo de base contextual, a pesar de su alto grado de consolidación en los usos de la lengua. mogollón/es y mogollón, mazo/s y mazo… No en vano, los sustantivos comunes contables en singular necesitan ir actualizados para ser sujetos antepuestos —incluso si se presentan formando un grupo sintagmático no concebible como plural sintáctico— (ejs. 13); así pues, la gramaticalidad de las muestras de (14) ha de interpretarse como el testimonio de que los cuantificadores que las encabezan no son término nuclear dentro del grupo sustantivo en función de sujeto léxico, sino funtivo variable (de hecho, ellos mismos ac­tualizan al sustantivo cuantificado): 13) *Taza se ha caído al suelo; *Bolsa de libros está rota; *Perro de presa mordió al nino; 14) Cantidad de indicios lo senalan como culpable; Multitud de gatos han sido adoptados en los últimos días; Mogollón (de ordenadores) tienen el dichoso virus11 . La oposición entre sustantivos designativos y adverbios cuantitativos parcial­mente homófonos también se torna más fácilmente perceptible cuando la unidad inmovilizada incorpora fraseológicamente la forma del artículo: tira/s (sust.) y la tira (adv.), leche/s y la leche, mar/es y la mar, hostia/s y la hostia… En primer lugar, la forma /la/ no resulta separadamente conmutable por la de otro actualizador, lo que pone de manifiesto que entonces no debe conce­birse como el significante del artículo femenino singular, sino como parte integrante del significante de un signo mínimo (ejs. 15). Precisamente por ello, dicha secuencia fonológica no lleva solidariamente asociado contenido alguno, incluida la marca de ‘identificabilidad’. Es la ausencia de este rasgo semántico lo que explica que estos cuantificadores puedan participar en la función de complemento directo respecto del verbo haber, que rechaza en dicho rol sintáctico a sustantivos que toman el artículo sin justificación ca­tafórica (ejs. 16). Y, a diferencia de lo que sucede con los cuantificadores del tipo de un montón, su intervención de forma aislada en la función de com­plemento circunstancial resulta categorialmente inequívoca, ya que —al no gozar el artículo de estatus de sintagma— en ningún momento asoma la duda de que nos encontremos ante grupos sintagmáticos exocéntricos trabados por interdependencia (ejs. 17): 11 Debido a su significado netamente determinativo, los cuantificadores propios presuponen un cuantificado al que aplicarse. Dicha circunstancia explica que estos adverbios, a pesar de su condición de adyacentes, tengan la posibilidad de representar en el plano de expresión a todo el grupo nominal en los casos en los que el sustantivo nuclear se da por consabido; este último, no obstante, ha de recuperarse en el plano de contenido para que el enunciado resulte interpretable (San Julián Solana, 2016b: § 4.3.4). 15) Tengo {la/*una/*mi/*otra} tira de sueno; Es {la/*una/*esta/*cierta} mar de interesante; 16) a. *En Madrid hay los teatros; b. En Madrid hay {la tira / la leche / la hostia / la mar} de teatros; 17) Estudia inglés la tira; Riega las plantas la hostia. 6 .Transposición o lexicalización? 6.1. Una vez constatado que bajo el aparente hibridismo categorial de un mon­tón, una barbaridad (~ brutalidad ~ bestialidad) y un porrón subyace la coexisten­cia de signos funcionalmente disímiles —aunque prácticamente homófonos—, cabe plantearse si tales adverbios resultan de una adaptación in actu (sincróni­ca) o si, por el contrario, se deben a un proceso (diacrónico y, en consecuen­cia, gradual) de lexicalización. 6.2. Como adaptaciones puntuales —entroncadas, pues, con la transposi­ción12— son presentados por algunos autores: […] basta con seleccionar […] un sustantivo con algún rasgo léxico que favorezca la cuantificación y eliminarle su posibilidad de concordancia, pues con ello de convierte funcionalmente en un adverbio. (Martínez García, 2008: 4-5) Basta con aplicar algunas de estas unidades [sustantivos según el autor] a un adjetivo o a un adverbio, para pasar a la construcción cuantitativa o gradual del «término terciario». (Martínez, 2013: 318, n. 18) Ahora bien, el evidente salto que hay entre el significado léxico de los sus­tantivos considerados (significado de tipo designativo) y el de los corres­pondientes adverbios de significante «clónico» (determinativo-cuantitativo) choca con la máxima funcionalista de que la adaptación categorial a que da lugar el recurso puramente sintáctico de la transposición no altera el signi­ficado de la unidad transpuesta (Martínez, 1994b: § 1.3.5), frente a lo que sucede en mayor o menor grado con los procesos (diacrónicos) de enrique­cimiento del léxico. 12 Sin ir más lejos, el signo dependiente de que media entre el cuantificador y el nominal cuantificado ha llegado a describirse en términos de pre-posición pos-puesta destinada a transponer el «sustantivo» precedente a categoría adverbial (Meilán García, 1990: 646; Martínez García, 2008: 13). Aún hay más: el cambio categorial operado por el fenómeno transpositivo tie-ne efecto en una unidad superior a la transpuesta, pero las subordinaciones iniciales permanecen inalteradas (loc. cit.). Pues bien, en § 4 tuvimos oportu­nidad de comprobar que, en cuanto inequívocos adverbios, están privados de capacidad para llevar adyacentes adjetivales. 6.3. Frente a la idea que se desprende de las dos citas anteriores, la formación de las unidades adverbiales cuantitativas que ahora focalizan nuestro interés es más una cuestión de usos consolidados que el resultado de un mecanismo al alcance de la creatividad del hablante, y eso a pesar de que el germen sí se encuentra en actos de habla individuales y «creativos» (i. e., rupturistas con los usos). Ya sea el resultado de su participación en un grupo nominal desviado inter­pretable metafóricamente (como sucede con montón), ya se produzca a partir de grupos nominales atributivos (como pasa con barbaridad y sus cuasi sinóni­mos13), el empleo de un sustantivo designativo como cuantificador constituye, en su origen, un acto innovador ligado a la esfera del «hablar concreto»; en otros términos, la asociación entre el significante de un sustantivo designador y el contenido de índole cuantitativa comienza siendo unicontextual. Nada impide, sin embargo, que algunas de estas asociaciones alcancen difu­sión entre los integrantes de una determinada comunidad lingüística, pasando a constituir fenómenos de «norma» o «uso» social. Es lo que sucede en los ejs. de (1), en los que el vínculo entre la expresión del sustantivo clasificador y el sentido cuantitativo está parcialmente codificado (de ahí que suelan recogerlo los diccionarios), pero aún no está totalmente emancipado del contexto, la situación o el universo del discurso (recuérdese cómo los sustantivos de [1], en ausencia del complemento determinativo que da lugar a la «desviación», se interpretan designativamente). En ciertos casos, el contenido cuantitativo termina por independizarse del contexto, de suerte que su asociación con una expresión determinada deja de ser ocasional —y fruto de una operación pragmática—, tornándose solidaria y estable. En suma, se consolida como significado de un nuevo signo lingüístico. Inmovilizadas morfológicamente, estas creaciones sígnicas exhiben unas pau­tas combinatorias que las sitúan en la categoría adverbial. 13 Los usos cuantitativos de barbaridad, burrada, bestialidad y brutalidad parecen surgir sobre la base de grupos del tipo del que se destaca en Formuló una barbaridad de pregunta. Cf. Verveckken, 2015: § 5.2.5. Atendiendo al cariz gradual del fenómeno, no ha de extranar que en sincronía estas creaciones léxicas convivan —tal y como sucede en los casos que hemos analizado— con los eventuales empleos cuantitativos de los sustantivos clasifi­cadores de los que se derivan. 6.4. Que la capacidad de las unidades estudiadas para funcionar como adverbios es algo que tiene que ver con la consolidación de usos sociales, y no con un pre­tendido recurso sincrónico para adverbializar un inventario abierto de sustanti­vos, se torna patente mediante el cotejo de montón/es y cúmulo/s. A pesar de que la significación (designativa) de ambos sustantivos se asemeja en extremo, solo el primero ha terminado dando lugar a una locución adverbial cuantitativa. Las posibilidades con que cuenta el segundo para cuantificar se restringen, hoy por hoy, a su circunstancial participación en una expresión desviada reductible por metasemia (ej. 19); en cambio, rechaza la función de término terciario (ejs. 20) y parece que aun la de complemento circunstancial (ejs. 21)14: 19) Un (enorme) cúmulo de fatalidades {ha/han} provocado su dimisión; 20) *Iba a tener una casa un cúmulo de bonita; *Me has encontrado un cúmulo de bien; 21) *Los toros le gustan un cúmulo; *Practica esgrima un cúmulo. 6.5. Tampoco es casual que, en su faceta de cuantificador (más bien limitada al espanol europeo), un huevo solo se documente en cuanto adverbio —nótese que nunca acepta adyacentes adjetivos (Al acto acudió un [*gran] huevo de gente) ni es susceptible de pluralización (*El pobre aún tiene huevos de preocupaciones)15—. No en vano, su origen no parece encontrarse en grupos nominales con com­plemento determinativo interpretables cuantitativamente por vía pragmática, sino en la expresión idiomática ponderativa costar (~ valer) un huevo ‘costar mucho’ (lit. ‘costar un testículo’). Igualmente, no hay en la actualidad rastro alguno del empleo figurado como cuantificadores de los sustantivos designativos leche/s, hostia/s y virgen/es. En cambio, sí gozan de plena vitalidad las interjecciones que se han originado a 14 La idea de que este rechazo tal vez pudiera deberse a que cúmulo/s incorpora el rasgo semántico de ‘pluralidad’ se ve deslegitimada por las numerosas muestras en que exhibe su compatibilidad con sustantivos medibles no colectivos. 15 Aunque se trata de un fenómeno marginal, /uN/ sí aparece a veces reemplazado por la forma de otros actualizadores no cuantitativos, lo cual posiblemente se deba al análisis metalingüístico —no necesariamente consciente— al que los hablantes someten algunas locuciones (San Julián Solana, 2015: 695). Con bastante frecuencia sirve de base al sufijo aumentativo -azo, pero este tipo de derivativos no son exclusivos de la categoría sustantiva (§ 3). partir de ellos, y que seguramente constituyen el germen de los adverbios la leche, la hostia y la virgen. Bibliografía Alarcos Llorach, E. (1970): Estudios de gramática funcional del espanol. 3.a ed. Madrid: Gredos, 1980. Álvarez Martínez, M. Á. (1986): El artículo como entidad funcional en el espanol de hoy. Madrid: Gredos. CE = Davies, M. (2002-): Corpus del Espanol: http://www.corpusdelespanol. org (23-10-2016). Fernández Lorences, T. (2004): «Eso sí que no se puede negar: la intensificación mediante términos terciarios». Interlingüística, 15/1, 487-496 Gómez Torrego, L. (2001): «Locuciones intensificadoras modernas». Rinconete, 14/2/2001: http://cvc.cer-vantes.es/el_rinconete/ (13-1-2015). Gómez Torrego, L. (2005): «Gramática y semántica de los intensificadores de adjetivos y adverbios». En: Filología y Lingüística. Estudios ofrecidos a Antonio Quilis. Madrid: CSIC, I, 459-479. Gutiérrez Ordónez, S. (1989): Introducción a la semántica funcional. Madrid: Síntesis. Gutiérrez Rodríguez, E. (2008): Rasgos gramaticales de los cuantificadores débiles [tesis doctoral]. Madrid: Universidad Complutense de Madrid: http:// portal.uned.es (16-11-2014). Martínez, J. A. (1975): Propiedades del lenguaje poético. Oviedo: Universidad de Oviedo. Martínez, J. A. (1994a): Propuesta de gramática funcional. Madrid: Istmo. Martínez, J. A. (1994b): Funciones, categorías y transposición. Madrid: Istmo. Martínez, J. A. (1994c): Cuestiones marginadas de gramática espanola. Madrid: Istmo. Martínez, J. A. (1999): «La concordancia en espanol». En: I. Bosque, V. Demonte (dirs.), Gramática descriptiva de la lengua espanola. Madrid: Espasa Calpe, II, 2695-2786. Martínez, J. A. (2013): «Cuantificación y clasificación en los grupos nominales del espanol». En: D. García Velasco et alii (eds.), A Life in Language. Estudios en homenaje al profesor José Luis García Escribano. Oviedo: Universidad de Oviedo, 301-335. Martínez García, H. (2008): «Dos construcciones cuantitativas: partitiva y de término terciario». Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación, 34, 3-17: http://www.ucm.es/info/circulo/ (25-6-2008). Meilán García, A. J. (1990): «Algunas cuestiones acerca de la función de sujeto». En: M. Á. Álvarez Martínez (ed.), Actas del Congreso de la Sociedad Espanola de Lingüística. XX Aniversario (Tenerife, 2-6 de abril de 1990). Madrid: Gredos, II, 639-652. NGLE = RAE, ASALE (2009): Nueva gramática de la lengua espanola. Madrid: Espasa. Saab, A. L. (2006): «Concordancia ad sensum y elipsis nominal en espanol: un análisis morfosintáctico». Revista de Lengua y Literatura, 34, 45-63. San Julián Solana, J. (2014): «La impronta del funcionalismo en los estudios lingüísticos del asturiano». Revista de Filoloxía Asturiana, 14, 15-51: http:// www.unioviedo.es/reunido/index.php/RFA/article/view/10897 (2-5­2016). San Julián Solana, J. (2015): «Sintaxis, significación y sentido de las .locuciones? alrededor de, en torno a y cerca de». En: Studium Grammaticae. Homenaje al profesor José A. Martínez. Oviedo: Universidad de Oviedo, 691-710. San Julián Solana, J. (2016a): La expresión sustantiva de la cuantificación en espanol [tesis doctoral]. Oviedo: Universidad de Oviedo. San Julián Solana, J. (2016b): «El sustantivo cuantificador en la lingüística hispánica: revisión crítica y nueva propuesta». Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación, 68, 380-435: https://revistas.ucm.es/index. php/CLAC (1-12-2016). Verveckken, K. (2015): Binominal Quantifiers in Spanish. Conceptually-Driven Analogy in Diachrony and Synchrony. Berlin / New York: Walter de Gruyter. Vos, R. (2002): «Las construcciones de cuantificador nominal en holandés y espanol». Foro Hispánico, 21, 47-57. Javier San Julián Solana University of Oviedo On the Categorial Ambivalence of un montón and Other Similar Quantifiers Keywords: un montón/porrón, una barbaridad/bestialidad/burrada/brutalidad, quantifying/quantifier nouns, adverbial phrases, Spanish. Owing to their ability to express indefinite (superlative) quantification, units like montón, porrón or barbaridad (~ bestialidad ~ burrada ~ brutalidad) are often included among quantifying nouns. But along with a series of clearly nominal features, they have other features which are typical of adverbs. The aim of this paper is precisely to provide a reasonable explanation for this categorial hy­bridism. Applying the theoretical and methodological principles of the Func­tional Grammar of Spanish, we try to demonstrate that they are not “amphibi­ous” units. On the contrary, we argue that, from a synchronic point of view, two sets of signs should be distinguished, which are functionally and lexically different but have “clonal” signifiers: a) nouns –with designative meaning– montón/es, porrón/es, barbaridad/es, and b) adverbial phrases un montón, un por­rón, una barbaridad, which are pure quantifiers, according to their lexeme. Javier San Julián Solana Univerza v Oviedu O dvoumnosti kategorije un montón in drugih sorodnih kolièinskih izrazih Kljuène besede: un montón/porrón, una barbaridad/bestialidad/burrada/ brutalidad, skupni samostalniki, prislovne zveze, španšèina Izrazi montón, porrón in barbaridad (bestialidad/burrada/brutalidad) se pogosto uvršèajo med skupna imena, saj lahko izražajo neopredeljene kolièine presežne vrednosti. Kljub številnim nespornim samostalniškim znaèilnostim pa imajo omenjene prvine tudi druge lastnosti, znaèilne za prislove. Namen prispevka je smiselno utemeljiti in pojasniti to dozdevno kategorièno prehajanje ter s teoretsko-metodološkimi naèeli funkcionalne slovnice španšèine pokazati, da za omenjene prvine ni znaèilna protislovna »dvojnost«, temveè da je mogoèe v omenjenih pojavih loèiti razliène besedne in funkcijske oznaèevalce, ki pa jih, po drugi strani, združuje »istoveten« oznaèevalec: a) samostalnike, ki oznaèu­jejo skupna imena: montón/es, barbaridad/es in porrón/es, in b) prave kolièinske prislovne zveze: un montón, una barbaridad in un porrón. Gemma Santiago Alonso DOI: 10.4312/vh.24.1.125-145 Universidad de Ljubljana El artículo en espanol: problemas de conceptualización y valores esenciales Palabras clave: artículo determinado/definido, artículo indeterminado/ indefinido, artículo O/ausencia de artículo, referencialidad. 1 Introducción La motivación y el punto de partida de la presente investigación ha sido dar respuesta a una de las zonas opacas con las que se enfrenta el aprendiente de espanol como L2: la adquisición del artículo. Para ello, el propósito funda­mental ha sido la descripción gramatical de los valores esenciales del artículo para su futura aplicación en el marco de la adquisición de segundas lenguas para una ensenanza significativa del artículo. El primer objetivo que se plantea en ha sido esclarecer la ardua tarea de definir la naturaleza del artículo y su conceptualización, ya que su «significado es tan complejo y los factores gramaticales que rigen su alternancia tan heterogéneos que ni uno ni otros se pueden expresar con ayuda de una fórmula sencilla» (Iturrioz, 1996: 339)1 . Dicha labor no es nada fácil pues ya desde el principio nos encontramos con una serie de aspectos todavía sin resolver: entre otros, la cuestión terminológica (artículo/determinante; definido/indefinido; determinado/indeterminado; de primera/segunda mención); el número de operadores (oposición artículo determinado/indeterminado; oposición ausencia/ presencia del artículo); la consideración de si un tiene categoría gramatical de adjetivo indefinido, de numeral cardinal o de artículo indeterminado; o si se trata de determinante o parte de la oración o por el contrario es un morfema nominal o accidente del nombre Para una exposición detallada del conflicto véase: Amado Alonso (1951) y Alarcos Llorach (1970) quienes defienden que el artículo un es un morfema nominal; y por otro lado Lapesa (1974) y Leonetti (1999), quienes consideran el artículo un como un determinante. Por su claro carácter transversal, se ha puesto el foco en la conceptualización y significación del artículo, y se han atendido a sus diferentes valores, así como a las distintas aportaciones que se han hecho sobre el artículo, esenciales para poder atender al aprendizaje/ensenanza del artículo desde una perspectiva significativa. 2 Significado y naturaleza del artículo en espanol Después de Nebrija (1492), la primera de las aportaciones destacables en el ámbito hispano se la debemos a Andrés Bello (1847), quien subraya como significado fundamental para el artículo dos aspectos: el hecho de que sea en su origen un demostrativo aunque debilitado, y su clara relación con la deixis y con las personas del diálogo. Para Bello el y un no forman sistema, y la vin­culación entre ambos no es sino accidental. Asimismo, el filólogo venezolano considera que uniendo «el artículo definido a un sustantivo, damos a entender que el objeto es determinado, esto es, consabido de la persona a quien habla­mos, la cual, por consiguiente, oyendo el artículo, mira, por decirlo así, en su mente al objeto que se senala» (Bello, 1845: 69). Por lo que respecta a un, Bello lo considera como un artículo indefinido que «se emplea para significar que se trata de objeto u objetos indefinidos, esto es, no consabidos de la persona o personas a quienes hablamos» (Bello, 1845: 246). Otra de las doctrinas que obtuvo una destacada vigencia en el siglo pasado fue la que planteó el lingüista Amado Alonso en 1933 (y que publicaría en 1951), quien otorga la condición de artículo solo a el, cuya función sería anunciar la inmediata presencia de un nombre. Según Alonso (1951: 155) el artículo el no sería más que una anticipación formal de las representaciones con contenido que van a seguir, lo que permite anunciar las categorías de género, número o las de sujeto o complemento en un sustantivo, esto es, representa un índice de sustantividad. Frente a esto, el filólogo no considera que un se oponga a el, estableciendo la oposición entre la presencia y la ausencia del artículo, en tanto que el sustantivo con artículo hace referencia a objetos existenciales, a las cosas, y sin artículo a objetos esenciales, a las valoraciones subjetivas y cate­goriales de las cosas (Alonso, 1951: 162). El lingüista niega que un sea artículo en espanol, puesto que considera que un todavía tiene su valor pronominal o numeral original, con todas sus referencias al sistema pronominal, y no ha perdido su acento de intensidad (muy al contrario de lo que le ocurrió al ar­tículo el). Siguiendo la estela de Amado Alonso (1954), Emilio Alarcos Llorach (1970) adopta y refuerza su punto de vista de la función sustantivadora del artículo. El autor sugiere que cuando «un artículo se antepone a elementos cuya fun­ción habitual no es la del nombre, el papel de aquél evidentemente consiste en trasponer tales elementos a la función que el nombre desempena en la oración» (Alarcos Llorach, 1970: 171). De esta manera, pone de manifiesto los dos valo­res esenciales que presenta el artículo, esto es, por un lado convertir el nombre clasificador en nombre indentificador, y por otro trasponer los segmentos que originariamente desempenaban otra función a función nominal. El artículo es para Alarcos Llorach un accidente que transforma el sustantivo clasificador en sustantivo identificador (1970: 176). Asimismo, el lingüista diferencia un de el en tanto que un es una palabra tónica frente a el, que es una unidad átona y dependiente, pues necesita o presupone la presencia de otras unidades en las que se apoya fónicamente y de las que no es separable. Consecuentemente, un/ una no pueden ser artículo puesto que tienen un comportamiento funcional unitario (Alarcos Llorach, 2000: 69)2 . Rafael Lapesa (1974: 436-437) entiende, al contrario de Alonso y Alarcos Llo­rach, que el es un actualizador vacío identificador y un es un actualizador vacío no identificador, y ambos forman sistema. Es más, Lapesa sustituye la oposi­ción entre presencia/ausencia del artículo (a la que ya habían hecho alusión Alonso y Alarcos Llorach) por otra más amplia, oponiendo al sustantivo sin actualizador el sustantivo actualizado (ya sea por actualizadores con sustancia semántica o actualizadores vacíos). Lapesa sigue validando la conceptualiza­ción aplicada por Alonso en cuanto a la oposición virtual, categórica o esencial (que correspondería al sustantivo escueto) a la actual, individuada o referida a lo existente (propia de los sustantivos con determinativos) (Lapesa, 1974: 436-437). A diferencia de Bello, Alarcos Llorach o Alonso, Lapesa considera un como un artículo que tiene entre sus funciones la de actualizar, sin substancia semántica propia, al sustantivo que entra por primera vez en el discurso o aparece con realce expresivo. Esa función no es cuantitativa ni consiste en indicar la especie del sustantivo. (Lapesa: 1975: 31). Fernando Lázaro Carreter (1980) continúa la misma línea de Bello (1848), aunque difiere del gramático venezolano en cuanto a que se distancia del Otro gramático que está de acuerdo con Alonso (1954) y Alarcos Llorach (1970) en cuanto a la consideración de un como numeral y no como artículo es Gómez Torrego (1997). ámbito emisor-receptor para dirigirse más a lo que él llama la doctrina de lo consabido. Para Lázaro Carreter, el y un no pueden pertenecer a la misma clase funcional de signos (al igual que Bello) en cuanto contrastan y no se oponen3, constituyendo el primero la clase de presentadores ulteriores frente a los primeros presentadores o actualizadores (Lázaro Carreter, 1980: 49). La oposición entre ausencia/presencia del artículo es para este lingüista contex­tual y no funcional. El artículo está relacionado desde sus inicios al mundo discursivo, pues, como sostiene López García (1990), en su origen se remonta a una debilitación de los procedimientos mostrativos que se convirtieron en simbólicos, esto es, el artículo pasó «de anclar oraciones, a las que confieren potencial denotativo, en el tiempo y en el espacio extralingüísticos, los demostrativos-artículos pasaron a fijarlas en el espacio interno del lenguaje, tanto sintagmático como paradig­mático» (López García, 1990: 47). No obstante, cada uno de los lingüistas a los que se ha hecho referencia en este apartado subraya valores diferentes: Bello inscribe el artículo en el nivel dialógico y atiende a lo consabido; Alonso y Alarcos Llorach se centran en la capacidad actualizadora del artículo en re­lación con los sustantivos, otorgando al artículo la función de sustantivador; Lapesa da prioridad al nivel de orden; y Lázaro Carreter pone de relieve el mecanismo de actualización dentro del nivel presuposicional. 3 Valores esenciales del artículo en espanol Tomando en consideración la conceptualización del artículo, se han clasificado sus valores esenciales en tres grupos, teniendo en cuenta si se trata de: artícu­lo definido o determinado o de segunda mención o el; artículo indefinido o indeterminado o de primera mención o un; o sustantivo escueto o ausencia de artículo o artículo O4 . 3.1 Valores esenciales del artículo el El paradigma del artículo en espanol presenta flexión de género (masculino y femenino) y número (singular y plural), y la forma escogida depende en cada caso del género del sustantivo al que determinan. Esto no afecta en una última 3 Tanto para Bello como para Lázaro Carreter, el artículo el y el pronombre él constituyen una misma categoría funcional, ya que ambos entienden que él siempre contiene el, hallándose en una distribución complementaria. Al igual que lo está en distribución complementaria con ello. 4 Para simplificar, se habla del artículo el, un y O. forma que completa el paradigma, el artículo lo, que tradicionalmente ha sido considerado neutro, pues nunca acompana a sustantivo alguno ya que no exis­ten sustantivos de género neutro en espanol y no presenta flexión de número. 3.1.1 Valor generalizador e información consabida Lingüistas de orientación tradicional como Bello, Lázaro Carreter o Ama­do Alonso han considerado como uno de los valores centrales del artículo la información consabida o familiar (oponiendo la potencialidad del artículo definido de hacer referencia a entidades o bien presentes en el universo del discurso o bien accesibles directamente a la capacidad del artículo indefinido de introducir referentes desconocidos para el receptor). (1) Por fin acabo de terminar de leer el libro. (2) El concierto será finalmente manana. Leonetti (1999) disiente de este como valor esencial ya que es posible que en ocasiones la información consabida no sea aludida por el artículo. Desde una perspectiva sintáctica el autor entiende que no hay incompatibilidad entre los sintagmas nominales y la referencia a un objeto no mencionado con anteriori­dad (como en 3, donde el referente escalón se toma para el interlocutor como información nueva) (1999: 791-792). (3) Cuidado con el escalón. La mayoría de los autores (Alonso [1933, 1954], Alarcos Llorach [1970], La­pesa [1974, 1975], Lázaro Carreter [1980], Laca [1999], Leonetti [1999] entre otros) otorga al artículo el un valor generalizador (aunque no sea exclusivo de este). Leonetti (1999: 872) por ejemplo sostiene que la expresión genérica en el artículo definido en singular es empleada para hacer referencia a una clase o género de objetos como entidad homogénea, accesible e identificable como única mediante el conocimiento consabido de los interlocutores, y por lo tan-to, independiente del contexto o de la situación del habla (es decir, pierde la función deíctica y anafórica y los sintagmas nominales funcionan, pues, como el nombre propio de una clase). (4) Las naranjas son ricas en vitamina C. (5) La luna está más brillante que ayer. 3.1.2 Valor de actualizador o determinador Coseriu (1962: 297-298) destaca del artículo el como valor esencial el valor de actualizador o determinador, en tanto que la operación de actualización orienta el signo virtual o conceptual hasta la esfera de los objetos como un proceso de transformación de la identidad o esencia a la ipsidad o existencia, esto es, la actualización es la operación que condiciona directamente la de­notación de lo conocido con el nombre de lo sabido. Leonetti (1990: 23-24) apunta además que la determinación está ligada a las operaciones de referen­cia y cuantificación, en cuanto ponen en contacto las expresiones lingüísticas con las entidades del mundo extralingüístico. Por todo ello, Leonetti entiende que los referentes no son más que representaciones mentales de las entidades aludidas, esto es, se pueden percibir los referentes como archivos mentales contenedores de información disponible sobre cierta entidad que se modifica y actualiza en virtud del discurso. 3.1.3 Valor de unicidad Si se tiene en cuenta la naturaleza del nombre propio, según Alarcos Llorach (1970: 233) este posee dos rasgos esenciales: su naturaleza referencial en cuanto presupone la existencia del referente y su naturaleza identificadora en cuanto permite la identificación unívoca. No obstante, algo diferente ocurre con el nombre común, puesto que al contrario de los nombres propios este carece de referencialidad y no es capaz de permitir una identificación unívoca. Es el artículo, entonces, el encargado de posibilitar al sustantivo común los rasgos esenciales que el sustantivo propio posee. Es un accidente que transforma el sustantivo clasificador en sustantivo identificador (Alarcos Llorach, 1970: 175). (6) Has traído finalmente el libro que te pedí. Leonetti (1999) considera la noción de unicidad como otro rasgo esencial, entendiendo la unicidad como todo lo que permita referir a una única enti­dad existente y relevante en el contexto capaz de cumplir con las condiciones impuestas por el contenido aparecido descrito en el sintagma nominal (1999: 792). Para Leonetti (1999: 792), el concepto de unicidad hace referencia al he­cho de que el artículo puede tomar el rol de cuantificador universal basándose en el efecto de maximidad, esto es, los sintagmas nominales definidos pueden hacer referencia a la máxima colección o al mayor conjunto de objetos de los que se predica la información descriptiva. Esto le permite al artículo defini­do hacer referencia a la única entidad relevante en el contexto o le posibilita unificar un conjunto de objetos que el interlocutor ha de ser capaz de consi­derar relevantes en cada situación. En los dos valores esenciales descritos por el gramático se puede percibir cierto continuismo con la capacidad referencial del artículo hacia el nombre (muy en la línea de Alarcos Llorach), aunque en muchas ocasiones existen numerosos contextos en los que el uso del artículo no se ajusta a la condición de unicidad, y su localización o identificación del re­ferente son irrelevantes para el hablante. Leonetti (1999: 794) aduce ejemplos (como en 7 u 8) o en el caso de expresiones que hacen referencia a situaciones estereotipadas sin entidad determinada (como en 9, 10, 11) para ilustrar cómo en aquellos contextos en los que el uso del artículo no se ajusta a la condición de unicidad, es la prominencia discursiva del referente la que salva el proceso interpretativo. Por todo ello, Leonetti (1999) entiende que solo el factor de la prominencia discursiva del referente sería capaz de justificar su uso, esto es, el requisito de unicidad será la capacidad del interlocutor de «identificar unívo­camente el referente aludido con la información que tiene a su disposición» (Leonetti, 1999: 794-795). De ahí que para el lingüista, el rasgo central de las expresiones definidas no sea tanto el conocimiento previo del objeto por parte del receptor sino más bien la presuposición de que el receptor es capaz de construir una representación mental adecuada del mismo. (7) Le había besado la mejilla. (8) Cuando ella llegó estaba en la ventana. (9) Tomó el autobús. (10) Ayer me fui al teatro. (11) .A qué hora saliste a la calle? Montero (2011: 4-7), siguiendo la estela de Leonetti, establece también como valor esencial del artículo el el de unicidad o inclusividad, en tanto que pre­senta los referentes singulares como si fueran entidades únicas y los referentes plurales como si fueran totalidades absolutas. Para Montero, el artículo va más allá de articular un vínculo entre el lenguaje y la realidad, esto es, lo que hace realmente es manipular la realidad de forma que el interlocutor sea capaz de aludir e interpretar determinados aspectos de los mismos sin confusión. 3.1.4 Valor clasificador Asimismo, Alarcos Llorach (2000: 79-80) otorga a la presencia/ausencia del artículo el delante de sustantivo en función de sujeto un valor clasificador, ya que gracias al artículo se puede diferenciar si estamos ante un sustantivo con-table o discontinuo o un sustantivo no contable o continuo. Alarcos Llorach lo ejemplifica aduciendo que no es lo mismo el ejemplo 12 que el 13, donde demuestra que aunque el sustantivo contable en singular en función de sujeto explícito y de objeto complemento directo ha de ir siempre acompanado por el artículo (o cualquier otro elemento actualizador), no ocurre lo mismo con los no contables, donde en el ejemplo analizado se puede ver que la presencia o no distingue el tipo de sustantivo ante el que nos encontramos. (12) Entra aire por la puerta. (13) *Entra profesor por la puerta. 3.1.5 Valor enfático, ponderativo y expresivo Además, Alarcos Llorach (2000: 245-248) alude al valor enfático como otro de los valores del artículo, en el caso de que el artículo no solo ha realizado una determinación sino que anade estimación o gradación implícita en el conteni­do. Otros autores como Fernández Ramírez (1951/1987: 204-206) consideran también los valores ponderativos y expresivos en cuanto a que las oraciones interrogativas y exclamativas pronominales indirectas son sustituidas por ora­ciones de relativo o, por ejemplo, en el caso en el que el artículo aparece con la elipsis de la palabra cantidad en la oración (como en 14 y 15). (14) !El calor que hace! (15) La de gente que ha venido. 3.1.6 Información presentada o comentada El lingüista Francisco Matte Bon (1995), senala como valor esencial el carácter de la información (presentada o comentada), esto es, en el caso del artículo el, se trata de información comentada, frente al artículo un, que sería infor­mación presentada. Esta diferenciación le lleva a Matte Bon a nominar al artí­culo el como de segunda mención y al artículo un como de primera mención. En realidad, este carácter de información presentada o comentada es lo que autores como Bello, Lázaro Cárrater, Alonso o el mismo Leonetti ya habían descrito como la noción de información conocida que posee el artículo. 3.1.7 Valor sustantivador Otro de los valores que destacan los lingüistas Alcina y Blecua (1991: 551) es el valor sustantivador del artículo, aunque antes se ha de tomar en cuenta: la existencia de los diferentes tipos de sustantivación, esto es, funcional (19, 20), formal (16, 17, 18) y lexicalizada (21); si las sustantivaciones a las que se hacen referencia han sido producidas con la presencia del artículo o sin ella5 . (16) El joven de la primera fila decidió macharse del cine. (17) El ayer no trae más que melancolía y frustración. (18) Deja de plantearte el porqué de las cosas y actúa. (19) El ir y venir del gentío acabó asustando al pobre gato. (20) El que no quieras venir no significa que vayas a pagarme el regalo. (21) No olvides el impermeable que está lloviendo. 3.1.8 Valor de definitud El lingüista Manuel Leonetti (1999) caracteriza semánticamente al artículo desde el rasgo de definitud en cuanto a que un sintagma nominal sea capaz de identificar6 a un referente de manera unívoca y sin ambigüedades en el uni­verso del discurso, ya que el artículo contiene la información gramatical para que el receptor pueda restringir la construcción que le lleve a realizar una in­terpretación adecuada. Leonetti (1999: 857-870) establece una distinción en­tre las diferentes interpretaciones, distinguiendo las interpretaciones fuertes (esto es, interpretaciones específicas y genéricas) y las débiles (es decir, las inespecíficas). Los artículos definidos, según el autor, son los responsables de proporcionar interpretaciones fuertes con la finalidad de que el hablante pue­da aludir a una entidad determinada), mientras que los artículos indefinidos producen interpretaciones tanto fuertes como débiles. En las interpretaciones genéricas los sintagmas nominales hacen referencia no solo a la clase o especie de objetos, sino también a individuos no predeterminados que aparezcan en el discurso como representantes aleatorios de todos los miembros de la clase 5 Esta clasificación de la sustantivación que proponen Alcina y Blecua ha sido criticada, entre otros, por Álvarez Martínez (1986: 74), quien refuta la distinción entre la sustantivación funcional y la formal. 6 Según Leonetti (1999: 857), es la identificabilidad del referente, esto es, «la presuposición de que el receptor puede construir una representación mental adecuada del mismo», lo que caracteriza el rasgo central de las expresiones definidas. Y es esta garantía de accesibilidad por parte del oyente lo que en esencia integra el concepto de definitud. denotada. En cuanto a la interpretación específica, el gramático diferencia el sentido pragmático (donde la especificidad se relaciona con la intención co­municativa del hablante en tanto que este haga a una referencia a una enti­dad determinada aunque no sea conocida por el oyente), del sentido lógico (donde la especificidad se relaciona con la no intervención de los operadores y cuantificadores intensionales de la oración, y por lo tanto, permite obtener un referente individualizado o particular), o del sentido discursivo (donde la especificidad se relaciona con el concepto de la partitividad, permitiendo sacar una entidad de un conjunto de elementos ya delimitados en el discurso). Por lo que respecta a las interpretaciones inespecíficas, estas hacen referencia a los SSNN formados por el determinante indefinido únicamente con con­tenido cuantitativo y sin referencia alguna fuera del contexto oracional. De esta manera, el artículo definido determina «la identificación de los referentes de las expresiones nominales», contribuyendo así decisivamente a la cohesión del discurso (Leonetti, 1999: 791). Dicha marca de definitud, según el tipo de información transmitida, tiene como consecuencia varios usos: anafóricos como en 22 (donde se establece una relación correferencial en la que el sin-tagma nominal (SN) reproduciría los contenidos del antecedente –pudiendo incluso utilizar sinónimos o hiperónimos o descripciones del referente), usos anafóricos asociativos como en 23 (donde desde una identificación y accesi­bilidad en el contexto, el SN introduce elementos no correferenciales con el antecedente, aunque sigue manteniendo un vínculo conceptual con la expre­sión nominal anterior), usos deícticos como en 24 (en el que el SN introduce elementos nuevos identificables unívocamente por parte de los interlocutores por el contexto situacional), usos no anafóricos basados en un conocimiento compartido o consabido (aunque el SN introduce elementos nuevos, estos son supuestamente consabidos por el interlocutor o hace referencia a un conoci­miento universal), y usos endofóricos como en 25 (donde el SN introduce elementos nuevos, pero el SN contiene modificadores restrictivos que identi­fican unívocamente el referente). (22) Compramos finalmente los langostinos y pagamos la caja a 25 €. (23) El fideuá estaba sabroso, pero los fideos estaban bastante blandos. (24) Pásame el bolígrafo, por favor. (25) He cogido el coche de mi padre. 3.1.9 Valor posesivo Leonetti (1999: 809) destaca asimismo el valor posesivo como otro de los valo­res esenciales del artículo, en tanto que el artículo definido en una construcción que indica posesión permite asegurar la identidad del poseedor cumpliéndose la condición de unicidad. Ahora bien, aunque el artículo no puede desplazar al determinante posesivo para mostrar relación de posesión o pertenencia en todas las situaciones, sí que existen varios factores que condicionan la realiza­ción de dicho desplazamiento, es decir, si se da una relación parte-todo entre el nombre relacional7 y el nombre constituyente, que representa el todo, en­tonces si sería posible interpretar la existencia de posesión o pertenencia sin necesidad de utilizar el pronombre posesivo (como en 26). Otro factor que favorecería dicho desplazamiento serían, según Porto Dapena (1986: 139), las oraciones cuyos verbos con significados semejantes de posesión (tener, regalar, vender, prestar, comparar, robar u otros verbos) indican una relación causativa entre la persona y el objeto (como en 27 y 28). (26) Me tengo que cortar el pelo. (27) .Me prestas las gafas, por favor? (28) Me acaban de robar el bolso. 3.2 Valores esenciales del artículo un 3.2.1 Singularización Alarcos Llorach plantea una propuesta unitaria sobre el valor esencial de este operador que consistiría en la «singularización de un objeto cualquiera de en­tre los de la clase designada por el sustantivo, o bien de una porción o variedad cualquiera de lo que denota este» (2000: 123-124). El autor ilustra la descrip­ción con ejemplos como en 29 para referirse a un perro singularizado sin con­cretar la entidad, o en 30 para singularizar la variedad de aire. No obstante, para Alarcos Llorach la singularización no es incompatible con el morfema de plural, aunque la imprecisión del valor singularizador de artículo un le deja acercarse a los numerales capaces de designar cantidad o número aproximados. Para Leonetti, los nombres en relación pueden ser o bien sustantivos que designan partes, propiedades de un cuerpo (animado o inanimado) o capacidades psíquicas (como por ejemplo pelo, pensamiento, inteligencia…), o bien sustantivos que denotan objetos que se hallan en la esfera personal (como gafa, ropa…) o sustantivos de parentesco. (29) Ladra un perro. (30) Aquí se respira un aire puro. 3.2.2 Indefinitud Según apunta Leonetti (1999), las propiedades más típicas que le han sido atribuidas al artículo indefinido son la de introducir referentes nuevos en el universo del discurso que suelen ocupar una posición sintáctica de tipo re­mática, de ahí que aporte información nueva o focal (1999: 838). Es decir, las propiedades esenciales del artículo indefinido serían: poseer interpretaciones no anafórica o no correferencial, no hacer referencia a la totalidad de la clase de elementos denotados (referencia exclusiva) y el hecho de que la interpre­tación no se ve condicionada por la presencia de cuantificadores u operadores en la misma oración. (31) Me puedes pasar un bolígrafo de esos que hay sobre la mesa. Sin embargo, lo que Leonetti destaca como valor operativo esencial en la opo­sición de artículo definido e indefinido es exactamente esa, la definitud y la indefinitud. Si por una parte el artículo definido le permite al interlocutor recuperar los datos necesarios para la representación del referente, el artículo indefinido no transmite ninguna orientación o instrucción en este sentido, y aporta únicamente un contenido de cuantificación, por el que la interpretación del SN se reduce a extraer un elemento perteneciente al conjunto denotado (Leonetti, 1999: 838). 3.2.3 Valor genérico En el caso del artículo un, comprobamos que aunque también posee valor ge­nérico como el artículo el, este no hace referencia a la clase sino a un elemento cualquiera (representativo o prototípico) de la clase. En este caso, los sin­tagmas nominales indefinidos inespecíficos situados en contextos genéricos adquieren interpretaciones genéricas, ocupando un carácter temático. Haw­kins (1978) advirtió que los indefinidos, al poseer una propiedad central de referencia exclusiva, no pueden hacer referencia a todos los elementos de la clase denotada por el nombre como ocurre con los definidos, que poseen una referencia inclusiva como propiedad central. De esta manera, los indefinidos, al indicar la cantidad de elementos extraídos de la clase, realizan una partición por la que hay siempre elementos que no se toman en consideración y quedan excluidos. (32) Un amigo es alguien que nunca te juzga. 3.2.4 Valor de determinación Gómez Torrego (1997: 88-90) destaca como los valores esenciales del determi­nativo indefinido un el valor de determinación, en tanto que adquiere en fun­ción del contexto valores específicos (como en 33), inespecíficos (como en 34) y generalizadores (como en 35). (33) Quiero un ordenador que tiene 2 TB. (34) Quiero un ordenador que tenga 2 TB. (35) Hoy en día un ordenador es una herramienta imprescindible. 3.2.5 Valor de aproximación Gómez Torrego (1997) alude al valor de aproximación en el caso del plural, aunque el autor entiende que en estos casos no se trata ya de actualizadores del sustantivo sino modificadores de un cardinal. (36) En el departamento seremos unos diez. 3.2.6 Valor enfático o intensificador Gómez Torrego (1997: 88-90) destaca el valor enfático e intensificador del artículo un (como en 37-40). En ocasiones, el sentido enfático puede inclu­so realizarse mediante una correlación metafórica como en 41. Lapesa (2000: 485) alude igualmente al valor actualizador del artículo un con realce pondera­tivo o función expresiva, puesto que afirma que el artículo indefinido un, una dispone de un valor actualizador al introducir el sustantivo por primera vez en el discurso con realce ponderativo o función expresiva (como en 42). (37) Me acabo de comprar unas gafas modernísimas. (38) Eres todo un caballero. (39) Es de un cursi… (40) Tiene una casa… (41) Juan es una portera. (42) !Te vas a fumar un cigarrito ahora! 3.3 Valores esenciales del artículo O A diferencia del artículo el o un, el artículo O no ha sido tan ampliamente estudiado, y aun hoy resulta esencial el trabajo de Brenda Laca (1999) sobre la presencia/ausencia de artículo, quien destaca (como ya lo había hecho anteriormente Alarcos Llorach) que los sustantivos comunes escuetos no tienen la potencialidad de constituir expresiones referenciales, si no es por el artículo. 3.3.1 Clasificador Amado Alonso (1954: 146) establecía el empleo o no de artículo como inde­pendiente del objeto captado, es decir, lo esencial de su uso no es otra cosa sino del modo mental de captar el objeto, es decir, del sujeto, que en el caso del artículo O este mienta un tipo, una abstracción general. El gramático Alar­cos Llorach (2000: 68) sigue la estela de Alonso pues considera el sustantivo sin artículo como un elemento para designar una clase de objetos y clasificar­los, en oposición al sustantivo con artículo, que queda limitado esencialmente a trasponer el nombre clasificador en identificador. (43) Para trabajar prefiero llevar pantalones y zapatos de tacón. (44) Se necesita camarero. (45) .Quieres té o café? 3.3.2 Concepto o categoría Matte Bon (1992: 214) asocia la ausencia del artículo con la función de aludir directamente al concepto/categoría expresado por el verbo, esto es, omite el artículo cuando al emisor le interesa sobre todo el concepto representado por el sustantivo. De ahí que el operador O se utiliza con sustantivos referidos a entidades contables que dan cuenta de algún elemento o individuo de la cate­goría o especie (que interesa más como representante de concepto que como individuo concreto en sí), y por otro lado se utiliza el operador O con sustan­tivos en plural que refieren a algunos elementos o individuos de la categoría o especie (que interesa más como elemento indeterminado de su categoría que como individuo concreto en sí), sin subrayar su individualidad ni su identidad (Matte Bon, 1999: 205). (46) He cerrado la casa con llave. (47) .Gozáis realmente de libertad en tu país? 3.3.3 Totalidad, cuantificación y partitividad Desde una perspectiva semántico sintáctica, Laca (1999: 891-925) asigna a la significación del artículo los valores de totalidad, cuantificación y partitivi­dad, valores que entiende la autora susceptibles de explicar parcialmente la casuística de la aparición o no del artículo ante sustantivos continuos (donde el nombre denota la clase de individuos que atienden al concepto y la inten­sión refiere a un conjunto de individuos) y discontinuos (donde se denota la clase de porciones o muestras de materia que se clasifica según el concepto y la intensión hace referencia a la totalidad indivisa). (48) Quiero sandía (en el sentido partitivo). (49) Quiero sandías (en el sentido cuantitativo impreciso). (50) Quiero cerveza (en el sentido partitivo). (51) Quiero cervezas (en el sentido cuantitativo impreciso, aunque en este caso además hay una recategorización del sustantivo continuo, que ha pasado a ser discontinuo). Laca propone como valor común a todos los usos de los sustantivos escuetos el hecho de que no pueden constituir por sí solos expresiones referenciales, es decir, todos los sintagmas nominales escuetos tienen usos predicativos8 y no actualizan al sustantivo que acompanan. En conclusión, la lingüista plantea como valores esenciales en cuanto al uso de sintagmas nominales (SSNN) escuetos la no referencialidad, la inespecificidad y usos genéricos: Tanto la inespecificidad de los SSNN sin artículo como su comportamiento anafórico constituyen indicios de su carácter genérico. En efecto, la incapacidad que demuestran en ambos aspectos para fijar una referencia a un grupo de individuos o Para Laca (1999: 898), la interpretación de los sintagmas nominales escuetos depende del contexto sintáctico-semántico en el que aparecen a diferencia de las expresiones referenciales. Leonetti (1999:24) argumenta el carácter predicativo de los escuetos por su falta de especificación de ninguna operación referencial o de cuantificación, pues los escuetos solo expresan propiedades. a una porción de materia particular indica que los SSNN sin determinante se utilizan cuando lo pertinente es la clase de objetos o el tipo de materia. (Laca, 1999: 903). Montero (2011:15) precisa como valores esenciales asociados al artículo O la cuantificación indeterminada o imprecisa (relacionado con los nombres en plural y a los nombres continuos en singular), y el que conlleva la idea de conjunto de propiedades léxicas (en relación a los nombres discontinuos en singular). Montero (2014: 38-46) entiende que si bien los nombres dis-continuos singulares escuetos no poseen valor referencial ni cuantificador que sirva para designar ninguna clase de entidades, los plurales y continuos escuetos poseen un valor referencial que les da la posibilidad de hacer re­ferencia a entidades. De ahí que la autora subraye el hecho de que el valor cuantificador de una expresión nominal se relacione estrechamente al valor referencial, lo que explica el porqué los plurales y los continuos escuetos conforman expresiones referenciales y cuantificadas capaces de ejercer en ocasiones la función de sujeto, objeto directo o atributo, funciones estas que el discontinuo singular es incapaz de desempenar por la ausencia de valor referencial y cuantificador. Ahora bien, Montero matiza la asunción del valor cuantificador de los plurales y los continuos escuetos en cuanto a que estos no pueden constituir expresiones genéricas que hagan referencia a la totalidad de la especie, así como su dificultad para funcionar como sujeto, sobre todo en posición preverbal. 4 Conclusiones Las diferentes descripciones a las que se han aludido desarrollan una plurifun­cionalidad en el artículo, puesto que en muchos casos sus valores hacen refe­rencia a aspectos diferentes: gramaticales, funcionales, pragmáticos, deícticos, cognitivos, sintácticos, semánticos, etc. El principal problema que aquí subya­ce es el hecho de que muchas veces la observación de los efectos pragmáticos sin la consideración de factores puramente gramaticales da como resultado final explicaciones contradictorias. Solís (2011: 81) entiende que esta falta de capacidad explicativa en cuanto al artículo deriva directamente de la confu­sión entre lengua y mundo extralingüístico, o el hecho de mantener un único punto de vista descriptivo (en la mayoría de los casos semasiológico). Los diferentes lingüistas aludidos en este artículo han ido delimitando los valores esenciales del artículo aunque es necesario un cambio de perspectiva en la descripción gramatical de este operador9, puesto que como se puede leer en Solís (2011) las propuestas de los gramáticos hasta el momento presentan aparentemente todos los posibles usos del artículo, aunque no «tienen validez sistémica, pues sus principales debilidades explicativas radican en su natura­leza más pragmática que gramatical» (Solís, 2011: 381), o bien hay una ausen­cia de propuestas sistemáticas con un valor invariante o se presta una escasa atención a factores pragmáticos que contribuyen a la interpretación (como la tematización, la ausencia de tematización o la negociación). Es indispensable, pues, la búsqueda de un valor invariante capaz de describir el funcionamiento del artículo, así como la compleja red de relaciones contex­tuales que establece en los diferentes usos concretos10. Aunque la dimensión referencial es uno de los valores esenciales a los que se han ido aludiendo, los límites de estas descripciones plantean un cambio de perspectiva en la descripción del funcionamiento del artículo que sea capaz de tener en cuenta únicamente su dimensión estrictamente metalingüística. Bibliografía Alarcos Llorach, E. (1970): Estudios de gramática funcional del espanol. Madrid: Gredos. Alarcos Llorach, E. (2000): Gramática de la lengua espanola. Madrid: Gredos. Alcina Franch, J. y Blecua, J.M. (1991): Gramática espanola. Barcelona: Ariel. Alonso, A. (1951): «Estilística y gramática del artículo en espanol». En Estudios lingüísticos. Temas espanoles. Madrid: Gredos, pp.125-161. Bello, A. (1847/1977): Gramática de la lengua castellana. Buenos Aires: Sopena. Bosque, I. y Demonte, V. (eds.) (1999): Gramática descriptiva de la lengua espanola. Madrid: Espasa-Calpe. 9 Solís (2011:152-276) en su investigación somete en un corpus disenado desde el CREA diferentes manipulaciones para forzar los límites expresivos de los operadores del artículo para distinguir mejor las diferencias existentes entre ellos. Las conclusiones a las que llega remiten al hecho de que el tipo de sustantivo, verbo, preposiciones, funciones sintácticas de los SSNN, etc, no son los únicos factores que pueden combinarse con el artículo ante determinados contextos. De ahí, como suscribe la autora, «queda, pues, demostrado que el artículo se manifiesta como una categoría trasversal a todos estos factores contextuales y no hay ninguna categoría lingüística que pueda condicionar o determinar su uso.» (Solís, 2011: 384) 10 Para una propuesta concreta ver el modelo operativo del artículo planteado por Santiago Alonso (2016). Coseriu, E. (1962): «Determinación y entorno». En Teoría del lenguaje y lingüística general. Madrid: Gredos, pp. 282-323. Fernández Ramírez, S. (1951): Gramática espanola I. Madrid: Revista de Occidente. Gómez Torrego, L. (1997): Gramática didáctica del espanol. Madrid: SM. Hawkins, J. (1978): Definiteness and indefiniteness: A study in reference and grammaticality prediction. London: Croom Helm. Iturrioz, J. L. (1996): «Los artículos y la operación de determinación». En Bosque, I. (ed.): El sustantivo sin determinación. Madrid: Visor. Laca, B. (1999): «Presencia y ausencia de determinante». En Bosque, I. y Demonte, V. (eds.): Gramática descriptiva de la lengua espanola, Vol. I. Madrid: Espasa Calpe, 891-928. Lapesa, R. (1974/2000): «Del demostrativo al artículo». En Estudios de morfosintaxis histórica del espanol. Madrid: Gredos, pp. 360-388. Lapesa, R. (1975): «Un, una como artículo indefinido en espanol». Boletín de la comisión permanente de la Asociación de Academias de la Lengua espanola, 21, pp. 3-31. Lázaro Carreter, F. (1980): «El problema del artículo en espanol». En Estudios de lingüística. Barcelona: Crítica, pp. 27-61. Leonetti, M. (1990): El artículo y la referencia. Madrid: Taurus. Leonetti, M. (1999): «El artículo definido». En Bosque, I. Y Demonte, V. (eds.), Gramática descriptiva de la lengua espanola, Vol. I. Madrid: Espasa Calpe, 787-890. López García, A. (1990): «El artículo y su hermenéutica». En Nuevos estudios de Lingüística espanola. Murcia: Universidad de Murcia. Matte Bon, F. (1995): Gramática comunicativa del espanol. De la lengua a la idea. (Vol. I). Madrid: Edelsa. Montero, S. (2011): «El artículo y otros fantasmas». REDELE, 21, pp. 1-28. Montero, S. (2014): «Los nombres escuetos y el artículo O». Verba Hispanica, XXII, pp. 37-58. Porto Dapena, J.A. (1986): Los pronombres. Madrid: EDI-6. Real Academia Espanola y Asociación de Academias de la Lengua Espanola (2009): Nueva gramática de la lengua espanola. Madrid: Calpe. Santiago Alonso, G. (2016): Ensenanza significativa del artículo espanol desde la perspectiva de la gramática cognitiva. Tesis Doctoral. Ljubljana: Universidad de Ljubljana. Solís García, I. (2011): El concepto de referencia y su utilización en la didáctica del espanol como lengua extranjera. Tesis doctoral. Oviedo: Universidad de Oviedo. Gemma Santiago Alonso University of Ljubljana The Spanish Article: Conceptualization and Primary Uses Keywords: definite article, indefinite article, O article, referentiality. The motivation for and starting point of this research has been the gram­matical description of the essential uses of the Spanish definite and indefinite articles as a necessary tool for future application in the context of second language acquisition from a teaching and learning perspective. To this end, the aim of the present research was to identify the essential uses through a synchronous panoramic ([1954] Amado Alonso, Alarcos Llorach [1970, 2000], Lapesa [1974, 1975, 1980], Lazaro Carreter [1980], and Laca [1999] Leonetti [1999] among others). Although grammarians’ proposals to which we have referred embrace all uses of Spanish article, there is a lack of systematic pro­posals with an invariant value capable of describing the operation of the ar­ticle, as well as the complex network of contextual relations established in its different uses. Gemma Santiago Alonso Univerza v Ljubljani Španski èlen: konceptualizacija in temeljne vrednote Kljuène besede: doloèni èlen, nedoloèni èlen, nièti èlen O, referenca Osrednje izhodišèe prièujoèe raziskave je jezikovni opis vrednosti in rab špan­skega èlena z vidika pomenskega uèenja, da bi zagotovili uèinkovito pouèevanje španskega èlena. Prvi korak je bila sistematizacija osnovnih vrednosti. Prispe­vek se posveèa predstavitvi osnovnih vrednosti španskega èlena s sinhronim pregledom najpomembnejših študij (Amado Alonso 1954, Alarcos Llorach 1970, 2000, Lapesa 1974, 1975, 1980, Lázaro Carreter 1980, Laca 1999 in Le­onetti 1999). Èeprav se zdi, da omenjene klasifikacije slovnièarjev, na katere se avtorica sklicuje, zaobjamejo vse rabe španskega èlena, se je pokazalo, da bodisi umanjka predlog, ki bi vseboval osrednjo generièno vrednost, bodisi se pri opisovanju èlena premalo pozornosti posveèa pragmatiènim dejavnikom, ki odloèilno vplivajo na pomen in ustrezno interpretacijo španskega èlena v posameznih kontekstih. Marjana Šifrar Kalan DOI: 10.4312/vh.24.1.147-165 Universidad de Ljubljana La universalidad de los prototipos semánticos en el léxico disponible de espanol Palabras clave: prototipos semánticos, disponibilidad léxica, teoría de prototipos, léxico más disponible, espanol como lengua extranjera 1 Introducción En todas las civilizaciones conocidas, incluso algunas que han vivido aisladas del resto del mundo, a pesar de las muchas diferencias, han desarrollado una lengua más o menos sofisticada que sirve exactamente a los mismos propósitos en cada una de ellas: informar, pedir información, amar, reganar, amenazar, etc. Ninguna lengua es completamente diferente, todas tienen particularida­des y universalidades que son cara y cruz de cada lengua. Se parte aquí de la idea de que las lenguas diferentes tienen mucho en común y de que son mu­chos más los factores que unifican a los hablantes que los que los distancian. A pesar de la enorme diversidad léxica y conceptual que puede hallarse en las lenguas del mundo se puede constatar que en todas las lenguas, para todos los pueblos y en todas las épocas, la palabra cumple básicamente funciones semejantes ya que surge de las mismas necesidades de la condición humana, es decir, de la misma biología y psicología humanas, del mismo reflejo básico del entorno medioambiental y de las mismas necesidades comunicacionales. Por esta razón no es de extranar que exista mucho en común en el léxico de las diferentes lenguas del mundo y estas semejanzas, lo mismo que las diferencias, pueden ser racionalizadas y sistematizadas. (Luque Durán, 2004: 16) Asimismo podemos conectar estas ideas con el concepto del lenguaje como un instinto, propuesto por Pinker (1995, 2010). Según este psicólogo existe un instinto en la especie humana que le hace desarrollar un lenguaje oral diferen­ciado de todas las formas de comunicación animal, y, como instinto, es innato y está codificado en nuestros genes, siendo el cerebro el órgano físico dedicado a ello. Pinker (Ibid.) asegura que la habilidad del lenguaje es tan natural como lo es la destreza que demuestran las aranas en tejer sus telas. Si el lenguaje es tan natural y universal, .pensamos entonces en nuestra lengua materna o extranjera o acaso «nuestros pensamientos se formulan por mediación de un vehículo silencioso del cerebro, una especie de lenguaje del pensamiento o idioma mentalés, para luego revestirlos de palabras cuando se hace preciso co­municárselos a un interlocutor?» (Pinker, 1995: 58) El presente trabajo tiene como objetivo investigar la concepción del lenguaje como objeto netamente natural y universal. A tal fin se ofrecen los argumentos que se encuentran en las investigaciones de las primeras y más frecuentes aso­ciaciones a ciertos estímulos. En otras palabras, se trata de reconocer algunos universalismos en el campo de los prototipos semánticos. Nuestra principal hipótesis es que las primeras asociaciones de léxicos disponibles de diferentes culturas y lenguas permiten ser catalogadas como voces prototípicas o elemen­tos nucleares del estímulo. Por lo tanto se presentan y comparan las palabras más disponibles de varias investigaciones de léxico disponible para extraer algunas conclusiones sobre los prototipos semánticos y así contribuir al de­sarrollo del campo de la psicolingüística en el sentido del lenguaje como un instrumento universal. A partir de los resultados del léxico disponible, obte­nidos con fluencia semántica y a través de una fórmula matemática en la que se conjugan la frecuencia y el orden de activación de la palabra, se comparan las unidades léxicas más disponibles en espanol lengua materna (ELM) y espanol lengua extranjera (ELE). Se trata de constatar que la disponibilidad léxica nos ayuda a conocer la orga­nización léxica de la memoria semántica y el lexicón mental, hecho que viene avalado por los estudios de psicología cognitiva sobre las asociaciones men-tales. Como el léxico más disponible se obtiene con la fluencia semántica, es decir, con las asociaciones abiertas según ciertos campos semánticos, se en­cuentra en esto un paralelismo con la teoría de prototipos. Se trata de respon­der a la pregunta de si la disponibilidad léxica en espanol LM de los jóvenes espanoles y latinoamericanos ha dado los mismos prototipos que la disponibi­lidad léxica en espanol LE de los jóvenes eslovenos, finlandeses, turcos, chinos y de algunas otras nacionalidades. Para estudiar el léxico disponible se recurre a las pruebas o encuestas asociativas a partir de ciertas categorías semánticas (o también llamadas centros de interés) que funcionan como estímulos verbales. A partir de estos estímulos los informantes escriben las palabras más disponibles que acuden de manera más rápida y fácil a la mente. Para cada campo semán­tico disponen de dos minutos para escribir las asociaciones. Con una fórmula matemática (López Chávez-Strassburger, 1991 en López Morales, 1999: 18) se calcula el índice de disponibilidad que une criterios de la frecuencia y la posición de cada palabra. 2 La teoría de prototipos La teoría de prototipos es una teoría desarrollada en el marco de la psicología cognitiva y la lingüística cognitiva que pretende ofrecer un modelo de cate­gorización, alternativo al modelo tradicional basado en la lógica aristotélica. En cada categoría, como senala Martos Ramos (2010: 248), el prototipo es el elemento más importante y relevante desde un punto de vista semántico y cognitivo: además, contiene numerosos rasgos que favorecen la comunicación y la comprensión entre hablantes. El mismo autor (Ibid.), apoyándose en dos investigadores muy importantes del campo, concluye que «no es por casua­lidad que se trate del elemento de la categoría que menos esfuerzo cognitivo requiere y que al mismo tiempo mayor información transmite (Rosch, 1973; Lakoff, 1987)». En la versión estándar, formulada por Rosch y su grupo al inicio de los seten­ta, el prototipo es considerado «como el ejemplar más idóneo e incluso el mejor caso, el mejor representante o caso central de una categoría» (Kleiber, 1995: 47), para pasar posteriormente a definirse como una dimensión colectiva: «el ejemplar idóneo comúnmente asociado a una categoría» (Kleiber, 1995: 49). La teoría de los prototipos rompe con la concepción clásica, aristotélica, de la categorización y propone una nueva teoría de la categorización, la cual no considera que la existencia de propiedades comunes compartidas por todos los miembros sea condición necesaria para el establecimiento de una categoría. Podemos decir que mientras que para el modelo clásico todos los miembros de una categoría lo son por cumplir iguales condiciones (condiciones necesarias y suficientes), es decir, todos los pájaros son igual de pájaros una vez han sido incluidos en esa categoría, para la semántica de los prototipos unos elementos de la categoría son más pájaros que otros. Para Rosch (1975 en Kleiber, 1995: 56), el prototipo actúa como «punto de re­ferente cognitivo» (cognitive reference point) para los procesos de clasificación de los elementos de nuestra experiencia. Los experimentos de verificación de los principios derivados del modelo han permitido llegar a las siguientes conclusiones: a) Los miembros prototípicos son categorizados más rápidamente que los miembros que no son prototípicos. b) Los miembros prototípicos son los que primero aprenden los ninos. c) Los prototipos sirven de punto de referencia cognitiva. d) Generalmente, cuando lo que se pide es la enumeración de los miem­ bros de una categoría, los prototipos aparecen mencionados en primer lugar. (Kleiber, 1995: 57) Kleiber (1995: 80) senala que siguiendo los estudios de Berlin sobre las taxono­mías populares, Rosch y su equipo establecen la existencia de una dimensión horizontal, es decir, una organización intercategorial jerárquica. Su propuesta reduce de cinco (Berlin) a tres el número de niveles dentro de las categorías: 1) nivel supraordinado (i.e. animal, fruta, mueble); 2) nivel de base (i.e. perro, manzana, silla); 3) nivel subordinado (i.e. labrador, golden, silla plegable). Al establecer esta jerarquía, se determinaba un nivel privilegiado dentro de la categoría, el nivel de base. Kleiber (1995: 84) describe así las características del nivel de base, senalando que son prioritarias en tres planos: • plano perceptivo, a través de la sensación de una forma global similar, como la representación por medio de una simple imagen mental de toda la categoría y de una identificación rápida; • plano funcional, por medio de un programa motor general similar; • plano comunicativo, en el empleo de palabras que, por una parte son las más cortas, las más comúnmente empleadas y utilizadas en los contextos neutros, y por otra, son las que primero aprenden los ninos y las primeras que entran en el léxico de una lengua. Aitchison (1994: 68-70), dentro de la teoría de los prototipos, presenta varias teorías sobre la tipicidad. En una de ellas afirma que un gorrión es más pájaro que un pingüino porque los prototipos dependen de la experiencia. Cuantas más veces vemos unos pájaros con las mismas características más probable es que las unamos en una categoría: así, en Europa es más probable que el proto­tipo sea gorrión que un emú. Su teoría del modelo mental es una combinación que creamos a partir de la experiencia, la observación, la influencia cultural, la memoria y la imaginación. Los modelos mentales presentan hipótesis que tenemos del mundo y se recopilan cuando los necesitamos. Algunos de los modelos son muy fijos (i.e. coche como prototipo de vehículo) mientras que otros son más flexibles. Una de las objeciones más comunes a la teoría de prototipos es la falta de ca­racterísticas propias de muchas clases y cosas, lo que hace las categorías difusas (fuzziness; Taylor, 1995: 70). Para paliar este problema se han introducido los conceptos de categorías populares1 y categorías profesionales (folk y expert cate­gories, respectivamente; Taylor, 1995: 68), que ayudan a poner vallas (hedges; Lakoff, 1972 en Taylor, 1995: 75-80), es decir, a delimitar pragmáticamente los elementos que parecen pertenecer a dos categorías simultáneamente: por ejemplo, un murciélago no es un pájaro stricto sensu, porque es un mamífero (categoría profesional), pero en una opinión popular o infantil puede ser con­siderado un pájaro por poder volar (categoría popular). Una versión posterior de la teoría de prototipos de Lakoff (1987) recoge los estudios de Wittgenstein (en Taylor, 1995: 38-40) y su concepto de semejanzas de familia, es decir, de una serie de conceptos que se parecen, así como aconte­ce entre miembros de la misma familia (algunos se parecen más, otros menos) en su nuevo Modelo Cognitivo Idealizado (Idealized Cognitive Model). En esta nueva concepción de la teoría de prototipos, los elementos con muy pocas ca­racterísticas en común son puestos en correlación gracias a categorías radiales, debidas a asociaciones mentales periféricas como las que pueden ocurrir entre un pájaro y un avión o con cualquier objeto capaz de volar. Resumiendo las líneas anteriores, la organización de categorías a partir de pro­totipos de Rosch (en Kleiber, 1995) no es la única hipótesis pero es uno de los puntos de partida básicos sobre categorización, entendida como la organiza­ción de los conceptos sobre la base de la noción de prototipo, y, por lo tanto, nos va a servir como punto de referencia en nuestro análisis de los prototipos en el léxico disponible. 3 La disponibilidad léxica y los prototipos Las encuestas de disponibilidad léxica utilizan el método de la fluencia semán­tica en la que se da al informante el nombre de una categoría semántica (ropa, animales, etc.) y tiene que escribir en un tiempo definido todas aquellas pala­bras que pertenezcan a esa categoría. En la mayoría de las encuestas se ofrecen «Our everyday folk theory of what a category is» (Lakoff, 1987: 5) en Taylor (1995: 75). 151 16 categorías o campos de interés con el tiempo limitado de dos minutos para cada categoría. A través de los cálculos se obtiene de las listas individuales una lista colectiva según la frecuencia y el orden de la asociación. Estos inventarios nos sirven también como diagnóstico para conocer las palabras altamente dis­ponibles o prototípicas de cada campo semántico. Hernández Munoz, Izura y Ellis (2006 en Hernández Munoz et al., 2014) re­copilaron las medidas de seis factores que habían mostrado su influencia en las cien palabras más disponibles de varias categorías: familiaridad con el concepto, tipicidad, imaginabilidad, edad de adquisición, frecuencia y longitud de la pala­bra. Los análisis de regresión múltiple indicaron que solo tres de estos factores predecían la disponibilidad: la tipicidad (tal y como sugería la teoría de los pro­totipos), la familiaridad con el concepto y la edad de adquisición. Por tanto, por ejemplo, perro y gato son las palabras más disponibles para la mayor parte de los hablantes de castellano porque (1) funcionan como prototipos de animales, (2) de forma habitual entramos en contacto con el concepto al que representan y (3) las aprendimos a edad muy temprana. (Hernández Munoz e Izura, 2010: 2) Las categorías semánticas que mayoritariamente se usan como palabra estí­mulo en las investigaciones de léxico disponible son del nivel supraordinado, según la organización intercategorial jerárquica de Rosch (Kleiber, 1995: 80); en consecuencia, la mayoría de las palabras con el índice de disponibilidad más alto pertenece al grupo del nivel de base según la versión estándar de la semántica de los prototipos, ya que, entre otras características citadas en el capítulo 2, «el nivel de base es considerado como aquel en el que los indivi­duos identifican más rápidamente a los miembros de las categorías» (Kleiber, 1995: 82) y porque «la mayor parte de nuestro conocimiento se encuentra almacenado en este nivel» (Kleiber, 1995: 84). En el cotejo que se ofrece a continuación se demostrará si las palabras más disponibles pertenecen a esta categoría de nivel de base y si se trata de palabras que destacan por su tipicidad, familiaridad con el concepto y si se trata de pa­labras que aprendemos a una edad temprana en la lengua materna. 4 El cotejo de los prototipos 4.1 Metodología A continuación se presentan las palabras más disponibles de varios inventarios de léxico disponible. De todas las sintopías comparadas se han escogido las primeras tres palabras2 de la lista en el caso de que las investigaciones hayan incluido las mismas categorías semánticas. Se anaden los índices de disponibi­lidad (ID), que aclaran mejor si cierta palabra fue escrita por muchos infor­mantes como una de las primeras asociaciones. El índice de disponibilidad 1 significaría que todos los informantes han escrito la palabra como la primera asociación. Si el índice de cierta palabra es 0,7, podemos hablar más fielmente de prototipo que si el índice fuese 0,4. Los campos cerrados o compactos con el índice de cohesión más alto, es decir, donde los informantes muestran aso­ciaciones más comunes, ofrecen más delimitación de elementos prototípicos. Por lo tanto, no se ha escogido como el único criterio el índice de disponi­bilidad, ya que varía la capacidad asociativa según las denominaciones más o menos concretas de las categorías semánticas (i.e. El campo permite multitud de opciones en comparación con Partes del cuerpo). Para comparar los prototipos del léxico disponible en ELE y ELM se han es­cogido nueve categorías semánticas comunes: Partes del cuerpo, La ropa, La casa, Alimentos y bebidas, La ciudad, El campo, Medios de transporte, Animales, Profesio­nes y oficios. Para presentar las voces prototípicas en ELM se han escogido los léxicos disponibles de Puerto Rico (López Morales, 1999), Asturias (Carcedo González, 2001), Cádiz (González Martínez, 2002), Valencia (Gómez Molina, R. J. y Gómez Devís, M.a B., 2004) y Melilla (Fernández Smith et al., 2008). Los léxicos disponibles en ELE presentan siete listados diferentes: los pro­totipos de los jóvenes preuniversitarios y universitarios de Eslovenia (Šifrar Kalan, 2011), los preuniversitarios de Finlandia (Carcedo González, 2000), los estudiantes extranjeros en los cursos de ELE en Salamanca (Samper Hernán­dez, 2002), los adultos extranjeros en los cursos de ELE en Madrid3 (López Rivero, 2008), los estudiantes preuniversitarios turcos (González Fernández, 2013) y los estudiantes universitarios sinohablantes (Hidalgo Gallardo4). 2 Gómez Molina, J. R. y Gómez Devís, M.a B. (2004: 282) afirman que «la estabilidad conceptual manifestada en los primeros doce vocablos, aproximadamente, de cada centro de interés permite catalogarlos como voces prototípicas o elementos nucleares del estímulo; posteriormente, se desarrollan diferentes asociaciones semánticas según subgrupos sociales [...]» 3 La investigación entre los adultos extranjeros en los cursos de ELE en Madrid se llevó a cabo en seis centros de interés: Partes del cuerpo, La ropa, Alimentos y bebidas, La cocina y sus utensilios, Juegos y distracciones, La ciudad. Por lo tanto no se dispone de vocablos para los campos siguientes, que se comparan en este estudio: La casa, El campo, Medios de transporte, Animales. 4 Los datos, que el autor me ha suministrado amablemente, forman parte de una tesis doctoral en preparación sobre «El léxico disponible en estudiantes sinohablantes de ELE». La muestra de los léxicos disponibles en ELM consta de alrededor de 400 in­formantes preuniversitarios, mientras que varía en ELE: hay 100 informantes preuniversitarios y 100 universitarios de Eslovenia, 150 preuniversitaros de Finlandia, 45 informantes de los cursos de ELE en la Universidad de Salaman­ca, 43 informantes adultos de los cursos de ELE de Madrid, 78 informantes del último ano de escuela secundaria de Turquía y 440 estudiantes universita­rios de China. Ya que nuestro objetivo principal es investigar la prototipicidad y, con esto, la universalidad del lenguaje en general, no hemos tomado en cuenta las variables que suelen ser el objeto de estudio en este campo (el nivel del conocimiento de LE, la edad, el sexo, etc.). 4.2 Resultados A continuación se presentan los cuadros por campos semánticos, separada­mente para los cinco listados de ELM y siete de ELE. Las tablas incluyen las primeras tres palabras más disponibles con su índice de disponibilidad. En los cuadros de ELE se ha anadido también el dato de si los informantes son estudiantes de los dos últimos anos de escuela secundaria o si se trata de es­tudiantes universitarios, a pesar de no incluir este dato como una variable de este estudio. 4.2.1 Partes del cuerpo En el primer campo presentado en ELM, Partes del cuerpo, prevalece la palabra ojo como la más frecuente en todos los informantes y como la primera asocia­ción para muchos informantes. Las otras palabras más disponibles son cabeza, brazo y nariz. El índice de disponibilidad (ID) en la palabra más disponible es alrededor de 0,6 en ELM y un poco más alto en promedio en ELE, alrededor de 0,7, pero en todos los ejemplos (menos en la tercera palabra más disponible en Turquía) es superior a 0,5. Las palabras más disponibles que prevalecen en ELE son cabeza, ojo y mano, lo que muestra mucha convergencia entre los resultados de ELM y ELE. PUERTO RICO ASTURIAS CÁDIZ VALENCIA MELILLA ojo 0,61 ojo 0,68 cabeza 0,71 ojo 0,72 ojo 0,64 brazo 0,59 cabeza 0,64 ojo 0,61 cabeza 0,59 cabeza 0,61 cabeza 0,59 brazo 0,61 brazo 0,60 nariz 0,59 nariz 0,57 Cuadro 1: Las palabras más disponibles de Partes del cuerpo en ELM 154 PUERTO RICO ASTURIAS CÁDIZ VALENCIA MELILLA arroz 0,84 agua 0,59 coca-cola 0,60 agua 0,51 coca-cola 0,76 habichuela 0,69 coca-cola 0,50 agua 0,42 vino 0,33 agua 0,47 jugo 0,41 vino 0,37 güísqui 0,38 tomate 0,30 fanta 0,43 Cuadro 7: Las palabras más disponibles de Alimentos y bebidas en ELM ESLOVE­ ESLOVE­ FINLAN­ ESPANA/ ESPANA/ TURQUÍA CHINA NIA NIA DIA SALA­ MADRID (preuni­ (universi­ (preuni­ (universi­ (preuni- MANCA versitarios) tarios) versita­ tarios) versita­ rios) rios) agua agua leche agua cerveza agua arroz 0,49 0,45 0,54 0,50 0,55 0,52 0,45 cerveza zumo agua zumo agua leche carne 0,41 0,39 0,46 0,49 0,44 0,45 0,49 paella vino cerveza carne pan manzana vino 0,35 0,34 0,44 0,45 0,36 0,32 0,42 Cuadro 8: Las palabras más disponibles de Alimentos y bebidas en ELE 4.2.5 La ciudad En la categoría abierta de La ciudad, cuatro de los cinco listados en ELM coin­ciden en la palabra más disponible que es coche con un ID bastante alto (entre 0,58 y 0,71), mientras que en ELE coinciden sobre todo coche y calle, aparte de diferentes palabras de alto grado de disponibilidad que no coinciden entre los listados y cuyos ID son bajos. PUERTO RICO ASTURIAS CÁDIZ VALENCIA MELILLA tienda 0,47 coche 0,64 coche 0,60 coche 0,71 coche 0,58 edificio 0,40 edificio 0,50 calle 0,40 moto(cicleta) 0,42 carretera 0,45 carro 0,35 parque 0,42 casa 0,34 (auto)bús 0,39 edificio 0,37 Cuadro 9: Las palabras más disponibles de La ciudad en ELM 4.2.7 Medios de transporte En Medios de transporte, que es una categoría más cerrada, coche es el prototipo universal (con la expresión carro en Puerto Rico), menos en los informantes chinos, para los que la asociación más frecuente es autobús. Los índices para coche son extremadamente altos, entre 0,71 y 0,85. En ELM también hay mu­cha convergencia en avión, autobús y moto, y en ELE autobús y tren. En todos los casos se trata de índices muy altos. PUERTO RICO ASTURIAS CÁDIZ VALENCIA MELILLA carro 0,73 coche 0,85 coche 0,83 coche 0,76 coche 0,83 avión 0,65 avión 0,66 (auto)bús 0,71 avión 0,68 (auto)bús 0,63 bicicleta 0,64 (auto)bús 0,66 moto(cicleta) 0,69 moto(cicleta) 0,61 avión 0,62 Cuadro 13: Las palabras más disponibles de Medios de transporte en ELM ESLOVENIA ESLOVENIA FINLANDIA ESPANA/ TURQUÍA CHINA (preuniversi­ (universita­ (preuniversi- SALAMAN­ (preuniversi­ (universita­ tarios) rios) tarios) CA tarios) rios) coche coche coche coche coche (auto)bús 0,78 0,84 0,81 0,85 0,71 0,73 bici(cleta) (auto)bús (auto)bús (auto)bús autobús coche 0,70 0,78 0,70 0,79 0,65 0,70 (auto)bús tren tren tren metro tren 0,65 0,68 0,69 0,78 0,53 0,67 Cuadro 14: Las palabras más disponibles de Medios de transporte en ELE 4.2.8 Animales A pesar de las diferentes lenguas maternas y culturas de los informantes com­parados, los prototipos universales en el campo semántico Animales son, sin duda, perro y gato, en todas las listas en este orden; perro como la primera y gato como la segunda asociación y siempre con índices muy altos. PUERTO RICO ASTURIAS CÁDIZ VALENCIA MELILLA perro 0,84 perro 0,85 perro 0,82 perro 0,77 perro 0,88 gato 0,76 gato 0,80 gato 0,77 gato 0,75 gato 0,79 caballo 0,59 vaca 0,54 león 0,45 león 0,55 león 0,40 Cuadro 15: Las palabras más disponibles de Animales en ELM 159 5 Conclusiones Comparando las palabras más disponibles en hablantes nativos y extranjeros de espanol, es decir, la parte colectiva de los inventarios, se ha demostrado un alto grado de similitud en las palabras prototípicas a pesar de las culturas y lenguas diferentes de los informantes. Además de funcionar estas palabras como las asociaciones primarias o prototipos, las palabras como perro, gato, coche, profesor, pantalón, camisa, ojo, cabeza, cocina (las palabras más disponibles y dotadas de un ID alto) y también bano, agua, árbol, animal, autobús, tren (las palabras más disponibles con un ID un poco más bajo) son las palabras con las cuales entramos en contacto en la vida diaria y que aprendimos durante nuestra infancia. Con esto se confirman las características de los prototipos según Kleiber (1995) y los tres factores que según Hernández Munoz e Izura (2010: 2) predicen la disponibilidad. El cotejo presentado en los cuadros ha confirmado también que «para las teo­rías asociacionistas de la psicolingüística son más relevantes las áreas temáticas que potencian un inventario más compacto o cerrado en la actualización de las unidades léxicas» (Gómez Molina y Gómez Devís, 2004: 280). Las categorías se­mánticas donde los índices de disponibilidad son los más altos son Las partes del cuerpo, La ropa, La casa, Medios de transporte y Animales y coinciden con las áreas semánticas con mayor cohesión semántica que citan los mismos autores (Ibid.). Se ha confirmado también que la gran mayoría de los prototipos son de nivel de base según la teoría de los prototipos, menos, por ejemplo, el prototipo de animal en un campo semántico muy abierto: El campo. Muchos lingüistas que han investigado el léxico disponible en ELE confirman que los informantes de diferentes niveles han mostrado gran convergencia en las palabras más disponibles, es decir, que a pesar de un conocimiento mayor o menor del espanol producen los mismos prototipos, lo que también se ha con­firmado con el presente cotejo, en el que se comparan los léxicos de estudian­tes preuniversitarios y universitarios. Así afirma Jing (2012: 12) que «también se observa un elevado grado de convergencia que se pone de manifiesto en los vocablos de la máxima disponibilidad léxica para los dieciséis centros de in­terés en los tres niveles de espanol sometidos a la prueba». Igualmente afirma también Carcedo González (2000: 132) sobre el cotejo de cuatro grupos de informantes (escolares y universitarios) que «la convergencia del vocabulario entre los grupos es especialmente visible en los primeros puestos de la lista» y «que todo ello nos habla de una gran similitud en el tipo de asociaciones que en los distintos estadios del aprendizaje establecen los sujetos finlandeses que componen la muestra» (2000: 134). Según Bartol Hernández (2010: 100) la ti­picidad y la edad de adquisición son los factores responsables de la unidad del léxico, de las semejanzas que se establecen entre el léxico de diferentes zonas también en los sujetos alejados geográfica y culturalmente. Finalmente podemos concluir que las encuestas de disponibilidad léxica rea­lizadas tanto en lengua materna como extranjera ilustran claramente la cate­gorización humana desde el punto de vista de los prototipos y confirman la universalidad del lenguaje. La disponibilidad léxica, por lo tanto, puede servir como una herramienta eficaz para investigar las asociaciones humanas. Bibliografía Aitchison, J. (1994): Words in the Mind: An Introduction to the Mental Lexicon. Oxford - New York: Basil Blackwell. Bartol Hernández, J. A. (2010): «Disponibilidad léxica y selección del vocabulario». En: Rosa M.a Castaner Martín y Vicente Lagüens Gracia (eds.), De moneda nunca usada. Estudios filológicos dedicados a José M.a Enguita Utrilla, Institución «Fernándo el Católico»: Zaragoza, 85-107. Carcedo González, A. (2000): Disponibilidad léxica en espanol como lengua extranjera: el caso finlandés (estudio del nivel preuniversitario y cotejo con tres fases de adquisición). Turku: Universidad de Turku. Carcedo González, A. (2001): Léxico disponible de Asturias. Turku: Universidad de Turku. Férnandez Smith, G., Rico Martín, A. Ma, Molina García, Ma J., Jiménez Jiménez, Ma Á. (2008): Léxico disponible de Melilla: estudio sociolingüístico y repertorios léxicos. Madrid: Arco Libros. Gómez Molina, J. R., Gómez Devís, Ma B. (2004): La disponibilidad léxica de los estudiantes preuniversitarios valencianos. Estudio de estratificación sociolingüística. Valencia: Universidad de Valencia. González Fernández, J. (2013): «La disponibilidad léxica de los estudiantes turcos de espanol como lengua extranjera». En: MarcoELE, 16. [en línea] González Martínez, A. (2002): La disponibilidad léxica de los alumnos preuniversitarios de la provincia de Cádiz. Cádiz: Universidad de Cádiz. Hernández Munoz, N., Izura, C. (2010): «.Perro o musarana? La recuperación léxica en las categorías semánticas». En: Ciencia cognitiva, 4:1, 1-3. [en línea] Hernández Munoz, N., Izura, C., Tomé, C. (2014): «Cognitive Factors of Lexical Availability in a Second Language». En Rosa M. Jiménez Catalán (ed.), Lexical Availability in English and Spanish as a Second Language. Dordrecht, Heidelberg, London, New York: Springer, 169-186. Jing, L. (2012): «El estudio de disponibilidad léxica de los estudiantes chinos de espanol como lengua extranjera». En: MarcoELE, 14. [en línea] Kleiber, G. (1995): La semántica de los prototipos. Categoría y sentido léxico. Madrid: Visor. Lakoff, G. (1987): Women, Fire, And Dangerous Things. Chicago: University Of Chicago Press. López Rivero, E. (2008): Estudio de disponibilidad léxica en 43 estudiantes de ELE. Madrid: Universidad Antonio de Nebrija. Memoria del máster en ensenanza del espanol como lengua extranjera. [en línea] Luque Durán, J. (2004): Aspectos universales y particulares del léxico de las lenguas del mundo. Granada: Impredisur. López Morales, H. (1999): Léxico disponible de Puerto Rico. Madrid: Arco Libros. Martos Ramos, J. J. (2010): «La búsqueda del prototipo: reflexiones sobre los parametros de categorizaron». En: Revista de Filologia Alemana, 18, 247­ 259. [en línea] Pinker, S. (1995): El instinto del lenguaje. Cómo crea el lenguaje la mente. Madrid: Alianza Editorial. Pinker, S. (2010): Jezikovni nagon. Kako um ustvarja jezik. Ljubljana: Modrijan. Samper Hernández, M. (2002): Disponibilidad léxica en alumnos de espanol como lengua extranjera. Málaga: ASELE, Colección Monografías, 4. Šifrar Kalan, M. (2011): Leksikalna razpoložljivost v španšèini kot tujem jeziku. Ljubljana: Universidad de Ljubljana. [tesis doctoral] Šifrar Kalan, M. (2012): «Análisis comparativo de la disponibilidad léxica en espanol como lengua extranjera (ELE) y lengua materna (ELM)». En: MarcoELE, Revista de didáctica ELE, 15, 1-19. [en línea] Šifrar Kalan, M. (2013): «Slovene Students› Lexical Availability in English and Spanish». En: Rosa M. Jiménez Catalán, (ed.), Lexical Availability in English and Spanish as a Second Language. Dordrecht, Heidelberg, London, New York: Springer, 125-138. Taylor, J. R. (1995) Linguistic Categorization. Prototypes in Linguistic Theory. Oxford: Clarendon Press. Marjana Šifrar Kalan University of Ljubljana The Universality of Semantic Prototypes in Spanish Lexical Availability Keywords: semantic prototypes, lexical availability, prototype theory, most available words, Spanish as a foreign language The article presents the words with highest index of availability on the basis of semantic fluency tests. The conceptual stability of highly available words in various semantic categories enables them to be classified as semantic pro­totypes according to the theory of prototype. The aim of this article is to compare the semantic prototypes in nine semantic categories from different lexical availability studies: those carried out in Spanish as a mother tongue and Spanish as a foreign language (with Slovene, Finnish, Turkish, Chinese students and students of various other mother tongues who studied Spanish in Madrid and Salamanca). The informants who come from different coun­tries and cultures and speak different first languages demonstrate that human beings share the same or similar categorization and universality of semantic prototypes. Marjana Šifrar Kalan Univerza v Ljubljani Univerzalnost semantiènih prototipov v španskem razpoložljivem besedišèu Kljuène besede: semantièni prototipi, leksikalna razpoložljivost, teorija prototipov, najbolj razpoložljive besede, španšèina kot tuji jezik Na podlagi rezultatov razpoložljivega besedišèa, pridobljenega s testom seman­tiène tekoènosti, èlanek predstavi besede z najvišjim indeksom razpoložljivos­ti. Pojmovna stabilnost teh besed iz razliènih semantiènih polj nam omogoèa, da jih na podlagi teorije prototipov uvrstimo med semantiène prototipe. Na­men èlanka je primerjati semantiène prototipe v devetih semantiènih poljih razliènih študij leksikalne razpoložljivosti: tistih, ki prouèujejo španšèino kot materni jezik, in tistih, ki jo prouèujejo kot tuji jezik (med slovenskimi, fin­skimi, turškimi in kitajskimi študenti ter študenti razliènih maternih jezikov, ki so se španšèine uèili v Salamanki in Madridu). Informanti, ki izvirajo iz razliènih držav in kultur ter govorijo zelo razliène materne jezike, dokazujejo, da si èloveška bitja delijo enako ali podobno kategorizacijo in univerzalnost semantiènih prototipov. LITERATURA Majda Bojiæ DOI: 10.4312/vh.24.1.169-184 Universidade de Zagreb Milton Hatoum, intertextualidade e memória da literatura Palavras-chave: Milton Hatoum, intertextualidade, memória, recordaçao, memória da literatura Introduçao O estudo do conjunto da obra do escritor brasileiro Milton Hatoum revela uma relaçao intrínseca com a memória. A concretizaçao literária desta relaçao evidencia-se em níveis diferentes – as suas obras tematizam e problematizam o fenômeno e o papel da memória enquanto que a própria estrutura narrativa da ficçao hatoumiana se realiza como o resultado da recordaçao, necessária para a reconstruçao da história pessoal e familiar. No entanto, encontramos na obra deste escritor amazonense, mais um fenômeno que pode ser considerado em relaçao a memória: a intertextualidade. O objetivo do nosso artigo será, portanto, investigar esse dispositivo literário partindo da sua relaçao com a memória. Para tal fim, principiamos com o argumento da teórica alema Renate Lachmann que oferece uma visao particular sobre a relaçao entre memória, li­teratura e intertextualidade. O texto literário, segundo ela, possui a sua própria memória na forma das relaçoes intertextuais (Lachmann, 2004: 304). A partir desta perspectiva e do estudo da intertextualidade na obra de Milton Hatoum, pretendemos ressaltar nela o papel dessa «memória da literatura», acrescen­tando assim mais um elemento que completa o tecido mnémico hatoumiano. 1 Intertextualidade - memória da literatura Para a estipulaçao do termo «memória da literatura», e o seu uso dentro de estudos de memória, foi importante o trabalho de Renate Lachmann, que considerou os textos como possuidores de memória própria: «a memória do texto é formada pela intertextualidade das suas referencias» (Lachmann, 2010: 304). A criaçao e o uso da expressao de «memória da literatura», expli­quemos, reside no uso metafórico do termo já que, como observa Astrid Erll (2011: 70), outra teórica alema relevante para estudos sobre memória, os textos literários de fato nao possuem a capacidade de recordaçao. Nas palavras de Lachmann (2004: 173), escrever «é um ato de memória e tam­bém uma nova interpretaçao, pela qual cada texto novo é gravado no espaço de memória.» As referencias intertextuais, segundo ela, podem dizer respeito a diferentes elementos do «outro» texto, como seu genero, recursos estilísticos, motivos ou técnicas narrativas. Mediante essas referencias, o texto novo inter­preta e transforma os textos antigos e inscreve-se num espaço de memória já criado pelos textos anteriores (Lachmann 2004: 172)1 . Outra teórica que concebe a intertextualidade enquanto memória da literatura é Tiphaine Samoyault. O que é intertextualidade, «senao a memória que a literatura tem de si mesma?”, pergunta a pesquisadora francesa (Samoyault, 2008: 10). «A literatura», acrescenta Samoyault (2008: 47), se escreve com a lembrança daquilo que é, daquilo que foi. Ela a exprime, movimentando sua memória e a inscrevendo nos textos por meio de um certo número de procedimentos de retomadas, de lembranças e de re-escrituras, cujo trabalho faz aparecer o intertexto. Ela mostra assim sua capacidade de se constituir em suma ou em bibliotéca e de sugerir o imaginário que ela própria tem de si2 . 1 Acrescenta-se aqui a distinçao de Astrid Erll (2011: 70) entre dois aspectos da expressao «memória da literatura» – o primeiro, que compreende o uso do termo enquanto genitivus subjectivus, onde a literatura é vista como um sistema simbólico capaz de lembrar de si mesmo através da intertextualidade («os textos anteriores sao lembrados através das referencias intertextuais») e o outro, onde o termo é entendido enquanto genus objectivus, onde a literatura é enxergada enquanto sistema social. Neste caso, as obras de literatura sao «lembradas» através de histórias de literatura e de formaçoes de canones. Enfim, os conceitos que dizem respeito a uma «memória da literatura», segundo Erll (2011: 70), sao «baseados na suposiçao de que a literatura só pode ser corretamente compreendida quando enxergada do ponto de vista da sua dinâmica diacrónica.» 2 Samoyault (2008: 68) acrescenta o argumento semelhante mais tarde no texto: «As práticas intertextuais informam sobre o funcionamento da memória que uma época, um grupo, um indivíduo tem das obras que os precederam ou que lhes sao contemporâneas. Elas exprimem ao mesmo tempo o peso desta memória, a dificuldade de um gesto que se sabe suceder a outro e vir sempre depois.» Nesse sentido, acreditamos que a «capacidade» da qual fala Samoyault seja proveituosa para designar um dos objetivos do nosso trabalho, sendo ele o de esboçar essa «bibliotéca» e o «imaginário» livresco contido nas narrativas de Milton Hatoum. Partindo dessas conceçoes, sempre interessados em aspectos de memória, in­vestigaremos as relaçoes intertextuais que aparecem na obra de Milton Ha­toum. Daremos enfoque as relaçoes de intertextualidade literária, deixando de lado as implicaçoes socioculturais extraliterárias. Também, os intertextos que pretendemos estudar, sao intertextos que fazem parte da literatura em sentido lato do termo, incluindo referencias a Bíblia ou ao Mito do Eldorado. Dentro da prosa hatoumiana, a dimensao intertextual compreende a existencia de relaçoes complexas e de variada ordem. Como indicamos atrás, os textos de Milton Hatoum evidenciam referencias aos discursos literários de provenien­cia brasileira e estrangeira como também aquelas que dizem respeito aos textos literários do próprio autor. Estabelece-se, portanto, uma distinçao inicial en­tre as relaçoes que dizem respeito a intertextualidade homo-autoral e aquelas relativas a intertextualidade hetero-autoral, ou seja, aquelas que se estabele­cem respetivamente a partir do diálogo entre as próprias obras da autoria de Hatoum e outras onde se criam relaçoes com textos de autoria alheia. Antes da nossa análise, gostaríamos apenas de chamar a atençao para o fato de que a nossa análise intertextual se explica pelo desejo de examinar essa intertex­tualidade a luz da memória enquanto conceito estrutural da obra hatoumiana. Por isso nao faremos levantamento mais profundo de relaçoes intertextuais que a obra de Hatoum possa conter, pois nao é este o propósito do nosso trabalho. 2 Intertextualidade hetero-autoral «Entretecida pelo diálogo de vários textos, de várias vozes e consciencias», a intertextualidade é -«na sua dinâmica originária e essencial»- hetero-autoral (Aguiar e Silva, 2011: 630). O conceito se refere as relaçoes intertextuais entre os textos de diferentes autores. Começamos com a análise da intertextuali­dade hetero-autoral porque as estipulaçoes de memória da literatura se referem maiormente a ela. Também, principiamos aqui porque se trata de uma inter­textualidade par exellence, já que nos inícios da estipulaçao do termo um dos seus maiores impactos era questionar a ideia do isolamento do texto e, por consequencia, a questao da originalidade, colocando em causa os domínios e limites da obra do próprio autor. Apresentaremos agora alguns exemplos desse tipo de intertextualidade com referencia a obra estudada. Por causa das limitaçoes impostas pelo escopo e o tamanho do nosso trabalho, pretendemos abordar só os intertextos mais im­portantes para a interpretaçao. Publicado em 1989, Relato de um certo Oriente é o romance de estréia de Mil­ton Hatoum. Conta a história de uma figura feminina que volta, após anos de ausencia, a Manaus, cidade da sua infância. O contato repentino com o espaço e o universo do seu passado, provoca nela uma efusao de lembranças. Os relatos desta narradora nao-nomeada recriam um mundo marcado pela convivencia de culturas diferentes. Ela pertence a família de imigrantes li­baneses que tenta construir uma vida nova passando por desafios e transfor­maçoes culturais. O romance possui uma estrutura complexa – para cons­truir o seu relato, a narradora recorre aos discursos relatados por narradores diferentes: Hakim, seu tio; o fotógrafo alemao Dorner, amigo da família; o marido de Emilie; mae adotiva da narradora principal e Hindié Conceiçao, empregada e amiga dela. Todos eles contam histórias – memórias dos mo­mentos marcantes da vida da família. Elabora-se assim um relato que flutua no entrecruzamento de vozes diferentes que criam o universo do passado da narradora principal. A intertextualidade que logo se impoe em relaçao ao romance Relato de um certo Oriente, diz respeito a obra As mil e uma noites. A relaçao é referida expli­citamente, e muitas vezes, como no exemplo seguinte quando Dorner, amigo do pai da narradora, revela a curiosa semelhança entre as histórias que o pai de Hakim contava e o livro As mil e uma noites. Assim, Dorner diz a narradora: O convívio com teu pai me instigou a ler As mil e uma noites, na traduçao de Henning. A leitura cuidadosa e morosa desse livro tornou nossa amizade mais íntima; por muito tempo acreditei no que ele me contava, mas aos poucos constatei que havia uma certa alusao aquele livro, e que os episódios de sua vida eram transcriçoes adulteradas de algumas noites, como se a voz da narradora ecoasse na fala do meu amigo. (Hatoum, 2008: 71) Percebendo que as lembranças do pai foram influenciadas pela leitura do livro, Dorner estaria fazendo referencia a literatura que (enquanto sistema simbó­lico) passa a fazer parte das memória individuais. Como Dorner constata na continuaçao: «afinal, o tempo acaba borrando as diferenças entre uma vida e um livro.» (Hatoum, 2008: 71) O intertexto de As mil e uma noites está também presente enquanto alusao im­plícita. Pensamos principalmente na estrutura de encaixes contendo histórias nunca acabadas e na narradora principal feminina. Na recepçao crítica do ro­mance, as vezes a sua estrutura é comparada a estrutura do livro As mil e uma noites, e o próprio autor se manifesta acerca disso: Acho que minha literatura foi mais influenciada por Machado de Assis, por William Faulkner. Dos árabes, as Mil e Uma Noites. A estrutura do Relato lembra um pouco a das histórias que puxam histórias de As Mil e Uma Noites, que, enfim é um livro lido e apreciado por todos os grandes escritores do Ocidente.3 Em entrevista concedida a Aida Hanania, Hatoum também desvela essa referencia: Ainda quanto a aspectos estruturais, devo dizer que pensei muito na estrutura das Mil e Uma Noites; pensei numa narradora, numa personagem feminina que contasse essa história... E isso, por várias razoes – por razoes de ordem meta-lingüística, a referencia a Sheharzade; e também pelo fato de a mulher na família árabe ser submissa (aparentemente...), mas, ao mesmo tempo, ser a detentora do segredo, de certos segredos da família...4 A alusao implícita a obra árabe é evidenciada ainda num episódio da trama do romance, quando a empregada Anastácia repete o modelo da narradora das Mil e Uma Noites ao contar histórias «para se poupar». Porém, no romance de Hatoum o intertexto está transformado. Enquanto a narradora das Mil e Uma Noites conta histórias para se salvar da ameaça de morte, Anastácia o faz para escapar ao trabalho árduo em casa de Emilie: […] Anastácia, através da voz que evocava vivencia e imaginaçao, procurava um repouso, uma trégua ao árduo trabalho a que se dedicava. Ao contar histórias, sua vida parava para respirar; e aquela voz trazia para dentro do sobrado, para dentro de mim e de Emilie, visoes de um mundo misterioso: nao exatamente 3 Hatoum, M. O arquiteto da memória. Entrevista concedida a Soraia Vilela: http://www. dw.com/pt/o-arquiteto-da-mem%C3%B3ria/a-1355392 (1-3-2016). 4 Hatoum, M. Entrevista concedida a Aida Hanania: http://hottopos.com/collat6/milton1. htm (20-3-2016). o da floresta, mas o do imaginário de uma mulher que falava para se poupar, que inventava para tentar escapar ao esforço físico, como se a fala permitisse a suspensao momentânea do martírio. Emilie deixava-a falar, mas por vezes seu rosto interrogava o significado de um termo qualquer de origem indígena, ou de uma expressao nao utilizada na cidade, e que pertencia a vida da lavadeira, a um tempo remotíssimo, a um lugar esquecido a margem de um rio, e que desconhecíamos. (Hatoum, 2008: 82) Anastácia recorre a imaginaçao e aos meandros da sua memória para transmitir a Emilie histórias que evocam a cultura dos indígenas. Assim como Sheharza­de, Anastácia, é uma figura que conta histórias a sua patroa «para se poupar». Mas, desta vez, encontramo-nos dentro do espaço amazónico, onde a vinda de imigrantes libaneses traz desafios novos para a construçao da comunidade local. Anastácia, empregada de Emilie, conta histórias para adiar o momento de trabalho árduo enquanto que o conteúdo do seu discurso revela (e ensina) elementos da sua cultura. Na posiçao central do enredo do segundo romance de Milton Hatoum, Dois irmaos (2000), encontra-se a relaçao conflituosa entre dois irmaos gemeos, Omar e Yakub – uma relaçao cheia de atritos e rivalidades. A história dos irmaos é contada por Nael – filho de Domingas, empregada da família, que tenta descobrir quem é o seu pai. A obra logo começa com versos do poeta brasileiro Carlos Drummond de An­drade: «A casa foi vendida com todas as lembranças/todos os móveis todos os pesadelos/todos os pecados cometidos ou em vias de cometer/a casa foi vendi­da com seu bater de portas/com seu vento encanado sua vista do mundo/seus imponderáveis [...]» (Hatoum, 2006: 7) Esta epígrafe como que anuncia, a respeito do romance de Hatoum, o lugar temático central de família, de lembrança e da casa como espaço privilegiado da memória. Mas o intertexto que engloba o enredo do romance e os seus personagens é o intertexto bíblico. A relaçao entre os dois irmaos (a posiçao central da relaçao está implícita no próprio título) é intertextualmente carregada de contexto bíblico. Assim, as referencias bíblicas encontram-se evocadas no texto de modo explícito. No momento seguinte do texto revela-se a ansie­dade da mae dos gemeos perante a relaçao conflituosa entre os seus filhos: «Nao queria morrer vendo os gemeos se odiarem como dois inimigos. Nao era mae de Caim e Abel. Ninguém havia conseguido apaziguá-los, nem Halim, nem as oraçoes, nem mesmo Deus.» (Hatoum, 2006: 170-171) E ainda, referindo-se a desavença entre ele e Omar, Yakub envia uma carta para sua mae com um comentário que deixa a mae preocupada: «Oxalá seja resolvido com civilidade; se houver violencia, será uma cena bíblica.» (Ha­toum, 2006: 171) A relaçao intertextual com a Bíblia também se efetua mediante uma alusao im­plícita. Refere-se principalmente a relaçao conflituosa dos dois irmaos. Além do já evocado episódio bíblico de Caim e Abel, o texto de Hatoum dialoga com a história dos irmaos gemeos Esaú e Jacó, referencia intertextual presente já no texto do maior romancista do realismo brasileiro, Machado de Assis.5 A referencia que remete ao Genesis, livro inicial da Bíblia, evidencia-se de modo implícito. Além da presença de congruencias no enredo dos dois textos, como a preferencia da mae pelo caçula (Omar/Jacó), é sobretudo a alusao a dinâmica de rivalidade entre os irmaos que paira sobre o romance inteiro criando uma atmosfera de inimizade arcáica e reforçando a ideia da paz impossível. Por se tratar de um diálogo com uma história antiga, a rivalidade aparece como que enfatizada e evoca uma impressao da eternidade. A novela Órfaos do Eldorado (2008) traz a história de Arminto Cordovil que, narrando a um interlocutor desconhecido, relata os fatos mais marcantes do seu passado: a relaçao difícil com seu pai que o culpa pela morte da mae, a falencia da empresa da família e o amor impossível pela índia-órfa, Dinau­ra. Esta novela foi escrita depois de ter sido encomendada por parte de uma editora escocesa (Canongate) para integrar a coleçao Myths querendo publi­car textos de autores contemporâneos baseados na reescrita de mitos antigos. Portanto, o texto de Hatoum está impregnado pela ideia da releitura do mito do Eldorado que revela a existencia de uma cidade encantada submersa no fundo do rio, cidade de opulencia e riqueza. Dialogando com o mito, a novela faz uma releitura irônica do mito. Em vez da riqueza anunciada pelo título, o enredo está repleto de ruínas, desilusao e perda. O mito faz parte do enredo desde início. Assim conhecemos que Arminto, ainda na sua infância, conheceu o mito amazônico da Cidade Encantada por parte de Florita, personagem indígena que o criou. O mito elabora a crença de que: Trata-se do romance Esaú e Jacó, de Machado Assis, publicado em 1904. 175 no fundo de um rio ou lago existe uma cidade rica, esplendida, exemplo de harmonia e justiça social, onde as pessoas vivem como seres encantados. Elas sao seduzidas e levadas para o fundo do rio por seres das águas ou da floresta (geralmente um boto ou uma cobra sucuri), e só voltam ao nosso mundo com a intermediaçao de um pajé, cujo corpo ou espírito tem o poder de viajar para a Cidade Encantada, conversar com seus moradores e, eventualmente, traze-los de volta ao nosso mundo. (Hatoum, 2008: 105-106) A relaçao entre o mito de Cidade Encantada e o do Eldorado é explicado pelo narrador do «Posfácio» no fim do livro: Anos depois, ao ler os relatos de conquistadores e viajantes europeus sobre Amazônia, percebi que o mito do Eldorado era uma das versoes ou variaçoes possíveis da Cidade Encantada, que, na Amazônia, é referida também como uma lenda. Mitos que fazem parte da cultura indo-européia, mas também da ameríndia e de muitas outras. Porque os mitos, assim como as culturas, viajam e estao entrelaçados. Pertencem a História e a memória coletiva. (Hatoum, 2008: 106) Assim como consta na citaçao, os mitos «viajam», sao memorizados e fazem parte de culturas e de suas histórias. Logo no início da novela, Arminto revela que a sua infância foi marcada por histórias e lendas indígenas fascinantes, assustadoras e inesquecíveis, comentando de que «há um momento em que as histórias fazem parte das nossas vidas». (Hatoum, 2008: 13) De fato, os mitos fazem uma parte importante da história narrada – o protagonista é atormen­tado pelos mitos. Na infância, ele presencia a cena trágica quando uma índia tapuia se atira na água em busca dum «mundo melhor, sem tanto sofrimento, desgraça». (Hatoum, 2008: 11) Também, mais tarde no texto, a sua paixao, Di­naura, foge depois da noite de amor enquanto a comunidade comenta de que ela teria ido para a Cidade Encantada. Os mitos constituem um intertexto com o qual um diálogo constante se esta­belece, oferecendo uma variante mística na leitura do destino de personagens levadas pelas forças míticas. Porém, no final, os mitos sao mitos e Eldorado é mais um barco afundado no rio – em Órfaos do Eldorado o mito do Eldorado é reelaborado de modo irônico. Eldorado é o nome do barco da companhia da fa­mília Cordovil que afunda no rio e traz desgraça material a família. A imagem da busca pela cidade paradisíaca torna-se uma ilusao frustrada pelos motivos reais: a falencia da empresa dos Cordovil, a fuga de Dinaura, o fim da época de prosperidade para a cidade de Manaus.6 Depois de termos observado estes exemplos representativos da intertextuali­dade hetero-autoral em relaçao a obra hatoumiana, podemos afirmar o seguin­te: na obra estudada encontramos diálogos com intertextos referidos de modo explícito, através de citaçoes, da paráfrase e da imitaçao declarada e de modo implícito por meio de alusoes. As transformaçoes do intertexto vao no sentido da sua apropriaçao ou no sentido da sua negaçao. Todas as tres obras que analisámos, usam intertextos que podem ser conside­rados como essenciais para a construçao narrativa. Na primeira, Relato de um certo Oriente, o intertexto de As mil e uma noites, além de ser explicitamente referido, evoca e ressalta a importância da figura feminina que constrói uma estrutura complexa de relatos. No segundo romance, Dois irmaos, o intertexto bíblico poderia ser enxergado como central para a narraçao que propulsiona a história dos dois irmaos. Enfim, o enredo principal da novela Órfaos do El­dorado (o próprio título já parece denotar a posiçao central do intertexto) é construído como uma releitura do mito do Eldorado «as avessas». Portanto, a luz da leitura da intertextualidade enquanto memória da literatura, podemos constatar que essa memória ocupa um lugar de destaque nas obras de Hatoum – nao só pela variedade dos intertextos presentes mas também pelo fato de que os intertextos ocupam um lugar destacado, perpassando a construçao semânti­ca das narrativas e atribuindo assim para a coesao interna da obra.7 Em seguida, é importante destacar que a dimensao intertextual nas obras de Hatoum faz parte do enredo. O diálogo intertextual nao quebra o ritmo da na­rraçao ou a ilusao referencial e nao destaca a natureza textual da obra. Ademais, a relaçao entre intertextualidade e memória é tematizada ao nível semântico dos textos onde intertextos passam a fazer parte integrativa da memória das per­sonagens. Assim, no primeiro romance de Hatoum, Dorner repara a curiosa 6 A impossibilidade de fuga para um lugar melhor é anunciada logo no início da novela pela epígrafe de Konstantinos Kaváfis. O intertexto aparece mais umas vezes no texto como alusao e paráfrase. 7 Os intertextos que acabámos de mencionar referem-se a textos relevantes da cultura mundial – o que acrescenta o seu valor semântico e simbólico. Nesse sentido, Aleida Assmann considera haver textos de importância especial para as sociedades – sao os chamados «textos culturais» que transmitem o conhecimento sobre a origem cultural, a identidade e os valores do grupo. Através da leitura, o leitor desse texto, «sente que faz parte de uma comunidade mnemônica». (Assmann apud Erll, 2011: 162) semelhança entre o livro As mil e uma noites e as histórias contadas pelo marido de Emilie. No segundo romance, de novo encontramos uma referencia explícita a literatura como parte da memória individual e coletiva e na novela de Hatoum, como vimos atrás, destaca-se que os mitos fazem parte da memória coletiva.8 A partir da análise que fizemos foi possível observar a maneira como o diálo­go intertextual presente nas obras de Hatoum invoca o trabalho da memória que reside no resgate do passado literário. Os exemplos que ressaltamos mos­traram também o modo como os intertextos fazem parte dum arqui-sistema estético hatoumiano fundamentado com base na memória. Acreditamos, no entanto, que o estudo da intertextualidade hetero-autoral nao exaure todas as possibilidades de encontrar uma relaçao entre a intertextualidade na obra de Hatoum e a memória como o seu princípio estrutural constitutivo. Vemos uma possibilidade de encontrar a conexao entre intertextualidade e memória (conforme o propósito da nossa pesquisa) também no contexto da intertex­tualidade homo-autoral. 3 Intertextualidade homo-autoral A intertextualidade homo-autoral manifesta-se quando os textos de um autor estabelecem relaçoes intertextuais com outros textos do mesmo autor (Aguiar e Silva, 2011: 630). No conjunto da obra de Milton Hatoum, existem várias relaçoes intertextuais entre as próprias obras do autor. Referem-se princi­palmente a repetiçao das personagens, narradores e espaços. Assim, nos dois primeiros romances de Hatoum (Relato de um certo Oriente e Dois irmaos) en­contramos a mesma personagem de Emilie. Tendo uma posiçao central no primeiro romance, no segundo ela meramente exerce uma parte secundária. Também, é nestes dois romances que encontramos o casal Benemou. Em Dois irmaos o casal é referido em relaçao a casa onde se organizavam festas que Omar frequentava e que foi o lugar do último baile de Yakub. No Relato, uma simples mençao aos Benemou como vizinhos estrangeiros. A repetiçao de personagens aumenta a impressao do espaço ficcional comum, reforçada também por outras ocorrencias partilhadas como o mesmo cenário manauense e a temática retratando a vida de imigrantes libaneses. No romance Dois irmaos, encontramos referencias aos poemas de Laval que, depois da morte do poeta, continuam a existir na memória dos leitores: «Omar escreveu com tinta vermelha um verso de Laval, e por muito tempo as palavras permaneceram ali, legíveis e firmes, oferecidas a memória de um, talvez de muitos.»; (Hatoum, 2006: 143) «Seus poemas repousam por aí, em gavetas esquecidas ou na memória de ex-alunos.» (Hatoum, 2006: 145) A intertextualidade homo-autoral é particularmente marcante na coletânea de contos A cidade ilhada. Alguns dos contos apresentam relaçoes intertextuais entre si e também com outras obras de Hatoum, mais precisamente com os romances Relato de um certo Oriente e Cinzas do Norte (2005). Assim, o conto «A natureza ri da cultura», publicado pela primeira vez em 1992, reintroduz o espaço do Relato de um certo Oriente (1989), junto com a mesma narradora e as personagens Emilie e o marido dela. Porém, aqui o enfoque é colocado nas personagens Armand Verne e Felix Delatour, amigos de Emilie, e no tema da impossibilidade da apropriaçao da cultura estrangeira. Os contos «Varandas da Eva» e «Uma estrangeira da nossa rua» mantem laços fortes de intertextualidade com o romance Cinzas do Norte. As obras tem em comum o espaço, o narrador e algumas personagens: tio Ranulfo, tia Rami­ra e, no caso do primeiro conto, o amigo Minotauro. Porém o foco é outro, agora centrado na juventude do próprio narrador. Também no conto «Uma estrangeira da nossa rua» é mencionada de passagem até mesmo a «madame Steinway», a pianista que tem um papel de destaque no conto «Dois tempos». No romance Cinzas do Norte é mencionado também o local Varandas da Eva,9 espaço central do enredo do conto homônimo, com a atribuiçao de ele ser muito novo, o que implica um registro temporal diferente daquele tratado no conto. Outro conto da coletânea que estabelece relaçao intertextual com Cinzas do Norte e também com «Varandas da Eva» é o conto «Dois tempos», onde, de novo, encontramos o mesmo narrador e as personagens tio Ranulfo e tia Ra­mira, como também uma mençao ao «balneário noturno» Varandas da Eva. O foco é agora colocado na personagem da professora de canto, Tarazibula Boa­nerges, personagem que também é mencionada na novela Órfaos do Eldorado. As referencias as mesmas personagens da vida local e aos mesmo lugares, ou seja, ao mesmo espaço, as vezes vem do fato de que nas suas obras Hatoum temati­za sobretudo a cidade de Manaus. Assim, no conto «Dois tempos» consta que Tarazibula era uma personagem importante da cidade: «Na minha cidade, ela era a protagonista do canto e do piano.» (Hatoum, 2009: 63) Desse modo, está traçada a ideia da criaçao de um espaço literário comum nas obras de Hatoum. A intertextualidade homo-autoral hatoumiana também está relacionada com a criaçao de unidade entre as obras desse autor e com a criaçao de um efeito de «Os assuntos eram variados e cruzados: reforma agrária, pesca de tambaqui, festa a bordo de um navio, o mais novo prostíbulo de Manaus, o Varandas da Eva.» (Hatoum, 2005: 22) realidade existente acima do nível compositivo de uma obra só. Nesse respeito concordamos com Aíla Sampaio (2010) quando ela, referindo-se a intertex­tualidade em A cidade ilhada, diz que essa intertextualidade homoautoral, ou seja, a utilizaçao de recorrencias espaciais, temáticas e de personagens, além de dar unidade ao projeto ficcional de Hatoum, dá ao leitor a impressao de que esses personagens tem existencia real, nao sao meros seres de papel escondidos atrás das palavras quando se conclui a leitura da obra. Acreditamos que a intertextualidade homo-autoral hatoumiana pode ser colo­cada em relaçao com a ideia da memória. Além de criar uma unidade ficcional através do espaço literário comum, a recorrencia dos motivos e das persona-gens cria o efeito da existencia de uma experiencia coletiva; como essa expe­riencia é muitas vezes referida através da lembrança, a nossa suposiçao é de que a consequencia desse encontro poderia ser ligada a ideia da memória cole­tiva. Essa interpretaçao está pautada na criaçao de um espaço ficcional comum elaborado mnemonicamente a partir de perspectivas diferentes. Outro efeito criado pela intertextualidade homo-autoral que se refere a recorrencia de na­rradores, seria a hipertrofia de lembranças e o estabelecimento dos narradores enquanto instâncias rememorativas. De fato, os narradores que se encontram repetidos em obras diferentes sempre se encontram no papel de instâncias que narram a partir de rememoraçao. 4 Consideraçoes finais No que concerne a relaçao entre as obras de Milton Hatoum e o conceito de memória (nos seus diferentes aspectos), os trabalhos, artigos científicos e dissertaçoes sao (cada vez mais) numerosos e as diferentes perspectivas usadas para abordar o assunto sao desenvolvidas por parte de teóricas como Maria Zilda Ferreira Cury, Sylvia Telarolli e muitos outros. De fato, a memória pa­rece ser o elemento central da poética hatoumiana – é o princípio propul­sionador da narraçao onde as histórias sao contadas através de reminiscencias dos narradores (instâncias rememorativas) sobre histórias familiares (veja-se Bojiæ, 2014); memória é um dos temas e motivos recorrentes e a própria na­tureza do fenômeno encontra-se problematizada. Nesse sentido, acreditamos que, nos textos de Milton Hatoum, que retratam o fenómeno da memória por viéses literários, o diálogo intertextual parece levantar questoes próprias sobre o papel da memória na literatura e também sobre a importância de obras lite­rárias para a memória de indivíduos e coletividades. Além de apontar, no nosso trabalho, para o modo como a relaçao entre inter­textualidade e memória se encontra, nos textos de Hatoum, como que «inter­nalizada» pela memória das personagens, esboçámos a biblioteca e o imaginá­rio livresco presentes nas obras. O estudo dessa biblioteca intertextual ainda revelou que esta «memória da literatura» era essencial para a construçao das obras de Hatoum. Finalmente, completamos a nossa análise com os seguintes pensamentos. Re­ferenciando-se continuadamente a textos anteriores, segundo Tiphaine Samo­yault (2008: 10), «a literatura nao para de lembrar»: «Entre retomada melancó­lica, em que ela se contempla no seu próprio espelho, e retomada subversiva ou lúdica, quando a criaçao se subordina a ultrapassagem daquilo que a precede, a literatura nao para de lembrar e de conter um desejo identico, aquele mesmo da literatura.» A memória das narrativas de Milton Hatoum opera seguindo a dinâmica desses dois movimentos – por um lado, a recuperaçao de referencias literárias que acrescenta a uma atmosfera melancólica já presente nas obras e, por outro, a re-escritura, o jogo e o apropriamento da tradiçao livresca. Bibliografia A Bíblia Sagrada (1968): Lisboa: Sociedade Bíblica de Portugal. (traduçao de Joao Ferreira de Almeida). Aguiar e Silva, V. M. de. (2011): Teoria da literatura. Coimbra: Almedina. Bojiæ, M. (2014): «Memória como princípio da estruturaçao narrativa no romance Relato de um certo Oriente de Milton Hatoum», Studia romanica et anglica zagrabiensia. LIX. Erll, A. (2011): Memory in culture. New York: Palgrave Macmillan. Hatoum, M. (2005): Cinzas do Norte. Sao Paulo: Companhia das Letras. Hatoum, M. (2006): Dois Irmaos. Sao Paulo: Companhia das Letras. Hatoum, M. (2008): Relato de um certo Oriente. Sao Paulo: Companhia das Letras. Hatoum, M. (2008): Órfaos do Eldorado. Sao Paulo: Companhia das Letras. Hatoum, M. (2009): A cidade ilhada. Sao Paulo: Companhia das Letras. Hatoum, M.: O arquiteto da memória. Entrevista concedida a Soraia Vilela: http://www.dw.com/pt/o-arquiteto-da-mem%C3%B3ria/a-1355392 (01­03-2016). Hatoum, M. Entrevista concedida a Aida Hanania: http://hottopos.com/ collat6/milton1.htm (20-03-2016). Lachmann, R. (2004): «Cultural memory and the Role of Literature». European Review, 12, 165-178. Lachmann, R. (2010): «Mnemonic and Intertextual Aspects of Literature». Em: Astrid Erll, Ansgar Nünning (eds.), A companion to cultural memory studies. Berlin: Walter de Gruyter. Samoyault, T. (2008): A intertextualidade. Sao Paulo: Aderaldo & Rothschild. (traduçao de Sandra Nitrini) Sampaio, A. (2010): «Personagens em trânsito, espaços subjetivos e intertextos em A cidade Ilhada, de Milton Hatoum», Revista Triplov de Artes, Religioes e Ciencias, 5: http://novaserie.revista.triplov.com/numero5/aila_sampaio/ index.html (10-03-2016). Majda Bojiæ University of Zagreb Milton Hatoum, Intertextualiy and Memory of Literature Keywords: Milton Hatoum, intertextuality, memory, recollection, memory of literature Memory can be considered as the central element of the narrative aesthetics of contemporary Brazilian author Milton Hatoum. His works thematize the phenomenon and role of memory and also problematize the act of memory as well. Further, the narrative structure of Hatoum’s fiction can be regarded as the result of recollection, necessary for the reconstruction of personal or family history. In this sense, we believe that the work of this writer comprises another phenomenon that can be viewed in relation to memory, thereby of­fering new lines of interpretation, that is intertextuality. As a literary device, intertextuality reveals itself as a universal in Hatoum’s texts, in the form of relationships created not only with Brazilian and foreign textual references but also with the works of the author himself. The study of the intertextual dimension in the light of memory, reveals this equally important aspect of Hatoum’s use of memory as a literary theme and device. Majda Bojiæ Univerza v Zagrebu Milton Hatoum, medbesedilnost in literarni spomin Kljuène besede: Milton Hatoum, medbesedilnost, spomin, spominjanje, literarni spomin Spomini so lahko pojmovani kot osrednji element pripovedne estetike bra­zilskega pisatelja Miltona Hatouma. Njegova dela tematizirajo fenomen in vlogo spomina ter problematizirajo tako dejanja spominjanja kot procese re­miniscence. Spomin tudi vzdržuje pripoved – pripovedna struktura fikcije Miltona Hatouma se udejanja kot rezultat spominjanja in je potrebna za re­konstrukcijo osebne ali družinske zgodbe. V tem smislu verjamemo, da delo tega amazonskega pisatelja vsebuje še en fenomen, ki bi ga lahko povezovali s spominjanjem in ki kot tak ponuja nove interpretacijske možnosti – medbe­sedilnost. Kot pripovedno sredstvo se ta v Hatoumovih besedilih razkriva kot stalnica, in sicer v obliki odnosov in razmerij, ustvarjenih ne le z referencami na brazilska in tuja besedila, paè pa tudi z referencami na avtorjeva lastna be­sedila. Raziskava medbesedilne dimenzije v luèi spominjanja razkriva pomem­ben del mnemiène mreže Miltona Hatouma. Betina Campuzano DOI: 10.4312/vh.24.1.185-199 Universidad Nacional de Salta Tatuajes en la memoria: autobiografía y violencia en el Perú reciente Los recuerdos reviven cuando uno divisa los lugares andados porque se ven como tatuajes en la memoria. En esos lugares viví largo tiempo, y al volver sentí como si todo se hubiese detenido en algún momento, o como si fuera la noche larga en la Antártica o cuando el inca ató el sol, en el mito andino, para construir la ciudad imperial. Lurgio Gavilán Sánchez Palabras clave: subjetividad, memoria, autobiografía, violencia, Perú. 1 Introducción .Cómo se seleccionan los recuerdos y cómo funciona el olvido? .Todo es na­rrable? .Qué luchas políticas suceden en la construcción de una memoria re­ciente? .Cómo se organiza una narración que hilvana recuerdos? Para abordar estos cuestionamientos, se han esbozado un sinnúmero de respuestas desde diferentes prácticas narrativas y disciplinas a lo largo del tiempo. Ya sea des­de la historiografía, la antropología de la memoria, la psicología cognitiva, el psicoanálisis o la escritura de las historias de vida de la etnografía, biografías o autobiografías, es posible aproximarnos a las formas en que se constituyen, en este caso, los relatos de un pasado próximo en un contexto latinoamericano de violencia: la guerra interna en el Perú durante los anos 80 y 90. A partir de la autobiografía de un campesino que, durante el devenir de su vida, cruzó las diferentes instituciones que ejercen el poder en la nación andina, nos centraremos en cómo ciertos episodios y relatos se vuelven significativos para el sujeto que narra y la comunidad a la que pertenece; pues, al tiempo que se construye la memoria personal, se politiza y signifi­ca también la colectiva. Este trabajo, entonces, se propone ahondar, a partir del análisis discursivo de procedimientos autobiográficos y desde un enfoque interdisciplinario, en las políticas que se disputan la conformación de una memoria reciente en el Perú. La autobiografía de Lurgio Gavilán Sánchez –editada en 2012, prologada por Carlos Iván Degregori y comentada por Yerko Castro Neira– relata los avatares de un nino serrano quechuahablante que, siguiendo los pasos de su hermano mayor, ingresa a Sendero Luminoso (SL), donde es adoctrinado en el maoísmo y el Pensamiento Gonzalo1. Confía plenamente en los propósitos liberadores de la guerra popular convirtiéndose así en víctima y victimario, en testigo y protagonista de crímenes aberrantes. Luego, al ser cautivo por las Fuerzas Armadas (FF.AA.), y ante la protección de uno de los jerarcas que le toma simpatía, ingresa a las filas del ejército, donde también presencia y forma parte de otras vejaciones, al tiempo que se alfabetiza. Más tarde, en la orden franciscana se empapa del canon litúrgico y el bíblico, el latín y la cosmovisión cristiana. Finalmente, consciente de estos pasajes, se inscribe en la carrera de Antropología en la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga y, allí, escribe su autobiografía. 2 Tatuajes impresos en la memoria: los textos emergentes La espiral de violencia en el Perú afectó principalmente a los campesinos de la zona serrana que quedaron cercados entre los fuegos de SL y las Fuerzas Armadas. Acerca de las vejaciones y secuelas se produjeron, aunque tardíamen­te, varios relatos que privilegiaron las formas genéricas propias de la primera persona: autobiografías, testimonios etnográficos y periodísticos. Asimismo, Pensamiento Gonzalo se refiere a la propuesta política que Abimael Guzmán Reynoso (Arequipa, 1934), líder de SL, realiza cuando reinterpreta, a su criterio y sin distinción, postulados de Mariátegui y de Mao. Dice Ezcárzaga: «Guzmán advirtió la radical segmentación étnica y regional denunciada por Mariátegui, pero la reformuló a su manera, eludiendo el factor étnico, sustituyó mecánicamente los términos del conflicto costa-sierra, misti-indígena planteados por Mariátegui, por los términos maoístas ciudad-campo, y redujo el conflicto a la contradicción clasista» (2001: 14). Además, SL y Pensamiento Gonzalo se produjeron en un campo político en el que la izquierda se debatía entre una tendencia legalista, ortodoxa y pro-soviética que abogaba por un tránsito más pacífico al socialismo por la vía electoral, y otra tendencia insurreccional maoísta que proponía desarrollar una guerra popular prolongada para obtener el poder. En este marco, importa ver el papel central que jugaron los intelectuales peruanos (Ezcárzaga, 2001: 8; Stern, 1999: 37). emergieron otros textos literarios (sobre todo, novelas de corte policial) y otros artísticos como performances, instalaciones, historietas humorísticas, cancio­nes, fotografías, filmes. A propósito, puede resultar interesante la lectura de Poéticas del duelo. Ensayos sobre arte, memoria y violencia política en el Perú (2015) de Víctor Vich, libro en el que se ocupa de aquellos dispositivos culturales que dan cuenta de las versiones hegemónicas y sus fisuras en la historia peruana reciente. Por ejemplo, Chungui. Violencia y trazos de memoria (2005) del retablista y an­tropólogo Edilberto Jiménez se inscribe dentro del testimonio etnográfico2 . Publicado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y la Comisión de Dere­chos Humanos (COMISEDH), narra los vejámenes sufridos en Ayacucho por medio de la imbricación del lenguaje verbal y el icónico. Así, relatos breves, que mantienen un registro descarnado sin búsquedas poéticas, completan su sentido con sencillos dibujos que el etnógrafo traza a mano alzada, mientras escucha a los informantes. Esta mixtura se inscribe, tal como lo senala el pró­logo, en la tradición de La nueva coronica i Buen Gobierno (1615) de Guamán Poma de Ayala. También incluimos aquí los brutales testimonios recopilados en Informe Final por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVyR) del 2003. Luego de un poco más de una década de lucha, estos relatos se han instalado en el campo cultural logrando así «ingresar [sus conclusiones] en el imaginario nacional» (Vich, 2009: 4). De este modo, se puede discutir las responsabilidades ciuda­danas y políticas del conflicto3 . Entre los relatos periodísticos, atentos a las demandas del mercado editorial, encontramos casos como La cuarta espada. La historia de Abimael Guzmán y Sen­dero Luminoso (2007) de Santiago Roncagliolo. A modo de best sellers, esta bio­grafía reconstruye la infancia y la formación universitaria en Arequipa del líder de SL, sus lecturas sobre el maoísmo y las excéntricas relaciones que 2 Me refiero a los textos fundacionales del género testimonial, cuyo auge se produjo en la década de los 80, como lo son Me llamo Rigoberta Menchú y así nació mi conciencia (1983) de Elizabeth Burgos Debray y Si me permiten hablar… Testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia (1977) de Moema Viezzer. El testimonio hispanoamericano, como es sabido, se trata de un género híbrido que imbrica formas propias del discurso literario y el etnográfico. Además, aún hoy siguen vigentes las problemáticas en torno a este género: los pasajes de la oralidad a la escritura, la autoría compartida entre informante y amanuense, los procesos de canonización del género, por ejemplo. 3 Estas conclusiones son revisitadas y cuestionadas continuamente por los estudiosos en el tema. A propósito, remitirse a las apreciaciones de Carlos Iván de Gregori, referente ineludible en el estudio de la guerra interna y sus secuelas: http://books.openedition.org/ ifea/562?lang=es (01–08–2015). establece con los planteos de Mariátegui, su liderazgo político unipersonal, sus relaciones con los militantes y sus relaciones amorosas. Para ello, Roncagliolo realiza una serie de entrevistas a diferentes actores, entre los cuales –casual o desafortunadamente– no se halla Abimael Guzmán. «Mi secuestro» (1999) de Hory Chlimper es también un relato autobiográfico, aunque su impacto entre la crítica ha sido más bien negativo, debido al posi­cionamiento ideológico del empresario. Narra la experiencia de su secuestro en 1990, en Lima, por un comando del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru que lo mantiene cautivo en un pequeno cajón de madera durante ocho meses. Desde otro lugar, se ha publicado Los Rendidos. Sobre el don de perdonar (2015), de José Carlos Agüero, que –entre el ensayo, la no-ficción y la auto­biografía– relata la historia de un hijo de senderistas. A estas escrituras del yo deben sumarse, por supuesto, las ficcionales que se es­cribieron posteriores al conflicto pues, durante los anos de la guerra interna, como lo senalan Cornejo Polar y Vidal (1984), la literatura peruana enmude­ció. Más tarde, estas producciones dan cuenta del conflicto armado y sus con­secuencias en un Perú que aún permanece herido. Entre ellas, podemos men­cionar a los autores criollos y andinos4 que, siguiendo una u otra tradición, y echando mano al realismo urbano o a géneros como el policial, rompen el silencio inicial. Nos referimos a las escrituras de Miguel Gutiérrez, Oswaldo Reynoso, Óscar Colchado Lucio, Mario Vargas Llosa5, Santiago Roncagliolo, Alonso Cueto, Ivan Thays, Daniel Alarcón, por nombrar sólo algunos. En este prolífico y heteróclito campo reciente, .por qué interesarnos por la autobiografía de Lurgio Gavilán Sánchez? Quizá porque, a propósito del giro subjetivo del que nos habla Beatriz Sarlo (2005), contemporáneo al giro lingüís­tico, y que pone en primer plano a la subjetividad, nuestra mirada empieza a 4 Esta distinción ha sido realizada por la crítica literaria quien ha visto en la escritura literaria contemporánea a los escritores andinos como herederos de la tradición de José María Arguedas y los criollos descendientes de la de Mario Vargas Llosa. 5 Nos referimos puntualmente a Lituma en los Andes (1993), novela que concibe a los campesinos como bárbaros y, aun, antropófagos. A partir de un logrado relato policial, se reconstruye la desaparición de tres hombres en la sierra durante la época de SL. Al final del relato, se descubre que no han sido víctimas de SL como se esperaba, sino de los «supersticiosos» habitantes de la sierra que los han sacrificado a los apus. De otra parte, recordemos que el gobierno de Fernando Belaúnde encomendó al Nobel peruano de literatura la conformación de una comisión para investigar la masacre de ocho periodistas y su guía, ocurrida en enero de 1983, en manos de los campesinos de Uchuraccay (Ayacucho). Vargas Llosa emitió un informe que redunda en el salvajismo de hombres que pertenecen a un «mundo congelado en el tiempo, atrasado y tan violento». (De Gregori, en: Lurgio Gavilán, 2012: 9) centrarse en las historias mínimas de sujetos anónimos. En este sentido, el relato en primera persona de la vida de este «soldado desconocido» da cuenta de cómo las diversas instituciones por las que este circuló, luchan por estable­cer sus propias versiones del conflicto y, así, constituir la memoria reciente. Su relato permite desprendernos de las visiones maniqueas y la leyenda de los dos demonios que recorre la historia del Perú, el Cono Sur e, incluso, el con­tinente latinoamericano. Lurgio se constituye, simultáneamente, en víctima y victimario: causa empa­tías o antipatías en sus destinatarios, se erige como un sobreviviente, un héroe o un pecador arrepentido que aspira a la santidad. Además, en el relato de los recuerdos, se yuxtaponen palabras en quechua, espanol y latín, como si fueran tatuajes que se dibujan, imprimen y superponen en capas permaneciendo a través del tiempo. Del mismo modo, sucede con los diferentes textos artísti­cos y culturales que yuxtaponen posicionamientos y estéticas en la memoria reciente. 3 El recuerdo, tiempo detenido que se mueve constantemente La autobiografía de Lurgio se organiza en cuatro apartados: su pasaje por SL, las FF.AA., el convento y su regreso, siendo ya un académico, a la comunidad de origen. En numerosos momentos, se realizan reflexiones en torno a la me­moria y el olvido. Por ejemplo, a la metáfora de los recuerdos como «tatuajes de la memoria» que «se alimenta[n] como las pulgas o los piojos blancos que se alimentaron de mi sangre cuando clandestino caminaba» (Gavilán Sánchez, 2012: 164), pueden anadirse otras como «un viaje a través del tiempo infinito» (2012: 170) o «rocas madres resistiéndose al tiempo» (2012: 172). El retorno a su tierra natal, los lugares de su infancia y su militancia en el Partido Comu­nista Peruano (PCP), significan también un «regreso» al pasado a través de un relato construido desde un presente que le ayuda a sobrevivir: «estos hombres no estarían aranando estas tierras para sobrevivir como yo he aranado en mi vida para contar lo sucedido» (2012:174). Al respecto, resulta relevante lo que Beatriz Sarlo plantea en Tiempo pasado, ensayo que se ocupa del testimonio y las subjetividades en la historia argentina reciente: Las ‘vistas de pasado’ (según la fórmula de Benveniste) son construcciones. Precisamente porque el tiempo del pasado es ineliminable, un perseguidor que esclaviza o libera, su irrupción en el presente es comprensible en la medida en que se lo organice mediante los procedimientos de la narración y, por ellos, de una ideología que ponga de manifiesto un continuum significativo e interpretable de tiempo. Del pasado se habla sin suspender el presente y, muchas veces, implicando también el futuro. Se recuerda, se narra o se remite al pasado a través de un tipo de relato, de personajes, de relación entre sus acciones voluntarias e involuntarias, abiertas y secretas, definidas por objetivos o inconscientes; los personajes articulan grupos que pueden presentarse como más o menos favorables a la independencia respecto de factores externos a su dominio. Estas modalidades del discurso implican una concepción de lo social, y eventualmente también de la naturaleza. Introducen una tonalidad dominante en las ‘vistas del pasado’. (2007: 13) La intelectual argentina distingue entre las narraciones históricas de circu­lación masiva, en las que se reconstruyen hechos con interpretaciones de sus sentidos y se garantizan visiones globales, aunque su alcance no sea necesa­riamente de interés público, y aquellas de circulación masiva y modalidad no académica, que son sensibles a las estrategias con las que el presente pone en evidencia el pasado. Estas últimas se vinculan con lo testimonial y –antes que las buenas historias académicas que sostienen hipótesis– proponen certezas que ayudan al lector a sostener un sentido, una acción o un consuelo. Al ocuparse del pasado y la memoria recientes, Sarlo concibe las formas testi­moniales como aquellas que se han transformado en «ícono de la verdad» o en recurso para reconstruir el pasado. Se interesa por el uso de la primera persona como una forma privilegiada frente a discursos en los que el «yo» es despla­zado o se ausenta; predilección que da cuenta de un giro subjetivo. Se trata del desplazamiento de una mirada que se preocupa por lo popular, la cotidianei­dad, los sujetos «normales» que siguen los derroteros esperables y que prota­gonizan transgresiones e intercambios. Lejos del interés por las estructuras, se pone en relieve el sujeto, su identidad, su reafirmación a partir de la primera persona. En ese sentido, la historia de Lurgio, la de un «soldado desconocido», le permite conservar el recuerdo y reparar una identidad lastimada. Esta identidad –no sólo la de un muchacho que ingresa a las filas de SL, sino también la de toda una nación– se halla profundamente dividida. El cuerpo nacional peruano está atravesado por un hondo conflicto que se inicia en la conquista misma, cuando Atahualpa en Cajamarca se «encuentra» con Pizarro y Fray Valverde. A propósito, Flores Galindo (2001) dice que la historia de violencia desencadenada con SL sólo puede entenderse en una sociedad como la peruana que, desde su conquista, se halla quebrada étnica, geográfica, social y culturalmente. Y en ese quiebre se estigmatiza a un sector: el indígena que en la guerra interna queda atrapado entre dos fuegos e, incluso, se hiere a sí mismo. Víctor Vich senala que, entre las diferentes versiones sobre el conflicto inter-no, están quienes sólo responsabilizan a SL, quienes avanzan sobre las culpas de las FF.AA. y la invisibilización que el Estado peruano realiza del indígena, quienes senalan los crímenes de ambos grupos sobre la comunidad civil, y los estudios más recientes que indican cómo la población civil actúo incluso contra sí misma (2015: 12-13). Los estereotipos que asocian al indígena con el ámbito de la barbarie se imprimen en el discurso de Lurgio quien justamen­te proviene del espacio serrano y, aun así, niega su procedencia, prefiriendo identificarse con la civilidad del intelectual. Una vez más, nos hallamos frente al ejercicio de la violencia sobre el mundo indígena: Allí un campesino me interroga, quiere saber quién soy y por qué estoy andando así. Me pide la identificación y mi documento de identidad nacional no estaba en mi bolsillo, entonces de inmediato se me vienen a la mente los prejuicios que ocasionaron la masacre de Uchuraccay, la justicia consuetudinaria de los comuneros y su incontrolable violencia que pintó Mario Vargas Llosa. Por un instante no dije nada. Más allá aparecieron dos campesinos más. Rebusqué en la mochila apresurado y encontré un documento que me acreditaba como académico, y eso me salvó. (Gavilán Sánchez, 2012: 168) Si observamos esta escena y recordamos que Lurgio durante su infancia sólo hablaba el quechua, podremos advertir cómo opera todavía la matriz colonial en la nación peruana; matriz que termina reforzando el consabido estereotipo del «salvaje», surcado en el relato occidental desde el mismo «descubrimien­to» del continente. De ahí, la relevancia del análisis de Vargas Llosa sobre la masacre de Ucchurakay pues, con esta referencia, se evoca toda una mirada colonizadora, desde una supuesta superioridad, sobre ese cruento e incom­prensible episodio. Sin embargo, el relato autobiográfico, donde el «yo» se ficcionaliza a sí mis­mo (Arfuch, 2010), se halla atravesado por la contradicción cuando también reivindica la cultura andina: por ejemplo, la vemos en referencias y adhesiones a la escritura de José María Arguedas; en la inclusión de mitos andinos como el del zorro o atuq; en la alusión a prácticas comunitarias ancestrales; en la transcripción de huaynos; y en la inclusión de frases y canciones en quechua6 . Aún más, los diferentes apartados incluyen elementos populares: letras de los himnos senderistas, los cánticos militares en contra de los terrucos, las plega­rias religiosas y los fragmentos bíblicos en espanol y en latín. La memoria es un campo de conflictos, dice Sarlo (2007), y así lo vemos cuan­do confrontamos las versiones, por un lado, de quienes mantienen los recuer­dos de los crímenes y desean que estos queden abiertos jurídicamente y, por otro, de quienes proponen pasar a otra etapa cerrando los casos más mons­truosos de la historia reciente. Lejos de una concepción estanca y de recuerdos no alterados, la memoria se construye desde un presente que evoca el pasado, donde luchan versiones contrapuestas. Resulta, entonces, preciso delimitar un concepto de recuerdo. Según Joël Candau, los recuerdos de la infancia son imá­genes transformadas del pasado: […] estamos lejos de la concepción del recuerdo como una huella pura del acontecimiento pasado, huella eventualmente alterada, falsificada, perturbada por los afectos. El recuerdo se define aquí como ‘una elaboración novelada del pasado, tejida por los afectos o las fantasías, cuyo valor, esencialmente subjetivo, se establece a la medida de las necesidades y los deseos presentes en el sujeto. Por lo tanto, no puede ser concebida como un testimonio fiel del pasado. (2002: 18) Lurgio entiende el recuerdo como un «repaso», un regreso a la comunidad de origen. Quizá, desde su discurso, se trata de una memoria cuyo tiempo se detiene o de un recuerdo que desanda caminos por los que ya transitó. Sin embargo, las contradicciones que se evidencian en su soliloquio y las tradi­ciones superpuestas (la andina, la militar y la eclesiástica), con sus respectivas lenguas y cosmovisiones, dan cuenta de lo contrario: una memoria que se ha modificado y no se detiene, sino que se mueve constantemente. Las locuciones en quechua hallan su traducción en glosarios, notas al pie o entre paréntesis. Este proceso de traducción puede estar dando cuenta de la jerarquización de las lenguas, esto es, la primacía del espanol, al mismo tiempo que se configura como un indicador de la identidad de los lectores de estos textos. Ángel Rama se preocupa por estas cuestiones en La ciudad letrada (1984). 4 Víctima, victimario, héroe, testigo Lurgio regresa a su comunidad de origen luego de haber transitado por dife­rentes espacios y asumido distintos roles. En su retorno encuentra a un viejo a quien confunde, en sus recuerdos, con su hermano muerto durante la mili­tancia en la guerrilla. El viejo puede ser su hermano, pero también puede ser un hombre que colaboró durante la guerra popular. Sí es, en eso hay certe­za, testigo de lo ocurrido: «Rikuranim [He visto]», le dice. El relato testimo­nial sostiene con sus certidumbres. El viejo es un otro para el yo, Lurgio. Las complejas relaciones entre el yo y el otro, entre sus miradas y posiciones en el mundo, pueden explicarse a partir de la noción de exotopía o extraposición que propone Mijaíl Bajtín. Con ella, se refiere a una situación ligada a la deficien­cia: «lo que yo veo en el otro, en mí mismo, solo el otro lo puede distinguir». Todos los demás hombres son otros para mí, se encuentran fuera7. Entonces, .qué sucede con esto cuando hablamos de una autobiografía donde autor y personaje coinciden? Bajtín expone tres casos típicos de la actitud del autor hacia el personaje, aten­diendo a la pérdida del punto valorativo de la extraposición: el personaje se apropia del autor, el autor se posesiona de su personaje o el personaje es su propio autor. Este último puede coadyuvarnos a leer esta historia de vida pues se trata de un personaje autosuficiente y concluido, que representa su propio papel. La orientación del personaje puede resultar valiosa para el autor ya que –atendiendo a los sentidos cognitivo, ético, religioso– contribuye a su heroi­zación. En este sentido, se suspende el valor estético, entra en juego el valor ético (expreso en manifiestos, veredictos, discursos, injurias, confesiones, por ejemplo) y sobrevienen los aconteceres cognoscitivos (tratado, artículo, lec­ción) o religiosos (oración, culto, rito). Si el héroe vive cognoscitiva y ética­mente, reúne todas las definiciones y da conclusión a un todo singular, cabe preguntarnos por cómo se construye a lo largo del texto una figura heroica de Lurgio. Por ejemplo, durante su permanencia en las líneas de SL, el relato enfatiza la obediencia y la disposición para ofrendar hasta la propia vida: Entonces entendí que más allá de los sentimientos fraternos consanguíneos estaba primero obedecer los mandatos del «De acuerdo con la actitud, el autor debe ubicarse fuera de su propia personalidad, vivirse a sí mismo en un plan diferente de aquel en el que realmente vivimos nuestra vida; sólo con esta condición puede completar su imagen para que sea una totalidad de valores extrapuestos con respecto a su propia vida; el autor debe convertirse en otro con respecto a sí mismo como persona, debe lograrse ver con ojos de otro». (Bajtín, 2008: 24) partido. Ir donde te manden y ofrendar tu vida en nombre del PCP, y tu nombre permanecería grabado e impreso por los siglos de los siglos en la memoria colectiva como héroe guerrillero. (Gavilán Sánchez, 2012: 73) El pasaje por el Ejército es aún más complejo. Si bien todas las instituciones por las que atravesó Lurgio son jerárquicas –y así lo senala cuando las com­para8– las FF.AA. son particularmente hostiles: «En verdad no había terrucos, nosotros queríamos vengarnos de ese monarca militar» (2012: 117). Llama la atención que, en este y otros pasajes, el narrador no se preocupa por marcar la heroicidad como sí sucede en los que narra su militancia en el PCP. En cambio, opta en lo discursivo por usar la primera persona propia del testigo (he visto, he oído), o emplear formas impersonales y la tercera persona para re­ferirse a los crímenes cometidos por la institución estatal. De esta manera, no se incluye en el cometido de los vejámenes, sino que toma distancia de ellos; por ejemplo, emplea estas estrategias cuando atestigua masacres, torturas, vio­laciones o casos de zoofilia: Los que venían de la base de Razuhuillca nos contaban que los soldados tenían relaciones íntimas con las llamas y burras; pues las charlis iban pocas veces porque en esas alturas hacía mucho frío (2012: 110). Las mujeres cocinaban el rancho (la comida) para nosotros. Eran jóvenes entre 17 y 20 anos. En las noches traían a las chicas a la cuadra donde dormíamos y se acostaban con los cabitos, primero pasaban los sargentos, luego los demás hasta que se cansaran […] Trajeron a las mujeres a la cuadra, y todos abusaron de ellas […] Como a la medianoche llevaron a las mujeres al campo donde siempre nos formábamos. Todos fuimos a presenciar su muerte. (2012: 112-113) La alternancia entre la primera y la tercera persona gramatical da cuenta de su distanciamiento de una institución que intenta ocultar su siniestra interven­ción en el conflicto interno. A esto, agregamos el empleo de cursivas para los términos en quechua o los sociolectos, como también las reformulaciones o el uso de paréntesis para aclarar sentido. Ello nos sugiere que el destinatario de «Para entrar y salir del altar desde donde se dirige el padre celebrante, la columna de participantes va jerarquizada. […] En el Ejército es todo lo contrario, el más alto rango siempre se forma primero y el recluta al último, menos en las patrullas, donde los jefes van atrás». (Gavilán Sánchez, 2012: 153) este relato es ajeno al espacio quechua-serrano, tal como sucede con los glosa­rios en las literaturas regionalistas y las indigenistas. Para el pasaje por el ámbito eclesial emplea recursos similares: alterna entre la primera y la tercera persona para referirse a las relaciones de novicios y frailes con mujeres, logrando construir el efecto de que no participa de la transgre­sión a las normas religiosas.9 En cuanto al papel de la institución eclesial en el conflicto armado, el narrador contrapone la idea de «perdón», propia del discurso cristiano, a las de «amenaza» y «castigo de muerte» del PCP.10 Del mismo modo, sucede con la sociedad peruana que se debate entre olvidar para cerrar los casos más aberrantes y seguir así adelante, y el castigo indeleble a los culpables. En este apartado, junto con una constante mención a los ninos huérfanos rescatados por la Iglesia, aparece con recurrencia la mención de «reconstrucción», «paz» y «perdón», frente a una violencia asociada tanto a indios que asesinan sacerdotes durante la conquista, como a SL que mata cam­pesinos durante el conflicto interno. 5 A modo de conclusión A lo largo de este artículo que procura ahondar, a partir de una escritura del yo, en qué relatos y qué políticas batallan por la construcción de la memoria reciente, hemos abordado, en un primer momento, un panorama de los textos literarios, artísticos, etnográficos y periodísticos que emergieron a propósito de las heridas de la guerra interna. Estos textos –aunque tardíamente, pues las literaturas y las artes enmudecieron durante los anos 80– dan cuenta de un prolífico y heteróclito campo reciente que abarca diferentes géneros, lengua­jes, versiones de la historia y posicionamientos ideológicos. Particularmente, nos interesamos por los géneros propios de las escrituras del yo: autobiografías y testimonios que, por su carácter híbrido y su viraje a la retórica de la sub­jetividad, yuxtaponen a través de la poética testimonial diferentes posiciona­mientos ideológicos y distintas estéticas, al tiempo que superponen el espanol, el latín y el quechua. 9 «Cuando acudíamos a las clases del Centro Franciscano, donde todos los franciscanos de Lima nos reuníamos, monjas y monjes nos enamorábamos. O con los jóvenes catequistas donde venían hermosas chicas, algún hermano postulante se enamoraba, pero, luego, las lecturas de espiritualidad franciscana nos hacían olvidarlas porque nos orientaban en que ellas eran nuestras hermanas de sangre en Cristo». (2012: 137) 10 «El perdón era una constante aquí en nuestras vidas, mientras en el PCP era la amenaza y el castigo de muerte». (2012: 141) En segundo lugar, hemos avanzado sobre las tensiones entre los diferentes posicionamientos institucionales e ideológicos que pueden hallarse en la au­tobiografía de Lurgio Gavilán. Tales tensiones aparecen a través de diferentes capas que se sobreponen en el orden lingüístico y el cultural, por ejemplo, el espanol y el quechua, la doctrina maoísta y la eclesiástica, la cosmovisión andina y la occidental. Además, advertimos cómo se construye la subjetividad de quien testimonia: persiste en el relato una matriz colonial que devela la negación de la procedencia indígena y prefiere, en cambio, la identificación con la figura del académico. En realidad, lo que nos sugiere esta tensión es cómo en el relato también se yuxtaponen diferentes identificaciones según su vinculación con los distintos ámbitos por los que circula; identificaciones que batallan por la construcción de la memoria: algunos sostienen continuar con la acción judicial y otros desean clausurar los recuerdos y la problemática de la memoria. Estas posiciones, por supuesto, nos conducen a cuestionarnos, desde la antropología de la memoria, acerca del dinamismo del recuerdo que no se detiene y que permite regresar de otros modos a la comunidad de origen. En tercer lugar, y a partir de un análisis minucioso de la figura del yo autobio­gráfico, abordamos el modo en que se construye la figura del héroe, el victi­mario y la víctima también se superponen en el relato. Así, oscila en el uso de la primera y la tercera personas gramaticales para identificarse o distanciarse de los crímenes de las instituciones eclesiástica y militar, o para erigirse como héroe en la lógica senderista. Asimismo, busca construir la «santidad» en la exaltación de virtudes cristianas como el «perdón». De esta manera, con su relato, avala o se aleja de las políticas que intentan disimular la intervención funesta de las FF.AA. que puede inscribirse en el terrorismo de Estado y que negó la ciudadanía de los campesinos. En estos tiempos signados por el giro subjetivo, la autobiografía de este «solda­do desconocido» da cuenta de cómo, al configurarse una compleja memoria personal que superpone diferentes lenguajes e identificaciones, se constru­ye una memoria colectiva. Memoria que, al igual que tatuajes superpuestos en el cuerpo, se construye yuxtaponiendo recuerdos en la nación. Memoria politizada, resultado de luchas que se desencadenan para configurar el relato dominante. De allí que en el relato de Lurgio convivan las versiones del PCP, las FF.AA., la iglesia y la universidad que se encuentran batallando a través de silencios, omisiones, ambigüedades y formas testimoniales. Bibliografía Agüero, J. C. (2015): Los Rendidos. Sobre el don de perdonar. Lima: IEP. Arfuch, L. (2010): El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea. Buenos Aires: FCE. Bajtín, M. (2008): Estética de la creación verbal. Buenos Aires: Siglo XXI. Candau, J. (2002): Antropología de la memoria. Buenos Aires: Nueva Visión. Chlimper, H. (1999): «Mi secuestro». En: El umbral del milenio. Lima: Sidea. Comisión de la Verdad y la Reconciliación (28/8/2003): Informe final. http:// www.cverdad.org.pe/ifinal/ (30-12-2012). Cornejo Polar, A. y L. F. Vidal, (comps.) (1984): Nuevo cuento peruano. Antología. Lima: Mosca Azul Editores. Ezcárzaga, F. (2001): «Auge y caída de Sendero Luminoso». En: Bajo el volcán. Revista de posgrado de sociología. Segundo semestre, ano/vol. 2, número 003. Puebla: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 75- 97. Flores Galindo, A. (2001): «La tradición autoritaria. Violencia y democracia en el Perú». En: Los rostros de la plebe. Barcelona: Crítica, 165- 194. Gavilán Sánchez, L. (2012): Memorias de un soldado desconocido. Autobiografía y antropología de la violencia. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. Jiménez, E. (2009) [2005]: Chungui. Violencia y trazos de memoria. Lima: IEP, COMISEDH y DED-ZFD. Roncagliolo, S. (2007): La cuarta espada. La historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso. Buenos Aires: Debate. Sarlo, Beatriz (2007): Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión. Buenos Aires: Siglo XXI. Sklodowska, E. (1992): Testimonio hispanoamericano. New York: Peter Lang. Stern, S. (ed.) (1999): Los senderos insólitos del Perú. Lima: IEP-UNSCH. Ubilluz, J. C., A. Hibbett y V. Vich (2009): Contra el sueno de los justos: la literatura peruana ante la violencia política. Lima: IEP. Vargas Llosa, M. (2010) [1993]: Lituma en los Andes. Buenos Aires: Planeta. Vich, V. (2015): Poéticas del duelo. Ensayos sobre arte, memoria y violencia política en el Perú. Lima: IEP. Betina Campuzano National University of Salta Tattoos in the Memory: Autobiography and Violence in Contemporary Peru Keywords: subjectivity, testimony, autobiography, violence, Peru. Over the past years, testimonial forms have become “icons of truth”, that is to say, a resource to reconstruct recent memory (Sarlo, 2007). Contemporary to the so called linguistic twist, a subjective twist towards the use of the first person as the dominant form is taking place. Nowadays literary critics, historians, and ethnographers interested in popular culture are focusing on daily life. In other words, they study “normal” people who are the protagonists of trans­gressions and interchanges. Thus, rather than structures, what really matters is the subject, his identity and his reaffirmation. We propose to analyze the Lurgio Galván Sánchez’s Memories of an unknown soldier. Autobiography of violence (2012), which is the story of a Quechua speak­ing peasant who attended or participated in the country’s dominant institu­tions, such as, the guerrilla, the army, the church, and the university, during the outburst of violence occurred in Peru in the course of the ‘80s and ‘90s. We will examine, using discourse, how these institutions struggled to impose a hegemonic account on past events and also to identify the mechanisms these institutions devised in order to prolong the violence from the time of the colonial conquest. Since then, many subjectivities and stereotypes have been created, giving rise to exclusions and aggressions, which have been cyclically imprinting indelible tattoos on the national body right up to the present day. Betina Campuzano Državna univerza v Salti Vtetovirano v spomin: avtobiografija in nasilje v Peruju v zadnjih letih Kljuène besede: subjektivnost, spomin, avtobiografija, nasilje, Peru V zadnjem èasu so prièevanjske oblike v književnosti postale »ikona resnice« oziroma naèin rekonstrukcije nedavnega spomina (Sarlo, 2007). Hkrati z je­zikovnim izrazom smo prièa oèitnemu subjektivnemu izrazu pri rabi prve osebe, ki je dobila prednost. Literarni kritiki, zgodovinarji in etnologi, ki jih zanima popularna kultura, se osredotoèajo na vsakdanjost in na »normalne« posame­znike, ki kot protagonisti poosebljajo družbene odklone in izmenjave. Že dol­go jih ne zanimajo strukture, pomembni so posameznik, njegova identiteta in potrjevanje. Predstaviti želimo delo Memorias de un soldado desconocido. Autobiografía y an­tropología de la violencia (2012) avtorja Lurgia Gavilána Sáncheza. Gre za zgod­bo o kmetu, govorcu keèue, ki je imel v obdobju najhujšega nasilja v 80. in 90. letih v Peruju opravka z najpomembnejšimi institucijami (gverilo, vojsko, cerkvijo in univerzo). Na podlagi analize diskurza bomo preizprašali naèine, na katere so te institucije vzpostavile hegemonièni diskurz o preteklih dogod­kih in kateri vzvodi omogoèajo kontinuirano nasilje vse od èasov konkviste. Odtlej so se izgradile subjektivnosti in stereotipi, temeljijo pa na izkljuèevanju in agresiji, ki se ciklièno ponavljata in tako narodu neizbrisno vtetovirata v zavest podobe, ki obstajajo še danes. Eugenia Ortiz Gambetta DOI: 10.4312/vh.24.1.201-215 Universidad Nacional de La Plata, IdIHCS/CONICET La leyenda aborigen en la lírica de Juan M. Gutiérrez y Adolfo Berro Palabras clave: Adolfo Berro, Juan María Gutiérrez, leyenda aborigen, etnografía, literatura. 1 Introducción La atención de los letrados americanos del XIX sobre la herencia de la cultura aborigen para la construcción identitaria es un tema que ha sido estudiado desde diversos ángulos. En el contexto del Río de la Plata, el lugar del abo­rigen en el imaginario es particular por las características del poblamiento y distribución de los grupos nativos en el territorio, y por las campanas de exterminio de estos colectivos y las de inmigración europea que configuraron el blanqueamiento poblacional (Quijada, 2001: 57–92). Así y todo, también se han estudiado otros usos semánticos y simbólicos de lo aborigen, desde las propuestas de institución del incario durante la declaración de la indepen­dencia (Díaz-Caballero, 2005) hasta las más singulares y conocidas produc­ciones literarias, como el Tabaré (1888) de José Zorrilla de San Martín. En el contexto general latinoamericano, novelas, poemas y ensayos que reivindican las posibilidades simbólicas del aborigen en Argentina y la Banda Oriental serían muestras de una tendencia de idealización con tradición en los estudios literarios (Meléndez, 1961; González Stephan/Lasarte, 1995). Pero dentro de los sistemas de representación locales, son cuestiones aisladas en apariencia y dignas de revisar. Mientras que el pensamiento de Domingo F. Sarmiento, primero y, más tarde, el de José E. Rodó, consideran un tema prescindible la cuestión aborigen en la cultura rioplatense, Juan María Gutiérrez, por ejemplo, despliega a lo largo de su producción un interés significativo por los habitantes originarios del territorio y su cultura. En primer lugar, este interés por las notas distintivas de la voz, la lengua y la identidad americana aparecen en su discurso en el salón de Marcos Sastre y en su arraigada postura antihispánica (Ortiz, 2007) y, más tarde, en su trabajo América poética (1846) y sobre todo, en «De la poesía y la elocuencia de las tribus de América» y los poemas que se analizarán en este trabajo. Para Salto (2010) y Pas (2012), la atención filológica sobre las lenguas aborí­genes surge en Gutiérrez por la influencia de los trabajos y contactos con los letrados chilenos José Victorino Lastarria y Miguel de Amunátegui. Para Salto (2010), por ejemplo, la actitud de Gutiérrez era crítica con el tratamiento de las lenguas aborígenes por parte de las gramáticas de la conquista, y con la poetización de los mapuches hecha por Ercilla y encumbrada por Bello (2010: 3). Las fuentes leídas e integradas por Gutiérrez en su estudio filológico (los relatos de etnólogos y viajeros, y textos redescubiertos durante sus viajes por Chile, Perú y Ecuador) y el enfoque que le imprime a su ensayo tiene un pun-to de vista diferente en comparación con el de sus poemas de la década del 30. 2 Juan María Gutiérrez: cultura aborigen y documentos coloniales Gutiérrez es, como Vicente Fidel López, uno de los primeros argentinos que se interesaron por el pasado colonial del territorio. La labor recopiladora del napolitano Pedro de Ángelis, y su Colección de Obras y Documentos relativos a la historia antigua y moderna de las provincias del Río de la Plata, comenzada en 1836, así como los trabajos posteriores del periódico El Comercio del Plata, fue­ron aportes editoriales e historiográficos que les permitieron a los letrados rioplatenses tener un contacto directo con los testimonios sobre la conquista y colonización de su territorio. Además, en consonancia con el progresismo histórico y el romanticismo europeo, los textos del período colonial se convir­tieron en fuentes para la recreación de un pasado necesario para construir el acervo espiritual e identitario. Gutiérrez fue el responsable del redescubrimiento y de la edición del Arauco domado de Pedro de Ona (Rodó, 1965: 271), que también incluyó en el ensayo «Estudios biográficos y críticos de poetas sudamericanos anteriores al siglo XIX». Por otro lado, en el ensayo «De la poesía y la elocuencia de las tribus de América» hace un acercamiento muy novedoso sobre la mitología guaraní, y sobre la lengua de este pueblo y la de los araucanos o mapuches. Gutiérrez valora en este trabajo dos cosas: la calidad de las lenguas aborígenes y sus po­sibilidades expresivas. De éste se desprende que el estudio de las lenguas nati­vas facilitaría «encontrar los elementos ancestrales que permitieran anclar una literatura original, que en los términos de su argumentación implicaba inde­pendiente» (Salto, 2010: 2) y que de ellas surgía un valor que le otorgaría a los americanos «un modelo retórico virtual y, en gran medida, utópico» (Ibíd.). Este estudio filológico refleja, por un lado, la revalorización del patrimonio prehispánico. Si bien es una aproximación bibliográfica, reviste una importan­cia central. En primer lugar, porque lo que muestra es un diálogo intelectual con varios autores –seguramente, recomendado por sus amigos chilenos– por ejemplo, con Alcides D’Orbigny, y en segundo lugar, porque establece su pun-to de vista crítico y filológico al intentar desentranar las etimologías y los ru­dimentos de estos idiomas, ayudado por el Tesoro, el Vocabulario y la Gramática del jesuita Antonio Ruiz (Gutiérrez, 2006: 255–308). Además de este aporte, Gutiérrez trabaja en una tesis revalorizadora. Dialo­gando con los cronistas y con la perspectiva tradicional sobre las tribus de la región, plantea que los guaraníes y los araucanos tuvieron un desarrollo superior al estimado, que no eran pueblos tan guerreros ni antropófagos como se decía, y que esto se notaba especialmente en la belleza de su lengua y en la complejidad de su mitología. En el apartado sobre la mitología del pueblo guaraní, Gutiérrez glosa L´homme américain de D´Orbigny y da cuenta de un principio central de la antropología estructural del siglo XX y base de la teoría de los arquetipos de la mitocrítica actual: Pero nuestro propósito no es considerar a los indígenas bajo el aspecto de sus costumbres, sino como seres capaces de funciones intelectuales que honran a nuestra especie. Entre estas facultades, la de crear con la fantasía y animar con ficciones la obra de la naturaleza, atribuyéndola calidades y destinos puramente ideales, es la que más seduce y más hondo rastro deja en la historia de los pueblos que han desaparecido […] El recuerdo de esta nación culta y poética por excelencia, se nos presenta, casi sin quererlo, delante de las creaciones fabulosas de los habitantes primitivos de América, dándonos motivo esta rara asociación de entidades tan remotas, para admirar la analogía que existe en las concepciones humanas, por muy diversas que parezcan las civilizaciones, las sociedades y los climas (1940: 87-88). En suma, Gutiérrez consideraba que las leyendas de estas naciones tenían uni­dades narrativas y núcleos míticos similares a los de la cultura occidental. Y estas potencialidades argumentativas ya se aprecian en algunas de sus compo­siciones poéticas de su autoría y en la de algunos escritores orientales. 3 El poema de Centenera y la lira rioplatense La relectura del poema Argentina y conquista del Río de la Plata (1602), de Mar­tín del Barco Centenera, tiene una significativa resonancia histórica y literaria durante el siglo XIX. Además de proveer de toponimia de un país (Rosenblat, 1964), es uno de los documentos coloniales más citados y reelaborados en la menguada producción literaria de la región entre las décadas del 30 y 50, y está, para Gordon Brothertson (2010), en la génesis no declarada del poema épico de Zorrilla de San Martín, Tabaré. A partir de esta tesis, analizaré el proceso de poiesis de este hipotexto en dos poemas de Juan María Gutiérrez y en uno de Alfredo Berro. En concreto, me centraré en el trasvase y transformación de las leyendas aborígenes de los textos coloniales en el género lírico de estos dos románticos rioplatenses. Si bien estos poemas deben ser considerados más como ejercicios de primeras letras que como obras cabales, me parece interesante ver cómo se integran las leyendas en el imaginario regional. 3.1 «Caicobé» Esta composición, que aparece reunida en la edición de sus poesías completas, tiene como subtítulo el sintagma «leyenda guaraní». Está dedicado al doctor Florencio Varela e incluye dos epígrafes que cuentan de la fuente y la moti­vación temática de la leyenda. La fuente, por supuesto, la Argentina de Cen­tenera. Gutiérrez elije de entre sus asuntos una pequena alusión a la planta sensitiva, también llamada caicobé, para explayar una leyenda que el arcediano no desarrolla. La fuente se concentra en estos versos: «Un árbol hay pequeno de la tierra / Que tiene rama y hoja menudita: / En tocando la hoja ella se cie­rra, / Y en el puno se pone muy marchita» (Centenera, 1912: 17r). El segundo epígrafe, pues, consiste en tres versos originales pertenecientes a Jean-Anto­ine Roucher, poeta francés antirrevolucionario. El fragmento poético refiere a una soledad rodeada por el reino vegetal, al pudor femenino franqueado y la muerte o el final de su naturaleza como consecuencia, alusiones que encuadran con la historia desarrollada en el poema1 . Gutiérrez toma el término guaraní caicobé para denominar al arbusto mimo­sa sensitiva, una especie vegetal americana descrita por Linneo e incluida en su Species Plantorum, cuyo origen es el Brasil. La llama por su nombre abori­gen y va a establecer una metáfora directa para elaborar la leyenda basada en las características de la planta y en su etimología. Según la referencia léxica que el mismo autor hace en «Algunas observaciones sobre las lenguas guara­ní y araucanas», comenta que la partícula cai significa mono, pero también la acción de estos animales de taparse la cara y agrega «lo han tomado por aver­gonzarse» (Gutiérrez, 1943: 143). Es decir, la sensitiva es una especie que se avergüenza, que se cierra al contacto o percepción de seres vivos cercanos. Es interesante cómo Gutiérrez insinúa esta explicación filológica, a la manera de San Isidoro de Sevilla y sus etimologías, y no en la de su hipotexto, ya que Centenera establece una para el nombre indígena:«Caycobe se llama, y es tenida / por viva yerba y nómbranla de vida» (Centenera, 1912: 17r). Y en nota: «La yerbaviva llamada Caycobé, ‘ca’ significa ‘yerba’ y ‘cobé’, ‘que vive’» (nota 17r.), definición seguida por Juan Zorrilla de San Martín en su glosario del Tabaré (1943: 247)2. Gutiérrez no sigue, así, la etimología. Trabaja en base a analogías para recrear el posible origen mitológico de esta planta tan particular. Por su parte, el arcediano hace referencia a la planta sensitiva como parte de una descripción fabulosa propia de la tradición discursiva de los documentos de la conquista. La sensibilidad de una planta, así como las costumbres de los papagayos y la habilidad de un oso hormiguero para matar a un tigre (Cente­nera, 1912: 17v,18r) son relatados en el poema más como una tipificación del espacio americano que como fuente referencial. Desde esta ficcionalización de la experiencia, el poeta del siglo XIX elige el formato de una metamorfosis. La «indiana morena» aparece al comienzo en la figura de las huellas que se dejan en la arena. La alusión de esta sinécdoque ya nos prepara para el futuro etéreo de la mujer. Ella, a su vez, cubierta sólo de plumas, huye de dos hom­bres que la persiguen. En este escenario se mezclan el mundo referencial –los hombres son dos soldados espanoles de la conquista– y el mundo mítico, ya 1 «A solas entre las flores, frente al hombre temeroso; / Sin duda ello te recuerda que mortal otra vez / Se desconoció la voz de tu joven pudor» (Gutiérrez, 1869: 113). 2 En consonancia con esta ficción etimológica, es curioso que el crítico argentino considerara al guaraní una lengua «verdaderamente muerta para nosotros, a pesar de que se habla en una porción considerable del territorio argentino» (Gutiérrez, 1943: 129–130). que la morena es esposa del sol, la divinidad, que «teme perder del seno / un joya misteriosa / talismán contra el veneno / de la sierpe danosa» (Gutiérrez, 1869: 114). La alusión del temor a la pérdida, en el contexto de una persecu­ción, nos ubica inmediatamente en una descripción sensual: se está hablando de un acoso sexual a una inocente. Las alusiones etéreas y carnales se alternan, como es habitual en la descripción romántica de los aborígenes –«parece una nube pintada» (Ibíd.) y «lleva las trenzas caídas» (Ibíd.); «el ajitado seno / ardiente como el verano / matador como el invierno» (1869: 115)– e insinúa el doble plano de acción de la historia. Por un lado, la india perseguida es por sí misma un objeto de seducción, una mujer atractiva, y por otro lado, es un ser inocente, esclava, porque se encuentra sobre la tierra rendida y atada como una gama (1869: 118). En medio de esa impotencia en la persecución –una suerte de batalla en clave femenina– la mujer implora al dios Sol que, como esposa suya, se apiade de ella y la salve transformándola en un ser de la naturaleza: «Cámbiame en rayo de tu luz pintado / en mariposa que tu luz refleje, / en árbol por la brisa aca­riciado / o en tórtola amorosa que se queje». (1869: 117). Durante la plegaria, el sol se mantiene hierático y parece no responder. Los hombres avanzan: uno de ellos, hijo de Andalucía, de fuertes brazos y la amenaza con «una ancha espada que aterra» (1869: 119). Pero entonces se produce el milagro: la noche cae abruptamente, y el soldado, despavorido, «creyendo que Dios le ciega/para que en pecar no insista» (Ibíd.), se postra en tierra y no cumple su cometido. La ceguera del deseo se transforma en ceguera como castigo del Dios cristiano y del dios Sol de la india, ya que se retira y lo hace perder. La interpretación moralista decimonónica es curiosa en un espacio de leyenda. Aquí se entrelaza el sistema de creencias cristiano y el pagano sin inconvenien­tes. En seguida, surge el árbol «nunca visto en el desierto» (1869: 120). Con de­sierto, por supuesto, el yo lírico asume la realidad pampeana. Y, a su vez, empal­ma dos momentos, el histórico –de la conquista– y el mítico, la creación de una planta. Caicobé, la india, se convierte en la árbol, un vegetal que guarda dentro un tesoro: «pero así que la mano / toca en sus hojas o el aliento humano / las hojas se enrojecen / y púdicas se cierran y estremecen» (Ibíd.). La derivación del movimiento de cierre de las hojas a la deducción axiológica del pudor, con­vierten a la leyenda no sólo en una representación cosmogónica –la creación de los seres de la naturaleza– sino también en una pauta de civilización. Este poema confirma las apreciaciones de Gutiérrez sobre el grado de re­finamiento de los pueblos guaraníes (por la inclusión de mitologías y pensamiento elaborado en ellos), y a él le suma la caracterización de una mujer pudorosa y el discurso de una conquista violenta que le dio la espalda a la sensibilidad divina. Hay, por supuesto, un código amatorio implícito di­rigido a una lectora femenina a la que por primera vez se le pide identificarse con una mujer aborigen. En esto radica, por ejemplo, el carácter universal de ciertos principios e ideas, como sostiene Gutiérrez en sus ensayos sobre las etnias originarias. Por supuesto que esta recreación de un mito guaraní se encuadra con la ten­dencia romántica de la recreación de un aborigen no real, con el rescate e idealización de antiguas razas perdidas que le dan un sustento cultural a los re­cientes proyectos nacionales. Y el tipo de leyenda se concentra en las historias de metamorfosis vegetales o almas externadas en plantas, cuya significación intracultural fue estudiada en la tradición occidental por varios autores desde Frazer (1981). Otras leyendas de la tradición regional reelaboradas en el siglo XIX es la le­yenda charrúa Cabarí (circa 1848), de Ramón de Santiago, que explica el naci­miento de la planta mburucuyá o pasionaria; La chiriguana (1879) de Josefina Pelliza de Sagasta que convierte a sus amantes en emanación sobre el río. En el caso de Cabarí, también la metamorfosis se produce con el exterminio de la raza, pero durante el siglo XVIII. El tiempo debe ser, en el nivel de la repre­sentación, lo más alejado posible al siglo XIX. 3.2 «Irupeya» Este otro poema de Gutiérrez también recrea una historia de persecución de una india. El marco de la historia es contada alrededor de un fogón. El per­sonaje es Don Gonzalo de Alama, soldado de los primeros conquistadores del Río de la Plata. A su llegada a las playas, Irupeya, una india de quince anos, se esconde entre las canas. Aquí de nuevo se ensaya la etimología del nombre, ya que Irupeya se traduce como «torcaza» o «paloma», y es un mito del que no se declara fuente. De todos modos, es singular la similitud léxica entre Yrupeya e Irupé, la flor acuática, e incluso con Liropeya, la de la historia recreada por Berro que analizaremos a continuación. Yrupeya es descrita en versos octosí­labos con todas las gracias propias de las bellezas exóticas idealizadas «flexible talle», «suave piel tostada» y se le agrega otra referencia prosoprográfica sen­sual: «El cabello en ondas lisas / le tapizaba la espalda / único velo tendido / sobre sus picantes gracias» (1869: 125). Luego de este esquema: relato enmarcado, presentación de la mujer, aparición del mancebo que se deslumbra con ella, irrumpe el ritmo y la secuencia otros soldados forajidos que la raptan: «Sobre los hombros robustos / que bárbaros la robaban / cual melancólica luna / que lucha con nubes pardas» (1869: 128). La india se desmaya, como era habitual en la mujer raptada, y la llevan al barco. Es decir, la imagen emblemática de la cautiva blanca de Echeverría es, en el poe­ma de Gutiérrez, una india. El soldado de intenciones puras se rebela contra la barbarie de los otros, pero no tarda en llegar el castigo: «Una tribu toda entera / llegó clamando venganza» (1869: 131). Aquí es curioso cómo los indios que vienen en busca de su doncella no son las hordas salvajes de «La cautiva», sino desdichados hombres que quieren luchar con piedras y escamas contra las ar­mas del espanol. Y además, el yo lírico apunta a que su única malla, su única protección era «la primitiva inocencia / que tanto vigor da al alma» (Ibíd). 3.3 «Yandubayú y Liropeya» Los hipertextos del poema de Centenera producidos en el siglo XIX constitu­yen un ejemplo claro de existencia de un sistema literario común compuesto por autores, obras, revistas y círculos de una y otra banda del Río de la Plata. Especialmente esto se dio durante los anos del exilio de varios miembros de la generación del 37 en Montevideo, entre 1838 y 1843. El período se podría extender también, como sostiene Zum Felde (1985: 111–158), hasta el final de la Guerra Grande (1851) y los comienzos del sitio de Montevideo. En estos anos, se produjo una amistad intelectual muy fructífera entre los exiliados (Juan M. Gutiérrez, Juan Cruz y Florencio Varela –los patronos del grupo y de los primeros en exilarse–, José Mármol, Miguel Cané, Esteban Echeverría, Luis Domínguez) y los orientales Adolfo Berro, Andrés Lamas y Juan Carlos Gómez, siempre cerca del respetado Francisco Acuna de Figue­roa. Entonces se concretó, sin temores a borrones de identidad, una verdade­ra comunidad literaria, lejos de las inquietudes nacionalistas que aparecieron después. Las influencias de un prematuro y apenas definido romanticismo, sumado a la tradición clásica que seguía vigente en la forma lírica, por ejem­plo, conformaron un movimiento cultural e ideológico, caldo de cultivo para muchos aportes posteriores. A mi entender, el interés por la lectura del arcediano se traslada en el exilio a los autores orientales. Los portenos les hacen descubrir este texto como em­blema originario sobre los acontecimientos históricos y los datos etnográficos de los pueblos originales de la Banda Oriental. En Adolfo Berro (joven poeta oriental que muere a los 22 anos y que fue motivo y emblema de melancólicos homenajes), se plasman los incipientes intereses del romanticismo rioplatense y los ensayos de métrica. En las historias de la literatura uruguaya siempre se ha mencionado a este jo­ven autor, de breve trayectoria pero de gran representatividad (Roxlo, 1912; Bauzá, 1953; Rama, 1968; Real de Azúa, 1968). De a poco comienza a vincu­larse a Berro como un despunte del romanticismo, que luego tuvo su manifes­tación epigonal en Tabaré. Así, hay que entender la breve obra de Berro, los esbozos versificadores de Juan Carlos Gómez, la obra de Ramón de Santiago, Pedro Bermúdez y de Florencio Escardó, como muestras del acercamiento de la literatura a los temas protoculturales del territorio. Berro recrea en su poema «Yandubayú y Liropeya (ano de 1574)» (1840) la historia trágica de los amantes charrúas donde un soldado espanol, Carvallo, atenta contra la consumación de su relación. La historia, según se sabe has­ta hoy, está tomada de la imaginación de Centenera, y bajo la inspiración de Glaura y Tegualda, la pareja de La Araucana; aunque, según Rodó, el romance charrua es más interesante que su predecesor (Rodó, 1965: 315). Lo cierto es que la historia de Centenera es muy sugerente e incluye, coheren­te con su discurso de sesgo crítico sobre la figura de los conquistadores, una versión de la historia desde el punto de vista del indígena. Así y todo, aunque se trate de una adanización del colectivo, la opción de contar los anhelos de un espanol sobre una indígena, a la inversa que los sucesos de Lucía Miranda acosada por Siripó y Mangoré, es una perspectiva sutil3. Aún lo es más cuando esta historia atraviesa, con algunas variaciones argumentales, la cultura uru­guaya: la historia se reelabora en el drama El charrúa (1853) de Pedro Bermú­dez, en la novela Abayubá (1873) de Florencio Escardó y en la ópera Liropeya (1912) del compositor León Ribeiro4 . El comienzo del poema de Berro es también una persecución pero, en este caso, hecha por soldado Carvallo a Yandubayú. Berro es quien respeta mejor el nombre original del indio de la historia de Centenera, Yanduballo, ya que las siguientes elaboraciones adjudicaron el nombre del amante de Liropeya el de Abayubá, otro personaje de Centenera. De todos modos, el punto de la 3 Me refiero al episodio que aparece en la Argentina manuscrita de Ruy Díaz de Guzmán de 1612. Sobre este tema, ver: Lojo (2007), Guérin (1990) y Ortiz Gambetta (2013, 181–189). 4 Existe también un drama en verso titulado Liropeya escrito por Mercedes Pujato Crespo (.?-1954), autora santafecina, publicado en 1929. historia elegida por Berro es esa instancia, y el interés repentino de Carva­llo hacia Liropeya, cuando su prometido Yandubayú está a punto de matar al espanol. En esta composición se evita el tema del abuso sexual de la india por parte del espanol, y la muerte del indio se da en manos de Carvallo por la codicia de éste hacia su salvadora. La joven muere en seguida por sus propias manos, con la espada conquistadora, y su cuerpo cae sobre el de su prometido «de castos amores» (Berro, 1864: 147). No hay venganza de los indios sobre Carvallo, como en las otras obras, no hay mancillamiento; sólo un acto injusto e inmere­cido. La densidad lírica se encuentra en la trágica muerte de los dos amantes, y en consonancia con la lógica real de la conquista. Aunque, nuevamente, la enamorada charrúa se representa y mantiene los valores propios de una dama decimonónica cristiana, muere maldiciendo al cruel europeo. 4 Conclusiones La consideración de estas tres composiciones nos permite senalar que el poe­ma épico Argentina y conquista del Río de la Plata es su hipotexto y, por ello, un documento de función significadora en la cultura rioplatense. Así, uno de los ejes que permitió el desarrollo expresivo de la realidad americana y la tradi­ción local fue la recepción del poema del arcediano. A partir de él, comienza a trazarse lo que Teresa Porzecanski (2000) denomina «mitología de la ausen­cia» (55) en relación a las colectividades charrúa, guaraní y aborigen en gene­ral, en los discursos modelizadores de la ficción portena y oriental. Desde el punto de vista de un sistema en común, con las variantes ideológicas y las diversas acciones militares sobre los pueblos originarios (la matanza de Salsipuedes de 1831 y la Campana del Desierto y sus antecedentes argentinos), éstos y otros autores demostraron un interés de reescritura sumamente inno­vador. En su caso, Gutiérrez completa su mirada con la labor de investigación histórica sobre las mitologías, las costumbres y el nivel cultural de varias na­ciones aborígenes, en las que refuta lugares comunes aceptados en su época. Por su parte, Berro se presenta como el iniciador de una temática que tiene tres representaciones posteriores. Hay, en estas composiciones líricas del primer romanticismo rioplatense, una combinación de elementos muy sugerentes que supera la mirada ingenua hacia el pasado y el amor por la leyenda y la tradición de un grupo de poetas filo­románticos. Al leer y reescribir el poema de Centenera, hay una decisión de trabajar sobre los aspectos lejanos, desconocidos y conscientemente negados del proyecto civilizador y europeísta del pensamiento liberal. Otros intereses convivían con las hordas salvajes de Echeverría y la mirada despectiva de otros contemporáneos sobre el elemento indígena. El tema del aborigen en la cultu­ra criolla ha tenido un espacio escaso y significativo que habría que entender como una tendencia y no como fenómenos aislados. Por último, queda la pregunta por la autenticidad cultural de estas leyendas y por la existencia de su cercanía con algún sustrato mítico guaraní y charrúa; una labor que seguramente hará aportes a la cuestión de la transculturación en este sistema literario. Bibliografía Bauzá, F. (1953): Estudios literarios. Montevideo: Biblioteca Artigas. Berro, A. (1864): Poesías de Adolfo Berro, Andrés Lamas (ed.). Montevideo: Imprenta tipográfica a vapor. Brothertson, G. (2010): «La América de Rodó: sus banderas y sus silencios». En Centro Virtual Cervantes: http://bib.cervantesvirtual.com/FichaObra. html?Ref=35150&portal=351 (29–07–2014). Gutiérrez, J. M. (1869): Poesías. Buenos Aires: Imprenta y Librería de Mayo. Gutiérrez, J. M. (1940): Críticas y narraciones. Buenos Aires: Jackson (Grandes escritores argentinos, 22). Gutiérrez, J. M. (1940): Escritos históricos y literarios. Buenos Aires: Jackson (Grandes escritores argentinos, 48). Díaz-Caballero, J. (2005): «El incaísmo como primera ficción orientadora en la formación de la nación criolla en las Provincias Unidas del Río de la Plata». En: A contracorriente, 3, n°1, 67-113. Frazer, Sir J. (1981): La rama dorada. Magia y religión. México: Fondo de Cultura Económica (trad. E. y T. Campuzano). González Stephan, B.; Lasarte, J.; Montaldo, G.; Daroqui, M. J. (Comps.) (1995): Esplendores y miserias del siglo XIX. Cultura y sociedad en América Latina. Caracas: Monte Ávila Editores. Guérin, M. (1990): «Discurso histórico y discurso ficcional en La Argentina de Ruy Díaz de Guzmán», Revista Río de la Plata, 11/12, 67–75. Lojo, M. R. (2007): «Introducción». En: Mansilla, E., Lucía Miranda. Madrid/ Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert, 11–137. Meléndez, C. (1961): La novela indianista en Hispanoamérica, 1832-1889. Río Piedras: Universidad de Puerto Rico. Ortiz Gambetta, E. (2007): «Juan M. Gutiérrez y la recepción de la literatura espanola en la generación argentina de 1837». En: Trujillo Maza, Ma. C. (Dir.), Lectores, editores y audiencia. La recepción en la literatura hispánica. Barcelona/Vigo: ALEPH/Universidad Autónoma de Barcelona/Academia del Hispanismo, 433–438. Ortiz Gambetta, E. (2013): Modelos de civilización en la novela de la Organización Nacional (1850-1880). Buenos Aires: Corregidor. Pas, H. (2012): «.Ecos de Lautaro? Las lenguas indígenas como patrimonio cultural del nacionalismo criollos en el siglo XIX». En: Anclajes, diciembre, 73–92. Pelliza de Sagasta, J. (1877): “La chiriguana”. En: Novelas americanas. Regalo de La ondina de Plata a sus suscriptores de 1877. Buenos Aires: Imprenta y Administración La Ondina del Plata, 7-32. Porzecanski, T. (2000): «Indios, africanos e inmigrantes europeos: la búsqueda del origen en los nuevos discursos del imaginario uruguayo». En: Catálogo de la exposición“Como el uruguay no hay”. Montevideo: MMJMB, 84–100. Rosenblat, A. (1964): El nombre de la Argentina. Buenos Aires: Eudeba. Rama, A. (1968): Historia ilustrada de la civilización uruguaya, vol II. Montevideo: Arca. Real de Azúa, C. (1968): «Los clasicistas y los románticos». En: Capítulo Oriental. La historia de la literatura uruguaya. Desde los orígenes al novecientos. Montevideo: CEDAL. Roxlo, C. (1912): Historia crítica de la literatura uruguaya. Montevideo: Barreiro y Ramos. Rodó, J. E. (1965): “Juan María Gutiérrez y su época”. En: El mirador de Próspero. Montevideo: Biblioteca Artigas (Colección de clásicos uruguayos, 30- II), 229–335. Salto, G. (2010): “Somos un pueblo sin recuerdos. Las propuestas de independencia literaria”, En: Pilquen, 12: 1–9. Santiago, R. de, (s/f.): “Cabarí” (transcripción paleográfica de Alejandro Gortázar): http://www.fhuce.edu.uy/index.php/letras/seccion-de-archivo archivo-y-documentacion-del-instituto-de-letras/acervo-documental/ miscelaneas/582-santiago-ramon-de (29–07–2013). Zorrilla de San Martín, J. (1943): “Índice alfabético de algunas voces indígenas empleadas en el texto”. En: Tabaré. Leyenda patria. Montevideo: Claudio García, 247–259. Zum Felde, A. (1985): Proceso intelectual del Uruguay. Del coloniaje al romanticismo. Montevideo: Librosur, 111–146. Eugenia Ortiz Gambetta National University of La Plata Native Legends in Juan María Gutiérrez and Adolfo Berro´s Poetry Keywords: Adolfo Berro, Juan M. Gutiérrez, native legends, ethnography, literature. This paper aims to consider how Caicobé and Liropeya´s legends had fiction­alized in Adolfo Berro´s “Yandubayú y Liropeya (ano de 1574)” (1840) and Juan M. Gutiérrez´s “Caicobé” and “Irupeya” (1843). These pieces are linked to other poems, plays and novels from Argentina and Uruguay. All of its was based on the work Argentina y conquista del Río de la Plata (1602) by M. del Barco Centenera and use its ethnographic topics to construct the River Plate identity. These works make up the imagery of the “mythology of absence” in relation to the Charruas and Guarani people, modeller speeches of Buenos Aires and oriental fiction. Eugenia Ortiz Gambetta Državna univerza v La Plati Staroselske legende v liriki Juana M. Gutiérreza in Adolfa Berra Kljuène besede: Adolfo Berro, Juan María Gutiérrez, staroselske legende, etnografija, književnost Glavni namen prispevka je predstaviti povezavo med predelavami zgodbe o Caicobéju in Liropeyi v pesmi Adolfa Berra Yandubayú y Liropeya (ano de 1574) (1840) ter pesmih Caicobé in Irupeya (1843) Juana M. Gutiérreza. Ta besedila so tesno povezana z drugimi urugvajskimi in argentinskimi deli 19. stoletja, ki bodo upoštevana pri analizi, toda najveè pozornosti bo namenjene pesnitvi Argentina (1602) arhidiakona Martína del Barca Centenera, saj gre za hipotekst in glavni etnografski vir. V izoblikovanju argentinske in urugvajske literarne tradicije ta dela predstavljajo imaginarij »mitologije odsotnosti« za ljudstva Charrúa, Guaraní in staroselske skupnosti nasploh. Felipe Oliver DOI: 10.4312/vh.24.1.217-229 Universidad de Guanajuato Alejandro Zambra. El cultivo del relato literario. Palabras calve: Alejandro Zambra, bonsái, literatura chilena, metaficción, nouvelle. La publicación en 2006 de Bonsái, situó de inmediato al chileno Alejandro Zambra como uno de los escritores jóvenes más representativos de la literatura hispanoamericana contemporánea. En efecto, a sólo unos meses de su publica­ción, Bonsái recibió en el 2007 los dos premios literarios más importantes que concede la nación cordillerana; el Premio de la Crítica de Chile, y el Premio del Consejo Nacional del Libro, además de quedar como finalista del Premio Altazor el mismo ano, y del Best Translated Book en el 2008. Como dato adi­cional, la novela fue publicada por Anagrama, lo que sin duda constituye ya un logro significativo tratándose de una primera novela escrita por un autor de treinta anos. Ahora, si algo distingue a esta obra es la simplicidad absoluta en lo relativo al argumento en oposición a una enorme riqueza plástica y un nutrido diálogo con referencias intertextuales. Dicho con otras palabras, la novela renuncia de antemano a la elaboración de una trama compleja capaz de generar intriga, pero seduce al lector gracias a una sugerente simbolización que dota a la narración de una profundidad que contrasta con la simplicidad de lo narrado. En ese sentido el título adquiere especial relevancia pues sugiere un paralelismo entre la complejidad técnica del relato literario con la ancestral práctica oriental del cultivo de árboles y plantas. Este trabajo pretende enton­ces una lectura de la novela de Zambra a la luz del bonsái, símbolo sugestivo que dota al relato de una gran complejidad estilística que contrasta con su simplicidad argumental. Al final ella muere y él se queda solo, aunque en realidad se había quedado solo varios anos antes de la muerte de ella, de Emilia. Pongamos que ella se llama o se llamaba Emilia y que él se llama, se llamaba y se sigue llamando Julio. Julio y Emilia. Al final Emilia muere y Julio no muere. El resto es literatura: (Zambra, 2006: 13). Con estas palabras inicia la novela. El párrafo inaugural, está claro, resume toda la información: la heroína, Emilia o cualquier otro apelativo que el lector decida otorgarle, muere y Julio se queda solo. Implícitamente el lector recibe además otro dato no menos significativo y desalentador: se trata de una his­toria de amor irremediablemente frustrado. Esta primera entrada enmarca el texto dentro de ciertas coordenadas genéricas, ya muy desgatadas por lo de­más, y de paso adelanta el final, desterrando cualquier posibilidad de misterio. Al parecer, Zambra no estaría en desacuerdo con Jorge Luis Borges cuando el argentino afirmó que escribir novelas es ocioso e inútil pues basta con resumir el argumento en un par de oraciones. Sin embargo, algo hay de perturbador en la última oración: «El resto es literatura:» (Zambra, 2006: 13). Una pe­quena aclaración, la oración no termina con un punto final sino con los dos puntos. A continuación hay un espacio en blanco tan evidente y deliberado que es imposible no advertirlo. El texto recomienza entonces después de dos marcas textuales claras e intencionadas, los dos puntos y el espacio en blanco. Considerando estos datos, el párrafo inaugural cobra un nuevo sentido como una advertencia que rompe con el pacto mimético. Lo que leerá el lector a continuación es ficción, una trillada historia de amor en donde los «hechos» carecen de importancia, no en vano ya ha sido dado a conocer el desenlace. Por consiguiente, el foco de interés se centrará en lo sucesivo en el artificio, no en lo que se cuenta sino en el cómo se cuenta. El bonsái como un símbolo que soporta la narración comienza a cobrar sen­tido. La ancestral técnica oriental consiste en cultivar árboles y reducir drás­ticamente su tamano mediante distintas técnicas. Si acaso vale la expresión, se trata de una arboricultura de lo mínimo. Principio que Zambra pareciera trasladar al texto literario al construir una novela cuya extensión total no al­canza las cien páginas, en la que los personajes apenas si han sido delineados, y en donde el argumento es de una simpleza tal que es resumible en un sólo párrafo. En palabras de Álvaro Enrigue, Estamos con este libro, entonces, ante una doble negación: la novela como género épico ya no tiene el menor interés y la muerte no es narrable. O desde otro punto de vista: si los valores ya cambiaron y ninguna muerte es prestigiosa – por amor, por servicio, por valentía- la novela como género es sólo personal; ya no cuenta el fragor de las vidas ejemplares, sino la tímida medianía de los que enfrentan sin gestos vistosos el momento definitivo de sus vidas; un paso más allá -paso al abismo- de la desmitificación que proponía Ortega y Gasset como sentido novelesco. (2007: 77) .Qué queda entonces para la novela? Una vez más, el artificio, la posibilidad de construir un bonsái cuya nimia extensión, personajes sin profundidad psi­cológica, argumento trillado y simplicidad estructural, sea contrarrestada por una riqueza intertextual e ingeniosos juegos metaficcionales que posibiliten por un lado el diálogo con múltiples obras literarias emanadas de distintas tradiciones, y por el otro que reflexione sobre la futilidad misma del proceso creativo. Y es en este punto que la arboricultura oriental como un soporte del texto literario redondea su utilidad y efectividad. El bonsái es por prin­cipio una práctica contranatural. El simple hecho de injertar un árbol en un espacio regulado para posteriormente guiar su crecimiento, cuidando en todo momento no exceder ciertas dimensiones risibles, supone suplantar a la natu­raleza por la intervención artesanal del hombre. La poda posterior destinada a simular o evocar una determina escena confirma el simulacro, la intervención del artista en la construcción de un artificio. No nos confundamos: el árbol es real, pero las condiciones en las que subsiste no, por lo que se trata de un objeto artificial en el sentido en que ha sido adulterado. Y son justamente estos procedimientos de injerto, poda y simulacro en los que Zambra encuentra una traducción del oficio literario. Ahondemos en esta dirección. Cerca del final del Bonsái, el reconocido escritor Gazmuri contrata a Julio para que transcriba en ordenador el borrador de su última novela, una historia personal sobre un hombre que accidentalmente se «entera que una polola de juventud ha muerto» (Zambra, 2006: 67). Un dato importante, Gazmuri se obstina en escribir con puno y letra sobre el papel, siendo esa la razón por la que necesita de los servicios de Julio. Pero este último en lugar de transcribir las palabras de Gazmuri, comienza a escribir su propia novela simulando que transcribe la obra de Gazmuri. Y la «novela» de Julio se titula precisamente Bonsái, a la que el propio Julio define con las siguientes palabras: En Bonsái prácticamente no pasa nada, el argumento da para un cuento de dos páginas, un cuento quizá muy no muy bueno […] .Los personajes? […] Él y Ella, Huacho y Pochocha, no tienen nombres y a lo mejor tampoco tienen rostros. El protagonista es un rey o un mendigo, da lo mismo. Un rey o un mendigo que deja ir a la única mujer que realmente ha amado. (Zambra, 2006: 76) Dentro de la novela Bonsái escrita por Alejandro Zambra, un personaje ficticio escribe un texto titulado Bonsái que remeda a la obra de Zambra. La similitud es tan deliberada que incluso en las páginas finales de la novela Julio pinta un bonsái sobre una hoja de papel, y el dibujo coincide con la portada del libro: 1. Bonsái pintado por Julio dentro de la ficción 2. Portada de la novela Bonsái de Alejandro Zambra Se trata, desde luego, de un recurso frecuente en la metaficción que Lucien Dällenbach (1991) define como «puesta en abismo» (mise en abyme) y que consiste justamente en duplicar la ficción dentro de la ficción misma, como en un juego de espejos en donde el reflejo de un objeto se prolonga infini­tamente en otro reflejo. Recurso del que Zambra no sólo es consciente, sino que lo remarca explícitamente al senalar que «es un árbol es precipicio». Abismo y precipicio, vocablos tan cercanos que pueden ser utilizados como sinónimos. «Todo enclave que guarde relación de similitud con la obra que lo contiene» (Dällenbach, 1991: 61) se convierte entonces en una puesta en abismo que dota de niveles de profundidad ficcional a la ficción misma, como el árbol/relato dibujado por Julio. .Zambra escribe a Julio o Julio escribe a Zambra? El problema se complica si consideramos que Julio reescribe lo que supone que Gazmuri pudo haber escrito, y tanto el resumen esbozado por el propio Gazmuri de su obra original como la suposición de Julio responden, justamen­te, a las características de la novela escrita por Zambra. Por último, y como se verá más adelante, Bonsái es de hecho una reescritura de un cuento de Mace­donio Fernández titulado Tantalia. En cualquier caso, la ficción toma concien­cia sobre sí misma para definir y explicar su propia poética constitutiva. Más aún, mediante el juego de espejos/injertos confirma su artificialidad como un simulacro de una obra previa imputada a otro, .Gazmuri?, .Macedonio Fer­nández? De hecho, Zambra prolonga el entramado artificial en su siguiente obra, La vida privada de los árboles publicada en 2007. La segunda novela de Zambra pone en escena a un personaje en una situación de absoluta cotidiani­dad. Julián es un profesor universitario y escritor en ciernes que a lo largo de una noche mata las horas a la espera de que su pareja, Verónica, vuelva a casa después de su clase de dibujo. Mientras Julián espera, el narrador nos informa que el protagonista: Acaba de terminar un libro muy breve, que sin embargo le tomó varios anos escribir. En un principio se dedicó a acumular materiales: llegó a juntar casi trescientas páginas, pero luego fue descartando pasajes, como si en lugar de sumar historias quisiera resaltarlas o borrarlas. El resultado es pobre: una escuálida resma de cuarenta y siete hojas que él se empena en considerar una novela. (Zambra, 2007: 27, 28) […] Ahora lee, está leyendo: se esfuerza en fingir que no conoce la historia […] convenciéndose de que tiene ante sus ojos el texto de otro. (2007: 28) […] La imagen primera es la de un hombre joven dedicado a cuidar un bonsái. Si alguien le pidiera resumir el libro, probablemente respondería que se trata de un hombre joven que se dedica a cuidar un bonsái. (2007: 28, 29) Se hace evidente entonces que el personaje de La vida privada de los árboles es de algún modo el autor de Bonsái. Julio y Julián, los nombres mismos generan más incógnitas que certezas, e incluso Julián al releer su manuscrito hace lo posible por convencerse que se trata de la escritura de otro. El proyecto literario de Zambra acaso puede ser definido como un complejo engranaje en donde: Por una parte, su narrativa se centra en entrelazar tanto los personajes como los libros que el mismo escribe, escribió o está a punto de escribir, y por otra, la de quitar el peso al len­guaje de las redundancia y solo centrarse en describir aspec­tos mínimos y simples de las relaciones humanas. (Astudillo, 2008: 76) Bonsái no termina cuando el lector llega a la ultima página; el juego de citas y pastiches, los juegos metaficcionales y los personajes mínimamente trazados continúan en La vida privada de los árboles, obligando a re-leer la primera nove­la a la luz de lo planteado en la segunda. El árbol/relato continúa cayendo por el precipicio ficcional hasta confundir los niveles mismos de la diégesis, pues no está claro cuál es el marcorelato que contiene a los demás. Pero volviendo a Bonsái, el narrador explícitamente compara el proceso crea­tivo de la escritura con el cultivo y cuidado del bonsái. «Cuidar un bonsái es como escribir, piensa Julio. Escribir es como cuidar un bonsái, piensa Julio». (Zambra, 2006: 87) Esta reflexión, tomada directamente de la novela, confir­ma un símil que más que ingenioso parece trillado. Pero Zambra no pretende develar el hilo negro del proceso creativo: al contrario, lo expone de una ma­nera tan abierta y obvia que el objetivo final pareciera apuntar a construir en unas cuantas páginas una gran farsa tanto del proceso de la escritura como el de la lectura. De hecho, el romance entre Julio y Emilia inicia con una farsa literaria: ambos personajes, acaso para parecer más interesantes frente al otro, aseguran haber leído a Proust. Emilia incluso llega a afirmar «me propuse leer los siete tomos y la verdad es que ésos fueron los meses más importantes de mi vida como lectora» (2006: 24). La joven anade, disculpándose, que la lectura le tomó cinco meses pues andaba atareada con las materias en la universidad. La mentira funciona, pues a partir de esa noche la relación entre ambos cobra seriedad y profundidad. En lo sucesivo, Zambra destinará varias páginas de su cortísima novela a referir los libros que Julio y Emilia leen antes del sexo: Rubén Darío, Marcel Schowb, Yukio Mishima, Georges Perec, Juan Carlos Onetti, Raymond Carver, la Antología de la Literatura Fantástica de Adolfo Bioy Casares, Jorge Luis Borges y Victoria Ocampo y así un largo etcétera. Como el bonsái que ha sido trasplantado de su medio e injertado en un espacio otro, la novela transcurre entonces como un conjunto de pastiches, alusiones ex­plícitas o veladas a diversas fuentes, y fragmentos de distintas obras literarias injertadas en el cuerpo de la novela. Ahora, dos serán los textos que cobrarán especial relevancia en la relación de los jóvenes universitarios; Tantalia de Macedonio Fernández y, precisamente, en Busca del tiempo perdido de Marcel Proust. El primer relato versa sobre una pareja que decide criar una plantita como símbolo de su amor. A la larga, la planta les generará una enorme angustia pues si llega a morir el amor entre ambos igualmente perecerá. Desesperados deciden entonces esconder la plan­tita dentro de una multitud de plantas similares, pero el quiebre se produce cuando cobran conciencia que jamás podrán recuperarla. La lectura de Mace­donio Fernández afecta a los personajes, en especial a Emilia, y a partir de ese momento se produce un distanciamiento. El cuento de Macedonio Fernández, está claro, es un buen resumen de la no-vela de Zambra; ya ha sido mencionado que ésta trata sobre un amor frustrado. Agreguemos ahora que las páginas finales Julio decide cultivar un bonsái como un homenaje a Emilia, la única mujer que ha amado. Alejandro Zambra deja claro entonces que su novela es una reelaboración de un texto previo de Mace­donio Fernández, amén de los múltiples espejos al interior de la misma ficción con los cuales busca confundir al lector, como Julio y Gazmuri. Por consiguien­te, la novela deja poco margen de especulación sobre los motivos ocultos que pudieron haber inspirado a su autor (es) y abiertamente muestra los trasplantes e injertos que germinaron en su propio relato. En palabras de Macarena Silva, Bonsái se vuelve escritura de la escritura, la novela que el personaje de ficción escribe pero que llega a las manos de nosotros sus lectores desarticulando los límites convencionales entre lo real y lo ficticio. En ella la metaficción y la apropiación de la literatura que realizan los personajes son estrategias que parodian ciertos tópicos literarios y que evidencian el fracaso de la idea de que la literatura completa y enriquece la existencia de quienes la leen (2007: 10). Bajo este punto de vista, queda en evidencia entonces que la literatura es re­presentada por Zambra como una gran farsa que recorre toda la novela. El acto de leer es practicado más como una pose que como una experiencia estética o intelectual. El mismo Zambra describe a Julio y Emilia con las siguientes palabras: Esta es la historia de dos estudiantes aficionados a la verdad, a fumar cigarros eternos, y a encerrarse en la violenta complacencia de los que se creen mejores, más puros que el resto, que ese grupo inmenso y despreciable que se llama el resto. (Zambra, 2006: 25-26) Hay un dejo claro de sarcasmo en el tono empelado por Zambra que establece una distancia al mirar a sus personajes, casi presentándolos con ternura pater­nal. Así, cuando Julio se «avienta» una más de sus «lúcidas» revelaciones com­parando la escritura con el bonsái, su capital simbólico ha quedado tan desgas­tado que el lector sonríe en lugar de deslumbrarse. Después de todo Julio, al igual que en su momento Emilia, creyó que la lectura, los cigarros metafísicos y la búsqueda de la verdad lo hacía mejor que el resto sin sospechar siquiera que en su convicción remedaba el comportamiento trillado y estereotípico del estudiante de letras promedio en los primeros semestres de la carrera. La su­perioridad intelectual de Julio es una farsa, al igual que sus lecturas de Proust. El quiebre definitivo se produce cuando la pareja decide leer a Proust, fingien­do a cada instante que se trata de una relectura. La obra del francés es, acaso, la mayor burla dentro de la obra de Zambra. En efecto, el mismo Proust que levantó todo un edificio narrativo a partir del complejo juego de simulacio­nes e hipocresías sociales, se ha convertido en un autor al que nadie lee pero todos citan para simular erudición y superioridad moral e intelectual. De ahí que cuando el simulacro comienza a adquirir visos de realidad porque Julio y Emilia efectivamente están leyendo su obra, la relación termina. El amor de Julio es muy real, pero el pacto en el que se sostiene su relación es falso, como el bonsái al que acaso podemos comparar con un simulacro de árbol. Por otro lado, el bonsái como un símbolo que sostiene la obra de Zambra resi­de fundamentalmente en el protagonista: Julio escabullía las relaciones serias, se escondía no de las mujeres sino de la seriedad, ya que sabía que la seriedad era tanto o más peligrosa que las mujeres. Julio sabía que estaba condenado a la seriedad, e intentaba, tercamente, torcer su destino serio, pasar el rato en la estoica espera de aquel espantoso e inevitable día en que la seriedad llegaría a instalarse para siempre en su vida. (Zambra, 2006: 16) Y efectivamente, hasta el momento en que termina la cortísima novela de Zambra, Julio sigue evadiendo la seriedad. Nos enfrentamos al eterno adoles­cente, acaso víctima de lo que la piscología popular explica desde el concepto del síndrome de Peter Pan. Es un personaje atrapado, reducido profesional y emocionalmente, como el bonsái aprisionado al que no se le permite seguir creciendo dentro de su maceta. «Los Árboles son elementos arraigados en un solo lugar. Simbolizan el contexto familiar del ámbito casero, las cosas que no cambian, que siempre están ahí». (Willem, 2014: 55-56) Terminada la relación, Emilia tiene nuevas parejas, emigra a Madrid y finalmente, después de caer en un círculo de degradación que incluye drogas y promiscuidad, se suicida. Julio se queda en Santiago de Chile y cuando sus padres se rehúsan a seguir man­teniéndolo comienza a vender sus libros o a conseguir trabajitos esporádicos para subsistir. Julio permanece estancado en el pasado, incapaz de enfrentar y trascender aquello que él mismo denomina como la «seriedad». Felipe Ríos Baeza (2013) atribuye el carácter de Julio a las lecturas japonesas de Zambra; de acuerdo con el crítico, la lectura de autores como Köbö Abe, Kenzaburo Oé o Yukio Mishima, acaso explican el carácter pasivo y netamente contem­plativo de Julio, pues la narrativa de Zambra es «una literatura “puertas aden­tro”, donde los personajes puedan recrearse en esas sensibles “ceremonias de interior”» (Ríos, 2013: 84). En las narrativas japonesas que Zambra sin duda conoce, actos al parecer nimios como fumar un cigarrillo, pintar un cuadro o leer un libro suponen acciones en sí mismas profundas y complejas que al ser narradas adquieren un valor interior casi trascendental. Una vez más, el bonsái se convierte en un símbolo vital que remite a todo un sistema narrativo que conecta a literariamente Zambra con el lejano oriente. Ahora, siendo Zambra un escritor chileno nacido en la década del setenta, es tentador leer el estancamiento de Julio desde la historia reciente de su país. Aunque Bonsái, ha sido mencionado hasta el cansancio, es una metaficción que por momentos rinde homenaje a ciertos textos pero ante todo se burla del pro­ceso mismo de la lectura y la escritura, se inserta irremediablemente dentro de una larga lista de obras y autores contemporáneos que reflexionan sobre los grandes hitos del pasado: el efímero gobierno socialista de Salvador Allende, la larga dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet, y la reforma eco­nómica neoliberal implantada en la década del noventa con el advenimiento de la democracia. Bajo este punto de vista, Julio muy bien podría representar al perdedor prototípico de la transición. Entiendo por esto un joven que per­manece atrapado por el peso de la memoria histórica, incapaz de superar el fin de la utopía y la caída de los relatos, incapaz de adaptarse a los modos de vida y construcción de la subjetividad que trajo consigo el Chile neoliberal. De acuerdo, una vez más, con Ríos Baeza: lo que se narra es una historia que no parece historia, ya que no parece fluir: la del Chile gris del periodo post-dictatorial. Para referir estéticamente un tiempo estancado, donde la historia de los hijos aparece sepultada debajo de la historia de los padres (esos padres que enfrentaron el golpe militar de Pinochet y sus heridas sociales), Zambra encuentra en la impostura de la traducción de las novelas japonesas el modelo ideal para sacar adelante su proyecto literario. (2013: 81, 82) Los trabajos posteriores de Alejandro Zambra, en efecto, exploran con mucho mayor profundidad la memoria histórica chilena. Por decirlo de algún modo, de un libro a otro Zambra se ha ido politizando. En La vida privada de los árboles (2007) la dictadura no es mencionada explícitamente en ningún mo­mento, pero claramente es el elemento que sostiene toda la trama narrativa. Y en su novela del 2011, Formas de volver a casa, la reconstrucción de la memoria histórica es abordada y discutida abiertamente. Así, mirando en retrospectiva la obra de Zambra, es tentador buscar en Bonsái los primeros indicios de una lectura política. El estancamiento de Julio simbolizado por el arbolito al que le han negado la posibilidad de crecer es tal vez una metáfora para representar a toda una generación cortada desde la raíz e injertada en un espacio otro por el gobierno dictatorial. Esta lectura, insisto, es tentadora, pero lo fundamental de Bonsái reside en la reflexión paródica del proceso de la lectura y la escritura. La novela pone en escena el juego de préstamos e influencias que interviene en la génesis de un texto, el que sea. La novela como género literario revela entonces su artificiali­dad, pues en el fondo toda novela es una re-elaboración de un discurso previo. La lectura, por su parte, es cuestionada al presentarse como un simple ejercicio que concede cierto status, que confiere al sujeto un capital simbólico, pero que no necesariamente desata o genera una reflexión intelectual o una experiencia estética. El resultado final es una obra inquietante y polisémica, abierta a va­rias lecturas a pesar de su simplicidad y su cortísima extensión. Bibliografía Astudillo, C. (2008): «La novela de las novelas: Mise en Abyme y metanovela en dos novelas de Alejandro Zambra: Bonsái y La vida privada de los árboles». En: Logos: Revista de Lingüística, Filosofía y Literatura, 18 (1), 75–84. Bieke, W. (2014): «Narrar la frágil armadura del presente. La paradójica cotidianidad en las novelas de Alejandro Zambra y Diego Zuniga». En: Interférences littéraires/Literaire interferenties, 13, 53–67. Dällenbach, L. (1991): El relato especular. Madrid: Editorial Visor. Enrigue, Á. (2007): «La vida privada de los árboles y Bonsái de Alejandro Zambra». En: Letras Libres, 108, 75–77. Ríos Baeza, F. (2013): «Orientalismo. La estética de la novela japonesa en la narrativa de Alejandro Zambra». En: Revista Isla Flotante. Academia de Humanismo Cristiano. 5: 77-86. Silva, M. (2007): «La conciencia de reírse de sí: metaficción y parodia en Bonsái de Alejandro Zambra». En: Taller de Letras, 41, 9–20. Zambra, A. (2006): Bonsái. Barcelona: Anagrama. Zambra, A. (2007): La vida privada de los árboles. Barcelona: Anagrama. Felipe Oliver University of Guanajuato Alejandro Zambra. The Art of Planting a Novel. Keywords: Alejandro Zambra, Bonsái, Chilean literature, metafiction, nouvelle. The appearance of Bonsai in 2006, immediately placed Alejandro Zambra as one of the most representative writers of contemporary young Latin Ameri­can literature. This novel of an absolute simplicity proposes however a very rich and complex framework of intertextuality. The title in fact is particularly relevant as far as it suggests a parallel between the complex technical of writ­ing with the ancient Oriental practice of growing miniature trees. This paper seeks a reading of the novel of Zambra through its Bonsai symbolism. Felipe Oliver Univerza v Guanajuatu Alejandro Zambra. Gojenje literarne pripovedi Kljuène besede: Alejandro Zambra, Bonsái, èilska književnost, metafikcija, nouvelle Ko je èilski pisatelj Alejandro Zambra leta 2006 izdal Bonsái, je takoj obve­ljal za enega najprepoznavnejših mladih avtorjev sodobne hispanoameriške književnosti. Roman je vsebinsko popolnoma preprost, vendar ga odlikujeta neverjetna plastiènost in bogata intertekstualnost. V tem pogledu je naslov še posebej zgovoren, saj kaže na vzporednice med tehnièno kompleksnostjo lite­rarne pripovedi ter starodavno vzhodnjaško tehniko gojenja dreves in rastlin. Prièujoèi prispevek je torej branje Zambrovega romana skozi prizmo bonsaja: ta sugestivni simbol romanu vdihuje slogovno kompleksnost, ki je kontrast njegovi vsebinski preprostosti. Ana Cecilia Prenz Kopušar DOI: 10.4312/vh.24.1.231-242 Universidad de Trieste Monsenor Sabetay de Cansinos Asséns: una lectura Palabras clave: sefardíes, reconciliación, temática judía, Cansinos Asséns, Šabetay Djaen. En el presente trabajo presentamos, a través de la lectura del relato de Rafael Cansinos Asséns, Monsenor Sabetay, publicado en el libro Los judíos en Sefarad. Episodios y Símbolos1 , el impacto que genera sobre el autor la entrevista con el gran rabino Sr. D. Sabetay Aruk, nombre en clave del dramaturgo sefardí Šabetay Djaen, que tuvo lugar en Madrid durante el periodo de la II Repúbli­ca. Planteamos la lectura a partir de dos espacios y experiencias de vida dife­rentes que, sin embargo, confluyen en muchos puntos. Es decir, por una parte, desde el espacio espanol a través del proceso de descubrimiento y aceptación del origen judío del escritor Cansinos Asséns y, por otra, desde el espacio bos­nio por medio de la labor, también teatral, del dramaturgo de origen búlgaro, Šabetay Djaen, que desarrolló parte de su actividad en Bosnia. Los judíos en Sefarad. Episodios y Símbolos recoge varios artículos publicados en la revista Judaica de Buenos Aires y en otras revistas. Las narraciones (excepto la primera cuyo tema se desarrolla en 1492) cuentan hechos coti­dianos de los personajes que constituyeron la comunidad judía de Madrid de principios del siglo XX. El libro, considerado un antecedente de La novela de un literato –las memorias del autor–, enlaza la historia de los personajes con la del mismo Cansinos, personificado en la figura de Benaser el poeta, descendiente de conversos. Los judíos en Sefarad también se presenta como la continuación de Luminarias de Janucá (1924), novela autobiográfica, que re-vela el proceso interior vivido por el autor frente al descubrimiento y acep­tación de su origen judío. La obra representa la búsqueda de una identidad Publicado por primera vez en 1950 en Buenos Aires en la Colección Sefarad de la Editorial Israel con el prólogo de César Tiempo. que el personaje, Rafael Benaser, conlleva latente pero olvidada. Como es sabido, Cansinos participó con fervor en la campana iniciada por el senador Ángel Pulido publicando varios artículos de apoyo a la misma, conoció a las personalidades que participaron en el proceso de acercamiento entre Espana y las comunidades sefardíes de Oriente y del Norte de África, entre ellos a Abraham Shalom Yahuda, que llega a Espana en 1913 y es el primer cate­drático de Hebreo en la Universidad de Madrid, al crítico y escritor Max Nordau, al senador y académico de la Lengua Espanola José Farache, todos ellos personalidades que a través de sus reflexiones, pensamientos, emocio­nes, victorias y fracasos son minuciosamente descritos en la obra. Rafael Be­naser y el Dr. Salomón (personificación de Abraham Yahuda) son retomados por el autor en el relato que aquí presentamos. El autor desarrolla la novela Luminarias de Janucá sobre dos planos. Por una parte, asistimos al impacto que produce en la sociedad la campana filo sefardí a través de una crónica que narra la conformación de la comunidad judía, la construcción de la pri­mera sinagoga madrilena en la época moderna, la creación de la Cátedra de Literaturas Rabínicas como resultado de la campana iniciada por Pulido. Por otra, participamos de los sentimientos más íntimos de los personajes ante la propia causa, de lo cual dan testimonio el paralelismo entre el crecimiento personal del personaje de Benaser y los cambios que se van produciendo en su entorno. Los dos planos, nos permiten proyectar un friso sobre el contex­to social y su época al mismo tiempo que, tanto desde la perspectiva de los personajes como a través de las sensaciones, comprender las circunstancias, algunas cruciales, que los judíos vivieron desde su propio interior. «[…] El ojo de Cansinos […] no actúa como un observador cualquiera, sino amoro­samente y con cercanía, como alguien que no puede atravesar el umbral que le separa de los observados pero que siente que todos esos personajes son sus hermanos» (Israel Garzón, 2006: 29). El judaísmo de Cansinos fue tratado por los críticos desde distintas perspec­tivas. A menudo, las lecturas fueron discordantes; sin embrago, como indica Garzón, el autor «se sintió judío no sólo en un sentido laico sino también re­ligioso durante muchas etapas de su vida» (Israel Garzón, 2006: 15). Educado en la fe católica, ya desde temprano investigó el origen de su apellido y de su familia de descendencia conversa. Se movió, pues, entre las dos culturas reli­giosas que se integraban en su interior. Decía de sí «que esa libertad le servía para dar su amén a todos los responsos. Para pronunciar el réquiem y el shalom» (Israel Garzón, 2006: 15). Šabetay Yosef Djaen2 es el personaje al que Cansinos Asséns dedica las páginas de su relato. Se trata de un intelectual sefardí, reconocido por su labor en de­fensa de la cultura y la lengua judeoespanolas, que luchó por el reconocimiento de los derechos de los sefardíes en Espana y que fue rabino de Buenos Aires y de Bucarest y gran rabino de las comunidades sefardíes de Argentina. Djaen, que como Cansinos se involucró activamente en la causa sefardí, produce parte de su obra dramática durante su estadía en Bosnia en las primeras dos décadas del s. XX. Allí vive primero en la ciudad de Travnik y más tarde en Sarajevo. Desa­rrolla la función de gabay en el templo, es maestro de hebreo e inspector en las escuelas judías hasta la caída del Imperio austrohúngaro. Conocido y represen­tado en Bosnia, Serbia, Bulgaria, Grecia, Turquía, Rumania, Egipto y América se destaca por su escritura directa y sentida. Intelectuales y críticos como Mo­ric Levi, Kalmi Baruh y Benjamin Pinto primero, y Avram Pinto, Muhamed Neziroviæ, Krinka Vidakoviæ, Elena Romero, Amor Ayala y otros escribieron sobre este escritor, sobre sus obras dramáticas y la repercusión que tuvieron en la época. Sabemos que las mismas fueron representadas, sea en Sarajevo, sea en las ciudades del interior de Bosnia (Neziroviæ, 1992: 538)3. Él mismo Djaen escribe en el prólogo a la obra Yiftah que «en los últimos anos vide jugar mi drama Yiftah, no de parte de amatores, sino de artistas en teatros del Esta­do de Yugoslavia» (Romero, 1992: 280). También afirma que sus obras «Yiftah, Débora, Del mundo de ariba y del mundo de abajo ya fueron traducidas en lingua serba y jugadas en Belogrado, en Sarayevo y en otros lugares» (Romero, 1992: 280). Elena Romero constata que «ésta es la única noticia expresa que nos ha llegado acerca de un teatro sefardí traducido a otras lenguas» (1992: 280). Este dato denota el interés, propio de la época y en Bosnia, por la cultura, la lengua y la literatura sefardíes, sea las que se generan en el propio territorio, sea las que llegan de otros países cercanos. Avram Pinto (1987: 119) nota con respecto a las obras dramáticas de Djaen que «svoje drame pisao je latinicom na ladino jeziku, pisaæom mašinom»4. «Nije imao sredstava da ih štampa, a niti su štampari imali razumevanja za štampanje drama, koje su se vrlo slabo kupovale»5. Tres obras de Djaen fueron impresas en aquellos anos en Viena (1921–1922) por la editorial 2 Pleven 1883 – Tucumán 1947. 3 La pieza teatral Bar Kojbá fue representada en la ciudad de Zenica en el ano 1904 en ocasión de la consagración de la sinagoga de la ciudad. Esta obra fue asimismo traducida al serbocroata. Déborah 1917, Lijepa pjesma 1919. 4 «[…] escribía en alfabeto latino, en ladino y a máquina». Las traducciones son de la autora del artículo. 5 «No tenía recursos para imprimirlas, tampoco los impresores tenían comprensión por la edición de dramas, que se compraban poco». Unión: Yiftah, Débora y La hija del sol. Las primeras dos de tema bíblico, la ter­cera, según Romero, «una fantasía alegórica (brujas, diablos…) en verso y de intención moralizante» (1992: 281). Neziroviæ en el libro Jevrejsko Španjolska Književnost (1992) presenta algunos de los textos de Djaen que con certeza fue­ron escritos durante la permanencia en Bosnia en judeoespanol y que según el estudioso representan el ápice de su teatro. Estamos hablando de El bello poema (Lijepa pjesma), pieza en dos actos lo mismo que La hija del sol, en verso, Débora y Yiftah. Probablemente Djaen haya escrito en Bosnia también Déguel Šion y Los progromes de Kichinov. El hispanista sarajevita Kalmi Baruh (1972: 325) en 1925 alaba el temperamento poético de Djaen: «Treba ga jednom slušati sa propove­daonice ili ma sa kakve tribine i namah æete se uveriti da on ima i fantazije i oseæanja i dikcije u meri koja znatno prevazilazi proseænost. On ima jevrejskog obrazovanja, koje je poslužio kao vrelo motiva za njegove radove», más adelante agrega que en sus dramas hay «vrlo lepih poetskih elemenata»,6 sin embargo advierte la falta de conocimiento de las reglas de la escritura dramática por parte del autor. Ve en sus obras cierta pretensión, patetismo y declamación y la incapacidad de haber sabido aprovechar su talento poético. Da je on, recimo, ona mnoga mesta u svojim dramama – koja tamo figuriraju kao neumesne tirade – obradio u formi kraæih epskih spevova, ovi spevovi ako ni po èemu drugom, a ono po sadržini svojoj, postali nekom vrstom narodne poezije, i kao takvi imali bi i nacionalnu i odgojnu vrednost7 . Unos anos más tarde, Benjamin Pinto (cit. en Neziroviæ, 1992: 546) también destaca el talento poético de Djaen. Escribe: «reèenica im je divna! Jezik im je bogat, živopisan i suvereno žongliraju njime. I na ova razmišljanja potakao me je njihov jezik, koji nije naš, koji se razlikuje od našeg i zbog toga se razlikuje od našeg»8. Propiamente es el aspecto lingüístico el que lleva a los críticos 6 «Hay que escucharlo alguna vez desde el púlpito o desde cualquier tribuna y se convencerán que él tiene fantasía y sentimiento y dicción en la medida que supera significativamente el promedio. Tiene una educación y cultura judía que le sirvieron como fuente de motivos para sus trabajos», más adelante agrega que en sus dramas hay «elementos poéticos muy bonitos». 7 «Por ejemplo, si él hubiera elaborado unos cuantos fragmentos de sus dramas –que figuran como discursos fuera de lugar– en forma de poemas épicos breves, estos poemas, por lo menos por su contenido, se hubieran convertido en una especie de poesía popular, y como tales tendrían su valor nacional y educativo». 8 «sus frases son hermosas [también refiriéndose a las de Cappon]! La lengua es rica, colorida y con maestría hacen malabares con ella. Estas reflexiones me las ha generado su lengua, que no es la nuestra, que se diferencia de la nuestra y por ello mismo se diferencia de la nuestra». mencionados a la comparación con la lengua y escritura de Laura Papo Boho­reta, dramaturga sefardí de Sarajevo, considerada la autora que había logrado transmitir el habla, las costumbres y el sentir propio de su ciudad. Cansinos, en el relato Monsenor Sabetay, expresa total admiración hacia Šabetay Djaen que, como Abraham Aaron Cappon –reconocido por su obra y labor cultural en Bosnia a través de la revista La Alborada–, provenía de Bulgaria. Moreno, de un tono oliváceo que se descomponía en pura palidez cuando se lo miraba atentamente, llegando a ser casi blancura. Los ojos pequenos y oblicuos, tenían la mirada del Asia; la mirada enigmática y poderosa de las figuras sacerdotales en los bajorrelieves antiguos (2006: 120). El relato sitúa a los personajes en dos sitios distintos: en un primer momento, en la casa de Benaser, durante una visita breve y formal que Sabetay le hace al poeta –que incisivamente destaca la visita de muchas personas ilustres a su casa convertida, como escribe, en «una puerta de Israel» (2006: 119); más tarde, en una terraza de la calle de Alcalá, en el centro de Madrid, durante una charla informal entre ambos. En su proceder los dos personajes expresan expectativas diferentes. La entre­vista, escribe Cansinos «fue ceremoniosa en medio de la cordialidad» (Ibíd.). El rabino cuya actitud discreta se centra en su rol y funciones, visita a Benaser para pedirle ayuda «para la causa sefardí» (Ibíd.). También expresa estima y admiración hacia el anfitrión: «[…] no habría venido de tan lejos por ver a un potentado; pero habría andado más aún por ver el rostro del cantor de Las luminarias de Janucá» (Ibíd.). Benaser, en cambio, vive la presencia del rabino desde una perspectiva per­sonal. Expresa intensa veneración y se siente emocionado. Se abstrae en sus pensamientos, en esa reconstrucción de su identidad judía, y proyecta sobre Sabetay la figura de un sumo sacerdote hebreo decorándolo con el efod, es decir el pectoral que llevan los sumos sacerdotes. Absorto en sus pensamien­tos, dice que nunca había visto a un gran rabino, tanto que «contemplaba con emoción a aquel caballero venerable de cabello casi blanco y ojos refulgentes y jóvenes que llegaba a su casa en companía de dos adolescentes como un rabí talmúdico» (2006: 119). La emoción que experimenta ante la presencia de su huésped, descripta con vivos matices, se enlaza con el linaje personal y la tra­dición institucional del mismo: «!Es un gran rabí, un cohen el que tengo en mi casa; el hombre que puede dar la berajá» (2006: 120). En la segunda parte del relato, más distendida, confidencial, cotidiana, «sen­tados ante dos casos de refrescos con soda» (2006: 121) el rabino manifiesta sus impresiones entusiastas después de la visita a Toledo y reflexiona sobre la etimología del nombre de la ciudad: para él Tultul, el tránsito, referido a la ciudad del tránsito de raza, alusión a las tribus que venían de Judea y no Tole-dot, las generaciones, como insinúa el poeta Benaser. La topografía de Toledo es la misma que la de Jerusalén. En un alto rodeada de pueblecitos que no pueden ser más judaicos. !Maqueda, Askalen! … No me cabe duda que los emigrantes judíos quisieron reproducir, con un sentido místico, el mapa de Jerusalén (2006: 121). El poeta ve en esta interpretación etimológica extrema belleza y por ello decide no hacer objeciones. Tal es el encanto vivido por el gran rabino ante la visión de la ciudad que Benaser prefiere destacar su vena poética. Djaen exclama: «!Sí yo soy un poeta! !Quizás sea solo eso! !He escrito dramas, dramas históricos de mi raza y versos, muchos versos» (Ibíd.) y a Benaser, mientras Djaen recita versos en «castellano arcaico» (Ibíd.) le parece estar escuchando al Rabí Sem Tob. Ya desde las primeras páginas del relato Monsenor Sabetay también emerge uno de los temas que más caracteriza la novela Luminarias de Janucá, es decir, el cris­tianismo presente y determinante en la vida de los personajes de Rafael Bena­ser y su hermana. Cansinos coloca al personaje de Benaser en el cruce de dos culturas. El mismo nace y crece en la tradición cristiana pero en el transcurso de la novela vemos como va adquiriendo la tradición de sus antepasados judíos. Incorpora la cultura y religión judía como propia pero no logra prescindir de la percepción de la misma como de un destino fatal. En este texto nos encon­tramos ante una especie de simbiosis que el autor vive entre su pertenencia a la cultura/religión católica y a la de sus antepasados, la judía. No se trata de una mera contigüidad entre dos culturas y dos religiones, sino de un momento que el personaje siente como una verdadera integración en un unicum indisoluble. En el acto de acompanar a la hermana en el descubrimiento de sus orígenes, hermana que vive de manera angustiosa y conflictiva este proceso, el mismo Rafael Benaser expresa el deseo profundo de coexistencia entre las dos tradi­ciones. Lo expresa a través de una comparación entre Cristo y un hombre (no importa cuál hombre) «entre las llamas de una hoguera». La sospecha sola de que por nuestras venas puede correr una gota siquiera de esa sangre que una vez fue vertida en un cadalso, como la de Cristo, para apaciguar el rencor de una plebe fanática, solamente esa sospecha, que hace que nuestro vello se erice de un espanto piadoso, y un frío más solemne que el de un desmayo pueril recorra nuestro cuerpo, y nuestra alma, compadecida e indignada, se subleve como por una afrenta ahora mismo sufrida, bastaría para que nosotros aceptásemos toda la grandeza y el horror de ser su prole y afirmáramos nuestra posible consanguinidad con ese muerto santo; para que vertiésemos lágrimas sobre su memoria y llorásemos con grandes gritos sobre su sepulcro vacío; para que su fe nos fuera cara, y para que delante de todos lo confesáramos, como al Cristo mismo, aunque de nuevo, al hacerlo así, arrostrásemos unas hogueras, quién sabe si no para siempre extinguidas. Porque al hacerlo así, hermana mía, al confesar nuestro ese cadáver calcinado, nos confesamos también de la estirpe de Cristo. (Cansinos, 2011: 45-46) Se desprende de este fragmento el profundo deseo del autor de poner fin a las divisiones, de articular a través de un reconocimiento de los unos en los otros, la conjugación de las dos tradiciones. En el relato Cansinos introduce este tema de manera delicada. Alude al mismo y apenas en las páginas siguientes lo desarrolla. Destaca la dualidad cultural y religiosa que le es propia a través de la presencia de un cuadro de la Virgen. El Sr. Sabetay sentó su judaísmo en el viejo hogar en que días antes reposara su catolicismo un sacerdote de la Iglesia, y pareció un patriarca de la antigua ley entre las imágenes de las Madonas que decoraban los muros y que fingió no ver. (Culto sencillamente a la mujer, a la Madre que Benaser se complacía en contemplar divinizada por el recuerdo de la suya). En el relato asistimos de manera reiteradaa esta conexión entre los dos modos de ser, como un leitmotiv, donde nada impide que un sacerdote de la Iglesia católica y un gran rabino (en su casa considerada por el autor una puerta de Israel) compartan y totalicen un mismo espacio. Benasser en el proceso de aceptación de su identidad también judía, desarrolla una intensa y fervorosa búsqueda de figuras que activamente participaban en la campana filo sefardí y que podían ampliar su horizonte de conocimientos sobre los sefardíes. Sin ir más lejos, visita al doctor Miguel Florido (nombre del personaje que encarna al senador A. Pulido) y encuentra al Dr. Salomon (Yahuda), personaje fundamental que también retoma en el relato. En la conversación que llevan a cabo los personajes, Djaen recuerda haber oído hablar de la admirable labor de Benaser (Cansinos Asséns) por el Dr. Salomón, en la realidad, como hemos mencionado, el profesor, escritor y lin­güista Abraham Shalom Yahuda, considerado por los personajes un verdadero jajám, sabio. A partir de aquí el autor realiza una serie de reflexiones que se rei­teran en sus obras y que remiten a la idea de la raza judía como «desventurada y triste» (2006: 123). En una página emotiva y a raíz del comentario que le hace Djaen a Benaser sobre lo que solía decirle el Dr. Salomón, «!Mira, yo soy más viejo que tú, así que ven aquí y escúchame!» (2006: 122), el autor, que había conocido en su juventud a Abraham Yahuda, reflexiona sobre el vocablo ‘viejo’ y sobre la vertiginosidad del tiempo: «Todos sus recuerdos se ponían a correr hacia atrás con una velocidad mareante. Las horas le golpeaban la cara como una lluvia» (Ibíd.). Esta vertiginosidad hace que se abstraiga de la realidad y, visualmente, reflexione sobre el hecho de que, antes o después, todo judío se encuentra ante el muro de los lamentos. Remitiéndose a los hechos históri­cos, imagina a Jerusalén como un «patio de asilo» (Ibíd.) donde los hebreos son harapientos y viejecitos y que «Inglaterra acogía […] por piedad» (Ibíd.). «Jerusalén era como un hoyo que los atraía desde dondequiera que estuviesen, llamándolos con su boca silbante. Y todos –doctores, banqueros– iban allí alguna vez en su vida para convertirse en seguida en unos miserables, más sin patria allí que en parte alguna» (Ibíd.). Esta imagen le hace sentir piedad hacia estos seres ilustres y sin embargo tan poco considerados; las «grandezas de los judíos», escribe, son «reconocidas sólo por ellos mismos» (2006: 123). Lo reconforta la aparición durante el encuentro de otro personaje, el Sr. Klein, de personalidad humilde y respetuosa que se lamenta por la actitud irrespetuosa de ciertos marroquíes en el templo: «al verlos allí sentados, mien­tras Su Eminencia estaba de pie» (2006: 123). A lo que el autor agrega que «los judíos son todos unos pobrecitos que ni entre ellos se respetan» (2006: 123). «Sin embargo, allí estaba aquel Sr. Klein, tan comedido. Sintió por él una gran simpatía. Y por todo Israel. Desde aquel momento empezó a llamar Monsenor a Sabetay» (2006: 123). Impresionado por el gesto de Klein, Benaser le atribuye a Šabetay la digni­dad (como Klein) pero lo hace apelando a una dignidad católica y lo llama Monsenor. El relato concluye con la constatación de profunda tristeza que atrapa al autor, él mismo descendiente de judíos que algún día también visitaría aquel patio de asilo y encontraría al Dr. Salomón, ya viejo y que le diría las mismas palabras que le dijo a Djaen y «le contaría muchas penas, todas las penas de Israel […] Y él lo escucharía sollozando, muchas noches […] muchas noches, hasta que al fin los banare en su luz la nueva aurora de Sión […] Las noches bajo aquel cielo son breves» (2006: 124). Cansinos deja un final abierto que parece recordar los versículos del Libro de Isaías, capítulo 21:11 (Oráculo sobre Dumá): «Alguien me grita desde Seír: / «Centinela, .cuánto queda de la noche? / Centinela, .cuánto queda de la noche?» / 21:12 El centinela responde: / «Llega la mana­na y de nuevo la noche [...] /». En las noches «breves» de Cansinos queremos leer una luz de esperanza por parte del autor no obstante su marcar cíclico del tiempo y de los eventos en el relato. Jorge Luis Borges escribió de Cansinos que era un «maestro de una prosa feliz que siempre logra[ba] la belleza y nunca parec[ía] buscarla» (Borges: 1969). También en su colección de poemas El otro, el mismo le dedicó algunos versos. «La imagen de aquel pueblo lapidado / y execrado, inmortal en su agonía / en las negras vigilias lo atraía / con una suerte de terror sagrado. / Bebió como quien bebe un hondo vino / los Psalmos y el Cantar de la Escritura / y sintió que era suya es dulzura / Y sintió que era suyo aquel destino. / Lo llamaba Israel [...]/». Cansinos se consideró un nexo, un vínculo, un puente entre dos culturas y religiones. Esto lo plasmó en sus obras. No es casual, pues, que los versos de Borges se encuentren en este libro. La labor artística e intelectual del escritor y «poeta judeo-andaluz», como lo definió el escritor argentino, fue articular los dos mundos culturales a los que pertenecía. Bibliografía Ayala, A. (2005): «‘Me vo dedikar enteramente al teatro djudio…’ Teatro sefardí de temática nacionalista judía: Iftakh de Sh. Y. Djaen (Viena, 1921)». En: Theatralia 7, 161–174. Cansinos Asséns, R. (2006) [1950]: Los judíos en Sefarad. Episodios y Símbolos. Madrid: Arca Ediciones. Introducción de Jacobo Israel Garzón. Cansinos Asséns, R. (2006): «Monsenor Sabetay». En: Los judíos en Sefarad. Episodios y Símbolos. Madrid: Arca Ediciones, 119–124. Cansinos Asséns, R. (2011): Las luminarias de Janucá. Madrid: Arca Ediciones. Baruh, K. (1972): «Nekoliko pojava lepe književnosti kod bosanskih Sefarada». En: Izabrana djela. Sarajevo: Svjetlost, 323–328. Borges, J. L. (1969): «Cansinos y Las mil y una noches». En: La Nación, Buenos Aires 10 de julio. Garzón, J. I. (2006): Introducción. En: Los judíos en Sefarad. Episodios y Símbolos. Madrid: Arca Ediciones, 9–30. Levi, M. (1922): «Tri drame Sabataja Ðaena». En: Židovska svijest, 162, 3. Neziroviæ, M. (1992): Jevrejsko-španjolska književnost. Sarajevo: Svjetlost. Pinto, A. (1987): Jevreji Sarajeva i Bosne i Hercegovine. Sarajevo: Veselin Masleša. Pinto, B. (1935): «Nešto malo o literarnom stvaranju na jevrejsko-španskom kod nas». En: Jevrejski glas, 41, 2. Romero, E. (1992): La creación literaria en lengua sefardí. Madrid: Mapfre. Romero, E. (1979): El teatro de los sefardíes orientales. Madrid: CSIC, T. I, 639. Romero, E. (1983): Repertorio de noticias sobre el mundo teatral de los sefardíes orientales. Madrid: CSIC. Vidakoviæ, K. (1990): Kultura španskih jevreja na jugoslovenskom tlu. Sarajevo: Svjetlost. Ventura de Bialek, R. (2010): «Aportes para una biografía del Gran Rabino Sabetay J. D’Jaén». En: Sefárdica 19, 77–92. Ana Cecilia Prenz Kopušar University of Trieste Cansinos Asséns‘s Monsenor Sabetay: a Reading Keywords: Sephardim, reconciliation, Jewish themes, Cansinos Asséns, Šabetay Djaen This paper aims to present the short story Monsenor Sabetay by the Spanish writer Rafael Cansinos Asséns published in the book The Jews in Sefarad. Epi­sodes and Symbols. This text, intense and poetic, tells the story of the meeting between the author and the great Rabbi and Sephardic playwright of Bul­garian origin Šabetay Djaen which took place in Madrid during the period of the Second Republic. The work discusses not only the meeting between the two writers but also the process of reconciliation between the Spanish and the descendants of the Spanish Jews, expelled in 1492, from different, though partially convergent, cultural spaces and experiences. Here the Castil­lian Spanish space, represented by the writer Cansinos Asséns, whose Jewish origin is acknowledged, and the Bosnian space, represented by the work of the playwright Šabetay Djaen, whose literary development tool place partly in Bosnia, come together. Some characteristics of Cansino’s Jewish works are highlighted in the story and the dramatic work of Šabetay Djaen is also pre­sented through the critical readings of his work by some contemporary intel­lectuals and scholars in Bosnia. Ana Cecilia Prenz Kopušar Univerza v Trstu Monsenor Sabetay Cansinosa Assénsa Kljuène besede: sefardi, sprava, judovska tematika, Cansinos Asséns, Šabetay Djaen Prispevek predstavlja kratko zgodbo Monsenor Sabetay španskega pisatelja Rafaela Cansinosa Assénsa, ki je bila objavljena v knjigi Los judíos en Sefarad. Episodios y Símbolos. Gre za kratko, a zgošèeno in poetièno pripoved o avtorje­vem sreèanju z velikim sefardskim rabinom in dramatikom bolgarskega rodu Šabetayem Djaenom v Madridu v èasu druge republike. Prispevek pa se ne posveèa le sreèanju dveh piscev, temveè ponuja razmislek o procesu sprave med Španci in potomci španskih Judov, izgnanimi leta 1492, in sicer iz dveh prostorskih perspektiv in skozi dvoje izkušenj (ki pa v številnih pogledih so­vpadata) – po eni strani torej z vidika Španije skozi odkrivanje in sprejemanje judovskega izvora pri pisatelju Cansinosu Assénsu, po drugi strani pa z vidika Bosne, preko (tudi gledališkega) opusa dramatika Šabetaya Djaena, ki je delo­ma deloval v Bosni. Prispevek predstavlja nekatere znaèilnosti Cansinosovih del z judovsko tematiko, pa tudi dramatiko Šabetaya Djaena, in sicer na pod­lagi študij o njegovem delu, ki so jih v njegovem èasu napisali bosanski misleci in znanstveniki. Bojana Tomc DOI: 10.4312/vh.24.1.243-260 Colegio Clásico Diocesano, Ljubljana Motivos clásicos en el teatro espanol de los Siglos de Oro Todas las cosas se mutan, nada perece: erra y de allí para acá viene, de aquí para allá, y cualesquiera ocupa miembros el espíritu... P. Ovidio Nasón, Las Metamorfosis (15.165-171) Palabras clave: literatura grecorromana, literatura espanola, Siglos de Oro, pervivencia y recepción, motivos clásicos. 1 Introducción El objetivo del siguiente trabajo es delimitar a partir de un análisis comparati­vo la relación entre los motivos renacentistas y los barrocos dentro del marco del teatro espanol de los Siglos de Oro, elaborando así el corpus de los motivos clásicos fundamentales empleados, entre otros, por los autores espanoles de los Siglos de Oro. El foco de nuestra investigación han sido los siguientes temas: • la pervivencia de los motivos clásicos grecorromanos en los Siglos de Oro, • las obras clásicas que representan sus respectivas fuentes, • los autores que emplean los motivos clásicos, • la posible tipología de los motivos, empleados por ciertos autores, • la existencia de las transformaciones (o la limitación de los autores en la simple imitación), • el papel intermediario del teatro renacentista italiano, • las diferencias entre el Renacimiento y Barroco en cuanto a la cantidad y el contenido de los motivos. El material fundamental que hemos tratado son las obras conservadas de tea­tro grecorromano, las obras de Esquilo, Eurípides y Sófocles, 21 comedias de Plauto, seis comedias de Terencio, las tragedias de Séneca, es decir, Aga­memnon, Hercules furens, Hercules oetaeus, Medea, Oedipus, Phaedra, Phoenissae, Thyestes, Troades, Octavia y las obras de los principales dramaturgos del Rena­cimiento y Barroco espanol, centrándonos en las comedias, las tragedias y los autos sacramentales barrocos. A causa de la amplia producción literaria –solo el supuesto corpus auténtico de Lope de Vega abarca 426 comedias– hemos analizado todas las obras o la parte de las obras de los dramaturgos más desta­cados: los textos dramáticos de Juan del Encina, Lucas Fernández, Bartolomé Torres Naharro, Gil Vicente, Lope de Rueda, la tragedia La Numancia de Mi­guel de Cervantes, las comedias mitológicas y algunas históricas de Lope de Vega, los autos sacramentales mitológicos de Calderón de la Barca y su auto sacramental filosófico-teológico El gran teatro del mundo. 2 Panorama del teatro espanol del siglo XVI La creación literaria en Espana en la primera mitad del siglo XVI estuvo marcada por la búsqueda de nuevos caminos y modelos de expresión. Uno de los rasgos característicos de la producción de entonces era la oscilación entre la expresión, tradicional y la nueva, la italiana. Los contactos con la cultura italiana eran físi­cos, ya que es bien sabido que algunos autores espanoles viven en Italia o viajan por ella. Algunos autores espanoles destacados, entre ellos Juan del Encina y Bartolomé Torres Naharro, pasan al menos una parte de su vida allí o mantienen contactos con los portadores de los impulsos culturales del renacimiento italiano en Espana. Sin embargo, el papel intermediario del teatro italiano en cuanto a los motivos hasta la segunda mitad del siglo XVI es menos notable, ya que el de­sarrollo del teatro italiano y del espanol se basa en dos conceptos diferentes. La creación teatral italiana está estrechamente ligada a la herencia clásica, mientras que la espanola lo está a los elementos populares (Arróniz 1969: 11). No obstante, el teatro clásico romano –aquí hay que subrayar sobre todo la contribución de Plauto, no tanto de Terencio– marcó la historia, al menos en parte, de la creación dramática espanola, a pesar de que el modelo de la fabula palliata no es el que prevaleció y triunfó. Los motivos del teatro clásico, sobre todo del romano, entraron en el teatro espanol por la puerta lateral, aunque decisiva para los alumnos de los colegios jesuitas y estudiantes universitarios, teniendo en cuenta su posible dedicación al teatro y su producción poste­rior. En las universidades y en los colegios jesuitas las representaciones de las comedias romanas formaban parte del currículo obligatorio de la retórica y algunos profesores como, por ejemplo Juan de Mal Lara, Francisco Sánchez de las Brozas, Fernán Pérez de Oliva y Pedro Simón Abril tradujeron las obras latinas o escribieron las propias siguiendo el modelo de Plauto y Terencio. Según Highet (1985: 120-123), en el siglo XVI se traducen al espanol las si­guientes obras griegas o latinas: 1. dramática griega: • Sófocles, Electra – La venganza de Agamenón, traductor Fernán Pérez de Oliva, alrededor del ano 1525; • Eurípides, Hécuba - Hécuba triste, traductor Fernán Pérez de Oliva, 1528; • Aristófanes, Plutos (La riqueza), traductor Pedro Simón Abril, 1577. 2. dramática latina: • Plauto, Amphitruo (Anfitruón), traductor Francisco López de Villalobos, 1515; • Terencio, Opera omnia, traductor Pedro Simón Abril, 1577, edición bilingüe; • Séneca, todas las tragedias están traducidas al espanol ya en el siglo XV y al catalán incluso antes, ya en el ano 1400, traductor Antonio Vilaragut (Medea, Tiestes, Las troyanas). Para numerosos dramaturgos espanoles el encuentro con el teatro universita­rio o los textos teatrales en los colegios jesuitas fue el momento clave que los marcó y por el cual a continuación introdujeron en su obra los temas y moti­vos clásicos redirigiéndolos hacia lo divino, como por ejemplo Lope de Vega y Calderón de la Barca, dentro del marco de los dramas religiosos que surgieron también en el contexto espanol. Al investigar y analizar los motivos clásicos hemos comprobado que en el tea­tro espanol de los Siglos de Oro podemos encontrar todas las formas de la recepción de los motivos clásicos: • la más simple directa o abierta (las citas directas de un autor clásico; la cita puede ser más o menos completa o puede ser una clara alusión), • semidirecta o velada (no hay mención explícita de un autor clásico, lo que se menciona son ciertos elementos clásicos (personas, lugares, circunstancias históricas)), • indirecta o cubierta (no hay ninguna senal clara de que se trate de una intervención literaria hacia la Antigüedad o la imitación de algún fragmento o motivo literarios; aquí pueden aparecer también los siguientes niveles, la aemulatio o la variatio). Los motivos tomados de la Antigüedad sin transformaciones o innovaciones y usados en el Renacimiento o el Barroco son prácticamente inexistentes. Si corresponden por completo a sus antecedentes clásicos, normalmente se trata solo de la mención o el uso de un motivo secundario para ilustrar una situa­ción semejante sin profundizar o entretejer el motivo en la estructura susten­tadora de la obra dramática. 3 Motivos clásicos en el mundo dramático de Juan del Encina, Lucas Fernández, Bartolomé Torres Naharro, Gil Vicente y Lope de Rueda En la obra de Juan del Encina la influencia más notable es la de Virgilio y de sus Bucólicas, un poco menos impacto tiene su Eneida. Del Encina fue también traductor de la obra de Virgilio al castellano, lo cual dejó mucha huella en los rasgos característicos de su propia obra. Además, los puntos en común entre Del Encina y Virgilio van más allá del ámbito literario de los motivos, puesto que Del Encina recurre a la forma bucólica de las églogas y mantiene como protagonistas a los pastores. En relación con este hecho tratamos de aclarar las razones de la pervivencia de las églogas y de la transformación en la forma, de la lírica a la dramática. Se puede suponer que además del carácter animado de las églogas de Virgilio la incitaron algunos comentarios clásicos y las noticias de puestas en escena ya en los tiempos en que todavía vivió Virgilio, es decir, en la época de Cicerón (la observación en el comentario de Servio, la anota­ción en la Vita Vergili de Donato y la mención en el Dialogus de oratoribus de Tácito): • «Dicitur (sc. ecloga) autem ingenti favore a Vergilio esse recitata, adeo, ut, cum eam postea Cytheris cantasset in theatro, […] stupefactus Cicero, cuius esset, requiret […]» (Servio, ecl. 6. 11) • «Bucolica eo successu edidit, ut in scaena quoque per cantores crebro pronuntiarentur.» (Vit. Verg. 26) • «Testes Augusti epistulae, testis ipse populus, qui auditis in theatro Vergilii versibus surrexit universus et forte praesentem spectantemque Vergilium veneratus est sic quasi Augustum.» (Dial. 13.2.) Del Encina recurre en su obra también a los motivos procedentes de los poe­tas elegíacos (el motivo de la esclavitud del amor, o sea, servitium amoris y el motivo de la fuerza destructiva del amor), cuyas fuentes son las obras de Ovi­dio Ars amatoria y Remedia amoris (el motivo de «dos amantes y más»). Muy destacado es el motivo mitológico del Amor cruel, presente no solo en la mi­tología clásica, sino también en la lírica y elegía romana. Además, hay algunos motivos secundarios cuyo referente clásico más probable son las Metamorfosis de Ovidio (motivo de Píramo y Tisbe, de Hero y Leandro, de Mercurio, del río Lete) que llegaron a ser la fuente básica y el manual mitológico de los au­tores del Barroco. En la obra de Del Encina se nota también la herencia de la fabula palliata Roma­na. Encina conserva los motivos del prólogo y del «esclavo astuto». El aspecto exterior de este cambia. El esclavo se desprende de su imagen anacrónica, asu­me el papel de pastor conservando los rasgos característicos del servus Romanus. La mayoría de los motivos en esta época se transmite a través de la tradición literaria, pero podemos suponer que al menos uno (el motivo del epitafio for­mulado como alocución del difunto al transeúnte), pasa al mundo dramático de Del Encina desde el mundo extraliterario, o sea, desde el conocimiento ge­neral de la Antigüedad por parte del autor, profundamente marcado por ella. La obra dramática de Lucas Fernández no está tan impregnada por los mo­tivos líricos de Virgilio, sin embargo, como motivo secundario, casi como simple mención, se conserva el de Dido, ya usado antes por Juan del Enci­na. Por primera vez en la literatura espanola aparece –aunque de una forma más rudimentaria– el motivo del soldado fanfarrón, creado en la literatura romana por Plauto en Miles gloriosus, que, después, en la obra de Torres Na­harro adopta una forma más elaborada. Cabe resaltar que no se trata de una caricatura destacada de la fanfarronería y la jactancia como en Plauto, donde este defecto del soldado desempena el papel del spiritus movens de la comici­dad verbal del mencionado drama, sino una representación bastante neutra del personaje del soldado. La fanfarronería tampoco es el motivo central de la farsa. Las escenas consecutivas son más bien imágenes anecdóticas y no secuencias de una comedia construida con premeditación, a través de la cual se hace visible la imagen aguda del carácter del protagonista. Sin embargo, Fernández en las réplicas del soldado esboza los rasgos fundamentales de la jactancia y del engreimiento. En la obra de Fernández está presente también el motivo de Amor, de Dafne, usado después en el Barroco por Lope de Vega en una de sus comedias mitológicas, y el motivo de Lucrecia, que procede de la historia semilegendaria de Roma y carece de una tradición de elaboracio­nes literarias y artísticas en general. Bartolomé Torres Naharro sigue usando y desarrollando «el aparato introduc­torio» clásico. También en la Antigüedad tiene sus raíces el motivo de «valete et plaudite» que, como en Plauto, aparece en los epílogos de sus obras. Podemos presentir los ecos de Plauto también en la figura del Capitán de la Soldadesca; clásicos son también los motivos de la anagnórisis, un recurso muy frecuente en la obra plautina para resolver el enredo, presente generalmente ya en la historia preliminar. El motivo de tres reconocidos médicos de la Antigüedad, Asclepio, su hijo Polidario y Galeno en la Aquilana no procede de la tradición literaria, sino que lo utiliza por primera vez Torres Naharro. Otra innovación de Torres Naharro que no encontramos en los autores anteriores es el motivo del «Beatus ille…», relacionado con el motivo del locus amoenus que aparece en la Jacinta. Ade­más de Teócrito, el referente clásico para la literatura europea es, sobre todo, Horacio. La razón de su aparición en la Antigüedad y su reaparición son las cir­cunstancias históricas y los rasgos característicos de la civilización (el desarrollo de las metrópolis, la sobrepoblación de las ciudades, el proceso de vaciamiento del campo, la aparición de la nostalgia y el anhelo de una vida retirada…). Los rasgos característicos que muestran el conocimiento de la comedia romana y los fundamentos clásicos del concepto dramático de Naharro son sobre todo los siguientes: • la estructura externa, es decir, la división en prólogo, cinco actos (jornadas) y epílogo, • los nombres de algunos protagonistas en algunas comedias (Himeneo, Febea, Boreas en la Himenee, Orfea en la Serafina, Lucrecia en la Tinelaria, Esculapio, Polidario, Galieno en la Aquilana, Ptolomeo, la Fama en la Trofea), • la caracterización de los personajes, • las ingeniosas intrigas, típicas para el mundo del teatro plautino, y las relaciones intrigantes entre los personajes, • el uso del aparté, con frecuencia usado por Plauto, acentuando así la comicidad verbal y estableciendo una relación más estrecha entre la acción en el escenario y el público (nótese que a través de la continua comunicación simpática de los actores con los espectadores Plauto, no solo en el prólogo, quiere obtener o consolidar la captatio benevolentiae), • la agilidad lingüística y el dominio de registros muy variados, • el uso de citas de la literatura romana y la paráfrasis de estas. En el teatro castellano de Gil Vicente las menciones de los dioses o héroes clásicos (Cástor y Pólux, Latona, Diana, Apolo, Juno, Baco, Himeneo, Eneas) y un elemento cultural (la fiesta Februa) tienen una marcada función decora­tiva. Incluso el fragmento donde habla Júpiter de ninguna manera procede de la herencia clásica. Se puede constatar que el uso de los elementos grecorro­manos es una mera enumeración de carácter erudito. Más que los motivos, la presencia del mundo antiguo en la obra de Gil Vicente Auto de los cuatro tiempos podría ser considerada como meras reminiscencias decorativas, puesto que no están estrechamente ligadas con la estructura interna de la obra. Se trata de un motivo meramente decorativo, «altisonante y erudito» (Zimic 2003: 137). La figura de Júpiter está presente también en la Tragicomédia Chamada Côr­tes de Júpiter, escrita en portugués. Además, de carácter clásico están también dotadas dos de sus obras portuguesas, la Tragicomédia de Frágua de Amor y la Tragicomédia Chamada Templo de Apolo. A mediados del siglo XVI, cuando con Lope de Rueda empieza el desarrollo del teatro popular, el interés se centra en el enredo dramático animado, cuyo antecedente podríamos buscarlo en la fabula de Plauto. Lope de Rueda recurre también al tesoro mitológico y usa el motivo de Medea, uno de los motivos literarios más recurrentes y complejos que vuelve a ser utilizado en el Barroco en las comedias mitológicas de Lope de Vega y en uno de los autos sacramenta­les de Calderón de la Barca. El motivo de Neptuno y Eolo no son tan frecuen­tes y no suelen desarrollarse en el motivo central de la obra en la que aparecen. 4 La Numancia de Miguel de Cervantes Se puede suponer que también Miguel de Cervantes conoció bastante bien a los autores grecorromanos, al menos los que formaban parte del canon clásico, como entre otros Ovidio y Virgilio. Se familiarizó con las obras clásicas du­rante su formación con los jesuitas y durante su estancia en Italia (1569-1575). Con el uso de los motivos, argumentos y temas a lo largo de toda su creación literaria demostró una y otra vez que el mundo antiguo grecorromano no le era un mundo ajeno. En el capítulo 11 de la primera parte del Quijote, por ejemplo, le revela al lector la imagen completa de la edad de oro clásica, muy parecida a la que (re)creó Ovidio en sus Metamorfosis al escribir sobre las eda­des humanas: Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. (Cervantes 2004: 89) Según senala Aurora Egido (2013: 18), «cuando Cervantes utilizaba palabras o frases de autores concretos, sin nombrarlos, apeló numerosas veces a la con­nivencia de los lectores o a la de los espectadores, que se sentirían felices al reconocerlas.» Se trata de una especie de acuerdo entre el autor y el público, un juego que consistía en tratar de identificar elementos que formaban parte de la obra y un elemento adicional de diversión teniendo en cuenta de que el público barroco de los espectáculos polifacéticos –aquí nos referimos al tea­tro, al espectáculo teatral– era muy heterogéneo. Los motivos en La Numancia por lo general no son mitológicos, a pesar de que en los Siglos de Oro la mitología clásica representa una fuente incesable de los motivos, elementos constitutivos de la pervivencia de la literatura clásica en la literatura posterior. Cabe hacer hincapié sobre la variedad y particularidad de los motivos y, además, sobre el hecho de que todos estén impregnados de una profunda nota humanística, presente en la obra de Cervantes sobre todo en su actitud de constante defensa de la libertad y la dignidad humanas (Abellán: 1996: 240). Cervantes, en La Numancia, emplea muchos motivos clásicos, procedentes de diferentes géneros clásicos (la tragedia griega, la lírica, la tragedia romana, los tratados de filosofía estoica). Entre ellos los más representantivos son los siguientes: • el motivo del sacrificio colectivo (el referente clásico son Los Persas de Esquilo), • el motivo del destino de una ciudad heroica, • el motivo de la predicción de la grandeza de una nación (el referente es la Eneida de Virgilio), • el motivo de la libertad y de la dignidad humana (estos dos motivos están estrechamente ligados (la fuente clásica es Epícteto y sus Diatribas o Enchiridion, muy pronto a disposición del público espanol a través de varias traducciones, entre otros la de Sánchez de las Brozas de 1612) • «pro patria mori» / morir por la patria (la fuente clásica es Horacio, Odas 3,2), • de la invocación del muerto y su resucitación temporal, (las fuentes son la tragedia Los Persas de Esquilo y el texto dramático Edipo de Séneca), • de los sacrificios y los agüeros, es decir, los pronósticos, favorables o adversos, formados por senales (el Edipo de Séneca y las Metamorfosis de Ovidio (Libro X, concretamente el episodio de las bodas de Orfeo y Eurídice, el agüero en forma de fuego que no quiere encenderse). 5 Mundo mitológico de Lope de Vega Lope de Vega crea en sus comedias de tema mitológico un mundo y un escena­rio sui generis que actualiza los mitos clásicos. Lope de Vega forma un escenario lleno de imágenes mitológicas anadiendo a los protagonistas fundamentales de la fábula clásica tanto personajes secundarios que provienen de otros mitos no tan recurrentes como protagonistas principales de las historias comúnmente cono­cidas. Toma como base un mito clásico refinándolo con numerosas innovaciones propias y ya existentes o, según afirma Zamora Vicente (1961: 211): En ese teatro está todo, lo antiguo y lo moderno, lo nacional y lo extranjero; Lope supo fundir en una unidad admirable todos los elementos, formas o procedimientos que en las letras espanolas corrían antes de él, ya maduros, ya embrionarios. Esquilmó al servicio de su comedia lo mismo lo sagrado (narraciones bíblicas, leyendas hagiográficas) que lo profano, culto y artificioso (lo pastoril, lo caballeresco). Supo vestir todo ese mundo libresco con elementos extraídos de la realidad inmediata, especialmente con los de tradición popular (cantarcillos, refranes, supersticiones); conoció todo el arsenal literario que su época tenía en circulación: historias antiguas (Herodoto, Ovidio, Horacio) y renacentistas italianas (Boccaccio, Bandello, Giraldi Cintio). Utilizó de manera asombrosa las Crónicas espanolas y el Romancero épico. Manejó y adaptó los hallazgos dramáticos y cómicos de La Celestina y supo apreciar su trascendencia humana y artística; llegan a su voz, transformados en aliento nuevo, los recuerdos de Juan del Encina, de Torres Naharro, de Lope de Rueda. Aprovecha y encamina definitivamente los atisbos de Juan de la Cueva en lo que suponía acercarse a la tradición oral. Todo ello fue seleccionado, meditado e incorporado a su más honda vena y recreado en el inmenso caudal de sus comedias. La parte de la decoración externa la forman también las menciones de los personajes mitológicos y alusiones a ellas y los acontecimientos en los que fi­guran. Las mencionadas reminiscencias clásicas funcionan como «la ventana» que abre camino a las dimensiones nuevas del motivo clásico original. Este procedimiento creativo refleja una de las aficiones fundamentales del Barroco, la reduplicación de las estructuras que podríamos comparar con el lengua­je pictórico de Velázquez y su procedimiento de abrir nuevas dimensiones del cuadro y doblar los mundos en, por ejemplo, Las meninas. La mención de Lope de Vega pudo evocar en un espectador –dependiendo de su formación, su conocimiento del motivo y la difusión de este– un episodio entero que se había ido construyendo alrededor del motivo que el dramaturgo insertó en la estructura fundamental del argumento. La característica principal de las comedias mitológicas de Lope de Vega es la numerosidad de los personajes y la técnica de mezclar y contaminar diferentes mitos al nivel de los personajes. El dramaturgo en sus obras combina los moti­vos con otros o ciertos rasgos de otros, como en la mitología clásica se entrela­zan las historias mitológicas pasando o transformándose una en otra o a veces discurriendo paralelamente una junto a otra. Su técnica a veces vuelve a ase­mejarse al procedimiento de Velázquez, al incorporar los motivos mitológicos en la escena de género, tomada del mundo barroco (La fragua de Vulcano o Las hilanderas, por ejemplo). Lope de Vega suele emplear fábulas de tema amoroso (Orfeo y Eurídice, Céfalo y Procris, Jasón y Medea, Teseo y Ariadna, Apolo y Dafne, entre otros), lo que constituye una de las constantes en sus obras. A veces subraya el motivo amoroso anadiéndole una historia de amor mitológico o bucólico no existente en la mitología clásica. Sus comedias mitológicas están pobladas de menciones y reminiscencias clásicas. 6 Corpus esquemático de los motivos clásicos en el teatro espanol de los Siglos de Oro Motivos clásicos en el teatro renacentista espanol MOTIVO OBRA AUTOR Motivo del amor infeliz Égloga de Fileno, Zambardo y Cardonio Juan del Encina Motivo del «servitium amoris» Égloga de Fileno, Zambardo y Cardonio; Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo de la representación negativa de las cualidades de la muchacha Égloga de Fileno, Zambardo y Cardonio Juan del Encina Motivo del suicidio cometido por amor (infeliz, no correspon­dido) o la fuerza destructiva del amor Égloga de Fileno, Zambardo y Cardonio; Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo del epitafio formulado como la alocución del difunto al transeúnte Égloga de Fileno, Zambardo y Cardonio Juan del Encina Motivo de «dos amantes o más» Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo del punal/arma que antes pertenecía al amante Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo de Píramo y Tisbe Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo de Hero y Leandro Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo de Mercurio, acom­panante de las almas Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo de la resucitación de la muchacha amada Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo del río del olvido Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo del todopoderoso y cruel Amor Representación sobre el poder del Amor; Égloga de Mingo, Gil y Pascuala; Égloga de Fileno, Zambardo y Cardonio; Égloga de Cristino y Febea; Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo del «esclavo astuto» Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo del Prólogo Égloga de Plácida y Vitoriano Juan del Encina Motivo de Dido Farsa o cuasi comedia de una Doncella, un Pastor y un Galán Lucas Fernández MOTIVO OBRA AUTOR Motivo de Lucrecia Farsa o cuasi comedia de una Doncella, un Pastor y un Galán Lucas Fernández Motivo de Dafne Farsa o cuasi comedia de una Doncella, un Pastor y un Galán Lucas Fernández Motivo de Amor Farsa o cuasi comedia de Prabos y Antona o Farsa o cuasi comedia en la qual se introduzen quatro personas Lucas Fernández Motivo del soldado fanfarrón o «miles gloriosus» Farsa o cuasi comedia de Prabos y Antona o Farsa o cuasi comedia en la qual se introduzen quatro personas; Soldadesca Lucas Fernández Bartolomé Torres Naharro Motivo de Apolo Trofea Bartolomé Torres Naharro Motivo de la Fama Trofea Bartolomé Torres Naharro Motivo del «Beatus ille…» y «locus amoenus» Jacinta Bartolomé Torres Naharro Motivo de «valete et plaudite» Serafina; Tinelaria; Trofea Bartolomé Torres Naharro Motivo de los médicos Aquilana Bartolomé Torres Naharro Motivo de la anagnórisis Calamita; Aquilana Bartolomé Torres Naharro Motivo de Júpiter Auto de los cuatro tiempos Gil Vicente Motivo de Medea Armelina Lope de Rueda Motivo de Neptuno Armelina Lope de Rueda Motivo de Eolo Armelina Lope de Rueda Motivo de Minotauro, Pasifae, Teseo y Ariadna Armelina Lope ed Rueda Motivo de los gemelos Armelina; Los enganados Medora Lope de Rueda Motivo del disfraz Armelina Lope de Rueda Motivos clásicos en el teatro barroco espanol MOTIVO OBRA AUTOR Motivo del asedio de la Numan­cia Numancia Miguel de Cer­vantes Motivo del sacrificio colectivo Numancia Miguel de Cer­vantes Motivo del destino de una ciu­dad heroica o rebelde y de la conciencia del destino humano común Numancia Miguel de Cer­vantes El motivo de la predicción de la grandeza de una nación Numancia Miguel de Cer­vantes Motivo de la libertad y la digni­dad humana Numancia Miguel de Cer­vantes Motivo «pro patria mori» Numancia Miguel de Cer­vantes Motivo de la invocación del muerto y su resucitación tem­poral Numancia Miguel de Cer­vantes Motivo del sacrificio y de los agüeros Numancia Miguel de Cer­vantes Motivo de Adonis y Venus Adonis y Venus Lope de Vega Motivo de las Amazonas Las mujeres sin hombres Lope de Vega Motivo de Perseo El Perseo Lope de Vega Motivo del laberinto de Creta (Minos, Pasifae, Minotauro, Dé­dalo, Ícaro, Teseo y Ariadna) El laberinto de Creta El laberinto de Creta Lope de Vega Tirso de Molina Motivo del Anfitrión El laberinto de Creta Lope de Vega Motivo de la inconstancia de las mujeres El laberinto de Creta Lope de Vega Motivo del vellocino de oro El vellocino de Oro Lope de Vega Motivo de Orfeo y Eurídice El marido más firme; El divino Orfeo Lope de Vega Calderón de la Barca Motivo de Céfalo y Procris La bella Aurora Lope de Vega Motivo de Dafne y Apolo El Amor enamorado Lope de Vega Motivo del Pitón, matado por Apolo El Amor enamorado; El verdadero dios Pan Lope de Vega Calderón de la Barca MOTIVO OBRA AUTOR Motivo del incendio de Roma Roma abrasada Lope de Vega Motivo de los Horacios y Curia­cios El honrado hermano Lope de Vega Motivo de Androclo y el león El esclavo de Roma Lope de Vega Motivo de Psique v Cupido Psiquis y Cupido para Toledo Psiquis y Cupido para Madrid Calderón de la Barca Motivo de Odiseo y Circe Los encantos de la culpa Calderón de la Barca Motivo de Orfeo El divino Orfeo Calderón de la Barca Motivo de Jasón El divino Jasón Calderón de la Barca Motivo de Parnaso El sacro Parnaso Calderón de la Barca Motivo de Pan El verdadero dios Pan Calderón de la Barca Motivo de Teseo y Minotauro El laberinto del mundo Calderón de la Barca Motivo de Andrómeda y Perseo Andrómeda y Perseo Calderón de la Barca Motivo de la vida como teatro o representación teatral El gran teatro del mundo; Lo fingido verdadero Calderón de la Barca Lope de Vega Motivo de la brevedad de la vida El gran teatro del mundo Calderón de la Barca Motivo de la fragilidad humana El gran teatro del mundo Calderón de la Barca Motivo de la igualdad de todos ante la muerte El gran teatro del mundo Calderón de la Barca 5 Conclusión Los motivos clásicos empleados por los dramaturgos de los Siglos de Oro se pueden dividir en los motivos que proceden de la tradición literaria clásica y pueden ser mitológicos o no mitológicos y los motivos que en cuanto al argumento de la obra se construyen alrededor de un acontecimiento o un personaje que forma parte de la herencia clásica. Estos últimos no son tan fre­cuentes. La obra clásica que constituye la fuente por excelencia de los motivos dramáticos tanto en el Renacimiento como en el Barroco son las Metamorfosis de Ovidio y los motivos más frecuentes, sobre todo en el Barroco, son los mitológicos, ya que la mitología grecorromana expresa todas las experiencias, sentimientos, reflexiones, ideas y anhelos humanos fundamentales (Germ, 2001: 63). Con su mundo impresionante de imágenes ilusorias y temas y mo­tivos de carácter dramático (ilusiones, desenganos, incertidumbre, dudas, temores, miedos...) las Metamorfosis llegan convertirse en una constante del Barroco y su imaginario La influencia de Virgilio está presente sobre todo en la obra de Juan del En­cina, no obstante, los autores considerados como fuentes clásicas en cuanto a los motivos empleados por los autores de los Siglos de Oro son numerosos y variados: los elegíacos romanos Propercio y Tibulo, el lírico Horacio, el dra­maturgo Plauto, los filósofos estoicos Epicteto y Séneca, el novelista Apu­leyo, el historiador Tácito y los dramaturgos griegos Esquilo y Aristófanes, así que podemos constatar que algunos motivos que perviven en los Siglos de Oro proceden de los orígenes mismos del teatro europeo. En cuanto a los géneros, los referentes clásicos de los motivos en las obras tratadas abarcan tanto los géneros literarios como no literarios: épica, lírica, drama, filosofía e historia. Los motivos clásicos en el Renacimiento no son menos frecuentes que en el Barroco, ya que las obras del «padre» del teatro espanol Juan del Encina en su segunda etapa (italiana) están impregnadas de ellos. Sin embargo, no prevale­cen los motivos mitológicos como en el Barroco, cuando, por ejemplo, Lope de Vega escribe el conjunto de las comedias mitológicas y Calderón de la Barca los autos sacramentales de tema mitológico, pero cabe senalar que son muy variados y proceden de diferentes autores y géneros literarios. Bibliografía Abellán, José Luis (1996): Historia del pensamiento espanol de Séneca a nuestros días. Madrid: Espasa Calpe. Arróniz, Othón (1969): La influencia italiana en el nacimiento de la comedia espanola. Madrid: Gredos. Cervantes, Miguel de (2004): El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Pérez López, José Luis (ed.). Madrid: Biblioteca IV centenario. Cervantes, Miguel de (1984): Numancia. Marrast, Robert (ed.). Madrid: Cátedra. Egido, Aurora (ed.) et al. (2013): Speciale Cervantes. El robo que robaste. El universo de las citas y Miguel de Cervantes. Parole rubate. Rivista internazionale di studi sulla citazione. 8. Parma: Universita degli studi di Parma. ‹http:// www.parolerubate.unipr.it/ fascicolo8_pdf/F8-14_montero_reguera_ robador.pdf› (15–08–2014). Encina, Juan del (1998): Teatro completo. Pérez Priego, Miguel Angel (ed.). Madrid: Cátedra. Fernández, Lucas (2002): Farsas y églogas I. Profanas. Valero Moreno, Juan Miguel (ed.). Salamanca: Universidad de Salamanca. Germ, Tine (2001): Podobe antiènih bogov v likovni umetnosti od antike do izteka baroka. Ljubljana: DZS. Highet, Gilbert (1985): The classical tradition: Greek and Roman influences on western literature. New York: Oxford University Press. Rull Fernández, Enrique (2003): Autos sacramentales del siglo de oro. Madrid: Ediciones Libertarias. Torres Naharro, Bartolomé de (2013): Teatro completo. Vélez-Sainz, Julio (ed.). Madrid: Cátedra. Vicente, Gil (1996): Teatro castellano. Calderón, Manuel (ed.). Barcelona: Crítica. Zamora Vicente, Alonso (1961): Lope de Vega. Su vida y su obra. Madrid: Gredos. Zimic, Stanislav (2003): Ensayos y notas sobre el teatro de Gil Vicente. Madrid-Frankfurt: Iberoamericana-Vervuert. Bojana Tomc Diocesan Classical Gymnasium, Ljubljana Ancient Writers’ Motifs in Spanish Golden Age Drama Keywords: ancient literature, Spanish literature, Golden Age, survival and reception, ancient motives In Spanish Golden Age drama we come across all forms of the reception of ancient writers’ motifs: explicit (direct quotation of an ancient author, where the quotation may be more or less complete, or a clear allusion to it), implicit (where there is no explicit mentioning of the ancient source, however certain ancient elements are mentioned such as persons, places, historical circum­stances), hidden (where there is no clear hint about a literary intervention in Antiquity or an imitation of the literary excerpt or motif ), as well as direct imitation (aemulatio) or adaptation (variatio). In the Renaissance and Baroque there are almost no motifs, which could not be taken over from Antiquity without a transformation or innovation. If there is a close correspondence to the ancient motif, it is generally sufficient simply to mention it or employ a side motif as an illustration of a similar situation without elaborating the motif further or weaving it more deeply into the supporting fabric of the dramatic work. The ancient authors who contribute the motifs are numerous and di­verse: Vergil, the Roman elegists Propertius in Tibullus, the lyric poet Horace, the comedian Plautus, the stoic philosopher Seneca, the historian Tacitus, the novelist Apuleius, as well as Greek dramatist Aeschylus and stoic philosopher Epictetus. The genres, which are a source for the surviving ancient motifs in the Golden Age in the selected authors, include literary as well as not-literary forms: epic poetry, lyric, dramatics, philosophy and historiography. Bojana Tomc Škofijska klasièna gimnazija v Ljubljani Antièni motivi v španski dramatiki zlatega veka Kljuène besede: antièna književnost, španska književnost, zlati vek, ohranitev in recepcija, antièni motivi V španski dramatiki zlatega veka zasledimo vse oblike recepcije antiènih mo­tivov: odkrito (neposredno citiranje antiènega avtorja, pri èemer je lahko citat bolj ali manj popoln, ali jasna aluzija nanj), zastrto, kjer ni izrecne omembe antiènega vira, omenjajo pa se doloèeni antièni elementi (osebe, kraji, zgo­dovinske okolišèine), in prikrito (ko ni nobenega jasnega namiga, da gre za literarni poseg v antiko oziroma imitacijo literarnega odlomka ali motiva), pri èemer gre lahko tudi že za naslednji stopnji, aemulatio ali variatio. Motivov, ki bi bili iz antike prevzeti brez transformacij oz. inovacij, v renesansi in baroku skoraj ni. Èe popolnoma ustrezajo antiènemu motivnemu predhodniku, gre veèinoma le za omembo ali uporabo stranskega motiva kot ilustracije podob­ne situacije brez poglobitve in moènejše vpetosti motiva v nosilno strukturo dramskega dela. Avtorji, iz katerih izvirajo antièni motivi, so številni in razno­vrstni: Vergilij, rimska elegika Propercij in Tibul, lirik Horacij, komediograf Plavt, stoiški filozof Seneka, delno tudi zgodovinar Tacit in rimski romano­pisec Apulej, od grških piscev pa dramatik Ajshil in stoiški filozof Epiktet. Žanrsko dela, ki so vir za preživele antiène motive v zlatem veku pri obrav­navanih avtorjih, obsegajo tako literarne kot neliterarne zvrsti: epiko, liriko, dramatiko, filozofijo in zgodovinopisje. Alejandro Rodríguez Díaz del Real DOI: 10.4312/vh.24.1.261-278 Universidad de Ljubljana Metáfora orteguiana frente a símbolo zambraniano. Una divergencia Palabras clave: metáfora, Ortega y Gasset, vectorialidad, símbolo, María Zambrano 1 Introducción En una primera fase de su escritura (Horizonte de Liberalismo, 1930) María Zambrano1, la conocida discípula de José Ortega y Gasset, compartió con él desde que se conocieran el interés por la metáfora, aunque fue desligándose de ese interés a medida que fue madurando y destilando sus propias visiones, más emparentadas con aspectos onírico-simbólicos que con figuras estrictamente metafóricas. El presente artículo no pretende profundizar en la filosofía de uno y otra, sino circunscribirse al plano estilístico, en particular al trato dado por Ortega y por Zambrano a un campo más estético y expresivo que filosófi­co: el de la imagen y la metáfora. Las líneas de investigación iniciales de este análisis parten de dos hipótesis. La primera de ellas es la suposición que el imaginario metafórico Ortega y de Zambrano surgía de la propia tradición hispánica: un barroco tan perfilado, rico e influyente como el del Siglo de Oro espanol invitaba a presagiar dicha recepción como la más probable. La segunda apunta al origen extrahispánico de dicho imaginario, y en particular a la herencia antigua o grecolatina. Habría que anadir además una tercera consideración, consistente en lo que Zambrano, en tanto que «discípula», término que la subordina a Ortega en tanto que receptora de ideas y estilo, recibe del imaginario de su maestro o En los anos veinte al coincidir en la Universidad Central de Madrid. 261 preceptor, como cabría esperar de tal discipulado. Veremos que no solo la «te­sis hispanista» ha de rendirse ante la evidencia de la recepción grecolatina en Ortega y presocrática (aunque no solo) en el caso de Zambrano. Y que en cuanto al tercer asunto, el de la recepción interpersonal, dicha recepción de Ortega en Zambrano puede aplicarse solo a una fase inicial y muy breve de la escritura zambraniana, y no así al resto de su peculiar producción de ensayos filosófico-literarios. 2 La metáfora en Ortega Tomando como plataforma teórica de base los postulados de Ricoeur (La mé­taphore vive, 1975), nos interesa sobre todo su concepto de tensión metafórica, pues según el autor francés, existe una «verdad metafórica» derivada de su propio carácter tensional entre semánticas incompatibles (Ricoeur, 2001: 335­336). Seis decenios antes, Ortega (en Ensayo de estética a manera de prólogo, 1914) alude a dicha tensión en términos muy similares a los de Ricoeur, aun­que sin llegar a las pretensiones sistematizadoras ni al despliegue teórico de Ricoeur2. En la obra citada Ricoeur ofrece todo un repaso de las teorías de la metáfora desde la Poética de Aristóteles hasta la segunda mitad del siglo XX, planteando la necesidad de abandonar la palabra como campo de acción de la metáfora para pasar al enunciado. Para una de las obras centrales del pensa­miento zambraniano, El hombre y lo divino (1955), son de particular relevancia los estudios centrales de dicha obra, que tratan de las implicaciones de la me­táfora con lo divino. Tal y como exponía Senabre Sempere (en Lengua y estilo de Ortega y Gasset, 1964: 125–161) la metáfora más frecuente en Ortega es la atributiva, además de la impresionista y la aposicional. Pero más relevante aún que el tipo de me­táfora son las imágenes que Ortega emplea, entre las que destacan las imágenes navales y marítimas, algo que también observa Senabre Sempere aunque no precisa su origen. En Pidiendo un Goethe desde dentro (1932) Ortega ofrece una significativa me­táfora: la «segunda navegación». Según apunta al inicio del prólogo Lasaga Medina (2014, I), dicha metáfora es acunada por Ortega, pasando por alto, según parece y aunque nos pueda sorprender de un estudioso tan solvente, el origen del que procede dicha imagen, que está ni más ni menos en los diálogos de Platón, como por ejemplo en el Fedón: La metáfora, habia escrito Ortega en dicho ensayo, consiste en lo que él denomina «des­alejamiento» de ambos términos mediante la «des-realización» de uno (OO. CC. I, 2004: 675). […] .quieres, Cebes, que te haga una exposición de mi segunda singladura en la búsqueda de la causa, en la que me ocupé? —Desde luego que quiero más que nada —respondió. —Me pareció entonces —dijo él—, después de eso, una vez que hube dejado de examinar las cosas, que debía precaverme para no sufrir lo que los que observan el sol durante un eclipse sufren en su observación. Pues algunos se echan a perder los ojos, a no ser que en el agua o en algún otro medio semejante contemplen la imagen del sol. Yo reflexioné entonces algo así y sentí temor de quedarme completamente ciego de alma al mirar directamente a las cosas con los ojos e intentar captarlas con todos mis sentidos. Opiné, pues, que era preciso refugiarme en los conceptos para examinar en ellos la verdad real (1988: 108-109)3 . Sin mencionar a Platón, sin embargo, Lasaga Medina menciona la «segunda singladura» de Ortega refiriéndose a la que sigue al primer viaje que había supuesto su pensamiento hasta 1930, ano de su famosa aseveración Delenda est monarchia, frase con la que Ortega concluyó el que fuera probablemente el más sonado y trascendental de sus artículos periodísticos, «El error Berenguer», publicado en el diario El Sol el 15 de noviembre de 1930, una proclama que habría sido además una suerte de reacción pública a la presión de María Zam­brano a Ortega, puesto que la carta que ella había enviado unos meses antes a Ortega incidió decisivamente en una toma de postura abiertamente antimo­nárquica por parte de su profesor (Moreno Sanz, 2014, VI: 54). Las metáforas más abundantes en Ortega son, junto a las procedentes del mun­do náutico4, las relacionadas no tanto con una imagen concreta sino con una 3 Apunta Carlos García Gual en el mismo lugar que la expresión deúteros plo.s, «segunda navegación», alude a la que tiene que hacerse a fuerza de remos, a falta de viento propicio, y, en otra acepción, al viaje menos perfecto y más seguro. La imagen del deúteros plo.s o segunda navegación aparece también en otros diálogos (Filebo, 19c; El político, 300c). 4 No se limita Ortega a usarlas en su escritura filosófica. En una intervención parlamentaria dos meses después de la proclamación de la Segunda República y ante la tarea de emprender la redacción conjunta de la Constitución del nuevo Estado, que se aprobaría en diciembre de 1931, Ortega se expresa, algo rebuscadamente para el contexto, en términos igualmente metafóricos: «se nos ha requisado [...] para venir aquí como un grupo de artesanos, que trae al hombro las alforjas con pensamientos, observaciones, estudios de largos anos acerca del pasado de nuestro pueblo y su futuro, sobre temas jurídicos, pedagógicos, económicos, pensando si acaso de lo embutido en ellas podréis aprovechar algo para la enorme faena común. Hemos venido, pues, no por gusto, sino por deber; porque habíamos contribuido idea: la de vectorialidad, un elemento constante tanto en su prosa ensayística como en su actividad política. Veámoslo en dos ejemplos, el primero es de 1915 y el segundo de 1925: En Castilla, mirar suele ser disparar la flecha visual al infinito; ni al salir de la pupila ni en el resto de su trayectoria encuentra obstáculo alguno. Cuando se ha hartado de volar en el vacío, la rauda saetilla cae por su propio peso y se hinca en un punto de la tierra que es ya casi un punto del cielo. En Castilla, la mirada crea y fija el horizonte (Notas de andar y ver, OO. CC., II: 384). Para ver un objeto tenemos que acomodar de una cierta manera nuestro aparato ocular. Si nuestra acomodación visual es inadecuada, no veremos el objeto o lo veremos mal. Imagínese el lector que estamos mirando un jardín al través del vidrio de una ventana. Nuestros ojos se acomodarán de suerte que el rayo de la visión penetre el vidrio, sin detenerse en el, y vaya a prenderse en las flores y frondas. Como la meta de la visión es el jardín y hasta él va lanzado el rayo visual, no veremos el vidrio, pasará nuestra mirada a su través, sin percibirlo (La deshumanización del arte, OO. CC., III: 851). Desde luego, el primer ejemplo citado (mirar es disparar una flecha) la idea de vector que intentamos demostrar como rasgo general del estilo orteguiano es mucho más marcial y específica que en el segundo ejemplo, más ornamental y «ateneico» (el rayo de la visión). En el caso de la flecha, además, la asociación más inmediata es la de Zenón de Elea y su imagen de flecha móvil-inmóvil5 . En cualquier caso, el imaginario al que recurre Ortega es a menudo eminen­temente cinético-espacial, piensa en categorías de espacio, impulso y vecto­rialidad, e incluso cuando piensa en el paso del tiempo, es decir, en términos históricos o biográficos, lo hace echando mano de dicha vectorialización, algo que en realidad hace desde 1914, ano de su trascendental obra Meditaciones del Quijote: «Pocas lecturas me han movido tanto como estas historias donde el héroe avanza raudo y recto, como un dardo, hacia una meta gloriosa» (MQ, OO.CC. I, 2004: 754). [...] en embarcar a la nación nada menos que en un cambio de régimen, y no era bueno que mientras ella partía quedásemos nosotros en tierra» (OO. CC. IV, 2005: 792). A una contradicción análoga se refiere Aristóteles en su Fisica (VI, 9, 239b 30) pues, paradójicamente, una flecha lanzada está quieta, pues aunque está en movimiento, el movimiento que describe está compuesto por infinitos momentos de inmovilidad, por lo que Zenón llegó a negar la posibilidad de que la flecha llegara nunca a su destino. También reaparece esta vectorialización en sus tempranas (y muy críticas) ob­servaciones sobre la Segunda República; así, en una conferencia pronunciada en diciembre de 1931: Como en el deporte es necesario un especial entrenamiento y hace falta seguir un régimen de vida, que mantenga el cuerpo en forma, […] para hacer historia es menester que el ciudadano, el simple ciudadano, se halle moralmente en forma, tenso como un arco que va a disparar la flecha hacia lo alto. Sin eso no habrá nada. Y uno de los crímenes más insistentes de la monarquía fue el fomentar continuamente nuestra propensión a la chocarrería, al chiste envilecedor, a las ridículas disputas de casinillo («Rectificación de la República», OO. CC. IV, 2005: 839). Si la metáfora, atendiendo a su simple sentido etimológico, puede simplificarse esquemáticamente como un movimiento de traslación o desplazamiento, tam­bién en la metáfora subyace implícito un vector que impulsa a un concepto a significar algo más, a dejar de significar lo anterior, o a ir dejando de significar cosas para asumir nuevas significaciones.6 Reviste por tanto particular interés que una de las variantes metafóricas más usadas por Ortega sea precisamente la vectorial. Una vectorialidad a la que en el caso del último ejemplo transcrito se le anade una componente espacial nueva: la de la elevación o movimiento ascendente (hacia lo alto, remacha Ortega en el ejemplo citado arriba). En esta circunstancia concreta de orador más que de intelectual, filósofo o ensayista, quiere aclarar que no hay que dejar de invertir todos los esfuerzos posibles por «elevar deportivamente» el nivel de la cosa pública que ahora representa la República por encima de las «bajezas» (chocarrería, vilezas, ridículas disputas de casinillo) que eran propias de la Monarquía7 . Asimismo, no hay que olvidar tampoco que en uno de sus textos más em­blemáticos e influyentes, Espana invertebrada (1921), Ortega presenta Espana 6 Ortega teoriza sobre la metáfora en Ensayo de estética a manera de prólogo (OO. CC. I, 2004: 673), como ya se senaló más arriba. 7 Invevitablemente retumban aquí, con toda su orteguiana vectorialidad ascendente, las famosas palabras de Adolfo Suárez en plena Transición (9-6-1976) ante unas Cortes aún franquistas: «Vamos, sencillamente, a quitarle dramatismo a nuestra política. Vamos a elevar a la categoría política de normal lo que a nivel de calle es simplemente normal. Vamos a sentar las bases de un entendimiento duradero bajo el imperio de la ley». El contexto es bien distinto (bajeza de la dictadura de Primo y Berenguer frente a la elevación republicana en los anos 30 y bajeza del franquismo frente a la elevación democrática en los 70) aunque la analogía, más que evidente. como «proyecto sugestivo de vida en común» (OO. CC. III, 2005: 442), y que por poco que nos detengamos a pensar sobre el término proyecto reaparecerá subyacente la idea de vector. 3 La deriva simbolista de Zambrano Es la vectorialización ascendente la que constituye el nexo estilístico entre José Ortega y Gasset y María Zambrano. Lo «elevado» parece ocupar también en María Zambrano desde sus primeros escritos un lugar privilegiado. En una carta del 15 de diciembre de 1922 se expresa en los siguientes términos: tenía la «Metafísica» de Averroes sobre la mesa y me dieron ganas de hojearla y he encontrado unas cosas muy nuevas para mí y q. sin comprenderlas del todo he encontrado en ellas un cierto aire de seriedad y de cosa elevada profunda y eso, elevada [...] porque le hacen poner a uno la inteligencia en cosas altas, muy por encima de las bajezas cotidianas; […] ansia de conocimiento q. todos llevamos dentro, no hay cosa mejor, querido mío, que estos estudios filosóficos […], lo más limpio de pasiones que el hombre ha hecho. [La Filosofía] es lo único respetable de las ciencias, lo q. prueba una fuerza intelectual superior en el hombre; la Filosofía entre todo es noble (Cartas a Gregorio del Campo, 2012: 69–70). El momento culminante de la temprana recepción de la metafórica vecto­rial orteguiana en estas Cartas de Zambrano la encontramos el día de su 21 cumpleanos: Nada hay que pueda detener a una flecha cuando se dispara; y yo he de seguir mi vida, no porque quiero deliberadamente, sino porque soy así y no puedo ser de otra manera. Tú ya sabes que yo necesito una vida activa, espiritual, por eso contra todos los obstáculos –que son muchos– sigo mi carrera (2012: 211). El influjo estilístico orteguiano (o «huella metafórica») es fácilmente recono­cible también desde su primer libro, publicado en 1930 y titulado Horizonte del liberalismo (1930). En otro escrito de la misma época, que anticipa lo que será un particular género al que Zambrano denominará «delirio», y titulado Ciudad ausente (1928), la pensadora se expresa con numerosos elementos del mundo metafórico orteguiano, donde aparecen con fuerza las imágenes nava­les y en concreto la idea del naufragio: «naufragaban en la niebla opalina torres y espadanas»; por otro lado aparece la vectorialización ascendente: «línea as­cendente en ritmo de energía», así como la mirada y el paisaje: «la mirada que se hace ascética; el ojo no descansa en la cara amable de las cosas, es paisaje de inquietud que brinda lucha». La estudiosa de la obra zambraniana Goretti Ra­mírez, autora de la presentación, anejos y notas de los escritos autobiográficos, delirios y poemas de Zambrano (Ramírez, 2013: 129-190 y 1115-1429), afirma que cada uno de los delirios zambranianos avanzan hacia una fenomenología de los suenos, de la que este texto, publicado en la revista Manantial de Segovia en el verano de 1928, es una primera intuición, además de constituir un prelu­dio de su célebre «razón poética», aunque Ramírez (2013: 1120) no especifica concretamente en qué. Intuimos, sin embargo, que el mecanismo de creación poética radica en el uso creciente de metáforas, imágenes y símbolos a partir de un punto de partida narrativo relativamente convencional. Los títulos de Zambrano con una mayor repercusión, ya en los anos 50, como El hombre y lo divino, Persona y democracia o Los suenos y el tiempo certifican que Zambrano abandona la metáfora y desarrolla un nuevo recurso, el símbolo, como queda patente en el uso y recurrencia palabras tan medulares como cen­tro, esfinge, dintel o entranas, a las que se les dedica particular atención. Aunque en El hombre y lo divino hay citas muy directas a Ortega y su uso de la metáfo­ra, como por ejemplo: «Ortega y Gasset nos senalaba y describía sutilmente la situación de “naufragio” como la más humana de la vida humana, en sus cursos de “La razon vital”» (HD, OO. CC. III, 2005: 163); o bien «Ortega y Gasset decía que la vida humana es novela. Y novelar es más que proyectar; es inventarse, verse, ensonarse» (HD, OO. CC. III, 2005: 196), lo cierto es que el nuevo aspecto estilístico de Zambrano en El hombre y lo divino es sin duda la aparición del símbolo. El naufragio que la discípula adopta de su maestro es el que siente el hombre racional ante una realidad que no es, que durante siglos había estado arraigada de diversas formas, pero que el «creyente de la razón» ya no capta, dejando despreciativamente la tarea al arte y la poesía, que sí puede hacer tangible por ejemplo lo monstruoso en aquello que ahora se etiqueta como fantasía: Y así cada vez se sentía perdido, náufrago en una realidad extrana, irreductible, ante la cual quedaba desarmado, pues hay algo en la vida humana insobornable ante cualquier ensueno de la razón: ese fondo último del humano vivir que se llaman las entranas y que son la sede del padecer. Al padecer solo pasajeramente puede enganársele (HD, OO. CC. III, 2005: 223). La reminiscencia de Goya es aquí muy posible. El ensueno de la razón evoca no ya metafóricamente sino más bien intertextual o intermedialmente al sueno de la razón goyesco, el que produce monstruos, es decir, el grabado 43 de la serie que Francisco de Goya realizó en 1799 bajo el titulo de Los caprichos. Es la am­bigüedad del conocido emblema, en su interpretación (no ilustrada) de la razón como promotora de utopías monstruosas y truculentas reducciones racionalis­tas de la vida humana, la que a Zambrano interesa resaltar. Naufraga un nuevo tipo de hombre imbuido en exceso de arrogancia racional que desprecia y nin­gunea todo lo que no puede explicarse en los nuevos términos que la ideología de las Luces impone tras el XVIII, reduciendo, simplificando y nadificando. Expone también María Zambrano en El hombre y lo divino su peculiar vision de la historia, haciendo uso de una recurrente metáfora pétrea, que ya es símbolo más que metáfora, la ruina: lo propiamente histórico, escribe Zambrano, no es ni el hecho resucitado con todos sus componentes —fantasma de su reali­dad—, ni tampoco la visión arbitraria que elude el hecho, sino la visión de los hechos en su supervivencia [...]. No los acontecimientos tal como fueron, sino lo que de ellos ha quedado: su ruina. Las ruinas son lo más viviente de la historia, pues solo vive históricamente lo que ha sobrevivido a su destrucción, lo que ha quedado en ruinas. Y así, las ruinas nos darían el punto de identidad entre el vivir personal —entre la personal historia— y la historia. Persona es lo que ha sobrevivido a la destrucción de todo en su vida y aun deja entrever que, de su propia vida, un sentido superior a los hechos les hace cobrar significación y conformarse en una imagen, la afirmación de una libertad imperecedera a través de la imposición de las circunstancias, en la cárcel de las situaciones (HD, OO. CC. III, 2005: 257). Tomando como base estos tres breves párrafos ha de observarse en primer lugar el parentesco metafórico de la ruina con la imagen orteguiana del nau­fragio. En un segundo momento se asocia la imagen de la ruina con otras metáforas arquitectónicas o escultóricas (dintel, esfinges, monasterios, mauso­leos, etc.), pero lo que realmente ocurre es que comienza a hacerse sumamente difícil seguir partiendo del presupuesto de que aquí quede ya rastro alguno de metaforicidad, pues el término sustituido ya no es una simple imagen, concep­to o idea limitada a cumplir funciones retóricas o incluso llegando a producir sorpresa estética, sino que dicho término se desborda a sí mismo y se pasa ya a algo mucho más amplio. Zambrano condensa en el fragmento arriba citado nada más y nada menos que la historia, que además no es simplemente sustitui­da por una imagen que nos inspire un asombro que podamos ir interiorizando cognitivamente una vez desvanecido el extranamiento inicial, desviviendo la metáfora (metáfora viva ricoeuriana), o lexicalizándola hasta llegar a aquello que Ricoeur llama metáfora muerta. Nos parece que lo dicho en relación con la ruina tiene como consecuencia el deber de descartar, al menos en parte, la sospecha inicial de que Zambrano trate con metáforas, independientemente del debate sobre su origen (orte­guiano, barroco, grecolatino o cualesquiera). Es el símbolo el que se alza como elemento central. Este nuevo enfoque toma mayor claridad contrastando la imagen que antes se mencionó, la del naufragio, con la de la ruina. El naufra­gio de la vida es una metáfora orteguiana de ecos platónicos, mientras que la ruina es un símbolo zambraniano. Resulta evidente que, en un plano semánti­co, el naufragio no pertenece al vivir en sí, aunque la vida pueda llevar a una sensación parecida y por ende aceptemos dicha metáfora como válida o inte­ligible, sin duda condicionados también por la tradición literaria occidental (Homero), mientras que la ruina es algo concreto, tangible, y víctima de lo que simboliza, que es el paso mismo del tiempo histórico. Según Maria Luisa Maillard (1997), es probablemente la irracionalidad del símbolo, senalada desde muy diversos puntos de vista, la que ha llevado a fi­lósofos como Ortega, Ricoeur y Wheelwright a desplazar su análisis, favore­ciendo el de la metáfora, por ser el conocimiento de esta más aprehensible por la razón. Ortega, encastillado en su «razón vital», nunca habría querido aban­donar el terreno seguro de la racionalidad, aun admitiendo el papel central de los sentimientos en la vida del hombre. [...] no cabe duda de que la posibilidad de analizar lógicamente los mecanismos lingüísticos de la metáfora, al estar estos contenidos dentro del lenguaje, ha privilegiado su análisis por parte de los lingüistas, entendiéndola simplemente como una de las variantes de la polisemia, o intentando analizar los mecanismos formales que la diferencian de la metonimia como hace Le Guern. El estudio del símbolo, salvo el de aquellos autores próximos a la hermenéutica, ha quedado en manos de la antropología y la psicología (M. L. Maillard, 1997: 52). Para Chantal Maillard, por su parte, la imagen simbólica requiere una intelec­tualización mediante la analogía. La metáfora funciona de otra manera, pues a la imagen metafórica le es suficiente con despertar la imaginación o la sen­sibilidad. En la relación simbólica nunca se interrumpe el enlace que existe entre el significante del término que simboliza y el elemento simbolizado. El símbolo, no así la metáfora, constituye una «representación analógica que mantiene viva la conciencia de que el término que simboliza es atribuido de manera ficticia al objeto simbolizado». Los universos simbólicos se diferencian de los universos metafóricos en que estos superan la simple relación analógica. En la actividad simbólica no habría innovación a partir de la fusión de elementos analógicos, sino construcción de mapas equivalentes (Ch. Maillard, 1992: 114). Los «universos metafóricos» son, en palabras de Chantal Maillard, innovacio­nes hechas a partir de una superposición de elementos o de modelos ya dados. En vez de proponer un modelo paralelo a los anteriores, se forma un modelo que los engloba y que pretende superarlos de forma indirecta o lateral. Los universos metafóricos son factores determinantes en una cultura, pero tam­bién suponen un peligro por la facilidad con que se les puede convertir en la única realidad posible (Ch. Maillard, 1992: 114). Esto ocurre a menudo cuan­do la metáfora se deteriora: «cuando mengua su actividad hasta que se paraliza y se transforma en concepto […]», un peligro que «no es pernicioso siempre», dice Maillard, siempre que se entienda que dicha paralización corresponde a una «fase necesaria de la actividad comprensiva del hombre». Siempre y cuando no se le otorgue a la metáfora muerta valor de «verdad» (Ch. Mai­llard, 1992: 114-115). Es conveniente, por tanto, considerar la metáfora como núcleo del lenguaje tensivo y tratarla atendiendo a las características que, con fines descriptivos, podría atribuírsele a la realidad. Basta con que el lenguaje sea apto para expresar lo fáctico: .No son acaso los «hechos» un cúmulo de metáforas muertas? Y, si nos bastara con expresar lo que nuestra cultura analítica entiende por fáctico, .no nos quedaríamos mudos frente a gran parte de las circunstancias vitales que no gozan […] de naturaleza factual? (Ch. Maillard, 1992: 117) Aclarada así pues la disparidad entre lo metafórico y lo simbólico, estamos en condiciones de enfrentarnos con mayor flexibilidad interpretativa a algunas de las más frecuentes imágenes (que no ya metáforas en el sentido orteguiano) zambranianas, como por ejemplo el templo. En la cuarta de las cinco partes de El hombre y lo divino, tanto el título como el primer subtítulo nos ofrecen ya una pista claramente emparentada con la ruina: «Los templos y la muerte en la antigua Grecia», seguido del subtítulo, «El templo y sus caminos»: El carácter monumental que en algunos templos todavía resplandece, no se impone y debió de imponerse todavía menos en los tiempos en que su esplendor estaba intacto; [...] El templo todo en su recinto muestra a la vista algo, el mismo en su lugar —que los modernos llamamos paisaje— y una esencia o sustancia propia de la divinidad allí habitante, algo que al fin ha llegado a ser visible, a mostrarse por una acción humana, obediente a las leyes de lo divino (HD, OO. CC. III, 2005: 303). Zambrano, tras abandonar la temática de las ruinas cuarenta páginas más atrás, nos devuelve a una reflexión que parte de la arquitectura, al estar relacionada con las ruinas metonímicamente, diríamos, pero sin hablar de la ruinas ni aun escribir esa palabra una sola vez. Se vale del templo para establecer una rela­ción de contigüidad semántica, y seguir su reflexión por un derrotero ya más religioso y gradualmente alejado de lo arquitectónico: Según se sabe, los templos, griegos o no, se han ido alzando sobre otros anteriores de la misma religión, y en algunos singulares casos dedicados a la misma advocación. Y a esta persistencia de lo sagrado dada en forma mínimamente sensible, corresponde la manifestación de las más veneradas manifestaciones de lo divino […]. Y el templo es entonces la casa, la casa del hombre; no solo protectora, sino irradiante de vida propia. Una casa para el común de los hombres, no de todos los días. Una casa de excepción (HD, OO. CC. III, 2005: 307-308). Se hilvana por tanto con la «casa excepcional» una —por ahora— triple idea, es decir, construida sobre la triada ruina-templo-casa, precisamente antes de entrar en una nueva cuestión de índole musical, la del ritmo. Este aspecto rela­ciona este pasaje con lo expuesto antes sobre Ortega, pues se trata de un ritmo que acompana una vectorialidad inicialmente similar a la que veíamos antes en él, pero Zambrano enseguida marca su diferencia y precisa mediante la obser­vación «el ir ya de una cierta manera según un ritmo», confiriendo prioridad al ritmo y la coreografía frente a la clara y escueta direccionalidad vectorial que favorece Ortega, es decir, el proceso cobra en Zambrano mayor impor­tancia que el objetivo, pues, como ilustrativo ejemplo, ni siquiera se entra en los templos evocados por la pensadora sin las condiciones necesarias («santos pensamientos»), ritualidad que era en sí más relevante que su consecuencia o fin, y siempre acompanada de música y danza: Las procesiones de Eleusis y del Partenón, la peregrinación al oráculo de Delfos marcan los momentos supremos de esta visita a la casa excepcional. El ir ya de una cierta manera según un ritmo, entonando los himnos propios de la divinidad […] imponía ya una especie de conversión a causa de la palabra imperativa que el visitante encontraba grabada en el frontón del templo: «Nadie entra aquí si no es con santos pensamientos». Y así la entrevista con la figura de la divinidad celada en su cella era tan solo el momento culminante al que se accedía después de haber cumplido una serie de acciones rituales. Una suerte de danza, aunque danza aparente no hubiera; una melodía vivida aun sin canto ni música de instrumento alguno. [...] Teoría y danza, conocimiento. La razón se hacia sentir vivificando (HD, OO. CC. III, 2005: 308). Por último habría que mencionar el dintel, cuarto símbolo arquitectónico zambraniano que relacionaría la recepción metafórico-simbólica de Ortega en Zambrano. Si la flecha orteguiana de la que se habló antes sugiere al lector la flecha veloz pero inmóvil de Zenón de Elea, la imagen del dintel es la que proporciona Parménides (también de Elea y maestro de Zenón) a María Zam­brano. Puede constatarse en obras como Los suenos y el tiempo pero sobre todo el El hombre y lo divino, donde, en un contexto totalmente diferente presentado por la autora, el del final del Mundo Antiguo, se habla del «dintel mismo de la aparición del cristianismo» (HD, OO. CC. III, 2005: 291). Es decir, si bien el marco temático en el que se mueve la escritura de Zambrano se desvincula de Parménides8, la adopción del símbolo parmenidiano del dintel se preserva. Aunque aquí parezca que se fuerza una huella simbólica concreta, la continua mención del presocrático en El hombre y lo divino no hace más que confirmar dicha recepción. En su célebre poema Peri physeos (I, 11-12) Parménides menciona el dintel de una puerta que da a dos sendas, la de la Noche y la del Día. Conclusión La recepción metafórica orteguiana en Zambrano se limita a la obra de juven­tud de ésta. A pesar de las frecuentes menciones que de su admirado maestro hace en su obra, puede constatarse una evolución que se desentiende casi por completo de la metáfora, al caminar autónomamente hacia otra dimensión, la simbólica. El desarrollo de un concepto propio como es el de razón poética evidencia dicho distanciamiento del raciovitalismo orteguiano y de todo racio­nalismo en general. Entre Ortega y su forma de meditar sobre la técnica, sobre la ciencia, sobre la metáfora, en definitiva, siempre sobre algo, y Zambrano, cuyo pensamiento no es ya sobre temáticas concretas sino desde el interior de las mismas, hay una abismal diferencia que puede resumirse en pocos puntos: En primer lugar, y como se ha visto, la evolución de la metáfora zambrania­na diverge progresivamente de los primeros puntos en común con Ortega, es decir, metáfora como instrumento de pensamiento, o instrumentalización de la metáfora —de un estricto valor estilístico— para desembocar en campos de reflexión extrametafóricos. En segundo lugar, la desconfianza de Ortega hacia la germinación y consoli­dación de una propia metaforicidad en Zambrano, en el momento en que ésta elabora y madura un estilo propio9. Esta habría sido la primera ruptura de Zambrano con su maestro, a finales de los anos veinte. La instauración de la Segunda República supone un nuevo acercamiento a través del compromiso político, la ilusión que ambos tienen en el nuevo proyecto de regeneración pero también un nuevo alejamiento a raíz del temprano e inesperado silencio político de Ortega en 1932 ante lo que ve antes que casi nadie: la guerra civil, circunstancia radical de radical maniqueísmo en la que se produce el más grave desencuentro entre ambos. Aunque herida por los silencios y actitudes para ella incomprensibles, sigue admirándole, pero no ya imitándole. Ha encontra­do una nueva senda de creación, relacionada con una peculiar elaboración de su experiencia en el exilio. En tercer lugar, la muerte de Ortega en 1955 coincide con la publicación de El hombre y lo divino, que es algo más que un libro, pues hace de parteaguas entre la meditación sociopolítica y la entrada en una nueva fase de creación por la palabra, el inicio del apogeo de su razón poética. No es que la función de la metáfora evolucione, la propia naturaleza de la misma se pone en cuestión ante Juan Fernando Ortega apunta al probable recelo por parte de José Ortega y Gasset ante una brillante alumna, a quien llega a rebajar públicamente con un comentario machista (J. F. Ortega, 1999). el hecho de que difícilmente puede hablarse ya de metaforicidad. El nuevo lenguaje que ha forjado la filósofa ya tiene un carácter de código simbóli­co, donde la palabra se inserta de manera pseudocodificada, en un proceso de generación poética de enorme dificultad. Lo hemos visto con el ejemplo concreto de «dintel», pero lo habríamos podido mostrar también con el de «aurora», «luz», «umbral», «centro» o «sangre», que no serían ya metáforas vivas en vías de lexicalización, sino algo así como cuerpos celestes o astros re­semantizados que gravitan uno junto al otro en una galaxia semiótica personal. La experiencia de Zambrano con su lengua en su fase de madurez deviene así absolutamente ritual o cultual, alejándose superlativamente del pragmatismo y claridad cartesiana de su antiguo maestro. Ortega, prototeorizador de la metáfora con anterioridad a Ricoeur, se limita a hablar de ella, de la metáfora, a veces en un tono verdaderamente lúdico, llegando a sospechar el lector que para seducir, y de hecho el lector acaba seducido. En Ortega el movimiento de significaciones tiende a ceder a las significaciones más estables, mientras que Zambrano, en un tono mucho más místico (influenciada no sólo por los místicos del Siglo de Oro, sino tam­bién por los sufíes del medioevo islámico), escribe desde el enigma. En ella el juego de «interpretabilidades» se hace flexible. Metaforiza hasta elaborar unos símbolos propios que luego pone a flotar cíclica y espiralmente, en busca de un conocimiento no racionalista. La estructura de su propia prosa ensayística se impregna de esta circularidad. Es a partir de El hombre y lo di­vino que podemos decir que lo que hay en Zambrano es estrictamente mito y símbolo. La metáfora se desvanece de su escritura. La lectura de sus obras requiere un grado de concentración y de relectura que sobrepasan cualquier consideración hermenéutica sobre el asunto. No hay tema. La escritura se sacraliza, pasando el objeto tematizado a un segundo plano. Se certifica con esto el fin de la recepción orteguiana y la emancipación o destilación de un estilo propio que ha llegado a tener su propia etiqueta, la de «razón poéti­ca». Todo bajo el deseo de reconciliar pensamiento y creación, tal y como Zambrano confiesa ya desde las primeras páginas de su «programática» obra Filosofía y poesía (1939). Bibliografía Lasaga Medina, J. (2014): Ortega y Gasset. En torno a Galileo. Madrid: Biblioteca Nueva. Edición Digital / e-book. Maillard, Ch. (1992): La creación por la metáfora. Introducción a la razón-poética. Barcelona: Anthropos. Maillard García, M. L. (1997): María Zambrano: La literatura como conocimiento y participación. Lérida: Ensayos / Scriptura, Edicions de la Universitat de Lleida. Moreno Sanz, (2014): Cronología de María Zambrano. En: Zambrano, M.: OO. CC., VI. Barcelona: Galaxia Gutenberg. Ortega y Gasset, J. (2004) [1914]: Ensayo de estética a manera de prólogo (EEP). OO. CC., I. Madrid: Taurus. Ortega y Gasset, J. (2004) [1914]: Meditaciones del Quijote (MQ). OO. CC., I. Madrid: Taurus. Ortega y Gasset, J. (2014 [1932]): En torno a Galileo (EG). Madrid: Ed. José Lasaga Medina. Biblioteca Nueva. Edición digital. Ortega y Gasset, J. (2005) [1921]: Espana invertebrada. OO. CC., III. Madrid: Taurus. Ortega y Gasset, J. (2005) [1931]) «Rectificación de la República», conferencia pronunciada el 6/12/1931 en el Cinema de la Ópera, Madrid. OO. CC., IV. Madrid: Taurus. Ortega, J. F. (1999): «Ortega y Gasset se portó como un machista con María Zambrano». En: Diario El País. 10 de enero de 1999 (10/02/2016). Parménides (2007): .... ....... Poema. Fragmentos y tradición textual. Madrid: Istmo. Platón (1988): Diálogos III. Fedón. Banquete. Fedro. Madrid: Gredos. Ramírez, G. (2014): Presentación Escritos autobiográficos. Delirios. Poemas (1928­1990). En: Zambrano, M., OO. CC., VI. Barcelona: Galaxia Gutenberg, pp. 129-190. Ricoeur, P. (2001) [1975]: La métaphore vive. Paris: Seuil. Trad. esp. Neira, A.: La metáfora viva. Madrid: Cristiandad / Trotta. Senabre Sempere, R. (1964), Lengua y estilo de Ortega y Gasset. Acta Salmanticensia, Universidad de Salamanca, Filosofía y Letras, tomo XVIII, núm. 3. Zambrano, M. (2012) [1922-1926]: Cartas inéditas (a Gregorio del Campo) (CGC). Ed: Santiago Bolanos, M. F. Ourense: Linteo. Zambrano, M. (2015) [1939]: Filosofía y poesía. OO. CC., I. Barcelona: Galaxia Gutenberg. Zambrano, M. (2015) [1930]: Horizonte del liberalismo (HL). OO. CC., I. Barcelona: Galaxia Gutenberg. Zambrano, M. (2011) [1955]: El hombre y lo divino (HD). OO. CC., III. Barcelona: Galaxia Gutenberg. Alejandro Rodríguez Díaz del Real University of Ljubljana Ortega’s Metaphor versus Zambrano’s Symbol. A Divergence. Keywords: metaphor, Ortega y Gasset, vectoriality, symbol, María Zambrano There are great similarities and stylistic analogies between the essays and phil­osophical writings of José Ortega y Gasset (1883-1955) and María Zambrano (1904-1991), derived from the university relationship they had during the late 1920’s, which can be seen in María Zambrano’s respect and admiration towards Ortega y Gasset as her teacher. Taking the use of metaphor in María Zambrano’s works as the starting point of this analysis, the present article explores the evolution of Zambrano’s style, from a remarkable initial Ortegan influence in her very early writings to how she defines her own path, where the metaphor slowly disappears and the symbol becomes an increasingly cen­tral element of her literary expression. Alejandro Rodríguez Díaz del Real Univerza v Ljubljani Metafora Ortega y Gasseta nasproti simbolu Maríe Zambrano. Divergenca Kljuène besede: metafora, Ortega y Gasset, vektorialnost, simbol, María Zambrano V esejistiènem in filozofskem pisanju Joséja Ortega y Gasseta (1883–1955) in Maríe Zambrano (1904–1991) obstajajo velike podobnosti in slogovne ana­logije, ki izvirajo iz njunih univerzitetnih stikov ob koncu dvajsetih let 20. stoletja in iz »uèenkinega« obèudovanja uèitelja. Èlanek na podlagi rabe me­tafore pri obeh avtorjih analizira razvoj in osamosvojitev Maríe Zambrano od zaèetnega Ortegovega vpliva v njenih zgodnjih besedilih do izoblikovanja in izèišèenja lastne poti, na kateri se metafora umakne simbolu kot osrednjemu elementu avtorièinega literarnega izraza. RESENAS María Luisa Pérez Bernardo (ed.) (2014): De siglo a siglo (1896-1901). Crónicas periodísticas de Emilia Pardo Bazán. Madrid: Pliegos; 346 pp. De siglo a siglo es un amplio estudio sobre la obra periodística de Emilia Pardo Bazán, donde se incluyen las crónicas nacidas al calor de los acontecimientos ocurridos tras el 98. El texto es una colección de artículos que dona Emilia quiso editar en el tomo XXIV de sus Obras completas. En estos ensayos se mues­tran una infinidad de temas y preocupaciones que tenía la escritora gallega durante el periodo finisecular. En concreto, Bazán pone en evidencia la gene­ral indiferencia pública ante la guerra Hispano-Americana (1898) y la crítica situación social, política y religiosa de Espana en este tiempo. También la pe­riodista trata sobre el feminismo, denunciando las desigualdades que existían en la sociedad espanola tanto en el ámbito de la formación académica, como en el laboral. María Luisa Pérez Bernardo incluye una introducción dividida en seis partes: un apartado dedicado a la vida y obra de Emilia Pardo Bazán, otro al estu­dio del feminismo, así como a los crímenes de mujeres, crónicas de temas religiosos y aquellas referentes a la cuestión del 98. En este libro se incluyen también los cuarenta y nueve artículos, de los cuales, cuarenta y cinco pro­ceden de “La vida contemporánea” (1896-1915), pero como bien senala la editora, la mayoría de ellos fueron reelaborados, corregidos y readaptados de los primeros. Entre los que nunca fueron publicados en la revista La Ilustración Artística y que se encuentran en De siglo a siglo destacan: “Fiestas caritativas” junio de 1896, “Columnas de humo” julio de 1896, “El país de las castanuelas” diciembre de 1896, “Viuda de un marino” septiembre de 1899, y “Gotas de agua” octubre de 1899. La edición también incluye una amplia bibliografía y numerosas notas al pie de página, donde se incluye información adicional que puede ser de interés para el lector. Pérez Bernardo comenta que Dona Emilia Pardo Bazán tuvo un papel muy relevante en la historia del periodismo espanol de finales del siglo XIX y co­mienzos del XX; demostró una preparación y altura intelectual excepcionales para su época. La escritora gallega tuvo acceso a los más acreditados medios de la prensa y llegó a participar como profesional de los medios de información en toda clase de publicaciones. La intensificación de su labor periodística se produjo en los últimos anos de la década de los ochenta, alentada por el éxito literario que había tenido con sus novelas realistas-naturalistas. Ella fue no sólo fundadora, sino también redactora de diferentes publicaciones periódi­cas; encuadrándose su escritura por completo de las exigencias y característi­cas de los diarios de su tiempo. En la introducción se senala que la escritora gallega tras el Desastre del 98 se mostró más crítica hacia la situación política, religiosa, educativa y social de Espana. En todo caso, la editora muestra que Pardo Bazán a través de estas crónicas tenía un afán por acrecentar el bajo ni­vel educativo y la cultura de los espanoles, así como mejorar la situación social en torno a la mujer. En general, esta edición de De siglo a siglo es de gran relevancia porque en ella se muestra un aspecto aún no muy estudiado por los críticos, es decir, la preocupación que tenía Emilia Pardo Bazán por la situación de Espana tras el Desastre del 98. A través de la lectura de estas crónicas se plasma la denun­cia y crítica generalizada hecha en una serie de artículos aparecidos en otras publicaciones periódicas. El conjunto de estos artículos periodísticos supone así una revisión actualizada, de las múltiples facetas de Emilia Pardo Bazán, abriendo camino a futuras investigaciones. Entre los aciertos de la editora hay que valorar las numerosas notas al pie de página con referencias explicativas a diferentes personajes históricos de la época, y que la crítica explicita y do­cumenta muy bien. Por último, hay que reconocer la buena redacción de esta introducción, puesto que está escrita con una excelente prosa. Ligia García Béjar Universidad Panamericana Guadalajara, México Riita Oittinen, Blanca-Ana Roig Rechou (coords.) (2016): A Grey Background in Children‘s literature: Death, Shipwreck, War, and Disasters - Literatura infantil y juvenil con fondo gris: muerte, naufragios, guerras y desastres. München: Iudicium Verlag; 327 pp. Los temas considerados tabú o difíciles llevan ganando terreno en la literatura infantil y juvenil desde los anos noventa. También la crítica literaria, sobre todo los investigadores y los estudiosos de la literatura infantil y juvenil, ha percibido el fenómeno que se viene desarrollando sistemáticamente desde el inicio del siglo XXI. El monográfico A Grey Background in Children‘s literature: Death, Shipwreck, War, and Disasters - Literatura infantil y juvenil con fondo gris: muerte, naufragios, guerras y desastres es un buen ejemplo del intento de abarcar lo inabarcable, pues presta atención investigadora a un fenómeno simultáneo a sí mismo, lo que dificulta su trabajo. En primer lugar, porque a falta de distan­cia temporal, el corpus de los textos es incontrolable. Otra de las dificultades del trabajo con ‚la materia viva‘ es una posible falta de distanciamiento y dejar­se influir por los autores, las editoriales, el mercado, etc. Todo esto hace que la reflexión crítica sea todavía más ardua, no obstante, también más necesaria, ya que requiere más valentía, conceptos críticos todavía más claros y una visión panorámica sobre un terreno difícilmente abarcable. El monográfico A Grey Background in Children‘s literature: Death, Shipwreck, War, and Disasters - Literatura infantil y juvenil con fondo gris: muerte, naufragios, guerras y desastres reúne todas estas características. Es más, se trata de uno de los trabajos pioneros que desde la ANILIJ (Asociación Nacional de Investiga­ción en Literatura Infantil y Juvenil) vienen enriqueciendo la reflexión sobre la LIJ (literatura infantil y juvenil) espanola, ibérica y muchas veces también hispanoamericana que en comparación con la reflexión sobre otras literatu­ras infantiles y juveniles (por ejemplo, la alemana, la holandesa, la sueca o la noruega) está mucho menos cultivada (Oittinen, Roig Rechou, 2016: 21). Muchos de los monográficos publicados por ANILIJ y por su sección ELOS (Asociación galego-portuguesa de investigación en Literatura Infantil e X/Ju­venil) están dirigidos también «a los mediadores entre el libro y el receptor», ya que son instrumentos imprescindibles para los que «planifican una buena educación literaria» (Oittinen, Roig Rechou, 2016: 8). Esto es todavía más im­portante porque se trata de manuales «que tienen en cuenta todos los agentes que intervienen en la comunicación literaria» (Ibid). El monográfico resenado contiene 19 contribuciones de 26 investigadores, por lo cual ofrece una buena panorámica de la investigación ibérica actual de la LIJ. Las investigaciones que reúne se centran en cuatro campos temáticos, a saber: la muerte, los conflictos bélicos, la censura de temas difíciles y los pe­ligros del mar. El tratamiento de la muerte, tradicionalmente considerado uno de los temas más difíciles y por lo tanto censurado, ha sido el que ha merecido más aten­ción, ya que ha sido analizado en diez capítulos. Veljka Ruzicka y Lourdes Lorenzo en su contribución preliminar «Reviews of death in literature and films for children and a study of the fluxes of translation» lo abordan desde un punto de vista comparatista, trazando una morfología en diferentes lite­raturas europeas y destacando las vías más utilizadas para acercarlo a los más pequenos, las formas menos utilizadas (como el suicidio) y las inexistentes (asesinato). Concluyen su estudio con una comparación entre la recepción de los mismos títulos en Espana, Suecia, Inglaterra, Austria, Suiza, EE.UU. y Alemania. Txabi Arnal Gil, Xabier Etxaniz y José Manuel López Gaseni analizan en «Los personajes en los álbumes y los libros ilustrados infantiles que abordan el tema de la muerte» cincuenta y siete álbumes, centrándose en la tipología de los protagonistas para comprobar y parcialmente refutar la hipótesis de Teresa Colomer quien anunciaba la presencia de animales huma­nizados para imponer la distancia entre los hechos narrados y el lector. Los autores de la investigación revelan «una notable valentía por parte del álbum y el libro ilustrado infantil, los cuales se atreven a abordar, directamente, y sin la mediación de animales protagonistas, aspectos muy delicados relacionados con el fin de la vida, como son la muerte del nino y de la madre» (66). Luna Bal­dallo González en su contribución «El tratamiento de la muerte. Aportaciones del álbum ilustrado al folklore. El caso particular de El cielo de Anna de Stian Hole» desde una óptica comparatista analiza el tema de la muerte atendiendo el doble código lingüístico-visual empleado en álbumes ilustrados. María Jesús Barsanti Vigo en «Understandings and misunderstandings about death in Spa­nish and German Children‘s literature» aborda el tema a partir del análisis de dichos y refranes, analizando cuáles son los que se adaptan y cuáles no a la ca­pacidad interpretativa de los más jóvenes. María José Corvo en «Ente, Tod und Tulpe and The Princess Bride. From the Illustrated Book to the Novel: Different Representations of Death in the Children‘s Literature» presenta un análisis comparatista de la obra de Wolf Erlbruch y William Goldman, ponderando las similitudes a pesar de las diferencias que conllevan los géneros tan distintos como el álbum y la fantasía épica americana. Domingo Duenas Llorente en «Violencia y muerte como oportunidades de redención en la narrativa juve­nil de Jordi Sierra y Fabra» analiza las características de este autor catalán de bestseller, comparando sus técnicas con las que utilizan los géneros populares. Rebeca López González en «Let us Die, but of Laughter! The Way Death is Dealt with in Animated Feature Films Today» analiza la representación de la muerte en tres películas animadas de DreamWorks (Shrek, Bee Movie y Kung Fu Panda 2) y de Pixar (Finding Nemo, Up y Brave), destacando las diferencias: mientras que las películas de Pixar tratan el tema de la muerte como un hecho de la vida con el que tenemos que enfrentarnos para conciliarnos con ella, las películas de DreamWork tratan el tema con menos respeto, pero con un toque de humor. Erica Lozano Simón en «El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch. Análisis de respuestas lectoras con un grupo de ninos de Educación Infantil y Primaria», a su vez, ofrece en su contribución al monográfico una práctica educativa bien documentada. Sara Núnez de la Fuente en «El doble y la muer­te en la narrativa juvenil y juvenil de Gustavo Martín Garzo» relaciona el mo­tivo del doble con el tema de la muerte en dos obras del autor vallisoletano, El hada que quería ser nina y La princesa manca. Beatriz Rodríguez Rodríguez bajo el título «La muerte y la traducción en la literatura infantil contemporánea» presenta su análisis traductológico del tema de la muerte, analizando distintas miradas culturales sobre el tema para centrarse en el intervencionismo del traductor (educativo, moral o pedagógico) para adecuarse a las habilidades y capacidades del lector más joven. Los conflictos bélicos son otro campo temático analizado en el monográfico, ya que en la LIJ actual también se reflejan las palabras de Peter Hunt quien senala que «la infancia debe ser protegida de la brutalidad de la guerra pero no privada de su conocimiento» (citado por Mocino González en Oittinen, Roig Rechou, 218). Las contribuciones de este apartado se centran bien en obras de autores brasilenos, espanoles y gallegos, bien analizan los reflejos de la Segun­da Guerra Mundial en la LIJ espanola. Vera Teixeira de Aguiar en «La guerra en la literatura infantil: las luchas sociales según Joel Rufino dos Santos» des­taca la importancia de la guerra en la obra de este autor brasileno, comentando que desde su obra pueden seguirse las luchas sociales y la denuncia de los pro­blemas económicos, políticos y civiles de la sociedad brasilena del siglo XIX y del inicio del siglo XX. Cristina Canamares Torrijos y César Sánchez Ortiz en «Ecos de la Guerra Civil espanola en Los músicos ambulantes, de Antoniorro­bles» analizan las tres versiones de Los músicos ambulantes de Antoniorrobles, enmarcados en tres momentos difíciles de la sociedad espanola: la guerra ci­vil, tiempo inmediatamente después de conflicto bélico y en la apertura del Régimen franquista. Carmen Fereira Boo en «La guerra en el álbum narrativo en lengua gallega» analiza diez álbumes gallegos publicados en el siglo XXI que se aproximan a la temática bien de forma simbólica bien histórica, directa o indirectamente. Isabel Mocino González en «El mar y la guerra en la narrativa juvenil del escritor gallego Rafael Lema» se centra en la novela histórica del gallego titulada U-49, única obra gallega en la que se trata la Primera Guerra Mundial y el papel de Galicia en ella. Antonio Ortiz Ballesteros y José Vicente Salido en «La Segunda guerra mundial en la LIJ espanola a partir de los anos 90» ofrecen una amplia bibliografía sobre los conflictos bélicos y analizan un número reducido de obras sobre la Segunda guerra mundial que empezaron a publicarse en abundancia en los anos noventa. Su análisis abarca la novela his­tórica, su aportación para la LIJ, la intención de los autores, la calidad literaria y su contribución a la memoria histórica de ninos y adolescentes. Los autores destacan sobre todo el respeto para con sus lectores, y, consecuentemente, la calidad literaria que presentan las obras El festín de la muerte de Jesús Díez de Palma y El último gigante de M. Ángel Fernández-Pacheco. Son menores en número, aunque no en peso, los trabajos que tratan la censura de los temas difíciles. Es la imagen del lector la que suele dictar las decisiones del traductor en el momento de elegir las estrategias de la traducción. Según Riitta Oittinen además de cuestiones éticas, se trata de cuestiones ideológicas, puesto que suele ser la ideología la que dicta bien la domesticación bien la extranjerización (Oittinen 2016: 16). Mar Solino Pazó en «La traducción de situaciones reales injustas a través de la mirada de Ursula Wölfel» centra su investigación en las estrategias traductológicas necesarias en el ajuste de una obra al pasar de una a otra cultura en el caso de la traducción espanola de la obra de Wölfel Die grauen und die grünen Felder. Su estudio contrastivo abarca normas matriciales, el análisis y la reflexión sobre el medio mixto (imagen y palabra). Rosa Tabernero en «El universo de Kitty Crowther. Aproximación al tratamiento de los temas tradicionalmente considerados difíciles en el dis­curso literario infantil» se centra en la obra de Kitty Crowder por considerar que en los últimos anos ha conseguido crear un universo propio en el que los temas tradicionalmente considerados inadecuados surgen de manera natural sobre todo a partir del álbum y también de las respuestas de los lectores. El último campo temático del volumen está representado por los peligros del mar: Alice Áurea Penteado Martha en «Seas never sailed before: abandonment and death in young people‘s literature» centra su estudio en el análisis de la obra O livro negro de Thomas Kid de Sheila Hue, destacando su estrecha relación con la novela de aventuras y bildungsroman. Manuela Vásquez Vargas, a su vez, bajo el título «La elaboración discursiva del mar en la obra de Juan Farias» abarca la obra literaria de este autor desde el discurso biográfico, didáctico, de la cotidianidad, imaginativo, en el que la vida y la muerte se tratan a partir de los personajes vinculados al mar. El monográfico resenado analiza temas difíciles a partir de distintos campos temáticos y metodológicos, entre ellos comparatistas, contrastivos y traducto­lógicos, haciéndose/conviertiéndose en una referencia obligatoria tanto para todo investigador de la LIJ, como de los temas considerados tabú. Barbara Pregelj Universidad de Nova Gorica Eslovenia DATOS BIOGRÁFICOS DE LOS AUTORES Metka Bezlaj Metka Bezlaj está cursando su último ano de máster en Lengua y Literatura Espanolas y Francesas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zagreb, Croacia. Actualmente se encuentra preparando su tesis de máster. Dicha investigación examina los infinitivos en espanol y en francés desde una óptica comparativa. Además de la lingüística comparativa, se interesa por la sociolingüística y la lingüística de corpus. Trabaja como estudiante asistente en su facultad de origen y tiene experiencia como ensenante en una academia de idiomas. Dirección: Sveuèilište u Zagrebu Filozofski fakultet Odsjek za romanistiku Ivana Luèiæa 3 10000 Zagreb Hrvatska Correo electrónico: metkabezlaj@yahoo.com Majda Bojiæ Majda Bojiæ é licenciada em Literatura Comparada e Língua e Literatura Francesas pela Faculdade de Filosofia e Letras da Universidade de Zagreb, Croácia. Desde 2005 trabalha como assistente no Curso de língua e literatura portuguesas da Faculdade de Filosofia e Letras da Universidade de Zagreb. Doutorou-se em 2013 (Memória e identidade na obra de Milton Hatoum). Entre as principais áreas de investigaçao inclui estudos de memória, teoria literária, estudos comparados, literatura portuguesa, brasileira e literaturas africanas de expressao portuguesa. Endereço: Sveuèilište u Zagrebu Filozofski fakultet Odsjek za romanistiku Ivana Luèiæa 3 10000 Zagreb Hrvatska Correio eletrónico: majda.bojic@gmail.com Betina Campuzano Profesora en Letras por la Universidad Nacional de Salta. Cursa el Doctora­do en Humanidades en la Universidad Nacional de Tucumán. Se desempena como Profesora Adjunta de la Cátedra «Literatura Hispanoamericana» en la UNSa desde el ano 2011. Ha participado en varios proyectos de investiga­ción sobre el área. Ha coordinado Retratos y atmósferas urbanas. Recordando a Pedro Lemebel (2016) y ha compilado, junto con Elena Altuna, Vertientes de la contemporaneidad. Géneros híbridos y nuevas subjetividades en la literatura latinoamericana (2016). Dirección: Pueyrredón 1031, 5 B 4400-Salta Capital Argentina Correo electrónico: betinacampuzano@gmail.com Carlos Folgar Carlos Folgar é professor efetivo de Língua Espanhola na Universidade de Santiago de Compostela. Exerce o seu labor docente na Faculdade de Huma­nidades, sita no Campus Universitário de Lugo. Atingiu o grau de doutor em Filologia Hispânica pela universidade compostelana, com uma tese acerca da sintaxe do castelhano medieval. Além de uma vintena de artigos, é autor dos livros Diacronía de los objetos directo e indirecto (del latín al castellano medieval) (Santiago de Compostela: Serviço de Publicaçoes da Universidade de Santiago de Compostela, 1993) e Lecciones sobre la lengua del Quijote, este em parceria com Margarita Turrión (Lugo: Axac, 2007). Endereço: Universidade de Santiago de Compostela Faculdade de Humanidades Departamento de Língua e Literatura Espanholas, Teoria da Literatura e Linguística Geral Avenida da Filarmónica Lucense, 1 E – 27002 Lugo Espana Correio eletrónico: carlos.folgar@usc.es David Heredero Zorzo David Heredero Zorzo es licenciado en Historia por la Universidad Complu­tense de Madrid y Máster en Lingüística Aplicada a la ensenanza de espanol como lengua extranjera por la Universidad Nebrija de Madrid. Desarrolla su labor como profesor de ELE en Eslovenia, como lector en la Facultad de Fi­losofía y Letras de la Universidad de Ljubljana y en diferentes Institutos de ensenanza secundaria. Ha realizado ponencias y talleres en la Universidad de Ljubljana y la Universidad Nebrija, entre otras instituciones, y tiene varias publicaciones. Sus principales intereses de investigación son la retórica inter­cultural, la expresión escrita y los géneros discursivos. Dirección: Sebenje 31 SI-4260 Bled Slovenija Correo electrónico: davidherederozorzo@gmail.com Uršula Kastelic Vukadinoviæ Uršula Kastelic Vukadinoviæ es licenciada en Filología Hispánica y Eslovena, y posee el Máster Universitario en Filología Hispánica por la Universidad de Ljubljana. Trabaja en el Instituto de Educación Secundaria Gimnazija Jožeta Pleènika Ljubljana. Aparte de ejercer la docencia se ha especializado en la lite­ratura mexicana (Juan Rulfo, Carlos Fuentes y Octavio Paz), concentrándose en el estilo, el empleo de las palabras culturales y otras características de la lengua y su traducción al esloveno. Ha sido correctora de los manuales escola­res, de la gramática espanola en esloveno y del diccionario espanol-esloveno y esloveno-espanol. Dirección: Gimnazija Jožeta Pleènika Ljubljana Šubièeva 1 SI-1000 Ljubljana Slovenija Correo electrónico: ursa.kastelic@gjp.si Blažka Müller Pograjc Blažka Müller Pograjc é leitora da língua e cultura portuguesas no Departa­mento de Línguas e Literaturas Românicas da Faculdade de Filosofia e Letras da Universidade de Ljubljana. Desenvolve atividades de docencia e investi­gaçao em Linguística, prioritariamente centrada nas línguas portuguesa e es­panhola. Tem publicado artigos vários, na Eslovénia e no estrangeiro, várias traduçoes literárias dos autores portugueses, brasileiros e espanhóis e o di­cionário Portugues-Esloveno, Esloveno-Portugues. Participou como autora e co-autora de vários capítulos do manual universitário Descriçoes e Contrastes Tópicos de Gramática Portuguesa com Exemplos Contrastivos Eslovenos, publicado pela Znanstvena založba FF, Universidade de Ljubljana. Em 2016, doutorou­ se em Linguística. Endereço: Oddelek za romanske jezike in književnosti Filozofska fakulteta Univerza v Ljubljani Aškerèeva 2 SI-1000 Ljubljana Slovenija Correio eletrónico: blazka.muller@guest.arnes.si Maša Musulin Maša Musulin trabaja desde 2011 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zagreb, Croacia, donde imparte Lexicología y lexicografía es­panolas, Variedades sociolingüísticas y dialectales del espanol, Estudios hispá­nicos dentro del marco de la lingüística románica y general y Formación de palabras en el espanol contemporáneo. En 2014 defendió su tesis de docto­rado titulada Descripciones contrastivas de los sistemas fonológicos de las variedades estándar de la lengua espanola. Ha publicado varios artículos y participado en diferentes congresos internacionales. Sus ámbitos de interés son fonología, lingüística aplicada y lenguas de herencia. Dirección: Sveuèilište u Zagrebu Filozofski fakultet Odsjek za romanistiku Ivana Luèiæa 3 10000 Zagreb Hrvatska Correo electrónico: mmusulin@ffzg.hr Felipe Oliver Doctor en Literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actual­mente trabaja como profesor e investigador en el Departamento de Letras Hispánicas de la Universidad de Guanajuato. Es vocero del Cuerpo Académico «Estudios de poética y crítica literaria hispanoamericana». Cuenta con dos libros publicados y decenas de artículos en diversas revistas internacionales. Dirección: Departamento de Letras Hispánicas Universidad de Guanajuato Ex-Convento de Valenciana S/N; Mineral de Valenciana; C.P. 36240; Guanajuato, Gto. México Correo electrónico: zamboliver@hotmail.com Eugenia Ortiz Gambetta Profesora y licenciada en Letras por la Universidad Católica Argentina y Doc­tora en Filología Hispánica por la Universidad de Navarra (Espana). Ha sido profesora en la Universidad de Montevideo y la Universidad de la República (Uruguay) y profesora invitada de la Universidad Diego Portales (Chile). Su tesis doctoral se publicó con el título Modelos de civilización en la novela de la Organización Nacional. En 2014 recibió una beca del Iberoamerika Zentrum de la Universitat Heidelberg (Alemania) para realizar una estancia de estudios posdoctorales. Actualmente es becaria posdoctoral del CONICET (Argenti­na) con sede en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Dirección: Bilbao 826 1642 San Isidro, Buenos Aires Argentina Correo electrónico: eortiz@fahce.unlp.edu.ar Ana Cecilia Prenz Kopušar Investigadora de Literatura Espanola en el Departamento de Estudios Hu­manísticos de la Universidad de Trieste, Italia. Se dedica al estudio del tea­tro espanol del Renacimiento, de la literatura judeoespanola en los Balcanes y del teatro argentino contemporáneo. En la misma institución coordina los siguientes proyectos: «Convergencias Peninsulares, ibérica, itálica, balcánica» entre la Universidad de Trieste y la Universidad de Sarajevo; y «Participación, investigación y formación Italia-Paraguay: alfabetización y escolarización de la infancia». Ha publicado, entre otras cosas, Da Sefarad a Sarajevo. Percorsi interculturali: le multiformi identita e lo spazio dell’Altro (CollanaBeth, ed. Esse­libri, Napoli, 2006); Contigüidades culturales en las piezas romanas de Bartolomé de Torres Naharro (Ediciones de la Universidad de La Plata, 2008); Incontri/ Disincontri, due percorsi nella cultura e letteratura spagnola e ispanoamericana (Edi­ciones de la Universidad de La Plata, 2008); Esterka de Laura Papo Bohoreta: drama en tres actos en judeoespanol de la comunidad sefardí de Bosnia, (La Plata: Biblioteca Orbis Tertius, Universidad Nacional de La Plata; Archivo Histórico de Sarajevo, 2012), Manuscritos de Laura Papo Bohoreta I y II (eds. 2015 y 2016). Dirección: Universita degli Studi di Trieste Dipartimento Studi Umanistici Androna Campo Marzio 10 34123 Trieste Italia Correo electrónico: prenzac@units.it Alejandro Rodríguez Díaz del Real Alejandro Rodríguez Díaz del Real se doctoró en Literatura el ano 2016 por la Universidad de Ljubljana con la tesis titulada Análisis de la metáfora en la escritura filosófica y literaria de José Ortega y Gasset y María Zambrano. Anterior­mente, en 2001, obtuvo el título de Magister Artium en Filología Románica por la Universidad de Heidelberg, tras haberse licenciado en Filología Alemana por la Universidad de Sevilla (1998). Comienza a ensenar espanol y cultura hispánica en la Universidad de Heidelberg (1998-2001). Continúa en la de Aquisgrán (2001-2005), y desde 2005 en la Universidad de Ljubljana, donde actualmente es lector de espanol y ensena —además de espanol para hispanis­tas y no hispanistas— historia cultural de Espana, Arte espanol e hispanoame­ricano y Relaciones culturales entre Espana y América. Sus áreas preferentes de investigación son la dimensión simbólica y metafórica entre escritura y realidad en el ensayo y la novela, así como la relación histórica entre Espana y América, en particular durante los siglos XVI y XVII. Desde mediados de 2016 es coordinador de Erasmus (income students). Dirección: Oddelek za romanske jezike in književnosti Filozofska fakulteta Univerza v Ljubljani Aškerèeva 2 SI-1000-Ljubljana Slovenija Correo electrónico: Alejandro.DiazDelReal@ff.uni-lj.si Javier San Julián Solana Es licenciado en Filología Hispánica. Se doctoró por la Universidad de Oviedo con la tesis La expresión sustantiva de la cuantificación en espanol. En la actualidad, desarrolla su actividad docente en el Departamento de Filología Espanola de dicha universidad. Su investigación, de la que se ha derivado la monografía Los numerales sustantivos en espanol, así como varios artículos, está centrada en el estudio de la gramática de los cuantificadores sustantivos. Ha realizado una estancia de investigación de tres meses en la Universidad de Massachusetts en Amherst y una estancia docente en la Universidad de Ljubljana. Dirección: Universidad de Oviedo Dpto. de Filología Espanola Campus de El Milán, despacho 2410 C/ Teniente Alfonso Martínez, s/n E-33011 Oviedo Espana Correo electrónico: jsanjulian@uniovi.es Gemma Santiago Alonso Gemma Santiago Alonso es licenciada en Filología Hispánica por la Universi­dad Complutense de Madrid y doctora en Didáctica de lenguas extranjeras por la Universidad de Ljubljana, donde trabaja como pofesora de lengua espanola en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Ljubljana. Además, es miembro de la comisión para la lengua espanola del Centro Nacional de Exámenes de Eslovenia. Sus áreas de interés, siempre enmarcadas dentro de la lingüística aplicada, se centran tanto en la adquisición de segundas lenguas como en el procesamiento de la gramática desde la perspectiva de la lingüística cognitiva. Asimismo, desde hace anos se ha dedicado a la investigación de las interlenguas en los aprendices eslovenos así como al análisis e interpretación de sus errores lingüísticos. Dirección: Oddelek za romanske jezike in književnosti Filozofska fakulteta Univerza v Ljubljani Aškerèeva 2 SI-1000 Ljubljana Slovenija Correo electrónico: gemma.santiago@ff.uni-lj.si Marjana Šifrar Kalan Es profesora titular de Didáctica de espanol/lengua extranjera en el Departa­mento de Lenguas y Literaturas Romances en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Ljubljana. Es formadora de profesores de lenguas extran­jeras y ha impartido cursos para profesores dentro de la Consejería Nacional de Educación de Eslovenia, el Centro Nacional de Exámenes de Eslovenia y el Centro de Educación Pedagógica de la Facultad de Filosofía y Letras. Es (co)autora de varios libros y artículos sobre la ensenanza y el aprendizaje de una lengua extranjera. Ha escrito numerosas resenas para los manuales de ELE para la ensenanza reglada en Eslovenia. Sus campos de investigación se refie­ren al aprendizaje/ensenanza de vocabulario, disponibilidad léxica, estrategias de aprendizaje, desarrollo de la expresión oral, examinación y evaluación, y formación de profesores. Dirección: Oddelek za romanske jezike in književnosti Filozofska fakulteta Univerza v Ljubljani Aškerèeva 2 SI-1000 Ljubljana Slovenija Correo electrónico: marjana.sifrar-kalan@ff.uni-lj.si Bojana Tomc Estudió espanol y latín en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Ljubljana, donde se doctoró en 2016 con la tesis Motivos clásicos en el teatro espanol de los Siglos de Oro. Imparte clases de espanol y latín en el Colegio Clá­sico Diocesano (Škofijska klasièna gimnazija) Ljubljana. Sus principales áreas de investigación son la pervivencia de la literatura clásica grecorromana en la lite­ratura espanola de los Siglos de Oro y las estrategias de animación a la lectura. Dirección: Škofijska klasièna gimnazija Štula 23 SI-1210 Ljubljana Šentvid Slovenija Correo electrónico: bojana.tomc@guest.arnes.si NORMAS EDITORIALES Los editores invitan a enviar artículos, ensayos y resenas inéditos para su publicación en la revista. Las aportaciones se publican en espanol, portugués, catalán y gallego. Los trabajos serán evaluados por el sistema de revisión de pares (sistema de selección de artículos de doble ciego) y analizados por el consejo de redacción. Los originales deberán corresponder a las normas de edición de la revista: 1. Extensión máxima: 30.000 caracteres con espacios (texto, notas y bibliografía). 2. Formato de la página: los márgenes, tanto izquierdo y derecho como superior e inferior, 2,5 cm. 3. Tipo de letra: Times New Roman de 12 puntos para el cuerpo del texto y 10 para las notas a pie de página. 4. Espacio interlineal: 1,5. 5. Composición: 5.1. Nombre del autor: primera línea a la izquierda. 5.2. Centro de trabajo: debajo del nombre del autor. 5.3. Título: dos retornos más abajo, en negrita. 5.4. Cinco (5) palabras clave: dos retornos más abajo, a la izquierda. 5.5. El cuerpo del texto comenzará después de dos retornos manuales. Utilice justificación completa (es decir, márgenes izquierdo y derecho); no use líneas adicionales entre párrafos. 5.6. Los párrafos estarán sangrados (a 1,25 en la regla). 5.7. Si el trabajo está subdividido en apartados se numerarán (Ej. 1., 1.1, 1.1.2, etc.) y los subtítulos aparecerán en minúscula negrita. El texto seguirá sin línea en blanco. 5.8. Los ejemplos y palabras destacadas deben ir en cursiva. 5.9. No pagine el documento. 6. Las citas, si son breves, hasta tres líneas, van en el cuerpo del texto entre comillas (« »). Las con más de tres líneas constituirán párrafo aparte, se sangrarán (1,25 en la regla) e irán sin comillas. La omisión de texto de una cita se indicará mediante tres puntos suspensivos entre corchetes cuadrados […]. 7. Las referencias bibliográficas se incluirán en el texto, entre paréntesis: el apellido del autor seguido del ano de publicación y, ocasionalmente, del número de la(s) página(s). Ejemplos: 7.1. El apellido del autor seguido del ano de publicación y del número de la(s) página(s). Ej.: (Rodríguez Puértolas, 1981: 229–231); Rodríguez Puértolas (1981: 229–231). 7.2. El apellido del autor seguido del ano de publicación, si se trata de referencia general. Ej.: (Rodríguez Puértolas, 1981). 8. Las notas figurarán siempre a pie de página (en Times New Roman de 10 puntos ) y son meramente aclaratorias. En modo alguno servirán para incluir sólo referencias bibliográficas. Las llamadas de las notas en el interior del texto se indicarán con números volados delante de los signos de puntuación. 9. La lista completa de referencias y literatura citada aparecerá al final del trabajo después de dos líneas en blanco bajo el título Bibliografía. Debe contener todas las obras mencionadas en el cuerpo del texto y de las citas. Ejemplos: • Libros: Cabanas, P. (1948): El mito de Orfeo en la literatura espanola. Madrid: Ares. • Artículos: Rojo, G. (1974): «La temporalidad verbal en espanol». En: Verba, 1, 68–149. • Capítulo o artículo dentro de una colección García Fernández, L. (2008): «Las clasificaciones de las perífrasis verbales espanolas». En: Francisco Carriscondo Esquivel, Carsten Sinner (eds.), Lingüística espanola contemporánea. Enfoques y soluciones. Múnich: Peniope. De Miguel, E. (2006): «Tensión y equilibrio semántico entre nombres y verbos: el reparto de la tarea de predicar». En: Milka Villayandre (ed.), Actas del XXXV Simposio de la Sociedad Espanola de Lingüística. León: Ediciones del Dpto. de Filología Hispánica y Clásica, Universidad de León, 1289–1313. • Diccionario Real Academia Espanola (200122): Diccionario de la lengua espanola. DRAE. Madrid: Espasa-Calpe. Seco, M., Andrés O., Ramos G. (2004): Diccionario fraseológico documentado del espanol actual. Locuciones y modismos espanoles. Madrid: Aguilar. • Cite las fuentes electrónicas según los patrones generalmente aceptados. Tras dos puntos, se indicará la dirección electrónica completa y entre paréntesis la fecha en la que se han descargado los datos. Van Dijk, T. A. (1995): «De la gramática del texto al análisis crítico del discurso», BELIAR (Boletín de Estudios Lingüísticos Argentinos), 2, 6: http:// www.teun.uva.nl/teun (06–10–2003). 10. Después de la bibliografía seguirán dos resúmenes con título completo y palabras clave en la lengua en la que está escrito el artículo y en inglés. El volumen de cada resumen no debe exceder los 1500 caracteres (incluyendo espacios). 11. Al final del texto (después de los resúmenes) deberá figurar la información biográfica (de no más de 100 palabras) en la lengua en la que está escrito el artículo indicando también la institución a la que pertenece el autor, la dirección electrónica (e-mail) y la dirección postal. Los originales que no se adapten a estas normas se devolverán a su autor para que los modifique. Las colaboraciones en la revista VERBA HISPANICA no serán remuneradas. Envíe su artículo hasta el 31 de mayo de 2017 por correo electrónico (verba. hispanica@ff.uni-lj.si) o impreso junto con la versión en CD a la dirección: VERBA HISPANICA Oddelek za romanske jezike in književnosti Filozofska fakulteta Aškerèeva 2 SI-1000 Ljubljana Slovenija VERBA HISPANICA XXIV • INTERCAMBIO Hemos recibido en canje las siguientes revistas y publicaciones: ANALECTA MALACITANA Universidad de Málaga, Málaga – Espana ANUARIO DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS Universidad de Extremadura, Cáceres – Espana BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPANOLA Real Academia Espanola, Madrid – Espana CATALAN JOURNAL OF LINGUISTICS Universitat Autónoma de Barcelona, Barcelona – Espana CUADERNOS DEL INSTITUTO HISTORIA DE LA LENGUA Cilengua, La Rioja – Espana CUADERNOS HISPANOAMERICANOS Agencia Espanola de Cooperación Internacional, Madrid – Espana ESPANOL ACTUAL Agencia Espanola de Cooperación Internacional, Madrid – Espana ESTUDIOS DE LINGÜÍSTICA Universidad de Alicante – Espana ESTUDIS ROMANICS Institut d’Estudis Catalans, Barcelona – Espana ESTUDOS LINGUÍSTICOS CLUNL Universidade de Lisboa, Lisboa – Portugal HELMANTICA Universidad Pontificia de Salamanca, Salamanca – Espana IBEROAMERICANA Iberoamerikanisches Institut, Berlin – Alemania IBERO-AMERICANA PRAGENSIA Univerzita Karlova, Praga – República Checa LENGUA Y MIGRACIÓN Universidad de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares – Espana LINGÜÍSTICA ESPANOLA ACTUAL Agencia Espanola de Cooperación Internacional, Madrid – Espana MÉLANGES Casa de Velázquez MOENIA Universidad de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela – Espana MONTEAGUDO Universidad de Murcia, Murcia – Espana VERBA HISPANICA XXIV • INTERCAMBIO OCNOS Universidad Castilla de la Mancha, Cuenca – Espana OLIVAR Universidad Nacional de La Plata, La Plata – Argentina REVISTA DE FILOLOGÍA ESPANOLA Consejo Superior de Investigaciones Científícas, Madrid – Espana REVISTA DE LENGUAS PARA FINES ESPECÍFICOS Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Gran Canaria – Espana REVISTA DE LEXICOGRAFÍA Universidad de La Coruna, La Coruna – Espana REVISTA DE LINGÜÍSTICA TEÓRICA Y APLICADA Universidad de Concepción, Concepción – Chile REVISTA DE LITERATURA Consejo Superior de Investigaciones Científícas, Madrid – Espana VOCES Universidad de Salamanca, Salamanca – Espana